Trabajo Final
Trabajo Final
Trabajo Final
DIRECCIÓN DE PREGRADO
NOMBRE
Profesor: Alumnos:
Sierra, Carlos. Sección “N”
Introducción 1
1.Servidor Publico 2
Conclusión 10
Bibliografía 11
Introducción
El servidor público es una persona que trabaja al servicio del Estado. Es designado por una
autoridad competente (conforme al ordenamiento legal), para desempeñar los cargos de mayor
nivel entre los poderes públicos y los organismos autónomos. En el mismo orden de ideas, tiene
la autoridad para tomar las decisiones, aunque no es su función exclusiva, solo es una de las
características que lo diferencia del resto de los cargos. En todos los casos, el servidor público
puede ser contratado (de manera permanente o temporal) a cambio de una remuneración y de
brindar un servicio de utilidad social sobre la base de la justicia, la razón y la argumentación por
encima de cualquier interés individual.
Aunado a ello, brinda sus servicios para satisfacer una demanda colectiva de interés general y su
labor está sujeta a un régimen especial de derecho público. Su trabajo implica una
responsabilidad y un compromiso hacia la comunidad, por lo que debe cumplir con ciertos
principios éticos que dependen, a su vez, de las características culturales de cada país. Los
valores más comunes relacionados al servicio público son: velar por los intereses del Estado,
orientados a satisfacer el bienestar general y público por sobre el particular, ser responsable de
sus actos durante el desempeño de la función pública, ser honesto en cada una de sus tareas de
servicio público, capacitarse y perfeccionarse en su área de trabajo,respetar la igualdad de
oportunidades, cumplir la Constitución de su país y hacerla cumplir y conocer el código de
normas pertinente de ese país y hacerlo cumplir.
Los funcionarios públicos tienen una gran responsabilidad debido a que sus labores están
dedicadas el beneficio de la sociedad por medio de las entidades del Estado y por esto mismo
están vigiladas por los entes de control así como por las veedurías y las personas en general, por
estos motivos los funcionarios públicos tienen funciones como: atender las situaciones que
afectan a la sociedad que representa y mediar en la solución de problemas y conflictos
Por otro lado, iintentar una formación ética fundada en el esfuerzo de los particulares, en sus valores
específicos y en sus motivos en parte egotistas en parte altruistas, es apostar por ideales que motiven
actitudes morales individuales; es construir compromisos éticos para apreciar a los otros como parte de
mi mundo de la vida, para reconocerlos como valores, pero no como valores de utilidad, sino como
valores en sí, como ciudadanas y ciudadanos que pueden dirigir sus vidas en forma correcta, que
pueden empeñar su voluntad ética hacia el alcance de un vivir colectivo auténticamente humano sin
tener que pasar por la violencia y la destrucción mutua.
Una buena sociedad se construye con el aporte de correctos funcionarios públicos. Por eso la
implicación en esta tarea debe implicar a gobiernos, instituciones, empresas y a una ciudadanía
comprometida y responsable. Con una educación en valores sentamos las bases de esos
ciudadanos que trabajarán para lograr un mundo mejor. Lo hacemos con un aprendizaje
orientado la ética, los valores morales, la empatía y el respeto hacia los demás.
1. Servidor Público
Gaceta Oficial N° 36.496 de fecha 15 de julio de 1998, el Código de Conducta de los Servidores
Públicos, donde en su artículo 1° nos dice:
Artículo 1°: Este Código tiene por objeto fundamental normar la conducta de los servidores
públicos respecto a los principios éticos que han de regir el ejercicio de las funciones que
desempeñan en la administración pública nacional. A los efectos de este Código las expresiones
«funcionario público», «empleado público» y «servidor público» tendrán un mismo y único
significado.
En la Gaceta Oficial N° 37.522 de fecha 06 de septiembre de 2002, encontramos la Ley del
Estatuto de la Función Pública y en su Título I, Disposiciones Fundamentales, en su 3° artículo,
nos dice:
Artículo 3°: Funcionario o funcionaria público será toda persona natural que, en virtud de
nombramiento expedido por la autoridad competente, se desempeñe en el ejercicio de una
función pública remunerada, con carácter permanente.
