Exposición N Peligro o Abandono de Personas en Pelicro
Exposición N Peligro o Abandono de Personas en Pelicro
Exposición N Peligro o Abandono de Personas en Pelicro
El artículo IV del Título Preliminar del Código Penal recoge uno de los principios fundamentales
del derecho penal moderno, el denominado "lesividad". Allí se señala que la pena,
necesariamente, precisa de la lesión o puesta en peligro de bienes jurídicos tutelados por ley.
Esto es, habrá delito o hecho punible cuando determinada conducta lesiona de manera real o
pone en peligro un bien jurídico tutelado por la ley por constituir condición importante para la
normal y pacífica convivencia social. En consecuencia, del principio de lesividad se concluye
que los ilícitos penales recogidos en nuestro corpus juris penale pueden ser de resultado
dañoso o de peligro, ya sea concreto o abstracto. En otras palabras, toda conducta, para
seacat;logada como ilícita de carácter penal, requiere que se traduzca en el -nndo exte;ior
como un resultado, ya sea en forma de daño o peligro. En doctrina, la diferencia de los delitos
por el resultado está al parecer pacíficamente aceptada. Los delitos de resultado dañoso son
aquellos qy9 _..- quieren necesariamente la producción de una lesión o daño real sobre el bien
jurídico protegido, en cambio, los de resultado de peligro son aquellos que requiere.,
solament. la producción de un riesgo probable_de lesionarse o afect"rr. ,rn bien jurídico
determinado. En estos, el dolo del agente se evidencia en la concie nciay voluntad de poner en
riesgo al bien jurídico protegido. Se entiende por peligro todo estado de hecho potencialmente
condicionado p"." ".tn"lititt. ..t un resultado dañoso que afecte un bien jurídico tutelado(3ss).
En ese sentido, al delito de peligro puede conceptuarse como aquella conducta ilícita que pone
en riesgo de producción de daño a determinado bien jurídico protegido. La posibilidad de
producirse una lesión constituye uno de los elementos constitutivos fundamentales de los
ilícitos penales de peligro. Obviamente, en doctrina ha quedado meridianamente ól"to qrr. no
cabe la tentativa en los delitos de peligro. El peligro puede ser concreto o abstracto. Estamos
ante el primero cuando ta p-UaUitidad e inminencia del daño a determinado bien jurídico es
actual f presente, en cambio, es abstracto cuando el riesgo de causarse lesión ,e"l a un interés
jurídicamente protegido, es imPreciso, indeterminado y genérico. Esto es, la conducta del
agente no está dirigida a producir un riesgo específico. El capítulo que nos proponemos
interpretar en las líneas siguientes sin lugar " dudas constituye los primeros delitos de peligro
regulados en el Código Penal. Los mismos que por la forma de construcción o redacción de los
tipos, constituyen injustos penales de peligro concreto.
TIPICIDAD OBJETIVA
De la lectura del tipo legal, se advierte que la figura delictiva se constituye de dos hipótesis
ilícitas que, por sí mismas, constituyen hechos punibles independientes. La diferencia es de
forma, pues al final tienen el mismo sentido. Los dos supuestos delictivos denotan peligro
concreto y actual sobre la vida o de grave daño a la salud de la víctima.
En primer término, resulta necesario poner de relieve qué debe entenderse por exponer a
efectos de comprender mejor los hechos punibles.
Es lugar común en la doctrina aceptar que el comportamiento delictivo de exponer a
peligro de muerte o grave daño a la salud consiste en trasladar a un menor de edad o
incapaz de valerse por sí mismo de un ambiente seguro en el cual se encontraba hacia otro
lugar donde queda sin amparo alguno y desprovisto de toda seguridad, originando así un
peligro concreto parala vida o salud de aquel.
La conducta delictiva de exponer solo puede materializarse por acción, no cabe la omisión.
El agente debe actuar trasladando a su víctima de un lugar a otro, donde corre inminente
peligro de muerte o grave daño contra su salud. No obstante, de modo alguno podemos
concluir que con el solo traslado va estamos ante el delito en hermenéutica jurídica".
