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Viviendo en Lo Sobrenatural

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VIVIENDO EN LO SOBRENATURAL

Texto: 1 Corintios 13:13

Introducción:
1. Este mundo está lleno de desconfianza, escepticismo e incredulidad.
La fe existe, pero rara vez es la norma cultural. Como resultado, la
mayoría de los creyentes son más conscientes de la oscuridad a su
alrededor que del Reino Celestial del que son ciudadanos.
2. Esta falta de reconocimiento de que nuestra ciudadanía actual está
en el cielo nos cuesta enormemente.
3. Si aspiramos a experimentar la vida sobrenatural se necesita lo
siguiente:

I. Se necesita fe
A. La fe nos conecta con el asunto del poder. La fe es lo que permite
que la obra de Dios se realice a través de nosotros de manera
eficaz.
1. Todas las personas hemos recibido una medida de la fe. Lo
que hacemos con lo que tenemos determina el grado en el que
nos movemos en el poder. Sin fe no podemos agradar a Dios
(Heb 11:6).
B. La fe no viene por el esfuerzo, viene por la entrega.
1. Debemos elegir vivir una vida de entrega, creyendo que Dios
será glorificado en lo que somos y en todo lo que hacemos.
Podemos vivir de esta manera porque somos altamente
favorecidos por el Señor. Su paz, la atmósfera del cielo, es
nuestra porción (Sal 16:5-6).
C. Debemos elegir meditar en las promesas de Dios para para
nosotros. Por eso hoy declaremos que nuestra confianza está sólo
en Dios, ya que Él dispuso todo lo necesario para que seamos
exitosos en este desafío.
1. Confiar en Dios es un privilegio. Vale la pena todo el esfuerzo
que hagamos para exponernos y memorizar las promesas de
Dios para nuestra vida.
D. La presencia del Señor en nosotros nos posiciona para recibir el
milagro.
1. El Espíritu del Señor Dios está sobre cada creyente por la misma
razón que descansó sobre Jesús. Aceptemos el llamamiento a lo
imposible, para que Dios sea glorificado en toda la tierra (Lc 4:18,
Ef 1:18-19).
E. Nuestro nivel de fe no limita la bondad de Dios. Fuimos concebidos
para creer en Dios. Esa es nuestra naturaleza.
1. Jesús se refirió con frecuencia al tema de la fe, dejando al
descubierto la incredulidad y luego exhortando a la gente a
creer.
2. Sin embargo, Él nunca negó un milagro debido a la pequeña
medida de la fe. Sanó a todos los que acudieron a Él, sin
importar la condición del corazón de la persona (Mt 17:20).
3. Cuando Jesús abordó la poca fe, nunca lo hizo para humillar ni
condenar. Siempre fue para posicionar a la persona para que
creciera en la fe, porque sin fe no podemos agradar a Dios.
4. Los milagros hicieron que las personas fueran más conscientes
de sus momentos divinos y garantizaron que le respondieran a
Dios con mayor confianza, y el resultado de lo que
experimentaron fue una mayor fe (Mr 9:23-24).
5. La mayoría de nosotros leemos nuestras Biblias con prejuicios
religiosos y culturales más de lo que pensamos. Pero Jesús lo
sabe y por eso los milagros siempre se han dado `por Su amor
y para que crezcamos en la fe (Juan 4:48).
F. Jesús no hizo milagros para mostrarnos lo que Dios puede hacer. Él
vino para revelar lo que podía hacer el hombre que estaba
correctamente relacionado con Dios. Su certeza al respecto era tal,
que afirmo que podríamos hacer cosas mayores que las que El hizo
(Jn 14:12).
G. La fe es lo que no se aparta de nosotros cuando encontramos la
plenitud en Dios.
1. Cada persona ha recibido una medida de la fe. Nuestra
confianza en Él aumenta, cuando esa fe la utilizamos para
disfrutar de Dios y Sus maravillas. La fe bien administrada
aumenta la misma fe.
2. Muchos cometen el error de tratar de hacer crecer su fe a
través del esfuerzo y de la autodeterminación. Esto siempre
conduce a la decepción y a la frustración. También puede dar
lugar a la presunción, que es una fe fingida y devastadora.
3. Utilice la medida de fe que tiene para descubrirlo a Él en aras
de conocerle. El resultado es una mayor fe.
4. Servimos a Aquél que es fiel y verdadero. Él no puede mentir.
Hoy será un día de grandes descubrimientos de quién es Él,
más allá de todo lo que pueda imaginar o pensar. ¡Él es la
alegría de mi vida! Yo soy un creyente verdadero, que vive
para darle gloria.
H. Debemos declarar la bondad de Dios cuando las cosas se vean bien
y sobre todo cuando se vean mal. Dios nunca cambia. ¡Él es un
