Baños de Sal
Baños de Sal
Baños de Sal
La descripción más temprana sobre los diferentes tipos de sales, sus empleos y métodos de
extracción fue publicada en China alrededor del 2700 A.C. Hipócrates indicaba a sus discípulos el
uso de agua salada para curar diversas dolencias, sumergiendo a los pacientes en agua de mar.
Me sorprendo a veces de todo lo que Hipócrates ya sabía… Los antiguos griegos continuaron
empleando este tratamiento y en 1753 el médico inglés Charles Russel publicó “The Uses of Sea
Water”.
Las sales de baño cambian el balance osmótico del agua, por lo cual menos agua es absorbida
por la piel mediante el fenómeno de ósmosis. Lo que ocurre es lo contrario, eliminamos agua con
sales y toxinas desde dentro hacia fuera, es decir, sacamos toxinas desde el interior de nuestro
cuerpo. La ósmosis es un fenómeno físico relacionado con el movimiento de un solvente a través
de una membrana semipermeable, que en este caso sería nuestra piel que sabemos que es
porosa. Tal comportamiento supone una difusión simple a través de la membrana, sin gasto de
energía. La ósmosis del agua es un fenómeno biológico importante para el metabolismo celular
de los seres vivos.
Cabe mencionar que algunas sales de baño tales como los fosfatos tienen una acción detergente
que ablanda piel encallecida y ayudan a la exfoliación . No os recomiendo las sales de baño que
no sean orgánicas, aunque mi consejo es que uséis sal marina lo más pura posible, comprada en
la salina si es posible ya que desde 2010, ha habido crecientes preocupaciones sobre un nuevo
tipo de abuso de sustancias en el nombre de “sales de baño”. Son análogos de anfetamina beta-
cetona y son derivados de la catinona, un análogo de la anfetamina natural que se encuentra en
la planta de “khat” (Catha edulis). Efectos observados con la ingesta incluyeron aumento de la
energía, la empatía, la apertura, y aumento de la libido. Efectos adversos graves notificadas con
intoxicación incluidos los signos y síntomas cardíacos, psiquiátricas y neurológicas. No se sabe
mucho acerca de la toxicología y metabolismo de estos compuestos. Ellos inhiben la recaptación
de monoamina (dopamina, norepinefrina, etc.) y actúan como estimulantes del sistema nervioso
central con alto aditivo y potencial de abuso debido a sus similitudes clínicas y bioquímicas a los
efectos del uso de la cocaína, anfetamina, y 3,4-metilendioxi-N -methylamphetamine. También se
han reportado muertes asociadas con el uso de estos compuestos. Se presenta un caso de lesión
renal aguda asociada con el uso de píldoras “sales de baño” que mejoraron con la hemodiálisis.
En cuanto al Bicarbonato de Sodio, es una sal sin refinar y que se encuentra en la naturaleza, con
lo que es también un gran aliado para nuestro baño. Lo recomiendo mucho a mis pacientes
oncológicos. En un estudio (publicado en Journal of the American Society of Nephrology) sobre
134 casos de Insuficiencia Renal grave el Dr. Yaqoob encontró que: “Los pacientes que tomaron
bicarbonato de sodio fueron menos propensas a desarrollar una Insuficiencia Renal Terminal
(ESRD), que hace que las personas necesiten someterse a diálisis para sobrevivir. Además, los
que tomaban el bicarbonato de sodio también tuvieron mejoría en varios parámetros de nutrición.
Y, a pesar de que sus niveles de sodio subieron, ellos no experimentaron aumento de la presión
arterial”. Debe saber que incluso una pequeña disminución de la función renal puede duplicar el
riesgo de desarrollar una enfermedad cardiovascular. Los beneficios del bicarbonato de sodio
fueron evidentes y probados para el equipo del Dr. Yaqoob.
