Tema 1
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MODERNISMO
Y GENERACIÓN DEL 98. RUBÉN DARÍO Y ANTONIO MACHADO
1.- El Modernismo
1.1.- Definición: es un movimiento de carácter general (cultural, espiritual, artístico, etc.) que se
desarrolla en los últimos años del siglo XIX y mantiene su vigencia hasta 1914. Como
movimiento literario se inicia en Hispanoamérica y de allí pasó a España de la mano de Rubén
Darío.
1.2.- Orígenes: constituye una reacción contra el mundo burgués, su modo de vida y su sistema
de valores, y contra el arte realista característico de la sociedad burguesa. Pretende dar al arte
un tono aristocrático, huyendo de lo vulgar y buscando matices más ideales.
Los modernistas buscan sus raíces en dos movimientos franceses de mediados del siglo XIX:
a) El Parnasianismo: movimiento que se interesó sobre todo por los aspectos formales
del arte (esteticismo), incorporando además el gusto por lo clásico y lo exótico.
b) El Simbolismo: continúa el Parnasianismo en su preocupación por la belleza del
arte, pero incorpora la subjetividad, las emociones y las sensaciones, especialmente
las que tienen un carácter fugaz y momentáneo. Se caracteriza por el empleo de
símbolos cuya finalidad es potenciar la sugerencia. Este deseo de sugerir, más que
de “decir”, les llevó a desarrollar los aspectos más musicales de la lengua (nivel
fónico) y la sinestesia.
1.3.- Tendencias del Modernismo: Se suelen distinguir dos tendencias dentro del
Modernismo:
a) Modernismo canónico o esteticista, más cerca del movimiento parnasiano que del
simbolista, preocupado sobre todo por la búsqueda de la belleza sensible, lo que se
manifiesta en:
a. Los temas: temática exótica, escapista y evasiva: lo mitológico, lo oriental, lo
medieval, el mundo de la infancia o lo fantástico son motivos frecuentes. Suele
aparecer un mundo refinado y decadente (aristocratismo).
b. El lenguaje: presentan un estilo muy refinado que busca lo sensorial mediante
un léxico colorista, brillante, exótico y evocador, con especial atención a la
adjetivación ornamental (epítetos). Usan imágenes de gran plasticidad en las
que frecuentemente aparece la sinestesia (mezcla de sensaciones).
c. Llevan a cabo una extraordinaria renovación de la métrica buscando la
musicalidad o el valor evocador.
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Las dos tendencias constituyen dos formas de rechazar la realidad en la que vive el
poeta, por ello se suele hablar de una actitud de huida de la realidad. Esta huida puede
producirse hacia fuera (en el tiempo y en el espacio, en el primer caso) o hacia adentro (la
propia intimidad), en el segundo.
Son modernistas Manuel Machado, Salvador Rueda, Juan Ramón Jiménez en su
primera etapa, Antonio Machado en Soledades, galerías y otros poemas.
2.1.- Definición: Denominamos Generación del 98 a un grupo de escritores que surge en torno
al desastre colonial español (1898, España pierde sus últimas colonias ultramarinas), en cuyas
obras presentan preocupaciones comunes sobre la identidad española y la necesidad de una
regeneración nacional.
2.2.- Temas: Estos autores pretenden encontrar la verdadera esencia de España y la solución a
sus problemas a través de tres caminos: El paisaje, la historia y la literatura; con estos temas:
a) El tema de España. Sienten una enorme preocupación por España y ven la necesidad
de regenerarla, a partir de sus raíces, de sus tradiciones y de la educación.
b) Castilla y su paisaje. Se convierte en materia de reflexión para buscar, a través de
ellos, la esencia de España.
c) Preocupación existencial. Se plantean la inmortalidad del alma, el conflicto entre la
razón y la fe, o la esencia del ser humano.
d) La envidia. (El cainismo) como uno de los grandes males de los españoles, que
llevará a algunos poetas (A. Machado) a hablar de las dos Españas.
2.4.- Etapas y autores: Son miembros de esta Generación José Martínez Ruiz (Azorín),
Ramiro de Maeztu, Miguel de Unamuno, Pío Baroja y, más tardíamente, Antonio Machado y
Ramón Mª del Valle-Inclán. Su cercanía ideológica llevó a Azorín a plantear la existencia de
esta generación.
