La Fórmula Del Genio de La Lámpara
La Fórmula Del Genio de La Lámpara
La Fórmula Del Genio de La Lámpara
Resumen
Contrariamente a las ideas dominantes sobre la supuesta secularidad de la modernidad, los intentos de
conciliación entre ciencia y religión son abundantes. En el ámbito musulmán la pugna entre defensores
y detractores de dicha conciliación generó un nuevo episodio en torno a la cuestión de los llamados
milagros científicos del Corán. La argumentación de sus defensores se hallaba ya sembrada en los
debates del siglo XIX pero es durante el último cuarto de siglo XX cuando esta retórica se reconstituye,
coincidiendo con los procesos de revitalización islámica. Esta retórica propone que los descubrimientos
ofrecidos por la ciencia ya fueron anticipados en su momento por la revelación coránica, en tanto que
expresión de la divinidad. De este modo, numerosos autores, tanto en países de mayoría islámica como
en países occidentales, proceden a establecer vínculos entre teorías científicas y versículos coránicos,
como en la demostración de la existencia de los genios o las diversas formas de revitalización de la
medicina profética. El caso guarda notables parecidos con otros movimientos que desde finales del siglo
XIX intentan demostrar fenómenos espirituales por medio de un pensamiento naturalista, en momentos
de importantes transformaciones sociales y políticas.
Palabras clave: Islam, milagros, Corán, medicina islámica, espíritus.
Abstract
Contrary to prevailing ideas about the supposed secularity of modernity, attempts to reconcile science
and religion are abundant. In the Muslim areas the struggle between supporters and opponents of this
conciliation has generated a new episode around the issue of the so-called scientific miracles of the
Quran. The argument of its defenders was already planted in the nineteenth century debates but it is
during the last quarter of the twentieth century when this rhetoric has been reconstituted, coinciding
with Islamic revitalization processes. This rhetoric suggests that the findings achieved by science had
already been anticipated by Quran revelation, as an expression of divinity. Thus, many authors both in
Muslim and in Western countries come to establish links between scientific theories and Quran verses,
as in the proof of the existence of the jinn or the various forms of Prophetic medicine revitalization. The
case keeps striking similarities with other movements from the late nineteenth century which tried to
prove spiritual phenomena by a naturalist thought, in times of major social and political transformations.
Keywords: Islam, miracles, Quran, islamic medicine, spirits.
1. introducción
1
Foucault 1984.
2
«Genios», unos seres creados por Allah, y cuya existencia es reconocida por el Corán. Para facilitar la
lectura voy a utilizar la forma singular, yinn, también para referirme al plural, ynûn.
3 Yabri 2001, 27s.
4 Chelhod 1986.
definible como sobrenatural. Dichos seres interfieren y se mezclan con los humanos,
cruzando la frontera entre lo visible (zhâhir) y lo oculto (bâtin)5.
Desde el siglo XIX surgió entre núcleos de pensadores musulmanes la pregunta
de por qué occidente había impulsado la revolución industrial y tecnológica, y por
qué los países musulmanes no formaban parte de la misma, teniendo en cuenta ade-
más que dicha revolución conllevaría un dominio político colonial. Desde entonces
las reacciones musulmanas han sido variadas por países y autores. Uno de los desa-
fíos principales de todos estos pensadores ha sido explicar, más allá del citado domi-
nio político, las bases ideológicas y epistemológicas de ese desigual desarrollo. Pero
sus debates partían de una suposición según la cual la ciencia «occidental» moderna
se generaba como producto de un proceso de secularización. Sin embargo, esta idea
no sería tan evidente ya que también la filosofía natural de los principales científicos
del siglo XVII en adelante se basaría no tanto en una negación de la religión sino más
bien en una conjunción con cosmologías teocéntricas6.
En términos de tipos ideales podemos distinguir dos reacciones básicas por parte
de los autores musulmanes hacia esta relación entre ciencia y religión: 1) modernizar
la sociedad y adoptar el modelo de ciencia occidental; o 2) islamizar la ciencia para
ofrecer respuestas propias a los desafíos modernos7. Entre estos dos tipos ideales
de reacciones se han producido numerosos modelos y variantes. También hay que
destacar que estas reacciones parten de un modelo idealizado y simplificado de lo
que se supone que es la ciencia en «occidente». Esto es, del mismo modo que Europa
creó sus mitos orientalistas8, así mismo lo hicieron a la inversa en el lado islámico.
