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El Libro Apocrifo de Judit

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lCBl DANIEL DORÉ

El libro de Judit
o La guerra y la fe
udit decapitando a Holofernes, ¿QUién no recuerda una Imagen de Lucas Cranach o

J
de Artemlsla Gentlleschl, un aire de Vlvaldl, una frase de Jean Glraudoux o de Paul Claudel
(Incluso de Mlchel Lelns)? Estimado por los artistas, el libro de Judit plantea sin embargo
muchas preguntas a la conCienCia moral. En 1903, el P, Prat advertía prudentemente: "La
Escntura no aprueba todo lo que se cuenta en ella; e Incluso en sus santos personajes no
propone todas las acciones Indistintamente para nuestra Imitación.,,» (Dlctlonnalre de la
Blble, art, «JUdlth», cols, 1823-1824.), El pastor Randon es más categónco: "El autor preco-
niza sin escrúpulos la doblez, la coquetería y el aseSinato, Tales armas, puestas al servicIo de
DIOS y alcanzando su finalidad con su benevolente protección, sólo puede ser para nosotros
un escándalo. La Innegable belleza de algunas declaraciones no debería hacer que excusá-
ramos el odioso rasgo del fanatismo. Judit rezando por el éXito de su mentira, y atnbu-
yendo al Señor el feliz cumplimiento de su cnmen, no puede más que revolver la conCien-
Cia cnstlana» (Les 1Ivres apocryphes de l'Anclen Testament. París, 1909, p, 261), Se podrían
multiplicar las citas de este tipO hasta en nuestras recientes traducciones anotadas de la
Biblia,
Este trabajo propone una guía de lectura que no pretende eludir estas cuestiones y que su-
braya una doble particularidad del relato. Por una parte, el libro de Judit remite a aconte-
cimientos contemporáneos a su puesta por escnto, a saber, la reSistenCia de los Macabeos
(siglo" a, C.), Por otra, al lector le resulta senCillo Inscnblr a la heroína en el linaje de otros
personajes como Yael o David, cuya grandeza encuentra una fórmula lapldana en san Pa-
blo: "DIOS ha escogido lo débil del mundo para confundir a lo fuerte» (1 Cor 1,27), ¿Y SI ésta
fuera una de las razones del éXito de este libro?
En la sección "Actualidad» se encontrará un boletín arqueológico que resume algunos des-
cubnmlentos o debates de estos últimos años, con una actualizaCión bíblica en cada caso,
Como complemento al último Cuaderno Bíblico, resalta que la comprensión del texto bíbli-
co, por más que haya que ser prudentes, se ve Iluminada con ello,
Gérard BILLON

• Daniel Doré, sacerdote de la congregación de San Juan Eudes, enseña exégeSIS en diver-
sos semi nanas de FranCia. Se Interesa particularmente por los textos sapienCiales, En los
Cuadernos Bíblicos ya ha presentado Qohélet. E/S/ráClda (CB 91 , Estella, Verbo DIVino, 32002),
El lIbro de Toblt o el secreto del rey (CB 101. Estella, Verbo DIVino, 2000) y El lIbro de la Sa-
bIduría de Salomón (CB 113, Estella, Verbo DIVino, 2003),
2
...

...
-, -'"
o
...

El texto que sigue se presenta como un comentario ágil. Al hilo del relato, que asume las divi-
siones establecidas en la estructura literaria (pp, 6-7), pretende acompañar a una lectura en una
Biblia de trabajo, Algunas citas de autores explicitan aquí una dificultad del texto, allá el com-
portamiento de un personaje, acullá un indicio sobre la época de composición del libro. Pero, so-
bre todo, al remitir a la lectura bíblica con sus múltiples evocaciones -la argucia de Tamar, la ges-
ta de Yael, la lucha de David contra Goliat, la intervención de Abigail-, este breve comentario
trata de tipificar una nueva literatura en el cruce entre el mundo helenístico y la tradición del ju-
daísmo. El libro de Judit es un buen ejemplo de «inculturación».
Por Daniel Doré

3
Introducción
pesar de su fortuna en la historia del arte, el libro de Judit parece haber llamado poco la atención del pueblo CrIS-

A tiano. Para 105 protestantes se inscribe entre 105 «apócrifos», ciertamente útiles para leer, pero considerados como
no inspirados por Dios. Por parte católica, carece de 105 honores del Leccionario dominical de la liturgia romana.
Los caps. 13, 15 Y 16 proporcionan fragmentos para el común de fiestas de la Virgen María; el cap. 8, una lectura para el
común de viudas, mientras que el Oficio de lecturas de la semana 30 del Tiempo Ordinario ofrece para su lectura sus tex-
tos esenciales. El cántico de Jdt 16 es más conocido por el oficio de la mañana del miércoles de la primera semana.

Fascinante o repelente, este libro constituye el objeto de ra de este sorprendente relato. Ante todo yen especial,
juicios dispares. Dan testimonio de ello las palabras del P. primeramente conviene abordar cuatro cuestiones.
Prat y del pastor Randon citadas en la presentación de
este Cuaderno (p. 1), pero también las de A. Lods (cf. p.
34), J. Steinmann (cf. p. 40), E. Osty (cf. p. 29) o J. Ratzin- El texto
ger (cf. p. 51). Proporcionó a Guy Labouérie, vicealmiran- Las principales tradUCCIones españolas toman como texto
te de escuadra, antiguo comandante de la Escuela Supe- base el texto griego tal como está atestiguado por los
rior de Guerra Naval, una bella meditación cuando en 1988 grandes manuscritos mayúsculos de los siglos IV Y v. Aho-
cruzaba la entrada del Golfo pérsico «en el momento en ra bien, este texto griego se remonta verosímilmente a un
que, en el reino de Nabucodonosor, otro Holofernes tra- original hebreo o arameo, hoy perdido. Aunque poseemos
taba de imponer su dictadura mediante las armas». Su textos hebreos de Jdt, éstos siguen la Vulgata versículo a
meditación nos ha parecido estimulante a la vez por el versículo. Ahora bien, según el testimonio del propio Jeró-
análiSIS estratégico y polemológico, y por la penetración nimo, estableció el texto de Jdt muy rápidamente, en una
psicológica de los personajes del relato (cf. bibliografía). noche, según el arameo y utilizando versiones latinas an-
Nosotros proponemos aquí una guía de lectura. Jean teriores. Los esfuerzos de André-Mane Dubarle por auten-
Steinmann ya propuso un primer recorrido. Algunas de tificar los textos hebreos de Jdt apenas han sido seguidos
sus páginas -escritas ahora hace algo más de cincuenta por la crítica. Sin embargo, tuvieron el mérito de clarificar
años- no han perdido su pertinenCia. Pero un Cierto nú- la recepción del libro de Judit en la tradición judía antigua
mero de trabajos y comentanos recientes han precisado y medieval, y de hacer que atendiéramos al género del re-
muchos puntos oscuros, y han permitido afinar la lectu- lato (cf. el texto del midrás editado por Gaster, p. 32).
4
mensión épica? Al final de su estudiO, «Polemología e his-
Unidad y género literario
tona en el libro de Judit», Marie-Fran~oise Baslez la califi-
ca más bien como «novela de propaganda religiosa», es-
Las dos cuestiones están íntimamente ligadas. En efecto,
ento nacionalista «que sustituye el heroísmo de la familia
el hecho de que la heroína epónima no aparezca hasta el
de los Macabeos por el de la nación personificada por Ju-
cap, 8 ha planteado la cuestión de la unidad del libro, in-
dit». En nuestra lectura señalaremos los indicios que vie-
cluso de su redacción en vanas épocas diferentes, desde el
nen a apoyar esta suposición.
período persa (siglo v a, c.) hasta finales de la dinastía as-
monea (siglo I a. C.). Ahora bien, desde hace cuarenta
años, la cuestión de la unidad literaria de Jdt ya no se plan-
Fecha _de: _co~~!Jsi~iór1
tea en los mismos términos.
Desde el estudio de Matthias Delcor, el marco de la re-
Matthlas Delcor puso de relieve las numerosas relaciones
vuelta macabea es en el que conviene situar a Jdt. Ahora
del libro de Judit con la revuelta macabea bajo Antíoco IV
bien, esta crisis está atestiguada por una literatura muy
(167-164 a. C.). Luis Alonso SchOkel, en un hermoso acer-
variada, de tipo histonográfico con los libros de los Maca-
camiento al libro, señala sus estructuras narrativas, su-
beos, de tipo apocalíptico con el libro de Daniel, de tipo ex-
brayando las técnicas de composición, la ironía, el lengua-
hortativo sapiencial con el libro de Baruc y, por último, de
je con doble sentido, el juego de los personajes y la tensión
tipO novelesco con los libros de Ester y de Judit. El trata-
del texto entre celebración y exhortación. En 1990, Joseph
miento tan diferenciado de la figura del sumo sacerdote
Auneau observaba: «La apreciación de la calidad literaria
Alcimo en el libro de los Macabeos (1 Mac 6-7; 2 Mac
de Judit es un camino pnvilegiado para la comprensión de
13-24) y de Joaquín en Bar 1,7 yen Jdt 4,6-7 (cf. recuadro
su mensaje. El procedimiento de la ironía desempeña un
de las pp. 23-24) permite aportar algunas precisiones y si-
papel clave desde el principio al final. Por todas partes se
tuar una primera composición del libro de Judit antes del
observa una diferencia, Incluso un contraste, entre una si-
acceso de los asmoneos al sumo pontificado, en 153 a. C.
tuación determinada y las palabras o acciones inapropia-
das que las acompañan. Los personajes no hacen lo que se
esperaría de ellos». Así pues, teniendo en cuenta las téCni-
Estructura literaria
cas narrativas es como se puede afirmar razonablemente
la unidad de este librito perteneCiente a un género litera- Muchos autores dividen el texto de Judit en dos partes
rio particular. No al relato histórico, ni siqUiera a la novela (1-7; 8-16) o tres (1-3; 4-7; 8-16, o bien 1-7; 8,1-13,10;
histónca, según lo que se entiende habitualmente por este 13,11-16,25), Pero no todos adoptan la misma división.
género, ¿Novela entonces? ¿Ficción novelada, relato ale- Toni Craven me parece el autor que más ha estudiado la
górico o utilización «muy libre de toda una sene de tradi- cuestión, En el comentario recordaré la estructuración con-
ciones bíblicas de relatos heroicos y de argucias de mUJe- céntrica en ABC C'B'A' que propone en Jdt 2,14-7,32, Y la
res, de las que Judit, en cuanto figura literaria, es una de ABCDC'B'A' en 8,1-16,25, Para T. Craven, la escena que
especie de midrás suyo»? (Christophe Nihan). Novela, pero pone a Judit en presencia de Holofernes en lO,1-13,10a
¿novela judía o judeo-helenística? ¿Relato folclórico con di- está en el centro de esta gran sección, Siguiendo a T. Cra-

5
La estructura literaria
del libro de Judit
Propuesta según los trabajos de Toni CRAVEN, Artistry and Faith in the Book od Judith. SBLDS. Chicago, 1983; balance de los estudios
sobre el libro de Judit en Currents in Biblical Research 1 (2003), pp. 187-229.

PRIMERA PARTE: UN PODEROSO ENEMIGO AMENAZA CON DESTRUIR A ISRAEL (1,1-7,32)


1,1-2,13: Preparativos de la expedición de Holofernes contra el Occidente
1,1-16: Victoria de Nabucodonosor sobre Arfaxad
1,1-6: Comienzo de la guerra
1,7-12: Llamada de Nabucodonosor a todos los pueblos
1,13-16: La victoria
2,1-13: Misión de Holofernes
2,1-3: Consejo de ministros de Nabucodonosor
2,4-13: Misión de Holofernes

2,14-7,32: Expedición de Holofernes en Occidente

A - 2,14-3,10: Primera campaña


2,14-28: De Nínive a Damasco
3,1-10: En dirección a Judá

B - 4,1-15: Israel se prepara para la guerra


4,1-3: Pánico en Judá
4,4-8: Resistencia al enemigo
4,9-15: Ayuno y oración

C - 5,1-6,13: Consejo de guerra en el campamento de Holofernes


C' - 6,14-21: Acogida de Ajior por los judaítas

B' -7,1-5: Preparativos del ataque a Betulia

A' -7,6-32: Asedio de Betulia


7,6-7: Inspección de Holofernes
7,8-15: Consejo de los generales
7,16-18: Operaciones militares
7,19-29: Efectos sobre la población de Betulia
7,30-32: Plazo de cinco días antes de la rendición
6
SEGUNDA PARTE: JUDIT y HOLOFERNES (8,1-16,25)
A - 8,1-8: Una viuda estimada llamada Judit
B - 8,9-10,9: Los proyectos de Judit
8,9-10: Invitación de los jefes de Betulia
8,11-36: Diálogo de Judit y los jefes de Betulia
9,1-14: Oración de Judit
10,1-5: Preparativos de Judit
1O,6-9a: Deseo de los jefes de Betulia para el éxito de Judit
C -10,9b-10: Partida de Judit y su criada
D -10,U-13,10a: Judit y Holofernes
10,11-17: Encuentro con la avanzadilla
10,18-19: En el campamento militar
10,20-12,4: Conversación con Holofemes
10,20-23: Introducción
11,1-4: Discurso de Holofernes a Judit
11,5-19: Respuesta de Judit a Holofernes
11,20-12,4: Banquete ofrecido a Judit
12,5-9: Estancia en el campamento militar
12,10-15: Invitación y preparativos
12,16-20: Borrachera de Holofernes
13,I-lOa: Decapitación
C' -13,10b-U: Regreso a Betulia
B' -13,12-16,20: Proyectos de Judit ejecutados. Conversión de Ajior
13,12-17: Llegada triunfal y acción de gracias
13,18-20: Elogio de Judit por Ozías
14,1-4: Táctica militar de Judit
14,5-11: Ajior y Judit
14,12-15,7: Efectos de la muerte de Holofemes en el campamento asirio
15,8-10: El sumo sacerdote reconoce el triunfo de Judit
15,11-13: Regocijo popular
15,14-16,17: Cántico de acción de gracias de Judit
15,14-16,la: lnvitatorio
16,1b-12: Alabanza al Señor de la historia
16,13-17: Alabanza al Señor de la creación
16,18-20: Fiestas en Jerusalén
A' -16,21-25: Epílogo: una viuda famosa
7
ven y J. Vílchez Líndez, me parece posible proponer una (8,28-29). La sene de paralelos prosigue de manera menos
estructuraCión bastante detallada del conjunto del libro, VISible, pero de forma absolutamente ngurosa...» (M. DE
que sigo en el comentano. LAUNAY, p. 72; cf. el recuadro de la p. 36).

El texto que sigue se presenta como un comentano de lec:'


tura ágil. Al hilo del relato, asumiendo las diVISiones esta-
A lo largo de nuestra lectura tendremos ocasión de subra- bleCidas en la estructura litera na, pretende acompañar a
yar las simetrías entre la pnmera parte (1-7) y la segunda una lectura en una Biblia de trabaJO. El recuerdo de los pa-
(8-16). ReCientemente, Marc de Launay, en un estimulan- ralelos señalados por T. Craven al comienzo de cada gran
te ensayo, «DecapitaCión y circuncIsión», ha desarrollado sección es una inVitaCión al trabajO del lector. Como se po-
los efectos de la construcCión en espejo a propÓSitO de los drá constatar, las citas de autores (la paginaCión remite a
personajes de AJlor y Judit: «aunque todo parece oponer a las indiCaCiones de la bibliografía) qUieren expliCitar a ve-
AJlor y Judit -el Jefe guerrero a la viuda reclUida; el amoni- ces, o una de las dificultades de las realidades menCiona-
ta, tradicionalmente enemigo de los Judíos, a la figura de das por el texto, o el comportamiento de los personajes,
la mUjer Judía; el pagano Idólatra a la escrupulosa obser- o Incluso los preCIosos indiCIOS que permiten preCisar la da-
vante; el asediador a la asedlada-, el discurso del pnmero taCión y la eScritura narrativa y novelesca de Judit. Pero,
tiene como paralelo directo el que pronuncia la segunda en sobre todo, al remitir a la eScritura bíblica, con sus múlti-
el cap 8,11-27; por otra parte, estos dos discursos están ples evocaciones -la argucia de Tamar en Gn 38, el asesI-
muy próximos en su mismo contenido: apelan a la hlsto- nato de Eglón en Jue 3,12-30, la gesta de Yael en Jue 4-5,
na de los Judíos (5,6-19; 8,18-19), resumen lo esenCial de la el combate Singular de DaVid en 1 Sam 17, la Intervención
religión Judía (5,17-18; 8,20); por último, la casI apología de de Ablgall en 1 Sam 25-, este breve comentano trata de
Israel a la que se entrega AJlor desencadena la cólera de su tipificar una nueva literatura en el cruce entre el mundo
bando (5,20-22; 6,2), mientras que la crítICa dlnglda por Ju- helenístiCO y la tradiCión del Judaísmo, y de poner de re-
dit a sus correliglonanos (8,11-16) suscita su asombro lieve así un buen ejemplo de InculturaClón.

8
1 - Nabucodonosor
el conquistador

a primera gran parte de Jdt pone en escena la extensión del poder de Nabucodonosor hasta las puertas de Judá

L (1,1-7,32). Partiendo de Nínlve, el relato cierra poco a poco su campo de visión, pasando de un conflicto entre dos
poderosos monarcas a la resistencia de la pequeña ciudad judaíta de Betulia, En una primera etapa sigue al per-
sonaje de Nabucodonosor, subrayando su desmesura (1,1-2,13), En una segunda etapa seguirá al general Holofernes
(2,14-7,32),

En Jdt 1, tres secciones hacen que aSistamos a la guerra tras un consejo de guerra (2,1-3), Holofernes, que apare-
mundial (1,1-6), a la llamada a los vecinos ya su rechazo ce por primera vez en el relato, es encargado de atacar
(1,7-12), y a la primera victOria (1,13-16). En Jdt 2,1-13, «toda la tierra de occidente» (2,4-13),

Una potencia invencible


Según G. Labouérie, el acceso de Nabucodonosor a todo que será Nínive. Este largo período -los doce primeros
el poder, tal como lo cuenta el cap. 1, sigue los «estadiOS años del reinado- está dedicado a la movilización de to-
habituales de la creación de los grandes imperios», dos los recursos indispensables para semejante proyecto».
Después, un «desafío lanzado al adversario más cercano y
más peligroso, Arfaxad, rey de los medos, que también
Un
-
imperio en vías. de creación hace preparativos de guerra (1,2-4), al mismo tiempo que
una llamada a la alianza de los vecinos, y, en su defecto,
La conquista comienza, en primer lugar, con una «fase de a su neutralidad (1,7-10)>>. Pero el rechazo despectivo de
maduración y consolidación del poder en torno al núcleo éstos (1,11) «será el origen de la cólera del rey y de su de-

9
seo de vengarse de todos aquellos que lo han desprecia- Arfaxad. La mención de Arfaxad como rey de los medos
do (cf. Mt 22,1-14 Y Lc 19,11-27)>>. Entonces la victoria con- resulta más enigmática; en Génesis, su nombre es el de
tra el rey de los medos es «punto de partida de la con- un hiJO de Sem en las genealogías de los pueblos, un nom-
qUista general (1,13-15), que se traducirá en un primer bre que viene inmediatamente después del de... Asur (Gn
momento en un período de descanso, de recuperación de 10,22).
las fatigas de la campaña. Durante este período de refle- Ecbatana. La ciudad de Ecbatana no está sólo en el li-
xión se elaborará la misión confiada al general Holofer- bro de Tobit, novela contemporánea de Jdt, el lugar de
nes» (G. LABOUÉRIE, pp. 24-25). la etapa proVidencial de Tobías y de su compañero Aza-
Nabucodonosor. Desde la primera línea del texto, el lec- rías -en ella encontrarán albergue, techo y una esposa
tor está intrigado con este Nabucodonosor, «rey de los para Tobías (Tob 6-10)-, sino que también es el teatro en
aSirios en Nínive». ¿Acaso no sabemos que este persona- 550 a. C. de una victoria de Clro, triunfador sobre Babilo-
Je reinó desde 605 a 592 a. C. no en Nínive (destruida en nia. En el cilindro de Nabonldo leemos: «El año seis, el
612 a. C.), sino en Babilonia (cf. 2 Re 24-25)? Arfaxad es ejército de Istumegu se rebeló contra éste, y [lo entregó)
desconocido para los historiadores. ¡Trataríamos de fan- encadenado a Clro; Ciro marchó contra el país de Agma-
tasiosa una obra que hablara de Napoleón como rey de tanu [Ecbatana]; [conquistó] el palacio real: plata, oro,
Prusia atacando al emperador de China! Hay que estar tesoros ... del país de Agmatanu, lo tomó como botín y
alerta. La ficción podría constituir aquí un «criptograma», se lo llevó a Anshan» (según J. P. PRITCHARD, Ancien Near
es decir, un código. Si los aSirios son los sirios -la apela- Eastern Texts Relating to the Old Testament. Princeton,
ción está atestiguada en época seléuClda (siglos 111-11 a. C.) 31969, p. 305).
según Flavio Josefo (Antlguedades de los Judíos XIII, 6-7)-,
entonces Nínive se convierte en Antloquía, y Nabucodo-
nosor en Antíoco IV Epífanes. Y podríamos leer las expe- Esplendor y desatino
- - - -
diCiones militares de Nabucodonosor en Jdt 1-2 como el
Tras la victoria sobre Ecbatana, la expedición regresa a
eco de las de Antíoco IV, incluida la pretensión de domi-
Nínive para 120 días de banquetes y descanso (1,16). Esta
nar Egipto (Jdt 1,9-12; cf. 1 Mac 1,17) e invadir Judá (Jdt 4;
grandiosa celebración recuerda los 180 días del adveni-
cf. 1 Mac 1,20); Nabucodonosor atraviesa Media y llega a
miento de Artajerjes en Susa, según Est 1,3-4. Durante
Ecbatana, lo mismo que Antíoco pasa por Persia (1 Mac
este descanso, el rey medita qué hacer con los sufridos
3,31), entra en Persépolis (2 Mac 9,2) y llega a Ecbatana (2
refugiados (Jdt 1,12), como veremos. Desde este punto
Mac 9,3).
de vista, su retrato se aleja bastante del ofrecido por el
Nínive. El lector no leerá «Nínive, la gran ciudad» sin pen- libro de Daniel, contemporáneo de Jdt. En efecto, en Dn
sar en el libro de Jonás. Sólo es ahí donde Nínive es califi- 4, Nabucodonosor se imagina, en sueños, que se con-
cada de esa manera. CUriosamente, en Jon 3,7-8, como vierte en bestia salvaje; pero encuentra su razón y su po-
más tarde en Jdt 4,10, los animales -ganado mayor y me- der entonando una alabanza al AltíSimo. En Jdt se con-
nor- son asociados al ayuno público decretado para ob- sidera un dios y ordenará acciones de un salvajismo
tener el favor de Dios. asesino.
10
La misión de Holofernes
Los 120 días de descanso acaban con un consejo de gue- ras (1 Mac 4,52-59). Aquí tendremos, insinuado, como un
rra y la convocatoria de Holofernes el «día 22 del primer marco de la historia (cf. el recuadro adjunto).
mes» (Jdt 2,1). ¿Por qué esta indicación temporal? Por otra parte, el día 22 del primer mes (el 22 de Nisán) es
el primer día después de la fiesta de los Ázimos, Inaugu-
rada por la Pascua (cf. Ex 12,15-20). Es el comienzo de la
El marco temporal
primavera y, por tanto, la época de las expediciones mili-
Remontando los 120 días, es decir, cuatro meses antes, el tares, el «tiempo en que los reyes se van de campaña» (2
comienzo de la historia se sitúa implícitamente el día 25 Sam 11,1).
del noveno mes del año anterior. Ahora bien, un poco an-
tes en el mismo período, pero un año después, es cuan-
do se cierra el libro de Jdt. La importancia de esta fecha
resulta evidente si recordamos que se trata del primer día Venganza universal (2,1-3). Nabucodonosor quiere
de la fiesta de Januká o Dedicación, fiesta instaurada des- «vengarse de toda la tierra». La expresión recuerda ex-
pués de la revuelta de los Macabeos, en 163 a. e, en ho- trañamente el propósito de Dios en el relato del diluvio en
nor del Templo purificado de las mancillaciones extranje- Gn 6,17: «Voy a enviar el diluvIo, las aguas, sobre la tierra,

La cronología de libro de Judit


Mes y días Acontecimientos fechados Referencias
(IX, 25) (Victoria sobre Arfaxad)
120 días Banquete de 120 días en Nínive para el ejército de Nabucodonosor Jdt 1,16
1,22 Nabucodonosor convoca a Holofemes Jdt 2,1

I1I, 15 o después Siega del trigo [después de I1I, 15, según el calendario sacerdotal] Jdt 2,27
+ 1 mes 1 mes de vivaque Jdt 3,10

+ 34 días 34 días de asedio Jdt 7,20


+ 5 días Plazo de cinco días durante los cuales Judit ejecuta su plan Jdt 7,30
Recuerdo: el marido de Judit ha muerto durante la siega de la cebada [a partir de Jdt 8,2
1, 26 en el calendario sacerdotal]; Judit es viuda desde hace 3 años y 4 meses (1, Jdt 8,4
(V, 26) 26 + 4 meses:: V, 26)

+ 30 días (== VI, 26) Saqueo de treinta días Jdt 15,11


+ 3 meses (== IX, 26) Tres meses de fiesta Jdt 16,20

Según P.-M. BOGAERT, «Le calendrier de Judith et la rete de Hanukha»: Revue Théologique de Louvain 15 (1985), p. 68.

