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Investigacion Formativa - Grupo 2

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Vicerrectorado de Investigación.

FACULTAD DE CIENCIAS MÉDICAS

ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE MEDICINA

“Criterios de prioridad para pacientes con COVID 19, que


requieren camas UCI en el Perú”

AUTOR(ES):

Calla Condori, Shomara Daniella (0000-0002-3549-9310)

Conde Polo, Stephany Antuane (0000-0002-9876-9031)

Landeras Pinedo, Juliana (0000-0002-6362-5011)

Mego Rabanal, Daniela (0000-0002-0699-5964)

Silupu Espinoza, Melissa Joselin (0000-0002-8373-0775)

Rupay Yaya, Heysen (0000-0003-2723-1215)

ASESOR(A) (ES):

Dr. Walter Wellington Torres Moreno (0000-0002-7977-904X)

LÍNEA DE INVESTIGACIÓN:

Políticas y Gestión en Salud

TRUJILLO - PERÚ

2021
Vicerrectorado de Investigación.

INDICE
1. INTRODUCCION..................................................................................................iii

2. ARGUMENTACIÓN.............................................................................................vi

3. CONCLUSIONES.................................................................................................x

REFERENCIAS.......................................................................................................xii

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Vicerrectorado de Investigación.

1. INTRODUCCION
La situación crítica por la cual estamos pasando, se dio a causa del virus COVID-
19 y de su rápida expansión por el mundo, trajo consigo muchos problemas
dentro de nuestra sociedad, pero el que más resalta es la deficiencia de los
servicios de salud en países no desarrollados como es el caso del Perú. La
pandemia nos hizo ver todas las carencias que tenemos en el sector salud a nivel
nacional, y que actualmente se ve reflejada en la alta tasa de morbimortalidad a
causa del COVID-19.

Además de eso, podemos observar claramente que uno de los problemas más
importantes en el sector salud, fue que este no pudo brindar lo mínimo que se
requiere para atender a la población, como es la falta de camas UCI en los
servicios sanitarios.

La tasa de mortalidad a grado nacional al día actual alcanza una cifra de 62.674
defunciones por cada 100 mil pobladores, las zonas de Ica, Callao, Moquegua,
Lima, Lambayeque, Tumbes, La Ancash y La Independencia poseen las tasas
más altas y sobrepasan el promedio nacional. Las menores tasas de mortalidad lo
muestran los apartamentos de Pasco, Cajamarca, Cusco, Huancavelica, Puno y
Apurímac.

Siendo el conjunto de edad más perjudicado el de los adultos mayores, que


acumulan el 57.58% de los casos; tomando en cuenta a los adolescentes como
conjunto de alusión para el motivo de tasas, se prueba que el más grande peligro
de enfermar pasa en los adultos con un exceso de peligro de 58% y en los adultos
más grandes con 47%.

Cabe determinar que la puerta de ingreso poblacional al sistema de salud es el


primer grado de atención, en donde se desarrollan primordialmente ocupaciones
de promoción de la salud, prevención de peligros, diagnóstico precoz y
procedimiento atinado, así como la alusión a EESS de más grande grado, si
corresponde, por lo cual tiene la más grande demanda de atención. De esa forma,
a lo largo de la primera ola pandémica de coronavirus en el Perú, se vio que el
primer grado de atención (96.6) no estuvo operando, por lo cual toda la demanda
de atención viajó al segundo y tercer grado de atención.

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A lo largo de la enfermedad pandémica se ha aumentado el número de camas de
hospitalización y de cuidados intensivos relacionadas inicialmente de enfermedad
pandémica, teniendo actualmente un 113% de aumento en camas de
hospitalización y de 188% de aumento de camas de cuidados intensivos,
pudiendo contar actualmente con 1899 camas en hospitalización y 366 camas en
cuidados intensivos.

