GALINDO MARTIN - Crecimiento Economico
GALINDO MARTIN - Crecimiento Economico
GALINDO MARTIN - Crecimiento Economico
Lectura:
«Crecimiento Económico»
Miguel Ángel Galindo Martín*
CRECIMIENTO ECONÓMICO
Los economistas han venido prestando gran atención al estudio del crecimiento
económico. Esto ha sido debido en gran parte a que gracias a él se consigue una mayor
prosperidad. Por ello, la idoneidad de las medidas diseñadas por el decisor político se
mide en términos del crecimiento que genera. El objetivo de este artículo es, una vez
expuestos los hechos estilizados, analizar las distintas teorías de crecimiento así como
exponer los principales trabajos que han estimado los efectos de diferentes factores
sobre el crecimiento económico.
Palabras clave: crecimiento económico, teorías clásicas, modelo de Solow, crecimiento endógeno.
Clasificación JEL: O4.
cremento sostenido del producto per cápita o por traba- largo plazo desde 1820, tanto de algunos de los países
jador». Así pues, desde este planteamiento, sería un que hoy en día están desarrollados como de los que es-
aumento del valor de los bienes y servicios producidos tán todavía en proceso de desarrollo. En líneas genera-
por una economía durante un período de tiempo. les, el crecimiento per cápita ha sido más rápido en
Por lo que se refiere a su medición, por regla general aquellas economías que ya eran prósperas en el Si-
se suele utilizar la tasa de crecimiento del producto inte- glo XIX. Por ejemplo, el PIB en Francia y Alemania au-
rior bruto y se suele calcular en términos reales para eli- mentó 13 veces y en Estados Unidos hasta 17 veces. El
minar los efectos de la inflación. Asimismo, en función caso asiático muestra un incremento también importan-
de las estadísticas disponibles también se suelen em- te, ya que su PIB creció 27 veces. En cambio, en los
plear otros indicadores, como por ejemplo, el PIB por países iberoamericanos solo lo hizo siete veces, mien-
trabajador, la productividad, etcétera. Ahora bien, estos tras que en África su situación en 1992, en términos me-
indicadores han sido objeto de críticas, que se pueden dios, es la misma que mostraban los países europeos
concretar en el hecho de no considerar algunos aspec- en 1820.
tos tales como la desigualdad económica, algunas ex- Esta circunstancia no podía ser explicada de una for-
ternalidades, los costes del crecimiento, las rentas no ma satisfactoria por el comportamiento del progreso tec-
monetarias, los cambios en la población o la economía nológico, tal como sostenía la aportación neoclásica
informal, que suele ser muy relevante en los países me- (Agénor, 2000, página 392). En efecto, la evidencia em-
nos desarrollados. pírica muestra que las pautas de crecimiento seguidas
Es por esto que se han ido introduciendo diferentes tanto en los países industrializados como en los menos
indicadores destinados a medir el desarrollo humano desarrollados, indican una serie de hechos que las teo-
(Gadrey y Jany-Catrice, 2006), que se pueden clasificar rías del crecimiento tienen que explicar, y, en concreto,
en cuatro grupos: los referentes al desarrollo humano y serían los siguientes (Agénor, 2000, páginas 398-415):
progreso social, como el Índice de Desarrollo Humano 1) El producto por trabajador crece a niveles muy di-
(IDH) o el Index of Social Health (ISH); los que formulan ferentes entre los distintos países.
un PIB ampliado, como el Measure of Economic Welfare 2) El crecimiento del capital y del trabajo no explica
de Nordhaus y Tobin; los que incluyen aspectos me- totalmente la tasa de crecimiento del producto. Ello im-
dioambientales como el Index of Sustainable Economic plica, en definitiva, que a la hora de analizar el creci-
Welfare (ISEW), el Genuine Progress Indicator (GPI), o miento resulta imprescindible introducir otros elementos
Sustainable National Income (SNI); y el índice de bie- que influirían sobre él.
nestar económico, elaborado por Osberg y Sharpe 3) Las tasas de crecimiento del producto entre los
(2000), que incluye cuatro elementos: los flujos del con- diferentes países parece que no están relacionadas con
sumo per cápita, la distribución de la renta, la pobreza y los niveles iniciales de la renta per cápita.
la acumulación neta de recursos productivos. 4) Las tasas de crecimiento de la población se rela-
cionan negativamente tanto con el nivel de renta per cá-
3. Hechos estilizados pita como con la tasa de crecimiento de la renta per cá-
pita existente en los países.
La evolución histórica de los países muestra que las 5) Las naciones con bajas (altas) tasas de ahorro y
tasas de crecimiento anuales medias variaban de una de inversión tienden a presentar bajos (altos) niveles de
forma importante entre los distintos países. Esto se pue- renta y tasas de crecimiento per cápita.
de comprobar a través de los datos proporcionados por 6) Las tasas de pobreza parecen estar relacionadas
Maddison (1995), en los que se recoge el crecimiento a negativamente con el crecimiento. Los datos empíricos
vienen a destacar un efecto asimétrico del crecimiento En general, los autores clásicos trataron de analizar
sobre la pobreza, ya que el nivel de pobreza en algunos de forma sistemática y rigurosa cuáles son los factores
países iberoamericanos solo mejora ligeramente, a pe- que potencian el crecimiento y el enriquecimiento eco-
sar de haber experimentado un importante crecimiento nómico (O’Brian, 1989 y Gaffard, 1997, entre otros). En
en términos relativos (Lipton y Ravallion, 1995 y Londo- concreto, A. Smith (1776) afirma que la riqueza de las
ño y Székely, 1997). naciones depende esencialmente de dos factores: por
7) Respecto a la relación entre la desigualdad y el un lado, de la distribución que se realice del factor traba-
crecimiento, las posturas se han ido modificando a lo jo entre las actividades productivas e improductivas, y,
largo del tiempo. Las primeras aportaciones afirmaban por otro lado, del grado de eficacia de la actividad pro-
que existía una relación positiva entre desigualdad y ductiva (progreso técnico). Pero a su vez estos dos fac-
crecimiento. En los últimos años esta postura se ha vis- tores se ven influenciados por otros que tienen gran im-
to modificada, ya que dicha desigualdad generaría un portancia en el proceso: la división del trabajo (especia-
clima social adverso que afectaría negativamente a la lización), la tendencia al intercambio, el tamaño de los
iniciativa privada y, en definitiva, a la inversión, lo que mercados (uso del dinero y el comercio internacional), y,
daría lugar a un menor crecimiento. finalmente, la acumulación de capital, que en última ins-
8) El mayor volumen de exportaciones e importacio- tancia se considera el elemento esencial que favorece
nes, así como el grado de apertura, están relacionados el crecimiento de un país. Ahora bien, Smith también in-
positivamente con el crecimiento (Lipton y Ravallion, dica que existe una serie de perturbaciones en los facto-
1995 y Londoño y Székely, 1997). res que pueden generar efectos negativos como, por
9) La inflación afecta negativamente al crecimiento. ejemplo, la fatiga que ocasiona la tarea rutinaria deriva-
10) El grado de desarrollo del sistema financiero se da de la división del trabajo. También pueden existir si-
relaciona positivamente con la tasa de crecimiento del tuaciones que ocasionen la falta de paz social, tan nece-
producto (Levine, 1997). saria para que se produzca la inversión necesaria para
Como hemos indicado, por tanto, estos son los facto- el crecimiento, como por ejemplo las revoluciones. Por
res que deben ser explicados por la teoría del creci- ello, concede una gran relevancia al papel que desem-
miento moderna, lo que ha propiciado la aparición de peña la educación para evitar estas perturbaciones in-
una extensa literatura. Vamos seguidamente, en los pró- deseables.