Pero, en realidad, la revolución científica europea no había seguido precisamente
la pauta de la separación entre ciencia y religión; muchos de los grandes teóricos
no solamente no emprendieron una ruptura epistemológica respecto a «lo religioso»
sino que se mantuvieron claramente ligados a metafísicas particulares9. Según man-
tienen algunos autores musulmanes, esta intersección sería justamente la base del
pensamiento científico moderno y de la cosmología naturalista10. Estas cuestiones
han continuado generando amplias polémicas durante la segunda mitad del siglo XX
entre teólogos y científicos musulmanes sobre si es preciso islamizar la ciencia o al
revés, y de ahí surgirá la cuestión central de mi análisis, la de los milagros científicos
coránicos. En el lado de la defensa de una ciencia universal, más allá de la diversidad
cultural y cosmológica, destaca el trabajo del premio Nobel de física Abdul Salam,
sin renunciar a la creencia y la práctica islámicas; o la visión de Hoodbhoy desde
una perspectiva más agnóstica11. Frente a este enfoque separador, existen múltiples
5
El concepto de al-gayb, el mundo ausente, refiere el mundo invisible no revelado a los humanos, el
mundo de los yinn, los ángeles y el rûh o principio divino que da vida a los humanos. Drieskens 2008, 107s.
6 Tambiah 1990, 20.
7 Para un completo estado de la cuestión, véase Hoodbhoy 1991; Stenberg 1996; Guessoum 2011.
8 Said 1990.
9 Véase Newton y su proximidad con el hermetismo, en Tambiah 1990.
10 Haq 2003.
11 Hoodbhoy 1991.
12 Sardar1989.
13 Roy 2003.
14 Guessoum 2011, 133.
15 Sha’rawi 1998.
gitimación16. Este recurso a lo científico coincide precisamente con una auténtica re-
vitalización y reimaginación de la medicina islámica, que remarca el carácter cientí-
fico de los métodos curativos proféticos17 y dota de nuevos significados al exorcismo.
Desde los años 1980 ha surgido una literatura, tanto en países de mayoría islámi-
ca como en países occidentales, que reclama que el conocimiento científico moderno
está certificando y demostrando con leyes y descubrimientos, hechos y fenómenos
que ya fueron revelados en el Corán18. En esta literatura se quiere demostrar ante
todo la veracidad y el carácter inimitable del Corán. Pero la gran paradoja reside en
la aparente necesidad de legitimarla a través del conocimiento científico. ¿Por qué ir
más allá de la retórica de la fe (îmân) en la revelación, y por qué esta consideración
de la retórica científica como justificación de la retórica religiosa? Las implicaciones
epistemológicas y filosóficas de esta paradoja están fuera del alcance de esta inves-
tigación. Lo que me interesa aquí es remarcar la forma en que dicha retórica se ha
estado construyendo junto al proceso de reislamización, y el modo en que se difunde
como «conocimiento popular»; primero gracias a obras de divulgación como La Bi-
blia, el Corán y la ciencia de Maurice Bucaille, y más tarde por medio de internet,
pero también a través de la cultura oral, con historias ejemplares sobre dichos mila-
gros coránicos o la conversión de científicos occidentales al islam.
Aunque la literatura sobre los milagros científicos coránicos se desarrolla pro-
piamente a finales del XX, podemos encontrar algunos precedentes en el siglo XIX.
Y no es casual que los hallemos entre reformistas como Muhammad Abduh, que
ofreció interpretaciones científicas de los fenómenos naturales citados por el Corán;
también la propuesta de Muhammad al-Iskandarani hacia 1880 para desentrañar los
secretos del Corán acerca de la tierra, animales y plantas; o el trabajo de Tantawi
Jawhari, quien editó en 1923 una enciclopedia coránica de temas científicos con
ilustraciones19.