Aquel recién se evidencia cuando aparece el real peligro al sujeto pasivo. Es decir, el
traslado que_ reaLiza el agente apenas es un acto preparatorio, para producirse el
resultado de relevancia penal, cual es la creación de un peligro concreto para la víctima.
La hipótesis delictiva se configura cuando el agente traslada a un menor de edad del cual
tiene su protección legal o custodia, de un ambiente seguro en el cual se encuentra hacía
otro lugar donde queda sin amparo alguno y desprovisto de toda seguridad, originando así
un peligro concreto para su salud.
Esta es la otra figura delictiva recogida en el tipo penal del artículo l25.El presente
supuesto es de comisión por omisión. La conducta delictiva se materializa cuando el sujeto
activo se aleja del ambiente en donde se encuentra el menor de edad, dejándole
indefenso y expuesto a peligro, con el fin de no brindarle los cuidados debidos a los cuales
está obligado. El profesor Bramont-Arias(388) señala certeramente que por abandono
debe entenderse privar a la víctima, de la protección o cuidado que se tiene obligación de
impartir, colocándole en una situación de peligro en contra de su vida o su salud. Es
evidente la diferencia con el supuesto anterior. En aquel, el sujeto pasivo realiza un
desplazamiento junto al agente, al lugar donde se crea un peligro concreto, en cambio,
aquí el sujeto pasivo no realiza ningún desplazamiento, es más bien el sujeto activo el que
se desplaza dejando a la víctima en total desamparo, poniéndole de ese modo en peligro.
El elemento de trascendencia del abandono para que tenga relevancia penal, no lo
constituye el desplazamiento o alejamiento que realiza el agente del lugar donde se
encuentra el sujeto pasivo, sino el peligro concreto que se crea para este.
En cambio, no aparece el ilícito penal cuando el agente al alejarse del menor de edad,
toma las medidas necesarias para evitar todo peligro en contra de aquel. Por ejemplo, no
constituye delito la conducta del padre que deja por varios días, a sus menores hijos de
cuatro y díez años de edad, aprovisionados de alimentos en su precaria vivienda de esteras
con la finalidad de no encontrarse con su conviviente que sabe llegará en cualquier
momento. En igual sentido, constituye abandono de menor a peligro de muerte cuando un
padre deja al cuidado de su hija enferma a la madre, mientras él sale a trabajar para
agenciarse los medios económicos para subsistir. La Resolución Superior del :O de marzo
de 1998, emitida por la Sala Mixta de la Camaná-Arequipa, se pronuncia atinadamente en
este sentido, reformando una sentencia condenatoria, y absolviendo al procesado. En
efecto, aquí se expone: "que de todo lo expuesto, se advierte que no hubo dolo de parte
del procesado, cuando, con el acuerdo de se esposa, se traslada a su chacra a cuidar de los
animales de los cuales dependía el sustento de Ia familia, en razón que aquel se
encontraba sin trabajo y deja a la menor al cuidado de su madre, la agraviada; que hubo la
intención de parte del procesado de atender un torete para hacerse de medios que
permitiesen atender los gastos de curación y/o atención de la menor fallecida; que al
mismo tiempo que el procesado se trasladó a la chacra, la menor se encontraba ‘algo
enfermita', y por ende ignoraba, que, como se desprende del protocolo de necropsia, la
misma menor falleció por: paro cardiorrespiratorio, neumonía e inanición" (38e).
En todos los supuestos delictivos, el peligro debe ser concreto e inminente parala vida
misma o para la salud del sujeto pasivo. Todo riesgo que no tenga estas connotaciones
carece de relevancia para la presente figura delictiva) como sucedería si se verifica que el
riesgo es leve o remoto. La duración del abandono es irrelevante para configurarse el
delito. De modo que puede ser definitivo, temporal o breve. Basta que se haya creado el
peligro concreto para la vida y salud de la víctima. Si el peligro no se verifica así se
determine que el abandono ha sido definitivo, no estaremos ante una conducta ilícita de
carácter penal.
