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Erik Erikson

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ERIK ERIKSON

Su origen está rodeado de cierto misterio.


Su padre biológico fue
un danés desconocido que abandonó a su
esposa justo cuando nació Erik. Su madre,
Karla Abrahamsen, una joven danesa de
origen judío, crio sola a su hijo durante los
tres primeros años de su vida. Luego se
casó con el Dr. Theodor Homberger, quien
era pediatra del niño y juntos se mudaron
a Karlsruhe, al sur de Alemania.
Después de finalizar la secundaria, Erik
decidió ser artista. Estudió arte,
terminando como profesor en una escuela
de Viena que atendía los hijos de los
pacientes de Freud, hecho que lo hizo
aproximarse a los niños y al psicoanálisis.
En este período conoció a Joan Serson,
psicoanalista, con quien se casó. Estudió psicoanálisis en el Instituto Psiconalítico de
Viena, llegando a ser psicoanalista infantil. Su principal trabajo fue extender los estudios
del contexto del psicoanálisis del desarrollo psicosexual hacia el contexto del desarrollo
psicosocial del ciclo de vida completo de la persona, atribuyendo para cada estadío una
crisis dialéctica con cualidades sintónicas y distónicas de acuerdo al desarrollo psicosocial
de la persona.
En 1933, emigró a los Estados Unidos donde, como profesor de la Universidad de Harvard,
presentó la teoría del desarrollo psicosocial que abarca el ciclo vital completo de la
persona, reconstruyendo las ideas de Freud a partir de la Antropología Cultural. Fue
miembro de la Clínica Psicológica de Harvard y de otros Institutos, donde realizó sus
investigaciones. Murió el 12 de mayo de 1994, a los 92 años de edad

FORMULACION DE LA TEORIA
Erikson reinterpretó las fases psicosexuales elaboradas por Freud y enfatizó, según Engler
los aspectos sociales de cada una de ellas en cuatro aspectos principales:
a) incrementó el entendimiento del ‘yo’ como una fuerza intensa, vital y positiva, como
una capacidad organizadora del individuo con poder de reconciliar las fuerzas sintónicas y
las distónicas, así como de solucionar las crisis que surgen del contexto genético, cultural e
histórico de cada individuo

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b) explicitó profundamente las etapas de desarrollo psicosexual de Freud, integrando la
dimensión social y el desarrollo psicosocial
c) extendió el concepto de desarrollo de la personalidad para el ciclo completo de la vida,
de la infancia a la vejez
d) exploró el impacto de la cultura, de la sociedad y de la historia en el desarrollo de la
personalidad, intentando ilustrar este estudio como una presentación de historias de
personas importantes.
En la formulación de la teoría del desarrollo psicosocial de Erikson, Cloninger, destaca los
siguientes aspectos:
a) Diferencias individuales: los individuos difieren en cuanto a las fuerzas internas;
hombres y mujeres presentan diferencias de la personalidad debidas a las diferencias
biológicas.
b) Adaptación y ajustamiento: un ‘yo’ fuerte es la llave para la salud mental; deriva de una
buena resolución de las ocho fases de desarrollo del ‘yo’, con predominancia de las
fuerzas positivas sobre las negativas (confianza sobre desconfianza, etc.)
c) Procesos cognitivos: el inconsciente es una fuerza importante en la formación de la
personalidad; la experiencia es influenciada por modalidades biológicas que se expresan
por medio de símbolos y juegos.
d) Sociedad: modela la forma con que las personas se desenvuelven (de ahí el término
‘desarrollo psicosocial’); las instituciones culturales dan soporte a las fuerzas del ‘yo’ (la
religión da sustentación a la confianza y a la esperanza, etc.).
E) Influencias biológicas: los factores biológicos son determinantes en la formación de la
personalidad; las diferencias de sexo en la personalidad son fuertemente influenciadas
por las diferencias del ‘aparato genital’.
f) Desarrollo del niño: se hace a lo largo de cuatro fases psicosociales, cada una de ellas
contiene una crisis que desarrolla una fuerza específica del ‘yo’.
g) Desarrollo del adulto: los adolescentes y los adultos se desarrollan a lo largo de otras
cuatro fases psicosociales; también ahí cada fase envuelve una crisis y desarrolla una
fuerza específica del ‘yo’.

ESTADÍO PSICOSOCIAL
La perspectiva de Erikson fue organizar una visión del desarrollo del ciclo completo de la
vida de la persona humana, -extendiéndolo en el tiempo, de la infancia a la vejez, y en los
contenidos, el psicosexual y el psicosocial-, organizados en ocho estadíos.