Padre perfectamente maravilloso, uno, en el que podemos
deleitarnos en celebrar! (Job 1:21-22, 2:10).
I. Dios hace que todo obre para Su gloria, y para mi bien. ¡Podemos
encomendarle todas nuestras debilidades, fracasos, triunfos y éxitos,
para que Él sea glorificado! (Ro 8:28)
J. Necesitamos desarrollar el corazón para escuchar la voz de Dios
mas que la capacidad de oír Su voz (Stg 1:21).
1. Todos nosotros escuchamos la voz de Dios. No podríamos ser
salvos de otra manera. Él nos llamó a sí mismo, y nosotros
respondimos y volvimos a nacer. Esa es la única manera en
que ocurre la conversión (Ro 10:17).
2. Jesús describió nuestra capacidad dada por Dios, cuando dijo
que Sus ovejas conocen Su voz. Escuchar la voz de Dios es
una gracia divina concedida (Jn 10:27-28).
3. El corazón para escuchar es más importante que nuestra
capacidad de oír. ¿La razón? Dios asume la responsabilidad de
ser escuchado, cada vez que Él encuentra a alguien que desea
escuchar.
4. La humildad es la condición del corazón que atrae la voz de
Dios a su situación. Y cuando Dios habla, Él siembra la
respuesta en el corazón tierno de Sus hijos.
5. La semilla es la Palabra. La Palabra tiene la capacidad de
salvarnos. Dicho de otro modo, Su palabra tiene la capacidad
de cumplirse en y a través de nuestro corazón. Los corazones
humildes oyen bien.
6. Fuimos creados con la capacidad de oír la voz de Dios. Esa
capacidad está en nuestra nueva naturaleza que nos fue dada
en Cristo.
7. Incluso en nuestra debilidad, Él es fuerte y es más que capaz
de hablar lo suficientemente alto para que le oigamos.
Dispongamos nuestro corazón para ser oidores de Su voz.
K. La fe crece mediante su uso (Stg 2:26).
1. La fe es para nuestro corazón/ser interior lo que los músculos
son para nuestro cuerpo. La fe es lo que permite que la obra de
Dios se haga con eficacia a través de nosotros.
2. Nuestra fe a veces se estanca porque nos quedamos
atascados en una rutina. Nos acostumbrados a hacer las cosas
de cierta manera, en nuestro caminar con Cristo. El ejercicio
de ayer que sacudió a nuestro sistema para un mayor
crecimiento se convierte en la rutina de hoy.
3. En todos los milagros de Jesús registrados en las Escrituras,
ninguno de ellos se realizó de la misma manera que el anterior.
Eso ejemplifica el dinamismo de la fe.
4. Somos personas de fe. Nacimos para creer en Dios. Debido a
esto, no hay necesidad de que en algún momento nos
estanquemos en nuestra fe. Dispongamos nuestro corazón
para glorificar a Dios al depender en Su voz para nuestra vida.
L. Lo imposible es posible, porque nuestro Padre así lo hace.
Aceptemos Su Palabra y esta alianza con un corazón humilde para
que podamos ver manifiesta la gloria de Dios (Ez 2:1-2, Stg 1:21)
M. La fe se evidencia a través de la obediencia (Heb 11:1-2).
1. La falta de fe nos conduce a la desobediencia (Heb 11:6)
2. La fe me fue dada como un regalo. Es algo que yo
simplemente poseo porque Dios lo quiso así. Es un honor en la
vida demostrar Su fidelidad a través de nuestra fe. ¡Aceptemos
este privilegio para que Dios sea honrado en toda la tierra!
3. La fe es el resultado de la rendición, no de la determinación. La
fe es la respuesta normal de un creyente hacia Aquél que es
perfectamente fiel.
4. La obediencia entonces se convierte en la forma más práctica
para descubrir la fe en la vida de una persona.
5. La obediencia es la expresión de la fe auténtica, porque la
obediencia es lo que demuestra la confianza, ya que todas las
relaciones se basan en la confianza.
N. La fe no niega que exista un problema. Simplemente le niega al
problema un lugar de influencia.
1. Si somos verdaderos creyentes forma parte de nuestra
naturaleza creer en Dios. Debemos negarnos a ser
impresionado por los logros o las amenazas que vienen de los
poderes de las tinieblas o las situaciones mundanas.
O. La fe trae respuestas, pero la fe que perdura trae respuestas con
carácter.
1. Dios responde a las oraciones de forma diferente para cada
persona y cada ocasión.
2. Pero si no somos capaces de entender cómo obra Él, podemos
terminar frustrados en medio de un gran avance
potencialmente enorme.
3. Los creyentes con frecuencia desistimos de la respuesta por la
que hemos orado, porque ignoramos la manera como obra
Dios.
P. Un momento de aprender a responder a Su voz hará más para
desarrollar mi fe que un millar de años de mirar hacia adentro.