La hipótesis delictiva se configura cuando el agente con la finalidad que el menor de edad
del cual tiene su cuidado o protección quede expuesto a peligro grave e inminente su
salud, se aleja del lugar donde este se encuentra dejándole sin amparo y desprovisto de
roda seguridad. No se configura el delito en comentario cuando el propio menor de edad
por propia voluntad, decide sustraerse a la custodia de sus progenitores fugándose, por
ejemplo
Este último supuesto delictivo se configura cuando el agente con la finalidad de que la
persona incapaz de valerse por sí misma -de la cual tiene su cuidado o protección legal-
quede expuesta a peligro grave e inminente su salud, se aleja del lugar donde esta se
encuentra dejándola sin amparo y desprovista de toda seguridad.
SUJETO ACTIVO
En suma, toda persona que teniendo el deber legal de proteger o cuidar a su víctima habrá
cometido el injusto penal. Ello debido a que el leit motiv del hecho punible radica en
reforzar dentro de los componentes de la comunidad, los deberes legales de protección o
cuidado respecto de los menores e incapaces indefensos y que por sus mismas condiciones
biológicas o físicas no pueden valerse por sí mismos.
TIPICIDAD SUBJETIVA
La forma de construcción o redacción del tipo penal nos orienta a precisar que estamos
ante conductas netamente dolosas. No cabe la comisión por culpa. Es decir, el agente debe
tener conciencia y voluntad de exponer o abandonar a un peligro concreto a un menor de
edad o a un incapaz que sabe que no puede valerse por sí mismo para salir de cualquier
situación de riesgo en que pueda encontrarse, con la finalidad de librarse de los deberes
de asistencia que tiene para con é1. Esto último es importante ponerlo de relieve para
calificar la conducta, pues si no fuere esa la finalidad del agente y, por el contrario, actuar^
con la finalidad que muera o se lesione gravemente la víctima, estaremos ante la figura
delictiva de homicidio o lesiones respectivamente, de modo alguno frente al hecho punible
en hermenéutica jurídica.
El agente responderá por la muerte o lesión grave ocasionada dentro de los parámetros
del ilícito penal recogido en el artículo 125 del C.P, cuando concurran dos circunstancias
elementales. Primero, el resultado grave deberá ser consecuencia del peligro creado a la
víctima por la exposición ¿n o abandono; y segundo, que el resultado grave producido se
haya debido aIa actuación culposa del agente. El profesor Roy Freyre(3e4) señala en forma
acertada que el autor solamente es responsable por la secuela más grave cuando, siendo
la misma previsible, el agente no lo haya previsto por haberse comportado con
negligencia. De ningún modo el agente debe haber actuado con animus necandi o animus
laedendi, pues de ser así se configuraría el delito de homicidio o lesiones graves previsto
en otro tiPo penal diferente al del artículo 125 que venimos analizando.
TIPICIDAD OBJETIVA
El injusto penal se configura cuando el agente con una conducta omisiva no presta auxilio
o socorro al sujeto pasivo que ha herido o incapacitado, poniendo con tal conducta
omisiva en peligro su vida o su salud. Constituye un comportamiento de omisión propia'
por lo que se exige que exista una norma dé mandato, la misma que sería la obligación
natural que impone la cultura social de prestar socorro a una persona que se encuentra
ante un inminente peligro para su vida o su salud.
El delito se configura por un actuar precedente del agente, esto es' el haber herido o
incapacitado a la víctima. En doctrina encontramos una viva controversia respecto de este
punto. Cierto sector refiere que el actuar Precedente que genera el peligro debe ser
fortuito, otro sector de la doctrina refiere q debe ser por un actuar imprudente o
negligente; algunos refieren que puede ser tanto. Por imprudencia como_por caso
fortuito; en tanto que un grupo minoritario sostenemos que puede ser por una conducta
imprudente o dolosa de ninguna manera puede devenir de un caso fortuito. Moder.r"-.nte,
ha quedado fuera del ámbito de las conductas penalmente relevantes los casos fortuitos e
imprevisibles. Nadie responde por ellos.