ximos apartados, a mostrar los aspectos esenciales ex- Ahora bien, a pesar de ello, Smith señala que todas
puestos por las principales corrientes respecto al creci- las naciones, gracias al desarrollo económico que expe-
miento económico, dividiéndolas en dos grupos, la clási- rimenten, alcanzarán un estado estacionario, ya que las
ca y la moderna. oportunidades de inversión se van agotando y con ello
el crecimiento. La llegada a este estado estacionario
4. La teoría clásica del crecimiento económico solo puede retrasarse con la apertura de nuevos merca-
dos y con la aparición de innovaciones que creen nue-
La teoría del crecimiento ha experimentado una im- vas posibilidades de inversión. Pero hay que tener en
portante evolución desde sus inicios. En términos gene- cuenta también que las leyes e instituciones existentes
rales, dentro de este ámbito se suelen incluir un conjun- en el país, en la medida en que éstas dificulten el comer-
to muy amplio de aportaciones que comprenden desde cio y reduzcan el campo de oportunidades de inversión,
los escritos de la escuela clásica —especialmente A. pueden acelerar o retardar la consecución de este esta-
Smith, T. R. Malthus y D. Ricardo— hasta las aportacio- do estacionario. Por su parte, Ricardo (1817) también se
nes de J. M. Keynes y la de J. A. Schumpeter. referiría a dicho estado estacionario, indicando que se
conseguiría gracias a la existencia de los rendimientos bles fases o estados. El primero de ellos es el estado
decrecientes y que se podría evitar a través de un au- estacionario, donde la economía no crece, y que se ca-
mento del capital y de la implantación del progreso téc- racteriza por presentar un determinado estado tecnoló-
nico. gico y por la repetición de los mismos procesos produc-
Para T. R. Malthus (1820), los factores que afectan tivos. La segunda fase, que sería la del crecimiento, se
negativamente al crecimiento económico son el exceso alcanza gracias a la introducción de ciertos cambios
de ahorro, un consumo escaso y la dinámica de la po- —que denomina innovaciones— en el proceso producti-
blación. Desde su perspectiva, el crecimiento económi- vo. Si resultan adecuados, generarán mayores benefi-
co necesita una demanda adicional. Pero para ello no es cios a la empresa innovadora, lo que animará a las em-
suficiente una mayor inversión, sino que es conveniente presas competidoras a introducirlos también en sus pro-
que esa mayor demanda venga acompañada de un in- cesos productivos con el fin de apropiarse de parte de
cremento de la oferta. De acuerdo con Malthus, la causa esos beneficios. Para ello, será necesario aumentar la
de que se llegue al estado estacionario está en la propia inversión. El resultado de este proceso de incorporación
dinámica de la población que crea rendimientos decre- de innovaciones es que durante esta fase la economía
cientes. experimenta un crecimiento positivo. Cuando todos los
Por lo que se refiere a la aportación de Keynes a la agentes han incorporado la innovación en sus respecti-
teoría del crecimiento económico, hay que destacar vos procesos productivos, la inversión se detiene y la
que, desde su punto de vista, son dos las variables a economía entra de nuevo en una fase de estado esta-
considerar. Por un lado, en su Teoría General (Keynes, cionario, al menos hasta que alguien introduzca una
1936) concede gran importancia al animal spirit, ya que nueva innovación, siendo el denominado empresario in-
afecta a las decisiones de inversión y a través de esta al novador el encargado de llevar a cabo esta tarea. Tras
crecimiento; y, por otro lado, al ahorro, ya que va a afec- dicha actuación sus rivales tenderán a imitarlo.
tar a la riqueza en función de lo que haga el individuo Ahora bien, el proceso que hemos expuesto está limi-
con él. Para que sea beneficioso a la sociedad, el ahorro tado por las siguientes circunstancias: en primer lugar,
tiene que venir acompañado de una nueva inversión tiene que ser posible realizar dichas innovaciones. En
(Keynes, 1930, 1932). En un artículo posterior (Keynes, segundo lugar, tiene que existir un empresario innova-
1937), indicaba que las alteraciones producidas en la dor, que esté dispuesto a arriesgar su dinero en un pro-
población, en la tecnología, en la distribución de la renta ceso productivo con la idea de obtener unos determina-
y, por consiguiente, en el ahorro, afectaban al crecimien- dos beneficios y que, además, esté interesado en intro-
to económico. ducir dichas innovaciones en su empresa. En tercer
Para finalizar con las aportaciones que hemos deno- lugar, resulta imprescindible un adecuado clima social
minado clásicas, vamos a referirnos a la de J. A. para poder realizar las tareas que acabamos de señalar.
Schumpeter (1911). En su modelo, las innovaciones son En cuarto lugar, hay que tener presente el comporta-
las que principalmente van a propiciar el crecimiento miento de los mercados financieros, ya que no es imagi-
económico, ya que a través de ellas se produce la acu- nable que los empresarios tengan siempre la capacidad
mulación. En este proceso, el empresario desempeña de autofinanciarse a la hora de introducir las mejoras
un papel esencial, al ser quien va a introducir dichas in- técnicas a las que nos acabamos de referir.
novaciones en el proceso productivo. Por ello, en su En resumen, desde una perspectiva general y de
teoría del crecimiento, la ciencia y la tecnología juegan acuerdo con Singer (1965), nos encontramos con que
un papel preponderante. En concreto, Schumpeter su- los planteamientos expuestos durante el período com-
pone que la economía puede encontrarse en dos posi- prendido entre 1750 y1936, en el que se encuadran las
distintas aportaciones de la teoría clásica del crecimien- sar las condiciones que deben cumplirse en una econo-
to, se caracterizan por mostrar un claro pesimismo res- mía de mercado para que se genere el volumen de de-
pecto al futuro de los países considerados en esos años manda agregada necesario para mantener una situa-
como industrializados y, por el contrario, un gran opti- ción de crecimiento sostenido, equilibrado y de pleno
mismo respecto a la situación futura de las economías empleo. Se trata, por tanto, de un análisis en el que el ni-
menos desarrolladas, siempre y cuando aprendan de vel de producción y su crecimiento vendrán determina-
los errores cometidos por los primeros y los eviten. Las dos por la demanda.
aportaciones muestran diferentes factores que propi- Gran parte de las aportaciones posteriores, sobre todo
cian el freno del crecimiento a largo plazo de las econo- las de Solow, Swan y las poskeynesianas, trataron de re-
mías más avanzadas: el agotamiento de las posibilida- solver los problemas de estabilidad del modelo de Harrod
des de inversión (Smith), la ley de los rendimientos de- y Domar. Además de éstas fueron apareciendo otras,
crecientes (Ricardo), la dinámica de la población como las de crecimiento endógeno y las neoschumpete-
(Malthus), la disminución de la eficacia marginal del ca- rianas, que cuestionaban algunos supuestos y plantea-
pital (Keynes) o el deterioro del espíritu empresarial mientos de las anteriores. A todas ellas nos vamos a refe-
(Schumpeter). Pero la realidad no corroboraría este pe- rir en los siguientes apartados.