11
para exterminar de debajo del Cielo a toda carne que ten- El discurso de Nabucodonosor (2,4-13). Es el ÚniCO
ga aliento de vida. todo cuanto eXiste en la tierra perece- discurso del monarca en todo el libro de Judit Está Intro-
rá». Más tarde, la alianza con Noé anulará cualquier nue- dUCido por la fórmula de mensajero característica de la li-
va destrucción: «Cuando yo cubra de nubes la tierra y en teratura profética: «Así dice...». El rey manda una expedi-
las nubes aparezca el arco, me acordaré de mi alianza con ción de exterminiO contra «aquellos que han desobedeCido
vosotros y con todos los VIVientes de la tierra, y las aguas las palabras de mi boca» (2,6): deportación de poblaCiones,
del dilUVIO no volverán a exterminar a los seres VIVOS» (Gn ocupación de sus terntorlos, masacre y saqueo El discur-
9,14-15). La expresión tiene, por otra parte, un vigor muy so acaba con un Juramento que actualiza el de 1,12: «¡Lo
profetlco' «El Señor mostrará a sus siervos su poder y a Juro por mi Vida y por la fuerza de mi Imperial Lo he dicho
sus enemigos su Ira Pues el Señor llega con fuego y sus y lo cumpliré con mIs propias manos» (2,12) Holofernes es
carros como un huracán, para desahogar el ardor de su el encargado de ejecutar todas las palabras de su rey
Ira y el incendio de sus amenazas. El Señor Juzgará con es- Nabucodonosor se conSidera un diOS, un diOS todopode-
pada de fuego a todo ser VIviente, y serán muchos los tras- roso, y la miSión confiada a Holofernes es un castigo: «Hay
pasados por el Señor» (ls 66,14b-16). La voluntad de Na- que "castigar", y castigar por un CrImen capital' "Han de-
bucodonosor es comunicada a sus consejeros no para sobedeCido", .. Mientras que hasta ahora estos pueblos
discutirla, sino para ejecutarla Es Holofernes, general en eran y se sabían libres e Independientes -de ahí la res-
Jefe del eJército, el encargado de llevarla a cabo puesta con su deCISión a Nabucodonosor-, ahora el rey los
De esta manera, tanto en la Introducción narrativa de los conSidera como esclavos que se oponen a su deseo. En eso
vv. 1-3 como en el d,scurso dirigido a Holofernes en los vv. encontramos un terreno comun con todos los "podero-
4-13, Nabucodonosor toma el lugar de DIOS las fórmulas sos": el poderoso no puede aceptar en su zona, sea la que
que se refieren habitualmente a YHWH en la ESCritura se fuere, que algUien o algún Estado no se le someta; de lo
ponen ahora en sus labiOS, indiCIO para el lector de un or- contrario no sería "poderoso". La histOria lo demuestra
gullo blasfemo constantemente» (G. LABOUERIE, p. 27)

12
2 - La campaña
de Holofernes

R
elegando al trasfondo la figura de Nabucodonosor, el relato va a seguir a partir de ahora a Holofernes. Los des-
plazamientos del ejército van acompañados de terror (2,14-3,10). Después el narrador abandona el campamen-
to asirio para mostrar cómo Judá pasa a la resistencia (4,1-15).

Con el regreso al campamento asirio, el narrador nos pre- se encadenan tres partes en un ir y venir (ejército asirio -
para una sorpresa. Ante las preguntas de Holofernes, un Judá - ejército asirio) que, sobre un fondo de guerra mun-
oficial amonita, Ajior, trata de explicar la originalidad del dial, exalta la fe de Israel y, concretamente, llama la aten-
pueblo de Israel; no hace más que redoblar la cólera del ción sobre el «cerrojo» protector de Jerusalén que supo-
general en jefe y es entregado a los judaítas (5,1-6,13). Así ne el lugar de Betulia.

Ciudades conquistadas, ciudades sometidas


Con un ejército perfectamente organizado, secundado por ni pies ni cabeza. Con un Nabucodonosor de ficción, las in-
los animales de transporte o de avituallamiento, Holofer- dicaciones geográficas deben ser tratadas de la misma
nes se lanza, como un ave de presa o el ejército de lan- manera: «Encontramos en este relato lugares bien cono-
gostas de JI 2,2-9, hacia los pueblos de Occidente, en par- cidos de Mesopotamia, Siria, Asia Menor, Palestina... pero
ticular los de la costa mediterránea (2,14-20). también muchos otros lugares distantes de estos territo-
rios o de localización incierta, desconocida o simplemen-
te imaginaria» (J. VíLCHEZ, p. 280). La llanura de Damasco
Una geografía de ficción es momentáneamente la etapa final de esta expedición
(2,14-28) de castigo.
La descripción del camino seguido por Holofernes es un Las escenas de horror engendran terror, y el rumor llega
ejemplo perfecto de la erudición geográfica que se ve en a la costa, donde la mayor parte de los nombres son per-
Jdt, aunque sea imposible trazar ese itinerario en un fectamente Identificables: «El miedo y el terror se apode-
mapa. Este itinerario, completamente en zigzag, no tiene raron de todos los habitantes del litoral, de los que vivían
13
en Sldón y Tiro, y de todos los habitantes de Sur, de Oci- se opondrá, un siglo más tarde, la Sabiduría de Salomón
na y de Yamnia. Los de Asdod, Ascalón y Gaza fueron tam- (Sab 14,16b-20). «Atacar lo que hace vivir al hombre,
bién presa del pánico» (2,28), aquello sobre lo que se fundamenta su identidad, aunque
sea un bosque sagrado, vuelve a conducirle a la muerte al
arrancarlo de sus raíces, de sus referencias, de sus razo-
_____ !,r_og~~si~n I?()r el t~~~or ~3_! ~_-1_0) _ nes para vivir» (G, LABOUÉRIE, p. 29).
Los habitantes de la costa envían mensajeros de paz a Ho- Pausa. Después de la devastación del litoral hay una pau-
lofernes: «Aquí están nuestras Ciudades y sus habitantes, sa de un mes entre Guibeá y Escitópolis, Holofernes reúne
Son esclavos tuyos, Entra en ellas y haz lo que te plazca» armas y bagaje a las puertas de Judá. Pero no nos deten-
(3,4). Un estratega reconoce aquí las reacciones colectivas gamos aquí en la localización de las ciudades citadas. «El
habitualmente observadas ante este tipo de catástrofe. autor de Judit -escribe muy acertadamente J, Steinmann-
Semejante actitud anuncia ya la reacción de los asediados ha logrado para la geografía lo que había logrado para la
de Betulia en 7,26-28, Se trata de la sumisión pura y dura historia. Salpica su relato de lugares encontrados por su
a Holofernes, acogido como liberador. piedad bíblica o inventados por su fantasía. Su malicia con-
Devastación. La acogida del liberador -descrita con ras- siste en disfrutar desorientando a los eruditos puntillosos,
gos tomados de las parusías de los soberanos helenísti- Cuando se cree haber encontrado un itinerario coherente,
cos- se convierte en pesadilla: devastación, saqueo y, so- coloca en plena frase un nombre acuñado como los de Ra-
bre todo, aniquilación de los bosques sagrados y lugares belais, Antepasado del anunciador del Zapato de raso, ten-
de culto de los dIoses locales. Nabucodonosor reclama dría derecho a escribir: "La escena de este drama es el
para él solo la adoración e invocación de todos los pueblos mundo, y más especialmente la Palestina de comienzos del
de la tierra. Los pueblos de la costa reciben la terrible sor- siglo VI, a no ser que sea a mediados del siglo 11". El autor
presa de ser sometidos no sólo a la devastaCión física a la se permite comprimir los países y las épocas, de igual ma-
que creían escapar, sino también a la devastación religio- nera que, a distancia, varias líneas de montañas separadas
sa y espiritual. Es la divinización de los soberanos a la que no forman más que un solo horizonte» (J. STEINMANN, p, 45).

Israel se prepara para la guerra


La actitud de Holofernes con respecto a los dioses y los acontecimientos de 520-515 a, C, cuando el regreso del
santuarios de los países vecinos crea un gran temor entre exilio (Esd 6, 14-22)? Algunos autores ya lo habían imagi-
los judaítas, reCientemente llegados de su cautividad. nado. Pero en Esd 6,16 no se hace mención más que de la
dedicación del nuevo Templo. Entonces, ¿hay que ver más
bien la evocación insinuada de la Dedicación de Templo por
Del pánico:.. (J_d~ 4_,1_-3) Judas Macabeo en 165 a. C (1 Mac 4,36-59)? Esta última
En efecto, los Israelitas habían consagrado de nuevo el al- solución ha de ser preferida, habida cuenta de la mención
tar y la casa de DIOS. ¿Hay que ver aquí una remiSión a los de un sumo sacerdote y del consejo de ancianos (gerou-

14
sía: Jdt 4,8; 11,14; 15,8; atestiguada también en 1 Mac Abel, que en su admirable Geografía de Palestina no duda
12,6; 2 Mac 4,44; 2 Mac 9,27) a la cabeza del pueblo en la en hacer que figure entre Ta'anak y Dotán en el plano n.
continuación del relato, 111 del segundo volumen, mapa que representa los terri-
torios de las tribus septentrionales, Y en afirmar que el
lugar está representado por Kafr QOd, que figura en el
... a la resistencia (Jdt 4,4-8) mapa del5urvey a cinco kilómetros al oeste de Yenín. Al-
_ __ _ _ _ _ __ _ H

gunos críticos han sostenido que Betulia no sería otra que


Ante la inminencia del peligro, los «hiJos de Israel que ha- la antigua Betel". la Casa de Dios, una ciudad simbólica
bitan en Judá» conocen primero el miedo al exterminio. con una situación de las más inciertas". Está a las puer-
Pero se organizan, Aquí Israel es como el «último recurso tas de la llanura de Esdrelón (4,6), pero desde ahí una pro-
de la humanidad frente a la máquina totalitaria» (G. LA- cesión puede dirigirse cantando a Jerusalén." Está próxi-
BOUÉRIE, p. 33), ma al mítico Ciamór.t (7,3) de Egrebel, de Cus y del torrente
Mocmur (7,18). Se parece a la isla de los Lotófagos, en el
Invulnerabilidad. El país, con sus montañas, permite la
jardín de las Hespérides, en Monomopata» (J. STEINMANN,
resistencia defensiva: fortificación de ciudades, reserva de
pp,43-45).
provisiones tras la siega. Pero, sobre todo, a partir de aho-
ra aparece lo que va a distinguir a Israel en medio de las
También resulta interesante la reflexión de J. Cazeaux:
naciones: la autoridad ostentada por el sumo sacerdote
«La fantasía que pivota o que crea incluso la geografía de
de Jerusalén, Joaquín: «Los israelitas hicieron lo que les
Judit tiene como efecto aislar Jerusalén, alejarla del fren-
ordenó el sumo sacerdote Joaquín y el consejo de ancia-
te de operaciones, Es la invención de la ciudad de Betulia,
nos del pueblo, residentes en Jerusalén» (4,8), La estrate-
flanqueada por una pareja provisional, Betomestain (4,6
gia preconizada por Joaquín es sencilla: considerar a Be-
y 15,4), la que desempeña este papel: Israel no se limita
tulia y Betomestain como defensas avanzadas de
a Judá, por tanto se pueden trazar sus fronteras sobre
Jerusalén: «Les sería fácil obstaculizar el paso, pues el des-
un mapa. La posición de los judaítas es inalcanzable, por-
filadero sólo permitía pasar de dos en dos» (4,7). Una in-
que su país está encaramado en una montaña, ella mis-
vulnerabilidad semejante a la de Petra, la ciudad nabatea,
ma inaccesible, hasta el punto de quedar antiguamente
accesible solamente por el Siq, estrecho y largo desfilade-
deSierta (5,19), y para acceder a ella no existe más que
ro de más de un kilómetro.
una espeCie de largo corredor, custodiado él mismo a la
¿Hay que localizar Betulia? J. Steinmann se divierte entrada por uno de los pasos más estrechos, que, según
con ello: «La ciudad más flotante de esta extraña geo- parece, sólo dos hombres pueden franquear juntos (3,7).
grafía es la propia Betulia. Fuera del libro de JUdit, la ciu- Ahora bien, Betulia limita con la llanura de Esdrelón, es
dad es absolutamente desconocida. Si se tratara de un deCir, al norte de Sama ría, en pleno antiguo reino de Is-
lugar sin importancia, se comprendería este olvido gene- rael, y sin embargo es el cerrojo del corredor que condu-
ral, pero, según el relato, Betulia es la Ciudad clave del ce a Jerusalén» (J. CAZEAUX, p. 195). Así pues, el libro de Ju-
país, la temible fortaleza que defiende el acceso a Sama- dit utiliza un procedimiento literario preciso: poniendo a
ría y a Judá". Admiramos el imperturbable valor del P. distancia Jerusalén, «Betulia profetiza que la verdadera
15
Jerusalén ya no es identificable en el mapa", Betulia re- partida de Judit (10,8), Judit ante Holofernes adormecido
presenta a Jerusalén descargándola de la función de las (13,4-5), Ozías (13,18-20), Ajior (14,7), el pueblo (15,9-10)
armas». Y Judit en su gran acción de gracias (16,1-17), se encuen-
tra por primera vez con el ayuno como un hecho al que
se someten todos los seres vivos, hombres, mujeres, ni-
Por el ayuno y la oración (4,9-15)
~ ~ H _ _ _ _ _ _ _
ños, extranjeros residentes, asalariados, esclavos e incluso
los rebaños (cf. Jan 3,7). Todos ayunan y oran. La súplica se
Después de los preparativos militares viene la preparación expresa en discurso indirecto. «Todos juntos suplicaron
religiosa para la confrontación con las armas de Holofer- fervientemente al Dios de Israel que no entregase",»
nes. En este libro en que la oración será expresada por va- (4,12), «Clamaban al Señor con todas sus fuerzas para que
rios de los protagonistas, Judit (9,2-14), los ancianos en la salvase".» (4,15).

Los asirios rechazan a Ajior


Habíamos dejado a Holofernes y a su ejército descansan- como un veterano sin reflexión, Sería completamente
do un mes frente a Esdrelón, vivaqueando entre Guibeá y erróneo: no sería entonces el número dos del impeno, el
Escitópolis (lugar de la antigua Bet-Seán), Un mes duran- jefe de los ejércitos victoriosos de Nabucodonosor, y elli-
te el cual los hijos de Israel se preparan militar y espiri- bro perdería una buena parte de su fuerza. Sus capacida-
tualmente para la guerra. El rumor de la llegada de Holo- des son claramente puestas de relieve,,, Plantea las pre-
fernes no tiene los mismos efectos que en los pueblos de guntas que son las de cualquier estado mayor operativo,
la costa, El temor de su fama no suscita el envío de una resumidas por Sun Tse (-500) en su Arte de la guerra» (G,
embajada para pedir la paz. El anunCio de los preparativos LABOUÉRIE, pp. 36-37). Preguntas que se acumulan en 5,3-
militares de los israelitas pone furioso a Holofernes. 5: «¿Qué ciudades habitan? ¿Con cuántos soldados cuen-
tan? ¿En qué consiste su poder y su fuerza? ¿Quién es el
rey [",1 por qué se han negado a venir a mi encuentro,,,?».
Investigación de Holofernes (5,1-4)
- - - A estas preguntas de Holofernes, el comandante de los
Convoca a los jefes de Moab, los generales de Amón y los amonitas, Ajior, se atreve a esbozar una respuesta en un
sátrapas de la costa (l. e., los jefes de los filisteos), que, discurso muy construido. Conviene subrayar aquí que, en
como vecinos que rodean a Israel, se conSidera que lo co- la literatura griega, las preguntas de la reina Atossa sobre
nocen (5,2). Lleva a cabo la investigación y pide conseJo. los atenienses en Los persas, de Esquilo (ca, 472 a. e), pro-
«Podemos estar tentados -eSCrIbe Labouéne-, sobre todo porcionan un paralelo interesante, igual que la manera en
cuando observamos las circunstanCias de su muerte, de que Judit informará a los asirios y Holofernes del estado
juzgar a Holofernes como un general estúpido, incluso de ánimo de los israelitas (Jdt 10,12-13; 11,5-19),
16
de fe en labios de un pagano, al que el cuerpo del discur-
Discurso dr: Aji~r (~,5-21) __
so nos permitirá asistir.

¿Quién es Ajior? Su nombre es hebreo, «Mi hermano es Cuerpo del discurso (vv. 6-19). La historia de Israel
luz», nombre que cuadra bien con su forma de actuar con es releída como en Dt 26; Jos 24; Sal 78 y 106 o Hch 7,2-
respecto a Israel. Como amonita, pertenece a un pueblo 47, Este tipo de recorrido por la historia está también
vecino de Israel, al este del Jordán. A lo largo de la histo- presente en las confesiones de los pecados de las litur-
ria, los dos pueblos han luchado (cf. 2 Sam 10-12), pero gias penitenciales de Dn 3; 9, Y Neh 9. Ahora bien, una
Ajior se alinea aquí aliado del profeta pagano Balaán (Nm de las características de este discurso está atestiguada
22-24) o de la extranjera Rajab (Jos 2). A menos que haya Igualmente en la relectura de la historia de Sab 10-19:
que leer Ajiud, «Mi hermano es Judá», por la confusión de ningún personaje de la historia es identificado por su
dos letras hebreas, dafet y resh. nombre. Sin embargo, en Jdt 5,6-19, los nombres to-
Siguiendo a H. Cazelles, ¿hay que relacionar su nombre pográficos son mantenidos como etapas de la peregri-
con el de Ajicar, sabio asirio, consejero y ministro legen- nación de un pueblo siempre en camino, mientras que
dario de Senaquerib (comienzos del siglo VII a. C.)? Ajlcar en Sab 10-19, dejando aparte la Pentápolis y el mar
está atestiguado no sólo por una literatura narrativa y Rojo, todos los demás topónimos son ofrecidos me-
sapiencial políglota, sino incluso por el libro -también él diante perífrasis, como los nombres de los antepasados
deuterocanónico- de Tobit (Tob 1,21-22; 2,10; 11,19; de Israel.
14,10). A pesar de la traducción de Alicar por Ajior en la Migraciones de patnarcas, de Jacob y sus hijos, liberación
Vulgata de Toblt, a priori nada parece relacionar al Ajior de Egipto, estancia en el desierto y establecimiento en la
de Jdt (amonita y general) con el sabio AJicar (asirio y mi- tierra: este resumen histórico, trufado de remisiones a los
nistro). Sin embargo, es una señal de la literatura nove- libros de la Torá (Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deu-
lesca de la época helenística beber en el tesoro de las an- teronomio) y al de Josué, ocupa los vv. 6-16. La clave de
tiguas sabidurías orientales. Ajior, sabio militar al comprensión de estas migraciones es la adoración por
servicio de un rey extranjero, es condenado, entregado este pueblo del «Dios del cielo, el Dios que habían conoci-
a los enemigos cuya fe ha proclamado antes de ser rein- do» (5,8). La expresión es persa (cf. Esd 7,12), Y el Dios de
tegrado en una comunidad: «Ajior (... 1se unió a la casa Israel no es designado con el nombre comunicado a Moi-
de Israel hasta el día de hoy» (Jdt 14,10). Según Tob sés. Pero la teología deuteronomista de la retribución
14,10, ¿no sigue un camino más o menos análogo la temporal y colectiva es expuesta por AJior de forma lumi-
prueba de Ajicar? nosa: «Mientras no pecaron contra su Dios, todo les fue
El discurso de Ajlor pude dividirse así: exordio (v. 5), cuer- bien, pues tienen un Dios que odia la injusticia. Pero cuan-
po del discurso (vv, 6-19) y peroraCión (vv. 20-21), do se apartaron del camino que les había señalado, fue-
ron destruidos...» (5,17-18).
Exordio (v. 5). Llamada a la atención, a la escucha, y pro-
testa por la verdad, Ahora bien, se trata menos del infor- Después de haber dibujado así una relectura del pasado,
me de un ofiCial de estado mayor que de una confeSión Ajior discierne el presente con la misma clave teológica.
17
Peroración (vv. 20-21). El invencible Holofemes, que 90 que sanCIona la audacia de Ajior indica un cierto talión:
pretende conducir a toda la tierra a la adoración de Na- compartir la suerte de aquellos a los que ha defendido.
bucodonosor, es invitado a evaluar la situación, Sólo el pe- Holofemes continúa afirmando su proyecto de «vengar-
cado de Israel ante su Dios puede dar la ocasión de «subir se de esta raza escapada de Egipto» (6,5), Sobre todo con-
a hacerles la guerra», «Pero si no han pecado, es mejor tinúa tomándose por Dios, haciendo un juramento que se
que no vaya contra ellos mi señor, porque su Dios los pro- hace eco del de su señor Nabucodonosor: «Dicho queda,
tegerá.,,» (5,21), Dicho de otra manera, el Dios de Israel y ni una de mis palabras fallará» (6,9; cf. 2,12). Al final del
es más fuerte que Nabucodonosor. discurso, en estilo indirecto, se da orden de entregar a
Ajior a los hijos de Israel en Betulia,

Cólera de Holofernes (5,22-6,13) Ajior entregado a los israelitas (6,11-13). Las pala-
~ - - --
bras de Holofemes son ejecutadas: «Lo condujeron, pues,
Reacciones del ejército asirio (5,22-24). El discurso
sus siervos fuera del campamento, a la llanura; y de la lla-
de Ajlor provoca murmullos en la asamblea de los oficia-
nura lo trasladaron a la montaña, hasta llegar a las fuen-
les, en particular entre la gente de Moab y de la costa (=
tes que había bajo Betulia» (6,11). Estas indicaciones to-
filisteos), ¿Le van a moler a palos por haber desafiado a
pográficas son variadas. ¿Hay que precisar el trayecto?
Holofemes y su poder, a Holofemes y su proyecto de so-
M,-F, Baslez lo hace: esta sucesión «corresponde a la va-
meter toda la tierra?
riedad del paisaje que atraviesa la ruta occidental que sube
Respuesta de Holofernes a Ajior (6,1-10). Delante de Bet Sur hasta Jerusalén, pasando a través de una lar-
de su consejo (synedria, término técnico para el consejo ga llanura llamada "Valle de las Bendiciones", después por
militar), H%femes no tiene más que una palabra en los desfiladeros, por debajo de estrechas líneas de crestas con
labios: ¿quién es dios sino Nabucodonosor? También Ho- hábitats encaramados; el wadl Sukhelt podía ofrecer co-
lofemes hace una profesión de fe, pero singularmente di- rrientes de agua. Ésta fue la ruta seguida por el ejército
ferente a la de Ajior, Los dos discursos se enfrentan. Ho- de Lisias durante /a campaña de 164-163» (Polémologie,
lofemes profesa su fe en su dios Nabucodonosor y en la pp. 368-369). Así, insinuada, tenemos siempre la época de
fuerza de sus ejércitos, Es el dios Nabucodonosor el que los Macabeos (cf. 1 Mac 4,18-35), Esta primera aproxima-
«enviará su ejército y los exterminará de la superficie de ción a Betulia por parte de los ejérCItos asirios no es la oca-
la tierra sin que su DIos pueda ayudarlos» (6,2). sión de un verdadero combate. Los judaítas salen de la
En su cólera, engloba en un mismo desprecio a Ajior, ciudad, armados con hondas. ¡Una trifulca de piedras!
«mercenario de Amón», y a la gente de Moab, sin em- Ajior es abandonado, atado, al pie de la montaña, Los aSI-
bargo a sus órdenes, «vendidos a Efraín» (6,1.5). El casti- rios vuelven «adonde estaba su señor» (6,13).