En la Gaceta Oficial N° 5.637 Extraordinario de fecha 07 de abril de 2003, encontramos la Ley
Contra la Corrupción, y en su Título I, Disposiciones Fundamentales, Capítulo I, Disposiciones
Generales, en su artículo 3°, nos dice:
Artículo 3°. Sin perjuicio de lo que disponga la Ley que establezca el Estatuto de la Función
Pública, a los efectos de esta Ley se consideran funcionarios o empleados públicos a:
1. Los que estén investidos de funciones públicas, permanentes o transitorias, remuneradas
o gratuitas, originadas por elección, por nombramiento o contrato otorgado por la
autoridad competente, al servicio de la República, de los estados, de los territorios y
dependencias federales, de los distritos, de los distritos metropolitanos o de los
municipios, de los institutos autónomos nacionales, estadales, distritales y municipales,
de las universidades públicas, del Banco Central de Venezuela o de cualesquiera de los
órganos o entes que ejercen el Poder Público.
En la Gaceta Oficial N° 5.891 Extraordinario de fecha 31 de julio de 2008, Decreto N° 6.265,
con Rango, Valor y Fuerza de Ley Orgánica de Simplificación de Trámites Administrativos, en
el Capítulo III, La Administración Pública al Servicio de los Ciudadanos, Funcionaria o
Funcionario Público, en su artículo 35°, nos dice:
Artículo 35°. La funcionaria o funcionario público es, ante todo, un servidor público y como tal
su actividad debe estar dirigida a servir eficientemente a las personas procurando la plena
satisfacción del interés colectivo.
Realmente, pudiéramos profundizar muchísimo más dentro de este interesante tópico, pero la
idea es dejar claro que:
Todo funcionario público, empleado público o servidor público, administra en forma directa o
indirecta, recursos del estado (del pueblo) brindando un servicio de utilidad social, por ende, su
comportamiento debe, necesariamente, ser intachable, ya que la comunidad espera de él, su
conocimiento, idoneidad, conciencia, valores humanos, ética, humildad, honestidad, lealtad,
claridad y transparencia.
Uno de los rasgos que más deben sobresalir de un servidor público es su ética, ya que las
consecuencias de sus acciones suelen llegar a un conjunto mayor de la sociedad. A esto se le
suma el prestigio social con el que cuentan, ya que, en muchos casos suelen manejar fondos
económicos estatales (por ende son el resultado del aporte de todos los ciudadanos), además del
hecho que suelen representar instituciones con una larga tradición.
Según lo expuesto por Chapus, R. (1992) citado por Kiriakidis, (2003,126), quien indica que
desde el punto de vista administrativo, no puede sino entenderse por funcionario el agente
público titular, o bien el agente público que ha sido titularizado en uno de los grados de Función
Pública.
Por su parte, Rondón de Sansó, H. (2003,23), para referirse a la Función Pública , utiliza la
expresión de cargo público, e indica, que es una esfera de competencias , atribuciones , deberes y
derechos de una organización; siendo por lo tanto, el funcionario público considerado
genéricamente ,el sujeto de la función pública, comprendiendo a todos ellos cualquiera sea su
orden, calidad o situación.
Por último, Urosa, D. (2003, 11 y 13), indica que la Función Publica corresponde a toda aquella
labor realizada por los funcionarios que según la Ley han sido investidos de tal cualidad , a
través de las cuales se realizan las actividades que corresponden a los entes públicos que
conforman el Estado; y expone que tal denominación de funcionario público se les da a esas
personas que actúan ejerciendo la función pública ; y dice la autora citada – como nación amplia-
que el funcionario público es la persona encargada de ejercer una función pública por cualquier
título o condición.
Motivador
Ser motivador es un factor relevante para que las personas que trabajan en el sector público
vayan a cumplir sus funciones de la mejor manera y puedan ayudar a que los objetivos
institucionales se cumplan en la fecha programada.