simismo y además la situación que experimentaron las
economías tras la Segunda Guerra Mundial propició la Los modelos neoclásicos de crecimiento exógeno
aparición de nuevas teorías del crecimiento económico,
dando lugar a lo que se ha denominado la teoría moder- Estos modelos parten de las aportaciones de Solow
na, que es la que analizaremos en el siguiente apartado. (1956) y Swan (1956), en los que se introduce una fun-
ción de producción con rendimientos constantes a esca-
5. La teoría moderna del crecimiento la y decrecientes para cada uno de los factores producti-
vos, junto al supuesto de mercados perfectamente com-
En términos generales, las aportaciones que se inclu- petitivos, lo cual conduce a la economía a una situación
yen en este grupo se caracterizan por mostrar un mayor de equilibrio sostenido a largo plazo con pleno empleo.
grado de formalización y de análisis empírico que las Esta situación de equilibrio se corresponde con tasas
teorías clásicas, debido fundamentalmente, tanto a los nulas de crecimiento de la renta per cápita. Este último
avances realizados en el ámbito econométrico como a resultado, junto a la necesidad de explicar las tasas de
la importante mejora de la información estadística, que crecimiento positivas que se observan empíricamente
han permitido considerar un mayor número de países, y en las distintas economías, justifican la introducción del
también incorporar un número más elevado de varia- progreso tecnológico como el factor exógeno que deter-
bles, no sólo cuantitativas sino también cualitativas. Hay mina la existencia de tasas de crecimiento positivas a
que señalar que gran parte de las aportaciones que va- largo plazo de la renta per cápita. Es precisamente debi-
mos a estudiar en este apartado suponen una mejora do a esta necesidad de introducir mejoras técnicas ge-
y/o modernización de las aportaciones clásicas, siendo neralizadas y exógenas, por lo que a estos modelos se
el punto de partida las aportaciones de Harrod (1939, les denomina de crecimiento exógeno.
1948) y de Domar (1946, 1947). Como característica De acuerdo con lo que acabamos de indicar, el deci-
fundamental, puede destacarse que estos modelos na- sor político tiene escaso margen de maniobra para tratar
cen del objetivo común de dinamizar el análisis econó- de afectar al crecimiento económico mediante las medi-
mico de Keynes (Galindo y Malgesini, 1994, pági- das que diseñe para ello. Además, desde esta perspec-
nas 24-26). En concreto, dicho modelo trataba de expre- tiva, los países alcanzarán la convergencia económica
real gracias a la existencia de los rendimientos margina- no alteran el capital, por lo que la producción vuelve a
les decrecientes. ser la misma. La economía no consigue aumentar el
stock de capital y permanece constante hasta el final de
Modelo de Solow los tiempos (Sala-i-Martín, 1999, página 24).
En definitiva, de acuerdo con este modelo, cualquier
Como se ha indicado anteriormente, el modelo de So- desviación que se genere se autocorregirá. En efecto, al
low (1956), que sería desarrollado paralelamente por suponer que la función de producción es cóncava y cre-
Swan (1956), suele ser considerado como la base para ciente, nos encontramos con que siempre vamos a te-
analizar el crecimiento económico moderno. Las hipóte- ner un solo punto de intersección, k*, por lo que tene-
sis y ecuaciones que conforman este modelo son las mos solución y ésta es única (Abraham-Frois, 1995, pá-
que se indican a continuación (Solow, 1982, pági- gina 138). Por tanto, la solución del modelo de Solow
nas 152-153)1, y se recogen en el Cuadro 1. conduce a la economía a una situación de equilibrio
La ecuación [1] de dicho cuadro es la ecuación funda- sostenido a largo plazo con pleno empleo, donde las ta-
mental del modelo de Solow, que nos indica la trayecto- sas de crecimiento de la renta en términos per cápita
ria que sigue el stock de capital per cápita, que depende son nulas.
de k, siendo el resultado de la diferencia entre la inver- Por último, hay que señalar que el modelo de Solow
sión (o ahorro) por trabajador (sf(k)) y la inversión que ha sido objeto de diversas ampliaciones con el objetivo
hay que realizar teniendo en cuenta que el trabajo crece de completarlo y mejorarlo. Una forma para hacerlo es
a una tasa n y el capital se deprecia a una tasa d((n+d)k). incluir el progreso tecnológico, para explicar las tasas
Su representación gráfica también se recoge en Cua- positivas de crecimiento (Burmeister y Dobell, 1970, y
dro 1, donde k* representa el estado estacionario, que Heijdra y van der Ploeg, 2002). De esta forma, el mode-
es aquella situación en la que las variables crecen a una lo de Solow expone las siguientes predicciones (Man-
tasa, cumpliéndose así que k=0, & lo que significa que kiw, 1995, página 277):
sf(k)=(n+d)k. 1) A largo plazo, la economía alcanza el estado es-
Por tanto, si nos encontramos en un nivel inferior a k*, tacionario que es independiente de las condiciones ini-
por ejemplo k0, la inversión efectiva será superior a la de ciales.
equilibrio, por lo que k crecerá, hasta que alcancemos 2) El nivel de renta correspondiente al estado esta-
k*; y una vez alcanzado el capital per cápita no variará. cionario depende de las tasas de ahorro y de crecimien-
Lo contrario ocurriría si partiésemos de una situación to de la población. Cuantos mayores sean dichas tasas,
por encima de k*. Así pues, convergemos hacia el nivel mayor y menor será, respectivamente, el nivel del esta-
del estado estacionario, que se considera como un equi- do estacionario de la renta per cápita.
librio estable. Los cambios que se produzcan en el resto 3) La tasa de crecimiento de la renta per cápita del
de las variables, ahorro, depreciación..., suponen un estado estacionario depende solo de la tasa de creci-
desplazamiento de la función sf(k), dando lugar a una miento tecnológico.
alteración de k*. Pero cuando nos encontramos en el 4) En el estado estacionario, el stock de capital cre-
estado estacionario, las alteraciones que se produzcan ce a la misma tasa que la renta, de tal manera que la ra-
tio capital-renta es constante.
5) En el estado estacionario, el producto marginal
del capital es constante, mientras que el producto margi-
1
Para un desarrollo de este modelo véase GALINDO y MALGESINI
(1994); ARGANDOÑA et al. (1997); HEIJDRA y VAN DER PLOEG
nal del trabajo crece conforme a la tasa de progreso tec-
(2002, páginas 405-408) y SALA-I-MARTIN (1999, páginas 9-45). nológico.
CUADRO 1
MODELOS DE SOLOW Y AK
1. Se elabora solo un tipo de bien, cuyo nivel de producción viene 1. Muestra rendimientos constantes a escala.
recogido por la variable Y.
2. El ahorro (S) depende de la renta (Y) y se iguala a la inversión (I). 2. Presenta rendimientos positivos pero no decrecientes del capi-
tal.
3. La inversión neta (I) es el crecimiento en el tiempo del stock de 3. No satisface las condiciones de Inada, dado que el producto
capital (K). marginal del capital es siempre igual a A, por lo que no se aproxi-
ma a cero cuando K se aproxima a infinito y no se aproxima a in-
finito cuando K se aproxima a cero.
4. La función de producción incorpora dos factores, capital y trabajo 4. La tecnología AK presenta rendimientos constantes a escala, lo
Y = F (K,L). Se supone que es una función agregada, continua y que implica que a + b = 1 y que el factor productivo capital mues-
con rendimientos constantes, donde: Y es la producción, K el ca- tra rendimientos constantes, es decir, b=1.
pital, que se considera totalmente maleable, y L el trabajo.
