Erik Erikson
Erik Erikson
Erik Erikson
FORMULACION DE LA TEORIA
Erikson reinterpretó las fases psicosexuales elaboradas por Freud y enfatizó, según Engler
los aspectos sociales de cada una de ellas en cuatro aspectos principales:
a) incrementó el entendimiento del ‘yo’ como una fuerza intensa, vital y positiva, como
una capacidad organizadora del individuo con poder de reconciliar las fuerzas sintónicas y
las distónicas, así como de solucionar las crisis que surgen del contexto genético, cultural e
histórico de cada individuo
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b) explicitó profundamente las etapas de desarrollo psicosexual de Freud, integrando la
dimensión social y el desarrollo psicosocial
c) extendió el concepto de desarrollo de la personalidad para el ciclo completo de la vida,
de la infancia a la vejez
d) exploró el impacto de la cultura, de la sociedad y de la historia en el desarrollo de la
personalidad, intentando ilustrar este estudio como una presentación de historias de
personas importantes.
En la formulación de la teoría del desarrollo psicosocial de Erikson, Cloninger, destaca los
siguientes aspectos:
a) Diferencias individuales: los individuos difieren en cuanto a las fuerzas internas;
hombres y mujeres presentan diferencias de la personalidad debidas a las diferencias
biológicas.
b) Adaptación y ajustamiento: un ‘yo’ fuerte es la llave para la salud mental; deriva de una
buena resolución de las ocho fases de desarrollo del ‘yo’, con predominancia de las
fuerzas positivas sobre las negativas (confianza sobre desconfianza, etc.)
c) Procesos cognitivos: el inconsciente es una fuerza importante en la formación de la
personalidad; la experiencia es influenciada por modalidades biológicas que se expresan
por medio de símbolos y juegos.
d) Sociedad: modela la forma con que las personas se desenvuelven (de ahí el término
‘desarrollo psicosocial’); las instituciones culturales dan soporte a las fuerzas del ‘yo’ (la
religión da sustentación a la confianza y a la esperanza, etc.).
E) Influencias biológicas: los factores biológicos son determinantes en la formación de la
personalidad; las diferencias de sexo en la personalidad son fuertemente influenciadas
por las diferencias del ‘aparato genital’.
f) Desarrollo del niño: se hace a lo largo de cuatro fases psicosociales, cada una de ellas
contiene una crisis que desarrolla una fuerza específica del ‘yo’.
g) Desarrollo del adulto: los adolescentes y los adultos se desarrollan a lo largo de otras
cuatro fases psicosociales; también ahí cada fase envuelve una crisis y desarrolla una
fuerza específica del ‘yo’.
ESTADÍO PSICOSOCIAL
La perspectiva de Erikson fue organizar una visión del desarrollo del ciclo completo de la
vida de la persona humana, -extendiéndolo en el tiempo, de la infancia a la vejez, y en los
contenidos, el psicosexual y el psicosocial-, organizados en ocho estadíos.
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Cada estadío integra el nivel somático, psíquico y ético-social y el principio epigenético;
comprende un conjunto integrado de estructuras operacionales que constituyen los
procesos psicosexuales y psicosociales de una persona en un momento dado. Los estadíos
son jerárquicos, esto es, integran las cualidades y las limitaciones de los estadíos
anteriores; el modelo epigenético de Erikson es también un modelo ontogenético. Los
estadíos son procesales y en continuo desarrollo, implicando la transformación de las
estructuras operacionales como un todo, en la dirección de la mayor diferenciación
interna, complejidad, flexibilidad y estabilidad.
CRISIS
La crisis según Erikson comprende el paso de un estadío a otro, como un proceso
progresivo de cambio de las estructuras operacionales, o un proceso de estancamiento (o
regresivo) en el mismo, manteniendo las estructuras operacionales. Comprende, también,
la relación dialéctica entre las fuerzas sintónicas (virtudes o potencialidades) y las
distónicas (defectos o vulnerabilidad) de cada estadío. De la resolución positiva de la crisis
dialéctica emerge una fuerza, virtud o potencialidad, específica para aquella fase.
De su no resolución emerge una patología, un defecto o fragilidad específica para aquel
estadío. Las fuerzas sintónicas y distónicas pasan a hacer parte de la vida de la persona,
influenciando la formación de los principios de orden social y las ritualizaciones
(vinculantes o desvinculantes) así como todos los contenidos y procesos afectivos,
cognitivos y comportamentales de la persona, asociados a su interacción social y
profesional.
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Columna A: edad del desarrollo de cada estadio.
Columna B: crisis psicosociales
Columna C: relaciones significativas
Columna D: Modalidades psicosociales
Columna F: Mal adaptaciones y malignidades.
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ESTADÍO: CONFIANZA VERSUS DESCONFIANZA - ESPERANZA
NIÑO DE 0 A 12-18 MESES.
La confianza básica como fuerza fundamental de esta etapa, nace de la certeza interior y
de la sensación de bienestar en lo físico (sistema digestivo, respiratorio y circulatorio), en
el psíquico (ser acogido, recibido y amado) que nace de la uniformidad, fidelidad y
cualidad en el abastecimiento de la alimentación, atención y afecto proporcionados
principalmente por la madre. La desconfianza básica se desarrolla en la medida en que no
encuentra respuestas a las anteriores necesidades, dándole una sensación de abandono,
aislamiento, separación y confusión existencial sobre si, sobre los otros y sobre el
significado de la vida. Cierta desconfianza es inevitable y significativa desde el punto de
vista personal y social de la niñez, para la formación de la prudencia y de la actitud crítica.