Promueve el diálogo
Serenidad
Enfocado en resultados
Esta es una cualidad imprescindible pues todas las entidades públicas y sus funciones están
hechas para cumplir una serie de objetivos. Si el servidor público no llega a su trabajo con la idea
de alcanzarlos entonces no ayudará al desarrollo general.
Sabe delegar
Una sola persona no va a poder acumular toda la carga de una entidad. Por eso, es vital
saber delegar, crear una línea horizontal de trabajo para empoderar a su equipo, motivarla
y, como consecuencia, cumplir o superar los objetivos.
El servidor público de buena conducta será aquel que durante el ejercicio de sus funciones
practique cabal y rigurosamente los siguientes principios.
La honestidad de los servidores públicos será practicada y apreciada según los siguientes
criterios:
a) Los servidores públicos deberán rechazar en el ejercicio de sus funciones los regalos,
invitaciones, favores, dádivas, pago de viajes, uso de medios de transporte o cualquier clase de
halagos, beneficios materiales o
inmateriales, ofrecidos por personas o grupos interesados en obtener decisiones favorables o de
cualquier tipo.
b) El servidor público deberá abstenerse en forma absoluta de ejercer sus funciones o autoridad
con fines distintos al interés público. A tal efecto no deberá, en ninguna circunstancia, vincular
su vida privada con el desempeño del cargo que ejerce, ni utilizarlo para hostigamiento, acoso o
seducción de cualquier tipo.
c) Los servidores públicos se abstendrán de celebrar contratos de cualquier naturaleza con la
República por sí, ni por terceras personas.
d) Los servidores públicos se inhibirán de conocer o participar por sí o por terceras personas en
asuntos en los cuales tengan directa o indirectamente especial interés.
e) Las entrevistas con personeros o particulares interesados en una determinada decisión deberán
ser efectuadas en la respectiva oficina o lugar de trabajo del funcionario.
f) El acceso a datos e informaciones que dispongan los servidores públicos debido al ejercicio de
sus funciones, competencias, labores o empleos no deberá ser utilizado para fines distintos de los
institucionales.
g) Los subordinados no deben ser obligados a realizar durante el tiempo de trabajo actividades
correspondientes a los asuntos e intereses personales de sus superiores.
h) Ningún servidor público después de asumir su cargo o funciones podrá continuar
desempeñándose como administrador de sus negocios particulares, inversiones o empresas, si
éstas menoscaban el estricto cumplimiento de sus deberes en cuyo caso deberán delegar sus
poderes de administración.
i) Quienes hayan ejercido funciones públicas se abstendrán, por un año, de utilizar la
información obtenida en el ejercicio de su cargo en contra de los intereses de la República.
j) El servidor público mostrará la rectitud e integridad de su conducta escogiendo siempre
cuando esté delante de dos opciones la mejor y más ventajosa para el bien común.
k) El servidor público ejercerá con moderación y discreción las prerrogativas inherentes al cargo
y se abstendrá de ello cuando cause algún perjuicio a los legítimos intereses de los usuarios de
los servicios públicos.
l) El servidor público bajo ninguna circunstancia retardará o dificultará a cualquier ciudadano el
ejercicio regular de su derecho y menos en forma que pueda causarle daño moral o material.
La infancia es el periodo transcurrido desde el nacimiento hasta los 6 años, donde comienza el
proceso de reconocimiento de personas y de sí mismos, actividades físicas y adquisición de la
lectoescritura y el lenguaje. La niñez abarca de los 6 a los 12 años. Es cuando se consolida su
identidad, se adquiere conciencia de sus capacidades y limitaciones, se percibe su situación en el
mundo social, y se aceptan normas, comportamientos cooperativos y de participación, y se
desarrollan actitudes de respeto recíproco y tolerancia. Una vez identificado el rango de edad,
desde allí pueden comenzar a implementarse programas destinados a fomentar la participación
de niñas y niños interactuando en los ámbitos familiar, escolar, comunitario y social.