5. El factor trabajo (L) coincide con la población total y crece a una
tasa constante y exógena n, es decir, que:
L&
=n
L
f(k)
sf(k) Tasa de crecimiento
constante
(n+ ? )k Curva de
ahorro (CA)
f(k)
sf(k) Curva de
depreciación (CD)
k0 k*
k
k0
6) La convergencia entre países homogéneos se cionario que otro inicialmente más adelantado, presen-
deriva de la dinámica de transición del modelo hacia el tará una mayor productividad marginal del capital (por
estado estacionario. Un país con menor stock de capital los rendimientos decrecientes de este factor) y, por tan-
per cápita inicial, que comparta el mismo estado esta- to, un mayor rendimiento, estímulo a la inversión, y un
mayor crecimiento económico. Así pues, y a la luz de lo neoclásico no se cumplían. En efecto, se observaba,
estos modelos, las medidas a adoptar para alcanzar la por ejemplo, la ausencia de convergencia en los nive-
convergencia se limitarán a la modificación y adaptación les de renta entre las distintas economías a nivel mun-
de sus estructuras productivas a las del resto de países dial, es más, aparecía una divergencia en los niveles
con los que se quiere converger. Una vez alcanzadas de renta per cápita, esto es, las tasas de crecimiento
unas estructuras homogéneas, la convergencia vendrá anuales medias variaban de forma importante entre los
por sí sola. distintos países, siendo considerablemente más eleva-
Una segunda forma de ampliar el modelo de Solow es das para los países industrializados. Esta circunstancia
introduciendo el capital humano en la función de pro- no podía ser explicada satisfactoriamente por el com-
ducción, tal y como hicieron Mankiw, Romer y Weil portamiento del progreso tecnológico tal como soste-
(1992). Según estos autores, al incluir en la función de nía la aportación neoclásica (Agénor, 2000, pági-
producción tanto el capital físico como el humano, se na 392).
puede comprender mejor la relación que existe entre el Además de la crítica que acabamos de indicar res-
ahorro, la evolución de la población y la renta, que a tra- pecto a los modelos neoclásicos, algunos autores afir-
vés del modelo de Solow tradicional (Mankiw, Romer y man que éstos tampoco proporcionaban conclusiones
Weil, 1992, página 408), señalando que de esta forma satisfactorias para explicar el fenómeno del crecimiento
es mayor la aportación al capital que en el caso del mo- basándose en tres razones (Lecaillon et al., 1995 y
delo no ampliado. Artus, 1993):
Desde el punto de vista de la política económica, 1) Resulta muy difícil admitir que el esfuerzo inver-
las implicaciones del modelo son importantes, ya que sor, los procesos de investigación y desarrollo (I+D), el
supone que el decisor político tiene escaso margen gasto público o la fiscalidad no tengan ningún efecto a
de maniobra para mejorar el crecimiento económico largo plazo sobre la tasa de crecimiento.
del país, debido a que las alteraciones que produzca 2) Los modelos neoclásicos no permiten conocer
con sus medidas sobre las variables consideradas en las causas por las cuales las tasas de crecimiento son
el modelo, como por ejemplo, aumentar la tasa de diferentes entre los países.
ahorro, sólo tendrán efectos positivos sobre la tasa 3) No se explica de una forma convincente por qué
de crecimiento a corto plazo, pero no producirán no se producen movimientos de capital de los países ri-
efectos en la tasa tendencial a largo plazo de la renta cos hacia los pobres, en los cuales la productividad mar-
per cápita de la economía. Así, por ejemplo, se consi- ginal del capital es mayor y, por tanto, de acuerdo con
dera que las alteraciones en el ahorro a través de los las hipótesis neoclásicas, dichos flujos deberían ser ma-
impuestos van a afectar tanto al producto como al yores.
consumo, pero sólo temporalmente. Serán las modi- Debido básicamente a estas críticas, a mediados de
ficaciones en el progreso técnico las que afectarán los ochenta surgen nuevos modelos que, alejándose del
de forma duradera. supuesto de rendimientos decrecientes para los facto-
res acumulables, tratan de encontrar una explicación
La teoría del crecimiento endógeno endógena al proceso de crecimiento. Los modelos de
crecimiento endógeno introducen, en definitiva, la posi-
Tras algunos años de olvido, en la década de los bilidad de alcanzar un equilibrio dinámico con tasas de
ochenta el análisis del crecimiento económico vuelve a crecimiento positivas que ahora no estarán explicadas
ser objeto de interés para los economistas. Una de las por el crecimiento exógeno de la productividad global.
razones principales fue que las predicciones del mode- Por el contrario, se afirma que el proceso de crecimiento
sostenido es un fenómeno endógeno a la propia diná- En concreto, la denominación de modelo AK2 se debe
mica de la economía, y de esta circunstancia se deri- a que la función de producción en su versión más senci-
va la denominación de esta nueva corriente (Barro y lla vendría expresada de la siguiente forma:
Sala-i-Martín, 1995, página 38).
En función de lo que acabamos de indicar, comproba- Y = F(K,L) = AK
mos que la diferencia fundamental de estos modelos de
crecimiento endógeno respecto a los modelos neoclási- donde: A es una constante exógena y que K es el ca-
cos-exógenos se encuentra en el supuesto que se intro- pital agregado. Las características de dicho modelo
duzca sobre los rendimientos de los factores acumula- se recogen en el Cuadro 1 (Sala-i-Martin, 1999, pági-
bles en la función de producción. En efecto, el supuesto na 52).
de rendimientos no decrecientes para el factor capital es Teniendo en cuenta la ecuación [2] y en la figura ante-
el que permite explicar de manera endógena soluciones rior recogida en el Cuadro 1 tenemos una función de
de equilibrio dinámico con crecimiento de la renta per ahorro lineal y horizontal, dada por sA, lo que contrasta
cápita positivo. La principal contribución de los modelos con la postura defendida por los modelos de crecimiento
de crecimiento endógeno es la de aportar y justificar las exógeno, en los que la función de ahorro es decreciente
distintas situaciones en las que pueden aparecer tales y se acepta la posibilidad de que exista convergencia. Si
rendimientos para el factor capital, constituyendo así un consideramos el caso en el que la economía es lo sufi-
paso adelante en la búsqueda de los determinantes del cientemente productiva como para que sA>d+n, enton-
crecimiento. ces la tasa de crecimiento será constante y positiva,
Dentro de esta teoría del crecimiento endógeno se ck=c*=sA–(d+n).
incluye una gran cantidad de aportaciones que, junto a Las diferencias que se plantean entre esta aportación
la pretendida novedad de los temas tratados, recogen y el modelo de crecimiento neoclásico se concretan en
un análisis exhaustivo desde el punto de vista matemá- lo siguiente (Sala-i-Martín, 1999, páginas 54-55):
tico y empírico —gracias a los avances en los medios — La tasa de crecimiento del producto per cápita pue-
para procesar los datos y a la mejora que han experi- de ser positiva sin necesidad de tener que suponer que
mentado en los últimos años las fuentes estadísti- alguna variable crece continua y exógenamente. Esta
cas—. A modo ejemplo, vamos a recoger un modelo de es una diferencia muy importante, como señalamos al
crecimiento endógeno sencillo, en concreto el denomi- principio del apartado.