18
3 - El asedio de Betulia

E
n este punto del relato, la ciudad de Betulia se convierte en el teatro principal de las operaciones. Había sido nom-
brada, como de pasada, por su valor estratégico (4,6-7). Hemos llegado a ella con Ajior atado. Se encadenan tres
episodios: la acogida de Ajior por los judaítas (6,14-21), los preparativos asirios del asedio de Betulia (7,1-5) y el pro-
pio asedio (7,6-32).

Ganaremos leyendo estos tres episodios (en Betulia - en expulsión por los aSirios (5,1-6,13). Los preparativos del
el campamento asirio - en Betulia) en paralelo con los que asedio (7,1-5) responden a la manera en que Israel ha pa-
le preceden, pues el narrador ha sabido jugar con las re- sado a la resistencia (4,1-15), y el propio asedio (7,6-32)
laciones y las diferencias. La acogida de Ajior por los ju- ofrece un ejemplo de lo que ha podido desarrollarse du-
daítas (6,14-21) contrasta con lo que ha conducido a su rante el inexorable avance de Holofernes (2,14-3,10).

Los judaítas recogen a Ajior


Ajior no se queda mucho tiempo solo y atado: «Bajaron dres valen sobre todo por sus consonantes y su significa-
los israelitas [...)10 desataron, lo llevaron a Betulia y lo con- do: Ozías (= YHWH es mi fuerza), Jabrís (= Él es mi amigo),
dujeron ante los jefes de la ciudad» (v. 14). No parece to- Otoniel (= Dios es mi guardián), Jarmís (= Él es mi viña),
marse ninguna medida particular de vigilancia o de pre- Melquiel (= Dios es mi rey). Además, Ozías pertenece a la
caución ante aquel que podría parecer un tránsfuga, un tribu de Simeón, cuyas posesiones estuvieron unidas a las
espía. Ajlor es conSiderado inmediatamente como posee- de Judá (Jos 19,1-9; Jue 1,3-4). Judit será también de la
dor de preciosas informaCiones. misma descendencia (cf. 9,2: «Señor, Dios de mi padre Si-
meón ... »). En el grupo de los jefes se destaca Ozías. Pre-
gunta a Ajior lo que ha sucedido (6,16) Y organiza un ban-
Ajior en medio del pueblo (6,14-17)
quete (6,21). En la continuación del relato, es a él a quien
Los jefes de la ciudad. Igual que en el libro de Tobit, los se recurrirá (7,23) y quien tomará las deCisiones de ur-
nombres que tienen los responsables de Betulia y sus pa- gencia (7,30-32), atrayéndose los reproches de Judit (8,11-
19
16). Con un delicioso anacronismo, J. Steinmann califica a no tienen nada que reprocharse, la invasión de Holofer-
Ozías de «alcalde» de Betulia. nes no es un castigo, es una prueba» (J. STEINMANN, p. 111).
Todo el pueblo. Los ancianos de la ciudad son convoca- Ante las insolencias de los asirios, que se consideran como
dos para escuchar a Ajior. Pero, por un efecto de amplia- Dios, el pueblo de Betulia opone la humillación de aque-
ción, es ante la ekklesía, la asamblea general de Betulia con llos que están consagrados al Señor (cf. Dn 7) y cuya fe es
«todos los jóvenes y las mujeres», «en medio de toda la segura: «El Señor se opone a los arrogantes / otorga su
gente», donde AJlor da cuenta de los acontecimientos y de gracia a los humildes» (Prov 3,34 LXX).
las «insolentes palabras de Holofernes contra Israel» (6,17). Un banquete particular. Después de la oración dirigida
al Señor, la asamblea felicita y consuela a AJlor. El banque-
te ofrecido por Ozías a Ajior y a los ancianos parece bas-
La oración del pueblo (6,18- 21) tante poco coherente con el riguroso ayuno del que se tra-
- -- - - - -
ta desde el cap. 4. Algunos lo interpretan como una táctica
La reacción del pueblo de Betulia -desde hace muchos días por parte de Ozías: «Una reunión mucho más limitada sólo
están en ayuno y oraCión (4,9-15)- es un grito de súplica: con los ancianos, con el pretexto de un banquete», oca-
«Señor, Dios del cielo, mira.", ten piedad"., mira.,,». sión de conversaciones «sobre las fuerzas, las armas, el dis-
El grito de súplica. El gnto se dirige al Señor, ya invoca- positivo y el estado de ánimo del ejército de Asur», más
do como Dios del Cielo (5,8), pero no es lamentación o con- que sobre la calidad de la comida (G. LABOUÉRIE, p. 39). En
fesión de los pecados. Cunosamente, ninguna de las ora- efecto, la conclusión del relato no nos deja una impresión
ciones del libro de Judit es una lamentación, ninguna de alegre banquete: «Durante toda la noche estuvieron in-
contiene la menor confesión de los pecados. «Los judíos vocando la protección del Dios de Israel» (6,21).

Holofernes se prepara para el ataque


En Jdt 4,1-15 habíamos asistido a los preparativos mIlita- 14,11), strategos (Jdt 2,14; 5,2; 7,8; 14,3.12) o qUlliarca (Jdt
res y religiosos en Betulia. En Jdt 7,1-5 vemos la puesta 14,12) sugiere el organigrama mencionado por Poliblo
en acción de las fuerzas de Holofernes: «170.000 infantes, para el ejército seléuClda (Poliblo 18, 30), del que no tene-
12.000 jinetes, sin contar la intendencia [".] una muche- mos ninguna otra huella» (Polémologie, pp. 366-367). Re-
dumbre incontable» (7,2). M.-F. Baslez ha señalado aquí el cordemos que el término «estratega» se aplica en 2 Mac
buen conocimiento que tiene el autor del «lenguaje mili- 12,2 a los gobernadores de las eparquías de Cele-Sina. Es
tar helenístico y de la organización de un ejército. Utiliza el comienzo de una operación de cerco. La gente de Be-
corrientemente el término ep,lektoi". una "leva" de sol- tulia, impresionada por semejante despliegue de fuerzas,
dados más que una verdadera selección {Jdt 2,15.19; 3,6)". sólo puede montar guardia durante la noche.
El empleo de los términos spelra, banda, cohorte (Jdt

20
La ciudad asediada
Varios episodios se encadenan según el procedimiento seléucidas y a favor de los medios tradicionales de tipo
bien experimentado a partir de este momento de la al- guerrilla?
ternancia de los puntos de vista: primero por parte asiria
Operaciones militares (7,16-18). El cerco comienza
(7,6-18) y después por parte de Betulia (7,19-32).
con tres operaciones distintas: en el valle, en la montaña
y en la llanura. El efecto está asegurado: «Eran una mul-
titud muy numerosa» (7,18).
La maniobra asiria

Inspección (7,6-7). La operación de cerco, tras el des- La reacción de Betulia


pliegue de las fuerzas, continúa con una inspección de Ho-
lofernes relativa a la alimentación y al agua: «Inspeccionó De la oración a la acusación (7,19-29). Este cerco
las fuentes, se apoderó de ellas y dejó allí una guarnición», produce en primer lugar una reacción religiosa: los hijos
Aquí hay que distinguir la naturaleza de las fuentes: no de Israel claman al Señor, su Dios. Después viene la an-
son cisternas, Las fuentes del valle son ocupadas en pri- gustia. Contamos los días: 34. El agua se agota. Después
mer lugar (Jdt 7,6-7,17), Se trata generalmente de fuen- de un mes de asedio, los habitantes de Betulia están ten-
tes permanentes. Pero frecuentemente, y la arqueología tados de rendirse, se vuelven a Ozías y los ancianos acu-
tanto de Judá como de Samaría ofrece ejemplos de ello, sándolos primero (v. 24) y acusando a Dios después (v. 25),
las Ciudades tenían a media pendiente reservas, aljibes ali- El narrador describe ahí las habituales reacciones colecti-
mentados por agua de lluvia, conducida mediante un sis- vas, que se pueden esquematizar de la siguiente manera:
tema de canalizaciones excavadas en los acantilados. «En primer lugar se considera al gobierno como respon-
Consejo de generales (7,8-15). Los comandantes de sable de todos los males; una vez que resulta evidente que
los pueblos vecinos, Edom, Moab y la costa -deSignados el gobierno no lo es para nada, se la toma con el azar, con
aquí como hegoumenoi, strategoi, archontes, términos la providencia, con Dios, invocado a menudo con recuer-
utilizados en el siglo 11 a. C. para los oficiales del ejército se- dos infantiles; salvo rarísimas excepCiones, los gobiernos
léucida-, dan a Holofernes un consejo estratégico: en- tienen más tendencia a seguir a su pueblo que a galvani-
zarlo» (G. LABOUÉRIE, p. 40),
frentarse a los hijos de Israel no en batalla campal, sino
reducirlos por la sed y el hambre controlando las fuentes: Los habitantes de Betulia viven la tentación en la que han
«Les pagarás un terrible salario. ,,» (7,15), En efecto, esto caído anteriormente los habitantes del litoral, con los re-
se va a mostrar terriblemente eficaz. En 1 Mac 6,28-47, sultados que ya hemos visto (reléase 3,1-5 Y 6-10). Pero van
en el relato del combate de Bet Zacarías, el enfrenta- más allá: ven en ello la mano de DIOS, de un Dios «que nos
miento en batalla campal le vale a los ejércitos de Antío- está castigando por nuestros pecados y por los de nuestros
ca V la pérdida de seiscientos hombres, ¿Tomaría aquí antepasados» (7,28), ¿Un DIOS vengador que se une a un
nuestra novela postura contra la guerra «moderna» de los pueblo infantil es verdaderamente el Dios de Israel?
21
Un plazo antes de la rendición (7,30-32). La tenta- vez, refuerza la espera, la paCienCia y la esperanza de los
Ción de Ozías respondiendo a la muchedumbre, que pre- luchadores de DIOS mediante una voluntad de encontrar
siona en torno a él, no es del mismo orden. Como lo de- y descifrar signos, El libro de Judit rechaza este partido, y
mostrará la continuación del relato, y espeCialmente la hace de él el cnmen esenCial» (J. CAZEAUX, p. 203).
Intervención de Judit (8,12-14), su tentaCión es... la de la Legítimamente podemos preguntarnos sobre el plazo de
blasfemia: «No tentarás al Señor, tu DIos» (Dt 6,16). cinco días. Apenas encontramos paralelos bíblicos. Pero A
AJlor, el extranjero, había dado a Holofernes el entena de Momlgliano llama nuestra atenCión sobre un texto gne-
discernimiento de lo que constituía la fuerza de Israel: la go, la Crónica de Lindos: «Los Cinco días que los alterados
fidelidad a la Ley (5,20-21) Ahora bien, ahora los Judaítas Judíos, asediados en Betulia, se dan antes de rendirse tie-
han perdido la confianza, y la propuesta de Ozías no indi- ne su paralelo exacto en los Cinco días que los alterados
ca solamente una estrategia -ganar tiempo dando la Im- gnegos, asediados por los persas en Lindos, se dan antes
presión de retomar la InlClatlva-, sino mucho más la per- de rendirse; el relato gnego está en la Crónica de Lindos,
versión de la fe, aSignando a DIos un plazo de Cinco días. recopilaCión de vanas fuentes gnegas redactada en 99 a
Es en este preCiso pasaje donde J. Cazeaux descubre el pro- c,» (A. MOMIGUANO', p. 482).
yecto del autor de Jdt: «El pecado de aSignar un plazo al Después de haber retomado la Iniciativa, según parece,
Señor DIos está más oculto y es más profundo en Judá Ozías vuelve a enviar a cada uno a su puesto: los hombres
que la orgullosa voluntad de Nabucodonosor y de los aSI- a las murallas y las torres, las mUjeres y los niños a sus ca-
nas. Está también más oculto y es más profundo que la sas. Pero esta escena se Cierra con una nota profunda-
adoraCión a los otros dioses, de la que AJlor decía a Holo- mente pesimista: «En la Ciudad todos estaban profunda-
fernes que comprometería la segundad de ese pueblo. De mente abatidos» (7,32).
repente, el Mal ha cambiado de campo De repente, el pro-
yecto del autor aparece más claramente. Se trata preCi-
samente de luchar en Israel contra la tentación de los apo-
1 A. MOMIGLIANO, «Etudes blbhques et etudes c1asslques», en Problemes
calipsIs o de sus Intérpretes demasiado presionados Por d'hlstonographle anClenne et moderne TraduCClon de A Tachet, E Co-
definiCión, el apocalipsIs qUiere revelar el plan de DIOS, A la hen y L Évrard París, Galhmard, 1983

22
Ficción e historia: el sumo sacerdote Joaquín I Alcimo
En el libro de Judit, el sumo sacerdote de Jerusalén se llama Joaquín hasidim (1 Mac 7,13, cf. Sal 73; 74; 82; 83), que no buscan ningún
(Yoakim o Joakim. Jdt 4,6-15 Y 15,8-10), como en el libro de Baruc recurso en la acción humana y la violencia de Judit, sino, quizá, una
(Bar 1,7). Ahora bien, varios estudios relacionan estos nombres con misma hostilidad hacia la estrategia y la política ofensiva de Judas y
la figura histórica de Alcimo, sucesor de Menelao en el cargo de de los asmoneos (en la requisitoria que el autor de 2 Mac 14,6-10
sumo sacerdote bajo los seléucidas. presta a Alcimo, éste hace de Judas un fautor de la guerra).

«[oo.) En 162, un sadoquita O Mac 7,13-14; 2 Mac 14,7), Alcimo (una En la segunda parte, la novela de Judit es un escrito nacionalista que
helenización de Joaquín-Eliaquín), obtiene del nuevo rey seléucida preconiza la resistencia al asalto e incluso a la acción violenta, pero
Demetrio I la condena de Menelao, su sucesión al sumo pontificado en un marco estrictamente defensivo, sustituyendo el heroísmo de una
y a las tropas para entrar en Jerusalén, donde fue sumo sacerdote de familia, que exalta la historia de los Macabeos, por el de la nación,
162 a 159. Judas Macabeo y su partido nunca lo admiran, y los dos personificada en Judit. Sin embargo, el partido que elaboró el mito
libros de los Macabeos lo presentan como un traidor, que entra en Je- de Judit se distingue, a pesar de todo, del que produjo el libro de Ba-
rusalén en los carros del extranjero y que es el instigador de la cam- ruc, puesto que exalta, a través del asesinato de Holofernes, el recur-
paña de Báquides contra Judas Macabeo en 161 (1 Mac 7,5-7.9-24; so a la violencia y a la acción individual, mientras que el otro s610
2 Mac 14,3-11.26). Pero otros libros bíblicos muestran que este sumo considera la resistencia pasiva. Las posiciones sobre la lucha que hay
sacerdote tuvo partidarios. Los dos libros de los Macabeos admiten que sostener contra los griegos estaban, pues, extremadamente di-
que reuni6 a los hasidim, judíos pietistas que hasta entonces habían versificadas».
apoyado la insurrección. Sobre todo, Alcimo-Joaquín es presentado
M.-F. BASLEZ, «Les Juifs face ala culture grecque. Religion et so-
de forma muy favorable, bajo su nombre hebreo, en el libro de Ba-
ciété en Judée aux époques lagide et séleucide (111'-11' siecle)>>, en
ruc y en el de Judit.
L'Orient méditerranéen de la mort d'Alexandre aux campagnes de
En el libro de Baruc, colección compuesta y ciertamente pseudoní- Pompée. Cités et royaumes al'époque hellénistique. Rennes-Tou-
mica, aparece como el partidario de una tercera vía, la de la espera, louse, Presses Universitaires de Rennes - Presses Universitaires
que es justificada teológicamente: el creyente debe respetar los pla- du Mirail, 2003, pp. 278-279.
zos fijados por Dios para su intervención (Bar 1,7) [...)

En el libro de Judit, su función es aún más importante, puesto que es


el que decide y el que organiza, desde Jerusalén, la defensa de las ciu- * **
dades de Judá, preconizando el recurso a la estrategia tradicional,
mientras que Judas está a punto de modernizar el ejército (Jdt 4,6-7). «Los libros de los Macabeos (1 Mac 7; 2 Mac 14) presentan [a AI-
La obra defiende la misma teología que el libro de Baruc, a saber, cimo) bajo la peor luz posible a causa de sus alianzas con el ocu-
que hay que esperar la intervención divina que materializa más tarde pante seléucida. Aparece en compañía de hombres de Israel califi-
el gesto de Judit (Jdt 8,25-30). Se observará en particular en el dis- cados de "sin ley ni piedad" (anomoi kai asebeis, 1 Mac 7,5). Él
curso de Judit (9,11-27) sobre los plazos de Dios, lo que constituye mismo recibe el epíteto de "impío" O Mac 7,9) y "manchado" (me-
también uno de los temas centrales del libro de Baruc. molyslenos: 2 Mac 14,3). Aarónida (1 Mac 7,14), pone en práctica
todo para conquistar el cargo de sumo sacerdote O Mac 7,5.21;
Alcimo fue, por tanto, un partidario de esperar, partidario de una gue- 2 Mac 14,7). Lo obtiene de manos del rey Demetrio I 06\-150). Su
rra defensiva, pero no de la ofensiva que persigue Judas Macabeo tras pertenencia al linaje sacerdotal no tiene sombra de duda. Incluso los
la recuperación del Templo. Además, Judit, por su mismo nombre, asideos lo reconocen: "Ellos decían: Un sacerdote de la estirpe de
que significa "la judía", personifica la resistencia nacional y popular, Aarón viene con el ejército: él no nos hará mal" (1 Mac 7,14). Está
la que utiliza la táctica secular de la guerrilla. No hay nada de común, incluso bien rodeado: "Los perturbadores del pueblo se unieron a él,
a primera vista, entre el "pacifismo" de Alcimo y sus partidarios, los se apoderaron de Judea y causaron grandes males a Israel" O Mac

23
7,22). Defiende los intereses del rey Demetrio (2 Mac 14,8) en un Jacqueline MOATI-FlNE, Baruch, Lamentations et Lettre de Jéré-
contexto en que Israel es obligado a ofrecer sacrificios en el Tem- mie. La Bible d'Alexandrie 25.2. París, Cerf, 2005, pp. 51-52.
plo por el rey pagano (l Mac 7,33). Éste es el retrato de Alcimo di-
bujado por una literatura hostil. Sobre un fondo de rivalidades en
torno al cargo de sumo sacerdote y de reacciones opuestas frente al ***
helenismo, se enfrentan, pues, dos ideologías y dos grupos: los que A1kimo (Alciroo) visto por Flavio Josefo (finales del siglo 1). Com-
luchan por la independencia, la identidad judía y la legitimidad del párese este relato tomado de las Antigüedades de los judíos, XII, 16-
sacerdocio (¿oníada?), por una parte; por otra, aquellos que, como 17, con el de 1 Mac 7 y 2 Mac 14.
Alcimo, defienden la sumisión leal al ocupante y tratan de legitimar
su propia autoridad sacerdotal». <<Demetrio, hijo de Seleuco, huyó de Roma, conquistando la ciudad de
Trípoli en Siria, tomando a sueldo un gran número de tropas y hacién-
A. KABASELE MUKENGE, L'unité littéraire du livre de Baruch. Étu- dose coronar rey. Los pueblos se rindieron completamente a él y abra-
des Bibliques. París, Gabalda, 1998, pp. 89-90. zaron su partido con tanta alegría que entregaron en sus manos al rey
Antíoco [= Antíoco V Eupator] y a Lisias, al que hizo morir inmedia-
tamente. Antíoco no había reinado más que dos años. Algunos judíos
*** que habían huido a causa de sus impiedades se volvieron a este nuevo
«La llamada tan ferviente a permanecer fiel a la Torá sugiere una épo- rey, y el sumo sacerdote Alcimo se unió a ellos para acusar a los de su
ca en que la Ley está violentamente puesta a prueba y el nacionalis- nación, y particularmente a Judas Macabeo y sus hermanos, de haber
mo está efervescente. El hecho de mostrar la vinculación a esta Ley, matado a todos aquellos de su partido que habían caído en sus manos.
exclusiva de Israel, hace pensar en una lucha contra el helenismo y [Judas escapa al general Báquides, enviado por Demetrio] Alcimo,
su tentación; pero, contrariamente a la elección de la lucha armada, para ganarse el afecto del pueblo y para afirmar su autoridad, hablaba
preconizada por algunos partidos, el autor de Baruc se alinearía, como con tanta dulzura a todo el pueblo que algunos, de los que la mayor par-
el de Judit, detrás del mensaje de Jeremías: rogad bajo el yugo del te eran impíos y fugitivos, se unieron a sus filas. Comenzó entonces a
ocupante, permaneced fieles a vuestro Dios y esperad el regreso que asolar el país e hizo morir a todos aquellos del partido de Judas que caían
os ha prometido. Por eso, bajo la figura del sumo sacerdote Joaquín, en sus manos. Judas, viendo que se hacía fuerte de día en día, y que
que aparecía en la puesta en escena histórica en Bar 1,7, algunos in- tanta gente de bien perecía por su crueldad, se puso en campaña y mató
vestigadores ven la figura del sumo sacerdote Alcimo (161-159 a. C.) a todos aquellos de su facción que pudo apresar. Entonces este enemi-
descrito en los dos primeros libros de los Macabeos (l Mac 7,5-25 y go de su propio país, no encontrándose lo suficientemente fuerte como
2 Mac 14): está descrito como un impío colaborador con el ocupan- para resistirle, se fue a Antioquía a pedir ayuda a rey Demetrio. [De-
te, enemigo de Judá y de sus hermanos. Sin embargo, la adhesión de metrio envía entonces al general Nicanor, que muere combatiendo a
los judíos piadosos (los 1ulsidim) a este sumo sacerdote (1 Mac 7,13) Judas] Alcimo, el sumo sacerdote, quiso demoler la antigua muralla del
permite entrever otra imagen: la de un sumo sacerdote que preconi- santuario construido por los santos profetas, pero Dios le golpeó al ins-
za otra política distinta a la de la lucha armada, una sumisión leal al tante con una enfermedad tan fuerte que cayó por tierra y murió des-
ocupante y la fidelidad a la Ley. En esta hipótesis, el terminus a quo pués de haber sufrido durante varios días continuos e insoportables do-
de la redacción de Baruc se situaría en el pontificado de Alcimo lores. Había ejercido este cargo durante cuatro años, y el pueblo, por
(2 Mac 15,15-16)>>. aclamación general, eligió a Judas Macabeo para sucederle».

24
4 - Los proyectos de Judit

L
a primera gran parte de Jdt ha puesto en escena la extensión del imperio de Nabucodonosor hasta el corazón de
Judá (1,1-7,32), La segunda gran parte va a hacer que surja de este corazón la heroína que da su nombre al libro
(8,1-16,25). Ahora bien, hasta ahora, los únicos personajes presentados con algo de relieve han sido Nabucodo-
nosor, Holofernes, Ajior, Joaquín y Ozías, todos hombres, y los tres primeros jefes guerreros. Nada de lo que se ha con-
tado deja presentir la entrada en escena de una mujer.