En la evolución de estos autores se pueden distinguir varias etapas:
a) Etapa de juventud. Marcada por un espíritu de rebeldía y de protesta contra lo que
representaba la tradición española.
b) El Grupo de los Tres. Formado por Azorín, Baroja y Maeztu, quienes proponen una
“ciencia social” que sea capaz de analizar los males de España (sociales, educativos,
etc.) y buscar soluciones.
c) La madurez del 98. Llega asociada al abandono del radicalismo juvenil. El
conocimiento de España los lleva a valorar lo que desdeñaron en un principio.
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euforia y profundas caídas en la depresión. Pero también se señala de él su bondad, su carácter
generoso y el valor de la amistad.
3.1.- Obra poética
En conjunto, se trata de una poesía bastante versátil que recoge todas las características
del Modernismo, pero manteniendo siempre como principio la búsqueda de la belleza por medio
de la palabra.
El primer libro importante es Azul, publicado en 1888: es un libro de búsqueda en el
que se advierte la influencia francesa de Víctor Hugo y los parnasianos; se exalta la Grecia
clásica y el siglo XVIII, se prefieren ambientes exóticos; se advierte una acentuada
preocupación por el ritmo y la musicalidad del verso.
En Prosas profanas (1896), su modernismo llega al cénit: aparece un mundo rutilante
de belleza y colorido encarnado en nuevas combinaciones métricas y en versos desconocidos en
la tradición métrica hispánica (eneasílabos, dodecasílabos) o recuperados de esa tradición
(alejandrinos). Destaca el erotismo y la sensualidad de muchos de los poemas. También
comienzan a aparecer poemas con motivos españoles.
Cantos de vida y esperanza (1905), es su obra más importante. El poeta contempla ya
en la distancia la mitología modernista que contribuyó a crear y se sitúa ahora en la línea del
Modernismo más intimista y más meditativo. Los temas giran en torno a dos ejes: a)
preocupaciones filosóficas (el paso del tiempo, el sentido de la vida, la pérdida de la
juventud…) y b) el mundo hispánico frente al imperialismo estadounidense. En muchos
poemas podemos apreciar un tono más profundo y una mayor sencillez en la forma de
expresión.
Otros libros importantes son El canto errante (1907) y Poema de Otoño y otros poemas
(1910).
3.2.- Recursos formales
a) Métrica. Para él, como para todos los modernistas, la poesía era, ante todo, música. De
ahí que concediese una enorme importancia al ritmo. Su obra supuso una auténtica
revolución en la métrica castellana. Junto a los metros tradicionales (octosílabo y el
endecasílabo), utilizó versos apenas empleados con anterioridad, o en desuso
(eneasílabo, el dodecasílabo y el alejandrino), enriqueciendo la poesía con nuevas
posibilidades rítmicas.
Innova en el uso del alejandrino adaptándolo a estrofas y poemas estróficos para las que
tradicionalmente se empleaba el endecasílabo (el cuarteto, el sexteto y el soneto). También
adapta los ritmos de las literaturas clásicas (grecorromanas) a la lírica hispánica (yámbico y
trocaico, dactílico, anfíbraco y anapéstico)
-Utiliza campos semánticos que connotan refinamiento, como el de las flores ("jazmines",
"dalias", "lotos", "magnolias", etc.), el de las piedras preciosas ("ágata", "rubí", "topacio",
"esmeralda", "diamante"…), el de los materiales de lujo ("seda", "porcelana", "mármol",
"armiño", "alabastro"…), el de los animales exóticos ("cisne", "bulbules"… ), o el de la música
("lira", "violoncelo", "clave", etc.).
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- Recurre con frecuencia a personajes y elementos propios de la mitología griega y latina
(Afrodita. Venus, Pan, Orfeo, Apolo, Pegaso, etc.), y a nombres de lugares exóticos (Hircania,
Ormuz, etc.).
c) Figuras retóricas
La sinestesia es una de sus figuras retóricas clave mediante la cual logra asociar
sensaciones propias de distintos sentidos: especialmente la vista (la pintura) y el oído (la
música).
