Biografía de Erik Erikson y Fundamentos de Su Teoría
Biografía de Erik Erikson y Fundamentos de Su Teoría
Biografía de Erik Erikson y Fundamentos de Su Teoría
De manera general, las ocho etapas planteadas por Erikson se dividen en: una primera
en la cual los niños desarrollan cierto sentido de confianza, una segunda en donde los
niños van desarrollando un sentido de control personal sobre sus habilidades físicas, una
tercera en la que los niños comienzan a exigir su control y poder sobre su entorno, en la
cuarta etapa tenemos que los niños necesitan enfrentarse a las nuevas demandas tanto
sociales como académicas, la quinta etapa referente a la adolescencia, la sexta etapa
(adultos jóvenes) que tienen la capacidad de formar relaciones amorosas íntimas, la
séptima etapa (adultos), y la octava etapa (adultos mayores) donde las personas
necesitan contemplar su vida y se determina el nivel de satisfacción que hayan tenido
respecto a esta. (1)
Cada etapa descrita, representa una crisis que para Erikson abarca el paso de un
estadío a otro, esto se ve como un proceso progresivo de cambio o un proceso de
estancamiento en el mismo, también rodea las relaciones entre virtudes y los defectos de
cada estadío. Cuando se sale de una crisis de manera positiva brota una fuerza, virtud o
potencialidad. Pero si esta se da de manera negativa, brota un defecto o fragilidad
específica para aquel estadío. (2)
Erik Erikson menciona una serie de “crisis”, por las cuales pasará el ser humano a
medida que progresa en su ciclo vital individual. En estas etapas, fases o crisis, pueden
intervenir conflictos, ya sea a través de un ámbito social o personal que conlleve a un
rango de maduración por parte del ser, ello da paso a la personalidad, y el cómo se rige
el mismo ser humano en la vida. El catedrático Erikson nos presenta el planteamiento de
ocho crisis, todas ellas se establecen como “el reto que pasa el ser en su fase
progresiva” ya sean, internos (consigo mismo) o externos (con su ambiente o entorno);
dicho reto determina si las acciones serán exitosas o favorecedoras, lo que
comprenderá un estado emocional, social y físico de manera adecuada y guíen hacia un
desarrollo estable; o por el contrario, estas acciones se verán como insuficientes o
desfavorecedoras para superar las crisis, donde se ve un resultado negativo que
perjudique la maduración y desarrollo del hombre, lo que generará un estancamiento y
problemas en su futuro. Por ello, estas fases se toman como un crecimiento personal y
de desarrollo con gran importancia en su vida, ya que a medida que crece y avanza su
proceso vital, van a encarecer unos retos que aumentarán su dificultad con el tiempo, lo
que puede influir en el ser humano, pero si se da una superación mediante dichas
exigencias, se llega a obtener un desarrollo sano, una adaptación del ser a su entorno y
un desenlace del medio favorecedor. (2) (4)
Se presenta entre los niños que comprenden la edad de 0 a 18 meses de vida. En esta
etapa, una de sus principales fuentes es la de la esperanza, ya que intervienen los
sentimientos del niño por su medio. Aquí entendemos que a los niños, desde el momento
en que nacen, se les da una suplementación y un cuidado hacia sus necesidades
básicas; se alimentan, se cuidan y se mantiene un bienestar tanto físico como
psicológico, por lo cual el niño va a sentir esa relación, y ese ambiente de cuidado,
generando una confianza básica pero, si por el contrario, el niño no presenta un cuidado
adecuado, sus necesidades no son suplidas, hay problemas con su trato y se encuentra
en un ambiente caótico, esto lo lleva a una sensación de abandono, insatisfacción,
confusión e incluso separación de su medio externo, por lo cual se crea una
desconfianza básica en el niño. (2) (3) (4)
Esta etapa se da en el periodo de infancia entre los 2 a 3 años de edad. Aquí la base
primordial en la que enfatiza el niño es la autonomía. En este caso el niño comienza con
la maduración muscular, por medio de la cual obtiene su autonomía física y la capacidad
de moverse o tener control de su cuerpo, el aprendizaje higiénico, donde interviene el
control de sus esfínteres, y el aprendizaje verbal, donde se incluye el sistema de
vocalización oral del niño. Cuando estos aprendizajes sean aprovechados con el niño y
ser desarrollados de manera segura, este podrá obtener una “autonomía”, lo cual le dará
una mayor libertad en su entorno, tanto física como oral y expresiva; aunque, si por el