nado modelo AK. — Un aumento exógeno de la tasa de ahorro afecta
tanto a la tasa de crecimiento a corto plazo y a la tasa de
El modelo AK crecimiento del estado estacionario. Así pues, aquellas
políticas que afecten al ahorro y a la inversión influyen
Realmente, ésta es la aportación más sencilla dentro sobre la tasa de crecimiento a largo plazo de la econo-
de la teoría del crecimiento endógeno, en la que se con- mía, a diferencia de lo que afirmaba el modelo neoclási-
sidera un solo sector. Este modelo se atribuye a Rebelo
(1991) y recoge una función de producción lineal, con
un único factor de producción que es el capital. Como 2
En este sentido BARRO y SALA-I-MARTÍN (1995, página 39,
nota 12) afirman que el primer economista que utilizó una función de
consecuencia de ello, se considera que dicha función producción del tipo AK utilizada por REBELO (1991) para generar
presenta a la vez las propiedades inherentes a los rendi- crecimiento endógeno, fue VON NEUMANN (1945). Por otro lado,
KNIGHT (1944) ya señaló que no tenían por qué aplicarse siempre los
mientos constantes de escala y a los rendimientos cons- rendimientos decrecientes cuando se trabaja con un concepto amplio de
tantes de capital. capital.
co. Lo mismo cabría decir para el caso de las políticas Los modelos poskeynesianos de crecimiento
que incidan sobre A, n ó d. Así pues, las políticas fisca-
les que incidan sobre el ahorro y la inversión, la tecnolo- En términos generales estos autores han perseguido
gía, la población y/o la depreciación influirán sobre el la transmisión y ampliación de las ideas expuestas por
crecimiento económico. Keynes en algunos de sus trabajos, sobre todo en A
— La economía carece de una transición hacia el es- Treatise on Money, How to pay the war y en algunos ar-
tado estacionario, puesto que crece una tasa constante tículos inmediatamente posteriores a la publicación de
c*=sA–(d+n), que es independiente del valor que adopte la Teoría General en 1936. Incluso algunos poskeyne-
el stock de capital. sianos pretenden escribir una modernización de esta úl-
— Esta aportación no predice ningún tipo de relación tima. Pero hay que señalar que persiguen una finalidad
entre la tasa de crecimiento y el nivel alcanzado por la mucho más amplia que la de centrarse solo en desarro-
renta nacional, es decir, no existe convergencia ni real ni llar las ideas de Keynes desde una perspectiva actual,
absoluta a diferencia de lo que afirma el modelo neoclá- ya que también se basan en las aportaciones de otros
sico. De ahí la importancia, como ya hemos dicho, que autores con ideas más o menos afines a las de aquél,
se concede al tema de la convergencia en los modelos como tendremos ocasión de comprobar más adelante.
de crecimiento endógeno. Dentro de este grupo podemos considerar diferentes
— Los efectos de una recesión temporal serán per- grupos, tales como los americanos (Weintraub, David-
manentes en este modelo. Si, por alguna causa exóge- son, Minsky...), que se basan esencialmente en las
na el stock de capital se reduce temporalmente, la eco- aportaciones de Keynes expuestas en sus libros A Tract
nomía no va a crecer transitoriamente más deprisa on Monetary Reform y A Treatise on Money; los italianos
para volver a la trayectoria de acumulación de capital (Garegnani, Pasinetti, Kregel...), cuyo punto de partida
anterior. son las ideas de Marx; los anglosajones (J. Robinson, V.
— Finalmente, un aspecto interesante de este modelo, Chick...), cuyo punto de apoyo son las obras de Keynes,
apuntado inicialmente por Saint-Paul y Verdier (1992), es de Kalecki y en cierta medida las de Marx; y, finalmente,
que cuando la tecnología es AK, no puede haber dema- también hay que incluir dentro del poskeynesianismo
siada inversión en el sentido de que la economía no puede los planteamientos de Kaldor y de Godwin, entre otros.
encontrarse en la zona dinámicamente ineficiente. En términos generales, y dentro del ámbito del creci-
Así pues, en relación a los aspectos que acabamos miento, esta corriente señala que la economía capitalis-
de mencionar, existe un cierto margen de maniobra para ta se caracteriza por ser inestable debido a la divergen-
que el decisor político, a través de políticas que afecten cia que existe entre los incentivos privados y los socia-
al ahorro, a A o a la población, influya sobre el creci- les, que conducen a fallos en la demanda efectiva. Así
miento. pues, el equilibrio solo es un caso particular de la ten-
Los modelos de crecimiento endógeno intentan supe- dencia general, que es el desequilibrio. El Estado es el
rar las dificultades del enfoque neoclásico, introducien- encargado de hacer frente a dicha inestabilidad a través
do para ello los fenómenos de aprendizaje y efectos del gasto y frenando el poder de las grandes empresas
desbordamiento del capital público y privado, físico y y del sector financiero.
humano, y los proyectos de I+D y los rendimientos a es- En este ámbito, señalan que la acumulación de capi-
cala crecientes. Por ello, las políticas económicas dirigi- tal es importante para la economía, ya que influye en la
das a mejorar estos aspectos sí tendrán un efecto per- inversión y, por consiguiente, en el nivel de empleo; y
manente sobre la tasa de crecimiento de equilibrio en el aquélla surge cuando los empresarios esperan alcan-
largo plazo. zar unos mayores beneficios futuros. Ello significa, por
tanto, que los animal spirit o expectativas empresaria- inversiones alcancen una cierta posición monopolista en
les son un factor significativo a la hora de potenciar la el mercado. Gracias a la posibilidad de elaborar nuevos
incorporación del capital, aumentando así el nivel de productos se genera crecimiento, ya que las empresas
inversión. se verán estimuladas a mejorar la calidad de sus pro-
En concreto, respecto a los modelos de crecimiento, ductos e incluso a ofrecer otros nuevos.
los poskeynesianos desarrollan el modelo propuesto Paralelamente a la aportación de Romer, Segerstrom,
por Harrod por otras vías alternativas a las seguidas por Anant y Dinopoulos (1990) elaboraron también un mo-
Solow, incluyendo algunas hipótesis keynesianas. Los delo de crecimiento schumpeteriano, en el que se supo-
modelos se pueden clasificar en dos grandes grupos nía la inexistencia de incertidumbre en el proceso inno-
(Lavoie, 1992, pág 283): vador, señalando que el crecimiento sostenible se con-
1. Los modelos neokeynesianos, entre los que cabe seguía gracias a la mejora de productos en un
destacar las aportaciones de Robinson, Kaldor y Pasi- determinado número de sectores. Por su parte, siguien-
netti. En ellos se hace especial hincapié en la distribu- do esta idea, Aghion y Howitt (1992, 1998) elaboran su
ción de la renta entre trabajadores y capitalistas. Estos modelo, en el que el crecimiento se genera gracias a la
últimos son los únicos que ahorran, por lo que para po- mejora en la calidad de las innovaciones, que surgen de
tenciar el crecimiento habría que tratar de desviar la ren- las actividades investigadoras, lo que se denomina in-
ta hacia ellos. novación vertical. Según este modelo (Aghion y Howitt,
2. Los modelos de corte kaleckiano, en los que se 1998), dichas innovaciones hacen que los productos y
consideran aspectos relacionados con la concentración las tecnologías existentes queden obsoletos. Esta obso-
de empresas y el papel que podría desempeñar la políti- lescencia sería equiparable al concepto «creación des-
ca fiscal, entre otras, para potenciar el crecimiento. tructiva» acuñado por Schumpeter, que incentiva a se-
guir investigando pero que a su vez supone un perjuicio
Modelos schumpeterianos para los productores que están utilizado dicha tecnolo-
gía obsoleta. Hay que señalar que este modelo básico
Ya hemos indicado anteriormente que Schumpeter ha sido objeto de modificaciones con el fin de ampliarlo
concedió gran importancia a las innovaciones y al em- y desarrollarlo. En este sentido, se han incluido las si-
presario en su modelo de crecimiento económico. Ba- guientes ampliaciones: las transferencias de tecnología,
sándose esencialmente en el papel de la tecnología y las externalidades en la investigación, los mercados de
de las innovaciones, se han venido desarrollando mode- crédito imperfectos, el tamaño endógeno de las innova-
los de tipo schumpetiarano de crecimiento endógeno, ciones, etcétera.