Nos planteamos como objetivo general, reconocer cuales son los criterios de
prioridad a tener en cuenta con relación a pacientes con COVID 19 que necesitan
camas UCI en nuestro país y como objetivos específicos, identificar qué criterios
toman en cuenta el personal de salud para brindar a pacientes con COVID 19 una
cama UCI, de acuerdo a la severidad de sus síntomas. Analizar la realidad
sanitaria en la que se encuentra nuestro país, teniendo en cuenta la falta de
Camas UCI en pacientes con síntomas severos. Describir la igualdad de
pacientes contagiados de COVID 19, ante el requerimiento de una cama UCI en
el Perú.

El virus del síndrome respiratorio agudo severo tipo-2 (SARS-CoV-2), causante de


COVID-19, pertenece al orden Nidovirales y a la familia Coronaviridae, estos virus
envueltos de tipo ARN se distinguen en 4 géneros: alfa, beta, delta y gamma;
siendo los dos primeros quienes infectan a los humanos, provocando
enfermedades que van desde un resfrío leve hasta infecciones severas como el
síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS), y el síndrome respiratorio agudo
severo SARS causantes de miles de muertes. La principal vía de trasmisión es la
respiratoria, a través de la tos y estornudos, se ha detectado en las heces, pero
en poca cantidad, de ahí que las medidas de protección contemplan el uso de
mascarillas, la higiene frecuente de manos con agua y jabón, a lo que se han
sumado otras medidas preventivas adoptadas en muchos países, como la
cuarentena y el distanciamiento social.

El periodo de incubación se estimó entre 4 a 7 días, pero el 95% de los casos fue
de 12 días, sin embargo, basados en otros estudios de casos de Europa, podría
ser de 2 a 14 días. La gran mayoría (80%) de los casos son asintomáticos
(pueden ser contagiosos) o tienen cuadros leves con malestar general y tos ligera,
en tanto que el 15 por ciento hace un cuadro moderado con fiebre, tos seca

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Vicerrectorado de Investigación.
persistente, fatiga, sin neumonía, y el 5 por ciento hacen cuadros severos,
caracterizados por fiebre constante, tos, disnea severa, debido especialmente a la
neumonía viral; daño cardiovascular, falla multiorgánica, y pueden fallecer entre 3
a 4% de los afectados¹.

Al ser muchos pacientes asintomáticos debido a que liberan grandes cantidades


de virus, son un desafío permanente para contener la propagación de la infección
ante tan crítica situación, los recursos resultan insuficientes para salvar todas las
vidas que se requiere. Y los médicos se ven obligados a tomar difíciles y penosas
decisiones cuando, ante dos pacientes en necesidad de auxilio, los medios
existentes como camas UCI solo alcanzan para uno, obligando necesariamente a
priorizar la asistencia de algunos, y posponer la de otros.

Es por ello, que el Ministerio de Salud creó un Grupo de Trabajo (multidisciplinario


de expertos) que lo asesorara en aspectos Bioéticos durante la pandemia COVID
19. El Documento Técnico “CONSIDERACIONES ÉTICAS PARA LA TOMA DE
DECISIONES EN LOS SERVICIOS DE SALUD DURANTE LA PANDEMIA
COVID-19”, señala que los siguientes pacientes no deben ingresar a UCI:
pacientes Inestables y críticos, pero con pocas posibilidades de recuperarse a
causa de su enfermedad de base o de la aguda: pueden recibir tratamiento
intensivo para aliviar su enfermedad aguda, pero también establecerse limites
terapéuticos, como por ejemplo no intubar y/o no intentar RCP y Pacientes cuya
enfermedad terminal e irreversible hace inminente su muerte².

La importancia de nuestro ensayo es investigar y describir los criterios que reúne


un candidato, en este caso un paciente con COVID 19, el cual necesite tener
acceso a una cama en UCI, debido a una complicación respiratoria, esto nos
ayudará a nosotros como estudiantes a tener una visión más realista de la
situación, agregando que nos ayudará a analizar la realidad sanitaria en la que se
encuentra nuestro país.