La salvación vendrá, pues, de donde no se espera. Después la iniciativa de convocar a los ancianos y exponerles sus
de la trágica pausa de la «depresión» que ha poseído a Be- proyectos (8,9-10,9). Por último, en el tercer episodio,
tulia, un primer episodio presenta muy detenidamente a muy breve, parte para ejecutarlos (1 O,9b-1 O).
la joven viuda (8,1-8). En un segundo episodio, ella toma

Una viuda estimada


«En aquellos días se enteró de lo que estaba pasando Ju- Esdras-Nehemías (Neh 12¡ Esd 10)¡ ¡el árbol genealógico
dit...» (8,1). De esta forma tan natural introduce el relato está compuesto por una lista de contemporáneos! Judit
a Judit, cuya semblanza prosigue durante ocho versículos es viuda de un tal Manasés. Su nombre significa simple-
antes de una nueva mención del rumor en el v. 9: «Judit mente «la judía», y resulta mordaz al observar que ya es
se enteró de que el pueblo [...) se había amotinado con- llevado por una extranjera, la primera esposa de Esaú, hija
tra sus jefes... ». de Beerí, el hitita (Gn 26,34).
Posición social (8,2-8). El retrato de Judit es de hecho
bastante singular, pues, en los caps, 8 a 16 abundarán las
~_ -M _ __
Retrato de mujer
_ M _

descripciones y calificativos, ofreciendo de esta mujer una


Genealogía (8,1). Su genealogía atestigua la misma li- imagen bien diferente de la de la viuda de las leyes bíblicas
bertad y la misma fantasía del autor que con respecto a (por ejemplo, Dt 24,17-22). En efecto, ella no tiene nada
la historia o la geografía, Se emplean listas existentes tan- de persona aislada en situación precaria necesitada de pro-
to del libro de los Números (Nm 1 y 26) como de los de tección y socorro (cf. el recuadro de la página siguiente),
2S
cendiado los campos de la llanura de Damasco, según 2,7).
Una viuda llena de cualidades La indicación temporal no es fortuita, pues el relato nos
viuda (sin hijos, según parece) 8,2-5 sitúa muy claramente al final del verano, tras un largo pe-
vive en ayuno y oración 8,5-6.31; 12,1-5 ríodo sin lluvia.
muy hermosa 8,7-10; 10,7.19.21.23
Después de su viudedad, Judit lleva una vida muy auste-
muy rica 8,7
ra, «ayunaba todos los días, salvo...» (8,6).
muy inteligente 8,29
sabia y hábil 10,19; 11,21.23
dueña de sus asuntos 8,10
muy deseable 12,16; 16,22 Extraña viuda
casta e irreprochable 8,9
Piadosa, ciertamente no tiene marido ni hijos para que le
influyente 8,10.14; 14,1-5
aseguren la subsistencia, pero es joven, hermosa y rica.
desinteresada 16,19.23-24
¿No tenía goel ni levir para que se casara con ella según
según G. LABoUÉRIE, Judith, espérance d'Israel. las leyes de Dt 25,5-1 O? «La conclusión del libro subraya
París, Centurion, 1991, pp. 53-54.
esta anomalía -observa J. Cazeaux-, haciendo alUSión a
los múltiples pretendientes que la aguardaban, pero en
vano (16,22-23), con una ironía que la longevidad de Judit
El final de 8,8: «Nadie hablaba mal de ella, porque era muy no hace más que acrecentar, puesto que ella desafió has-
religiosa», parece hacerse eco del poema acróstico que ta 105 ciento cinco años las reglas del levirato» (p. 198).
cierra el libro de los Proverbios: «Engañosa es la gracia, Añadamos una última observación. En toda la Biblia griega,
vana la hermosura; la mujer que teme al Señor merece tres libros llevan el nombre de una mujer: Rut, la moabita
alabanza» (Prov 31,30). que se convierte en mujer de Boaz, madre de Obed y abue-
Judit es Viuda desde hace tres años y cuatro meses. Su la de David; Ester, tránsfuga convertida en reina en el ex-
marido murió de una insolación en el tiempo de la siega tranjero para la salvación de su pueblo; y Judit, la joven viu-
de la cebada. Ésta comenzaba en primavera con la fiesta da estéril que se convierte en la madre de su pueblo. Aunque
de los Ázimos (le, mes, día 26; en nuestra historia es poco «toda mujer en Israel es potencialmente la madre del Me-
más o menos el momento de la expedición de Holofer- sías, mediadora del acontecimiento redentor, únicamente
nes, según 2,1). A la siega de la cebada le seguía la del tri- el libro de Judit presenta a su heroína con semejante lujo
go (111"' mes, día 15; período en el cual Holofernes ha in- de detalles, todos positivos» (G. LABOUÉRIE, pp. 52-53).

Los proyectos de Judit


¿Por qué Judit toma la iniciativa y decide convocar a los que desencadena todo es el conocimiento por parte de Ju-
tres anCianos? Es muy difícil explicar esta decisión. Pero lo dit de un doble rumor que cuestiona a Ozías.

25
nos pone a prueba como también puso a prueba a nues-
Judit y los jefes de Betulia
------ ----- -- - ---- tros antepasados».
La invitación (8,9-10). «Judit se enteró de que el pue- Respuesta de Ozías (8,28-31). Ozías responde muy
blo [...) se había amotinado contra sus jefes. y se enteró cortésmente. Ciertamente, comienza elogiando a su in-
también de que Ozías...» (v. 9). El doble rumor referido se terlocutora, su inteligencia y su bondad (vv. 28-29). Pero
centra en Ozías. La invitación que comunica la criada reú- es absolutamente insensible a un cambio de actitud: «El
ne para una convocatoria y tiene por causa primera el fa- pueblo [...) nos ha obligado a hacer lo que les hemos di-
moso plazo de cinco días. cho y a comprometernos con un juramento que ahora no
Judit interviene por primera vez (8,11-27). Igual que podemos transgredir» (8,30). Quizá Ozías y sus compañe-
una profetisa, Judit desvela de entrada el pecado de los ros hubieran podido prestar atención a la advertencia de
jefes de Betulia: «No es acertado lo que habéis dicho al Qohélet: «No se precipite tu boca ni se apresure tu men-
pueblo [...) ¡OS habéis atrevido a poner a prueba al Dios to- te cuando lleves un asunto ante Dios, porque Dios está en
dopoderoso!» (8,11-13). Es una auténtica requisitoria. el cielo y tú en la tierra [...) No consientas que tu boca se
Pero inmediatamente Judit refuta también la teología haga culpable, ni digas ante el mensajero de Dios que fue
deuteronomista de la retribución colectiva y temporal, una inadvertencia» (Ede 5,1.5).
tan apreciada por los antiguos profetas de la monarquía No queda más que el famoso plazo de cinco días. La úni-
judea-israelita: «Porque si [el Señor) no quiere ayudarnos ca solución que puede considerar Ozías como intervención
en esos cinco días, tiene poder para hacerlo cuando quie- del Señor para volver a dar fuerzas a los judaítas es la llu-
ra o para destrUirnos ante nuestros enemigos» (8,15). Re- via: «Pide por nosotros para que el Señor envíe la fiuvia ...»
chaza la antigua acusación de idolatría (8,18-19). Así pues, (8,31). Y, ciertamente, el Dios de Israel puede enviar la llu-
no se trata de un castigo divino. Dios no se venga de su via ante la oración de su profeta, como lo muestra el
pueblo. «Esperamos, por tanto, que no nos abandonará ejemplo de Elías (1 Re 18,1.42-44).
ni a nosotros ni a nuestro pueblo» (8,20b). Judit no rechazará rezar; su oración ocupa todo el capítu-
Este discurso es un buen ejercicio de discernimiento: «Pri- lo siguiente. Pero ella actuará ets; Deus non daretur (como
meramente, volver -definiéndola simplemente para la fi- si Dios no existiera) frente a la abdicación de los jefes.
nalidad buscada- sobre aquello en que deben apoyarse «Completamente agotados, intelectual y espiritualmen-
permanentemente la reflexión y la acción; después, pa- te, ya no son los jefes de Betulia, sino ciudadanos como
rarse en medio de la presión y establecer el orden de las los demás, abdicando de sus deberes con respecto al fu-
responsabilidades y prioridades; por último, decidir la ac- turo de su pueblo» (G. LABOUÉRIE, p. 69).
ción que hay que ejecutar a fondo» (G. LABOUÉRIE, p. 65). Judit interviene por segunda vez (8,32-34). Judit
Para Judit, la finalidad de Israel es el honor de DIOS. Los anuncia su plan. O más bien anuncia que tiene un plan. El
vv. 24-26 hablan de la decisión que Judit quiere compar- primer elemento habría podido despertar la atención de
tir con sus interlocutores: «Seamos ahora un ejemplo sus interlocutores; con una orgullosa humildad, afirma:
para nuestros compatriotas, porque su Vida depende de «Vaya hacer una cosa que se contará de generación en
nosotros [...) demos gracias al Señor, nuestro Dios, que generación entre los descendientes de nuestro pueblo» (v.

27
32). Igual que Débora en Jue 4,9, se atribuye por anticipa- Una actitud de duelo (9,1). Judit se desviste para la
do el honor de esta acción, Después, con la autoridad de oración: aparecen los gestos y signos, especialmente el
un jefe, ella da sus órdenes... a los jefes: abrir las puertas «saco», vestido de penitencia, hecho con pelo de cabra o
y guardar silencio. Del propio plan no desvela nada, ex- de camello, que dejaba al descubierto el busto y las pier-
cepto la interpretación que se debe hacer de él: «Antes de nas. Igual que en Dn 9,21, su oración coincide con la hora
que se cumpla el plazo que habéis fijado [...] el Señor se de la oblación de la tarde. Expresa así su comunión en la
servirá de mí [lIt. por mi mano] para liberar [lit. visitar] a fe y la oración con el culto del Templo de Jerusalén.
Israel» (v. 34), La «visita» del Señor es un término habitual El Dios de Simeón (9,2-4). La invocación inicial al Dios
para designar una intervención divina, favorable o de cas- «de mi padre Simeón» evoca con palabras encubiertas la
tigo, destinada a poner fin a una situación de crisis o de violación de Diná, hija de Jacob y Lía, y el castigo fraudu-
opresión (Gn 50,24; Ex 3,16). Ya era objeto de la oración lento de los culpables por Simeón y Leví (Gn 34). Si en Gn
de los israelitas en Jdt 4,15: «Clamaban al Señor con to- 34,30 Jacob reprocha a sus hijos su venganza criminal,
das sus fuerzas para que salvase [lit. visitase] a todo Is- otros textos como el Testamento de Leví 6-7 o el libro de
rael». Con un rasgo de ironía que sólo aparecerá después, los Jubileos 30 excusan su engaño y la masacre de los Sl-
el «por mi mano», fórmula figurada (= por mi medio) se quemitas, debilitados por su aún muy reciente circunci-
comprenderá en sentido propio. sión. Judit hace lo mismo, atribuyendo al propio Dios una
La partida de los jefes (8,35-36). Ante semejante au- palabra del narrador del GéneSIS: «No será así» (Gn 34,7,
toridad, nadie la discute: «Que el Señor Dios te guíe...»: la citado en Jdt 9,2), palabra que justifica argucia, matan-
despedida de Dzías es un deseo que relaciona Ja acción de za, saqueo y reparto de despojos «entre tus hijos ama-
Judit con otros episodios liberadores en que el Señor se dos que, inflamados por tu celo, ante la horrible ofensa
compromete ante su pueblo: salida de Egipto (Ex 13,21- infligida a su sangre, te invocaron para que los ayuda-
22), Débora y Barac (Jue 4,14), guerra de David contra los ses». Ya se anuncia el engaño proyectado por Judit para
filisteos (2 Sam 25,4). vencer a Holofemes, «¡Escucha, Dios mío, a esta viuda!»:
viuda, ciertamente, como Ablgail (2 Sam 11,26-27) o Rut
(Rut 1,6), pero no menesterosa (cf. Ex 22,21-23 y 11). La
violación de Diná es vivida por Judit como una Infamia
La oración de Judit nacional.

Se trata de una oración de súplica. Después de la intro-


El Señor de la historia (9,5-6). Dios es el Dios del pa-
sado, del presente y del futuro. Todos los acontecimien-
ducción narrativa de 9,1, está compuesta por cuatro mo-
tos le son contemporáneos: «Todos tus caminos están
mentos: petición de ayuda al Dios de «mi padre Slmeón»
preparados y tus deCisiones previstas de antemano»,
(vv, 2-4), al Dios señor de la historia (vv. 5-6), petición de
Intervención contra los aSirios (vv. 7-10) Y reconocimiento Súplica por el presente (9,7-10). Judit presenta en de-
de DIos como protector de Israel (vv. 11-14), Es compara- talle a los asirios, su arsenal militar y sus proyectos de
ble a la de Ester (Est C, 12-30), a la oración de Daniel (Dn «profanar tu santuario, manchar la tienda donde mora la
9,4-19), a la súplica de Sara (Tob 3,11-15). gloria de tu nombre y derribar con hierros los salientes del

28
altar» (9,8). Judit no puede responder con el mIsmo arse- cha mi súplica y dame palabras seductoras para herir mor-
nal' «Unos confían en los carros, otros en los caballos, / talmente [oo.] no hay fuera de ti ningún otro protector de
nosotros, en el nombre del Señor, nuestro DIos. / Ellos se la raza de Israel»,
tambalean y caen, / nosotros nos mantenemos en pie» La oración de Judit es la de una mUjer que proyecta la li-
(Sal 20 [19),8-9). beraCión de su pueblo. Los enemigos de su pueblo son los
Una primera petiCión concierne al Señor. «Mira su sober- enemigos de DIOS. Consciente de su propia debilidad y de
bia, descarga tu cólera sobre sus cabezas» (v, 9a). Emplea la desesperanza de su pueblo, apela al DIOS de los pobres,
el lenguaJe de los oráculos contra Asur (ls 10,12). de los pequeños (v. 11), al DIOS de su familia. No se dirige
Una segunda se aplica a Judit sus armas son su mano y al DIOS de los eJérCitos, YHWH Sabaot, ni al DIOS del Tem-
sus labiOS. Judit ha asegurado a los Jefes de Betulla que el plo o de la Ley Su DIOS se manifestó antaño a favor de su
Señor vIsitará a Israel «por su mano» (8,33). En la súplica pueblo, en los tiempos antiguos de su padre Slmeón,
se desvela su plan: «Concede a esta viuda poder realizar lo Mientras que en el período helenístICO la reputaCIón de la
que ha planeado. Que mi lengua seductora sirva para gol- persona adqUiere ImportanCia, Judit no se preocupa más
pear al esclavo con su Jefe y al Jefe con su errado. Que mi que de la reputaCión del Señor. Es de su fe, de su medita-
mano de mUjer quebrante su arroganCia» (vv. 9b-1 O) Ción de los aconteCimientos de salvaCión de su propia fa-
«¿Cómo podría cumplir una mUjer esta obra diVina? Ella es milia, de donde Judit saca su audaCia y su fuerza.
débil, es el símbolo de una raza desprOVista ante la fuer-
za de un Imperio mundial pagano. Empleará la astucia. Su
colaboraCión provIsional con el general, que representa al
La mujer sagaz
helenismo, será la SimulaCión de la Sabiduría diVina. La
«La figura de JudIt domma todo el relato hermosa (l0,4 7141923,
marrullería de la serpiente del GéneSIS en el paraíso te-
11,21 23, 12,13, 16,69), sagaz, llena de deCISión en medIO de una
rrenal va a volverse contra los enemigos de DIOS, . Éste era CIUdad desamparada, firme, valerosa, que lleva la audaCIa hasta
uno de los atributos de la sabiduría tradicional, esa diplo- la temerIdad, desenvuelta en el arte de sedUCIr y de poner en prác-
mática suaVidad, absolutamente oriental, destinada a en- tIca los artIficIOS de la astucIa y la mentlra (9,10,10,13-14,11,5-
gañar a los bárbaros, Judit usará de la habilidad con que 6 16-17, 12-414-15), por otra parte muy "observante" y preocu-
pada por la 'pureza alImentarIa (l0,5, 11,3, 12,2) Y corporal
DIOS ha dotado a sus mejores Siervos, Pone al serviCIO de DIOS
(12,79), un tanto altlva, orgullosa antlclpadamente de la "haza-
la cautelosa habilidad de la que Jacob, su venerado ante- ña que va a llevar a cabo, y que se transmltlrá de generacIón en
pasado, había dado muestras en "SIria de Mesopotamla"» generacIón" (8,32), pero contando con DIOS, al que en el mo-
(J STEINMANN, pp. 81-82). mento deCISIVO ella mvoca de una manera patétlca "Fortaléceme
en este momento, Señor, DIOS de Israel" (13,7) Al final del rela-
El protector de Israel (9,11-14). La titulaCión desa- to, el autor nos mforma de que "muchos la desearon, pero mngún
rrollada en los vv. 11-12 es un verdadero credo que enu- hombre la conocIó en todos los días de su Vida" (16,22) Esto se
mera diez atributos del Señor al que ella Invoca DIOS de comprende cuando se ha matado a Holofernes, ya no se consI-
gue marIdo»
los humildes y rey de toda la creaCión, es «el DIOS de mi
E OSTY, <dntroductlOn au hvre de JudIlh»,
antepasado y el DIOS de la heredad de Israel». Los vv. 13-
en Blble Osty-Trmquet Pans. Semi, 1973, pp 949 950
14 aplican esta titulaCión a la SituaCión presente: «Escu-

29
Los preparativos de Judit mica; es un procedimiento subversivo. Hemos visto que
Jdt 10,1-5 describe con precisión los preparativos de Judit: Susana [= Dn 13] es más que un panfleto feminista. No es
adorno y provisiones. Reemplaza la austeridad del «saco» la reivindicación de la mujer lo que se defiende en él, sino
por los más suntuosos vestidos. Para nuestro propósito el derecho de cualquier inocente a la justicia. Para Judit,
es inútil extendernos en una discusión textual (los ma- por el contrario, el juicio es muy diferente [...] Judit va más
nuscritos varían) relativa a los panes puros y al queso. Ju- allá que Susana en la contestación. Susana es subversivo
dit jamás comerá otra cosa estando con Holofernes que interesándose por el caso de una mujer que se defiende
lo que ha preparado y llevado con ella. El v. 5 enumera en ante sus jueces contra las acusaciones hipócritas de viejos
primer lugar los continentes, una bota (askopytiné) para verdes. Judit lo es aún más mostrando que una mujer
el vino, una alcuza (kapsakés) para el aceite y unas alfor- puede tomar la iniciativa y convertirse en un modelo de
jas de cuero (pera) para las otras provisiones. fe y de martirio cuando los "ancianos" se encierran en la
autosatisfacción. Judit es, en alguna medida, David resu-
Entre todas las mujeres. La desCrIpción de los w. 3-4 citado, es Judas Macabeo en femenino; su nombre lo con-
apunta al procedimiento midrásico al mezclar diversos pa- firma, por otra parte (1 Mac 3,1-9). En la época de la re-
sajes tomados de otros textos bíblicos. Detrás de la lenta
dacción de Judit no debía de resultar trivial feminizar al
preparación de Judit, el lector informado adivina a Tamar,
héroe del día» (A. LACOCQUE, pp. 52-53).
otra viuda que se disfraza para engañar a Judá (Gn 3B), a
Abigail escogiendo sus provisiones para salvar a su fami-
lia (1 Sam 25, 1B) o incluso, más curiosamente, a las mu-
jeres de Jerusalén, de cuyas actitudes y adornos se burra
el profeta Isaías (ls 3,20; pero ¿no es justamente eso, en Judit y su acompañante se encuentran con los tres ancia-
este juego entre Is y Jdt, un elogio del artificio cuando el nos en la puerta de la ciudad (1 O,6-9a). Éstos ignoran com-
fin perseguido es noble?). pletamente el plan de Judit, pero, con confianza, elevan
«La acumulación de las vinculaciones literarias que el au- una oración: «El Dios de nuestros antepasados te favo-
tor establece con otros personajes bíblicos femeninos da rezca y lleve a término lo que vas a hacer para gloria de
a su libro una resonancia desconocida hasta entonces. Por los israelitas y exaltación de Jerusalén» {10,B}. Como res-
necesidades de la causa, todas estas heroínas se convier- puesta, Judit «adora a Dios».
ten, en un poderoso sincronismo, en contemporáneas. El relatp no deja de señalar ni la impresión producida por
¿Qué es lo que ha podido impulsar a un autor del siglo 11 Judit: «Quedaron cautivados por su belleza» -¿primer in-
antes de la era cristiana a desarrollar estos temas? Una dicio de una lograda preparación?- ni las órdenes que ella
parte de la respuesta a esta pregunta se puede encontrar da a fin de salir «para llevar a cabo lo que habéis hablado
en el tono irónico del libro. En efecto, la burla no es más conmigo». A decir verdad, se esperaría más bien una ex-
que un procedimiento literario destinado a despertar el presión del tipo «lo que he hablado con vosotros» o al me-
interés del lector. Sirve extraordinanamente para la polé- nos «de lo que hemos hablado».

30
Partida de Betulia
El relato de la partida es breve (1 0,9b-1 O) Sin embargo, pa- nos (v. 6), después a los Jóvenes que guardan la puerta (v.
rece estirarse durante tanto tiempo como la mirada de los 9) y más tarde a los hombres de la ciudad (v. 10). Las mi-
asediados. Por otra parte, se tiene la Impresión de que la radas de todos siguen a la heroína «mientras bajaba por
muchedumbre no ha dejado de engrosar para ver partir a la falda del monte hasta que atravesó el valle». Al regreso
las dos mUJeres' se menCiona al prinCipiO a los tres anCla- no habrá nadie que aguarde ni espere (Jdt 13,1 Ob-11).

