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Anaquia en Colombia GJP

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA DEFENSA


UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL POLITÉCNICA
DE LA FUERZA ARMADA NACIONAL BOLIVARIANA
UNEFA-NÚCLEO APURE

Anarquía en Colombia - conspiración de Páez y


Santander

PROFESORA: ESTUDIANTE:
CONCEPCION RODRIGUEZ GREGORIO PRIETO
CI 28.274.439

INTRODUCCIÓN
La anarquía colombiana fue aquella en la que se desarrollaron los acontecimientos
que llevaron a la disolución de Colombia, es una tarea tan delicada como álgida.
Por tanto, comenzamos la labor revisando los más importantes antecedentes del
mismo, para ubicar contextualmente los inicios del sueño bolivariano de unidad
hispanoamericana, expresados en la concreción colombiana, revisando al mismo
tiempo las condiciones en las cuales ocurre dicha unión para establecer lo
precaria que ésta era.
Seguidamente se abordan los sucesos propiamente dichos del proceso,
comenzando por La Cosiata, pasando por las pugnas entre santanderistas y
bolivaristas, Ocaña, la dictadura de Bolívar, el Congreso Admirable y la separación
en SI
Se investigará a los protagonistas de dicha separación, que no tenían otras bases
que el simple hecho de no haber coincidido con las opiniones del Libertador.
Demostraremos, finalmente, que mal se puede traicionar un proyecto con el cual
nunca se estuvo de acuerdo porque jamás fue el proyecto de quienes, aún hoy,
siguen siendo mal vistos por haber adversado posiciones políticas de Simón
Bolívar.

 Conspiración de Páez y Santander


Tras el Congreso de Cúcuta, Simón Bolívar fue nombrado presidente de la
República y Francisco de Paula Santander su
vicepresidente. Santander propugnaba una legislación robusta y un marco
constitucional y legislativo que guiara a la nueva república. La prioridad de Bolívar
fue continuar su proyecto de la liberación de la América española. Durante la
campaña del sur, dirigida directamente por Bolívar, el
vicepresidente Santander estuvo a cargo del gobierno en Bogotá.

La crisis entre Bolívar y Santander (y sus respectivos seguidores) se ahondó con


las diferencias entre Santander, José Antonio Páez y con la promulgación de la
constitución de la República de Bolivia de 1826, escrita por Bolívar para la
naciente república de Bolivia y que los santanderistas temían que intentaría
imponer en Colombia. El principal recelo sobre la constitución bolivariana
surgía del amplio poder dado a la figura presidencial, la cual era vitalicia y, de esta
forma, asimilable a una monarquía.

El 9 de abril de 1828 se instaló la Convención de Ocaña. Las diferencias entre


santanderistas y bolivarianos eran evidentes: los primeros favorecían el
federalismo, mientras que los segundos preferían un poder central y presidencial
fuerte. La Convención, que tenía por objeto reformar la Constitución de Cúcuta
fue un fracaso, y los bolivarianos abandonaron el recinto proclamando a
Bolívar como dictador.

La crisis culminó con el atentado a Bolívar del 25 de septiembre de1828, en lo que


se conoce como la Conspiración Septembrina. La participación de Santander no
es clara; sin embargo, fue condenado junto con muchos de sus seguidores,
quienes fueron ejecutados por traición. Por orden de Bolívar, la
condena del propio Santander fue conmutada por destierro

LA COSIATA

La unidad de la República de Colombia era una coyuntura nacida a la luz de las


necesidades geoestratégicas y militares, como parte de la concepción geopolítica
del Libertador, claramente definida. Esta debilidad será quizás su característica
más determinante, tanto que tan frágil unión será fácilmente disuelta con el
acrecentamiento de las presiones producidas por los factores locales y nacionales,
que se venían gestando y perfilando a la sombra de los intereses particulares de
grupos oligárquicos y las aspiraciones personalistas de ciertos líderes, militares y
civiles, forjados en la gesta emancipadora.

