Pensamiento Filosófico
Pensamiento Filosófico
Pensamiento Filosófico
LA EDAD ANTIGUA
La filosofía antigua es aquella fase histórica de la filosofía que comprende desde su
aparición en Grecia en el siglo VI a.C. hasta el siglo IV d.C., coincidiendo con la
decadencia del Imperio Romano de Occidente.
Los filósofos de este tiempo se caracterizaron por ser críticos y reflexivos. Los
filósofos de esta época buscaban entender los fundamentos de porqué pasan las
cosas
Desde tales de Mileto alrededor del año 600 a. C., hasta los neoplatónicos del siglo VI
d. C., el pueblo griego y otras civilizaciones mediterráneas ejercieron la filosofía como
una forma de conocimiento y también como un estilo de vida.
Algunas de las características de la filosofía antigua son el que nace y se desarrolla la
cosmología filosófica, el individuo pasa a ser el centro de todo y se convierte en el
protagonista frente a la figura de Dios, también la filosofía se erige como una ciencia
que busca la sabiduría y enriquecer el conocimiento del individuo, se busca la razón
como la herramienta más importante en la filosofía, también se cuestiona y observa
detalladamente el mundo. Nace y se desarrolla la cosmología filosófica
De igual forma se consideraba que los filósofos de esta época fueron llamados
presocráticos porque vivían y pensaban antes de Sócrates. Se los conoce por haber
dado el paso del mito a los es decir al pensamiento racional punto los filósofos ya
buscaban explicaciones racionales basados en las observaciones que ellos hacían a la
naturaleza y al origen de todo lo que es punto entre ellos encontramos a Tales de
Mileto, Anaximandro, Jenófanes , Heráclito , Pitágoras y Demócrito
Sócrates, Platón y Aristóteles son considerados filósofos importantes desde la
antigüedad y se los conoce como los socráticos mayores, todos sus trabajos siguen
siendo objeto de estudio y discusión en la actualidad.
La filosofía antigua llega a su fin con el desarrollo de los pensadores de la Antigüedad
tardía. [1] [2]
EDAD MEDIA
La filosofía en ese período es presentado como "una época oscura, alumbrada
únicamente por el fuego de las hogueras de la inquisición". Esta idea inadecuada
sobre el pensamiento medieval es algo superado gracias a las contribuciones de
investigadores como Crombie, Duhem, Grant, y Jolivet entre otros.
En esta época los logros filosóficos y científicos alcanzados por los pensadores
antiguos (los presocráticos, Platón y Aristóteles) fueron complementados por aportes
en la geometría (Euclides, Apolonio), la astronomía (Aristarco, Eratóstenes, Hiparco) y
la medicina (Herófilo, Celso).
Por ejemplo, la medicina científica, poseía un enfoque naturalista para llevar a cabo el
diagnóstico y tratamiento de las enfermedades.
Pero la filosofía de orientación religiosa modificó la vocación naturalista de la medicina.
En lugar de procurar el descubrimiento de los secretos de las enfermedades por medio
de la inspección directa del paciente o del análisis de sus síntomas, el médico-filósofo
concentraba su atención en los principios de una teoría de la enfermedad basada en la
doctrina de los cuatro elementos, y una terapéutica que concuerda con ella (La tierra
era fría y seca; el aire, caliente y húmedo; el agua, fría y húmeda; el fuego, caliente y
seco).
Bajo el presupuesto de que es posible neutralizar los estados mórbidos controlando
los excesos o desequilibrios (de calor o de frío), los médicos prescriben tratamientos
en los cuales se ataca la enfermedad con su contrario. Un estado febril (exceso de
calor) se controla con baños de agua fría, a fin de restablecer la armonía perdida. Un
estado de escalofrío se combate con calor.
Por otra parte, la religión cristiana introduce nuevos esquemas de pensamiento que
influirán negativamente sobre el desarrollo de la ciencia. En la medida en que el
cristianismo consigue atender las necesidades espirituales de sus seguidores,
comienza a ser interpretado también como capaz de satisfacer las carencias
intelectuales de la época.
Por ejemplo, Cosmas Indicopleustes, autor cristiano del siglo VI, cree poder resolver
las limitaciones de la ciencia pagana, en lo concerniente a brindar una explicación
adecuada de las causas de los movimientos planetarios.