Elena, Judit y María


En 1931. Imtado por el éXito de la pieza de Jean Glraudoux. JUdlth, [¡sta en medIO del cual chapoteamos El arma de Judit es la belleza
Paul Claudel compuso un largo poema Destacando a la heroína bí- y la caridad [ 1 La cabeza de Holofernes es el periódico botín que
b[¡ca sobre la mitología literaria (cf más abajO la alUSión a la Ilía la IgleslO se cobra de los herejes »(Carta a Darlus Mlihaud) Hay
da de Homero), se entrega resueltamente a una lectura cristiana tl- que admirar la intUICión, aunque debemos mostrarnos más reserva-
pológlca «Judit es la flor de la Sabiduría de DIOS. que los místiCOS dos con el deje polémico que, en lo que sigue, ve en el «monstruo»
judíos llaman Sheklná La pequeña CIudad asedlOda sobre la mon- Holofernes las figuras de NestorlO, Calvlno. Darwln, Renan, Nietzs-
taña es la fortaleza donde se mantienen los creyentes en el DIOS de che, Lutero o Joseph Prud'homme
Israel Nabucodonosor y Holofemes son el enorme tampón matena-

«Homero nos dice que cuando Elena pasaba por la muralla del Ihón,
las mUjeres y los vieJos que habían Ido allí para esperarla, llenos de funa y maldiciones,
desde que la vieron aparecer de repente, como el mar,
desde que sintIeron esa mirada sobre ellos, posarse sobre ellos la mirada tranqUIla de esos OJos verdes,
callaron, y una especie de admlraclOn y SUSpiroS llenaba sus salvajes corazones,
comprendiendo que más vale para el alto Pérgamo perecer que pnvarse de semejante rostro
Así, y mil veces más bella, e lITadlando la glona prefigurada de María,
los sacerdotes y los ancIanos cuando vIeron a JudIt con su cnada avanzar hacla la puerta de Betuha
Ella tIene estrellas en las orejas, y el sol sobre su cabeza, y púrpura en los pies, y fuego alrededor del talle
La antífona del OfiCIO nos dice que ella es ternble como un ejérCIto dispuesto en orden de batalla
[ ]
Una paloma invenCible está en sus oJos y de sus labIOS se escapa un ahento bermejO
He aquí que Betuha envía haCIa el Monstruo a la MUjer vestida de sol»

Paul CLAUDEL, «Judllh» (fragmento), Oeuvre poétlque


Blbhotheque de la Plélade París, Galhmard. 1967, pp 786 Y1162

31
El midrás de Gaster
El texto de este mldrás, descubIerto y publicado en 1924 por M Gaste" procede de un manuscrito de la Edad Media (SIglos x u Xl) La CIU-
dad asediada es Jerusalén y Holofernes ha dejado SitIO a un rey llamado Seleuco (el nombre, llevado por vanos monarcas, aparece por eJem-
plo en Dn 11,5-9 o 2 Mac 3,3) Judit es «extraordlnanamente hermosa», de ascendencia real y sacerdotal Sobre fondo de ayuno y oraCión,
la intriga se [¡mita a la noche fatal En la partida y al regreso a la Ciudad, el relato mencIQna sospechas por parte de los guardiaS La fecha
de la hazaña sefiJa en el mes de Adar (duodéCImo mes), mes de las fiestas de Punm, la cual celebran el triunfo de Ester los días 14 y 15 Un
Juego de ecos Intertextuales (indIcados aquí entre parénteSIS) relaCIOna la acción de JudIt con la de Ester (Est 5), pero tamb,én con la de EJud
(Jue 3) o, mas curIOsamente, ViSto el contexto, con la de Agar (Gn 16) y con el banquete con que concluyen los proyectos de DaVid relatiVOS
al Templo (l Cr 29)

1 HIstona Nuestros rabInOS enseñan El dieciocho de Adar es el día 8 Pero deseo que el rey dé orden a un heraldo, cualqUiera que vea a
en que Seleuco subiÓ Está enseñado como asediaba Jerusalén, Is- una mUjer y a su cnada que va durante la noche a la fuente, que no
rael estaba en saco y ayuno la toque Y cuando la mUjer vuelva, se pondrá en manos del rey, y
2 y habla allí una mUjer extraordInarIamente hermosa, y su nombre hará con ella como mejor le parezca (Gn 16,6»> Así lo hizo el mal-
era JUdit, hiJa de AJltob Oraba cada día en presencia del Santo -ben- vado
dIto sea- en saco y cemza Y el Santo -bendito sea- le Inspiró en el 9 y por la noche InVitó a todos los cortesanos y sus generales y sus
corazón hacer un prodigiO por sus manos Y ella se fue Junto a los siervos Comieron durante el banquete con gran alegría (l Cr 29,22)
guardias de la entrada y se embnagaron con el VInO
3 y les diJO «Abndme QUizá se realice un prodigIO por mi mano» 10 Cuando los cortesanos vieron que el rey InclInaba la cabeza, di-
Ellos le dijeron «¿No pasarás al otro bando?» Ella les diJO «DIOS Jeron «Salgamos de su presencia, pues su deseo es encontrarse a so-
me guarde de ello» Ellos le abneron las con la Judía» SalIeron de Junto a él Se quedaron el rey, la Joven
4 y ella se fue al campamento de Seleuco, ella y su cnada Y les diJO y su cnada
«Tengo un mensaje secreto para el rey (lue 3,19»> Ellos fueron a 11 Ellas cogieron la espada y le cortaron la cabeza La tomaron y sa-
anunclárselo al rey, y le dijeron «Una hermosa Joven ha vemdo de Je- lIeron
rusalén y dice Tengo un secreto para el rey» Elles diJO «Que pase» 12 y cuando salieron, los soldados las dIVIsaron Se dijeron uno a
5 Ella entró Junto al rey y se postró ante él El rey le dIJO «¿Cuál es otro «Que nadie las toque, pues es orden del rey» Ellas salIeron y
tu dispOSIción?» Ella le diJO «Señor, soy de una gran familIa de le- fueron a Jerusalén en mediO de la noche
rusalen Y mis hermanos y la casa de mi padre son reyes y sumos sa-
13 y ellas les dijeron «Abndnos, pues el prodigiO ya se ha realiza-
cerdotes He escuchado que decían con respecto a ti "Ya le ha lle-
do» Los guardias le dijeron «¿No es sufiCiente para ti haber come-
gado el tiempo a esta CIUdad de caer en tus manos" Y me he
tido una falta, para querer entregar la sangre de Israel?» FInalmente,
presentado antes ante ti para encontrar gracia ante ti» (Est 5,2) Des-
ella les tilZO un Juramento Y no la creyeron hasta que ella les mos-
de que el rey VIO su hermosura y escuchó sus palabras, obtuvo gra-
tró la cabeza del malvado Y la creyeron y le abneron
cia a sus OJos Y se regocIJó con la buena noticia que ella le anun-
Ciaba Y ordenó a sus siervos que prepararan un gran banquete 17 y desde ese día hiCieron un día de fiesta Desde que ocurnó esto
el segundo día, Israel saltó y levanto la mano contra las tropas
6 Mientras ellos se ocupaban en eso, ordenó hacer salIr a todos los
cortesanos de su presencia Y se encontró solo con la muchacha Y 19 y los mataron hasta hacerlos desaparecer del mundo Y los su-
la solICitó para una aCCIOn culpable Ella replIcó y diJO «Señor, yo pervIvientes dejaron sus caballos y sus nquezas y huyeron E Israel
no he vemdo para eso llego y lo saqueó todo
7 Pero en este momento, no es pOSible, ya que me encuentro en mi Citado por A -M DUBARLE, Judtth,
Impureza Y esta noche es mi punficaclón 1 Études pp 80 81, Y11 Textes, pp 100 103

32
5 - Judit y Holofernes

L
a Europa del Renacimiento ha dejado muchas imágenes sorprendentes, dramáticas, del relato central de la se-
gunda gran parte del libro, el encuentro entre un cruel jefe militar y una heroína determinada. Maquillada por una
aparente debilidad, ocultada baJo una belleza fíSICa que no dejamos de admirar -y que hace de pantalla-, la fe de
ésta se hunde en la historia de su pueblo.

Los «labios del engaño» y la «mano de la viuda» (9,9) van general tiene lugar el primer cara a cara entre la bella ju-
a ejecutar sin odio el plan previsto. Siete momentos su- día y el poderoso soldado (10,20-12,4). Judit se instala en
brayan el encuentro que llevará a la muerte programada el campamento (12,5-9). Una tarde, Holofernes la invita,
de Holofernes. En primer lugar, el contacto con una avan- empujado por el deseo (12,10-15). Judit le lleva a embria-
zadilla (10,11-17) Y después la llegada al campamento mi- garse (12,16-20). Finalmente, sola con él, último episodio,
litar (10,18-19). Por último, a la entrada de la tienda del ella le corta la cabeza (13,1-1 Oa).

En el campamento enemigo
Judit Y su criada, acompañadas por la mirada de todos los sa y su belleza inclina a los soldados a la confianza. Ella
asediados, han abandonado Betulia. «Iban deprisa.,,» busca encontrarse con Holofernes y usa ya un engaño: «Le
(10,11), ¿puede haber más franca expresión de la deter- mostraré un camino para que pueda pasar y apoderarse
minación que las anima? de toda la montaña".» (10,13). Se presenta como una
traidora a su bando. Queriendo revelar un camino secre-
to para poder franquear la montaña, mantiene el mismo
La hermosa tránsfuga discurso que el traidor Efialtes, el cual, en Herodoto (His-
- - -
Encuentro con una avanzadilla (10,11-17). Interro- tona, VII, 213), muestra a Jerjes cómo acceder al desfila-
gatorio policial, control de identidad: Judit se presenta dero de las Termóplias.
como una tránsfuga de los hebreos: «." porque están a En el campamento militar (vv. 18-19). Una facción
punto de caer en vuestras manos» (v. 12). Ella es hermo- de Cien hombres para acompañar a dos mUJeres, después
33
un grupo tumultuoso. Es la seducción conseguida y la ad- va, se compone de una acogida de Holofernes, una res-
miración de todos: «¿Quién puede despreciar a un pueblo puesta extremadamente detallada de Judit y una conclu-
que tiene mujeres tan bellas?». Nos parece escuchar la pre- sión que, irónicamente, antiCipa la continuación, puesto
gunta a propósito de la sabiduría de la Ley en Dt 4,6-8. que se trata de una invitación a partiCipar en un banquete.
La belleza de Judit recibe el homenaje sucesivo de diver- Postración (10,20-23). Holofernes duerme. El lujo de
sos grupos de hombres. Después de la admiración de los su lecho se hace eco del lUJO con el que se ha adornado
ancianos de Betulia (10,7-8), aquí estamos ante centine- Judit. Él sale de la tienda precedido por treinta lámparas
las asirios que la escuchan y ven su rostro radiante de be- de plata. Su reacción y la de sus oficiales concluye la lar-
lleza (cf. 10,14) Y después todo el campamento, en el que ga cadena de la admiración masculina ante la seducción
su entrada turba la disciplina militar provocando un tu- femenina: «Quedaron todos cautivados por la belleza de
multo: «Se originó un gran revuelo» (10,18). ¿Qué hará su rostro»,
Holofernes?
Judit «se postró en tierra ante Holofernes». El vocabula-
rio es preciso, el de la adoración, la proskynesis. En 10,9, el
¿Una apología del odio nacional? verbo se aplicaba a Dios: «Ella adoró a Dios»; aquí es Ho-
«Desde el punto de vista moral y religioso, [el libro de Judit] está lofernes su destinat~rio. En 3,8 era a Nabucodonosor al
incluso por debajo del libro de Ester; es la apología del odio na- que se le tributaba la proskynesis como a un Dios,
cional y religioso, de la perfidia y el asesinato ad maiorem Dei
gloriam. Ciertamente, estos sentimientos se explican histórica- Aunque la postración no implicaba necesariamente la di-
mente por las circunstancias trágicas en que se encontraba en- vinización de los soberanos, algunos lo impusieron como
tonces el judaísmo. Pero sólo podemos felicitar a los rabinos por
tal. Alejandro Magno lo exigió a partir de un cierto mo-
no haber admitido este libro en el canon bíblico; tanto más cuan-
to posee un regusto de sensualidad que sin duda no era querido mento, según Quinto Curcio, histOriador latino del Siglo 1:
por el narrador, pero que resulta de las arriesgadas situaciones en «No quería sólo que se le llamara, sino que se le conside-
las que sitúa a su heroína». rara como hijo de Júpiter, como si tuviera sobre sus con-
A. LODS, Histoire de la littérature hélJra¡que et ju¡ve. ciencias el mismo poder que sobre sus lenguas. Exigió en-
París, Payot, 1950, p. 791.
tonces a los macedonios que le saludaran a la manera de
«Si los rabinos hubieran estado verdaderamente inspirados por
los persas, postrándose por tierra en humilde adoración»
los principios que les presta Lods, nos preguntamos por lo que
habría quedado de los libros del mismo canon palestinense». (Historia de Alejandro, VIII, 5). Y Antíoco IV reivindicó, si-
J. STEINMANN, Lecture de Judith. guiendo al lágida Ptolomeo V, el título de «Theós Epifa-
París, Gabalda, 1953, p. lO. nés» (Dios manifiesto).

Palabras de acogida (11,1-4). Aparecen varios temas


en el discurso de acogida de Judit por parte del general de
Ante Holofernes Nabucodonosor, «el rey de toda la tierra». ¿La razón del
más fuerte es siempre la mejor? Atestiguado en el Gor-
La escena es larga y casi enteramente dialogada glas de Platón (483d-484c), el adagio parece subyacer aquí
(10,10-12,4). Después de una breve Introducción narratl- en el discurso.
34
Pero éste retoma también el vocabulario de los oráculos La escena ideológica está dominada por la conversaCión
de salvación del regreso del exilio: «No temas, que yo te entre Jerjes Y el espartano Demarato, que explica a Jerjes
he rescatado, te he llamado por tu nombre y eres mío» por qué los griegos, Y sobre todo los espartanos, no ce-
(ls 43,1-4), Por último, Holofernes no olvida preguntar a derán ante los persas; ellos no obedecen a individuos hu-
su visitante: «Dime ahora por qué has hUido de ellos y te manos, sino a la Ley. En el libro de Judit, antes de que apa-
has pasado a nosotros» (11,3), rezca en escena la propia Judit, nuestro interés se centra
en el aspecto militar, en las Termópilas Judías, ese miste-
rioso lugar de Betulia, mientras que el trasfondo ideoló-
Discurso con doble sentido gico está ocupado por la conversación entre Holofernes y
AJior, que no es judío pero que llegará a serlo sin que en-
El discurso de Judit (11,5-19) es un modelo de ironía, To- tonces se pueda predecirlo (porque es amonita). Ajior ex-
dos los comentaristas lo subrayan y han visto en ello con plica a Holofernes que los judíos no cederán en tanto obe-
razón una de las claves de lectura del conjunto de la no- dezcan a la Ley» (A. MOMIGLlANO, o. c., p. 481).
vela. En efecto, el discurso juega absolutamente con el do-
Atrapados por el pecado (vv. 11-15). Judit detalla el
ble sentido de las palabras empleadas: la veneración y la
pecado de Betulia y de Jerusalén: consumo de las primi-
adoración que Judit dispensa al Señor, al único Dios de Is-
Cias y de bebidas consagradas, Judit parece querer dar una
rael, son comprendidas por su interlocutor como SI estu-
leCCIón de religión al conquistador hablando de tabúes ali-
vieran destinadas a él.
mentarios y conduciendo a su interlocutor a un terreno
Elogio del vencedor (vv. 5-8). Judit empieza por elo- en el que es absolutamente ignorante, Así pues, ella se
giar a Holofernes. Para Holofernes, Judit es sierva de su propone ser su Indispensable consejera. Los problemas de
señor Nabucodonosor (11,1.4). Judit se proclama sierva de alimentaCión debidos a la falta de agua condUCirán irre-
Holofernes, sierva de aquel que acaba de afirmar su po- misiblemente a la gente de Betulia a cometer lo irrepara-
der y su sabiduría. Pero en el mismo movimiento lanza un ble, Quizá el texto sugiera que la transgresión de las leyes
ataque escondido «Y presenta un desafío secreto a Holo- alimentarias es un camino para sucumbir a la cultura pa-
fernes; que su talento lo descubra, que su poder la domi- gana y caer así en la Idolatría,
ne. Por el contrario, él va a mostrar su impotencia Y su in-
Una mensajera divina (vv. 16-19). La ironía alcanza
genuidad» (L. ALONSO SCHOKEL, p, 392),
aquí su punto más elevado. Judit no es una tránsfuga
Ecos del discurso de Ajior (vv. 9-10). Los vv. 9-10 re- cualqUiera. Su insigne piedad hace de ella la mensajera de
miten al discurso de Ajior a Holofernes (5,5-21). Judit va- DIOS para Holofernes, la anunCiadora de la victoria futura.
lida de alguna forma el discurso de AJlor sobre la teología SI ella ha hUido es por devoción, para eVitar pecar. Ella re-
de la retribución desarrollada por el amonita: «No des- zará por la noche, en el valle, y Dios le dirá «cuándo han
preCies sus palabras, Y hazle caso, porque es verdad.,,», A. cometido ya esos pecados» (dicho de otra manera: tiene
Momlgllano ha señalado un paralelo con la HIstoria de He- línea directa con Dios), «Entonces vendré y te lo comuni-
rodoto: «En Herodoto, libro VII, 2º parte, la escena militar caré [",] Te conduciré [",] ante Jerusalén y pondré tu tro-
está dominada por la defensa del paso de las Termópilas, no en medio de ella [",] Todo esto me ha sido revelado an-

3S
Discursos de Ajior y de Judit, paralelos
Ajior (Jdt 5,5·24) Judit (Jdt 11,5-12,1)

En la tienda de Holofemes En la tienda de Holofemes


Día Noche

Hombre Mujer
Jefe de ejército victorioso Sola, de un pueblo derrotado
Leal Tránsfuga
Habla verdaderamente Confirma esa verdad
Afirma el poder del Dios de Israel Confirma su fe en el Dios del cielo
Aconseja informarse e incita a la prudencia Afirma el pecado de Israel y predice la victoria

No es creído Es creída
Condenado a muerte y expulsado hacia sus enemigos Con la vida salvada, es integrada en el pueblo enemigo

ticipadamente y he sido enviada para anunciártelo». El Un hombre subyugado (vv. 10-13). La respuesta de
lenguaje no está lejos del de los apocalipsis, con la comu- Holofernes muestra hasta qué punto está subyu'gado: la
nicación de secretos divinos, pudiendo remitir la «pres- belleza, la inteligencia de Judit lo han seducido, a él y a sus
ciencia» reivindicada por Judit a la de Daniel (cf. Dn 2). oficiales. Judit acaba de ofrecerle la realeza de Jerusalén
¿Ha realizado Judit sus objetiVOs: ganarse la confianza de adherida a su estrategia. Hermosa, inteligente y piadosa:
Holofernes, retrasar el ataque del ejército para tener las tres cualidades de la tránsfuga hacen efecto en el ge-
tiempo de actuar, tener una conversación con Holofernes neral de Nabucodonosor. Se va a convertir: «Tu Dios será
y encontrar una vía de salida para sí misma? La conti- mi Dios» (v. 23). ¿Habría ganado Judit allí donde Ajior no
nuación del relato aclara estas preguntas. habría obtenido más que Insultos y la entrega como pri-
sionero a los israelitas (5,22-6, 13)? ¿Aceptaría Holofernes
la imagen de Dios ofrecida por AJior? La belleza de Judit
El banquete de conclusión ha «vendido» a su Dios a los asirios. Holofernes aún no
sabe cuál será el precio.
Después de este detallado discurso -ofrecido al lector Un hombre seductor (12,1-4). El hombre subyugado
como una obra maestra de ironía-, Holofernes cree ac- pretende ser un seductor. El relato describe los primeros
tuar como señor. Acoge a Judit con liberalidad, y su pri- trabajos de aproximaCión y conquista de Judit por parte
mera orden es organizar un banquete (11,20-12,4). Pero, de Holofernes. La introduce en su comedor privado, aquel
puesto que él ha sido seducido, ha empezado a ser venCi- con la vajilla de plata, y «ordenó que se le sirviera de su
do, aunque él aún lo Ignora. propia comida y que bebiera de su propio vino» (v. 1). Ju-

36
dlt alega para el rechazo motivos religiosos, como en Dn
Plegaria y purificación
1,5 o Est e, 2B (texto griego): «Tu sierva no ha comido a la - -- - - - ~ - -
mesa de Hamán y no he honrado el banquete del rey ni Conducida a su tienda, lo primero que hace Judit, después
bebido el vino de las libaCiones», Ella ha traído alimentos de todos estos acontecimientos, es dormir, Después se le-
puros para su subsistencia y está dispuesta a consumir su vanta «hacia la vigilia matutina» y soliCita poder rezar en
propio alimento en la mesa de Holofernes, Acepta la in- el valle.
vitación, pero no el menú,
Estancia en el campamento militar (12,5-9). Ella
La reacción de Holofernes es lógica, El aprovisionamiento duerme por el día, sale por la noche a rezar y purificarse,
corre el riesgo de agotarse antes de la victoria del asedio Estas idas y venidas no tienen el mismo significado para
de Betulia, Ahora bien, no hay un israelita en el ejército todos los actores del relato, Para Judit se trata de la pre-
asirio capaz de procurar a Judit alimentos puros. Hay que paración religiosa para el acontecimiento decisivo (oración
ver en esta comprobación una confesión, un propósito te- y ayuno de tres días y tres noches), Para Holofernes se tra-
ñido de admiración (y de orgullo para el redactor): en el ta de la comunicación con Dios, que le informará del mo-
gran ejército asirla, compuesto por gentes de proceden- mento en que los Israelitas, que habrán «cometido ya
cias tan diversas, no hay ni un solo israelita, ni un solo trai- esos pecados», tendrán su merecido (11,17), Al mismo
dor a su pueblo. tiempo, Judit acostumbra a los soldados asirios a sus pia-
Por la mano de Judit. La respuesta de Judit es solemne dosas salidas nocturnas.
y recurre a una especie de juramento, como en 2,12 Y 11,7, Tres días de ayuno. En los w, 5-7a, todo ocurre con el
Pero la ironía llega aquí a su cima: «", antes de que el Se- permiso de Holofernes. En los vv. 7b-9, el detalle de la pre-
ñor realice por mi mano lo que tiene planeado» (12,4), Ho- paraCión está centrado en Judit, que suplica al Señor, Dios
lofernes sólo puede pensar en su victoria, predicha precisa- de Israel, que dirija sus pasos hacia el restablecimiento de
mente por Judit (cf. 11,17-19), mientras que Judit se refiere los hijos de su pueblo, Una sola colaCión vespertina, éste
a la promesa hecha a los jefes de Betulla: «El Señor visita- es el ayuno de los tres días de Judit (cf. B,6; 10,5; 12,2),
rá a Israel por mi mano» (B,33), esa mano que, algunos días ayuno considerado roto por la invitaCión al banquete de
más tarde, al final de otro banquete, cogerá un alfanje". Holofernes, Ella interviene en el cuarto día.

La noche del banquete


Desde que Judit ha tomado las riendas en su mano (si se sanos tres días para acabar lo que es a la vez sinceridad
puede deCir) para salvar a su pueblo, se ha desarrollado (preparación religiosa) y engaño (puesta en escena de las
una gran jornada, narrada en varios capítulos (B, 1-12,4); salidas nocturnas), Estos tres días abarcan algunos ver-
los acontecimientos se han sucedido atropelladamente: sículos, El relato va a precipitar de nuevo la acción en una
convocatoria de los ancianos, preparativos para su mi- sola jornada, o más bien en una noche, la última, la no-
sión, encuentro con Holofernes. Después han Sido nece- che decisiva,

37
Orgullo y desmesura Judit maneja la misma ambigüedad y la misma ironía en su
- -- -- - ---- - ------- - --- - - -- respuesta, pues el Señor al que ella quiere servir no es Holo-
La mención del «cuarto día» (v. 10) suena como el anuncio fernes, sino el Dios de Israel. Puede concluir verdaderamen-
del fin del plazo de Cinco días al que se había comprometi- te: «Será para mí motivo de alegría hasta el día de mi muer-
do Ozías (7,20) y en el que Judit había visto una falta de fe te» (v. 14). Así pues, ella se prepara (v. 15). El narrador subraya
(8,11). Ella había hecho una solemne promesa: «Antes de que se lo juega.todo cuidando los artificios de un arreglo lar-
que se cumpla el plazo que habéis fijado para entregar la gamente descrito cuando partió de Betulia, un arreglo des-
ciudad a nuestros enemigos, el Señor visitará a Israel por tinado a «seducir a los hombres que la viesen» (10,4).
mi mano» (8,33b). Estamos, pues, cerca del desenlace. Los excesos de Holofernes (12,16-20). Precedida por
Intervienen cuatro personajes: Holofernes y su eunuco Ba- su criada, Judit hace su entrada. A pesar de las reservas de
goas, Judit y su criada. La introducción de Bagoas, nom- los modernos sobre la estratagema empleada y el modo
brado por primera vez, y su función, eunuco de confian- que tiene Judit de deformar la verdad, el relato menciona
za, tienen como efecto acelerar los acontecimientos. inmediatamente el efecto producido sobre Holofernes: «El
corazón de Holofernes latió con fuerza, su ánimo se turbó
La invitación (12,10-15). Holofernes desvela su pro-
y sintió un ardiente deseo de acostarse con ella» (v. 16).
yecto a Bagoas: su vanidad y su orgullo de macho están Como siempre, Judit sigue siendo sabia, prudente, sagaz y
en juego (vv. 10-12). Es urgente seducir a Judit. La inicia- astuta. A la invitación de Holofernes, ella come y bebe". lo
tiva del banquete ¿procede de Bagoas, que está al cargo que su criada había preparado, es decir, alimentos y bebi-
de todos los asuntos de su señor? En todo caso, transmi- das conformes a las prescripciones de la Ley (cf. 10,5; 12,1-
te la invitación a Judit de manera aparentemente imper- 4). En cuanto a Holofernes, «bebió como jamás lo había
sonal, en tercera persona (v. 13). hecho desde el día en que nació». La medida en el alcohol,
El título de kalé paidiské, «bella sierva», «joven belleza», «be- reclamada con tanta insistencia por los sabios de Oriente
lla dama», como señalan diversas traducciones, es equívo- -entre ellos los de la Biblia-, no se toma en cuenta (Prov
co: paidiské significa «pequeña esclava», y puede apuntar 23,20-21.29-35 [retrato del borracho]; 31,4-5; Eclo 31,25-
tanto a una muchacha como a una mujer joven. El térmi- 31; Is 5,22; 28,1-4). «El alcohol es tumultuoso», afirma el
no es adulador para Judit, viuda desde hace tres años y me- sabio (Prov 20,1); ¿qué decir cuando, como aquí, ninguna
dio. Sabemos que, dada la edad en que se casaban las ju- moderación refrena al bebedor? El exceso de bebida res-
días, Judit podía tener apenas dieciséis años, a pesar de los ponde, continúa, amplifica un primer exceso, el de la vio-
tres años y medio de viudez. Pero la palabra paidiské signi- lencia del deseo sexual (v. 16).
fica también «prostituta» (como en español a veces y en «El borracho que yace ahí, Inerte, es una bestia y peor que
determinadas circunstancias el término «chica»). Así pues, una bestia. Es un hombre todopoderoso que se ha reba-
las palabras tienen también un doble sentido. La continua- jado a un estadio inferior al de Nabucodonosor cuadrúpe-
ción de la invitación prolonga la ambigüedad: el honor de do, herbívoro y loco de Dn 4,30. Es la imagen de la bestia
compartir las fiestas con Holofernes se convierte en una asi- apocalíptica opuesta al reinado de Dios. Pero es sobre todo
milación a las «hijas de las asinas que residen en el palacio un sátiro dormido, del que Judit va a liberar a la tierra» (J.
de Nabucodonosor»; es decir, a las que pertenecen al harén. STEINMANN, p. 96).

