VALORES Etica y Deontologia
VALORES Etica y Deontologia
VALORES Etica y Deontologia
Según el subjetivismo, los valores no existen en sí y por sí, sino que son meras
creaciones de la mente, existen solamente para mí; lo que hace a una cosa
valiosa es el deseo o el interés individual. El subjetivista piensa: El valor de un
exquisito manjar, no está en él, sino en mi paladar, que lo saborea y le confiere
un valor determinado.
-Los valores son supra temporales, son extra territoriales y extra históricos;
valen aquí y allá; ayer, hoy y siempre.
Según Max Scheler, los valores son esencias, cualidades a priori, que no
dependen en nada del sujeto que los capta ni de los bienes en que se hallan
incorporados. El conocimiento se produce por intuición de esencias. El filósofo
germano compara los valores a los colores; sostiene que, del mismo modo
como el color azul, por ejemplo, no se torna rojo cuando se pinta de rojo un
objeto azul, tampoco los valores resultan afectados por lo que ocurre a sus
depositarios. La independencia implica inmutabilidad. Los valores son, además,
absolutos; sólo nuestro conocimiento de los valores es relativo.
Según Nicolai Hartmann, los valores son objetos ideales, a la manera de las
ideas platónicas. Los valores son esencias independientes de los bienes; tienen
carácter a priori; son absolutos, a pesar de que presentan cierta forma de
relatividad; tienen un “ser-en-sí-ideal”, y finalmente revisten el carácter de
principios.
Las cosas no creadas por el hombre (los seres naturales) solo adquieren un
valor al entrar en una relación peculiar con el, al integrarse en su mundo como
cosas humanas o humanizadas. Sus propiedades naturales, objetivas, solo se
vuelven valiosas cuando sirven a fines o necesidades de los hombres, y cuando
adquieren, por lo tanto, el modo de ser peculiar de un objeto natural humano.
Así, pues, los valores poseen una objetividad peculiar que se distingue de la
objetividad meramente natural o física de los objetos que existen o pueden
existir al margen del hombre, con anterioridad a- o al margen de- la sociedad.
La objetividad de los valores no es, pues, ni de las ideas platónicas (seres
ideales) ni la de los objetos físicos (seres reales, sensibles). Es una objetividad
peculiar-humana, social-, que no puede reducirse al acto psíquico de un sujeto
individual ni tampoco a las propiedades naturales de un objeto real. Se trata de
una objetividad que trasciende al marco de un individuo o de un grupo social
determinado, pero que no rebasa el ámbito del hombre como ser histórico-
social. Los valores, en suma, no existen en sí y por si al margen de los objetos
reales- Cuyas propiedades objetivas se dan entonces como propiedades
valiosas (es decir, humanas, sociales)-, ni tampoco al margen de la relación con
un sujeto (el hombre social). Existen, pues, objetivamente, es decir, con una
objetividad social. Los valores, por ende, únicamente se dan en un mundo
social; es decir por y para el hombre.