Anaquia en Colombia GJP
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PROFESORA: ESTUDIANTE:
CONCEPCION RODRIGUEZ GREGORIO PRIETO
CI 28.274.439
INTRODUCCIÓN
La anarquía colombiana fue aquella en la que se desarrollaron los acontecimientos
que llevaron a la disolución de Colombia, es una tarea tan delicada como álgida.
Por tanto, comenzamos la labor revisando los más importantes antecedentes del
mismo, para ubicar contextualmente los inicios del sueño bolivariano de unidad
hispanoamericana, expresados en la concreción colombiana, revisando al mismo
tiempo las condiciones en las cuales ocurre dicha unión para establecer lo
precaria que ésta era.
Seguidamente se abordan los sucesos propiamente dichos del proceso,
comenzando por La Cosiata, pasando por las pugnas entre santanderistas y
bolivaristas, Ocaña, la dictadura de Bolívar, el Congreso Admirable y la separación
en SI
Se investigará a los protagonistas de dicha separación, que no tenían otras bases
que el simple hecho de no haber coincidido con las opiniones del Libertador.
Demostraremos, finalmente, que mal se puede traicionar un proyecto con el cual
nunca se estuvo de acuerdo porque jamás fue el proyecto de quienes, aún hoy,
siguen siendo mal vistos por haber adversado posiciones políticas de Simón
Bolívar.
LA COSIATA
Al saber que Páez ha sido sometido a juicio por el Senado, Bolívar se alarma y
desde Lima envía a Bogotá al coronel Daniel Florencio O'Leary, su primer edecán,
para que manifieste al vicepresidente Santander su contrariedad por este asunto,
que no le parece político, y le pide intervenga para que las cosas se manejen con
la mayor prudencia El 6 de junio Bolívar tuvo conocimiento de los escandalosos
sucesos de Valencia. Desde entonces empieza a cartearse en forma sistemática
con Páez.
Más temprano que tarde, al Libertador no le quedaba más remedio que emprender
el regreso a su patria para intentar contrarrestar, personalmente, los peligros
representados por La Cosiata y sus previsibles consecuencias. Se embarca con
tal fin en El Callao, el 4 de septiembre de 1826; en Guayaquil se entrevista con los
emisarios de Páez, Urbaneja y el coronel Ibarra; arriba a Bogotá el 14 de
noviembre, desde donde continúa comunicándose por carta con Páez. Entra a
Venezuela desde Cúcuta, en donde reúne previamente tropas para restablecer el
orden y la paz; llega a Maracaibo el 16 de diciembre, donde pone a Urdaneta al
mando del Departamento y logra la lealtad de las tropas occidentales; pasa luego
a la ciudad de Coro, en la cual se entera del contenido de la proclama de Páez, a
la cual responde con una carta, el 23 de diciembre, y en la que le reclama los
términos de dicha proclama. Sale por tierra aChichiriviche, donde se embarca
rumbo a Puerto Cabello y llega el 31 de diciembre. De allí, luego de seguir
carteándose con el centauro llanero y de emitir el Decreto de Amnistía del 1° de
enero de 1827, decide entrevistarse con él.
CONVENCIÓN DE OCAÑA
Vale la pena recordar el inicio del distanciamiento entre ambos líderes, referido a
la convocatoria del Congreso Anfictiónico de Panamá, cuando Santander decide
unilateralmente invitar a los Estados Unidos e Inglaterra, pasando por encima de
la convocatoria redactada por el Libertador; y se lo hace saber mediante carta
enviada desde Bogotá, el 6 de febrero de 1825.
'He leído con el mayor placer vuestra muy estimable nota, fechada en Lima el 7 de
diciembre último en la cual me manifestáis vuestros vehementes deseos de ver
reunida la Asamblea de los Estados Confederados de América, antes española Es
para mí muy satisfactorio el aseguraros que, hallándome animado de vuestros
mismos sentimientos, he tomado de antemano todas las medidas eficaces de
acelerar la realización de un acontecimiento tan esencial a nuestra seguridad y
dicha futura me parece que es de nuestro mutuo interés que la Asamblea se
verifique en el Istmo de Panamá con la concurrencia de todos o de la mayor parte
de los gobiernos americanos, así los beligerantes como los neutrales. Con
respecto a los Estados Unidos, he creído conveniente invitarlos a
la augusta Asamblea de Panamá, en la firme convicción de que nuestros íntimos
aliados no dejarán de ver con satisfacción el tomar parte en sus deliberaciones de
un interés común a unos amigos tan sinceros e ilustrados .