Pero el autor de la Topografía Cristiana no es el único que tiene un concepto tan alto
sobre la ciencia que puede entresacarse de las Sagradas Escrituras, San Agustín
(354-430), Obispo de Hipona, no escatima esfuerzos para contrastar el carácter
despreciable de la ciencia pagana frente a la sabiduría eterna de la palabra divina.
Dicho de manera sencilla, la sabiduría pagana no se considera una digna rival del
saber revelado, como lo sentía Tertuliano, quien ya en el siglo III había calificado a los
filósofos de herejes.
La situación va a permanecer así hasta el siglo IX, época en la cual, en un intento por
volver a la senda perdida, Santos, Papas, Cardenales, Obispos y Clérigos tratarán de
recuperar y conservar los pocos fragmentos de la cultura pagana que conocerá el
occidente cristiano.
Anterior al renacimiento, se da lugar el reencuentro con una buena parte del saber
perdido. Gracias a ciertos cristianos revolucionarios, que traducirán a los sabios
paganos y harán las veces de intérpretes y mediadores entre éstos y la nueva ciencia
cristiana, nacen las universidades y se crea la filosofía escolástica.
Gracias a las traducciones fue posible para los eruditos medievales tener acceso a un
enorme tesoro desconocido. así comenzó el ingreso del saber aristotélico a las
universidades que dio lugar a consecuencias contradictorias. Por un lado, sirvió para
reavivar un sinnúmero de investigaciones tanto en el ámbito de la ciencia como en el
de la filosofía. Y por otro, hubo una reacción contra el aristotelismo que tuvo su
génesis en la incompatibilidad entre sus principios y algunas verdades de la fé,
conflicto que nunca pudo resolverse satisfactoriamente ni siquiera después de que
autores cristianos de tanta reputación como Santo Tomás (1225-1274) se hubieran
esforzado por mostrar un Aristóteles más cercano a la fé de lo que era posible en una
sana lectura de sus obras. [3]
LA EDAD MODERNA
En la Edad Moderna la filosofía pasó por varios cambios que coincidían con un cambio
de mentalidad que supone una nueva forma de pensar sobre todo con referencia al
ser humano. Ahora se lo va a comprender como un ser racional autónomo y que tiene
un posición dentro de la naturaleza. De esta forma se va a romper con la tradición
medieval y con la dependencia entre la razón y la fe y comienza a contemplarse la
idea del ser humano como el centro del universo.
La filosofía moderna nace como un quiebre del pensamiento establecido en la Edad
Media con la aparición de los humanistas y de los movimientos renacentistas.
El pensamiento moderno se desarrolló entre los siglos XVII y X. La filosofía moderna
comienza con el pensamiento de René Descartes (1596-1650), padre de la
modernidad y del racionalismo una de las principales corrientes modernas de
pensamiento. En esta corriente encontramos también a filósofos de la talla de Baruch
Spinoza y Gottfried Leibniz, entre otros.
Al racionalismo se opuso la corriente británica del empirismo. A diferencia del
racionalismo, que buscaba entender el mundo mediante la razón, el empirismo
explicaba la realidad a partir de los sentidos y las sensaciones que percibimos de los
estímulos del exterior. Ambas corrientes compartían el objetivo de encontrar una forma
de descubrir la verdad que no dependiera únicamente de la revelación divina o las
autoridades religiosas. Estas dos escuelas filosóficas surgieron al mismo tiempo que
pensadores como Thomas Hobbes o Jean-Jacques Rousseau, cuyas ideas a veces
eran difíciles de clasificar. [4]
EDAD CONTEMPORANEA
En el siglo XX encontramos cambios y representantes en todos los campos da la
actividad humana. Observamos procesos sociales muy importantes, el capitalismo
ingresa a su fase superior cuyas propias contradicciones desencadenan la primera y
segunda Guerras Mundiales, así como que llevan al desarrollo de estados socialistas.
Es así que la ciencia desarrolla muchísimo en sus distintos niveles, abordando ámbitos
de la realidad antes no estudiados, notamos como la psicología, la biología y las
matemáticas registran avances importantísimos, pero es en la física donde ha
acontecido una auténtica revolución. Revolución científica de una trascendental
repercusión filosófica, ya que modifica el panorama del mundo y propone nuevos
modelos metodológicos y conceptuales de interpretación de la realidad.