El fenómeno fue adquiriendo forma tras el éxito de Bucaille en 1976 y cuando
autores como el yemení Zindani o Khalifa plantearon desafíos tan llamativos como
demostrar científicamente los «milagros» del Corán20. Así, en el marco de la VII Con-
ferencia Médica Saudí (1982), Zindani organizó un comité para investigar los signos
científicos en el Corán y en los hadices. Desde entonces se han sucedido los congresos
mundiales o regionales, así como los libros y materiales que las nuevas tecnologías
informáticas han contribuido a difundir y popularizar. Este conocimiento popular está
siendo conformado por los nuevos Media y por mecanismos de autoridad religiosa
combinados con científicos musulmanes y el apoyo de instituciones universitarias. En
Tetuán, por ejemplo, en la facultad de ciencias una asociación afiliada a los congresos
mundiales sobre milagros científicos coránicos organiza unas jornadas en que se dis-
21 «III Conferencia sobre los Milagros Científicos en el Corán y la Sunna», Facultad de Ciencias, Univer
sidad Abdelmalek Essaadi, Tetuán, 17-19 de septiembre de 2010 (la primera conferencia tuvo lugar en 2005).
22 Entrevista de 19.04.2013 en Tetuán.
23 Naggar 2007, 72.
24 Dermenghem 1982, 11s. El karâma es una prueba del estatus del santo ante Dios (Cornell 1998, 74).
Debería permanecer escondido y es un prodigio que Dios otorga al santo como un favor personal (Gardet 1978).
definición de sobrenatural como consecuencia de una nueva idea reciente de «mundo natural».
33 Harrison 2006, 500.
34 Mullin 1996.
A nivel institucional parece claro que la idea de los milagros científicos fue im-
pulsada desde Arabia Saudí, dentro del marco del final de la guerra fría, cuando desde
ese país se construía una revitalización, con el visto bueno de Estados Unidos y su
estrategia internacional de freno al socialismo en los países árabes e impulso de vi-
siones anti-seculares.
La base epistemológica de esta retórica tiene una larga historia, aunque fue Mau-
rice Bucaille en 1976 quien sembró su difusión y encontró un contexto sociopolítico
favorable con la emergencia de la revitalización religiosa. El trabajo de Bucaille
tuvo gran difusión entre los musulmanes porque desprestigiaba las fuentes cristia-
nas, analizando las incongruencias de la Biblia y los Evangelios, y la existencia en
estos textos de sentencias científicamente incoherentes, en contraste con el Corán;
por ejemplo, al citar la existencia de plantas antes de la creación del sol, en contra
del principio de la fotosíntesis39. No es baladí recordar que Bucaille fue médico del
rey Faisal de Arabia Saudí en 1973 y de familiares de Anwar al-Sadat.
Bucaille argumentaba que el Corán presenta notables coincidencias con los
«hechos» que la ciencia se encargará de probar en diversos fenómenos de la na-
turaleza: creación de los cielos y la tierra, formación del universo, naturaleza de
los cuerpos celestes y los planetas y sus ciclos, el ciclo del agua y los mares en la
tierra, el relieve terrestre, la atmósfera terrestre, el origen de la vida y los reinos
animal y vegetal y su reproducción, el origen de los nutrientes de la leche, y la
reproducción humana (fecundación, naturaleza del líquido fecundador y evolución
del embrión40.
El impulsor desde Arabia Saudí de toda esta retórica fue el yemení Abdelmajid
Zindani41. En 1984 Zindani contactó con la Muslim World League y ésta le ofreció
apoyo para crear lo que se llamaría la «Comisión sobre los signos científicos del
Corán y la sunna», de la que fue secretario hasta 1995. Llama la atención el hecho
de que dicha comisión acudiera a buscar científicos occidentales, y no musulmanes,
para legitimar la idea central de sus promotores: la coincidencia entre el Corán y los
descubrimientos científicos, fenómeno que sería catalogado como «milagros cientí-
ficos del Corán». En 1984 un miembro de la comisión viajó a Estados Unidos para
buscar a científicos no musulmanes y poner en marcha la demostración. Mustafa
Abdul Basit Ahmed visitó a Keith Moore, profesor de embriología de Toronto, y le
mostró una sanguijuela, que era el símil usado por el Corán para describir al embrión
humano en una de sus diversas fases42. Moore, como otros profesores consultados,
era el hijo de un clérigo protestante y reconoció que esa coincidencia expresaba la
existencia de vaticinios científicos en el libro coránico. Esta cuestión de las fases del
líder en Yemen de los Hermanos Musulmanes. Tras promover la cuestión de los milagros coránicos se dedicó
especialmente a experimentar remedios proféticos, y saltó a la fama cuando en la cadena al-Jazira aseguró
que había encontrado el remedio para el SIDA. En el aspecto político Estados Unidos le incluyó en la lista de
promotores de terrorismo en 2004.
