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Ideologías Del Curriculum

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Curriculum como ideología

Schiro (2013) menciona que existen 4 grandes ideologías curriculares, cada una de

estas visiones representa distintas creencias o ideas acerca del tipo de conocimiento

que debe ser enseñado en las escuelas, la inherente naturaleza de los niños, en qué

consiste el aprendizaje escolarizado y de qué manera los profesores deben impartir la

instrucción y como debe evaluarse al estudiante [CITATION Uni20 \l 2058 ].

Cada ideología curricular tiene su propio sistema de valores, propósitos educativos, sus

propias definiciones y conceptos. A continuación se presentan:

Académica-erudita.

Los defensores de esta ideología curricular creen que a lo largo de los siglos nuestras

culturas, han acumulado una enorme cantidad de conocimiento que ha sido organizado

a su vez en disciplinas cuyo mejor ejemplo se encuentra en las universidades. El

propósito de la educación académica es ayudar a los estudiantes a aprender ese

conocimiento acumulado a lo largo de los siglos y que se presenta en forma de

disciplinas académicas. Adquirir conocimiento de estas disciplinas académicas implica

aprender todo su contenido, sus marcos conceptuales y su forma de pensamiento. Los

profesores deben ser mini-científicos que tienen un conocimiento profundo de su propia

disciplina y pueden presentarlo de manera apropiada a los niños o estudiantes

universitarios. Una disciplina académica es vista como una comunidad de personas

jerárquicamente organizados que buscan la verdad en una parte de su universo del

conocimiento. Esta comunidad jerárquica tiene al tope de la misma a los eruditos o

científicos que investigan temas relacionados a la misma disciplina, luego los


profesores que transmiten estos conocimientos a los estudiantes y finalmente los

alumnos que a medida que progresan pueden llegar también a ser profesores y por

supuesto científicos o miembros prominentes de su disciplina [ CITATION Aro17 \l 2058 ].

El propósito de la educación académica es extender el alcance de su disciplina al

introducir más gente a su campo de aplicación. Esto implica introducir un alumno por

ejemplo a las nociones básicas de la estadística en educación primaria, mejorar su

conocimiento de la materia en educación secundaria, especializado en la educación

universitaria y finalmente convertirlo en un erudito en la materia al llegar a ser

catedrático o profesor y de allí seguir progresando al crear nuevo conocimiento de su

disciplina mediante investigaciones.

Un currículo académico provee los medios para diseminar la disciplina y en este caso

los currículos académicos establecen prioridades, por eso hemos visto que

comunicación y matemática son las disciplinas más favorecidas.

Ideología curricular de la eficiencia social.

Según Noriega los defensores de este tipo de currículo creen que el propósito de la

educación es satisfacer de forma eficiente las necesidades de la sociedad al instruir a

los jóvenes de manera que funcionen como individuos maduros que construyen la

sociedad. Su principal objetivo es capacitar a los jóvenes para que adquieran

habilidades y conocimientos que necesitarán en el lugar de trabajo o en su casa o en su

vida productiva en el futuro de manera que se perpetúe la sociedad o mejor dicho la

forma en que queremos que esa sociedad sea a futuro.


Estas personas creen que la esencia del estudiante o el principal trabajo de ellos es

adquirir competencias para desempeñarse activamente en su vida adulta. Los jóvenes

se educan aprendiendo a ejecutar las funciones necesarias para generar productividad

social. Los profesores administran la instrucción al seleccionar y utilizar estrategias

educativas diseñadas para ayudar a los estudiantes a adquirir las conductas y

conocimientos prescritos por su currículo.

Los teóricos de la eficiencia social creen que la manera más fácil de alcanzar los

objetivos terminales de un currículo es la aplicación de rutinas de procedimiento

científico (verbos activos); parte central de este proceso es la idea de que el cambio en

la conducta humana, (aprendizaje) sucede mediante un proceso de causa y efecto,

acción o reacción, o estímulo y respuesta. Este tipo de educación es muy popular en la

actualidad y los procesos de reforma educativa a nivel de América Latina están

inmersos en convertir la educación en algo que se parezca a la ideología de eficiencia

social.[ CITATION Uni061 \l 2058 ].