Se considera que la infancia es la etapa más propicia para que una adecuada y completa
educación influya en la construcción de ciudadanos que sepan cuáles son tanto sus derechos
como sus obligaciones ante los demás dentro del tejido social. Este último se reforzará,
precisamente, con el uso de este tipo de enseñanza que es a corto, mediano y largo plazo. Por
tanto, permitir una activa participación a los infantes es un complemento indispensable en el tipo
de educación al que se viene haciendo referencia y que será motivo de análisis en el desarrollo de
este apartado.
Dentro del marco jurídico internacional, la Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos
del Niño proclamó hace más de veinticinco años el derecho de los menores a la participación. Se
trata de un tratado internacional de 54 artículos que afirma la necesidad de proporcionar cuidados
y asistencias especiales al niño en razón de su vulnerabilidad. Destaca la importancia de la
familia en su protección y asistencia, la necesidad de protección jurídica antes y después del
nacimiento, el respeto a los valores culturales de su comunidad y el papel de la comunidad
internacional para que los derechos del niño se hagan realidad.
Lamentablemente, se ha tratado de una aceptación retórica que no siempre, y menos dentro de
los sistemas jurídicos nacionales, ha sido acompañada de medidas para que efectivamente
puedan ejercerse los derechos que allí se consagran, por más que sea un instrumento vinculante
desde el punto de vista jurídico. Es recién con esta convención, adoptada en 1989, que se
formula la participación infantil como derechos, y no sólo como principios, consignados desde el
artículo 11 al 17 de dicho cuerpo jurídico.
En un interesante trabajo realizado sobre este tema, se recogen experiencias que constatan que
los grupos formados por jóvenes que en su infancia vivieron experiencias participativas han
adquirido una idea de ciudadanía más elaborada, más exigente. Éstos ponen mayor énfasis en el
sentido crítico y en el compromiso social y político.
Estos valores no están determinados ni por la cultura ni por la religión ni por el tiempo ni por
ningún otro condicionante. Son innatos al ser humano, perdurables en el tiempo y trasladables a
cualquier lugar del mundo.
Además de estos valores universales, cada individuo puede sumar otros valores subjetivos que
tienen que ver con su personalidad, con la educación recibida, con la sociedad en la que vive, con
su nivel cultural, con sus creencias, etc. El conjunto de todos nuestros valores (valores humanos
universales y valores personales) nos construye como personas y son los responsables de nuestra
manera de estar en el mundo.
¿Puedes imaginar cómo serías si no tuvieras los valores humanos de los que hemos hablado?
¿Cómo te comportarías ante las distintas situaciones que se te presentan? ¿Cómo sería tu vida?
¿Tendría sentido? Quizá una persona sin los valores fundamentales no sabría qué hacer en cada
momento, cómo dirigirse en la vida… o tal vez haría cualquier cosa en cada momento sin pensar
en las consecuencias. Por ejemplo, si un vecino te molesta cada noche haciendo ruido, ¿qué
serías capaz de hacer? Si tienes hambre cuando vas caminando por la calle, ¿cogerías lo que
quisieras de cualquier tienda o restaurante? Es difícil imaginar cómo sería una persona sin
ningún valor, ¡es casi imposible!
Como ya debes estar imaginando, los valores humanos son los pilares de la humanidad. Por eso
es tan importante educar en valores a los niños y niñas. No solo les ayuda a ser mejores personas,
capaces de relacionarse y comportarse de manera correcta en cada momento. ¡Hay más! Una
educación basada en los valores humanos les aportará seguridad, confianza, fuerza, sabrán qué
hacer y qué esperar de los demás.
Se desarrollarán sin grandes conflictos y se convertirán en personas adultas que harán de este
planeta un lugar agradable en el que vivir. La humanidad necesita personas que no solo se
preocupen de sí mismas, sino también de aportar su granito de arena a la sociedad. Solo si vamos
de la mano construiremos el mundo que queremos, y ya puestos... ¡hagámoslo bonito!
A los individuos hay que educarlos desde que nacen y continúan su formación a lo largo de toda
su vida, pues desde el momento del nacimiento está receptivo para inculcarle ciertos valores.