42 Varias azoras tratan la cuestión de las fases de constitución del embrión. Corán 22: 5, 23: 12-14. Las citas
coránicas empleadas en este artículo pertenecen a la versión de J. Cortés, El Corán, Barcelona, 1995.
embrión citadas en el Corán ha sido una de las más difundidas en la literatura desde
los trabajos de Moore43.
Ahmed invitó a los científicos con quienes contactó en Estados Unidos y Canadá
para que acudieran a Arabia Saudí. Allí Zindani les entrevistó con una cámara para
que comentaran azoras del Corán desde el punto de vista científico. Según revelaron
más tarde algunos de aquellos científicos, Zindani conducía la entrevista de tal modo
que eliminaba cualquier hipótesis contraria o cuestionadora de su idea central44. No
se nos puede escapar la condición religiosa de varios de aquellos científicos que se
hicieron famosos en el mundo islámico: Joe Leigh Simpson, catedrático de obste-
tricia y ginecología en Houston, era presbiteriano. Otro de ellos, el oceanógrafo
William Hay, era metodista; a él se le invitó para que comentara el versículo sobre
los no creyentes, en el que se habla de la oscuridad en el mar, y la existencia de co-
rrientes y olas –un hecho que, insiste Zindani, el profeta no podía conocer45. Zindani
revocó otras hipótesis planteadas por Hay. La manipulación interesada de Zindani
parece clara, a la luz de lo que comenta el embriólogo Gerald Goeringer, que reco-
mendó que se hicieran investigaciones independientes sobre la eventual influencia
de los filósofos griegos sobre muchas de las afirmaciones coránicas. Pero Zindani
denegó este paso. A Simpson se le requirió también para «probar» la coincidencia
entre un hadiz y la teoría de los genes recesivos, en el caso de padres e hijos con
diferentes colores de piel. El hadiz refiere la pregunta de un beduino que inquirió al
Profeta que su mujer había dado luz a un niño negro. Entonces el profeta equiparó
el fenómeno a lo que sucede con los camellos, que presentan diferentes coloraciones
en su pelo46.
El libro del francés Bucaille es anterior a todos estos procesos (1976) y contrasta
con las interpretaciones fundamentalistas cristianas sobre el creacionismo, ya que
estas últimas renegarán de la ciencia, mientras que la propuesta de Bucaille y su
posterior difusión desde Arabia Saudí será justamente la de «conciliar» ciencia y reli-
gión47. La pregunta es dónde y por qué han tenido más éxito este tipo de propuestas,
y por qué han encontrado una gran difusión entre conversos al islam, especialmente
científicos. Podemos aventurar también que se trata de un fenómeno vinculado a la
globalización del islam, a través de múltiples instituciones dedicadas al islam y la
ciencia, y la popularización más reciente a través de internet y de la televisión. El
que fuera profesor de Zindani, el geólogo egipcio Zaghloul al-Naggar ha difundido
43 Moore 1986, 15s.; Moore et al. 1992; Syed 1989; Ibrahim 1997; Yahya 2002, 64-75; Boutammina 2007;
Esmailzadeh, Farhadi, Shahghasemi 2012.
44 The Rationalizer, «What scientists really think of the Quran», http://www.richarddawkins.net [acceso:
08.03.2013], «William Hay – What those scientists really thought of the Quran», http://www.richarddawkins.
net [acceso: 08.03.2013].
45 Azoras sobre los fondos marinos y las olas, en Corán 24:40. Ibrahim 1997, 20ss.
46 Hadiz del Imam Bukhari, «Libro del divorcio», nº 4955, http://www.sahihalbukhari.com [acceso:
15.07.2013].
