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CULTURA

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El teatro: Su efecto terapéutico, obras relacionadas con la medicina.

El Teatro Terapéutico, también llamado Teatroterapia, es una técnica terapéutica que utiliza el
efecto catártico del teatro para ayudarnos a profundizar en nosotros mismos: hacernos
conscientes de nuestros sentimientos, reconocer nuestras cualidades más valiosas y descubrir
cuáles son las limitaciones que nos ponemos. Desde la antigüedad, el teatro se ha utilizado como
elemento liberador debido a su potencial para romper nuestra coraza y permitir observarnos a
nosotros mismos desde diferentes puntos de vista. El teatro es juego. Es acción. Es la llave mágica
a la puerta de la expresión. El teatro es un camino de crecimiento. Estados de ánimo,
sentimientos, pensamientos fluyen en la actuación teatral, en una experiencia creativa, liberadora
y siempre nueva. Todo lo que ocurre durante la actuación teatral en el plano del inconsciente es
llevado al campo consciente gracias a la selección de técnicas psicoterapéuticas. Esto nos permite
poder descubrir aquello que guardamos en nuestro interior, y desde ahí, tomar decisiones y
emprender acciones que tienen un claro efecto en nuestra vida cotidiana, tanto en el amor, el
trabajo, las relaciones interpersonales, la autoestima, o cualquier otro ámbito de nuestro día a día.

El Teatro Terapéutico es una excelente herramienta para poder explorar nuevos personajes, hasta
ahora poco conocidos en nuestro limitado repertorio habitual, pues crea un ambiente seguro, en
el que se nos permite atrevernos a experimentar nuevos roles, sin exponernos peligrosamente a
respuestas indeseadas de nuestro entorno social.

¿Cuál es la función del teatro terapéutico entonces? ¿De qué forma puede ayudar a las personas
a sentirse un poco más libres?

Virginia Satir (1916 - 1988)

Una excelente terapeuta familiar estadounidense, afirmaba que cualquier persona siempre tiene
cosas nuevas de sí misma que puede que no haya descubierto todavía y jugando a ser otros,
haciendo teatro, podemos sorprendernos de nosotros mismos. Satir utilizaba el teatro en terapia
familiar, por ejemplo, en su técnica de las 'Esculturas Corporales' para ver el rol que juega cada
miembro de la familia. A través de la disposición de las esculturas (miembros de la familia) se
puede observar quién se relaciona con quién en el grupo familiar o la distancia emocional entre los
miembros entre otros aspectos de la dinámica familiar.

Augusto Boal (1931 - 2009)

Dramaturgo, director de teatro y sobre todo gran activista cultural fue otro autor que recurrió al
teatro como herramienta para mejorar la calidad de vida de poblaciones especiales o en riesgo de
exclusión social y afirmaba que cuando una persona se expone sobre las tablas para mostrar su
realidad de las cosas y sobre el escenario modifica esa realidad a su antojo, vuelve a su vida diaria
cambiado. Aunque ese cambio no se haya dado realmente en su vida, el mero hecho de haberlo
expuesto ha sido un activador transformador interior.

En psicoterapia, se recurre al psicodrama, desarrollado por el psiquiatra Jacob Levy Moreno (1889
- 1975) con el fin de que los pacientes no solo cuenten sus problemas sino que actúen sobre sus
problemas en ese mismo momento a través de representaciones dramáticas de sus propios
conflictos, representando por ejemplo encuentros con personas no presentes que forman parte
de las preocupaciones internas del propio paciente, sobre lo que estos ausentes pueden estar
pensando o sintiendo, hablamos de un futuro posible imaginado o por ejemplo de aquello que no
pudimos decir en un momento dado y lo decimos en la sesión.

En definitiva, el teatro terapéutico es una herramienta facilitadora para el


autoconocimiento personal y por ende, para el desarrollo psicológico y social. No hay dudas sobre
los beneficios curativos que podemos obtener del teatro y que desde los talleres de Teatro
Terapéutico se desea fomentar a través de ejercicios lúdico-prácticos basados en el juego, las
improvisaciones, el humor, o la creación de conflictos para poder influir en los procesos mentales
y emocionales y facilitar, de esta forma, la búsqueda del autoconocimiento y muy importante, la
búsqueda de esa libertad tan ansiada.