Para 1826, y como consecuencia de las constantes contradicciones y disputas


entre Bogotá y el eje Valencia-Caracas; entre el vicepresidente Santander y el
intendente y el jefe militar de Venezuela, Soublette y Páez respectivamente; la
situación en Venezuela era cada vez más delicada, en especial porque ya se
estaba gestando un movimiento con intenciones claramente separatistas,
proclamando lo que a la postre sería la base en la que se sustentó el surgimiento
del nacionalismo venezolano. La decisión del Senado del 27 de marzo de 1826,
suspendiendo de su cargo al General Páez y ordenándole comparecer en Bogotá,
agravó las ya maltrechas relaciones entre la capital y las principales ciudades de
Venezuela; mandato al cual Páez no obedeció por sugerencias de sus asesores
políticos, principalmente Miguel Peña quien estaba disgustado con Santander por
lo acontecido a partir del fusilamiento de Infante

Para 1826, las relaciones entre venezolanos y granadinos se habían enrarecido y


estaban creciendo agrias disputas que se incentivaron, con el fusilamiento de
Leonardo Infante y el odio entre Santander y Miguel Peña, que obligó a la renuncia
de éste último a la presidencia de la Corte de justicia de Bogotá.

El movimiento fue denominado La Cosiata, nombre que, según lo refiere Manuel


Vicente Magallanes, proviene de una pieza teatral que en aquel tiempo una
compañía dramática representaba en Valencia, en la que un autor cómico utilizaba
derivados de la palabra cosa (cosilla, quisicosa, cosiata) en un discurso bastante
enmarañado. Sucedió que José Jacinto Mujica -jefe político de la ciudad- al
comunicar los sucesos a su amigo Álamo de la Capital, le dijo que había estallado
la cosiata. El término trascendió y los caraqueños, siempre irónicos y guasones,
bautizaron así el movimiento, con cuya denominación ha pasado a las páginas de
nuestra historia.

Surgido en Valencia, se proponía dar fin a la unidad de la República de Colombia,


separando a Venezuela para readquirir su autonomía, convirtiéndose en el primer
paso para la disolución definitiva. Caracas y otras ciudades se adhirieron al
movimiento en defensa de los intereses venezolanos, auspiciada por el
conservatismo.

Entre otras municipalidades que se adhirieron al planteamiento valenciano


destacan la de Maracay y la de Calabozo el 4 de mayo; el 5, la de Caracas . Y el
reconocimiento del movimiento de La Cosiata iba acompañado del reconocimiento
de Páez como líder, ya que de alguna manera el impasse inicial entre Bogotá y
Caracas, aliñado por las viejas rencillas- entre Santander y Páez, era visto como el
punto de partida y meollo del problema:

Los buenos ciudadanos de Valencia, que eran un baluarte de Páez, se mostraron


muy indignados ante semejante insulto ' a su héroe y organizaron una asamblea
que propuso que Venezuela se separase de la confederación colombiana y
nombró a Páez como líder de Venezuela.

Así las cosas, casi al punto extremo de la disolución, el Libertador se ve obligado a


regresar para, con la influencia de su ascendencia política, militar y
personal, tratar de poner orden y calmar las pasiones desbordadas.

ULTIMO VIAJE DE BOLÍVAR A VENEZUELA.

La precipitación con la que ocurren los acontecimientos en Valencia y Caracas,


opuestas e inevitablemente adversas a Bogotá y a Santander, hicieron de La
Cosiata una seria amenaza para la integridad territorial y política de Colombia,
nación que no había alcanzado ni la estabilidad política, ni la unidad geográfica, ni
el equilibrio organizacional necesarios para una consolidación efectiva y
perdurable. Ante esta perspectiva, y en conocimiento de los sucesos acaecidos
mediante el emisario de Páez, Antonio Leocadio Guzmán, el Libertador inicia
gestiones para intentar sofocar los problemas.