Educar bien no significa conocer y utilizar muchas técnicas, sino poner la mejor intencionalidad
en la actividad normal de la relación humana en el hogar.
Los seres humanos están inmersos en un mundo en el que lo afectivo invade todo lo que lo
rodea, por tanto educadores y maestros deben enseñar, instruir y orientar acerca de los valores.
La atmósfera familiar es el clima general de relación dentro del hogar, atmósfera que está
determinada en su mayor parte por los valores de la familia. Un valor familiar es todo aquello
que es importante para los padres.
Los valores son las normas de conducta y actitudes para un buen comportamiento. Hay valores
fundamentales que todas las personas deben asumir para poder convivir unos con otros, por lo
que es imperativo tenerlos siempre presentes y cumplirlos sin perjudicar a nadie.
Es lógico que los niños pequeños no viven los valores con el mismo grado de desarrollo que los
adultos, pero durante los primeros años van aprendiendo, probando y tanteando cosas y van
percibiendo lo que deben hacer y lo que no deben hacer. En este proceso ven en otros niños lo
que hacen bien o mal, pero sobre todo, ven en los adultos el claro ejemplo de lo correcto y
quieren comportarse como ellos, es decir, ponen mucha atención al comportamiento de los
mayores y los imitan.
Por lo anterior, los adultos pueden intentar enseñar ciertos valores con discursos, pero si sus
hechos no son consecuentes con sus palabras los niños “escucharán” su comportamiento y
aprenderán algo muy distinto a lo que pretenden esos adultos cercanos.
Para que los padres puedan inculcar los valores en los hijos deben conocer muy bien las
características de las etapas por las que pasan los niños y adolescentes, pues esto no solo ayuda a
conocerlos más y a comprenderlos, sino que también permite orientarlos mejor, apoyándose en
los rasgos dominantes de cada edad, en sus intereses y comportamientos para acompañarlos, sin
angustiarse por los errores cometidos, ni sentirse totalmente responsables por los errores de los
hijos.
Para ello es necesario utilizar un modelo de crianza que incluya unas rutinas tendientes a la
formación de hábitos para que cuando el niño crezca los convierta en valores que formen parte
de su manera de ser.
Todo grupo humano tiene formas particulares de organización de sus prácticas sociales. Dichas
formas específicas sobre la concepción del mundo integran su cultura. Toda cultura posee
costumbres así como un sistema de valores sobre el entorno que interpretan aquellos individuos
que participan de ella. Los valores expresan el perfil del hombre resultante de un contexto
cultural y un concepto de nación.
Los valores son ideas que comparten y aceptan los integrantes de un sistema cultural y que
influyen en su comportamiento. Se refieren a pautas deseables de conducta individual y
colectiva, y proporcionan los parámetros que determinan qué conductas son apropiadas. Estos se
integran por un conjunto de creencias sobre lo justo y lo injusto, sobre lo bueno y lo malo, estos
constituyen la base de las actitudes y las conductas externas de los hombres; son los cimientos de
una educación encaminada a lograr un desarrollo humano integral, que busca formar al individuo
de manera correcta.
Dado que en toda cultura es posible encontrar una infinidad de valores, estos han sido
clasificados para su estudio en valores políticos, sociales, económicos, religiosos, familiares,
materiales, afectivos, artísticos, etcétera.
Es importante destacar que así como existen valores en una cultura también es posible identificar
contravalores, anti-valores o valores negativos que son la antítesis de los mismos, esto es, la
maldad se opone a la bondad, la injusticia a la justicia, la mentira a la verdad, la pereza al
trabajo, etcétera. En general, estos contravalores se oponen al desarrollo pleno de las personas y
por ende de la comunidad. En el mundo los anti-valores se han expandido de manera
indiscriminada y han invadido ámbitos sociales, económicos, culturales, deportivos, laborales,
políticos. Al ser esto así, han invadido también la esfera de lo público, al desarrollarse como
virus al interior de las instituciones públicas y le han hecho daño.