Innumerables son los médicos que robándole horas a la Medicina han escrito para el teatro. La
lista es larguísima, la mayor parte fueron más o menos famosos en su momento, pero no
perdamos de vista que el teatro es un arte muy inmanentista y son contadísimos los que
consiguen traspasar la barrera de la historia. Y que por otra parte, vivir la experiencia inigualable
de la creación de una obra, puesta en escena, aceptada por el público y editada es tan viva y
enriquecedora que compensa de sobra todas las ansias y sufrimientos que conlleva, aunque luego
la posteridad se olvide de ella. Moliére escribió a propósito de esto. «Yo prefiero mil veces / y que
me perdone la gloria / unos días en la vida / que mil años en la historia».

Nombraremos sólo algunos de ellos:

” Della Porta, en la Italia del siglo XVI, cuyas obras fueron representadas e imitadas dentro y fuera
de su país.

” Rabelais, el famoso autor de “Gargantúa”, estudió Medicina ya maduro en Montpellier y escribió


una obra «El hombre que esposó a una mujer muda», que inspiró a Moliére su «enfermo
imaginario».

” Thomas Lodge, hijo del Lord Mayor de Londres, autor de numerosas tragedias, entre ellas
«Glaucus y Scilla», que sirve de antecedente a Shakespeare para su «Venus y Adonis».

” Francisco López de Villalobos, el único médico del que se tenga testimonio de que se hubiera
dedicado al teatro en el Siglo de Oro español, aunque sin duda no fue el único.

” Carlo Vavere, traductor al italiano de Zorrilla y Moratín.

” Claude Bernard, iniciador del experimentalismo en Francia, que escribió algunos dramas
mediocres antes de su «Introducción al estudio de la Medicina experimental», que Zola transcribe,
casi palabra por palabra, en su conocida teoría del Naturalismo.

” El alemán Oscar Paniza, el húngaro Draconlides, el sueco Buegakov, el portugués Julio Dantes y el
famoso W. Somerset Maugham, conocido en todo el mundo por sus novelas y narraciones, pero
también por su teatro.

A propósito de dicho autor, en uno de sus últimos viajes a España un periodista bisoño
desconocedor del personaje, le preguntó en una entrevista si nunca había pensado escribir para el
teatro, a lo que el escritor inglés le contestó: «sí, joven. Diecisiete veces» (tal era el número de sus
obras estrenadas).
Entre los españoles más recientes nombraremos a:

” Vital Aza, autor cómico, renovador del género que obtuvo grandes éxitos trayendo un aire de
frescor al teatro al que Zorrilla, Duque de Rivas, Echegaray y Hartzenbuch habían angustiado con
sus furibundos dramas románticos.

” Ramón de Campoamor, médico y director general de Sanidad, famoso por sus versos, estrenó
también su obra «Cuerdos y Locos».

” Barbieri colgó sus hábitos de médico y escribió música para zarzuela, entre ellas «Pan y Toros» y
«Jugar con fuego», que aún se representan hoy en día.

” Manuel Pombo Angulo, periodista, premio Lope de Vega.

” Adolfo Lozano Borroy, médico titular de Masnou (Barcelona), traductor de textos italianos.

” Arturo Rigel, autor de las operetas de Celia Gámez y Luis Tejedor, que hizo reír con sus
intrascendentes comedias a toda una generación.

Médicos dramaturgos actuales:

” Pedro Laín Entralgo, autor de varias obras de gran éxito de crítica, aunque minoritaria en cuanto
al público por su densidad conceptual y la enorme carga de talento que conllevaban.

” José Luis Miranda, ganador de un premio Lope de Vega.

” José María Muñoz (en lengua catalana), Alfonso Vallejo, Juan Antonio Hormigón, etc.

ANEXOS

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