Al saber que Páez ha sido sometido a juicio por el Senado, Bolívar se alarma y
desde Lima envía a Bogotá al coronel Daniel Florencio O'Leary, su primer edecán,
para que manifieste al vicepresidente Santander su contrariedad por este asunto,
que no le parece político, y le pide intervenga para que las cosas se manejen con
la mayor prudencia El 6 de junio Bolívar tuvo conocimiento de los escandalosos
sucesos de Valencia. Desde entonces empieza a cartearse en forma sistemática
con Páez.
Más temprano que tarde, al Libertador no le quedaba más remedio que emprender
el regreso a su patria para intentar contrarrestar, personalmente, los peligros
representados por La Cosiata y sus previsibles consecuencias. Se embarca con
tal fin en El Callao, el 4 de septiembre de 1826; en Guayaquil se entrevista con los
emisarios de Páez, Urbaneja y el coronel Ibarra; arriba a Bogotá el 14 de
noviembre, desde donde continúa comunicándose por carta con Páez. Entra a
Venezuela desde Cúcuta, en donde reúne previamente tropas para restablecer el
orden y la paz; llega a Maracaibo el 16 de diciembre, donde pone a Urdaneta al
mando del Departamento y logra la lealtad de las tropas occidentales; pasa luego
a la ciudad de Coro, en la cual se entera del contenido de la proclama de Páez, a
la cual responde con una carta, el 23 de diciembre, y en la que le reclama los
términos de dicha proclama. Sale por tierra aChichiriviche, donde se embarca
rumbo a Puerto Cabello y llega el 31 de diciembre. De allí, luego de seguir
carteándose con el centauro llanero y de emitir el Decreto de Amnistía del 1° de
enero de 1827, decide entrevistarse con él.

E14 de enero marcha a encontrarse con Páez y éste sale a recibirlo. Se abrazan


en el cerro de Naguanagua y a las cinco de la tarde llegan juntos
a Valencia. Bolívar le entrega como presente una espada y los dos caballos que le
había ofrecido. Luego siguen a Caracas y la ciudad recibe al Libertador con
delirante entusiasmo. La llegada del Libertador y Páez a Caracas, el 10 de enero
de 1827, servirá para: a) El reencuentro del héroe con sus paisanos caraqueños;
Que Bolívar visite por última vez su Caracas natal y Dar por finiquitado el capítulo
de La Cosiata, dándole un último envión de oxígeno a la ya sentenciada a muerte
unidad colombiana.

Por otra parte, el decreto de amnistía había causado desilusión y gran


consternación a los constitucionalistas venezolanos y granadinos que veían
en este gesto, una demostración de debilidad del Libertador, mientras los
cosiateros veían en él, un logro para su causa. Valga decir que la finalización de la
rebelión no resolvió plenamente la situación; sólo pospuso lo inevitable; apenas
pudo postergar la disolución y crear una nueva ficción de unidad, pero sin sanar
las heridas provocadas durante el desarrollo del conflicto La Cosiata dio comienzo
a la desintegración de Colombia como reacción a la sujeción al poder central. Fue
claro el índice del renacimiento del municipalismo político, pero abiertamente
separatista Por tanto, el éxito obtenido por el Libertador en su última visita a
Caracas es bastante limitado, por no decir nulo; apenas logra mantener por un par
de años más la endeble cohesión política y territorial de la República La Cosiata
había terminado, Páez sería fiel Bolivariano hasta 1829, quedaba como jefe
máximo de Venezuela, aunque supeditado a la autoridad de Bolívar, era el
principio del fin para la Gran Colombia.

 CONVENCIÓN DE OCAÑA

Bolívar regresa a Bogotá el 10 de septiembre de 1827, luego de permanecer 6


meses en Caracas, e inmediatamente se encarga de la Presidencia. Previamente,
el 6 de junio, el Congreso había debatido en torno a la renuncia a la Presidencia
que el Libertador había enviado desde Caracas el 27 de febrero, resultando la
votación contraria a la renuncia por cincuenta votos contra veinticuatro; esto
representaba una clara derrota para Santander y sus copartícipes. Posteriormente,
El 3 de agosto el Congreso, con la oposición de Santander, convoca a la Gran
Convención Nacional para que, declarando previamente si había necesidad de
examinar o reformar la Constitución, procediera de acuerdo con el criterio que
creyese conveniente. El 29 del mismo mes dictó el reglamento de elecciones. Así
las cosas, la rivalidad entre Santander y Bolívar era más que evidente.

Vale la pena recordar el inicio del distanciamiento entre ambos líderes, referido a
la convocatoria del Congreso Anfictiónico de Panamá, cuando Santander decide
unilateralmente invitar a los Estados Unidos e Inglaterra, pasando por encima de
la convocatoria redactada por el Libertador; y se lo hace saber mediante carta
enviada desde Bogotá, el 6 de febrero de 1825.

