William Carlos Williams Unam
William Carlos Williams Unam
William Carlos Williams Unam
México, 2011
ÍNDICE
PRÓLOGO
EL ASFÓDELO : APROXIMACIONES A
WILLIAM CARLOS WILLIAMS,
PURA LÓPEZ COLOMÉ 3
EL DESCENSO 10
EL VIENTO SUBE 11
JOVEN SICOMORRO 12
A UNA POBRE VIEJA 13
TRES POSICIONES 13
(DE PATERSON LIBRO I) 15
(DE PATERSON LIBRO II) 16
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EL ASFÓDELO :
APROXIMACIONES A WILLIAM CARLOS WILLIAMS
Decir, no ideas
sino cosas.
¿Qué lenguaje ordinario se desenreda?
una confesión... obligada
El lenguaje, el lenguaje /les falla/
No conocen las palabras /o no tienen/
El valor para usarlas...
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la respuesta. Desde el principio supe que la lengua
norteamericana debía dar forma al patrón...‖
Y ¿cómo ocurre el proceso de formación? Para va-
riar, Williams mismo lo describió en su introducción a
La cuña: ―Su movimiento es intrínseco, ondulante, de
carácter físico más que literario. En el poema, este
movimiento se distingue por el carácter del discurso
del cual ha nacido...‖
En esa misma introducción, Williams hace su famo-
sa descripción del poema como máquina y enfatiza la
importancia crucial del acto poético que comienza en
el discurso que el poeta escucha: ―Cuando un hombre
hace un poema, lo hace, quiero decir, torna las pala-
bras como las encuentra, interrelacionadas a su alre-
dedor, y hace una composición... para que constituyan
una revelación en el uso de su lengua‖.
Lo interrelacionado a su alrededor: el poeta no se
encuentra aislado, tejiendo juegos verbales y ana-
gramas; el poeta es aquel que anda por la vida escu-
chando, comprometiéndose, participando más que
observando. De aquí que toda la poética de Williams
se base en la sensualidad por conducto de la inflexión
y el modismo norteamericanos.
Con estos amorfos principios y el material (tamba-
leante en sí mismo) hecho de escenas e imágenes
cuidadosas en su mayoría, Williams llegó al poema.
Pero al escribir se enfrentó una y otra vez con el pro-
blema del uso del discurso real que poseyera algo
más que color local. En Williams una cosa era usar el
lenguaje; otra, encontrar al individuo a través del len-
guaje y otra, mezclar los elementos de la vida con
modismos originales que hicieran las veces de válvu-
la de la dicción poética formal: he aquí toda la ma-
quinaria que lo diferencia de poetas como Sandburg,
e.e. cummings y hasta Whitman quien, a pesar de su
interés por las características norteamericanas, sie m-
pre utilizó un vocabulario fuertemente tradicional.
La visión del mundo para Williams parte de los te-
rrenos de las sensaciones que ―hay que comunicar‖;
¿cómo?: por medio de la imaginación.
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(De Kora en el Infierno: Improvisaciones)
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derado como sus antecedentes y sesgos imagista-
objetivistas, su poesía tiene a ratos un elemento so-
bresaliente: un énfasis en la verdad, la exactitud, la
presentación concreta. Williams encontraba su pecu-
liar imagismo considerablemente difícil de modificar.
Experimentaba un infantil placer y confianza en las
cosas: siempre tiene en la boca el tan familiar,
pragmático y norteamericano These are the facts, ya que
está entonces en su papel de poeta-pragmático-gringo
por excelencia. Y ¿qué pasa cuando uno se queda con
ganas de algo más que la organización característica del
imagismo u objetivismo de muchos de sus poemas cor-
tos? Pues que dicho elemento se transforma en una or-
ganización musical y temática madura por completo
en sus poemas largos, concretamente en Paterson,
esa extraordinaria combinación de poesía y prosa:
versos sueltos cortados por tercetos más breves, re-
tórica aparentemente formal, partes de teatro en ver-
so, un sobrepuesto montaje de citas acerca de
Paterson, notas y cartas no muy apasionadas de otros
escritores. Esta clara literaria batida a punto de turrón
que es Paterson, nació de la necesidad del escritor por
expresar su fascinación respecto de un lugar-hombre-
lenguaje. Sorprendente resultan Williams y este poema
en cinco libros, esta solemne renuncia a cualquier
forma o género tradicional y que, en este sentido, es
sólo comparable a los Cantos o a Moby-Dick. Wi-
lliams, apolíneo y dionisíaco, quiere ir más allá de las
palabras; en el poema tendrá que haber plantas, anima-
les, motores, nada más que la vitalidad per se. Por
fuerza tendría que coincidir con Pound:
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Luego, lo mismo son las palabras, llámese a la acción
microscópica de donde emanan
―Sócrates‖ o como se quiera...
7
...El tercer libro fue Kora en el infierno. Maldita sea; la
frescura, la novedad de una primavera que yo había sen-
tido existir entre los demás, el nuevo despertar de las le-
tras, todo ese júbilo que significaba un intento del
mundo por coincidir con la supremacía del pasado, esta-
ba siendo eliminado por la guerra. La estupidez, el cal-
culado vicio de una sociedad hambrienta de dinero como
la que yo conocí y contra la que tan violentamente es-
cribí; todo lo que quería ver vivir y luchar, estaba mu-
riendo en nombre de la Iglesia y del Estado. Esto era
Perséfone en el Hades, en el infierno. Kora era la prima-
vera del año, mi año, mi ser que estaba siendo asesinado.
¿Para qué negarlo? Entonces, con objeto de descansar, de
dejar de hacer planes y de pensar, comencé a escribir
impetuosamente...