38
masculina, y a veces quedamos verdaderamente sorpren-
La decapitación
- - didos de las propias reacciones; pero hay que saber lo que
Estamos en el momento más esperado, aquel en que DIos el autor ha querido encarnar en la persona de JUdit, El úl-
va a visitar a su pueblo por la mano de Judit, como ella timo capítulo nos mostrará hasta qué punto un abrazo
misma había prometido a los ancianos de Betulia (cf. 8,33), querido o Impuesto entre Judit y Holofernes no tiene nada
Se divide en dos etapas: el alejamiento de cualquier es- que ver con el tema del libro;
pectador (vv, 1-4a) y la aCCIón de Judit (vv 4b-1 Oa). - al DIOS de Israel, ese Dios de los pequeños, el defensor de
Por fin solos (13,1-4a). Todos se retiran fatigados: han los débiles y las Viudas, el Dios de los humildes.. , que en-
bebido demasiado. Pero Judit ha conservado el seso. Re- viaría a su hija preferida en Israel a aquello que es una "ver-
cuerda tanto a su CrIada como a Bagoas su habitual sali- güenza". Este Dios, que vengó el ultraje hecho a Diná qUin-
da «como cada día [...) para la oraCión» (v. 3; cf. 11,17 Y ce Siglos antes y que domina en silencio toda esta historia,
12,6-7), ¿dejaría sin socorrer de una forma u otra a aquella que se
El lugar de la acción es el dormitorio, y más exactamente ha levantado para salvar a su heredad? Justamente lo con-
la cama, Holofernes había programado en ella una viola- trario es lo que hay que considerar y ver en esta preserva-
ción, y Judit un asesinato, Cada uno de ellos había consi- ción de la castidad de Judit: el cuidado de un Dios atento
derado al otro como su víctima, pero no por las mismas a todas sus CrIaturas, hasta en las más pequeñas cosas; ¡y
razones. Holofernes, borracho, está tirado en el lecho (v, 2). ésta no es una de ellas!» (G, LABOUÉRIE, pp. 101-102)2.
Cerca de la cama es donde Judit rezará en su interior (v, 4b), La cabeza cortada (vv. 4b-10a). Antes de pasar a la
del poste de la cama es de donde ella tomará el alfanje (v, acción, Judit reza, Oración Silenciosa, más íntima y deter-
6) y sobre la cama donde ella agarrará la cabellera del hom- minante que la que había hecho subir antes de partir para
bre (v, 7), A deCIr verdad, algunos comentaristas no dudan el campamento enemigo (cap. 9). «Señor, Dios [...) éste es
en considerar verosímil por parte de Judit la conformidad el momento de ayudar a tu heredad y de ejecutar mi plan
con el deseo de Holofernes, a pesar de la afirmación con- para destrUir a los enemigos que se han alzado contra no-
traria en 13,16, Eso significaría una triple ofensa: al propio sotros» (vv, 4b-S), Podemos leer una oración análoga en
texto, a la personalidad de Judit y al Dios de Israel: Est C, 2-4.8 (texto griego, oración de Mardoqueo), El anun-
«- al texto, tanto en su forma como en su sentido más ele- CIO de la «visita del Señor a Israel» (8,33) hecho a las gen-
vado. En ninguna parte aparece el hecho de que Judit se tes de Betulia encuentra un nuevo eco, Judit reza no por
haya ofreCido o que Holofernes la haya poseído, Todo en el
desarrollo del banquete niega esta hipótesis. Es preciso no
2 En época moderna y contemporánea, la castidad de Judit es fre-
haber visto nunca a un hombre verdaderamente borracho cuentemente Incomprendida. Algunos pintores han otorgado a Judit
para imaginario capaz de proezas viriles Instantáneas; los rasgos de su señora y se representan a sí mismos como Holofer-
nes. Mlchel Lelrrs, etnólogo y escntor (1901-1990), «hiZO un amplio uso
- a Judit, tal como aparece a partir del capítulo 8, donde de las figuras de Salomé y Judit en su autobiografía amorosa, haCien-
es descrita como la mujer por excelenCia, con una insis- do de ellas tipOS femeninos sin tener en cuenta la letra del texto bíbli-
co» (M. DE LAUNAY, p. 77) En Mots sans mémolre (1969), Lelrls se atre-
tenCia particular en su deseo de castidad, Es cierto que ve con esta provocativa aliteraCión: «Judit: judía JuiCiosa, saca la tija
todo es pOSible para la naturaleza tanto femenina como Justiciera de la yacija putañera de su jubón»

39
Betulia, sino por la «exaltación» de Jerusalén, según el momentos, el Instante en que Holofernes ofrece una pn-
mismo deseo de los ancianos en el momento de partir mera vez su vino y sus platos, que Judit rechaza en pnn-
«El DIos de nuestros antepasados te favorezca y lleve a CIPIO (12,1-2), Y el momento en que renueva su ofre-
término lo que vas a hacer para glona de los Israelitas y Cimiento con más éXIto esta vez (12,10-11), cuando el
exaltaCión de Jerusalén» (10,8). narrador expone a Judit a los mayores nesgas» (J. CAZEAUX,
p.208).
En el momento de golpear, JudIt lanza una últIma inVO-
caCión «Fortaléceme en este momento, Señor, DIOS de Is- «Salió rápidamente y entregó a su criada la cabeza de Ho-
rael» (v 7). InSiste en el señorío del tiempo. ahora, en este lofernes; ella la colocó en la alforja de sus prOVISIones, y
momento, en este día. No hay tiempo que perder. salIeron las dos Juntas para rezar como acostumbraban»
(vv 9b-10a). Ironía Siniestra la del final de esta escena
El relato del degollamiento es muy sobno (vv. 6-9). Lo mis-
mo que DaVid ante el gIgante filisteo (1 Sam 17), Judit se
adelanta para agarrar la cabeza de Holofernes. «Es la SI-
tuaCión en la que se encuentra esta mUJer, obligada a Ir
Una lectura apocalíptica
hasta el final del acto contra natura de matar a un hom-
«Delegados de DIOS y de Satanás, Judit y Holofernes son los en-
bre, Siendo esa muerte lo opuesto a todo lo que ha VIVido
cargados de Ilustrar los profundos caracteres de estos dos pode-
hasta ahora. En el momento de cortar lo que constituye res antagónicos Ahora bien, Satanás es tan bestia que DIOS es
la fuerza del ejérCito de Asur, SI ella pide a su DIOS la fuer- hermoso
za para golpear, se trata de la fuerza que ha descnto como La bestia satánica de Holofernes resplandece en el resultado de
la de su DIOS, la fuerza de los humildes, los pequeños, la la formidable conqUista que había soñado Monr en medIO de su
de todos los hombres cuya sangre clama JustiCia . Entre propio campamento, la misma noche que debía preceder al tnun
fo, por la mano de una mUjer y de un golpe de su propIO alfanje,
el momento de la deCiSión y aquel en que se encuentra la
l.no es de una Ironía suprema? Haber remOVido el mundo entero
espada en la mano enCima de un hombre dormido hay un para acabar en este mepto encuentro con la muerte más mfamante
abismo que, para ser franqueado, eXige "fuerza", no sólo Porque no hay que olVidar el desprecIO que los onentales -y con
por el propiO gesto -le será precIso hacerlo dos veces mayor motivo los guerreros- sentían por las mUjeres
(13,8)-, sino para poder VIVirlo el resto de su Vida .» (G. LA- Judit es no sólo delicada y astuta -lo que supone una gracla-,
también es admirablemente hermosa Qué reconOCimiento no de-
BOUERIE, pp 104-105). El ayuno no ha debilitado la muñeca
bemos al autor msplrado por haber sabido hacer esta apología de
de Judit Holofernes decapitado, su cuerpo caído en tierra, la belleza En la época en que tnunfaban los gnegos y su estétl
el dosel arrebatado (Holofernes descansaba baJO él desde ca de la armonía, el autor de Judit ha comprendido que los JudlOs
la llegada de Judit al campamento en 10,21), su cabeza en no podían dejar a los paganos el monopolio de la admiraCión que
la alforja de las prOVISiones provoca un rostro hermoso, SI envuelve un alma capaz de heroís
mo Qué humor en su deseo de que la mejor apologética de la ver-
«Todo acaba en suma en el saco de las prOVISiones hasta dadera religión sea la belleza de aquellas que la practican ASI,
la cabeza de Holofernes acabará en el fondo de ese mis- eVita el peligro de que el trastorno dlVlno de la escala gnega de
mo saco. (No se han acostumbrado los guardias aSinas, los valores acabe en la apologla de lo feo»

despues de tres días, a verla Ir y venir con el Inocente saco' J STEINMANN, Lecture de Juduh
París, Gabalda, 1953, pp 131-132
Todo acaba en el alimento, y es al inSistir en estos dos

40
6 - Las consecuencias
de la victoria de Judit

J
udit ha ejecutado su plan y DIOS, por su mano, «ha vIsitado a su pueblo». Su oraCIón de súplica (9,1-14), pasada por
el fuego de los acontecimientos, se convierte en cántico de aCCIón de graCIas (16,1-17). Pero, antes de regresar a su
casa, ella remata su aCCIón. Una vez ejecutado el general, queda por aniquilar el eJército. Es lo que cuenta el final del
libro. In fine, Ajlor reaparece. Pagano que exponía la fe judía, es el pnmero en pedir a Judit que cuente su hlstona. Su fe
y su IntegraCIón en el pueblo de Israel se artICularán en este relato.

La composIción concéntnca que enmarca los episodiOS del los proyectos de Judit (13,12-16,20) responde eVidente-
encuentro entre Judit y Holofernes puede cerrarse ahora. mente a las escenas de elaboraCIón de esos mismos pro-
El regreso de Judit y de su cnada (13,1 Ob-11) responde a yectos (8,9-10,8). En cuanto al epílogo (16,21-25), retoma
la partida de Betuha (10,9b-10). El encadenamiento de las y continúa la notiCIa IniCIal sobre Judit (8,1-8).
escenas que exponen las consecuencias de la ejecuCIón de

Regreso a Betulia
El relato del retorno (13,10b-11) es tan breve como el de Tanto a la Ida como al regreso, ordena abnr las puertas
la partida (10,9b-10) Pero es más rápido: en pocas pala- ante ella. PreCIsa «DIOS, nuestro DIOS, está con noso-
bras Judit y su cnada pasan del campamento al valle, del tros...» (13,11). Ella ha realizado el deseo de Ozías: «¿Está
valle a la montaña y de la montaña a las puertas de Be- el Señor en medio de nosotros O no?»: la pregunta que se
tulla (13,1 Ob) Es al alba aún oscura del qUinto día cuando planteaban los Israelitas en el desler efidín (Ex 17,7;
~
ellas llegan En el silenCIO de la noche, la voz de Judit se cf. Sal 95,8-9) y que estaba InSinU en el pi de los cin-
hace escuchar desde lejOS a los guardias. Alba de vlctona co días ha reCibido «hoy» una r. sotJlstllmEri

41
El triunfo de los proyectos de Judit
La victoria es celebrada. Los proyectos anunciados a los Elogio de Judit por Ozías (13,18-20). Por su falta de
jefes de Betulla, bajo el velo del equívoco, de la ironía, y fe, Ozías se había atraído los reproches de Judit (8,11-27)
confiados a Dios en la oración (8,9-10,8), han sido ejecu- Ydespués había unido sus deseos de éxito a los de los otros
tados, Primeras consecuencias: una alabanza multiforme ancianos (8,35 y 10,8), Retoma aquí y desarrolla la acción
y, más Inesperada aunque lógica, la conversión de Ajior, el de gracias de la muchedumbre bajo la forma de bendición,
amonita, La bendición de Dios recae sobre Judit. Está calcada, por
una parte, sobre la bendición de Melquisedec por Abrahán
en Gn 14,9a y, por otra, sobre la de Yael por Débora en Jue
La cabeza de Holofernes 5,24a. El lenguaje de la bendición es también muy utiliza-
El macabro trofeo sirve de unión entre diversos episodios. do en la novela de Toblt no sólo para Dios, sino incluso
Desde su llegada triunfal (13,12-17), seguida por el elogio para las relaciones entre los hombres (cf. Tob 11,10-15 o
de Ozías (13,18-20), Judit ha sacado la cabeza de la alfor- 13,1-18).
ja (v, 15). Para iniciar una acción militar (14,1-4), la sus-
Táctica militar de Judit (14,1-4). Judit presenta su
pende desde la muralla. Ajior, finalmente, se convierte
análisis de la situación y propone una estrategia, Igual que
ante su vista (14,5-11).
Débora en Jue 4-5, es ella la jefa guerrera, «El plan de Ju-
Llegada triunfal y acción de gracias (13,12-17). El dit, en sus líneas generales, es perfecto; supone 'un pro-
alba aún oscura no es obstáculo para la reunión de la po- fundo conocimiento del alma humana, como se espera de
blación de Betulia, desde el más pequeño al más viejo: un buen estratega. El relato mantiene Intacto el interés
«Tras encender fuego para ver bien ...» (w. 12-13), La voz de los lectores y de los oyentes, que esperan su exacta
de Judit acompaña a la luz: «¡Alabad a Dios [...] que ha de- puesta en práctica» (J, VíLCHEZ, p, 427).
rrotado esta noche a nuestros enemigos por mi mano»
Etapa nº 1: suspender la cabeza de Holofernes en las al-
(v. 14), La súplica silenciosa de 13,4-5 ha sido escuchada,
menas de la muralla, Es una exhibición cruel e intencio-
Ahora es la hora de la alabanza.
nada de las gentes de Betulia: profanar al jefe del enemi-
El trofeo de la victOria es exhibido: no sólo la cabeza de Ho- go vencido ofreciéndolo como presa a los carroñeros, ver
lofernes, sino el dosel. ¿Cómo no evocar aquí las escenas de la cabeza de Goliat llevada por DaVid a Jerusalén (1 Sam
exhibición en Jerusalén de la cabeza del griego Nicanor, ven- 17,54) o la de Saúl expuesta por los filisteos en Bet-Seán
cido por Judas Macabeo (1 Mac 7,47; 2 Mac 15,32)? ¿O In- (1 Sam 31,10 Y 1 Cr 10,10). Ahora bien, es en Escitópolls,
cluso la muerte de Saúl, su decapitación y la exposición de nombre helenístiCO de Bet-Seán, donde Holofernes y su
su cadáver en las murallas de Bet-Seán (1 Sam 31, 1-13)? No ejército vivaquearon (Jdt 3,10), En la tumultuosa historia
obstante, Saúl había tenido honras fúnebres (por los habi- del reino de Israel encontramos el asesinato de los hijOS
tantes de Yabés de Galaad), Aquí no habrá nada de eso. del rey Ajab por los ancianos de Samaría por orden de
La escena acaba con una acción de gracias de la muche- Jehú: «... los decapitaron; pusieron sus cabezas en cestos
dumbre inclinada ante DIOS (v, 17). y las enviaron a Jezrael [...] y [Jehúj ordenó: Dejad las en

42
dos montones en la puerta de la ciudad hasta mañana» 1-7, AJlor tiene la misma funCión que la propia Judit en
(2 Re 10,7-8). Un destino análogo se le reservó a Nlcanor los caps. 8-16 (cf. los recuadros de las pp. 36 Y 45)
(cf. más arriba, p. 42).
Ajlor «cae de bruces» y su espíntu desfallece (v. 6) Se pue-
Etapa nº 2: tomar cada cual sus armas y salir de la Ciudad de evocar aquí la reacción de Nabucodonosor después de
Etapa nº 3: nombrarse un Jefe y fingir que se baja. Etapa la Interpretación del sueño de la estatua (Dn 2,46) o la de
nº 4 los aSinas Irán a despertar a Holofernes y encontra- Daniel ante la VISión deslumbradora (Dn 10,8-9) Sin em-
rán el cadáver decapitado. Etapa nº 5: hUirán, los perse- bargo, lo que podría no ser más que lo fascmans et tre-
gUiréis y los abatiréis. mendum ante lo sagrado, ante la manifestaCión diVina, se
Estamos en presenCia de un modelo estratégiCO particu- convierte en alabanza y Júbilo análogos a la bendiCión de
lar. En efecto, más arriba, el sumo sacerdote Joaquín ha- Yael en Jue 5,24 o la de Balaán para las tiendas de Jacob
bía pedido a los habitantes de Betulia y de Betomestaln en Nm 24,6: «Que te bendigan en todas las moradas de
que «ocupasen los puertos de las montañas, porque eran Judá y en todos los pueblos. Cuantos oigan tu nombre se
el paso obligado haCia Judá» (Jdt 4,6-7). Descartando el asombrarán».
choque frontal y quenendo detener a las tropas enemi- Ajlor ha mostrado su conOCimiento de la hlstona de Is-
gas en el fondo de una garganta (Igual que Judas Maca- rael en su discurso a Holofernes (5,5-19), No es sólo el
beo en Bet Zacarías, cf. 1 Mac 6,28-54; 2 Mac 13,1-22), Ju- pueblo de Israel, deSignado aquí por «las moradas de
dit preconiza la guerrilla tradiCional. Como había dICho Judá», el que es invitado a bendecir a JUdit, smo Incluso
Joaquín, alias AIClmo, alias Eliaquín (cf. el recuadro de las las naciones CIrcundantes. El universalismo de la bendi-
pp. 23-24), son «las aldeas encaramadas las que detienen Ción de Judit se enuncia en labiOS de AJlor. Ahora bIen,
al enemigo Impidiéndole tomar el control de las subidas, este hlstonador afiCionado reclama el relato de la deca-
y no una batalla en la llanura» (M.-F. BASLEZ, Pofémofogle, pitaCión de Holofernes: Cuéntame no lo que ha sucedido
p.376). o cómo ha sucedido, sino «todo lo que has hecho estos
Judit y Ajior (14,5-10). Como conclusión de su discur- días» (v. 8). ¿Qué has hecho con tu CrIada durante estos
so, Judit pide encontrarse con AJlor. El encuentro parece cuatro días? Nadie se lo ha pedido. Ha tenido que ser este
tener ante todo una finalidad práctica: el ÚniCO VIVO que amonita pronto a la alabanza y la bendición el que pro-
ha conoCido a Holofernes (cf. Jdt 5,5-6,13), AJlor, es el úni- voque el relato.
co que puede reconocer su cabeza. Pero para el autor es y Judit cuenta. Subrayemos que la aurora no se levanta-
también la ocasión de expresar su punto de vista relatiVO rá más que en el v. 11. Estamos siempre en esa alba aún
a la conversión -y la Clrcunclslón- de un amonita, a pesar oscura en mediO del qUinto día (pues el día comienza por
de las diSpOSICiones del Código deuteronómlco, que exclu- la tarde, para terminar a la puesta de sol), La recepción
yen de la asamblea de Israel a amonitas y moabitas (Dt del relato de Judit tiene dos efectos: grandes gntos y gn-
23,4). Un pagano puede «creer firmemente en DIOS, ha- tos alegres por parte del pueblo, y CIrcunCiSión de AJlor: «Al
cerse CIrcunCidar la carne de su prepuCio y sumarse a la ver todas las cosas que había hecho el DIOS de Israel, cre-
Casa de Israel»; finalidad unlversalista «casI evangélica» (J yó firmemente, se circuncidó y así quedó definitivamente
STEINMANN, p. 62). Recordemos que en el marco de los caps agregado al pueblo de Israel». Se une así al linaje de pa-

43
ganas convertidos en creyentes como Rajab (Jos 6,25), Rut lesa majestad y sacrilegio. En la antigüedad, con estos
la moabita o Naamán (2 Re 5). En el v. 11, desde que el día asuntos no se bromeaba» (J. STEINMANN, pp. 104-105).
se levanta, los habitantes de Betulia ponen en práctica las
La huida de los asirios lleva su tiempo, puesto que Ozías
directrices de Judit enunciadas en 14,1-4, comenzando por tiene tiempo de alertar a las Ciudades míticas de Beto-
la exposición de la cabeza de Holofernes. mestain, Betas, Jabas y Cola. La persecución comienza si-
guiendo un itiñerario bastante fantasioso. Los guerreros
judíos empujan a los fugitivos hasta Jabas, ¡situada al nor-
Pánico y matanza te de Damasco según Gn 14, 15! Pero las gentes de Galaad
- - - - -
y de Galilea atacan a continuación a los asirios por el ftan-
En el campamento asirio queda el cuerpo sin cabeza. Lo
co hasta la proximidad de la misma ciudad, lo que supo-
que Judit había anunciado en los vv. 3-4 se realiza al pie
ne que debía de estar... en la llanura de Esdrelón. Los
de la letra. El zafarrancho de los habitantes de Betulia, la
habitantes de Betulia «cayó [¿singular?, ¿plural?] sobre el
preparación de un ataque suscita el pánico en el campa-
campamento de Asur, lo saqueó y se enriqueció mucho.
mento de los asirios y el recurso a su jefe.
Se hicieron con mucho botín, pues había allí una enorme
Macabro descubrimiento (14,12-15,7). Bagoas, el cantidad».
hombre de confianza del general, es el que descubre el ase-
sinato y la superchería de Judit. Sus gritos y lamentos se
¿Una guerra santa? El saqueo dura treinta días. En su
extienden pronto a todos los oficiales. «¿Por qué esta de- cántico, Judit sugiere que todo esto indica una «guerra
santa», sobre el modelo de la conquista de Canaán por Jo-
sesperación de Bagoas? ¿No tenía el general un estado
sué, donde Dios es reconocido como el único jefe y al que
mayor capaz de reemplazarlo? Ciertamente sí. Pero no hay
se le debe todo, destrUido o destinado al anatema. En
que olVidar que en Oriente el poder era absoluto. Los mo-
efecto, Judit exalta al Dios «que pone fin a las guerras»,
narcas y sus todopoderosos ministros gobernaban como
dictadores de inmensos imperios. La desaparición de un al Señor todopoderoso que ha actuado por su mano
(16,5); evoca el grito de guerra y la «batalla del Señor» (vv.
general en jefe provocaba en el ejército un vacío al que era
11-12). Por otra parte, el botín no es entregado al anate-
tanto más difícil de poner remedio cuanto el favor del prín-
ma total: ningún ser vivo, hombres y animales, es masa-
cipe desempeñaba una función determinante en la suce-
crado, ni quemado ningún bien mueble, ni los objetos de
sión. Éste era el caso de los propios reyes. A finales del si-
glo 11 a. e, la frecuencia de los atentados en la corte, la metal ~on consagrados al Señor (cf. Jos 6,18-24). Pero nos
enteramos de que Judit dedicará la parte de botín que se
sangrienta competencia entre herederos de la corona y las
le atribuye al Templo de Jerusalén, y que ofrecerá a Dios
guerras de sucesión hicieron que el imperio de los seléuci-
«como anatema» el dosel de Holofernes (16,18-19).
das se deslizara por una escandalosa decadencia. Por otra
parte, los poderes del general, emanación de los del prín- Así pues, la victoria aquí contada se relaciona y se distin-
cipe, tenían algo de divino. La muerte de un jefe supremo gue de la gesta de Josué. Pero se distingue aún más de las
era no sólo un siniestro presagio; privaba al ejército del re- acciones deslumbrantes llevadas a cabo por los Macabeos.
presentante del rey divino. Los soldados que dejan asesi- No se puede decir que éstas sean signo aquí de guerra san-
nar a su jefe eran solidariamente culpables del crimen de ta. En efecto, Dios no ordena nada a Judas y a sus herma-

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nos; muy Justamente envía a un caballero celestial por el DIos se refiere al paso del mar ROJo (1 Mac 4,9) o a la libe-
camino de Bet-Sur (2 Mac 11,5-8). Judas ve en él un signo raCIón de Jerusalén baJo Senaquenb (1 Mac 7,40-42; 2 Mac
de aliento, pero para el resto se trata de medIos pura- 8,19; 15,22), pero nunca a Josué, a la conquista o a la épo-
mente humanos. Para expresar la salvaCIón aportada por ca de los Jueces Un abismo separa a Judas de Judit.