con el objetivo esencial de superar las limitaciones inhe- Finalmente, hay que destacar que Aghion y Howitt
rentes a los modelos de competencia perfecta, en los (1998) también han tratado de integrar las dos aporta-
que el crecimiento siempre viene ocasionado por la acu- ciones esenciales que han caracterizado las aportacio-
mulación de capital físico y humano. nes anteriores, esto es, contemplar de una forma inte-
Uno de los primeros modelos desarrollados en este grada la acumulación de capital y la innovación. Desde
ámbito es el de Romer (1990), en el que se supone que su punto de vista, las nuevas tecnologías que se gene-
el mercado genera una serie de incentivos que motivan ran se integran en nuevas formas de capital físico y hu-
a los individuos maximizadores de beneficios a realizar mano, que se acumulará si se emplea la tecnología. De
inversiones en I+D, lo que implica que se puedan produ- esta manera, elaboran un modelo que denominan
cir nuevos tipos de bienes, llegando incluso a la posibili- schumpeteriano con capital o modelo Solow-Swan con
dad de que las empresas que introducen estas nuevas progreso tecnológico endógeno.
6. Análisis empírico del crecimiento Ahora bien, no todas las aportaciones defienden esta
relación positiva entre el capital público y el crecimiento.
Para finalizar nuestro estudio sobre el crecimiento En este sentido, Evans y Karras (1994) afirman que el
económico vamos a referirnos brevemente a otros as- capital público no es productivo y no afecta positivamen-
pectos empíricos del crecimiento. En los últimos años, te al crecimiento, mientras que otras aportaciones
gracias tanto a la mejora de los métodos econométricos muestran la existencia de una relación débil entre inver-
de estimación como a la información estadística dispo- sión pública y crecimiento (Diamond, 1989, Ford y Po-
nible, se han podido ir incluyendo de forma paulatina di- ret, 1991 y Barro, 1991). Por otro lado, también se con-
ferentes variables explicativas del crecimiento. Dichas sidera que la acumulación de capital público sólo tendrá
variables son de índole cuantitativa y cualitativa y han efectos positivos sobre el crecimiento tendencial a largo
propiciado la aparición de una extensa literatura empíri- plazo cuando la suma de elasticidades de los capitales
ca sobre el tema. Sería imposible recoger aquí todos los público y privado sea no menor que uno (Galindo y
trabajos y variables consideradas, pero al menos vamos Escot, 1998).
a recoger las más relevantes. Por otro lado, el efecto expansivo de dicho tipo de ac-
En primer lugar, hay que referirse al papel que desem- tuaciones se puede ver contrarrestado por los mayores
peña la política fiscal en el crecimiento económico. Frente impuestos que hay que establecer para financiar este
a la postura defendida por los autores keynesianos, según mayor gasto. Igualmente, si se opta por un mayor en-
la cual se podía generar empleo y favorecer el crecimiento deudamiento como forma de financiación, pueden apa-
a través de los estímulos de la demanda derivados una recer otras limitaciones en la eficacia de la política fiscal,
política fiscal expansiva, ante una actividad privada que ya sea a través del efecto crowding-out (Argimón, Gon-
mostraba un cierto grado de atonía, los modelos neoclási- zález-Páramo y Roldán, 1997), o a través del efecto in-
cos de crecimiento exógeno, como ya se indicado, señala- directo sobre las generaciones futuras, al tener que asu-
ban que no era necesario este tipo de actuaciones. mir éstas las cargas negativas en períodos posteriores.
Con la aparición de los modelos de crecimiento endó- En segundo lugar, tenemos el papel que desempeña
geno se vuelve a plantear el papel que podría desempe- la distribución de la renta. En este sentido, ha existido
ñar la política fiscal y, por tanto, si existe algún margen una cierta controversia sobre el efecto que generaba la
de maniobra para la misma. En este sentido, se consi- distribución de la renta sobre el crecimiento, ya que se
dera por un lado el tipo de gasto que se lleve a cabo y, han presentado dos posturas. La que siguiendo la pos-
por otro, su financiación. tura de Kaldor (1957), afirma que hay dirigir la renta ha-
Por lo que se refiere al primer aspecto, se ha venido cia los que tienen más recursos, ya que su propensión
destacando la bondad del capital público a la hora de fa- marginal a ahorrar es más elevada y además dispon-
vorecer el crecimiento, siendo contemplado por algunos drán de más medios para llevar a cabo la inversión ne-
como un factor más a considerar dentro de la función de cesaria. La opuesta nos indica que una distribución de-
producción. Así, ya en el trabajo pionero a nivel regional sigual de la renta genera efectos negativos (Perotti,
de Aschauer (1989), se señalaba que el impacto de las 1996, páginas 150-154; Aghion, Caroli, García-Peñalo-
infraestructuras públicas sobre la productividad era muy sa, 1999, páginas 1621-1630 y Alfranca y Galindo,
importante. Por su parte, Skinner (1987); Knight, Loayza 2002), ya que afecta negativamente a los incentivos de
y Villanueva (1993) y Binswanger, Khander y Rosenz- los prestatarios (Loury, 1981; Galor y Zeira, 1993; Pi-
weig (1993) para el caso de India, entre otros, señalan ketty, 1997 y Barro, 1999), genera volatilidad macroe-
que los efectos del capital público no se presentan a cor- conómica (Alesina y Perotti, 1996), incita a votar pro-
to plazo pero sí a largo. puestas que supongan subida de impuestos, lo que
afectará negativamente a las decisiones de inversión defiende la necesidad de abandonar este concepto, ya
(Perotti, 1993; Bertola, 1993; Alesina y Rodrik, 1994; que ha sido creado por razones distintas a las económi-
Persson y Tabellini, 1994 y Bénabou, 1996), y final- cas, mientras que Solow (2000) se pregunta si se trata
mente genera tensiones sociales que también afectan del concepto que realmente representa lo que quere-
negativamente a dichas decisiones (Venieris y Gupta, mos analizar. Por otro lado, aparte de estas críticas de
1986 y Benhabib y Rustichini, 1996). índole conceptual, también se ha destacado que existen
Una tercera variable considerada ha sido el capital efectos negativos procedentes del capital social, ya que
social, variable que había venido siendo utilizada espe- pueden crearse normas e instituciones que solo preten-
cialmente por los sociólogos. El primer problema que se dan favorecer a ciertos individuos, lo que daría lugar a
plantea en este ámbito es tratar de definirlo. De una for- un perjuicio para la actividad económica.
ma amplia, Woolcock (2001) señaló que se trataba de En cuarto lugar, tenemos el papel que desempeña el
las normas y relaciones que facilitan la acción colectiva. emprendedor, que ya había sido señalado por Schum-
Por tanto, no solo se considera el papel que juegan los peter. Su importancia radica no solo en la creación de
individuos, sino también el comportamiento que tienen puestos de trabajo y en la posibilidad de generar nue-
las instituciones, que afectan a las relaciones entre vos bienes y servicios, sino también en la introducción
aquéllos. de los nuevos avances tecnológicos. Pero también hay
Así pues, las relaciones sociales implícitas en este que tener en cuenta el efecto indirecto expuesto por
tipo de capital juegan un papel muy importante en el de- Holcombe (1998), según el cual el comportamiento de
sarrollo de la actividad económica. No solo sirven de un determinado emprendedor, si tiene éxito, no solo
base para establecer las reglas a través de las cuales motiva a otros a seguir su ejemplo, sino que también
los individuos actúan, sino que también son el apoyo crea nuevas oportunidades para que las aprovechen
para desarrollar sus conocimientos, llevar a cabo sus terceros.