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Cada estadío integra el nivel somático, psíquico y ético-social y el principio epigenético;
comprende un conjunto integrado de estructuras operacionales que constituyen los
procesos psicosexuales y psicosociales de una persona en un momento dado. Los estadíos
son jerárquicos, esto es, integran las cualidades y las limitaciones de los estadíos
anteriores; el modelo epigenético de Erikson es también un modelo ontogenético. Los
estadíos son procesales y en continuo desarrollo, implicando la transformación de las
estructuras operacionales como un todo, en la dirección de la mayor diferenciación
interna, complejidad, flexibilidad y estabilidad.
CRISIS
La crisis según Erikson comprende el paso de un estadío a otro, como un proceso
progresivo de cambio de las estructuras operacionales, o un proceso de estancamiento (o
regresivo) en el mismo, manteniendo las estructuras operacionales. Comprende, también,
la relación dialéctica entre las fuerzas sintónicas (virtudes o potencialidades) y las
distónicas (defectos o vulnerabilidad) de cada estadío. De la resolución positiva de la crisis
dialéctica emerge una fuerza, virtud o potencialidad, específica para aquella fase.
De su no resolución emerge una patología, un defecto o fragilidad específica para aquel
estadío. Las fuerzas sintónicas y distónicas pasan a hacer parte de la vida de la persona,
influenciando la formación de los principios de orden social y las ritualizaciones
(vinculantes o desvinculantes) así como todos los contenidos y procesos afectivos,
cognitivos y comportamentales de la persona, asociados a su interacción social y
profesional.

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Columna A: edad del desarrollo de cada estadio.
Columna B: crisis psicosociales
Columna C: relaciones significativas
Columna D: Modalidades psicosociales
Columna F: Mal adaptaciones y malignidades.

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ESTADÍO: CONFIANZA VERSUS DESCONFIANZA - ESPERANZA
NIÑO DE 0 A 12-18 MESES.
La confianza básica como fuerza fundamental de esta etapa, nace de la certeza interior y
de la sensación de bienestar en lo físico (sistema digestivo, respiratorio y circulatorio), en
el psíquico (ser acogido, recibido y amado) que nace de la uniformidad, fidelidad y
cualidad en el abastecimiento de la alimentación, atención y afecto proporcionados
principalmente por la madre. La desconfianza básica se desarrolla en la medida en que no
encuentra respuestas a las anteriores necesidades, dándole una sensación de abandono,
aislamiento, separación y confusión existencial sobre si, sobre los otros y sobre el
significado de la vida. Cierta desconfianza es inevitable y significativa desde el punto de
vista personal y social de la niñez, para la formación de la prudencia y de la actitud crítica.
De la resolución positiva de la antítesis de la confianza versus desconfianza emerge la
esperanza, como sentido y significado para la continuidad de la vida.

ESTADÍO: AUTONOMÍA VERSUS VERGÜENZA Y DUDA –


AUTONOMÍA INFANCIA: DE 2 A 3 AÑOS
Es este el período de la maduración muscular – aprendizaje de la autonomía física; del
aprendizaje higiénico – del sistema retentivo y eliminativo; y del aprendizaje de la
verbalización – de la capacidad de expresión oral. El ejercicio de estos aprendizajes se
vuelve la fuente ontogenética para el desarrollo de la autonomía, esto es, de la auto-
expresión de la libertad física, de locomoción y verbal; bien como de la heteronimia, esto
es, de la capacidad de recibir orientación y ayuda de los otros. Mientras tanto, un excesivo
sentimiento de autoconfianza y la pérdida del autocontrol pueden hacer surgir la
vergüenza y la duda, como imposibilidad de ejercitarse en su desarrollo psicomotor,
entrenamiento higiénico y verbalización; y sentirse desprotegida, incapaz e insegura de sí
y de sus cualidades y competencias. El justo equilibrio de estas fuerzas es importante para
la formación de la consciencia moral, del sentido de justicia, de la ley y del orden, además
de un sabio equilibrio entre las experiencias de amor u odio, cooperación o aislamiento,
autonomía o heteronomía; de los comportamientos solidarios, altruistas o egocéntricos
hostiles y compulsivos. La virtud que nace de la resolución positiva de la dialéctica
autonomía versus vergüenza y duda son la voluntad de aprender, de discernir y decidir, en
términos de autonomía física, cognitiva y afectiva, de tal forma que el contenido de esta
experiencia puede ser expresada como: “Yo soy lo que puedo querer libremente”. La
presencia de los padres (padre y madre) es fundamental en esta etapa para el ejercicio del
aprendizaje de la autonomía y de la auto-expresión para la superación de la vergüenza, de
la duda y del legalismo, en la formación de la deseo y del sentido de la ley y del orden.