La judía y el extranjero
El deslumbrante gUIón IUterpretado por JudIt y Holofernes no logra- atraer a las nacIOnes AJIor es, en prImer lugar, con sus nesgos y pe-
ría todo su efecto SI no estuvIéramos atentos a una mtrIga que se de- hgros, el narrador de lo que había escuchado a proPÓSItO del pueblo
sarrolla en un segundo plano y cuyo protagonIsta es AJlOr, el cana Judío El propIO AJIor es después el destmatarIO del relato de JUdIt
neo «comandante de todos los hIJOS de Amón» [ J Para mfonnar a Los dos relatos son muy dIstmtos, como para mostrar que el relato
su Jefe de las oportunIdades del campamento Judío, AJlOr le hace es- de Israel nunca está acabado El oído del cananeo se abre dos veces
cuchar un relato que se remonta a Abrahán Hacer un resumen de la PrImero prestando fe al ancestral relato de Israel Después deseando
hIstOrIa de Israel es expresar la fe de Israel La conclUSIón es que este escuchar cómo se había prolongado ese mIsmo relato hasta «hoy»
pueblo es mvulnerable SI no ha ofendIdo a DIOs Lo que sIgnIfica que Hora decIsIva, expresamente observada por la palabra «creyó» Creer
Nabucodonosor, que se ha SItuado como rIval de todos los dioses, no en el relato de Israel y no solamente escucharlo esto es lo que se
Iguala al de los Judíos Semejantes palabras sólo pueden ofender a propone a los pueblos «Creer y ser cIrcuncIdado» la secuenCIa de
unos oídos babIlonIos Como castigo, AJlOr es atado y después aban- estas dos expresiones, tan claramente marcada, apoyada sobre el
donado a los pIes de las murallas de Betuha, donde esperará ser ma- «creen>, y dIcha de un cananeo, abre a un mundo nuevo Sm estas
sacrado con los habitantes de la CIUdad en el momento del asalto Pero pocas palabras, qUizá este hbro nunca hubIera entrado en nuestras
los Judíos se percatan, lo recogen y lo recIben como huésped EscrIturas
Como conclusión, JUdIt, que vuelve a donde los suyos con la cabeza
Así, el hbro de JUdIt tiene como verdadero sUjeto el doble paso de la
de Holofernes, hace llamar a AJlor para que la vea Él exclama en-
frontera que separa a Israel de las naCIOnes, por una mUjer Judía para
tonces «Que te bendIgan en todas las moradas de Judá y en todos los
sahr hacia los pueblos y extirpar de ellos el mal, por un hombre ca-
pueblos» (Jdt 14,7) Le pIde el relato de su hazaña hasta el momen-
naneo para entrar en Israel y recIbIr de él los dones, no sm aportar el
to de su encuentro Tras lo cual, «al ver todas las cosas que había he-
don de sí mIsmo y de su propIa hIstOrIa Ambos motivos van con-
cho el DIOS de Israel, [AJIOrJ creyó finnemente, se circuncIdó y aSI
Juntamente Una JudIa, un cananeo, de cada parte de una CIUdad ase
quedo defimtlvamente agregado al pueblo de Israel» (Idt 14,10)
diada, cambIando de bando Una vez más aparece que Israel y las na-
Parece que la hazaña de Judit no ha acabado hasta que el cananeo se cIOnes no pueden eVItarse La Imagen de AjIor entregado a la muerte
ha convertido Obra de DIos en la cual ella no había pensado cuando Junto a las murallas y después hberado merece quedar grabada en
medItaba sólo en salvar a su pueblo El motivo de una adiCIón al pue nuestras mentes como un recuerdo no menos profundo que el de Ju-
blo Judío está tomado de los relatos de la conqUIsta, con la entrada dIt y su trofeo Una muralla se derrumba por el hecho de un cuerpo
de la prostituta RaJab en el pueblo vencedor [ J entregado a la muerte El enemIgo es ehmmado, el extranjero se con-
Tanto para RaJab como para AJlor, para estos dos hIJos de Canaan, el VIerte en hermano
relato de las hazañas del DIOs de Israel ha Jugado un papel detennl-
nante Una funcIOn notable se le reconoce a un relato que parecería Paul BEAUCHAMP, «JUdIth», en Cmquante portra¡ts blbltques
concernir sólo a Israel el relato de Israel es quendo por DIos para París, SeUII, 2000, pp 242 245

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de damas coronadas que exhiben los tirsos (varas de las
La alabanza unánime
bacantes), seguidas por los hombres en armas, corona-
Joaquín (Jdt 4,6.8.14) y la gerousía, consejo de los ancia- dos también. Ahora bien, los mismos tirsos en las ma-
nos, se desplazan a Betulia. No son las gentes de Betulia nos están también atestiguados -y únicamente aquí en
sino las más altas autoridades de Jerusalén las que ben- la Biblia griega- en 2 Mac 10,7, en el momento de la de-
dicen a Judit. dicación tras la purificación del Templo y la muerte de
Antíoco Epífanes.
La bendición del sumo sacerdote (15,8-10). Con el
sumo sacerdote está la gerousía. Según el discurso (que P.-M. Bogaert, siguiendo a J. de Van Goudoever, ha mos-
podía ser embustero) de Judit a Holofemes, esta insti- trado que el conjunto del relato de Judit se desarrolla so-
tución tenía que ser consultada para conceder la auto- bre doce meses con el final del noveno mes como pivote.
rización para consumir las primicias a fin de remediar la La fiesta de Januká -o de la Dedicación- no es nombrada
penuria de Betulia (11,14). Así pues, ahora tenemos el por la preocupación de evitar el anacronismo. Pero es en-
reconocimiento y la aprobación de la gesta de Judit por tre dos celebraciones de esta fiesta cuando tiene lugar la
parte de la propia autoridad. El término gerousía, utili- cronología del relato (cf. el recuadro de la p. 11). En el ju-
zado en los LXX del Pentateuco para designar a los an- daísmo medieval, el recuerdo de Judit se ligó a la celebra-
cianos de Israel asociados a Moisés en la guía del pueblo, ción de Januká. Bogaert se pregunta finalmente si Jdt no
no aparecerá más que en Jos 23,2, en los libros de los habría sido concebido para la fiesta de Januká, como el ro-
Macabeos y en Judit. Una mención en la carta concedi- llo de Ester para la de Purim (Calendrier, pp. 67-72).
da por Antíoco 111 a los judíos según Flavio Josefa (Anti-
guedades de los judíos, XII, 3, 3) ha intrigado a los críti-
cos: «Entre los privilegios concedidos por el rey a la nación El cántico de Judit
judía, que podrá vivir según las leyes de sus antepasados,
«Entonces Judit entonó esta acción de gracias...» (15,14).
un lugar especial es para el Senado (gerousía) , los sace-
Acción de gracias que va a extenderse durante diecisiete
rotes, los escribas... exentos de la capitación, del im-
versículos (16,1-16). El libro de Judit está atravesado por
puesto de la corona y del impuesto de la sal» (M. DELCOR,
oraciones, ruegos y peticiones. A la gran súplica de Jdt 9,2-
p. 260). Pero es sólo en Jdt donde la gerousía y el sumo
14 le siguen los deseos de los ancianos de Betulia en el
sacerdote constituyen juntos la autoridad por excelen-
momento de su partida (10,8), la invocación en el mo-
cia. No es trivial observar que ellos llaman a Judit «exal-
mento de ejecutar a Holofernes (13,4-5.7), las bendicio-
tación de Jerusalén», identificando la mujer y la ciudad,
nes del regreso a Betulia (13,14.18-20), la exclamación de
lo salvado y la salvadora. Porque Judit ha actuado por Je-
Ajior (Jdt 14,7) y las felicitaciones de Joaquín y del conse-
rusalén (10,8 Y 13,4).
jO de ancianos (15,9-10). El cántico de Jdt 16,1-17 es un
Regocijo popular (15,11-13). Después de un saqueo himno de acción de gracias. Ahora bien, «ninguna de es-
de un mes estalla la alegría. En términos que no dejan tas oraciones es una lamentación. Ninguno de estos sal-
de recordar el triunfo de David tras su victoria sobre Go- mos contiene la menor confesión de los pecados. la más
hat (1 Sam 18,6-7), el relato nos hace asistir al cortejo pequeña declaraCión. De un extremo al otro del libro, el
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autor de Judit es fiel a su pnnClplo IniCial: los Judíos no tie- Alabanza al Señor de la historia (vv. 3-12). Los vv
nen nada que reprocharse, la invaSión de Holofernes no 3-12 retoman muchos elementos del relato de Jdt 8-15.
es un castigo, sino una prueba. Por tanto, a los persona- Podemos diVidir el texto en tres estrofas: orgullo y humi-
Jes del drama no les queda sino alabar a DIos y darle gra- llaCión de Asur (vv. 3-5), vlctona de la mUjer Judit (vv. 6-
Cias» (J. STEINMANN, p. 111). 10) Y vlCtona de los débiles (vv. 11-12).
Invitatorio (vv. 1-2). El v. 1 es un Invltatono, una ex- En los vv. 3-5 no hay necesidad de retomar los oráculos
hortaCión al corazón: «Alabad a mi DIos con panderos...». contra Asur en los libros profétiCOS (Jr 1,13-15, 4,6.15-16;
¡Los Instrumentos musicales (panderos, címbalos) son 6,22-23; Ez 38,6.15; 39,2; JI 2,20). Basta con ceñirnos a
nombrados antes que los poetas-compositores y los nuestra novela, y más particularmente al relato de Jdt 2:
orantes! El modelo de esta aCCIón de gracias hay que bus- las crueles órdenes dadas en 2,6-8, ejecutadas en 2,23-28.
carlo en el cántiCO de MOisés (Ex 15). ¿No bailaba Mlryam, La oposIción encontrada por los aSinas no es otra que el
la hermana de MOiSés, al son de panderos, arrastrando los propio Señor «por la mano de una mUJer» (la de JUdit, re-
corazones de las mUJeres? «Cantad al Señor, se ha cubier- léase 9,9-10; 12,4; 13,5.14-15; 14,18). La mano del Señor
to de glona, arroJó al mar caballo y caballero... » (Ex 15,20- estaba en el cántiCO de MOisés (Ex 15,6.12.16), pero era la
21). Otro modelo Igual de épIco es el cántiCO de Débora y de Débora en Jue 4,9 o la de Yael en Jue 4,21; 5,24-26.
Barac (Jue 5,1-31). «Respondiendo a la misma criSIS que los libros de Daniel y
El v. 1 comienza como los salmos de alabanza: Sal 33; 47, de los Macabeos, el libro de JudIt se distIngue de ellos ha-
81; 96; 98; 100; 117; 144; 149; 150. «Alegraos, Justos, en Ciendo de una mUjer el agente humano de la liberaCión del
el Señor, / que la alabanza es propia de los buenos» (Sal pueblo. Slgmficaba enlazar en Cierta manera con la tradi-
33,1). Ción de una Débora o una Yael (Jue 4-5). El autor explota
la tipología del Éxodo, acontecimiento bien anclado en la
«Pueblos todos, batid palmas, / aclamad a JIOS con gntos
conCienCia del pueblo por el texto de Ex 14-15 y las relec-
de Júbilo» (Sal 7,1).
turas que se hiCieron de él. El Señor liberó a su pueblo por
«Cantad al Señor, bendeCid su nombre l » (Sal 96,2a). su mano, pero también por la de MOisés. Aquí utiliza la
En el v. 2, el motivo del InVltatono se desarrolla pnmero mano de Judit... La liberaCión de Israel por la mano de
de forma genénca y después se aplica al caso de Judit. Judit es el tnunfo de'la fuerza de DIOS en la debilidad
humana. Transformad~ en guerrera adornada con su be-
El DIos «que rompe las guerras como el Señor» es una Cita
lleza, Judit aparece desarmada ante el conqUistador Holo-
de Ex 15,3 según el texto gnego. Ya presente en la súplica
fernes. Pero la ImpotenCia es el arma más poderosa cuan-
de Judit (9,7), la expresión no tiene el sentido de «romper
do el Señor es el socorro del opnmldo y el apoyo del débil.
el combate» o «detener la guerra», significa que DIos es
Él es el actor pnnClpal de la guerra santa» (J AUNEAU, pp.
capaz de romper los brazos de los guerreros (Sal 10,15,
376-377).
37,17) o de quebrar sus armas (Sal 46,10; 76,4). La aplica-
Ción al caso de Judit Introduce el recuerdo hlstónco de los En los vv 6-10, Judit canta a las armas que ha utilizado.
vv. 3-12: «Me arrancó de la mano de aquellos que me per- La hiJa de Meran repasa la belleza de su rostro (subraya-
seguían [cf. Sal 31,16] .. ». da tanto más parel narrador: 8,7; 10,7 14 19.23; 11,21.23;

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16,9) Y el cUidado de su adorno (10,3-4). El Cantar de los clón, en el vocabulario tradiCional de los himnos del salte-
Cantares también menCiona estas armas de seducCión en riO o de Is 40-55. El señorío universal del DIOS de Judit es
la amada (Cant 7,2-7). Están alineadas en seis suntuosos confesado frente a la pretensión Idolátrica de Nabucodo-
estlcos. Entonces cae, de golpe, el séptimo estlco: «Pero nosor proclamada en Jdt 6,2.
el alfanje cortó su cuello». Los persas y los medos, tanto El cántico acaba con un rasgo apocalíptico: «¡Ay de las na-
aquí como en el libro de Daniel, no son sino el cnptogra- ciones que atacan a mi raza".!» (v. 17), que hace estreme-
ma para deSignar a los enemigos. cer. «Desearíamos que no se hubiese escrito este versícu-
lo terriblemente naCionalista y racista [.,,] Esta amenaza,
Los vv. 11-12 retoman el relato del combate de los habi-
de la que se hacen eco tantos pasajes apocalípticos, es la
tantes de Betulia en 15,3-7, pero en el marco de una gue-
explosión de cólera de un pueblo exacerbado por la perse-
rra santa. DIOS ha continuado actuando como lo hiZO por
cución. Se comprende, pero habría que guardarse de vol-
mano de Judit. Ellos lanzan gritos de guerra, la teru'á (cf.
verla a deCIr» (E. OSTY).
Jue 6,3-20; 7,17-20; 1 Sam 4,5-6): esos humildes y débiles
del Señor que son los Israelitas, pueblo que ha sido ad- Fiestas en Jerusalén (16,18-20). El cántiCO concede
qUirido (Ex 15,14-16). Imitan a Judit luchando con «los la- ahora lugar al culto en Jerusalén, después de las fiestas
biOS del engaño» (Jdt 9,10) tanto como con las armas. Los que duran tres meses. La adoraCión, la proskynesIs, eVI-
Insultos reCibidos antaño (<<esclavos», cf. 14,13.18) son de- dentemente ya no se dirige a Holofernes, lugarteniente
vueltos a los adversarios: «hiJos de mUjerzuelas [1 Sam de Nabucodonosor, sino a DIOS (eso ocurría ya en el caso
20,30, texto griego], hiJOS de tránsfuga [Jdt 6,5]». No nos de Betulia al regreso de JUdit, 13,17). El culto sacnfiClal se
atrevamos a buscar los equivalentes actuales." reanuda plenamente. La propia Judit se convierte en ce-
lebrante: dedica el botín tomado a Holofernes y ofrece
Alabanza al Señor de la creación (16,13-17). En los como anatema el dosel. Se comporta como un hombre".
vv. 13-17, la alabanza se prolonga ahora a toda la crea- es la encarnación de su pueblo.

Epílogo: una viuda famosa


El epílogo (16,13-17) hace pareja con la notiCIa InICial so- subrayar, con Marc de La unay, la tonalidad propia de este
bre Judit (8,1-8). Como todos los epílogos, como sucede epílogo: «Judit festejada, absuelta de alguna forma tan-
en el drama de Job (Job 42,10-17), en la novela de Toblt to de la crueldad de su gesto como de los mediOS IlíCitos
(Tob 14,12-15) o en la de Ester (Est 10,1-3), bien está lo de los que se ha servido para poder llevarlo a cabo, Judit
que bien acaba In saecula saeculorum. Algunos autores alabando a DIOS por haber Inspirado su espíntu y su au-
han querido ver en los 105 años de duraCión de la Vida un daCia, dándole gracias por haber puesto su belleza al ser-
indiCIO para la dataCión del libro." La argumentaCión pro- VICIO de la Justicia y de la hermosura de Israel, Judit mOri-
puesta no me parece convincente. Ciertamente, más vale rá Sin descendenCia Nada Impedirá a AJlor tener una

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descendencia judía, pero JUdit, a qUien debe ese posible mendaz sedUCCión vinculada a la belleza fíSica. Es esta in-
futuro, no tendrá hiJos. Al entregar a DIos como anate- clinaCión haCia la sola representación lo que arrastró al di-
ma el dosel de Holofernes, ese objeto de lUJo cuya belle- luvIo: cuando los pervertidos descendientes de Caín se
za es equívoca, puesto que recuerda el lecho en el que la consideraron semldloses o hijoS de dioses, y se escogieron
protagonista tuvo que comprometer su honra, Judit su- mUjeres en funCión del ÚniCO entena de su belleza apa-
giere que la sedUCCIón, su mejor arma, no tiene, sin em- rente (Gn 6,1-4). La condena apuntaba entonces a la raza
bargo, nada de ambiguo de los "gigantes" y los "héroes", y Judit estaría a punto de
Judit no tuvo hijoS de su unión con Manasés, y ya no los parecerse demasiado a este linaje de héroes. Las conse-
tendrá en lo sucesIvo: no se volverá a casar (su "hijo" es cuenCias de su heroísmo no podían ser juzgadas malas,
todo lo más la nueva Vida que ella da a su pueblo). Sólo SinO que es su propiO heroísmo el que debe ser confinado
esto le confiere un estatuto singular. Además de que, se- en los prudentes límites de la excepCión.
gún la tradICión, ella tenía que sellar normalmente el con- El libro de Judit se sitúa así en la bisagra entre el universo
trato de otra Unión, esta ausencia de descendencia es para judío de la obedienCia a la Ley y el mundo antiguo, don-
ella sola una espeCie de segundo epílogo: la slngulandad de, baja la InfluenCia gnega, la excelenCia es reconocida en
de su aCCión debe quedar Sin ejemplo. La reprobación no la pandad entre personas virtuosas que temen los celos
apunta al hecho de que Judit se haya convertido en cul- de los dioses cuando ellas ceden a la hybns, pero viven en
pable de un asesinato -Yaello fue Igualmente al matar a la nostalgia de acciones heroICas y bellas que estimulen su
Sísara-, sino a la espeCie de equívoco que lo ha hecho po- recíproca emulaCión» (M. DE LAUNAY, pp. 74-75).
Sible; es deCIr, a la arnesgada y dudosa explotaCión de la

49
Conclusión

Al final de nuestra lectura, es posible precisar algunos ele- na, tiende a reafirmar la pnmacía Inflexible de la dimen-
mentos menCionados en la introducción o a lo largo del sión religiosa y esplntual, en mediO de la prueba y la ame-
texto y abnr algunas pistas de lectura CrIstiana de Judit. naza: el DIos de la heredad de Israel, Señor de los Cielos y
Inculturación. Al pnnClplo del todo está el recurso al gé- de la tierra, escucha la oración (Jdt 9,11). Por último, este
nero de la novela. Es en la época helenística cuando apa- nuevo tipO de literatura completamente adaptado al
rece esta voluntad de enseñar distrayendo. Se ha señala- mundo cultural del helenismo será Sin embargo recibido
do con respecto a la piadosa novela de un judío emigrado, también en la tradiCión del judaísmo tanto en la liturgia
el libro de Tob/t, o incluso en la literatura apóCrIfa, la no- de la fiesta de Januká o Dedicación como en la literatura
vela de José y Asenet, construida en torno al personaje de mldráslca de expresión hebrea.
José. Aquí hemos caractenzado a Judit como novela de Judit e Israel. Teniendo en cuenta el tipO específico de
propaganda polítICo-religiosa. Las técnicas de eSCrItura, la eSCrItura, muchas preguntas o reticenCias de los autores
codificaCión de los patronímiCOS, los topónimos y las SI- modernos mencionadas al pnnclplo de nuestro recorndo
tuaCiones, el recurso al lenguaje arcaiCO, todo esto no deja se disipan por sí mismas. Una novela no es un tratado de
ninguna duda: el autor de Judit qUiere convencer a su lec- moral, y las preguntas por estratagemas empleadas se
tor de la legitimidad de algunas deCiSiones estratégICas, convierten en muy secundanas. Al perSOnificar al pueblo
tanto desde el punto de vista militar como religiOSO. Fren- fiel al Señor en la semblanza que esboza de su heroína, y
te a Judas Macabeo y a sus deCiSiones de la guerra mo- al darle el nombre de JUdit, «la Judía», la novela Inaugura
derna, la novela construye el personaje de JUdit, proVI- una nueva etapa en la refleXión teológica, como subrayó
denCial reencarnación de las heroínas salvadoras de Israel aquel que es ahora el papa BenedICto XVI (cf. el recuadro
en los tiempos de los comienzos y del estableCimiento de de la página siguiente). ¿Es legítima semejante perSOnifi-
la monarquía. Las reminiscenCias de la guerra santa vie- caCión cuando se trata de la IgleSia de Cnsto? ¿O cuando
nen espontáneamente bajo su pluma a reafirmar la cer- la liturgia adopta a Judit para celebrar a la Virgen María?
teza de la vlCtona final y de la paz estableCida definitiva- El texto bíblico puede superar sus propios hOrIZontes y ser
mente. Después, lo que también hemos descubierto de la comprendido de manera nueva por los lectores de gene-
funCión del sumo sacerdote Joaquín -alias AIClmo- en el raCiones siguientes. No hay que acudir arbltranamente a
relato, Igual que el clima de oraCión tanto de súplica como la ESCrItura a cada paso. Pero nos parece que el procedi-
de alabanza y aCCIón de graCias en los labiOS de la heroí- miento que consiste en sustituir a una persona o una co-
50
lectlvldad es ya lo que ha hecho el autor de la novela. En- ra anhelante que se manifieste lo que serán los hiJos de
tonces se entiende mejor que la tradiCión cnstlana no DIos [ .] vive en la esperanza de ser también ella liberada
haya dudado en leer en ella el combate de la Iglesia con- de la servidumbre de la corrupCión y partiCipar así en la
tra los poderes del Mal, y la vICtoria de la mUjer humilde gloriosa libertad de los hiJos de DIos» (Rom 8,20-21)
sobre las potenCias del Mundo «La creación misma espe-

Ester y Judit, figuras de Israel


En el margen del canon veterotestamentano, en sus escntos tardíos, Lo que hemos dicho antes se repite y se refuerza la mUjer esténl, la
se desarrolla un nuevo tipo de teología de la mUJer, SIn embargo com- mUjer Impotente se convierte en portadora de salvación porque ahí se
pletamente ongInal las grandes figuras salvadoras de Ester y JUdIt, encuentra el lugar de la revelación para el poder de DIOs Después de
que son muestra de la más antIgua tradICión, entran en escena, en todas las caídas del pecado, la mUjer sigue sIendo «madre de la vIda»
carnadas antaño en la figura de Juez de Débora (Jue 4,4, 5,7) Ambas
mUjeres tIenen en comun un rasgo esencial con las matrlarcas una es En la figura de las mUjeres salvadoras -según el género de la novela
vIUda, la otra pertenece al harén de la corte del rey persa, las dos se teológlca-, ya se supone y se expresa de nuevo la profundizaCión teo-
encuentran, aunque de dIferente manera, en una SItuación de opre- lógica que el anuncIO profétIco había desarrollado a partir de la Ima-
SIon, ambas encarnan al Israel batIdo Israel convertido en «Viuda» y gen de las grandes mUjeres maternas Y también supuesto y expresa-
dismInUIdo por el pesar, Israel deportado y deshonrado entre los pue- do de nuevo lo que debe ser conSIderado como el verdadero centro
blos y reducido a la esclaVitud por el despotismo de ellos Las dos de la teología veterotestamentarla de la mUjer el propIO Israel El
encarnan al mismo tIempo la fuerza moral Inalterada de Israel, que pueblo elegido es Interpretado a la vez como mUJer, virgen, amada,
no puede desarrollar su Juego como los poderes del mundo y, SIn em- esposa y madre Las grandes mUjeres de Israel representan lo que es
bargo, se burla de esos poderes y sabe vencerlos La mUjer que trae el propIO pueblo La hlstona de estas mUjeres se convierte en la teo-
la salvaclOn, encarnación de la esperanza de Israel, camIna así Junto logia del pueblo de DIOS, y por eso mismo en teología de la Alianza
a las madres benditas y Junto a aquellas que están pnvadas de bendl-
clOn Es slgmficatlvo que, en el pensamIento y la fe de Israel, la mu- Cardenal J RArZINGER, La filie de SlOn
Jer figure siempre no como sacerdotisa, SInO como profeta y Juez-sal- ConsldératlOns sur laJol manale de I'Égllse
vadora, ésta es su espeCifiCidad, éste es el lugar que se le atnbuye Pans, Parole el SIlence, 2002, pp 36-38

S1
Para saber más
Introducciones: C. LEPRONT / M. DE LAUNAY / L. WEIGERT, Judlth et Holopherne Tnpty-
que. París, DDB, 2003.
J AUNEAU, «Le IIvre de Judlth», en J. AUNEAU (dlr.), Les Psaumes et
les autres écnts. PBSB AT5. París, Desclée, 1990, pp. 367-379.
Estudios
M. NAvARRo PUERTO, «El libro de JUdit», en J M SANCHEZ CARo (ed.),
Hlstona, Narrativa, Apocalíptica. Introducción al Estudio de la H. CAZELLES, «Le personnage d'Achlor dans le IIvre de Judlth»: RSR
Biblia 3b. Estella, Verbo DIVinO, 2000, pp 425-451. 39 (1951), pp. 125-137
C. NIHAN, «Judlth», en T. ROMER / J.-D. MACCHI / C. NIHAN (eds.), In- M. DELCOR, «Le IIvre de Judlth et I'époque grecque» (1967). Reim-
a
troductlon l'Anclen Testament. MdB 49. Ginebra, Labor et preso en Re/Iglon d'lsrael et Proche Onent Anclen. Des Phénl-
Fldes, 2004, pp. 622-636 Clens aux Essénlens. Leiden, Bnll, 1976, pp. 251-280.