Nos proponemos entonces a investigar los requisitos que debe reunir un paciente
con COVID 19, ya que, debido a los recientes acontecimientos detallados en la
problemática de hoy en día, se ha visto que hay personas que no llegan acceder a

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estas camas, y fallecen sin tener acceso a ellas o simplemente deben de retirarse
hacia sus hogares.

2. ARGUMENTACIÓN

Todos los pacientes tienen el derecho de acceder al sistema de salud y recibir la


misma calidad de atención a través de sus diversas modalidades, incluida la
asistencia hospitalaria. La finalidad principal de toda atención o servicio de salud y
cuidado dirigido a personas con o sin COVID-19 es la protección de la vida y la
salud misma, tanto física como mental, la optimización de su bienestar de forma
integral, el no abandono, el respeto de la dignidad como ser humano y su
autodeterminación haciendo uso del máximo de los recursos disponibles, para el
mejor cuidado y tratamiento posible. En ningún caso las personas deben ser
sometidas a tratos crueles, inhumanos o degradantes al existir una prohibición
absoluta e inderogable al respecto. En esta situación de catástrofe sanitaria, el
equipo de salud en la unidad crítica debe aplicar los criterios de priorización
cuando se hayan agotado todas las posibilidades para disponer de los recursos
asistenciales necesarios y para optimizar el uso de los recursos disponibles. (2)

La asignación de recursos sanitarios en condiciones de escasez insubsanable


debe tener como objetivo garantizar tratamientos intensivos a pacientes con
mayor expectativa clínica de recuperación. En esa medida, es necesaria una
valoración contextual de las posibilidades de recuperación, así como de la posible
futilidad de tratamientos y monitoreo habitualmente escasos y de difícil obtención.
La edad o la discapacidad, por sí solas, no constituyen factores que permitan
tomar decisiones, ya que ello dependerá de la situación clínica general del
paciente. La carencia de camas en unidades de vigilancia intensiva y de
respiradores artificiales ha hecho surgir la pregunta de si era oportuno seleccionar
las personas que debían ser atendidas y la cuestión de cuáles serían los criterios
para realizar la selección. En un contexto de carencia de recursos sanitarios, la
elección debe ir orientada en favor de garantizar los tratamientos que tengan
“mayor posibilidad de éxito terapéutico”, privilegiando la “mayor esperanza de
vida”, basándose en la recomendación de poner un límite de edad para los

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ingresos y que la presencia de enfermedades añadidas a la edad, potencialmente,
puede dar lugar a un mayor consumo de recursos en el caso de pacientes
ancianos, frágiles o con enfermedades severas. De lo dicho resulta que, en
opinión del Comité de Bioética, cuando sea necesario graduar el acceso a los
tratamientos, la prioridad será establecida siguiendo los criterios indicados,
valorando respecto de qué pacientes el tratamiento puede resultar más eficaz y
presenta más garantías de supervivencia, lo que no presupone la exclusión
apriorística de una categoría determinada y, además, no excluye el acceso a otro
tipo de tratamientos. (3)