47 La cuestión no era novedosa, si nos fijamos en las polémicas suscitadas por los intentos de conciliación
entre cristianismo y darwinismo por parte del jesuita Pierre Teilhard de Chardin, en Blázquez Paniagua 2011,
474.
esta visión de una ciencia islámica en programas televisivos48. Y entre los ejemplos
ilustrativos de esta difusión programada se encuentran libros como A Brief Illustrated
Guide to Understanding Islam, que hasta el año 2002 había sido distribuido en unas
800.000 copias y cuyo alcance se expande a través de internet49.
El principal impulso inicial llegó a través de los congresos mundiales y la co-
misión sobre los milagros50. Nótese que el marco institucional adoptaba la retórica
académica de la «conferencia» como fórmula de discusión pública de resultados y
discusiones. Y la Comisión sobre los milagros, con sede en Arabia Saudí, tiene una
web51, en varios idiomas, que indica su afán de difusión fuera del ámbito arabófono.
Veamos algunos ejemplos de la metodología presentada en estos congresos. Uno
de mis entrevistados de Tetuán participó en la X Conferencia Mundial con un trabajo
destinado a demostrar que la carne procedente del sacrificio musulmán contiene pro-
piedades mucho más beneficiosas que la carne sacrificada por otras vías. La contami-
nación bacteriana era menor que en otras carnes por contener menor acidez y menos
agua, y con un aspecto colorativo más rojo52.
La literatura sobre los milagros también dedica una gran parte de su atención a la
medicina islámica; esta atención coincide con una especie de revival de la medicina
profética, y que concierne no sólo a técnicas curativas estrictamente hablando, sino a
todo un conjunto de prácticas en torno al cuerpo y su disciplina cotidiana. De ahí el
ejemplo sobre la carne ingerida, y el interés por la alimentación. Siguiendo el enfoque
de los milagros coránicos, diversos autores someten a comprobación científica los be-
neficios de las prácticas médicas de la sunna, como el consumo de miel o de habba
sawda (nigella sativa o «comino negro»), y las sangrías. El Congreso Mundial de 2011
recoge abundantes ejemplos de estas investigaciones orientadas a certificar la medicina
profética en el laboratorio: sobre las propiedades curativas de la miel53, de la habba
sawda54 o de los dátiles55. Los autores de estas investigaciones proceden mayoritaria-
mente de universidades de países musulmanes, pero no todos son científicos; también
hay ulemas e imames, o científicos independientes y consultores. La interacción entre
los milagros coránicos y la revitalización estandarizada de la sunna se aprecia en casos
48 Naggar 1991.
49 D. Golden, «Western Scholars Play Key Role in Touting ‘Science’ of the Quran, Wall Street Journal,
23/01/2002.
50 El primer congreso mundial tiene lugar en Islamabad en 1987, y el décimo en Estambul en 2011.
51 Disponible en: http://www.eajaz.org/eajaz/index.php?lang=en [acceso: 15.03.2013].
52 Burbab, Idaomar 2011, 49-51.
53 «Miracle in bee hives: Antimicrobial activity of honeys», «Miracle recovery by honey», en Commission
cancer», «Comparison between the myocardial hypertrophy induced by exercise training and long term intake
of Nigella sativa», «Effect of black seed on the levels of diabetes and lipids in patients with high blood sugar»,
«Miracles of black seed in the eradication of the bacteria causing the disease», en Commission on Scientific
Signs in Quran & Sunna 2011.
55 «Dates in miracles of healing and prevention of harmful microbes and Pathogens», «The protective role
of the ajwah dates as Prophet’s treatment in cases of lung toxicity and pulmonary fibrosis by gasoline», en
Commission on Scientific Signs in Quran & Sunna 2011.
muy específicos, como la preocupación de no ser lamido por un perro, de acuerdo con
un hadiz según el cual dicho acto contamina el objeto (o ropa) e invalida el estado de
pureza requerido para efectuar la oración. Un hadiz de Abu Huraira aconsejaba lavar
hasta siete veces el objeto lamido por el perro. Dos biólogos de la Universidad del Rey
Abdulaziz han tratado de mostrar con datos de laboratorio la veracidad del hadiz56. La
saliva del perro contiene elementos patógenos; y de ahí provendría el acto de limpiar-
los hasta siete veces, y una octava usando arena, para eliminar el microbio.