'He leído con el mayor placer vuestra muy estimable nota, fechada en Lima el 7 de
diciembre último en la cual me manifestáis vuestros vehementes deseos de ver
reunida la Asamblea de los Estados Confederados de América, antes española Es
para mí muy satisfactorio el aseguraros que, hallándome animado de vuestros
mismos sentimientos, he tomado de antemano todas las medidas eficaces de
acelerar la realización de un acontecimiento tan esencial a nuestra seguridad y
dicha futura me parece que es de nuestro mutuo interés que la Asamblea se
verifique en el Istmo de Panamá con la concurrencia de todos o de la mayor parte
de los gobiernos americanos, así los beligerantes como los neutrales. Con
respecto a los Estados Unidos, he creído conveniente invitarlos a
la augusta Asamblea de Panamá, en la firme convicción de que nuestros íntimos
aliados no dejarán de ver con satisfacción el tomar parte en sus deliberaciones de
un interés común a unos amigos tan sinceros e ilustrados .

En su respuesta a Santander, desde Lima, el 7 de abril de 1825, Bolívar le hace


saber su parecer al respecto. La federación con los Estados Unidos nos va a
comprometer con la Inglaterra, porque los americanos son los únicos rivales de los
ingleses con respecto a la América.

El sitio escogido para la Convención fue Ocaña, lugar en el cual medirán poderes
los santanderistas y bolivaristas; ante la disyuntiva entre anarquía o dictadura,
surgió la opción alternativa de reformar la Constitución de Cúcuta de 1821. El
reglamento electoral estipulaba que «cada provincia nombraba un diputado por
cada 24.000 habitantes, y otro por exceso de 12.000; los su fragantes parroquiales
designaban a los electores cantonales, y éstos a los diputados; elección a tercer
grado.

Aunque la fecha original de instalación era el 2 de marzo de 1828, la Convención


de Ocaña se logra instalar el 9 de abril del mismo año, con la presencia de 67 de
los 108 diputados electos para tal fin; había, además, una notoria mayoría de
santanderistas, quienes Vienen con la disposición de oponerse a Bolívar, de
desacreditarlo, de obligarlo a descender del gobierno, y para ello toman como
bandera el federalismo. Los bolivarianos llegan desorganizados, confiados en el
prestigio del Libertador, defendiendo el centralismo porque consideran que sin un
gobierno vigoroso y fuerte la República se perderá dentro de la anarquía.

Tanto Bolívar como Santander muestran en Ocaña sus estrategias: «Bolívar se


traslada a Bucaramanga y deja la acción a sus amigos. Santander, por el
contrario, va a la Convención como diputado y dirige personalmente su
fracción. Aquí se enfrentan las dos tendencias. Las pasiones surgidas entre
santanderistas y bolivarista entrabarán las deliberaciones en la Convención; de
hecho, los partidarios de Santander abusan de su mayoría para apabullar a la
minoría partidaria del Libertador «La asamblea se transforma en un centro de
acaloradas disputas. Los santanderistas abusan de su condición de mayoría y
vejan e insultan a los bolivarianos. Se les ridiculiza cuando alegan las peticiones
de los pueblos, del ejército y de las corporaciones. Se les llama serviles cuando
exponen la necesidad de un gobierno poderoso. Además desde un comienzo se
nota el predominio del partido Santanderistas que trata de arropar y desconocer la
opinión de la minoría Bolivariana, éstos últimos optan por retirarse, disolviéndose
la asamblea sin llegar a ningún acuerdo.

El fracaso de la Convención de Ocaña, que antes de comenzar parecía inevitable,


por las posiciones tan extremas que se habían asumido de parte y parte, deja a la
República de Colombia en una posición bastante delicada, ya que se corría el
riesgo de que los más exacerbados partidarios de uno u otro bando pudiesen
adoptar acciones de agresión a sus adversarios, lo que representaba una seria
amenaza de anarquía. Esto reducía las oportunidades de solución, empujando
virtualmente a Bolívar a asumir la Dictadura

DICTADURA DE BOLÍVAR.

Finalizada la Convención de Ocaña, con el fracaso de un nuevo intento por


mantener la unidad colombiana, los seguidores del vicepresidente Santander se
reunieron para planificar las acciones a tomar, acciones caracterizadas por ellos
como revolucionarias. Con el fracaso de la Convención de Ocaña, los
Santanderistas se desesperan, crecen los partidos, anti bolivarianos y
bolivarianos, se agrieta cada vez más el sueño de Bolívar, La Gran Colombia.
Dichas acciones implicaban, por ejemplo, el levantamiento contra la autoridad
establecida de provincias como Antioquia, Popayán, Pamplona, Boyacá y El
Socorro, al igual que provincias en Venezuela. Todo bajo la
consigna del restablecimiento de la Constitución de Cúcuta, de 1821, y derrocar a
Bolívar.