El sitio escogido para la Convención fue Ocaña, lugar en el cual medirán poderes
los santanderistas y bolivaristas; ante la disyuntiva entre anarquía o dictadura,
surgió la opción alternativa de reformar la Constitución de Cúcuta de 1821. El
reglamento electoral estipulaba que «cada provincia nombraba un diputado por
cada 24.000 habitantes, y otro por exceso de 12.000; los su fragantes parroquiales
designaban a los electores cantonales, y éstos a los diputados; elección a tercer
grado.
DICTADURA DE BOLÍVAR.
Los conspiradores, delatados por uno de ellos, el venezolano Pedro Carujo quien
por la delación fue perdonado, fueron penalmente enjuiciados. Aun cuando Bolívar
era partidario del perdón, Urdaneta no tuvo miramientos y llevó el proceso hasta
las últimas consecuencias: los juicios fueron muy severos y sumarios, según el
decreto de conspiradores, consaldo de 14 pasados por las armas y Santander
sentenciado a la pena máxima, la cual le fue conmutada por el destierro y
destitución del cargo militar como general. Además.
CONGRESO ADMIRABLE
Por otra parte, desde finales de 1829, entre valencianos y caraqueños se motoriza
el proceso de la separación definitiva de Venezuela de la unidad colombiana
«Entre los meses de noviembre y diciembre de 1829 se alternan asambleas
populares en Valencia y Caracas que buscan este fin. La actividad es muy notable
y acelerada, pues la decisión de separarse es prácticamente un hecho, al que sólo
le falta consumarse legalmente; y hacia esta meta se mueven los participantes.
Poco después, y casi paralelamente al Congreso Admirable, en Venezuela, el
general José Antonio Páez, el 13 de enero del mismo año, promulga un decreto
proclamando la autonomía de Venezuela con respecto a Colombia y convocando
a la realización de elecciones para lo que será el Congreso Constituyente de
Valencia.
RENUNCIA A LA PRESIDENCIA
VIAJE A CARTAGENA
Como resultado de esta campaña, logró liberar varias poblaciones como Tenerife,
El Guamal, El Banco, Tamalameque y Puerto Real de Ocaña; logró derrotar a
diversas guerrillas realistas que operaban en la zona y finalmente ocupó Ocaña.
Desde febrero hasta abril de 1813 tuvo que permanecer en Cúcuta detenido por
trabas legales y por diferencias con Castillo que empezaba a verle con suspicacia
ante sus deseos de avanzar sobre Venezuela. Para entonces, Bolívar disponía de
una fuerza eficaz y rodeada de una brillante oficialidad neogranadina que estaba
dispuesta a seguirlo en una eventual reconquista de Venezuela.
Sucre era conocido en el ejército con los apodos de Mulengue alusión que hizo el
general Luis Urdaneta, cuando escribe a Juan José Flores desde Tocaima 19 días
antes del asesinato: A García, el diputado por Cuenca, le instruí de todo lo que
debía decir a Ud. y ahora le añado que es preciso que Ud. redoble su vigilancia
con el M Tres días antes del crimen, el periódico 'El Demócrata' de Bogotá publicó
el siguiente artículo: Acabamos de saber con asombro, por cartas que hemos
recibido por el correo del Sur, que el general Antonio José de Sucre ha salido de
Bogotá Las Cartas del Sur aseguran también que ya este general marchaba sobre
la provincia de Pasto para atacarla; pero el valeroso general José María Obando,
amigo y sostenedor firme del Gobierno y de la libertad, corría igualmente al
encuentro de aquel caudillo y en auxilio de los invencibles pastusos. Puede que
Obando haga con Sucre lo que no hicimos con Bolívar
ASESINATO A SUCRE
Como se ve, el asesinato de Sucre fue como una Crónica de una muerte
anunciada, ya que el mismo fue planificado y ejecutado en las Montañas de
Berruecos, cerca de Pasto el 4 de junio de 1830 con alevosía, ensañamiento,
ventaja y premeditación, allí permaneció su cadáver por más de 24 horas hasta
que los pobladores de las localidades cercanas le dieran cristiana sepultura. Si el
mariscal se hubiese ido por Buenaventura, allí lo esperaba el general Pedro
Murgueitio para darle muerte; si optaba por la vía de Panamá lo acechaba el
general Tomás Herrera, y desde Neiva lo vigilaba el general José Hilario López. El
Libertador, que rara vez se equivocaba en sus sentencias, exclamó: Yo pienso
que la mira de este crimen ha sido privar a la patria de un sucesor mío
CONCLUSIÓN