Algunos de los principales contravalores que enferman la salud de las instituciones públicas son:
la ambición, la adulación, la avaricia, la codicia, la complicidad, el compadrazgo, el desorden, la
desconfianza, el desenfreno, el dedazo, la deslealtad, la estafa, el egoísmo, el fraude, la
hipocresía, la injusticia, la ineptitud, la irresponsabilidad, la insolencia, la incompetencia, la
improvisación, la impunidad, el libertinaje, la mentira, la malversación de recursos, el nepotismo,
la negligencia, la prevaricación, la rapiña, el soborno, el tráfico de influencias, el temor, la
traición, entre otros. Por sí mismo, cada vicio puede ser objeto de un análisis exhaustivo, sin
embargo comúnmente nos referimos a estos utilizando la palabra corrupción.
En este apartado se ha definido qué son los valores y los tipos de contravalores. A continuación
se abordan aspectos que se refieren al aspecto de la ética en el servicio público.
El principio de una acción mala como de una acción buena, es una determinación, un acto de
voluntad y todo aquello que en nosotros tiende a la razón. No hay que dudar, por tanto, de que
también estas cosas cambian. Pero los cambios en nuestro obrar están bajo el control de nuestra
voluntad: luego, también lo están la determinación y el principio de que ellos se originan; en
consecuencia, no hay duda de que está en nuestro poder el hacer el bien o el mal.
En el ámbito público, todo gobierno lleva a cabo sus determinaciones de acuerdo a los principios
que posea. Los principios que tenga un gobierno se establecen de acuerdo a la naturaleza de cada
pueblo, retomando su historia, cultura y tradiciones.
En el caso del hombre, éste también posee principios que le conducen en su actuar. Cuando estos
principios son sólidos y positivos existe la posibilidad de que las actitudes del individuo sean
honestas, pero cuando los principios son negativos son ilimitadas las ideas perversas que puede
llegar a generar el hombre.
Ahora bien, dadas las características culturales de cada país en el mundo, no existe un
documento universal sobre los valores éticos para ser aplicado a todos los países; sin embargo,
existen valores que son comunes en muchos de estos:
Actitud innovadora, es tener siempre iniciativa para trabajar resolviendo conflictos y
cumpliendo las metas encomendadas.
Amistad, implica mantener una relación sana con los compañeros de trabajo.
Ambiente de trabajo equitativo, se refiere al trabajo en equipo en el que todos participen
realizando tareas de manera proporcional.
Principio del bien común, significa que la suma del esfuerzo colectivo servirá para
coadyuvar a la satisfacción de las demandas de la población.
Capacidad para el cargo, implica que aquellas personas que ocupen un cargo deben ser
competentes.
Confianza, es tener la seguridad de que las personas con las que se labora no fallarán en
sus tareas.
Comunicación, consiste en establecer los canales adecuados a fin de que siempre fluya la
información.
Calidad en el trabajo, es realizar las tareas de forma adecuada y en la oportunidad
requerida, cuidando el más mínimo detalle.
Compromiso con la sociedad, es importante recordar que los servidores públicos existen
para servir a la sociedad, el pago por sus servicios proviene de ella, por lo que es
importante cumplirle.
Disciplina, es cumplir con su deber ajustándose a las políticas y normas de la institución.
Eficiencia, es comprometerse a alcanzar los resultados esperados utilizando el mínimo de
esfuerzos y recursos.
Espíritu de servicio, es tener vocación para servir a la comunidad y no a la inversa, es
vivir para el servicio y no del servicio.
Franqueza, es ser sincero con los demás y consigo mismo, una de las herramientas más
eficaces para combatir la corrupción es ser intolerantes ante la mentira. Al respecto,
Federico Reyes Heroles señala: “La mentira, el engaño consciente, degrada igual las
relaciones interpersonales y las familiares que las empresariales o las políticas. Es por
ello imprescindible fomentar un verdadero tributo a la verdad como actitud cotidiana”.
Fiabilidad, es poder tener confianza y credibilidad en las personas.