II. Se necesita esperanza


A. La esperanza es la anticipación gozosa de lo bueno. Es el lugar
donde crece la fe. Es uno de los valores y actitudes más
importantes, la verdadera semejanza de Cristo.
B. La esperanza llega al descubrir la bondad perfecta de Jesús, al
encontrarle a Él y a sus promesas perfectas. Sin esperanza es
imposible vivir la vida a su máximo potencial.
C. Se necesita valor para esperar lo mejor. Lo mas sencillo siempre
será esperar lo peor (Sal 42:5).
1. Leer los periódicos o ver las noticias en la televisión nos
expone a niveles de malas noticias en proporciones
desconocidas antes de esta generación.
2. Esta es la generación de la información instantánea. Podemos
enterarnos en instantes de una tragedia o una crisis en el otro
lado del planeta. Además de eso, las malas noticias se venden
mejor.
3. Cuando Jesús declaró que habrían “guerras y rumores de
guerras”, Él no nos dio una promesa; Él describió las
condiciones en las que iba a enviar a su ejército para el último
día (Mt 24:6).
4. Estamos aquí para hacer una diferencia. Tenemos que vivir
intencionalmente en el espíritu opuesto al del clima imperante,
cuando reconocemos un clima espiritual que es diferente al del
Rey y su Reino.
5. Si no lo hacemos, vamos a estar influenciados por ese
ambiente negativo. Fuimos concebidos por Dios para ser un
pueblo de extraordinaria esperanza.
6. Aprender a mantener la esperanza es una de las partes más
importantes de la vida del creyente, principalmente porque
atraemos lo que estamos buscando. Así que busque buenas
noticias.
7. La fundación de iglesias está en su punto más alto. La
transformación de las ciudades y las naciones está
incrementando rápidamente.
8. Somos agentes de esperanza; la esperanza eterna y sin fin que
nuestro Padre nos dio. Esta es mi posición privilegiada en la
vida (Ro. 15:13).
D. Podemos tener esperanza porque Dios nos da la autoridad sobre
cualquier tormenta que atravesemos (Mr 4:36-41).
1. Este momento demuestra cómo funciona el Reino, cómo
funciona la fe: Funciona desde el reposo.
2. A este lugar de reposo también se le puede llamar permanecer
en Cristo. Jesús enseñó esto en Su historia sobre la vid y los
pámpanos (Jn 15:5).
3. De la misma manera que una rama se conecta a la vid, así
debemos estar conectados a Cristo. Permanecer en Cristo
significa básicamente que vivimos en una conexión profunda
con el corazón, la mente y la presencia de Dios, con Sus
promesas.
4. La paz del Señor debe ser nuestra porción. Es nuestra
posesión para siempre. Elijamos vivir conscientes del Espíritu
Santo en nosotros, y no olvidar que Sus pensamientos acerca
para nosotros son buenos (Jer 29:11)
E. Para mantener viva la esperanza, debemos elegir meditar en las
promesas de Dios para nosotros (Num 23:19, Ro 4:21).
1. No puedo permitirme tener un pensamiento en mi mente que
no esté en la Suya. Por eso hoy debo declarar que mi
confianza está sólo en Dios, ya que Él dispuso todo lo
necesario para que yo sea exitoso en la vida.
F. Para mantener viva la esperanza debemos vivir de tal forma, que
nada se vuelva más importante que nuestra conciencia de Dios.
1. El diablo viene a matar, robar y destruir. Somos alimentados en
la cultura actual con una dieta constante de noticias sobre la
muerte, la pérdida y la destrucción, las huellas del diablo. Y si
le doy vueltas a lo que él ha hecho, voy a vivir en respuesta a
él, y él no es digno de afectar mi esperanza.
2. Como hijos de Dios y al vivir en lo sobrenatural, portamos la
presencia de Dios de una manera que puede ayudar a otros a
ser victoriosos, dándole a Dios toda la gloria.
G. Necesitamos aferrarnos a la esperanza en toda situación, pues el
Dios de toda esperanza es nuestro Padre.
1. No exaltemos el escepticismo, ni la incredulidad. Si somos
verdaderos creyentes, nuestra nueva naturaleza esta cargada
de mucha valentía y fe.
H. Jesús es la razón de la esperanza. Él es mi esperanza, mi futuro y
mi victoria (1 Tim 1:1).
1. La iglesia debe tener la mayor esperanza, alegría y amor en el
planeta. Los creyentes deben disfrutar de la vida al máximo al
vivir en la voluntad del Señor (Is 60:2-3).
2. Jesús cumplió todo lo que era necesario para que viviéramos
con esta actitud. Eso no quiere decir que somos un pueblo sin
problemas ni desafíos. Pero en todas las cosas somos
victoriosos en Cristo.
3. Todas las cosas relacionadas con la vida nos pertenecen,
debido a Sus logros en el Calvario. No debemos dejarnos
impresionar por el diablo.
4. Las promesas de Dios son mayores que cualquier conflicto o
desafío, ya sea personal o internacional. Si somos hijos de
Dios y tenemos esta esperanza, hablemos y actuemos
consecuentes con ella.
I. Cualquier área de nuestra vida en la que no tengamos esperanza
esta bajo la influencia de una mentira.
1. Nuestro Padre es perfecto en todos los sentidos. Él no deja
nada desatendido, ni es negligente con nuestra vida. Existen
solidas razones para tener una gran esperanza, porque el gran
dador de esperanza es nuestro Padre.
2. Protejamos nuestro corazón de las mentiras y las distracciones
que traiga el enemigo.
J. Nuestros avances comienzan cuando nos negamos a ser
impresionados por el tamaño de nuestros problemas, y dirigimos
nuestra mirada de esperanza hacia Cristo.
K. Jesús es la razón de esa esperanza, que hace que esta sea estable
y gloriosa. Vivamos de esta manera para que Dios sea glorificado y
para que la gente encuentre la salvación en el nombre de Jesús.