Por su parte, las autoridades de la república partidarias bien de la institucionalidad


o del Libertador, hicieron lo propio.
Al llegar la noticia del fracaso de la Convención, en Bogotá, el Intendente de
Cundinamarca, Pedro Alcántara Herrán, convocó una asamblea de notoriedades y
autoridades, el 15 de junio, para analizar la gravedad de la situación, cuyos
acuerdos fueron: desconocer los actos o reformas emanados de aquella
Convención por no ser ex-presión de la voluntad general; revocar los poderes
dados a los diputados de Bogotá, y llamar a El Libertador para que se encargue
del poder y para que conjure la amenaza de guerra civil.
Era el punto de partida de la dictadura para Bolívar, quien ya la había ejercido
en Venezuela desde la crisis del año 1814 y hasta la instalación del Congreso de
Angostura, el 15 de febrero de 1819, cuando devuelve los poderes al Congreso.

El mando que asumía Bolívar implicaba plenitud de poderes y una delicadísima


misión; delicada por lo difícil, por lo peligrosa y por lo que estaba en juego: la
paz ciudadana, la unidad republicana y, además, el propio nombre del Libertador
e124de junio de 1828, Bolívar hace su entrada a la capital para asumir la
dictadura. Inmediatamente comenzó a legislar sobre materias importantes y el 27
de agosto dictó un decreto orgánico que sustituyó la Constitución, por el cual se
reglamentaba la dictadura, se suprimía la Vicepresidencia de la República y se
organizaba en forma distinta el Consejo de Estado.

Se encargaba Bolívar de ir eliminando los obstáculos políticos más notables para


la gestión de la administración del Estado: la Constitución de Cúcuta de 1821 y el
propio vicepresidente Santander y sus copartidarios. Incluso Bolívar lo nombra
Ministro Plenipotenciario en los Estados Unidos, con el fin de mantenerlo alejado
de sus seguidores y de la posibilidad de conspirar. Sin embargo

Los más exaltados de ellos se dieron a la tarea de preparar un plan para asesinar


a Bolívar. Con este objeto formaron una junta y después de varios intentos
frustrados llevaron a cabo el vergonzoso acto del 25 de septiembre, cuando
asaltaron el palacio y llegaron hasta la alcoba donde dormía El Libertador,
salvándose éste milagrosamente por la entereza de su consecuente amiga y
compañera de vida Manuelita Sáenz.

Los conspiradores, delatados por uno de ellos, el venezolano Pedro Carujo quien
por la delación fue perdonado, fueron penalmente enjuiciados. Aun cuando Bolívar
era partidario del perdón, Urdaneta no tuvo miramientos y llevó el proceso hasta
las últimas consecuencias: los juicios fueron muy severos y sumarios, según el
decreto de conspiradores, consaldo de 14 pasados por las armas y Santander
sentenciado a la pena máxima, la cual le fue conmutada por el destierro y
destitución del cargo militar como general. Además.

Después del 25 de septiembre, la Dictadura acentuó su poder al prohibir las


sociedades secretas, perseguir la masonería, suprimir la libertad de imprenta,
suspender las municipalidades, entre otras medidas de tipo represivo.

La suerte está echada y ya no hay retorno. Las consecuencias de los atentados


alejan cada vez más las soluciones, y con ellas las posibilidades de restablecer la
estabilidad, ni mucho menos el establecimiento de un clima de reconciliación
nacional: Colombia está mortalmente herida y prácticamente desahuciada; la
desintegración está en camino y Ni siquiera la dictadura del Libertador podrá
evitarla. Tal dictadura fue el segundo intento de Bolívar por poner orden a la
república y mantener la unidad colombiana.

CONGRESO ADMIRABLE

La alternativa monárquica también se paseó por algunas mentes, como solución a


los graves problemas que vivía Colombia en sus postrimerías.