Con las Unidades de Cuidados Intensivos colapsadas en todo el país por la


pandemia, los médicos intensivistas se enfrentan a diario a tomar difíciles
decisiones y se ven obligados a decidir a qué pacientes priorizar para otorgarle
una cama en UCI. El contexto se repite en todos los hospitales del mundo, pero
en Perú la situación se agrava por la precariedad de la infraestructura en la salud
pública: escasez de camas, ventiladores y otros recursos. La infección por
coronavirus, causante de COVID-19, produce cuadros clínicos de diferente
gravedad, evolucionando en los casos más graves a cuadros de insuficiencia
respiratoria aguda con distrés respiratorio que precisan del ingreso en una unidad
de cuidados intensivos (UCI) y de ventilación mecánica; dentro de estas
complicación de la enfermedad la que más resalta es el distrés respiratorio, una
situación clínica de gravedad, con elevada mortalidad y con posibles secuelas
para los pacientes que la padecen, lo que implica que sólo algunos pacientes se
van a beneficiar de los recursos especializados. Es imprescindible establecer un
triaje al ingreso, basado en privilegiar la “mayor esperanza de vida”, y unos
criterios de ingreso claros, basados en un principio de proporcionalidad y de
justicia distributiva, para maximizar el beneficio del mayor número posible de
personas. (4) Debido a todo esto,  el Ministerio de salud, en junio de 2020
estableció un documento técnico; “Consideraciones éticas para la toma de
decisiones en los servicios de salud durante la pandemia Covid-19”, donde nos
proporciona un cuadro de criterios de priorización para decidir el ingreso de los
pacientes a cuidados intensivos, donde los que deben ingresar a UCI son
aquellos con Prioridad 1 : Pacientes críticos e inestables que necesitan

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tratamiento y monitorización que no puede ser proporcionada fuera de UCI y con
Prioridad 2: Pacientes que precisan monitorización intensiva y pueden necesitar
intervenciones inmediatas. Estos pacientes son catalogados con mayor
posibilidad de recuperación o reversibilidad esperable. Los pacientes que tienen
menos posibilidades de ingresar a UCI son los de Prioridad 3: Pacientes
inestables y críticos con pocas posibilidades de recuperarse a causa de su
enfermedad de base, aquí se establecen límites terapéuticos como por ejemplo
no intubar y/o no intentar RCP.  y los pacientes donde el ingreso a UCI no está
generalmente indicado son los de Prioridad 4 cuya enfermedad terminal e
irreversible hace inminente su muerte. (5)  

Las decisiones clínicas deben estar registradas en la historia clínica. En este


sentido, es importante velar por una comunicación fluida y transparente en el
equipo de salud. La historia clínica debe ser clara, objetiva, concreta y ajustada a
la verdad de los eventos en su totalidad. De su estructura depende la credibilidad
del acto médico ante los pacientes y de los profesionales de la salud ante la
sociedad. Hoy en día, el trabajo médico, especialmente el de tipo hospitalario, se
lleva a cabo en equipo por lo que hay que tener una comunicación fluida con cada
miembro y prever que en la historia clínica quede constancia de los pasos que se
siguieron para llegar a esa opinión científica. (6) Se vuelve de muy importante
relevancia sobre todo en estos momentos donde hay que tomar decisiones que
pueden ir en contra de la ética médica y ocasionar problemas posteriores con los
familiares de los pacientes, donde la historia clínica constituirá un documento
legal probatorio para indicar que no hubo negligencia, la actitud contraria a la
diligencia, sinónimo de abandono, dejadez, desidia, descuido e incuria. (7)

La decisión de limitar el esfuerzo terapéutico para los pacientes que no ingresan a


la UCI debe estar fundamentada y debe ser comunicada a sus familiares; todo
paciente que tiene las posibilidades de entrar  a UCI, tendrá una valoración antes,
y así a través de esta se podrá justificar su ingreso o no, esta debe de ser
fundamentada por el médico que realiza la valoración con detalles, si el familiar lo
pide, al igual que serán parte del comunicado, ya que el médico intensivista
tendrá que entablar una comunicación asertiva. Dentro de esta valoración del
paciente para su entrada o no, se puede tomar el diagnóstico de la enfermedad,

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es decir que sea una fisiopatología que justifique el uso desde ventiladores
mecánicos, hasta la supervisión constante de personal sanitario. (7)