III. Se necesita amor


A. El amor lo cambia todo. Sin amor sólo vemos la desesperanza. Sin
amor no tenemos el carácter para ejercitar la fe. El amor encuentra
las promesas de Dios.
B. El amor busca las soluciones de un Padre que ama a la perfección.
Sin amor sólo vemos la ley y pasamos por alto su deseo de
honrarnos con la victoria.
C. Debemos aprender a vivir en el amor, a vivir en comunidad. Nuestro
corazón debe estar dispuesto a glorificar a Dios por la forma en que
valoramos a la gente (Jn 13:34-35).
D. Necesitamos proteger el corazón de las semillas de resentimiento y
amargura (Ef 4:31-32, Heb 12:15)
E. Somos llamados a comprometernos con una vida de amor en el
contexto de la comunidad y con un estilo de vida que aprecie la
diversidad en la familia de Dios.
F. Aunque seamos faltos de amor, la gracia infinita de Dios renueva
nuestra mente y corazón. Somos cambiados de gloria en gloria, todo
porque Dios es bueno y está plenamente comprometido con nuestra
transformación. Podemos estar seguros de que Él completará lo que
comenzó (2 Cor 3:18, Fil 1:6).
G. Nuestro corazón arde por Él, porque Su corazón arde por nosotros.
¡Lo amamos porque Él nos amó primero! En el mejor de los casos,
sólo podemos reflejar lo que Él tiene en Su corazón. Y es en este
sentido que consagramos nuestra vida, para exhibir la pasión de
Dios (1 Jn 4:19).
Pagina 274 Amor

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