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ESTADÍO: INICIATIVA VERSUS CULPA Y MIEDO - PROPÓSITO
EDAD PREESCOLAR: DE 3 A 5 AÑOS
La dimensión psicosexual de la edad preescolar corresponde al descubrimiento y al
aprendizaje sexual (masculino y femenino), la mayor capacidad locomotora y el
perfeccionamiento del lenguaje. Estas capacidades predisponen al niño para iniciarse en la
realidad o en la fantasía, en el aprendizaje psicosexual (identidad de género y respectivas
funciones sociales y complejo de Edipo), en el aprendizaje cognitivo (forma lógica pre
operacional y comportamental) y afectivo (expresión de sentimientos). La fuerza distónica
de esta etapa es el sentimiento de culpa que nace del fracaso en el aprendizaje
psicosexual, cognitivo y comportamental; y el miedo de enfrentarse a los otros en el
aprendizaje psicosexual, psicomotor, escolar o en otra actividad. El justo equilibrio entre la
fuerza sintónica de la iniciativa y la culpa y el miedo es significativo para la formación de la
consciencia moral, a partir de los principios y valores internalizados en los procesos de
aprendizaje, en la iniciación del aprendizaje escolar, de la inserción social, a través de los
prototipos ideales representados por sus padres, adultos significativos y la sociedad Ahora
la presencia de la tríada familiar es necesaria para la formación de la capacidad de
separación afectiva, de dar y recibir afecto a una tercera persona, incluyendo la resolución
del Complejo de Edipo.

ESTADÍO: INDUSTRIA VERSUS INFERIORIDAD - COMPETENCIA


EDAD ESCOLAR - LATENCIA: DE 5-6 A 11-13 AÑOS
En el período de la latencia disminuyen los intereses por la sexualidad personal y social,
acentuándose los intereses por el grupo del mismo sexo. La niñez desarrolla el sentido de
la industria, para el aprendizaje cognitivo, para la iniciación científica y tecnológica; para la
formación del futuro profesional, la productividad y la creatividad. Ella es capaz de acoger
instrucciones sistemáticas de los adultos en la familia, en la escuela y en la sociedad; tiene
condiciones para observar los ritos, normas, leyes, sistematizaciones y organizaciones
para realizar y dividir tareas, responsabilidades y compromisos. Es el inicio de la edad
escolar y del aprendizaje sistemático. Es función de los padres y de los profesores ayudar a
que los niños se desarrollen sus competencias con perfección y fidelidad, con autonomía,
libertad y creatividad. La fuerza dialéctica es el sentimiento de inadecuación o de
inferioridad existencial, sentimiento de incapacidad en el aprendizaje cognitivo,
comportamental y productividad.

ESTADÍO: IDENTIDAD VERSUS CONFUSIÓN DE ROLES –


FIDELIDAD Y FE ADOLESCENCIA: DE 12 A 20 AÑOS
El período de la pubertad y de la adolescencia se inicia con la combinación del crecimiento
rápido del cuerpo y de la madurez psicosexual, que despierta intereses por la sexualidad y
formación de la identidad sexual. La integración psicosexual y psicosocial de esta etapa
tiene la función de la formación de la identidad personal en los siguientes aspectos:

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a) identidad psicosexual por el ejercicio del sentimiento de confianza y lealtad con quien
pueda compartir amor, como compañeros de vida
b) la identificación ideológica por la asunción de un conjunto de valores, que son
expresados en un sistema ideológico o en un sistema político
c) la identidad psicosocial por la inserción en movimientos o asociaciones de tipo social;
d) la identidad profesional por la selección de una profesión en la cual poder dedicar sus
energías y capacidades de trabajo y crecer profesionalmente
e) la identidad cultural y religiosa en la que se consolida su experiencia cultural y religiosa,
además de fortalecer el sentido espiritual de la vida.

ESTADÍO: INTIMIDAD VERSUS AISLAMIENTO – AMOR JOVEN


ADULTO: DE 20 A 30 AÑOS
La madurez psicosexual del adolescente tiene su culminación en lo que la psicoanálisis
llama momento de la genitalidad, que consiste en la capacidad de desarrollar una relación
sexual saludable, con un partícipe amado del otro sexo, con quien pueda y quiera
compartir con confianza mutua y regular, los ciclos de vida de procreación, de trabajo y
ocio, a fin de asegurar a la descendencia futura unas mejores condiciones de vida y de
trabajo. La intimidad es la fuerza sintónica que lleva al joven adulto a confiar en alguien
como compañero en el amor y en el trabajo, integrarse en afiliaciones sociales concretas y
desarrollar la fuerza ética necesaria para ser fiel a esos lazos, al mismo tiempo que
imponen sacrificios y compromisos significativos. El reverso de esta situación es el
aislamiento afectivo, el distanciamiento o la exclusividad que se expresa en el
individualismo y egocentrismo sexual y psicosocial, individual o los dos.
Un justo equilibrio entre la intimidad y el aislamiento fortalece la capacidad de la
realización del amor y el ejercicio profesional. Los principios relacionados de orden social
que nacen de este contenido se expresan en las relaciones sociales de integración y
compromisos en instituciones y asociaciones culturales, políticas, deportivas y religiosas.
La virtud sincrónica que emerge de la resolución de la intimidad por el aislamiento es el
amor y la oblatividad, como dedicación y donación a los otros y a sociedad.

