Bracio, Salvador C Hotel Las Rocas
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Bracio, Salvador C Hotel Las Rocas
Apel. Civil y Com. De Mar del Plata, sala II, “Barcio, Salvador R.
c/Hotel Las Rocas s/Sociedades s/Incidente de apelación del art. 250
del C.P.C.C.”, 16.10.2008
Fecha: 16/10/2008
Partes: Barcio, Salvador R. c/Hotel Las Rocas s/Sociedades s/Incidente de apelación del art.
250 del C.P.C.C
Cita: IJ-XXXII-65
SUMARIOS
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5. Exigir que el interés del accionista impugnante debe compadecerse con el interés social
y que no pueda resguardar un interés personal o individual, constituye un criterio que
puede ser puesto en duda cuando estamos ante una sociedad anónima cerrada, ya que
en las sociedades cerradas se hace aun más necesario el amparo de las minorías ante la
inexistencia del mercado para la colocación de sus acciones.
TEXTO COMPLETO
Considerando:
I.- Las presentes actuaciones caratuladas: "Barcio Salvador R. c/Hotel Las Rocas s/Sociedades
s/Incidente de Apelación art. 250 del C.P.C." traídas a despacho para resolver el recurso de
apelación deducido por la parte demandada a fs. 159 del presente expedientillo contra la
resolución que en copia luce a fs. 102/106.
II.- Que en la resolución cuestionada -en lo que interesa al recurso en tratamiento- el Sr. juez a
quo resolvió, hacer lugar a las medidas cautelares peticionadas por el demandante en el punto
XII de su libelo inicial y, en consecuencia, decretó: a) la suspensión provisoria de los efectos de
la resolución asamblearia impugnada, de fecha 28 de septiembre de 2006, hasta tanto se
resuelva definitivamente en cuanto a la validez de la misma y b) la prohibición de innovar
sobre el estado de la cuenta "resultados no asignados".
Para así decidir señaló que se encontraban prima facie acreditadas la verosimilitud del derecho
y el peligro en la demora -y el carácter de accionista del peticionario- de conformidad con lo
dispuesto por el art. 251 de la Ley Nº 19.550, en tanto en la asamblea impugnada se aprobó la
asignación de una suma casi equivalente al 50% de las ganancias correspondientes al ejercicio
2005/2006 a la cuenta resultados no asignados, sin discriminar ni detallar con que finalidad se
mantiene dicha cuenta, la cual, además de lo que surge de los balances aprobados, excede
notoriamente la suma en concepto de capital de la sociedad, transgrediendo -en principio- lo
dispuesto por el art. 70 de la ley citada.
Sumado a ello destacó que se encontraba acreditado a estas alturas del proceso, mediante
documentos indubitables, la aprobación de honorarios al directorio en una suma
desproporcionada con relación a los dividendos distribuidos (art. 261, Ley Nº 19.550).
III.- Que en el memorial obrante a fs. 263/283 expresa sus agravios el recurrente.
Luego de realizar una "aclaración preliminar" que entiende " fundamentales para enmarcar el
pedido cautelar del Sr. Barcio", explicita las cuestiones que constituyen la base de su critica
(punto IV del memorial, fs. 269 vta).
En esa tarea en el punto IV a), refiere: a) que no se dan las condiciones previstas en el art. 252
de la LSC, concretamente porque no hay perjuicio para la sociedad, b) que la resolución es nula
en tanto no identifica cu les son las resoluciones suspendidas, c) que la suspensión de la
aprobación de los estados significa impedir el giro normal de la sociedad, paralizando la vida
social lo que importa un exceso inadmisible e improponible para lo que se considera la
ortodoxia societaria; d) que no es posible suspender la aprobación de una gestión; e) que el
mantenimiento de las medidas significa que jamás se podría modificar la situación contable ya
consolidada, ni siquiera a través de la norma del art. 253 de la ley de sociedades que permite
revocar cualquier asamblea anterior, f) que las medidas en tanto impiden el desenvolvimiento
futuro de la sociedad resulta inconstitucional porque conculca el derecho de propiedad.
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En el punto IV b señala que los tribunales especializados se oponen al dictado de medidas como
las decretadas, alega acerca del perjuicio irreparable que causa a la sociedad la resolución
apelada y realiza consideraciones con pie en la jurisprudencia cuya parte pertinente transcribe.