El proyecto de monarquía iniciado por el Consejo de Ministros en ausencia de


Bolívar, desaprobado posteriormente por éste; la dictadura, la aspiración
autonómica de los pueblos y la disposición oficial que instaba a que se emitiese
criterio con absoluta libertad, por la prensa o por cualquier otro medio, sobre la
naturaleza del gobierno, sobre la Constitución y la forma de elegir al jefe de
Estado que debía adoptarse, fueron elementos que movieron la opinión pública en
Venezuela para que culminara la sepa-ración .

Parecía que el ambiente de anarquía generalizada y de exacerbación en los


partidarios de ambos bandos, a lo que se sumaba la cada vez más fuerte
tendencia separatista venezolana, sólo se podía solventar mediante la
implantación de una forma de gobierno centralizada y poderosa: la dictadura,
por un lado, o la monarquía, por el otro.

El hecho de concentrar los poderes dictatorialmente en las manos del Libertador


fue el primer esfuerzo, pero una vez fracasada la dictadura sólo se vislumbraban
dos opciones: cambiar el modelo de Estado para instaurar una monarquía o
reorganizar el gobierno, con la salida de los protagonistas de los últimos sucesos
(valga decir, Santander y Bolívar) para abrir paso al restablecimiento de la paz y el
orden. Previamente, y durante los acontecimientos ligados a La Cosiata, Páez le
había sugerido al Libertador la formación de un imperio al estilo napoleónico, con
el propio Bolívar como titular de dicha corona, lo cual tuvo como respuesta un
firme y decidido rechazo.
Hacia el año de 1829, el proceso de disgregación de Colombia estaba bastante
avanzado, muy especialmente en Venezuela -sobre todo el eje Valencia-
Caracas--, donde se reavivan las pasiones surgidas años antes con el desarrollo
del movimiento de La Cosiata

Más que a ciegas, la Oligarquía marcha a tenor de sus determinaciones clasistas;


más que a emigrar ella misma -la oligarquía cacaotera- está dispuesta a perseguir
sus enemigos. Simón Bolívar y Antonio José de Sucre son los primeros
proscritos. En 1830 comienza el proceso. Ocurre el desmembramiento de
Colombia que estaba herida desde la Cosiata en 1826 por factores caudillismos y
'centrífugos'. Bolívar fenece, y con él, su Proyecto integracionista
.
Mientras los acontecimientos se precipitan de manera acelerada, el Libertador se
juega su última carta en su lucha por mantener la integridad de Colombia: convoca
un Congreso Constituyente al cual dio la denominación de Admirable; el mismo se
instala en Bogotá el 20 de enero de 1830 y es presidido por el Mariscal de
Ayacucho, Antonio José de Sucre. Asisten al Congreso 47 diputados, ante los
cuales presenta lo que a la postre será su último documento político de carácter
público: su Mensaje al Congreso Constituyente de la República de Colombia, en el
cual:

1. Reseña los acontecimientos que llevaron a Colombia a tal situación.


2. Reconoce las dificultades que implica la tarea de «construir un pueblo», es
decir, el rol de estadista en una república que se inicia como tal.
3. Solicita una nueva Constitución, que regiría los destinos de la nación a partir de
entonces.
4. Explica las razones que llevaron a la implantación de su dictadura.
5. Comenta los sufrimientos de la Patria como consecuencia de lo hasta ahora
ocurrido.
6. Renuncia a los poderes que, como dictador, le fueron conferidos y, en
consecuencia, entrega el mando ante el Congreso.

Por otra parte, desde finales de 1829, entre valencianos y caraqueños se motoriza
el proceso de la separación definitiva de Venezuela de la unidad colombiana
«Entre los meses de noviembre y diciembre de 1829 se alternan asambleas
populares en Valencia y Caracas que buscan este fin. La actividad es muy notable
y acelerada, pues la decisión de separarse es prácticamente un hecho, al que sólo
le falta consumarse legalmente; y hacia esta meta se mueven los participantes.
Poco después, y casi paralelamente al Congreso Admirable, en Venezuela, el
general José Antonio Páez, el 13 de enero del mismo año, promulga un decreto
proclamando la autonomía de Venezuela con respecto a Colombia y convocando
a la realización de elecciones para lo que será el Congreso Constituyente de
Valencia.