56 N.T. Zelai, N.A. Al-Zanbagi, «The hemolytic activity of some dog saliva-Processed oral streptococci»,
en Commission on Scientific Signs in Quran & Sunna 2011.
57 La literatura sobre la definición de estos seres en sociedades musulmanas es considerable, aunque el
trabajo clásico continúa siendo el de Westermarck 1968. Para un estado de la cuestión, véase Marín, Aguadé
2002, 33-42; y Mateo Dieste 2010, 215-272.
58 Pouillon 1989, 45-53.
59 En las conclusiones realizaré una comparación sobre estos paralelismos.
60 Boutammina ha escrito numerosos libros sobre el islam y las ciencias naturales, pero propone ante todo
una «antropología del islam», para ofrecer una nueva mirada a la palentología, la arqueología y la antropología.
En este versículo se supone que el yinn trae el trono, de unos 150 kg., según
fuentes históricas aludidas por Boutammina, desde Saba (Yemen) hasta Guizeh
(Egipto), donde se halla Salomón; es una distancia de 2130 km. Dicha distancia es
recorrida por el yinn en menos de un segundo, que es lo que Boutammina calcula
que tarda una persona en levantarse de un asiento. Analizando otro verso, Boutam-
mina se atreve a establecer incluso una comparación de la velocidad entre un yinn
creyente y un yinn ateo:
La retórica de este autor sigue el método de los milagros científicos, pero no di-
fiere de versiones anteriores de figuras relevantes de la predicación popular, como el
egipcio al-Sha’rawi y su referencia a los microbios. Esta retórica que compara los yinn
con los microbios se ha llegado a extender entre algunos exorcistas, que en entrevistas
personales me explicaban la posesión como un proceso en que el genio penetra en el
cuerpo como un microbio, por los orificios del cuerpo, especialmente las zonas pudo-
rosas (‘awra), y aprovechando momentos de debilidad de la persona. Un joven que
podemos definir como bricoleur, formado en esoterismo islámico en Marruecos e in-
teresado por las para-ciencias, y que había realizado exorcismos de yinn hace años, me
explicaba del siguiente modo los mecanismos de entrada del yinn66. La posesión no es
aquí un fenómeno sobrenatural sino que sigue una lógica mecanicista. Para manipular
el cuerpo de la persona poseída y para provocarle parálisis, ceguera u otras aflicciones,
el yinn, como ser inteligente, conocía la materia y el arte de penetrarla. El yinn tendría
un conocimiento superior equivalente al de un neurobiólogo, introduciéndose en el
cerebro humano para controlar el cuerpo de la persona; por ejemplo, manipulando el
movimiento de un ojo desde el cerebro. Esta retórica de nuestro testimonio es muy
parecida a la desarrollada por uno de los autores más exitosos de los milagros científi-
cos, el turco Harun Yahya (pseudónimo de Adnan Oktar). En su libro Los milagros del
Corán, un capítulo está dedicado a «La región que controla los movimientos»67. En él
expone de nuevo una lógica deductiva a partir de un verso coránico, entendido como
una revelación sobre el funcionamiento del cerebro humano, que sólo la neurociencia
ha descubierto en los últimos años: «Lo agarraremos por un mechón de su frente, de
su frente mentirosa y pecadora» (Corán, 96:15-16).
Escribe Yahya que las investigaciones realizadas en los últimos años han mostra-
do que la zona pre-frontal es la responsable de dirigir las funciones del cerebro. Su
estrategia explicativa es común a la de otros autores al mencionar que los científicos
descubren algo que el Corán ya mencionó hace 1400 años. El autor cita un par de
investigaciones sobre el córtex, según las cuales desde esa parte se emiten los buenos
y los malos comportamientos, tal y como indica la azora en cuestión68. El mismo
análisis de la azora ha sido realizado también por otros imames que popularizan los
milagros coránicos por internet o en libros de predicación distribuidos para fomentar
la conversión de occidentales, que refieren los trabajos ya citados de Keith Moore69.