Aduce que el demandante trata de sacar provecho a un cambio de criterio de la I.G.J. en una
resolución técnica que no rige en la provincia de Buenos Aires al decir que las ganancias se
debieron capitalizar o constituir reservas o distribuir pero no enviarse a una cuenta de
resultados no asignados.
Cuestiona tal aserto, sosteniendo que en el caso había una justificación para no distribuir las
ganancias que es la realización de una obra que podrá incrementar en casi un 50% la
rentabilidad del hotel, que el accionante conoce.
La fundamentación obtuvo su réplica a fs. 366/379, a cuyos términos nos remitimos en honor a
la brevedad.
IV.- Ingresando al tratamiento del recurso, señalamos como primera medida que los jueces no
están obligados a tratar todas las argumentaciones propuestas por las partes, sino que basta
que hagan mérito de aquéllas que consideren más adecuadas para sustentar sus conclusiones
(CSN noviembre 8-1981. "Dos Arroyos SCA c/Ferrari de Noailles", en Actualización de
Jurisprudencia", N.1440. La Ley, 1981-D, pág. 781).
Con esa aclaración recordamos que el a quo resolvió el dictado de la medida cautelar teniendo
por acreditada "prima facie" la verosimilitud del derecho y el peligro en la demora -y el carácter
de accionista del peticionario- de conformidad con lo dispuesto por el art. 251 de la Ley Nº
19.550, valorando que en la asamblea impugnada se aprobó la asignación de una suma casi
equivalente al 50% de las ganancias correspondientes al ejercicio 2005/2006 a la cuenta
resultados no asignados, sin discriminar ni detallar con que finalidad se mantiene dicha cuenta,
la cual -además- excede notoriamente la suma en concepto de capital de la sociedad,
transgrediendo -en principio- lo dispuesto por el art. 70 de la ley citada.
A su vez, concluyó que se encontraba acreditado a estas alturas del proceso, mediante
documentos indubidables, la aprobación de honorarios al directorio en una suma
desproporcionada con relación a los dividendos distribuidos (art. 261, Ley Nº 19.550).
Con sustento en ello dispuso, en lo que a los límites del recurso interesa, la suspensión
provisoria de los efectos de la resolución asamblearia impugnada, de fecha 28 de septiembre de
2006, hasta tanto se resuelva definitivamente en cuanto a la validez de la misma y b) la
prohibición de innovar sobre el estado de la cuenta "resultados no asignados".
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Alterando el orden expuesto en la extensa memoria que funda el recurso en tratamiento
señalamos como primera medida, y por razones de lógica procesal, que la resolución atacada
no es nula como pregona el apelante.
El primer argumento utilizado por el a quo se refiere a la distribución de casi el 50% del
resultado del ejercicio 2005/2006 a la cuenta resultados no asignados, sin discriminar ni
detallar con que finalidad se mantiene dicha cuenta y que -además- excede notoriamente la
suma en concepto de capital de la sociedad, transgrediendo -en principio- lo dispuesto por el
art. 70 de la ley citada.
En este punto el esfuerzo argumental del apelante se direccionó -en definitiva- a justificar la
necesidad de esa cuenta de resultados para la realización de obras en el hotel "Las Rocas" que
le permitiría en el corto plazo incrementar -según su postura- en un 50% los ingresos de la
sociedad. A su vez, refiere que esa era una práctica habitual en la historia de la sociedad.
Destaca en este punto el interés de la sociedad y menciona la inexistencia de uno de los
presupuestos necesarios para el dictado de la medida cautelar en tratamiento: la falta de
motivos graves para la sociedad.
La pieza procesal que funda el recurso en tratamiento, en lo que hace a la justificación de esa
distribución así como la del mantenimiento y entidad de esa cuenta, en algunos de sus pasajes
se asemeja mas a una contestación de demanda que al memorial que, como carga procesal,
impone sobre la parte apelante el art. 260 del ordenamiento procesal, en él se destinan
recursos argumentales a desvirtuar la fundabilidad de la pretensión y es en gran número de sus
pasajes, una réplica de la contestación de la demanda.
Si bien a este tribunal no escapa que por ese conducto se puede llegar a desvirtuar uno de los
presupuestos de la medida cautelar, no debe olvidarse que la fundamentación de un recurso
debe contener, en esencia, la critica concreta y razonada de los argumentos expuestos por el
juez en la resolución cuyo ataque se intenta, apuntando a erosionar los fundamentos que el a
quo utilizó para sostener el acto procesal cuestionado, de manera tal que se logre poner en
evidencia la existencia de un error.