La ideología del aprendizaje centrado en el alumno.

Los proponentes de esta ideología están comprometidos con la necesidad de cada

individuo, creen que las escuelas deben ser lugares divertidos, donde la gente se

desarrolle de manera natural de acuerdo a su propia forma de ser y deseos. Su objetivo

centrado en el alumno es el crecimiento de cada individuo, cada uno en armonía con

sus propias emociones, intelecto, y atributos físicos. Los educadores creen que cada

persona contiene dentro de sí mismo sus propias capacidades para crecer, los agentes

(profesores) son vistos como la fuente de contenido para el currículo; y las metas de
este tipo de currículo pueden ir mucho más allá de las prescritas porque dependerán de

las aspiraciones de cada estudiante. Defienden el concepto del crecimiento individual

como el tema central de su tarea educativa. Los estudiantes progresan a medida que

desarrollan sus propias habilidades y son en sí mismos el objetivo terminal del

educador [ CITATION Aro17 \l 2058 ].

Como resultado de esta idea, la educación involucra el descubrimiento de las

capacidades inherentes de cada persona. Es un tipo de facilitación de virtudes

saludables y crecimiento extraído de las propias habilidades de la gente.

El aprendizaje es considerado como una función de la interacción entre una persona y

su medio ambiente. Debido a que las interacciones individuales con su medio ambiente,

se presume ser únicas para cada persona se cree también que el resultado del

aprendizaje es exclusivo de cada individuo.

Quienes planifican currículos centrados en el alumno buscan crear contextos,

ambientes o unidades de trabajo en la que los estudiantes puedan generar significado

para sí mismos al interactuar con otros estudiantes, con los profesores, con ideas y

cosas. El trabajo del educador es crear de forma cuidadosa esos contextos, ambientes

o unidades de trabajo que estimularán el crecimiento en los estudiantes a medida que

ellos construyen significado (aprendizaje) para sí mismos.

La ideología curricular de reconstrucción social.

Las personas que defienden esta ideología están conscientes de los problemas de

nuestra sociedad y las injusticias, ellos asumen que el propósito de la educación es


facilitar la construcción de un modelo más justo de sociedad que satisfaga a todos sus

miembros. Los currículistas de reconstrucción social asumen que la educación es un

proceso social por medio del cual la sociedad se regenera o reconstruye. Ellos tienen fe

en la habilidad de la educación, utilizando el currículo como medio, para enseñarle a la

gente a comprender su propia sociedad de forma que puedan desarrollar una visión

para traer cambios a su existencia.

Debido a que estas personas de la educación desde una perspectiva social, la

naturaleza de la sociedad es lo que es y el tipo de sociedad esperada se vuelve el

objetivo del currículo, consideran que la experiencia humana es moldeada

poderosamente por factores culturales y asumen que las creencias de las personas son

determinadas por sus experiencias sociales, creen también que la verdad y el

conocimiento están basados y definidos por la misma cultura. Como resultado los

defensores de la reconstrucción social creen que no hay un solo individuo bueno, no

hay buena educación, no existe la verdad y tampoco buen conocimiento aparte de su

propia visión de una buena sociedad.La misión de un currículo en este tipo de sociedad

es rectificar la situación al eliminar o cambiar la cultura actual o los aspectos de esa

sociedad que consideran no deseables y sustituirlos por valores que consideren

adecuados y de esa manera reconstruirán su cultura de manera que sus miembros

adquieran satisfacción máxima que finalmente solucione o provea para sus

necesidades materiales, espirituales e intelectuales. [ CITATION Aro17 \l 2058 ].

Relación currículum-ideología-capacidad crítica para el Estado, las instituciones

educativas se han convertido en un bastión importante para desde ahí conformar un

tipo de persona y, sociedad que convenga a intereses de clases y, grupos de poder.