Honradez/honestidad, es la cualidad de obrar con rectitud e integridad.
Imparcialidad, es servir por igual a toda persona sin inclinarse a favor o en contra
manteniéndose neutral.
Integridad, es tener probidad y gozar de mérito.
Lealtad a la constitución, es tener fidelidad para con el país, con las instituciones, con la
patria, sin engaños, sin mentiras, sin traiciones.
Liderazgo, es la capacidad que posee un individuo para influir en las conductas de otros.
Mérito, son las acciones que realizan los hombres dignos de estima, consiste en
esmerarse dando pruebas de aptitud, buscando a su vez ser reconocidas.
Mejora continúa, consiste en buscar de manera permanente métodos más eficaces para
implementarlos en el trabajo, buscando siempre estar a la vanguardia o por lo menos en
permanente dinamismo.
Objetividad, consiste en ser imparcial o desapasionado en su juicio.
Presentación, se refiere al aspecto físico, un buen servidor público debe estar siempre
impecable.
Profesionalización, se refiere a que toda tarea a realizar dentro de la administración
pública debe ser ejecutada por personal experto en su área, gentes con profesión, sin caer
en la improvisación.
Rectitud, es la cualidad de actuar de manera integra con sentido de justicia.
Respeto, es tratar con educación a las personas, mostrando cortesía y urbanidad.
Respeto de género, consiste en tratar con cortesía y equidad a las personas del sexo
opuesto, en el trabajo, evitando el acoso sexual.
Responsabilidad, consiste en asumir el compromiso de cumplir con las tareas
encomendadas.
Sencillez, es actuar con humildad, respeto y amabilidad sin prepotencia o altanería.
Sensibilidad, es la capacidad de sentir física y moralmente la problemática de la gente, es
resolver las demandas con trato humano.
Tolerancia, es respetar las opiniones y prácticas de los demás aunque sean contrarias a las
nuestras, es soportar con paciencia los actos de otros siempre que estos sean correctos.
Transparencia, consiste en mostrar con claridad, sin miedo, las operaciones realizadas.
Uso correcto del poder, es usar la autoridad pública por el bien de la comunidad,
resolviendo las necesidades de la población.
Los antivalores y las prácticas corruptas han invadido cada ámbito de la vida pública: el político,
el social, el económico y el cultural. Las sociedades contemporáneas viven sumergidas, de
manera generalizada, en una crisis de valores, situación que genera una gran confusión y
desorientación en los individuos que las integran, es decir, en servidores públicos. Dicha
confusión genera una mente híperpermisiva la cual se refleja en conductas nocivas que afectan a
las sociedades contribuyendo al incremento de los problemas mundiales.
Esta situación afecta a los gobiernos al incubarse en su interior individuos que realizan prácticas
corruptas por sistema, lo que ha generado que la corrupción haya alcanzado el grado de
pandemia. Cuando se ausentan los valores éticos en los asuntos de Estado aparecen diversas
conductas antiéticas, algunas incluso consideradas como delitos. Cada uno de los diversos
antivalores participa, ya sea de manera directa o indirecta, en la corrupción o alteración de las
funciones básicas de gobierno, situación que a su vez genera el incumplimiento de las metas
establecidas en los programas de gobierno, lo que equivale a decir que no se logran los
resultados.
Cuando funcionarios públicos, en servicio o en calidad de aspirantes, son tocados por los
antivalores, se olvidan del objetivo de todo gobierno que es la justicia y el bien común de la
comunidad política. Actualmente hay un desvío de los objetivos originales de la política, los
intereses de muchos políticos ya no son los intereses de los ciudadanos, lo que se busca de éstos
es el voto para llegar al poder, legitimarse y mantenerse en él. El fin ha sido sustituido por el
medio.
En el ámbito público existen numerosas oportunidades y espacios donde ni siquiera el más
estricto conjunto de controles, normas y sanciones institucionales puede garantizar que los
servidores públicos actúen de forma éticamente correcta y eviten un acto de corrupción si es esto
lo que realmente desean. La sola implementación de controles externos al individuo, las
novedosas y sofisticadas medidas anticorrupción, no disminuyen las acciones corruptas, de
hecho, el incremento es mayor.