Todos podemos disfrutar de un baño con dos kilos de sal, yo por ejemplo suelo darme uno todos
los domingos, pero es especialmente recomendable en pacientes con problemas renales, ya que
se realiza una diálisis percutánea, reuma, artrosis, artritis o cualquier enfermedad articular,
régimen post-operatorio, enfermedades ginecológicas, infecciones recurrentes, mordeduras de
insectos, ampollas o heridas, dermatitis, psoriasis, para afecciones de piel es espectacular, en los
hongos de los pies, mareos, congestión nasal, dolor de garganta, en el edema o retención de
líquidos, y por su puesto en pacientes oncológicos, entre otros. Además es un gran desinfectante,
se ha utilizado como un potente antibiótico.
Cuando te sumerges en un baño con 2 kilos de sal, donde el agua está caliente enseguida se le
dilatan los poros de la piel y cuando este agua supera la concentración salina de nuestras células,
(9,4 mg/L) se produce el fenómeno llamado ósmosis de forma que el agua de nuestro cuerpo sale
arrastrando toxinas y minerales a través de los poros hacia el exterior, con lo que también la sal
sale fuera del núcleo de las células y éstas se alcalinizan, induciendo el suicidio de las células
tumorales las cuales viven en un medio acidificado.
El Dr. Martí Bosch afirma que el agua caliente dilata los poros de la piel y éstos se abren, y el
organismo transpira eliminando anhídrido carbónico (CO2) a la vez que expulsa grasas,
amoníaco y ácido úrico. Y todas esas fracciones ácidas que eliminamos a través de la piel en la
bañera ya no necesitan ser desechadas por los pulmones, los riñones y el hígado con lo que les
evitamos que tengan que filtrarlas ellos. Basta agua caliente y dos kilos de sal marina en la
bañera para configurar un mecanismo sencillo de alcalinización rápida –media hora de baño
diario bastan- a disposición de cualquiera. Tales baños suponen una diálisis percutánea, una
especie de pulmones, riñones e hígado artificiales de alto rendimiento y bajo coste.
Para personas mayores que no puedes entrar en la bañera el Dr Bosch nos propone otra opción
que transcribo tal cuál porque no tiene desperdicio: “Basta que se siente en una silla, coja un
barreño pequeño donde quepan unos diez litros, eche en él agua caliente y un cuarto de kilo de
sal marina para mantener la proporción de la que hablábamos y lo disfrute. Es verdad que la
superficie corporal expuesta es menor pero tres baños de pies al día equivalen a un baño
completo. Puede hacer por tanto diez minutos por la mañana, diez al mediodía y diez por la tarde-
noche. Y respecto a la temperatura siempre les digo a los pacientes que deben sentirse a gusto.
Hay personas a las que les va bien 25 grados y otras a las que les van 30. Con 30 grados a la
sombra ya se suda… y la cuestión es sudar. Redescubramos a Galeno, o si se quiere, a nuestras
abuelas que curaban siempre con cuatro elementos. Lo primero que hacían nuestras abuelas en
cuánto decías ¡ay! -y daba igual lo que te ocurriera- era prepararte una lavativa. Y luego nos
daban un caldo de pollo o gallina, o un caldo de verduras, o una compota de manzana o pera, o
un arroz caldoso, y con eso -la lavativa y el caldo- ya tenían su cura de aguas. El tercer pilar que
proponían era una buena sudada. Todo lo arreglaban con una buena sudada. Cuando las abuelas
no tenían bañera -lo comprobé cuando ejercí la medicina rural en la comarca de la Segarra en
Barcelona- ponían agua a hervir, llenaban botellas de cristal con el líquido a 70-80º, las envolvían
con toallas -para que el cristal no quemara la piel- y colocaban luego tres botellas a cada lado del
enfermo añadiendo cuatro mantas encima. ¡Y no veas tú qué sudada! Bueno, también usaban
hierbas medicinales porque a diferencia de la generación actual conocían bien sus propiedades
terapéuticas.”
Mi consejo es que os deis un baño da sal semanal si estáis sanos, pero si padecéis alguna
patología renal o oncológica, autoinmune, os deis dos o tres a la semana o hasta un baño diario..
Además si os lo dais por la noche notareis que dormiréis mucho mejor.
FUENTES CONSULTADAS:
Bath salt intoxication causing acute kidney injury requiring hemodialysis. Department of Internal
Medicine, University of Missouri, Columbia, Missouri 65212, USA. regunathh@health.missouri.edu