Esta actividad, en cuanto es revisora, limita su ámbito al análisis de los elementos que el juez
valoró al momento de dictar la cautela y bajo el prisma de la crítica que se ensaye. Es en este
punto que el tribunal advierte que el demandado, al fundamentar su recurso, dejó librada la
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acreditación de ciertos extremos a una actividad probatoria posterior, lo que nos lleva a
descartar esos argumentos en el tratamiento de este recurso.
Efectuada esa aclaración, entendemos que, pese al destacable esfuerzo del laboreo profesional
del apoderado de la sociedad demandada, aquél modo de razonar expuesto por el a quo se
mantiene incólume en el decisorio sometido a revisión.
El dividendo es propuesto por el directorio, sobre la base del resultado del ejercicio (balance) y
de las perspectivas de la empresa, previsibles, según los términos de la memoria (conf.
Halperin, Sociedades Anónimas, Depalma, Bs. As. 1974, pág. 362).
En nuestro derecho, determinada la utilidad resultante del balance aprobado hay que definir
hasta dónde puede restringirse el derecho abstracto del socio a que tal utilidad sea distribuida.
La ley de sociedades procura amparar el derecho individual de los socios imponiendo pautas de
condicionamiento a la voluntad social en el sentido de que toda formación de reservas (esto es,
toda indisponibilidad de la utilidad) debe estar fundamentada en la "razonabilidad" y el criterio
de la "prudente administración" que compete al juez determinar en caso de conflicto entre
socios (conf. Rovira, Alfredo, "El derecho al reparto anual de utilidades y su protección", ED 89-
1980, pág. 474).
El art. 70 autoriza la formación de "otras reservas que las legales, siempre que sean razonables
y respondan a una prudente administración", lo que exige su manifestación para el debido
control asambleario y su eventual impugnación (conf. Halperin, Sociedades Anónimas,
Depalma, Bs. As. 1974, pág. 493).
Esa manifestación se obtiene en la memoria donde el directorio debe expresar las "razones por
las cuales se propone la constitución de reservas explicadas clara y circunstanciadamente" (art.
66 ap. 3º Ley Nº 19.550; ver considerandos Res. Nº 6/2006 I.G.J.).
Con meridiana claridad Otaegui y Halperin señalan que "con estos recaudos, la ley persigue
impedir la acumulación de reservas en desmedro de los accionistas ajenos al grupo controlante,
grupo que obtiene remuneración de su inversión por otras vías (retribución por desempeño de
cargos sociales, v.g. -art. 261-), lo que cobra mayor gravedad en las sociedades cerradas, cuyas
acciones carecen de un mercado, y así imponen al accionista la enajenación de precio inferior al
valor real, para recuperar - aunque sea con pérdida- un capital no fructifero (conf. Otaegui, Julio
- Halperin, Isaac, "Sociedades Anónimas", LexisNexis Nº 5701/003461; ver también Olivera
García, Ricardo "Responsabilidad de las mayorías por retención de dividendos", RDCO, 1986,
Año 19, Depalma, Buenos Aires, pág. 842 y ss.).
Si puede considerarse reservas a toda sustracción del resultado de la explotación para afrontar
pérdidas eventuales previsibles (conf. Halperin, Sociedades Anónimas, Depalma, Bs. As. 1974,
pág. 494), las mismas, con independencia de las clasificaciones contables que puedan hacerse
teniendo en cuenta la expresión con que se las individualice en los balances, deben obedecer a
las pautas de razonabilidad y prudente administración (arg. art. 70, Ley Nº 19.550).
Es que, como apunta Nissen, la "única manera de diferir la distribución de ganancias entre los
socios, conforme a los claros parámetros de la Ley Nº 19.550, lo constituye la constitución de
reservas libres o facultativas, cuyos requisitos de constitución vienen impuestos de manera
imperativa por los arts. 66, inc. 3º y 70 de la Ley Nº 19.550, de lo que se sigue que no puede
haber retención de ganancias sin afectación especifica, porque ello es contrario a la causa del
contrato de sociedad y torna ilusorio el derecho esencial de los socios a participar en las
ganancias sociales" (Nissen, Ricardo Augusto "La contabilidad creativa. Algunas reflexiones
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sobre la cuenta de resultados no asignados del patrimonio neto y otras partidas de los estados
contables", diario LL, 8/06/2002).