La última posición citada se ha impuesto en nuestra normatividad vigente. El tipo penal del
artículo 126 nada refiere respecto de si la lesión o incapacidad producida sobre la víctima
tenga que ser consecuencia de una conducta dolosa o negligente. Solo refiere que la
conducta precedente debe provenir de una conducta del propio agente. En efecto, ampara
y fundaménta mucho más nuestra posición el hecho de que el tipo penal del artículo 126 al
indicar en su redacción "a una Persona que ha herido o incapacitado", nos orienta acerca
de que la conducta precedente debe provenir d. rtr" conducta dolosa o culposa del agente,
quedan excluidos los casos fortuitos.
SUJETO ACTIVO
. SUJETO PASIVO
TIPICIDAD SUBJETIVA
La forma como aparece redactado el tipo penal permite entender que se trata de un delito
de comisión netamente doloso. No cabe la comisión por culpa. Si la omisión de prestar
socorro se debe a una negligencia, la conducta no será delictiva, pues aquel accionar
queda fuera del ámbito de la norma y, por tanto, son conductas penalmente irrelevantes.
2. TIPICIDAD OBJETIVA
El tipo penal recoge dos hipótesis delictivas. La primera que aparece cuando el agente
dolosamente omite prestar auxilio inmediato a un herido o cualquier otra persona en
estado de grave e inminente peligro; y la segunda, que se configura cuando el sujeto activo
se abstiene de dar aviso a la autoridad competente respecto del herido o la existencia de
una persona en estado de grave e inminente peligro.
Se trata de hechos punibles de omisión propia, donde se requiere infringir o lesionar una
norma de mandato, la misma que constituye el deber social de auxiliar o prestar ayuda
diligente. al prójimo que se encuentre en circunstancias concretas que encierran peligro
para su vida o salud.
En efecto, se exige que el sujeto pasivo se encuentre herido o atravesando cualquier otra
situación de grave e inminente peligro. Por herida se entiende cualquier daño sufrido en la
integridad física que pone en riesgo la salud. Este riesgo debe ser una amenaza concreta
de causar un daño grave e inminente a la salud de la víctima. También el sujeto pasivo
puede encontrarse en cualquier otra circunstancia que denote peligro grave e inminente
para su vida o salud. Una persona puede hallarse en peligro sin haber sido previamente
herida. Por ejemplo, se presenta cuando un navegante por un accidente en alta mar pierde
su barco y queda a la deriva en un bote averiado que difícilmente le hará llegar a la orilla.
Existe consenso en que el peligro en que se encuentre el sujeto pasivo debe ser de una
magnitud grave e inminente, ya sea para su vida o su salud. No se requiere la simple
concurrencia de un peligro, sino por el contrario' por las mismas circunstancias en que se
encuentra la víctima debe colegirse q,r. "r,. debe ser de. resultado grave € inminente. Si se
verifica que por las mismas circunstancias que rodean al suceso, la víctima no corre
peligro, o que ese no era grave ni inminente, el hecho ilícito de carácter penal no aparece.
Ello es asi debido a que sin peligro no hay razón de asistencia de Parte por otra persona.
El verbo "encontrar" utilizado en la construcción del tipo penal, también sirve de supuesto
para concluir que el sujeto activo no ha intervenido en la creación del estado de peligro
que rodea a la víctima. Esta circunstancia lo diferencia de la conducta delictiva tipificada en
el tipo penal del artículo 126ya desarrollado. El agente es ajeno a tal situación. Recién
interviene cuando tropieza o choca con el sujeto pasivo o se encuentra ante la presencia
física de aquel. El último supuesto se presenta cuando un Profesor de natación que
observa que uno de sus discípulos se está ahogando, omite prestarle auxilio.
El sentido común del juzgador resulta fundamental para calificar toda conducta dolosa.
Con acierto señala Bramonr Arias(3e8) que .l auxilio está limitado por la capacidad y las
facultades del asistente. Nadie está obligado a hacer lo que es absolutamente imposible
realiza,'^. un sujeto de constitución débil no tiene el deber de cargar el cuerpo de una
persona cuyo peso rebasa sus fuerzas, un individuo sin conocimientos médicos o
quirúrgicos no tiene el deber de practicar la ligadura de una arteria.