Texto A MOMIGLlANO, Problemes d'hlstonographle anClenne et moderne.


Blblotheque des Hlstolres. París, Galllmard, 1983, pp. 91-103;
A-M. DUBARLE, Judlth. Formes etsens des diverses tradltlons. 1. Étu-
474-482.
des; 11. Textes. AnBlb 24/1-2. Roma, PIB, 1966.
-, «Les textes hébreux de Judlth et les étapes de la formatlon du B. RENAUD, «Une femme JUlve dans le combat polltlque: Judlth. FI-
IIvre»: Blb"ca 70 (1989), pp. 255-266. gure histonque ou représentatlon symbollque?», en Actes du
Colloque de Strasbourg, La femme dans les sOClétés antlques.
comentarios y lecturas Ktema, 1983, pp. 125-138.

J. STEINMANN, Lecture de Judlth. París, Gabalda, 1953. L. ALONSO SCHOKEL, «Estructuras narrativas en el libro de Judit», en
Hemenéutlca de la Palabra, 11. Madnd, Cnstlandad, 1987, pp.
G. LABouERIE, JUdlth, espérance d'lsrael. Une femme contre le to-
383-404.
talltansme. París, Centunon, 1991.
A. LACOCQUE, Subverslves. Un pentateuque de femmes. LD 148. Pa- P.-M. BOGAERT, «Le calendner de Judlth et la féte de Hanukka»: Re-
rís, Cerf, 1992, pp. 45-62. vue Théolog/que de Louvam 15 (1995), pp. 67-72

J. CAZEAUX, La guerresmnte n 'aura pas IIeu. LD 185. París, Cerf, 2001, -, «La Halaka allmentalre dans le IIvre de Judith», en Nournture
pp. 187-217. et repas dans les mllleux jUlfs et chrétlens de l'AntlqUlté. LD
178. París, Cerf, 1999, pp. 26-40.
J. VILCHEZ LINDEZ, Tobías y Judit NarraCiones 111. NBE. Estella, Verbo
DIvino, 2000, pp. 229-491 (excelente repertono bibliográfico en M.-F. BASLEZ, «Polémologle et hlstolre dans le IIvre de Judlth» Re-
las pp. 248-253). vue Bib"que 111 (2004), pp. 362-376.

Lista de recuadros
La estructura literaria del hbro de Judit p. 6 El midrás de Gaster P 32
La cronología del hbro de Judit p.11 ¿Una apología del odio naclOnal? p. 34
FIcción e historia: el sumo sacerdote JoaquínJAlcimo p.23 Discursos de Ajior y de Judit, paralelos p 36
Una viuda llena de cuahdades p.26 Una lectura apocalíptica p.40
La mujer sagaz p.29 La judía y el extranjero p.45
Elena, Judit y María P 31 Ester y Judit, figuras de Israel p.51

52
-
• 1 ¡J
-'"

ACONTECIMIENTOS

Boletín: Arqueología y Biblia


Por Phllippe Gruson
Instituto Católico de París

3
OS arqueólogos trabajan con pacienCIa y es raro que sus publicacIones lleguen a la portada de los penódlcos Este

L
,

boletín se propone llamar la atenCión sobre algunas excavaCiones, descubnmlentos o debates de estos últimos
tiempos, con una actualIzaCIón bíblIca en cada caso, Para el lector que desee saber más, remitImos a la revista Le
Monde de la Blble (= MdB), que publIca regularmente artículos y crónicas arqueológicas accesibles al gran públiCO,

Un santuario siro-hitita al dios de la Tormenta tita de la Tormenta, Teleplnu Grandes losas de basalto esculpidas
(1100-900 a. C.) adornaban los muros En ellas se ve a este diOS acompañado por
otras diVinidades y por animales Simbólicos. El Imperio hltlta ya
En Alepo, SIria, baJO la fortaleza arabe medieval, excavadores ale-
había desaparecido (haCia 1200), pero su cultura y su religión con-
manes encontraron los restos de un templo dedicado al diOS hl-
tinuaron Influyendo durante mucho tiempo en el norte de Siria
Más tarde, los palaCiOS aSIriOS seran decorados de forma Similar
con bajorrelieves murales, como 105 de Korsabad, VISibles en el
Louvre En los profetas (Siglos IX-VIII), el diOS de la tormenta, Baal,
3 cf J BRIEND, «El trabajO del arqueologo», en el Cuaderno Blblico n es el gran rival de YHWH (cf el sacnficlo de Elías en el monte (ar-
131 Estella, Verbo DIVino, 2006, pp 4-19, V MICHEL, «Ce que peut dlre mela en 1 Re 18), como es el responsable de la llUVia se le atribu-
I'archeologle blbllque», en J -F BOUTHORS (dlr), La Blble sans avolr peur ye la fertilidad y la fecundidad, tanto de 105 seres humanos como
Parls, Lethlelleux, 2005, pp 83-103 Sobre el libro de I FINKELSTEIN / N
de los rebaños. [MdB 160, P 541
A SILBERMAN, La BIblia desenterrada (ed española Madrid, Siglo XXI,
2003), pueden leerse las recensiones de O ARTUS (CB 121 Estella, Ver-
Los amuletos de Ketef Hinnón
bo DIVino, 2004, pp 62-65), J BRIEND (CB 122 Estella, Verbo DIVino, 2005,
pp 21-23) o D NOEL (Bulletln d'lnformatlon Blbllque 59 [diCiembre de En 1979, durante las excavaCiones de una gruta en el valle de la
2002], pp 21-23), todas ellas disponibles en wwwblble-servlCe net Gehenna (Ketef Hlnnon), al suroeste de Jerusalen, se encontraron

53
dos pequeñas láminas de plata muy deterioradas, que tenían InS- a Absalón, el hiJo rebelde de DaVid, resurgió y se Impuso, [MdB
cnpclones en hebreo antiguo (anterior al eXIlio), Una de ellas es 157,p 55,1
muy pareCida a la bendición sacerdotal de Nm 6,24-25: «Que YHWH
te bendiga y te guarde Que YHWH Irradie haCia ti su rostro y te
La gruta de Juan Bautista en Ain Karim
conceda su gracia», La lámina de plata debía de estar enrollada
en un collar y llevada como una especie de amuleto. Esta profe- A los peregrinos les gusta Ir a venerar el lugar de la VISitación en
sión de fe, Israelita es, por tanto, el más antiguo fragmento de Aln Kanm, a 7 km al oeste de Jerusalén, En 1999, un arqueólo-
texto bíblico conocido, al menos Cinco siglos anterior a los ma- go Israelí, Shlmon Glbson, estudió, a 2 km de allí, dos antiguos
nuscntos de Qumrán, estanques unidos a una Cisterna y una galería subterráneas; en
Un reCiente estudio americano, con nuevos medios técniCOS, ha la galería observó un dibUJO grabado en la pared, bastante tos-
podido profundizar el primer estudio y confirmar que la escntu- co: un hombre vestido con una piel de animal con un bastón,
ra data del Siglo VII, Algunos querrían ver en ello una prueba de Glbson reconoCió en él el modelo de las Imágenes de Juan Bau-
que el Pentateuco ya estaba redactado antes del exiliO, pero este tista en el arte bizantino y dató el dibUJO en el Siglo IV, Él explica
texto de bendiCión es independiente y puede haber eXistido per- la gran Cisterna utilizada en el Siglo I como un estanque bautis-
fectamente antes del exiliO, antes de que un redactor sacerdotal mal. ¿Está probada esta tradiCión bizantina en torno a Juan Bau-
lo Insertara en el libro de los Números, después del exiliO, [Mdb tista? Hay que esperar a la publicaCión de las excavaciones para
163, p, 49] abnr un debate científico y comprender mejor el conjunto de las
instalaCiones,
La tradiCión de Juan Bautista en AIn Kanm no procede de los evan-
Las tumbas de Zacarías y Si meón en Jerusalén
gelios, sino de una tradiCión local. Sabemos que en el Siglo v, una
Los peregrinos de Jerusalén conocen bien el llamado sepulcro de IgleSia estaba dedicada allí a santa Isabel, la madre de Juan En la
«Absalón», en el valle del Cedrón, más abajo de la explanada del Edad Media, una IgleSia conmemoraba la casa de Zacarías, y otra
Templo, Data del Siglo I a, C. Recientemente, el P. Émlle Puech, de (hoy latina), la VISitaCión, En la época bizantina, la cnpta de esta
l'École Blbllque de Jerusalén, ha podiO leer en su fachada Inscnp- última pasaba por ser el agujero en la roca que se había abierto
Clones griegas poco vIsibles, Son éstas' «Ésta es la tumba de Za- milagrosamente para ocultar a Isabel y al pequeño Juan de los sol-
carías, mártir, sacerdote muy piadoso, padre de Juan», «El sepul- dados de Herodes, según el Protoevangello de Santiago (Siglo 11),
cro de Slmeón, que era un hombre muy Justo y un anCiano muy [MdB 162, pp, 49-50,1
religiOSO y [que] esperaba el consuelo del pueblo». Se reconoce el
texto de Lc 2,25, pero en una variante palestlnense atestiguada
El lugar del bautismo de Jesús
por el códice Slnaítlco (siglo IV) «religiOSO» en lugar de «piadoso»,
Es la pnmera vez que un texto de los evangelios es encontrado La preparación del Jubileo del año 2000 permitiÓ excavar en Jor-
grabado en un monumento antiguo, danla la onlla onental del Jordán, allí donde la tradiCión fijaba el
Estas InscnpClones datan del Siglo IV, cuando los cnstlanos se es- lugar del bautismo de Jesús. Actualmente, estos lugares resultan
forzaron en localizar todos los recuerdos evangélicos con vistas Inaccesibles a los peregnnos, puesto que el Jordán sirve de fron-
a los peregnnos que afluían Zacarías, padre de Juan Bautista, tera con Israel desde 1948, Los arqueólogos Jordanos han descu-
era considerado entonces como mártir, En efecto, el Protoevan- bierto dos InstalaCiones bizantinas una en el Jordán y la otra a 3
gello de Santiago, apócnfo del Siglo 11, confundió su muerte con km al este
la del sacerdote Zacarías (Siglo VIII a C, cf. 2 Cr 24,20-22), cuyo Se sacaron a la luz vestigios de tres IgleSias suceSivas, de los SI-
asesinato en el Templo recuerda Jesús (Mt 23,35), En cuanto a glos VI Y VII. La última Incorporaba una escalera que llevaba di-
Slmeón, la tradiCión hace de él el sucesor de Zacarías como sa- rectamente al agua, De hecho, permitía a los neófitos subir has-
cerdote en el Templo, Ambos eran venerados Juntos en una Igle- ta el coro de la IgleSia para partiCipar en la eucanstía, En la
sia cercana desde el año 352 hasta después de las cruzadas De- desembocadura del río, un gran estanque parece haber Sido un
saparecida esta IgleSia, una tradiCión Judía, que atnbuía la tumba lugar de bautismos colectiVOs Más al este, remontando el wadl

54
Kharrar hasta su fuente, se encuentra un monasteno bizantino Séforis, cerca de Nazaret
con tres grandes estanques y 105 restos de tres Iglesias Este lu-
La antigua aldea de Nazaret se encuentra a sólo 7 km de la capI-
gar de bautismo a distancia del Jordán susCIta aún vanas pre-
tal de Galilea, Séfons, y sin embargo los evangelios jamás la nom-
guntas no resueltas; no está atestiguado más que por un solo
bran Esta Ciudad fue magníficamente construida, según las re-
texto del siglo VI,
gias del urbanismo romano, por Herodes Antlpas durante la
Es Inútil preguntarse en qué nbera fue bautizado Jesús, El cuar- InfanCia de Jesús; Flavlo Josefa ve en ella «la más poderosa CIudad
to evangelio habla de «Betanla, más allá del Jordán, donde Juan de Galilea», Se construyó sobre una altura que dominaba toda la
bautizaba» (Jn 1,28), pero el Jordán es poco profundo y se vadea llanura de Bet-Netofa; ¿puede ser la «ciudad situada sobre un
fácilmente Por otra parte, en la onlla oCCIdental (perteneciente monte [que] no puede ser ocultada» (Mt 5,14)7 Debía de contar
hoya 105 Temtonos ocupados) eXistía otra InstalaCión monásti- con más de 20,000 habitantes Las excavaCiones, desarrolladas
ca, que está bien representada en el famoso mosaico de Máda- desde hace una veintena de años, han sacado a la luz casas e In-
ba (Jordanla), gran mapa de la Tierra Santa que decoraba el sue- muebles, pero también un teatro de 4 000 plazas, dos mercados,
lo de una Iglesia del siglo VI. A este emplazamiento, antes de 1948, una basílica (centro de negocIos y tnbunal), termas y una peque-
105 gnegos ortodoxos acudían desde Jerusalén para festejar el ña fortaleza, en la Cima de la Ciudad
bautismo de Cnsto cada 6 de enero; el patnarca, en una barca, Séforis, reputada por sus buenas relaCiones con los romanos, es-
celebraba bautismos sumergiendo a los niños en el agua [MdB taba poblada por judíos y paganos Por el Talmud conocemos la
146, pp, 52-53 ] eXistencia de numerosas sinagogas, las dos encontradas hasta
ahora son tardías (Siglos v y VI) Y están adornadas con bellos mo-
La tumba «real» de Jesús saicos (con evocación del Templo, carro del 501 y zodíaco, y sobre
todo la Aqedá de Isaac, como en la sinagoga de Bet Alfa) Por otra
Todo el mundo ha ViStO, al menos en fotografía, la entrada de una parte, aunque algunas casas estaban decoradas con mosaicos con
tumba Judía con la piedra corrida, como, según 105 evangelios, era temas paganos (como las leyendas de DioniSia o de las Amazo-
la de Jesús, e ImagInamos fáCIlmente que estas tumbas eran co- nas), otras presentaban en el subsuelo mlqvé {baños ntuales JU-
mentes Ahora bien, en Judea, de más de 900 tumbas del siglo I díos) excavados en la roca A partir del Siglo 11, la Ciudad adoptó el
a, C al año 70 d, c., no conocemos más que cuatro llamadas «de nombre ofiCial muy romano de Dlocesarea, Como Tlberíades (en
muela (o rueda de molino)>>, Se encuentran en Jerusalén' la tum- la que se está a punto de sacar a la luz un estadiO de época ro-
ba de los Reyes, la de la familia de Herodes y su veCina, cerca del mana), Séfons estaba ampliamente abierta a la cultura grecorro-
hotel Klng David, y otra en el valle del Cedrón Una reciente tesIs mana, a diferenCIa de aldeas como Nazaret [MdB 146, pp, 47-50,
de J -S Call1ou mantiene que sólo la tumba de Herodes es ante- Y número extraordinario, «Sur les pas de Jésus, 1», pp, 26-29]
nor a la muerte de Jesús, y que sería cunoso que José de Anma-
tea hubiera dispuesto para sí mismo una tumba pnnClpesca, La
Auténticas antigüedades falsas
difusión de estas tumbas «de muela» sólo se hará más tarde, es-
peCialmente en Galilea, En octubre de 2002, un descubnmlento arqueológICo hiZO que se
SI los evangelistas, en particular Marcos, hablan de una piedra hablara mucho de él. un osano del Siglo I que tenía una Inscrip-
«muy grande» que debe ser «comda» sería para evocar una tum- ción aramea' «Santiago, hijO de José, hermano de Jesús», El fas-
ba real, la que le habría convenido al Mesías Jesús, ASImismo, el tidio es que se Ignoraba completamente la procedenCia de este
jardín del que habla Juan estaría relaCionado no con una necró- osano, aparecido misteriosamente En Junio de 2003, una comi-
polis ordlnana, sino con una necrópolis real, ,no habla la versión sión de espeCIalistas concluía que se trataba de una falsedad, El
griega de Neh 3,16 del «jardín de la tumba de David» 7 Por otra osano era efectivamente del Siglo 1, pero la Inscnpclón e Incluso su
parte, tenemos el ejemplo de la tumba-Jardín de elro el Grande o pátina eran recientes
del mausoleo de Augusto, La piedra comda no sería, pues, un de- Al mismo tiempo, una tablilla de piedra negra aparecía también
talle deScriptiVO, sino una expresión teológica que subrayaría la fe mlstenosamente en casa de un coleCCionista Tenía una Inscrip-
en Jesús Mesías, verdadero Rey de 105 judíos [MdB 161, p, 46] ción de diez líneas que deScribía las reparaCiones hechas en el tem-

ss
plo de Jerusalen por el rey Joas (803-787 a e) Ahora bien -COIn- en la fabncaClón de antlguedades muy lucrativas O Golan y
CldenCla-, estas reparaCiones son mencionadas en 2 Re 12,5-17 otras cuatro personas fueron Inculpadas en diCiembre de 2004
,era demasiado bonito para ser verdad l Pero el hebreo de la ms- por «falSificación y uso de matenal falsificado» Entre sus otros
cnpClon no era Ciertamente el del siglo IX antes de nuestra era «golpes», un pequeño pomo de cetro de marfil, supuestamen-
te vestigio del Templo de Salomón, que el Museo de Israel (Je-
El Jarro con rosas fue descubierto por la policía Israelí, en el ve- rusa len) había comprado a bastante precIo [MdB 149, pp 62-65,
rano de 2003, en el domiCilio de un tal Oded Golan, especialista 152, P 55, 154, P 57)

Apariciones recientes
J BRIEND (ed), La Terre sainte. Cinquante ans d'archéologie, 2 v dad de este pueblo y de su rehglón del DIOs úmco aparece en la me-
Compact París, Bayard, 2003 dlda en que se evocan las rehglOnes vecmas
Desde hace unos 50 años, la revista Blble et Terre Samte, conver-
tida en 1978 en Le Monde de la Blble. no deja de pubhcar descu- FLORENTINO DIEZ FERNANDEZ, El Calvario y la cueva de Adán Es-
bnmlentos arqueológicos de los países bíblIcos Estos dos volú- tella, Verbo DIVIno, 2005
menes recorren toda la reglón, de norte a sur (l Del Jordán a Se trata de un trabajO que recoge los resultados de la mvestlgaclón
Samaría,2 De Judea al Smaí) seleCCIOnando los mejores artículos arqueológica de Florentmo Díez dentro del complejO baSilical del
sobre cada lugar (frecuentemente redactados por los propIOS exca- Santo Sepulcro El autor, ayudándose del análiSIS de la tradiCión y de
vadores) y poméndolos al dIa SI es necesano Se reproducen ma- las fuentes hlstóncas, aporta nueva luz a la larga y muy debatida cues-
pas y planos, pero eVidentemente no las fotos Esta obra reúne lo tión de la autenticidad del CalvarIO Incluye numerosas fotogra[¡as e
esenclaJ de Jos conocimientos arqueológico, con vistas a un pú- ilustraCIOnes
bhco ampho, resulta mdlspensable para cualqUier aproximación
hlstónco a la Biblia JOAQuíN GONZALEZ ECHEGARAY, Pisando tus umbrales, Jerusalén.
Historia antigua de la ciudad Estella, Verbo DIVIno, 2005
J BRIEND / A CAUBET / P POUYSSEGUR, Le Louvre et la Bible Pa- El arqueólogo Joaquín González Echegaray mVlta a adentrarse en la
rís, Bayard, 2005 CIUdad Santa por excelenCia a través de su hlstona y de los trabajOS
He aquí 45 objetos escogidos entre las coleCCIOnes de AntIguedades arqueológicos que la Ilumman Un acercamiento nguroso y ameno
onentales del Louvre y presentados sucesivamente por dos arqueó-
logos y un blblista Este ongmal recorndo nos lleva a atravesar los «Sur les pas de Jésus, 1» (MdB, número extraordmano, marzo de
milemas del Próximo Onente en diálogo con la Biblia A lo largo de 2005) presenta todos los lugares de los evangehos en Gahlea, Sama
las culturas y los remos, desde -7000 al Siglo VI de nuestra era, la Vida ría y Judea, un segundo número extraordmano (septiembre de 2005)
del antiguo Onente es la que aflora por mediO de las Imágenes de las lo completa dedicándose a Jerusalén Estos dos números contienen
estelas, los bajorrelieves y las estatuas mitos de creaCión, Imágenes Igualmente artículos ongmales sobre la geo-teología de los evange
de dIOses y de religIOnes, Imagenes de hombres (reyes, vlctonas, pa- listas (su teología de los desplazamientos de Jesús, cf ya O ARTUS,
laCIos, tumbas, etc) Los testlmolllOS de la Blbha sobre el antiguo Is- Geografía de la Blblla Cuadernos Bíblicos 122 Estella, Verbo DI
rael son así situados en su verdadero contexto hlstónco, la ongmali- vmo, 2005, pp 57-61)

56
El libro de Judit o La guerra y la fe. Los artistas han exaltado con frecuencia a la hermosa
judla cortando la cabeza del oficial que quena abusar de ella Pero el libro de JUdit, vlendolo
de cerca, no se limita a esta escena Este es un comentano de lectura agll para gustar de sus
resortes y sus sorpresas Preocupado por el anclaje hlstonco, remite tamblen a la escntura
blbllca en sus multlples evocaciones la argucia de Tamar, la gesta de Yael, la lucha de David
contra Gollat, la Intervenclon de Ablgall Trata aSI de tipificar una nueva literatura en el cruce
entre el mundo helenlstlco y la tradiClon del judalsmo En efecto, en el siglo II a e , el libro de
Judit es un buen ejemplo de «lnculturaClon"

Autor Daniel Dore

'El hbro de Judit "4"=tOs proyectos de Judit (8,1-10,10) 25


o La guerra y la fe 3 • Una viuda
5 - Judit y Holofernes (10,11-13,10) 33
1 - Nabucodonosor el conquistador (1,1-2,13) 9 • En el campamento enemigo
• Un poder Invencible • La noche del banquete
• La mlslon de Holofernes 6 - Las consecuencias de la victoria
2 - La campaña de Holofernes (2,14-6,13) 13 de Judit (13,10-16,25) 41
• Ciudades conquistadas ciudades sometidas • Regreso a Betulla
• Israel se prepara para la guerra • El tnunfo de Judit
• Los aSlnos rechazan aAJlor • Una viuda famosa
3- El asedio de Betulia (6,14-7,32) 19
• Los judaltas recogen aAjlar Concluslon 50
• Holofernes se prepara para el ataque Para saber mas 52
• La ciudad asediada Lista de recuadros 52

Excursus Flcclon e hlstona, el sumo sacerdote Actualidad


Joaquln/Alclmo Boletln Arqueologla y Biblia 53

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wwwverbodlvlno es

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