Ensayo de Verbum Domini
Ensayo de Verbum Domini
Ensayo de Verbum Domini
La lectio divina, va llevando a todos los fieles, a construir unas bases sólidas y firmes de la
una espiritualidad autenticaautentico cristiana, una vida llega de un amor entregado al
señor, llegado unos contextos de la vida cristiana, como pilar la sagrada escritura, esto debe
de ir también orada como lo diría san Agustín «Tu oración es un coloquio con Dios.
Cuando lees, Dios te habla; cuando oras, hablas tú a Dios». donde es ir, construyendo la
intimidad con el señor por medio de la palabra que oímos, escuchamos, y se hace resonar
en el corazón del hombre.
Como leemos y oramos la palabra de Dios, es por medio del santo espíritu que va
penetrando en el fondo del corazón, donde nos hace ver y escuchar, lo que el señor nos
quiere decir, la lectio divina, nos de llevar a tomar la sagrada escritura, como el alimento
diario de nuestra vida de formación o también para los pastores de la Iglesia.
La sagrada escritura, toma lugar muy importante en la sagrada eucaristía, puedo decir que
la voz de Dios que los habla, y la iglesia nos propone dos formas de entender la palabra de
Dios, dentro de la eucaristía, es una lectura orante personal y comunitaria.
Para hacer una lectio divina, aquí que partir de un texto bíblico, lo va conducir a una
meditación , en el cual que dice texto propuesto, es llevarlo a nuestras vidas para que así, la
palabra de Dios se haga oración , es un momento de petición, intercesión, agradecimiento
y alabanza y por último, contiene una contemplación, este momento llega al lugar de la mente
y el corazón, donde queda la semilla de la cual es la lectio divina.
Por ultimo la palabra de Dios, llega a nuestra vida como la semilla esparcida, en cada eucaristía lo
podemos evidencia a lo largo de la vida, cuando cincelados el señor da por medio de los pastores
de la iglesia. la palabra de Dios persevera en la vida siempre y cuando uno está dispuesto a dejarse
orientar.
Quiero terminar con esta frase san Ambrosio, cuando tomamos con fe las Sagradas Escrituras
en nuestras manos, y las leemos con la Iglesia, el hombre vuelve a pasear con Dios en el
paraíso.