Aunque el Congreso Admirable logra realizar casi cabalmente todo lo propuesto, el


éxito es incompleto, pues no hubo manera de acordarse con los separatistas
venezolanos; incluso a pesar de la reunión sostenida entre ambas partes en la
Villa del Rosario de Cúcuta, el 18 de abril de 1830, a la cual asisten por Colombia
el Mariscal Sucre, el Obispo Esteves y el licenciado Francisco Aranda; mientras
que por Venezuela asisten Mariño, el Dr. Ignacio Fernández Peña y Martín Tovar.

El 6 de mayo de 1830 se instala en Valencia el Congreso Constituyente. Destaca


la asistencia, como diputados, de Andrés Narvarte, Alejo Fortique, Francisco
Javier Yanes, Ángel Quintero, José Tadeo Monagas, Miguel Peña, Diego Bautista
Urbaneja, Antonio Febres Cordero, Juan José Pulido, José Francisco Unda,
Vicente Michelena, entre otros. Este Congreso:

1. Ratifica la separación de Venezuela de Colombia.


2. Nombra interinamente a José Antonio Páez como presidente y a Diego Bautista
Urbaneja como vicepresidente.
3. Elaboró una Constitución de carácter centro-federal.
4. Estableció una nueva división político-territorial en 11 provincias: Caracas,
Cumaná, Carabobo, Coro, Maracaibo, Barinas, Mérida, Apure, Barcelona,
Margarita y Guayana.
5. Determinó el reglamento del poder ejecutivo nacional, asesorado por un
Consejo de Gobierno.
6. Designo nuevos funcionarios de alta jerarquía.
7. Amplió la libertad de imprenta.
8. Mantuvo vigente la esclavitud, al igual que la servidumbre indígena.
9. Estableció medidas de carácter económico, como restricciones al cultivo y
venta del tabaco y la industria del aguardiente o limitaciones a la explotación y el
consumo de sal.
Se impone así, pues, la disolución de Colombia, y nace la República de Venezuela
bajo el protagonismo de la cúpula militar formada en la lucha independentista y los
grupos oligárquicos (caraqueño y valenciano, principalmente), cuyos intereses
salieron favorecidos con la separación.

 RENUNCIA A LA PRESIDENCIA

Después de los hechos, Bolívar siguió gobernando en un ambiente enrarecido,


acorralado por disputas fraccionales sufriendo de tuberculosis. Las revueltas
continuaron. Perú se declaró en contra de Bolívar y Venezuela se proclamó
independiente. Páez ocupó la presidencia de ese país e hizo que el Congreso
aceptara la renuncia de Bolívar a mediados del año 1830 y lo expulsara del país
concediéndole una pensión de 3.000 pesos anuales.

 VIAJE A CARTAGENA

Bolívar fue autorizado por Monteverde a trasladarse el 27 de agosto de 1812 a la


isla de Curazao, ocupada por los ingleses, en la goleta española Jesús, María y
José junto con José Félix Ribas, Vicente Tejera y Manuel Díaz Casado, donde
permaneció un corto período.

Después se trasladó a Cartagena de Indias, en Nueva Granada, donde el proceso


independentista se había iniciado el 20 de julio de 1810 y había desembocado en
la formación de varías Juntas supremas que rivalizaban entre sí. En este
panorama compuso un manuscrito conocido como el Manifiesto de Cartagena, en
el cual hizo un análisis político y militar de las causas que provocaron la caída de
la Primera República de Venezuela y exhortaba a la Nueva Granada a no cometer
los mismos errores que Venezuela para no correr la misma suerte.

También en este manifiesto proponía fórmulas que ayudaran a remediar las


divisiones y a promover la unión de los distintos pueblos de América para lograr el
objetivo común, la Independencia.

Así al poco de llegar, Bolívar solicitó al gobierno de Cartagena prestar servicio en


sus tropas y le fue concedido el mando de una guarnición de 70 hombres en la
pequeña localidad de Barrancas con la que empezaría a forjarse su futuro
prestigio militar.

Al principio, Bolívar estaba subordinado a un aventurero francés llamado Pierre


Labatut pero, en contra de las órdenes de este, decidió tomar la iniciativa
realizando una campaña para derrotar a las partidas realistas que se encontraban
en las orillas del río Magdalena a la vez que aumentaba el adiestramiento y el
contingente de sus tropas.