A través del Celerino Casillas-Gutiérrez. Currículum, ideología y capacidad crítica en la

docencia universitar... PDF generado a partir de XML-JATS4R por Redalyc Proyecto

académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto 5

currículum, se moldea al tipo de ciudadano que queremos ser, se deciden contenidos,

métodos, estrategias, recursos con los que un docente debe enfrentar su práctica. La

visualización desde un enfoque curricular crítico nos permite revisar el influjo del

currículum dentro de la vida de las personas, así como el impacto, sus consecuencias y

significados políticos y sociales que genera la práctica educativa, y la validación de un

contexto natural del conocer, del hacer y del ser, como si no fuera dependiente de una

construcción social e histórica. En ese sentido, se hace una apreciación crítica de

reconocer los valores, la ideología y la práctica política que se esconde tras la práctica

del currículum y ante ello, se genera un compromiso moral que intenta la emancipación

política. Es a través del currículum como se pueden seleccionar otros tantos contenidos

culturales -ante los ya dados o naturalizados- como una forma de reconstruir el

conocimiento de que disponen los grupos sociales, y por ende, mostrar un interés por

las estrategias de enseñanza y aprendizaje que faciliten los procesos de reflexión,

crítica, transformación, de participación democrática, de responsabilidad y solidaridad.

El marco ideológico, premisa para el actuar docente

El cuerpo docente dentro de su práctica trae consigo referentes ideológicos desde los

cuales ejecuta el acto educativo y permea el proceso enseñanza-aprendizaje dentro del

aula. La carga ideológica presente entre docente y estudiante condiciona una y otra vez

el proceso educativo, generando relaciones de poder. McLaren (1998) es claro en este

sentido el docente “debe descubrir los intereses ideológicos ocultos que subyacen en
sus propias prácticas pedagógicas y su habilidad para enseñar y aprender con otros” (p.

280). Es un ser inacabado con posibilidades de transformarse ante el reconocimiento

de que es también un ser alienado y que dentro de sus prácticas se esconden intereses

que privilegian a los grupos dominantes. Por otro parte, Freire (2010) comenta respecto

al docente en primer lugar es preciso que el docente esté por lo menos inclinado a

cambiar. En segundo lugar, el docente debe tener claro cuál es su posición política. La

educación es una práctica política, y el docente, como cualquier otro ciudadano, debe

hacer su elección. En tercer lugar, es preciso que el docente empiece a construir su

coherencia, que disminuya la distancia entre su discurso y su acción…la primera pelea

que un docente progresista debe dar es consigo mismo [CITATION Uni17 \l 2058 ].

El profesorado debe estar claro hacia dónde inclinar su práctica, cómo favorecer una

relación dialéctica con su entorno social, económico, político y cómo transformarse en

pro de favorecer una visión de mundo distinta. El marco ideológico puede constituirse

en un elemento central para que el docente actúe de manera diferente en su práctica

dentro del salón de clases. Reconocer desde su posicionamiento cuál es la

intencionalidad de su ejercicio académico y cómo sus pensamientos y sus paradigmas

tiene influencia en el desarrollo formativo y profesional y hacía con el desarrollo de la

capacidad crítica del estudiante puede generar opciones para la transformación

individual y social del sujeto. Cualquier docente actúa con base en su ideología que

puede externarla ante los otros, de manera implícita o explícita. El mismo McLaren

(1998) comenta que la práctica pedagógica es “aquella práctica que exige un

compromiso con la trasformación social en solidaridad con los grupos subordinados y

marginados, lo que por necesidad implica una opción preferencial por el pobre y la
eliminación de las condiciones que permiten el sufrimiento humano” (p. 198). De ahí la

importancia de cuestionar constantemente la práctica educativa porque si el docente y

estudiante no se interrogan, no se descubrirá el carácter ideológico, reforzador de

intereses ajenos y hasta contrarios a los sujetos que intervienen en el proceso

enseñanza-aprendizaje. La ideología crítica se centra en esta instancia alrededor de un

análisis crítico de las fuerzas subjetivas y objetivas de dominación, y al mismo tiempo

revela el potencial transformador de los modos alternativos del discurso y de las

relaciones sociales basadas en los intereses emancipatorios. (Giroux, 1992, p. 185).