Además, el tema principal de los filósofos contemporáneos es el problema del hombre,
tratando de explicar su esencia y naturaleza, en el cual consideran al hombre como un
ser y como un animal.
John Dewey fue un filósofo que desarrolló ideas filosóficas bajo el enfoque del
instrumentalismo, afín al pragmatismo. En su libro "Experiencia y naturaleza" (1925),
argumentó que la experiencia no es simplemente conciencia, sino una historia cargada
de vivencias.
Dewey consideraba que la experiencia abarca una amplia gama de aspectos,
incluyendo sueños, locura, enfermedad, ambigüedad, mentira, horror, magia y ciencia.
Señalaba que podemos dudar de las ideas, pero no de lo que experimentamos, ya que
esto es una cuestión de existencia más que de certeza.
Para él, la experiencia es histórica, y el hombre teme debido a la existencia de un
mundo amenazante. El mundo es inestable, y la vida es arriesgada y precaria. La
lucha para enfrentar este mundo requiere comportamientos e inteligencia por parte del
ser humano. Sostenía que la verdad no es eterna ni absoluta, sino un proceso de
indagación y adaptación al miedo. El conocimiento se deriva de prácticas exitosas y no
es meramente contemplativo, sino una actividad práctica.
En cuanto a la ética, Dewey afirmaba que los valores son históricos y cambiantes, al
igual que la propia ética, que está influida por factores sociales y contextuales.
Otro filosofo destacado fue Friedrich Nietzsche, quien desarrolló una filosofía que
criticaba profundamente los valores morales y religiosos de Occidente. Su
pensamiento se centró en la idea de la voluntad de poder, el autoengrandecimiento y
el desarrollo del individuo, la sociedad y el espíritu. Para Nietzsche, la moral no se
basaba en la bondad, sino en la fuerza, la lucha y el poder que uno ejerce sobre el
mundo. Sostenía que detrás de toda moralidad se ocultaba una voluntad secreta de
poder, y que las relaciones humanas, como el amo y el esclavo, el matrimonio y otros,
están imbuidas de dinámicas de dominación y control. Nietzsche diferenciaba dos
tipos de moral en la historia de la humanidad: la moral del amo y la moral del esclavo.
La moral del amo es aquella que se basa en el poder, la superioridad y la afirmación
de sí mismo. En contraste, la moral del esclavo promueve valores de sometimiento,
igualdad y misericordia para todos los seres humanos.
Sin embargo, Nietzsche no consideraba que la meta de la humanidad debía ser la
igualdad y la elevación de todos, sino que defendía la idea del "superhombre". Esta
noción no se refería a una figura sobrehumana o divina, sino al individuo excepcional,
superior y más fuerte que se distingue del resto. El objetivo último, según Nietzsche,
no debía ser la humanidad en su totalidad, sino la cultura y el desarrollo de estos
individuos superiores.
En esta visión, la voluntad del superhombre es impulsada por la moral del amo y la
búsqueda constante de poder y afirmación personal.
También tenemos a Martín Heidegger, fue un filósofo considerado iniciador del
existencialismo. Desarrolló una ontología para comprender el sentido del ser. En su
enfoque, la existencia es el poder ser y el hombre es un proyecto que utiliza las cosas
como herramientas para sus propósitos.
Heidegger distingue dos tipos de existencia: la auténtica, donde las cosas son meros
medios para nuestros proyectos y para relacionarnos con otros seres humanos, y la
inauténtica, caracterizada por la habladuría y la alienación cultural. Para este filósofo,
el ser para la muerte es esencial en la vida humana, y la muerte produce angustia al
enfrentarnos a la nada. El tiempo es fundamentalmente futuro, y la existencia es
proyección y posibilidad. [5]
Bibliografía
[1] https://enciclopedia.net/filosofia-antigua/
[2] https://www.unprofesor.com/ciencias-sociales/caracteristicas-de-la-
filosofia-antigua-3772.html
[3] DUQUE, Carlos Emilio García. El pensamiento filosófico en la Edad Media y en el
Renacimiento. NOVUM, 1993, vol. 5, no 11, p. 35-48.