estrategias y generar un clima de paz social. Así pues, Existe una amplia literatura en la que se analiza la re-
un adecuado capital social, a través del cual los indivi- lación entre emprendedores y crecimiento, señalando el
duos se ven apoyados por sus familias y su entorno, con efecto positivo entre ambos (por ejemplo: Acs, Au-
un ordenamiento jurídico adecuado, es contemplado dretsch, Braunerhjelm y Carlson, 2005; Audretsch y
como un elemento más que propicia el crecimiento eco- Keilbach 2008; Audretsch, Bonte y Keilbach 2008 y
nómico. Se elimina la incertidumbre y aumenta la con- Bahmani, Galindo y Méndez, 2011), y el efecto feed-
fianza de los individuos, así como la posibilidad de de- back, esto es, la relación entre crecimiento y emprende-
sarrollar sus cualidades. Se facilita la aparición de un dor (Galindo, Méndez y Alfaro, 2010)
consenso de la clase media que hace más fuerte a la Finalmente, también se han considerado otras varia-
sociedad y reduce la debilidad de los Gobiernos lo que bles:
favorece el crecimiento (Rodrick, 1999a y 1999b y Eas- — Democracia, señalando su efecto positivo sobre el
terly, 2001). crecimiento (Barro, 1996 y Alesina et al. 1996). Ello se
Ahora bien, no todos los elementos son tan positivos. consigue sobre todo salvarguando los derechos de pro-
Algunos autores cuestionan la utilidad o la posibilidad piedad (Barro, 1990; Olson, 1991 y Przeworski y Limon-
de utilizar este concepto. Por ejemplo, Durlauf (1999 y gi, 1993). Sin embargo, Bahmani-Oskooee et al. (2006)
2002) se pregunta si se trata de un fenómeno tan benig- no encuentran una relación significativa entre ambas.
no como se ha venido señalando, lo que resulta difícil de — Religión, cuyo efecto sobre el crecimiento se gene-
contestar, debido a que es un concepto tan vago que di- ra a través de las alteraciones que produce sobre los va-
ficulta este tipo de análisis. Arrow (2000), por su parte, lores morales de la sociedad, que a su vez influyen so-
bre la distribución de los recursos, la familia, la fertilidad, to económico. Al ser considerado como uno de los obje-
el altruismo, etcétera (Blum y Dudley, 2001; Zak y tivos esenciales de la política económica, midiendo la
Snack, 2001; Barro y McCleary, 2003 y Galindo y Álva- eficacia de las medidas diseñadas según el crecimiento
rez, 2006). generado, y gracias a la mejora de la información esta-
— Tecnologías de la información y la comunicación dística y de los métodos de estimación, han proliferado
(TIC). Durante la última década del siglo pasado, tanto tanto los modelos explicativos del proceso, como los es-
los expertos como los decisores políticos consideraron tudios empíricos respecto a los factores que potencian
que las TIC posibilitarían la generación de un importante el crecimiento, de los cuales en este trabajo, debido al
y robusto crecimiento en los mercados mediante la espacio del que disponemos, solo hemos podido reco-
transformación del ciclo económico (Boyer, 2004). Ejer- ger los más representativos.
cen un efecto positivo tanto sobre el capital humano Todo ello ha posibilitado la introducción de variables
como sobre el capital social, lo que potencia a su vez su cuantitativas y cualitativas en el análisis, ofreciendo una
influencia positiva sobre el crecimiento económico. visión cada vez más amplia del tema. Sin embargo, toda-
— Instituciones. Se suele considerar que las institucio- vía queda trabajo por realizar, no solo en el ámbito de las
nes afectan también al crecimiento económico, ya que estimaciones, puesto que es de esperar la aparición de
establecen las bases sobre las que se va a desarrollar la más bases de datos, sino también en el entorno teórico,
actividad económica. A la hora de estudiar dicho compor- para poder incluir otros factores que afectan al crecimien-
tamiento, se han empleado diversas variables como indi- to y que no son cuantificables, como, por ejemplo, el pa-
cadores de las instituciones: libertad civil, derechos políti- pel que desempeña la cultura. No se trata de una tarea
cos, libertad económica, corrupción e inestabilidad políti- sencilla, pero este análisis integrador resulta imprescindi-
ca, entre otras, dando lugar a una extensa literatura ble para poder desvelar los «misterios del crecimiento».
empírica que analiza la relación entre la variable conside-
rada y el crecimiento económico. Así por ejemplo, pode-
Referencias bibliográficas
mos destacar los siguientes trabajos: derechos políticos y
libertad económica (Stroup, 2007), corrupción (Mauro,
[1] ABRAHAM-FROIS, G. (1995): Dynamique Economique,
1995), libertad civil (Barro y Sala-i-Martin, 1995, y Ali y Editions Dalloz, París.
Crain, 2002) e inestabilidad política (Alesina y Perotti, [2] ACS, Z. J.; AUDRETSCH, D. B.; BRAUNERHJELM, P.
1994, y Persson y Tabellini, 1994, entre otros). y CARLSSON, B. (2005): Growth and Entrepreneurship: An
Empirical Assessment, CEPR Discussion paper, No. 5409,
En definitiva, hemos enumerado una serie de varia-
CEPR, Londres.
bles que se han ido introduciendo con mayor o menor [3] AGENOR, P. R. (2000): The Economics of Adjustment
éxito en el análisis del crecimiento. Con la mejora de la and Growth, Academic Press, Londres.
información estadística podremos en el futuro no solo [4] AGHION, P.; CAROLI, E. y GARCÍA-PEÑALOSA, C.
profundizar en los efectos de algunas de ellas, sino tam- (1999): «Inequality and Economic Growth: The Perspective of
the New Growth Theories», Journal of Economic Literature,
bién incorporar otras que nos permitan conocer cómo
volumen XXXVII, diciembre, páginas 1615-1660.
algunos aspectos cuantitativos y sobre todo cualitativos [5] AGHION, P. y HOWITT, P. (1992): «A Model of Growth
influyen sobre el crecimiento. Through Creative Destruction», Econometrica, 60, marzo, pá-
ginas 323-351.
7. Conclusiones [6] AGHION, P. y HOWITT, P. (1998): Endogenous Growth
Theory, The MIT Press, Massachusetts.
[7] ALESINA, A.; OZLER, S.; ROUBINI, N. y SWAGEL, P.
A lo largo de este artículo hemos expuesto los aspec- (1996): «Political Instability and Economic Growth», Journal of
tos y las teorías más relevantes referentes al crecimien- Economic Growth, 1, páginas 189-211.
[8] ALESINA, A. y PEROTTI, R. (1994): «The Political Eco- [22] BARRO, R. J. (1990): «Government Spending in a
nomy of Growth: A Critical Survey of the Recent Literature», Simple Model of Endogenous Growth», Journal of Political
The World Bank Economic Review, 8 (3), páginas 351-371. Economy», volumen 98, páginas 103-125.
[9] ALESINA, A. y PEROTTI, R. (1996): «Income Distribu- [23] BARRO, R. J. (1991): «Economic Growth in a Cross
tion, Political Instability and investment?», European Econo- Section of Countries», Quarterly Journal of Economics, 106,
mic Review, 81, 5, páginas 1170-1189. mayo, páginas 407-443.