Es decir, los actuales instrumentos de control no bastan para detener la corrupción ya que dejan
de lado lo esencial, todo lo que se refiere a la esfera interna del individuo, a su educación, a sus
valores, a su percepción y convicciones. Es hacía la concienciación a donde hay que dirigirse
para hacer factible el propio control del servidor público, el autocontrol.
La identificación de instrumentos relacionados con la ética pública, algunos ya existentes en el
escenario internacional, resultan fundamentales a la vez que necesarios para atajar los problemas
de corrupción en los gobiernos y administraciones públicas en claro ascenso.
Posteriormente en cada etapa académica debe haber presente en cada institución, asignaturas
dedicadas a la formación de buenas costumbres y valores, igualmente la presencia de
especialistas estudiando el comportamiento de cada individuo para hacer alguna intervención en
caso de una corrección en cuanto a una mala acción y así educar de manera temprana.
En caso de los servidores públicos deben asistir a talleres y cursar asignaturas en las que
refuercen sus valores personales, aprendan en cuanto a la ética de su respectiva área y así
comprender la importancia de él buen manejo de la profesión, para en su campo laboral realizar
una práctica correcta de sus conocimientos.
Existentes organizaciones gubernamentales deben penar alguna falta ética de un profesional, para
que la misma no se propague y evitar actos corruptos y de aprovechamiento en el área.
¡Ser buenas personas, ciudadanos y profesionales es cuestión de todos!
Conclusión
En cuanto a lo abordado con anterioridad, se comprende que la ética y los valores son la base de
una buena sociedad, en la cual la educación debe comenzar desde edades tempranas, por ser las
más propicias para inculcar valores y buenas costumbres, debido a que la buena convivencia se
rige por normas de conducta que todas las personas deben conocer, por lo tanto es de gran
importancia educar en valores para afrontar la vida desde la correcta manera de hacerlo.
Así mismo el servidor público, debe ser por naturaleza una persona rica en valores y principios,
que comprenda la responsabilidad que conlleva su labor y desempeñe sus funciones de una
manera adecuada, teniendo presente la honestidad, la solidaridad, liderazgo, principio de bien
común, disciplina, eficiencia, entre muchos más valores tanto éticos y Morales. Evitando caer en
la tentación de actos ambiciosos y corruptos, por lo tanto debe contar con la formación
estratégica en la que reciba la orientación sobre el comportamiento en su área.
La principal propuesta para radicar los antivalores presentes en la sociedad y fomentar las buenas
costumbres es la educación, Implantando distintos métodos en la comunidad e instituciones
educativas.
"Las buenas costumbres, y no la fuerza, son las columnas de las leyes; y el ejercicio de la justicia
es el ejercicio de la libertad".
Simón Bolívar.
Bibliografía
Código de Conducta de los Servidores Públicos. Gaceta Oficial de la República Bolivariana de
Venezuela, Nº 36.496, 15 de julio, 1998.
Kiriakidis, J. (2003). Notas sobre la situación jurídica de los contratados por la administración
pública en la Ley de la Función Pública. (Comp.) El régimen jurídico de la función pública en
Venezuela. Libro homenaje a la Dra. Hildegard Rondón de Sansó. Tomo I. Caracas: Ediciones
FUNEDA.
Ley Contra la Corrupción, Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela, N°
5.637,07 de abril, 2003.
Ley del Estatuto de la Función Pública. Gaceta Oficial de la República Bolivariana de
Venezuela,N° 37.522, 06 de septiembre, 2002.
Ley Orgánica de Simplificación de Trámites Administrativos, Gaceta Oficial de la República
Bolivariana de Venezuela, N° 5.891,31 de julio, 2008.
Tarantino Salvatore. (2012, octubre 25). El servidor público en Venezuela, sus cualidades y
responsabilidades. Recuperado en: https://www.gestiopolis.com/servidor-publico-venezuela-
cualidades-responsabilidades/