Anarquia en Colombia
Anarquia en Colombia
Anarquia en Colombia
San Fernando-Edo-Apure.
Profesora: Estudiante:
La cosiata
La unidad de la República de Colombia era una coyuntura nacida a la luz de las
necesidades geoestratégicas y militares, como parte de la concepción
geopolítica del Libertador, claramente definida. Esta debilidad será quizás su
característica más determinante, tanto que tan frágil unión será fácilmente
disuelta con el acrecentamiento de las presiones producidas por los factores
locales y nacionales, que se venían gestando y perfilando a la sombra de los
intereses particulares de grupos oligárquicos y las aspiraciones personalistas
de ciertos líderes, militares y civiles, forjados en la gesta emancipadora.
Convención de Ocaña
Bolívar regresa a Bogotá el 10 de septiembre de 1827, luego de permanecer 6
meses en Caracas, e inmediatamente se encarga de la Presidencia.
Previamente, el 6 de junio, el Congreso había debatido en torno a la renuncia a
la Presidencia que el Libertador había enviado desde Caracas el 27 de febrero,
resultando la votación contraria a la renuncia por cincuenta votos contra
veinticuatro; esto representaba una clara derrota para Santander y sus
copartícipes. Posteriormente, «El 3 de agosto el Congreso, con la oposición de
Santander, convoca a la Gran Convención Nacional para que, declarando
previamente si había necesidad de examinar o reformar la Constitución,
procediera de acuerdo con el criterio que creyese conveniente. El 29 del mismo
mes dictó el reglamento de elecciones. Así las cosas, la rivalidad entre
Santander y Bolívar era más que evidente.
Vale la pena recordar el inicio del distanciamiento entre ambos líderes, referido
a la convocatoria del Congreso Anfictiónico de Panamá, cuando Santander
decide unilateralmente invitar a los Estados Unidos e Inglaterra, pasando por
encima de la convocatoria redactada por el Libertador; y se lo hace saber
mediante carta enviada desde Bogotá, el 6 de febrero de 1825.
'He leído con el mayor placer vuestra muy estimable nota, fechada en Lima el 7
de diciembre último en la cual me manifestáis vuestros vehementes deseos de
ver reunida la Asamblea de los Estados Confederados de América, antes
española Es para mí muy satisfactorio el aseguraros que, hallándome animado
de vuestros mismos sentimientos, he tomado de antemano todas las medidas
eficaces de acelerar la realización de un acontecimiento tan esencial a nuestra
seguridad y dicha futura me parece que es de nuestro mutuo interés que la
Asamblea se verifique en el Istmo de Panamá con la concurrencia de todos o
de la mayor parte de los gobiernos americanos, así los beligerantes como los
neutrales. Con respecto a los Estados Unidos, he creído conveniente invitarlos
a la augusta Asamblea de Panamá, en la firme convicción de que nuestros
íntimos aliados no dejarán de ver con satisfacción el tomar parte en sus
deliberaciones de un interés común a unos amigos tan sinceros e ilustrados.