Todo paciente admitido a la UCI o a otras áreas críticas recibirá asistencia


médica, la que determinará la intensidad terapéutica; la asistencia sanitaria dentro
del área UCI es continua, y la estadía del paciente en esta área, estará sujeta a
constante valoración; siendo así que las decisiones sobre la intensidad
terapéutica, así como las medidas de abstención y retiro de soporte vital, serán
tomadas de manera colegiada entre los profesionales del equipo de salud; y serán
comunicadas y justificadas a los familiares. (7) También es importante que todos
los ingresos a cuidados intensivos deben estar sujetos a reevaluación constante
de los objetivos y proporcionalidad de los tratamientos. Si se considera que un
paciente tiene mal pronóstico por no evidenciar una respuesta favorable al
tratamiento instituido, a pesar de haberse agotado las propuestas curativas, no
debe posponerse la decisión de disminuir la terapia y la reasignación del paciente
de cuidados intensivos a un lugar digno para su estadía que permita un manejo
paliativo. (2)

Los trabajadores de salud y actividades afines que hayan adquirido


ocupacionalmente la COVID-19 tendrán prioridad de ingreso a la UCI, siempre y
cuando se encuentren dentro de los criterios establecidos para tal efecto. En línea
con el reconocimiento del alto riesgo del personal de salud frente a la pandemia,
la Organización Mundial de la Salud, les recordó a los gobiernos “la
responsabilidad jurídica y moral de garantizar la salud, la seguridad y el bienestar
de los trabajadores de la salud” y los invitó adoptar medidas como establecer
alianzas entre las políticas y las estrategias de seguridad de los trabajadores de la
salud y la seguridad del paciente, elaborar y aplicar programas que promuevan la
salud y seguridad en el trabajo, protegerlos de la violencia en su sitio de trabajo,
mejorar su bienestar psicológico y salud mental, así como cuidarlos de los
peligros físicos y biológicos. También instó a los gobiernos a reconocer la
importancia de cuidar a los trabajadores de la salud, como pieza fundamental en
la atención, prevención, manejo y contención de esta pandemia y de futuras
situaciones que puedan afectar el equilibrio de nuestra sociedad. Por su parte,
algunos investigadores señalaron que los problemas de salud mental generados

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por esta situación pueden afectar capacidades como la atención, la comprensión
y la habilidad en la toma de decisiones importantes para el desempeño de las
actividades en salud y sugirieron que es esencial priorizar la atención en salud
mental del personal de salud en la lucha contra la pandemia por COVID-19. (2)

3. CONCLUSIONES 

El derecho de acceder al sistema de salud es para todos los pacientes infectados


o no por COVID 19, y la finalidad de toda atención o servicio de salud es la
protección de la vida y la salud misma, y no recibir tratos crueles o degradantes.
La pandemia en la cual nos encontramos, orilló al sistema de salud a que cuando
un paciente requiera una cama UCI, se apliquen criterios de priorización, pero
estos solo se usaran cuando se hayan agotado todos los recursos disponibles.

La necesidad de deber meditar “sobre a quién curar, cómo curarlo y si curarlo”,


impuesta por las carencias del sistema estatal, imponen a la obligación de ampliar
el propio razonamiento y de reflexionar, sobre el respeto de la personalidad del
enfermo y, en el plano de la autodeterminación terapéutica, sobre la cuestión de
las opciones atinentes al final de la vida; lejos de poder dar una respuesta
resolutiva plantean al jurista desafíos ineludibles. 

En nuestro país con un sistema de salud tan precario y deteriorado, y ante el


incremento de casos de infectados, surgieron dilemas éticos sobre a qué paciente
se prioriza el otorgamiento de las camas en UCI. Es muy difícil para los médicos
tomar una decisión con consideraciones éticas justas ya que involucran seres
humanos cuyo derecho primordial es la vida. Se creo un documento técnico
creado por el MINSA, el cual es de gran ayuda, ya que actúa frente a decisiones
que encierran conceptos éticos evitando sentimientos de culpa, estrés y reproche
social.

El documento que nos brinda el Ministerio de Salud es un respaldo, pero sigue


siendo imprescindible el uso de las historias clínicas, ya que deben reflejar todo lo
acontecido con el paciente, sobre todo en estos casos de priorización donde se

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pueden suscitar casos de negligencia, constituyendo así un documento legal que
puede ser requerido posteriormente. 