ESTADÍO: GENERATIVIDAD VERSUS ESTANCAMIENTO –


CUIDADO Y CELO ADULTO: DE 30 A 50 AÑOS
En este estadío, la prevalencia del modo psicosexual es la cualidad de la generatividad que
es, fundamentalmente, el cuidado y la inversión en la formación y la educación de las
nuevas generaciones, de los propios hijos, los hijos de los otros y de la sociedad. La crisis
psicosocial del adulto se caracteriza por el conflicto de la generatividad versus el

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estancamiento. Después de la paternidad (maternidad) el impulso generativo incluye la
capacidad de la productividad, el desarrollo de nuevos productos por el trabajo, por la
ciencia y tecnología; y la creatividad, esto es, la generación de nuevas ideas para el
bienestar de las nuevas generaciones. Esta dialéctica representa la fuerza de generación y
de desarrollo de la vida humana o a su extinción, por eso ella se vuelve, para cada
persona, la más esencial y significativa cualificación, determinando su experiencia de vida
o de muerte. Es importante la superación de esta dialéctica para que la persona sea capaz
de amar y trabajar para el bien de los otros, más delante de aquellos de su círculo familiar.
La virtud propia de ese período es el cuidado y el amor, este sentimiento de
responsabilidad que transciende la atención a la propia familia y trabajo.
Un sentimiento de responsabilidad universal para todos los hijos y por todo producto del
trabajo humano. De la resolución de la crisis de la generatividad nace la experiencia de la
caridad: la virtud de cuidado y celo. Es la capacidad de donación de sí en el amor y en el
trabajo, en beneficio de los otros y de los valores universales de la humanidad, expresados
en la frase: “Yo soy el que cuido y celo”. Siempre que la fuerza generativa fracasa surge un
sentimiento de estancamiento, depresión, de narcisismo que imposibilitan la eficiencia y
eficacia del amor (vida matrimonial) y del trabajo (profesión). El estancamiento representa
una regresión psicosocial y la necesidad obsesiva de pseudo-intimidad, acompañada de
sentimientos de infecundidad personal y social, sentimiento percibido en la incapacidad
de generar, de producir y de criar.
El rechazo es un sentimiento de aislamiento y alejamiento de los otros, puede percibir las
personas, los grupos, las culturas, naciones y la misma humanidad como una amenaza
para ellos, el que puede conducir a las personas, los grupos y las naciones a que se odien y
se destruyan mutuamente. Cuando el rechazo social es inhibido se puede volver contra la
propia persona, como auto-rechazo. Los principios de orden social ligados al cuidado y
celo son las corrientes de educación y tradición, que preconizan la necesidad de la crear y
desarrollar instituciones que puedan garantizar la calidad de vida de las nuevas
generaciones, dándoles continuidad y consistencia.

ESTADÍO: INTEGRIDAD VERSUS DESESPERO - SABIDURÍA


VEJEZ: DESPUÉS DE LOS 50 AÑOS
El trazo sintónico de este estadío es el de la integridad. En ella, los modos y los sentidos
anteriores son resignificados a la luz de los valores y de las experiencias de ese momento,
sean los sanos o los patológicos. La suma de los modos psicosexuales tiene un significado
integrador. La palabra que mejor expresa ese momento es integridad, que significa:
a) la aceptación de sí, de su historia personal, de su proceso psicosexual y psicosocial
b) la integración emocional de la confianza, de la autonomía y demás fuerzas sintónicas

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c) la vivencia del amor universal, como experiencia que resume su vida y su trabajo
d) una convicción de su propio estilo y historia de vida, como contribución significativa a la
humanidad
e) una confianza en sí y nosotros, especialmente en las nuevas generaciones, las cuales se
sienten tranquilos para presentarse como modelo por la vida vivida y por la muerte que
tienen que enfrentar.
La falta o la pérdida de esa integración o de sus elementos se manifiestan por el
sentimiento de desespero, con la ausencia de sus valores. La palabra clave para expresar
esta fuerza básica es sabiduría, que recuerda el saber acumulado durante toda la vida, la
capacidad de juicio maduro y justo, y la comprensión de los significados de la vida y la
forma de ver, mirar y recordar las experiencias vividas.

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