Según la redacción del tipo penal, se convertirá en sujeto activo aquel que no prestó el
auxilio necesario por correr riesgo su persona o un tercero, si se abstiene de dar aviso a la
autoridad. Es decir, si bien a un ciudadano se le puede eximir de prestar el auxilio
necesario a una persona en peligro, no se le puede eximir si dolosamente no da aviso a la
autoridad para que. concurran en su auxilio.. Se reprocha por igual tanto a la conducta de
aquel que omitió prestar auxilio a una persona en peligro manifiesto, pudiendo hacerlo sin
ningún riesgo, así como a aquel que pudiendo prestar el auxilio directo por el riesgo que
corría se abstiene de dar aviso a la autoridad.
En los casos en que el agente tenga vínculo de parentesco consanguíneo o la víctima fuere
menor de doce años de edad, la pena será privativa de libertad no menor de dos años ni
mayor de cuatro años.
En los casos en que el agente obligue o induzca a mendigar a dos o más personas
colocadas bajo su autoridad, dependencia, tutela, curatela o vigilancia, la pena privativa de
libertad será no menor de dos ni mayor de cinco años.
2. TIPICIDAD OBJETIVA
El hecho punible se configura cuando el sujeto activo expone a peligro para la vida o salud
al sujeto pasivo, quien se encuentra bajo su dependencia, ya sea privándole de alimentos o
cuidados indispensables o sometiéndole a trabajos excesivos o inadecuados o en su c¿1so,
abusando de los medios de corrección, disciplina u obligándole a mendigar.
El ilícito penal aparece solo en los casos en que la Víctima sea dependiente del agente, va
sea porque está colocado bajo su autoridad, dependencia, tutela, curatela o vigilancia. Si
se verifica que la supuesta víctima no tiene relación de dependencia respecto del sujeto
activo, el delito no se configura.
A. PRIVACIÓN DE ALIMENTOS.
El hecho punible se configura cuando el sujeto activo obliga a realzar labores excesivas,
desmesuradas o sobrehumanas para las normales fuerzas del sujeto pasivo, quien tiene
una relación de dependencia respecto de aquel. El agente dolosamente y con la única
finalidad de obtener algún provecho patrimonial del trabajo de su dependiente, le obliga a
realizar trabajos que exceden las fuerzas normales de la víctima. Ocurre, por ejemplo,
cuando un jefe de delegación policial hace trabajar en labores agrícolas a un detenido por
más de doce horas seguidas. Sin duda, aquella autoridad, aparte de ser responsable del
delito de abuso de autoridad' será responsable del delito de exposición a peligro de
personas dependientes. En este caso, de acuerdo con nuestro sistema jurídico se le
impondrá la pena del delito más grave, es decir, del presente hecho punible.
El legislador no dice nada sobre los móviles, tal como lo hacía el código derogado en su
artículo i85, en consecuencia, es irrelevante determinar los móviles. Será suficiente
verificar el peligro concreto creado por la conducta dolosa del agente, el mismo que puede
actuar va sea por egoísmo, lucro, inhumanidad, etc.
Ocurre, por ejemplo, cuando un padre de familia obliga a su menor hijo de doce años a
realizar labores de construcción civil, o cuando el capataz de una mina contrata v obliga a
menores de edad a realizar labores subterráneas para supuestamente sacar metal
precioso, etc.
El hecho punible se presenta cuando el agente abusando de los medios de disciplina, crea
un peligro para la vida o salud del sujeto pasivo quien es su dependencia. Ocurre por
ejemplo, cuando el director de un colegio hace arrodillar sobre un falso piso, sin morverse
v por más de tres horas seguidas a los alumnos que llegan tarde.
Esta conducta, incorporada por la Ley N" 28190 que protege a los menores de edad de la
mendicidad, se configura cuando el agente obliga o induce a su víctima para que salga a la
calle o lugares públicos y haciendo el papel de mendigo solicite dinero o dádivas a las
personas.