Recuperar la subjetividad del docente y del alumnado permite en el proceso de

socialización del conocimiento conocer de fondo quiénes son y para qué son y cómo

entre ambos pueden generar conciencia política y social. El docente tiene con el

educando una gran responsabilidad, pues es quien al convivir con este tendrá que

desafiarlo para que participe como persona de su propia formación y de un actuar

consciente ante la sociedad. Eso distancia a dos actitudes dentro de la práctica

docente: ceder ante las tentaciones de la instrucción de contenidos y la capacitación de

habilidades o bien trabajar por la conformación de una capacidad crítica. Ambas

posibilidades se nutren de uno y otro siempre. La gran tarea es darse cuenta de manera

analítica, critica y reflexiva que sucede con su entorno y con el mundo y cómo pueden

incidir en la transformación de este, para el beneficio social colectivo. Dentro del aula no

puede permitirse exigir al estudiante que reflexione sobre su actuar y su condición como

sujeto de aprendizaje, si el docente no tiene claro hacia dónde va, ni quiénes son sus

interlocutores, si ni siquiera se ha preguntado, qué es lo que busca y desea, y para qué

enseña. Si el docente exige en el educando, desde un marco ideológico distinto dentro

del proceso formativo; entiende que los contenidos y las habilidades son recursos que
el estudiante debe aprender como medios para entablar un diálogo con el saber. El

proceso formativo que deviene en el docente y estudiante no es un instante que

soluciona un problema, sino la constitución de un pensamiento y capacidad crítica que

puede adelantarse a los problemas; la diferencia emerge si el docente puede crear un

lugar que permita pensar y pensarse desde otra circunstancia dentro y fuera del aula,

esto es, si se tiene la posibilidad de que la persona construya un lugar para completarse

y reconfigurarse dándole un sentido y una significación a su actuar en el mundo. Un

acto formativo inicia cuando docente y educando se posicionan uno frente al otro para

compartir un espacio desde donde se desarrollarán sus respectivas prácticas

compartiendo sus experiencias, sus valores, sus emociones, sus formas de vida y sus

realidades semejantes. ¿Construir, deconstruir y reconstruir el conocimiento es la

apuesta para que el docente encuentre el sentido de su quehacer, y a su vez, se vea

reflejado a sí mismo como una persona de contradicciones, de encuentros y

desencuentros con sus propios pensamientos y significados que le permitan

concientizarse de lo qué es y quiere ser, de lo qué ha sido y de lo que será. En ello, va

el cambio de paradigma y de representaciones en el cual ha vivido en su práctica y que

puede modificar si es capaz de concientizarse de manera política y social recuperando

su historicidad dentro del contexto que le toca ubicarse. La posibilidad de aprendizaje

de un contenido descansa en la apertura del pensamiento reflexivo, crítico, tanto del

docente como del alumnado. Un contenido que no se discute se solidifica en los

esquemas cognitivos del educando, es una paradoja educativa, al ofrecerse una

continuidad entre las IES y el campo laboral se crea la ilusión de que el conocimiento ya

se aprendió. El proceso formativo se vuelve un suspiro, replicar y contrastar es la

premisa que justifica los niveles de ejercicio docente y los alcances de una práctica
docente que no encuentra más expresión que demandar cursos de capacitación,

estrategias de aprendizaje, recursos didácticos, control de grupo, modalidades de

atención, entre otras.

BIBLIOGRAFÍA
Noriega, A. D. (20 de Abril de 2017). Las cuatro clases de ideologías curriculares. México.

UMCE. (Septiembre de 2020). IDEOLOGÍAS CURRICULARES Y CONCEPCIONES. Santiago, Chile.

UNAM. (24 de Diciembre de 2017). Currículum, ideología y capacidad. México, México.

Universidad de Murcia. (Agosto de 2006). La construcción social del currículum:análisis crítico de los
aspectos semánticos. España.

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