En el caso de autos, un examen provisorio de los elementos hasta ahora arrimados, permite
advertir como probable que la afectación de la suma de $ 268.551,76 -sobre una ganancia que
arrojó el ejercicio de $ 569.418-, a una cuenta de resultados no asignados conformaría una
detracción de las utilidades que, independientemente de la denominación dada por la sociedad
apelante así como de su existencia previa, importaría una reserva facultativa.
Al razonar provisoriamente así, con igual precariedad se puede considerar como probable que
el motivo que la inspiró debió expresarse en forma clara y detallada en la memoria,
condicionada a resultar -a la par- razonable y responder a una prudente administración (arg.
art. 66 ap, 3º y 70 de la Ley Nº 19.550).
Para analizar provisoriamente tal extremo en la especie debe acudirse a la memoria (arg. arts,
66 ap. 3º Ley Nº 19.550), y es en este punto que lo expuesto por el apelante pierde todo apoyo
en lograr el demérito de la cautelar, sin perjuicio de su valoración final luego de producida toda
la prueba.
Es que la lacónica memoria cuya copia obra a fs. 51 permite dudar de la efectiva posibilidad de
contralor de los socios y -al menos prima facie- no se advierte el cumplimiento de los recaudos
del art. 66, inc. 3º de la Ley Nº 19.550.
Tampoco permite a este Tribunal, en este pasaje cautelar del proceso, evaluar -prescindiendo
de su denominación- si la asignación de $ 268.551,76 de un ejercicio de $ 569.418 a una cuenta
de estados de resultados, resulta razonable y responde a una prudente administración de
manera que legitime la limitación en el reparto de utilidades.
De lo hasta aquí expuesto concluimos que quedan desplazadas en este estadio cautelar las
alegaciones del apelante efectuadas en su responde de demanda y en su fundamentación del
recurso, sobre el destino de esos fondos y las obras que se preanuncian, como también el
efectivo conocimiento de esas circunstancias por parte del actor, desplazamiento que, en su
caso, quedar eventualmente imbricado en la actividad probatoria posterior y su consecuente
juzgamiento, pero que de momento no dejan de ser afirmaciones sin respaldo idóneo alguno
que permitan echar luz sobre la austera parquedad que el directorio le imprimió a su
obligación impuesta por el art. 66, inc. 3º de la Ley Nº 19.550 y que, como lógica consecuencia,
no hacen mella en el razonamiento de la providencia cautelar de la colega de la anterior
instancia.
Repárese que no se aprecia desde la exclusiva y provisoria perspectiva cautelar solo simples
razones de legalidad en orden al cumplimiento de la obligación impuesta en el art. 66, sino que
esto lleva de la mano inescindiblemente a uno de los pocos supuestos en que la ley autoriza la
revisión judicial de decisiones asamblearias por razones de mérito o conveniencia societaria
(conf. Otaegui, Julio, citado por Alegría, Héctor en "El abuso de la mayoría y de minoría en las
sociedades anónimas", Revista de Derecho Privada y Comunitario, Nº 16 - Abuso del Derecho,
Ed. Rubinzal-Culzoni Editores, pág. 334/333).
Por lo demás, que ese modo de proceder haya sido una conducta mantenida en forma constante
en el pasado de la sociedad, mas aún, que haya sido consentida por el actor, no deja de ser una
afirmación que, al menos en esta etapa, y a los fines de la cautelar, no se puede apreciar -en este
momento- en su real extensión, de allí la imposibilidad que ese argumento pueda gravitar
negativamente en la intensidad de la verosimilitud en el derecho que el a quo ha advertido
como presente, máxime cuando por regla, la sola pasividad o silencio frente a ilegalidades del
pasado no veda la oposición a nuevas violaciones de la ley, incluso cuando éstas sean idénticas
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a aquéllas (conf. Cám. Nac. Com., Sala A, 3 de Mayo de 2007, "Multicanal SA c/Supercanal
Holding SA s/Sumario"). Ello claro está sin perjuicio de lo que se pruebe y lo que se valore en
las etapas correspondientes.
En torno a la alegada inexistencia de los motivos graves que, como requisito propio impone el
art. 252 de la Ley Nº 19.550, señalamos que no le asiste tampoco razón al apelante.
Los motivos graves a que se hace referencia en la normativa especifica importan un requisito
que otorga mayor exigibilidad al genérico de la verosimilitud en el derecho y significa una
valoración de las posibles consecuencias en no adoptar la suspensión solicitada de manera de
que si no se otorga el daño al interés protegido "puede" ser, con grado de probabilidad,
importante (conf. Reggiardo, Roberto Sergio "La suspensión cautelar de la decisión de
asamblea y los intereses involucrados", LL, Litoral, 2007-1035 ).