contrario, mediante el desarrollo del aprendizaje del niño suceden problemas, como un
excesivo desarrollo de autoconfianza y autocontrol, o surgen dudas que no son bien
intervenidas, o incluso se avergüenza al niño y se le reprime por su fracasos, el niño se
va a sentir incapaz de hacerlo, se va a retraer, va a sentirse avergonzado e inseguro y
desprotegido ante la situación externa. (2) (3) (4)
Esta etapa se da entre los 12 a 20 años de edad. Ya que el joven pasa por un periodo de
adolescencia, interviene una mayor maduración física, y psíquica, dentro de ella hay un
despertar en su interés sexual y, por medio de una crisis de identidad, conoce sobre
cómo desea mantener su identidad personal dentro de ámbitos psicosexuales y
psicosociales, entre esas crisis o desarrollos de identidad tenemos las siguientes: (2) (4)
(6)
● Identidad psicosexual: que trabaja el sentimiento al respecto del otro sexo, gustos
entre los mismos, cómo se siente identificado y cómo desea pasar esos
sentimientos de vida. (2)
● Identidad ideológica: inclinada a sus valores, su idea moral, las normas que le
rigen y cuáles son sus bases ante su sistema ideológico y político. (2)
Todas ellas están indicadas hacía conocer, trabajar, madurar y desarrollar su propia
identidad personal, lo cual proporciona una estabilidad consigo mismo y para con su
entorno. Si esta crisis de identidad no es bien llevada y no hay una sugestión sobre
cómo planea guiar sus intereses, se crea un sentimiento de confusión de identidad, y de
roles; esto también puede incluirse dentro de la delimitación parental, familiar o de un
cuidador cercano, lo cual crea en el joven una difusión de sus intereses, gustos, moral o
valores que intervengan en su desarrollo personal, causando inseguridad y desconfianza
e inquietud ante su formación personal. De igual manera en este periodo de
adolescencia se da una distribución social y formaciones de grupos, que les representen
confianza y estabilidad, uniéndose por medio de identificación o sintonía afectiva,
cognitiva, ideológica o de sus gustos, proporcionando un sostén que les ayuda a
enfrentar ideas de industrialización y globalización. (2) (4) (6)
Esta es la etapa del adulto medio o el adulto maduro, que se da entre los rangos de 30-
40 a 50-60 años. Aquí el adulto hace una interfaz de relaciones con los más jóvenes,
junto a su cuidado y desarrollo. Un punto importante es la generatividad, donde el adulto
ve un desarrollo y progreso en la vida y el mundo, para la satisfacción de las nuevas
generaciones, incluyendo una productividad para su desarrollo y una creatividad para su
desempeño e iniciación. Se observa cómo el adulto se da cuenta que la vida va
cambiando, y ya ha de adquirir unas “experiencias”; centrándose en la ayuda a las
generaciones futuras mediante cuidados, celo y amor. La familia toma parte importante
en este concepto y el trabajo se hace más valedero; se implementa más el sentido de la
responsabilidad con los suyos y los compromisos que mantiene. Si en caso tal el adulto
no acepta la generatividad se quedará en un estado de estancamiento, donde primará la
depresión, el aislamiento y el narcisismo, que va a frenar sus capacidades afectivas ante
su núcleo familiar y no va a tener un progreso en su trabajo, obteniendo rechazo y un
sentimiento de alejo por su entorno. (2) (4) (7)
Esta es la etapa final de la vida, del adulto mayor, establecida a la edad superior de 50-
60 años, es decir estamos hablando de la vejez. En esta nos encontramos en la crisis de
la integridad versus la desesperación, donde a través de la integridad se ve a la vida
como una unidad. Para Erickson, el que la “integridad del yo” tenga sentido depende del
aceptar nuestra historia, tanto los triunfos como la derrota. Por otro lado, en esta etapa
tenemos la desesperación, que es la otra parte de la crisis, pues si la persona considera
que no completó o no logró conseguir las metas que se había propuesto puede caer en
angustia y, como su nombre lo indica, en desesperación; también ésta (la
desesperación) puede manifestarse como miedo a la muerte. (2) (8) (10)
Esta fase no solo llega por el temor de no haber cumplido todos los propósitos que se
tenían pensados, también se puede presentar cuando la persona en su vejez no está de
acuerdo con el estilo de vida y valores que llevan los demás, llegando incluso a rechazar
las entidades religiosas y gubernamentales o también puede llegar a rechazarse a sí
mismo. (2) (8) (10)