Como resultado de esta campaña, logró liberar varias poblaciones como Tenerife,
El Guamal, El Banco, Tamalameque y Puerto Real de Ocaña; logró derrotar a
diversas guerrillas realistas que operaban en la zona y finalmente ocupó Ocaña.

Ante estos logros, el coronel Manuel del Castillo, Comandante General de


Pamplona, solicitó su ayuda para detener a los realistas que amenazaban con
entrar desde Venezuela. Para ello, el coronel Bolívar tuvo que pedir autorización al
Gobierno de Cartagena para intervenir en territorio del Gobierno de las Provincias
Unidas.

Cuando se la dieron, llegó hasta la frontera con Venezuela mediante la Batalla de


Cúcuta, acción en la que atacó el 28 de febrero de 1813 a las fuerzas españolas y
le dio méritos suficientes para que el Congreso y el Gobierno le nombraran
ciudadano de la Unión y le concedieran el rango de Brigadier a cargo de la
División de Cúcuta.

Desde febrero hasta abril de 1813 tuvo que permanecer en Cúcuta detenido por
trabas legales y por diferencias con Castillo que empezaba a verle con suspicacia
ante sus deseos de avanzar sobre Venezuela. Para entonces, Bolívar disponía de
una fuerza eficaz y rodeada de una brillante oficialidad neogranadina que estaba
dispuesta a seguirlo en una eventual reconquista de Venezuela.

Sucre era conocido en el ejército con los apodos de Mulengue alusión que hizo el
general Luis Urdaneta, cuando escribe a Juan José Flores desde Tocaima 19 días
antes del asesinato: A García, el diputado por Cuenca, le instruí de todo lo que
debía decir a Ud. y ahora le añado que es preciso que Ud. redoble su vigilancia
con el M Tres días antes del crimen, el periódico 'El Demócrata' de Bogotá publicó
el siguiente artículo: Acabamos de saber con asombro, por cartas que hemos
recibido por el correo del Sur, que el general Antonio José de Sucre ha salido de
Bogotá Las Cartas del Sur aseguran también que ya este general marchaba sobre
la provincia de Pasto para atacarla; pero el valeroso general José María Obando,
amigo y sostenedor firme del Gobierno y de la libertad, corría igualmente al
encuentro de aquel caudillo y en auxilio de los invencibles pastusos. Puede que
Obando haga con Sucre lo que no hicimos con Bolívar

ASESINATO A SUCRE

Como se ve, el asesinato de Sucre fue como una Crónica de una muerte
anunciada, ya que el mismo fue planificado y ejecutado en las Montañas de
Berruecos, cerca de Pasto el 4 de junio de 1830 con alevosía, ensañamiento,
ventaja y premeditación, allí permaneció su cadáver por más de 24 horas hasta
que los pobladores de las localidades cercanas le dieran cristiana sepultura. Si el
mariscal se hubiese ido por Buenaventura, allí lo esperaba el general Pedro
Murgueitio para darle muerte; si optaba por la vía de Panamá lo acechaba el
general Tomás Herrera, y desde Neiva lo vigilaba el general José Hilario López. El
Libertador, que rara vez se equivocaba en sus sentencias, exclamó: Yo pienso
que la mira de este crimen ha sido privar a la patria de un sucesor mío

CONCLUSIÓN

Bolívar inició su camino por la política después de la muerte de su esposa, esto


ocurrió el 10 de Mayo de 1828, lo que despertó su interés por la política fue el
amor que tenía por su patria Venezuela, especialmente Caracas. De una vez
comenzó a participar en la sociedades de caracas y hasta juró que no descansaría
hasta ver a Venezuela con igualdad de clases sociales, solidaridad, la abolición de
los privilegios y la Independencia de Venezuela, luego de comenzar su viaje por la
política le vinieron ideas a la mente como la libertad, la igualdad, el derecho a la
educación, abolir la monarquía y establecer una república.
Bolívar después del fracaso que tuvo en la Primera República hizo un manifiesto
en donde expresó las causas de las pérdidas de la primera república y estableció
orientaciones y medidas que debe tomar la nueva granada para evitar el destino
sufrido por Venezuela.
Bolívar quiso expresar el gobierno que se establecía en Venezuela en aquellos
tiempos y todo lo que quería que se estableciera en Venezuela a través de una
carta la carta que hoy conocemos como carta de Jamaica

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