De la resolución positiva de la antítesis de la confianza versus desconfianza emerge la
esperanza, como sentido y significado para la continuidad de la vida.
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ESTADÍO: INICIATIVA VERSUS CULPA Y MIEDO - PROPÓSITO
EDAD PREESCOLAR: DE 3 A 5 AÑOS
La dimensión psicosexual de la edad preescolar corresponde al descubrimiento y al
aprendizaje sexual (masculino y femenino), la mayor capacidad locomotora y el
perfeccionamiento del lenguaje. Estas capacidades predisponen al niño para iniciarse en la
realidad o en la fantasía, en el aprendizaje psicosexual (identidad de género y respectivas
funciones sociales y complejo de Edipo), en el aprendizaje cognitivo (forma lógica pre
operacional y comportamental) y afectivo (expresión de sentimientos). La fuerza distónica
de esta etapa es el sentimiento de culpa que nace del fracaso en el aprendizaje
psicosexual, cognitivo y comportamental; y el miedo de enfrentarse a los otros en el
aprendizaje psicosexual, psicomotor, escolar o en otra actividad. El justo equilibrio entre la
fuerza sintónica de la iniciativa y la culpa y el miedo es significativo para la formación de la
consciencia moral, a partir de los principios y valores internalizados en los procesos de
aprendizaje, en la iniciación del aprendizaje escolar, de la inserción social, a través de los
prototipos ideales representados por sus padres, adultos significativos y la sociedad Ahora
la presencia de la tríada familiar es necesaria para la formación de la capacidad de
separación afectiva, de dar y recibir afecto a una tercera persona, incluyendo la resolución
del Complejo de Edipo.
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a) identidad psicosexual por el ejercicio del sentimiento de confianza y lealtad con quien
pueda compartir amor, como compañeros de vida
b) la identificación ideológica por la asunción de un conjunto de valores, que son
expresados en un sistema ideológico o en un sistema político
c) la identidad psicosocial por la inserción en movimientos o asociaciones de tipo social;
d) la identidad profesional por la selección de una profesión en la cual poder dedicar sus
energías y capacidades de trabajo y crecer profesionalmente
e) la identidad cultural y religiosa en la que se consolida su experiencia cultural y religiosa,
además de fortalecer el sentido espiritual de la vida.
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estancamiento. Después de la paternidad (maternidad) el impulso generativo incluye la
capacidad de la productividad, el desarrollo de nuevos productos por el trabajo, por la
ciencia y tecnología; y la creatividad, esto es, la generación de nuevas ideas para el
bienestar de las nuevas generaciones. Esta dialéctica representa la fuerza de generación y
de desarrollo de la vida humana o a su extinción, por eso ella se vuelve, para cada
persona, la más esencial y significativa cualificación, determinando su experiencia de vida
o de muerte. Es importante la superación de esta dialéctica para que la persona sea capaz
de amar y trabajar para el bien de los otros, más delante de aquellos de su círculo familiar.
La virtud propia de ese período es el cuidado y el amor, este sentimiento de
responsabilidad que transciende la atención a la propia familia y trabajo.
Un sentimiento de responsabilidad universal para todos los hijos y por todo producto del
trabajo humano. De la resolución de la crisis de la generatividad nace la experiencia de la
caridad: la virtud de cuidado y celo. Es la capacidad de donación de sí en el amor y en el
trabajo, en beneficio de los otros y de los valores universales de la humanidad, expresados
en la frase: “Yo soy el que cuido y celo”. Siempre que la fuerza generativa fracasa surge un
sentimiento de estancamiento, depresión, de narcisismo que imposibilitan la eficiencia y
eficacia del amor (vida matrimonial) y del trabajo (profesión). El estancamiento representa
una regresión psicosocial y la necesidad obsesiva de pseudo-intimidad, acompañada de
sentimientos de infecundidad personal y social, sentimiento percibido en la incapacidad
de generar, de producir y de criar.
El rechazo es un sentimiento de aislamiento y alejamiento de los otros, puede percibir las
personas, los grupos, las culturas, naciones y la misma humanidad como una amenaza
para ellos, el que puede conducir a las personas, los grupos y las naciones a que se odien y
se destruyan mutuamente. Cuando el rechazo social es inhibido se puede volver contra la
propia persona, como auto-rechazo. Los principios de orden social ligados al cuidado y
celo son las corrientes de educación y tradición, que preconizan la necesidad de la crear y
desarrollar instituciones que puedan garantizar la calidad de vida de las nuevas
generaciones, dándoles continuidad y consistencia.
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c) la vivencia del amor universal, como experiencia que resume su vida y su trabajo
d) una convicción de su propio estilo y historia de vida, como contribución significativa a la
humanidad
e) una confianza en sí y nosotros, especialmente en las nuevas generaciones, las cuales se
sienten tranquilos para presentarse como modelo por la vida vivida y por la muerte que
tienen que enfrentar.
La falta o la pérdida de esa integración o de sus elementos se manifiestan por el
sentimiento de desespero, con la ausencia de sus valores. La palabra clave para expresar
esta fuerza básica es sabiduría, que recuerda el saber acumulado durante toda la vida, la
capacidad de juicio maduro y justo, y la comprensión de los significados de la vida y la
forma de ver, mirar y recordar las experiencias vividas.