Sobre la inexistencia de afectación del interés social explica Nissen, que la jurisprudencia
capitalina ha dictado una serie de fallos que, equivocadamente, han restringido la procedencia
de la medida cautelar prevista por el art. 252 de la Ley Nº 19.550 a la lesión del interés social
por parte del acuerdo asambleario atacado de nulidad, descartando del ámbito de dicha norma
a las decisiones sociales que afecten intereses particulares de los peticionarios de la medida,
indicando como precursora de esta corriente a la sala E de la Cámara Nacional de Apelaciones
en lo Comercial de la Capital Federal en los autos "Grosman, Hugo c/Los Arrayanes SA" del 23
de septiembre de 1986. (conf. autor citado, "Impugnación judicial de actos y decisiones
asamblearias", Ad Hoc, Buenos Aires, 2¦ edición actualizada, 2006, pág. 242 y ss.).
En una postura critica de esa jurisprudencia, el mencionado autor señala que se incurre en el
error de no comprender, dentro del concepto de interés social, al legitimo ejercicio de los
derechos sociales por parte de todos quienes integran el ente social, pues -sostiene- es tan
nociva para el "interés objetivo" de la sociedad la decisión asamblearia que afecta el patrimonio
del ente, como aquélla que suprime o menoscaba el ejercicio de cualquiera de los derechos
inderogables de los socios (autor y ob. cit. pág. 243).
Sostiene el prestigioso jurista que la jurisprudencia aludida cae en una inadmisible confusión,
pues en la defensa de los ejercicios de los derechos de información, de deliberación o de voto
no está sólo comprometido el "interés particular" de los socios o accionistas, sino el interés de
la propia sociedad, pues cabria preguntarse de qué manera puede ser ajena al interés social la
actitud obstruccionista del grupo de control que evita o menoscaba el ejercicio de tales
derechos por parte de algún integrante de la sociedad , y que optando por proteger los
derechos de las personas físicas que la componen, se protege también a la sociedad, y por lo
tanto, cuando se tutela el respeto de los procedimientos, se defiende la estabilidad de las
decisiones de los órganos societarios, la seguridad de las relaciones jurídicas y de tal modo se
preserva los derechos de la sociedad en su integridad (conf. autor cit. pág. 243 y jurisprudencia
allí citada; Llantada, Gastón Fernando - Nissen, Ricardo A. "Claves para entender la reticencia
de algunos jueces para la concesión de medidas cautelares societarias", LL, 1998-B-1282),
concluyendo que esta es la postura que mejor concilia todos los intereses en juego.
En sentido concordante, y al abordar el interés social Halperin señalaba que "la distribución de
ganancias es interés común y no individual del socio" (Halperin, Isaac, "Sociedades Anónimas".
Desalma. Buenos Aires, 1974. pág. 187).
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Por lo demás, exigir que el interés del accionista impugnante debe compadecerse con el interés
social y que no pueda resguardar un interés personal o individual, constituye un criterio que
puede ser puesto en duda cuando estamos ante una sociedad anónima cerrada (conf. "Cám.
Nac. Com., Sala E, mayo 12 de 2006 "Kahl, Amalia Lucia c/Degas Sociedad Anónima s/sumario")
ya que en las sociedades cerradas se hace aun más necesario el amparo de las minorías ante la
inexistencia del mercado para la colocación de sus acciones, quedando así a merced de la
mayoría (conf. Forestier, Juan Carlos "Nulidad de la resolución asamblearia que decide el
aumento de capital con fundamento en el abuso de derecho de la mayoría", LL, 1985-D-972).
Es por ello que juzgamos configurado el requisito establecido en el art. 252 de la Ley Nº 19.550
en la especie.
En efecto al analizar el escrito de fundamentación del recurso -en lo que a los honorarios
determinados por la asamblea se refiere- se advierte que no contiene una sola línea que rebata
adecuadamente el argumento expuesto por el a quo, esto es que se encontraba acreditada la
aprobación de honorarios al directorio en una suma desproporcionada con relación a los
dividendos distribuidos (art. 261, Ley Nº 19.550).