El interés por los efectos cromáticos se manifiesta en el uso que hace no solo mediante
la adjetivación, sino también mediante la comparación con objetos de este color.
También son reseñables la metáfora y los símbolos. El símbolo más característico de la
poesía de Darío es el cisne, identificado con el Modernismo Se trata de un símbolo ambivalente,
que en ocasiones funciona como emblema de la belleza y otras simboliza al propio poeta. El
centauro, expresa la dualidad alma-cuerpo a través de su naturaleza medio humana medio
animal. Los parques y jardines son la imagen de la vida interior del poeta, y la torre, símbolo de
su aislamiento en un mundo hostil. Se han estudiado en su poesía otros muchos símbolos, como
el color azul, la mariposa o el pavo real.
3.3.- Temas
Erotismo, exotismo, mundo precolombino, reflexión existencial y religiosidad.
El erotismo es uno de los temas centrales de la poesía de Rubén Darío. Su poesía
carece del personaje literario de la amada ideal, no hay una sola amada ideal, sino muchas
amadas pasajeras. El erotismo se convierte en Darío en el centro de su cosmovisión poética, y
no se agota en el deseo sexual, sino que se convierte en "anhelo de trascendencia en el éxtasis".
Estrechamente relacionado con el tema del erotismo está el recurso a escenarios
exóticos, lejanos en el espacio y en el tiempo. Entre estos escenarios está el que le proporciona
la mitología de la antigua Grecia. Los poemas de Darío están poblados de sátiros, ninfas,
centauros y otras criaturas mitológicas.
La imagen idealizada de las civilizaciones precolombinas.
La reflexión existencial sobre el sentido de la vida. (Lo fatal).
La religiosidad de Darío se aparta de la ortodoxia católica para buscar refugio en la
religiosidad sincrética propia del fin de siglo, en la que se entremezclan influencias orientales,
un cierto resurgir del paganismo y, sobre todo, varias corrientes ocultistas. Una de ellas es el
pitagorismo. En los últimos años de su vida, Darío mostró también gran interés por otras
corrientes esotéricas.
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a) Intimismo en los temas: Machado concibe la poesía como un diálogo íntimo del hombre
consigo mismo en el que el poeta aborda, desde una perspectiva personal las grandes
preocupaciones del ser humano (los “universales del sentimiento”): el paso del tiempo y el
discurrir de la vida (“El viajero”, “Las moscas”), la tristeza, la melancolía por lo perdido
(“Recuerdo infantil”) , la angustia de vivir (“Eran ayer mis dolores…”), la sensación de
soledad, el amor, o, mejor, la ausencia del amor y el deseo de tenerlo (“Yo voy soñando
caminos”), el aburrimiento, la monotonía y el hastío de vivir (“Hastío”) o el problema de
Dios (“Anoche cuando dormía”).
En muchos poemas este diálogo íntimo se expresa como un diálogo entre el poeta y “un
yo” desdoblado, representado, a veces, por un elemento natural (la fuente, la tarde, el alba,
etc.).
b) Tendencia a la sugerencia: se apoya en recursos como la supresión de elementos
anecdóticos en el poema, la yuxtaposición de un paisaje externo y un sentimiento interno
que se apoyan mutuamente y el empleo de símbolos, que constituye una manera de evitar
la mención directa de las cosas (el agua, la tarde, la fuente, el sueño, el camino, etc.).
c) Un estilo impresionista: especialmente en las descripciones de paisajes, hechas de pocas
notas, esenciales y muy repetitivas, notas que potencian las sensaciones, especialmente de
luz y color, pero también las emociones que el poeta siente ante el paisaje. Este estilo
contribuye también a destacar el valor sugeridor de las palabras.
d) Métrica: presencia importante de versos dodecasílabos y alejandrinos, junto a algún
ejemplo de métrica basada en pies acentuales.
Aparece, además, un nuevo tipo de poemas de carácter filosófico y moral, muy breves,
en los que trata algunos de los temas que más le preocupan (el problema del conocimiento, el
tema de Dios, el sueño, la realidad...) a veces desde una perspectiva un tanto humorística. Este
tipo de poesía lo continúa en la etapa siguiente.