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obra de William Carlos Williams, poeta de asfódelos
de flores verdes, de lunas que son vacas de luminosa
leche, de ciruelas abandonadas y de manzanas que
se pudren en la zanja; poeta, en fin, que como
Guillén —apunta Paz— posee un realismo no imita-
tivo y hace una crítica del mundo que se convierte en
potencia activa al servicio de las cosas; narrador, c u-
ya práctica de la medicina dio acceso a los jardines
secretos del ser; escritor que coincide con lo que
Cernuda ha dicho de la poesía: ―nos consuela, nos
consuela de esta vida‖.
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(de Selected Poems)
EL DESCENSO
10
El descenso
hecho de desesperanza
sin logros
cae en la cuenta
del nuevo despertar:
que es el revés
de la desesperanza.
Así, lo que no logramos,
lo negado al amor,
lo que hemos perdido antes –
se hace descenso
sin fin, indestructible.
EL VIENTO SUBE
La tierra
se ve arrasada
Los árboles
las puntas del tulipán
brillantes
se ladean y
se vuelcan –
Suelto, flota
tu amor
¡Vuela!
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En cada punta de una rama
nueva
sobre el torturado
cuerpo del pensamiento
que aprieta
la tierra
está el camino
hacia la última
punta de la hoja
JOVEN SICOMORO
¿Sabes?
este árbol joven
cuyo tronco redondo y firme
entre el mojado
pavimento y la coladera
(donde el agua
gotea) se alza
corpóreo
en el aire
con un impulso
ondulante a la mitad –
y luego
se divide y mengua
disparando
nuevas ramas hacia
todas partes –
se cuelga capullos
se adelgaza
hasta reducirse
a dos
ramas
excéntricamente anudadas
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que se doblan
como cuernos superiores
le saben bien
saben bien
a ella saben
bien a ella
puedes notarlo
en su modo de darse
a la mitad del todo
chupada en su mano
le queda el consuelo
de ciruelas maduras
que parecen llenar el aire
y saben bien.
TRES POSICIONES
I: ELAINE
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comienzan en la punta
del pasto donde tal vez
la sonrisa a medias
hacia planes adultos
atrapa
II. ERICA
la línea melódica es
todo,
en esta obra
la sostuve admirado
entre los dedos
reverencia
fue mi aceptación
del nombre
escandinavo
Erica
por los ancestros
de tu padre
el resto todavía
es un misterio
tu nariz que desprecia
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girando en el puente
señala el camino
al interior
III: EMILY
la pequeña cabeza
tu
abuelo
lo sabe
si algo
sabe
ofrece
la danza
en talento
la línea
en el doblez
de tu barba
deja
que te lleve
lejos.
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en términos diferenciados; a través
de lo múltiple, una reducción a la unidad; audacia,
una cascada; nubes disueltas en una salida arenosa
una pausa reforzada;
Bellísima cosa
—¡toda la ciudad en ruinas! Y
las flamas una torre
pensamiento, pensamiento
que es una hoja, una
piedrita, un viejo
de un cuento escrito por
Pushkin .
¡Ah!
rayos podridos des-
plomándose,
. una botella vieja
maltratada
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son flamas cuyo rasgo es una panza
propia que destruye—tal como hay fuegos
que humean
humean toda una vida y nunca explotan
en llamas
Papeles
(consumidos) echados al viento. Negros.
La tinta, al quemarse, se hizo blanca, blanca metal. Así sea.
Ven, belleza avasalladora. Ven pronto. Así sea.
Polvo entre los dedos. Así sea.
Ven, futilidad zarrapastrosa. Aduéñate.
Así sea. Así sea.
Un perro de metal, ojos
flameantes en un corredor lleno de flamas. Una ebriedad
de flamas. Así sea. Una botella, maltratada
por el fuego, doblada de la risa:
amarilla, verde. Así sea—sobreviviente
por la ebriedad, con bufidos de flama. Fuego, ¡haz fuego!
Así sea. Tragando fuego. Así
sea. Retorcido de la risa por el fuego,
el fuego mismo. Así sea. Se ríe de las flamas entre
dientes,
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noticias, líquido para el aliento.
Vocifera su risa, gritando—investida
de gracia en la arena
—o la piedra: agua de oasis. El vidrio
embarrado de arcoíris concéntricos
de fuego frío que el fuego ha legado
al enfriarse, su flama
en desafío—la flama que envolvía al vidrio
sin flores, reflorecida por
la flama: una segunda flama sobrepasa
el calor .
¿La Biblioteca?
un reto a la autoridad
—quemó los poemas de Safo a propósito
(¿o es que aún se encuentran escondidos
en las criptas del Vaticano?) :
la belleza es
un reto a la autoridad :
porque al
desenvolverse era, fragmento por fragmento
una caja de momias de papel maché por fuera
y por dentro un sarcófago egipcio .
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papeles en el viento
de antiguas conflagraciones, tomados
azarosamente por los enterradores, capa tras capa,
para hacer moldes
para los muertos
Bellísima cosa
Es inútil.
Bellísima cosa
Poeta.
¿Estás ahí?
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abrió el camino a los demás—
Muda, su
acción por gracia de la flama
las cascadas
de flamas, una catarata en reversa, disparando
hacia arriba (¿qué más da?)
El lenguaje,
20
manteniendo
un secreto gozo en la flama que no nos atrevemos
a reconocer)
La persona se sumergió
en la maravilla, el fuego transformado
en la persona
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Lo que debería ser extraño
es basura; porque no contiene nada tuyo.
Te escupen, literalmente,
pero sin ti nada. La biblioteca
está tapada y muerta
No el inmenso arder
sino los muertos (los libros
permanecen). Leamos
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Ilustración:
Number 3, 1951 de Jackson Pollock
Ed itor:
Pablo Mora
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