Harun Yahya encaja entre los múltiples autores que siguen unas pautas de revitaliza-
ción: el islam es la respuesta a la pérdida de moral del mundo moderno y una especie
de panacea para todo tipo de males.
Otro fascinante fenómeno vinculado a los exorcismos islámicos y a la retórica
científica gira en torno a la eficacia del Corán como elemento terapéutico. Podemos
decir que la explicación de los efectos coránicos es interpretada por los propios mu-
7. Conclusiones
Zam-Zam, según un estudio de Emoto, reacciona de manera especial a la recitación de las palabras de Allah
(«The Memory of Zamzam’s Water»). El artículo está publicado en una web transacional específica de los
«Secrets of Quran Miracles» que ofrece una idea de la prédica aquí analizada, http://kaheel7.com/eng [acceso:
05.05.2013].
73 Haq 2003.
74 Guessoum 2011, 161-164.
75 The Rationalizer, s.f.
comparaciones con otros contextos históricos son oportunas para contrastar estas ob-
servaciones. La retórica de los milagros coránicos guarda muchos parecidos con otros
movimientos que intentaron conciliar su cosmovisión con la legitimidad científica.
Nuevas formas aparecidas en Europa a finales del siglo XIX, desde el espiritismo o
el magnetismo hasta las aproximaciones de Paul Carus al budismo como «religión
científica»76, surgen como una contestación aparente a procesos de racionalización en
un sentido weberiano, pero tomando el lenguaje de esa retórica dominante. A diferen-
cia de estos movimientos europeos que surgían para criticar la religión hegemónica,
la retórica de los milagros coránicos propone una revitalización que aboga indirecta-
mente por una ortodoxia, al reclamar la legitimidad, poder y veracidad del texto no
sólo en nombre de Dios sino de la ciencia.
El espiritismo fundacional de Kardek en torno a 1857 se presentaba como una
mezcla de revelación divina y revelación científica, aplicando el método experimen-
tal. Para los espiritistas, los espíritus existían, su existencia era irrefutable e indiscu-
tible77. Y esos espíritus tendrían una dimensión material y sustancial que se podía
demostrar, tal y como sugieren también diversos sanadores islámicos y textos de los
milagros científicos. La eficacia y existencia de los espíritus, como la de los yinn, es
el vector que explica enfermedades y permite realizar terapias. El espiritismo, como
los médicos católicos que examinaron a las videntes de Lourdes, o el exorcista islá-
mico que entiende los yinn como si se tratara de microbios, incorpora elementos de
las nuevas retóricas racionalistas: se busca comprobar y demostrar la existencia de
energías y mecanismos, y de los propios espíritus78. Pero la literatura de los milagros
coránicos se diferencia de estos movimientos por partir de una visión teísta y creacio-
nista de la ciencia que no es exclusiva del ámbito islámico. Tenemos ejemplos tardíos
en la época franquista de una teología natural defendida por partidarios de una ciencia
católica, y las tesis del creacionismo fuertemente defendidas en Estados Unidos.
Hemos podido observar la paradójica adopción del prestigio de la retórica cien-
tífica para justificar la verdad ortodoxa del islam, como la existencia de los yinn.
Los yinn existen porque están citados en el Corán, y la ciencia estaría refrendando
progresivamente las palabras del libro. Pero esta supuesta disolución de la frontera
entre ciencia y religión podría estar indicando, no obstante, la introducción de una
dicotomía naturalista, al pretender demostrar la realidad positiva del mundo invisi-
ble, y sustanciando la separación entre natural y sobrenatural. Incluso autores como
Guessoum que han criticado múltiples aspectos de la literatura sobre los milagros
coránicos, comparten su base esencial y no dudan en remarcar que ciencia e islam
van de la mano, recordando que Spinoza redefinió a Dios como «las leyes del uni-
verso» o de la naturaleza, y que el propio Einstein confirmó con su frase sobre Dios
y los dados79. El Corán remplazó los milagros físicos por un discurso racional que
encajaría con la ciencia, tal y como mantenía el reformista Muhammad Abduh, para
quien las bacterias no eran otra cosa que los organismos descritos por el Corán como
yinn80. La naturaleza es un signo de lo sagrado y el estudio de sus leyes es el estudio
de las leyes divinas81.
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