La única referencia en este punto, que se ensaya mas a modo de justificación que de critica que
demuestre un error, es el presunto beneficio impositivo que obtuvo la sociedad por descontar
el "máximo que permite deducir la ley del impuesto a las ganancias" y que "por tanto la
sociedad se benefició en un 35% del honorario votado en exceso del 5%" (ver fs. 269), la que
no se dirige a cuestionar puntualmente la valorada desproporción de los honorarios del
directorio con relación a los dividendos distribuidos conforme la normativa del art. 261 de la
Ley Nº 19.550 que efectuara el anterior sentenciante (art. 260 del C.P.C.C.).
Entendemos que lo expuesto hasta aquí tiene una entidad tal que permite mantener la cautelar
dispuesta por el juez de la anterior instancia, aunque con un alcance distinto en orden a lo que
seguidamente se expondrá.
En efecto, el orden del día presenta varios puntos a tratar por la asamblea, va de suyo que la
suspensión decretada por el juez no puede entenderse extensiva al primero de ellos, referida a
la elección de dos accionista para firmar el acta.
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El segundo orden del dia se refiere a la "consideración de los documentos del art. 234, inc. 1º de
la Ley Nº 19.550 por el ejercicio cerrado el 30 de junio de 2006", que obtuviera aprobación en
la cuestionada asamblea.
Los documentos que se refiere el art. 234, inc. 1º de la Ley Nº 19.550 son el balance general, el
estado de resultados y la memoria. De la memoria ya nos ocupamos anteriormente, por lo que
queda al margen de las apreciaciones efectuadas en este punto.
No existe en la demanda una alegación sólida que señale la existencia de serias irregularidades
en los referidos documentos. Tan solo una genérica referencia en los puntos b-1, b-2, b-3 de fs.
72 vta. y 73, que no logran, al menos en este etapa, una entidad tal que justifique la suspensión
de la decisión de la asamblea de tener por aprobados los mismos.
Por el contrario, la discusión, tal como quedara reflejada en las anteriores consideraciones, se
advierte en la especie respecto de la forma de distribuir la utilidades del periodo 2005/2006
que, al decir del propio actor son de $ 569.418, cifra que no perece ocioso señalar surge de esa
documentación cuya aprobación paradójicamente suspende la cautelar en crisis, y que no ha
merecido una sola objeción en cuanto a su conformación.
Repárese que no se observa, tampoco se alega, la violación de los principios de formalidad (art.
53, Cód. Com., arts. 61, 63, 64 y 65, Ley Nº 19.550), veracidad (Exposición de Motivos, Ley Nº
19.550, Sección 9, párrafo 1), completitividad o significatividad (arts. 62 y 65, Ley Nº 19.550) y
regularidad (art. 65 inc. E, Ley Nº 19.550), en los referidos estados contables por lo que no se
justifica, al menos hasta ahora, la suspensión de la decisión de la asamblea que los aprueba
(conf. Bello Knoll, Susy Inés "Impugnación de decisiones asamblearias que aprueban estados
contables", La Ley 2001-E-1071).
Igual entendimiento debe adoptarse en lo que hace al punto 6 del orden del día, esto es la
determinación del número de directores titulares y suplentes y elección de los mismos por el
término de tres ejercicios, desde que con las medidas que quedan vigentes se advierte
adecuadamente tutelado el derecho del accionante.
En suma, la cautelar dictada, debe ser revocada solamente en lo que hace a la suspensión del
estado de situación patrimonial al 30 de junio de 2006; del estado de resultados
correspondiente al ejercicio finalizado el 30 de junio de 2006, del estado de evolución del
patrimonio neto y lo establecido en el punto 6 del orden del día (arg. doctr. art. 252 Ley Nº
19.550, y arg. y doctr. Arts. 195, 198, 204, 230, 232 del C.P.C.C.) ello sin perjuicio del déficit que
presenta la memoria y sobre la cual nos ocupáramos anteriormente, manteniéndose la
suspensión en todo lo que aquí no se menciona.
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Por lo que tan solo en este tramo del recurso le asiste razón al apelante y en con ese limitado
alcance prospera la apelación debiendo revocarse en lo pertinente la resolución que en copia
obra a fs. 102/105, manteniéndose en lo que hace a la prohibición de innovar allí decretada y
en la suspensión establecida respecto de los restantes puntos tratados en la referida asamblea.
Es por los fundamentos expuestos, lo dispuesto por los arts. 1, 66, 70, 251, 252 de la Ley Nº
19.550; arts. 195, 198, 230, 242, 246, 260 y cc. del C.P.C.C., citas doctrinarias y
jurisprudenciales efectuadas que:
Resolvemos:
4) Regístrese.
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