Dentro de los criterios señalados en el documento técnico del Minsa;


Consideraciones éticas para la toma de decisiones en los servicios de salud
durante la pandemia Covid-19, se indica que la no admisión de un paciente al
área UCI tendrá que ser justificada luego de su valoración y comunicada a los
familiares.

Los pacientes admitidos a la UCI recibirán asistencia médica que determinará la


intensidad terapéutica, y estará sujeta a constante valoración; la abstención y
retiro de soporte vital, serán tomadas por los profesionales del equipo de salud; y
justificadas a los familiares. Si se considera que un paciente tiene mal pronóstico,
y se agotaron las propuestas curativas, no debe posponerse la decisión de
disminuir la terapia y la reasignación del paciente.

El reto es grande y el compromiso es de todos en la construcción de mecanismos


que nos permitan a futuro hacer frente a crisis sanitarias de esta magnitud, sin el
sacrificio del propio bienestar. Es necesario fortalecer el sistema de salud y
generar condiciones laborales que dignifique el ejercicio de la profesión, así como
reconocer el inmenso valor que tiene el personal de salud en el cuidado de la
vida.

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REFERENCIAS

1. Maguiña C., Gastelo R., et. al. El nuevo coronavirus y la pandemia del
Covid-19. Rev Med Hered. 2020; 31:125-131. Disponible en:
http://www.scielo.org.pe/pdf/rmh/v31n2/1729-214X-rmh-31-02-125.pdf 
2. Perales J., Lerner S., et. al. Documento Técnico Consideraciones éticas
para la toma de decisiones en los servicios de salud durante la pandemia
Covid-19. 1ª. Edición, Lima, Ministerio de Salud del Perú. Junio 2020.
Disponible en:
https://cdn.www.gob.pe/uploads/document/file/871496/consideraciones-
eticas-para-la-toma-de-decisiones-en-los-servicios-de-salud-durante-la-
pandemia-covid-19-v2.pdf
3. Rotondo, Valerio. La decisión clínica en una situación de pandemia.
[Internet]. 2020. Recuperado de:
https://roderic.uv.es/bitstream/handle/10550/78422/7435531.pdf?
sequence=1&isAllowed=y
4. Rubio O, Estella A., Cruz M., et al. Sociedad Española de Medicina
Intensiva, Critica y Unidades Coronarias.  Recomendaciones éticas para
tomar decisiones en las situaciones clínicas excepcionales de crisis por
pandemia Covid-19 en las Unidades de Cuidados Intensivos.
Bioética web. 23 de marzo 2020. [Citado 06 de julio 2020] Disponible en:
https://www.bioeticaweb.com/wp-content/uploads/etica-semicyuc-covid-
19.pdf
5. Perales J., Lerner S., et. al. Documento Técnico Consideraciones éticas
para la toma de decisiones en los servicios de salud durante la pandemia
Covid-19. 1ª. Edición, Lima, Ministerio de Salud del Perú. Junio 2020.
[ Citado de julio 2021]. Disponible en:
https://cdn.www.gob.pe/uploads/document/file/871496/consideraciones-
eticas-para-la-toma-de-decisiones-en-los-servicios-de-salud-durante-la-
pandemia-covid-19-v2.pdf
6. F., G., & C., A. (2012). La historia clínica: elemento fundamental del acto
médico. Rev. Colomb. Cir., (27), 15-24. [citado 06 de julio 2021 ] Disponible
en : http://www.scielo.org.co/pdf/rcci/v27n1/v27n1a2.pdf

xii
Vicerrectorado de Investigación.
7. Organización Mundial de la Salud. Garantizar la seguridad de los
trabajadores de la salud para preservar la de los pacientes [Internet]. OMS;
2020. [citado 2021 julio 5]. Disponible en:
https://www.who.int/es/news/item/17-09-2020-keep-health-workers-safe-to-
keep-patients-safe-who

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