[10] ALESINA, A. y RODRIK, D. (1994): «Distribution Poli- [24] BARRO, R. J. (1996): «Democracy and Growth», Jour-
cies and Economic Growth?», Quarterly Journal of Economics, nal of Economic Growth, 1 (1), páginas 1-27.
109, páginas 465-490. [25] BARRO, R. J. (1999): «Inequality, Growth, and Invest-
ment», NBER Working Paper 7038, marzo.
[11] ALFRANCA, O. y GALINDO, M. A. (2002): «Public
[26] BARRO, R. J. y MCCLEARY, R. M. (2003): «Religion
Expenditure, Income Distribution, and Growth in OECD Coun-
and Economic Growth Across Countries», American Sociologi-
tries», en GEORGAKOPOULOS T.; PARASKEVOPOULOS,
cal Review, 68, October, páginas 760-781.
C. y SMITHIN, J. (Eds.): Globalization and Economic Growth.
[27] BARRO, R. J. y SALA-I-MARTIN, X. (1995): Economic
A Critical Evaluation, APF Press, Canadá, páginas 123-134.
Growth, McGraw-Hill, Londres.
[12] ALI, A. y CRAIN, W. M. (2002): «Institutional Distor-
[28] BÉNABOU, R. (1996): «Inequality and Growth», NBER
tions, Economic Freedom, and Growth», Cato Journal, 21 (3),
Macroeconomic Anual 1996, MIT Press, Cambridge, MA., pá-
páginas 415-426.
ginas 11-74.
[13] ARGANDOÑA, A.; GÁMEZ, C. y MOCHON, F. (1997): [29] BENHABIB, J. y RUSTICHINI, A. (1996): «Social Conflict
Macroeconomía avanzada II: fluctuaciones cíclicas y creci- and Growth», Journal of Economic Growth, 1, páginas 129-146.
miento económico, McGraw-Hill, Madrid. [30] BERTOLA, G. (1993): «Factor Shares and Savings in
[14] ARGIMON, I.; GONZÁLEZ-PÁRAMO, J. M. y ROL- Endogenous Growth», American Economic Review, 83, pági-
DÁN, J. M.ª (1997): «Evidence of Public Spending Crow- nas 1184-1198.
ding-out from a Panel of OECD Countries», Applied Econo- [31] BINSWANGER, H. P.; KHANDER, S. R. y ROSENZ-
mics, 29, páginas 1001-1010. WEIG, M. R. (1993): «How Infraestructure and Financial Insti-
[15] ARROW, K. (2000): «Observations on Social Capital», tutions Affect Agricultural Output and Investment in India»,
en DASGUPTA, P. y SERAGELDIN, I. (eds.): Social Capital: A Journal of Development Economics, 41, páginas 337-366.
Multifaceted Perspective, The World Bank, Washington. [32] BLUM, U. y DUDLEY, L. (2001): «Religion and Econo-
[16] ARTUS, P. (1993): «Croissance endogène: Revue des mic Growth: Was Weber Right?», Cahier 2001-05, febrero.
modèles et tentative de sythèses», Revenue économique, vo- [33] BOYER, R. (2004): The Future of Economic Growth,
lumen 44, marzo, páginas 189-227. Edward Elgar, Aldershot.
[34] BURMEISTER, E. y DOBELL, A. R. (1970): Mathema-
[17] ASCHAUER, D. A. (1989): «Is Public Expenditure
tical Theories of Economic Growth, MacMillan, Londres.
Productive?», Journal of Monetary Economics, volumen 23,
[35] DIAMOND, J. (1989): «Government Expenditures and
marzo.
Economic Growth: An Empirical Investigation», FMI Working
[18] AUDRETSCH, D. B.; BONTE, W. y KEILBACH, M.
Paper 89/45, mayo.
(2008): «Entrepreneurship Capital and its Impact on Knowled-
[36] DOMAR, E. (1937): «Expansion and Employment»,
ge Diffusion and Economic Performance», Journal of Business
American Economic Review, volumen 37.
Venturing, 23 (6), páginas 687-698.
[37] DOMAR, E. (1946): «Capital Expansion, Rate of
[19] AUDRETSCH, D. B. y KEILBACH, M. (2008): «Resol- Growth and Employment», Econometrica.
ving the Knowledge Paradox: Knowledge-spillover Entrepre- [38] DURLAUF, S. N. (1999): «The Case against Social Ca-
neurship and Economic Growth», Research Policy, 37 (10), pital», Focus, 20, otoño.
páginas 1697-1705. [39] DURLAUF, S. N. (2002): «On the Empirics of Social
[20] BAHMANI-OSKOOEE, M.; BAHMANI, S.; CHAKRA- Capital», The Economic Journal, 112, noviembre, pági-
BARTI, A. y GOSWAMI, G. (2006): «Political Rights, Civil Li- nas F459-F479.
berties, and Economic Growth», en BAHMANI-OSKOOEE, M. [40] EASTERLY, W. (2001): «The Middle Class Consensus
y GALINDO, M. A. (eds.): Next Economic Growth, Nova scien- and Economic Development», Journal of Economic Growth, 6
ce Publisher, Nueva York, páginas 1-10. (4), páginas 317-335.
[21] BAHMANI, S.; GALINDO, M. A. y MÉNDEZ, M. T. [41] EVANS, P. y KARRAS, G. (1994): «Is Government Ca-
(2011): «Non-Profit Organizations, Entrepreneurship, Social pital Productive? Evidence from a Panel of Seven Countries»,
Capital and Economic Growth», Small Business Economics Journal of Macroeconomics, primavera, volumen 16, núme-
Journal, en prensa. ro 2, páginas 271-279.
[42] FORD, R. y PORET, P. (1991): «Infraestructure and [61] KUZNETS, S. (1966): Modern Economic Growth, Yale
Private Sector Productivity», OECD Economic Studies, volu- University Press, New Haven, Conn.
men 17, otoño. [62] LAVOIE, M. (1992): Foundations of Post-Keynesian
[43] GADREY, J. y JANY-CATRICE, F. (2006): The New Indi- Economic Analysis, Edward Elgar, Aldershot.
cators of Well-Being and Development, Palgrave, Houndmills. [63] LECAILLON, J.; LE PAGE, J.; OTTAVJ, CH. y
[44] GAFFARD, J. L. (1997): Croissance et fluctuations GRANGEAS, G. (1995): «Macrodynamique. La croissance»,
économiques, Montchrestein, París. Eds. Cujas, París.
[45] GALINDO, M. A. y ÁLVAREZ, A. (2006): «Religion, [64] LEVINE, R. (1997): «Financial Development and Eco-
Moral Values and Economic Growth», en BAHMANI- nomic Growth: Views and Agenda», Journal of Economic Lite-
OSKOOEE, M. y GALINDO, M. A. (eds.): Next Economic rature, 35, junio, páginas 688-726.
Growth, Nova science Publisher, Nueva York, páginas 27-38. [65] LIPTON, M. y RAVALLION, M. (1995): «Poverty and
[46] GALINDO, M. A. y ESCOT, L. (1998): «Los efectos del Policy», en BERHMAN, J. y SRINIVASAN, T. N. (eds.): Hand-
capital público sobre el crecimiento», Hacienda Pública Espa- book of Development Economics, North Holland, Amsterdam,
ñola, número 144, páginas 47-62. volumen III.
[47] GALINDO, M. A. y MALGESINI, G. (1994): Crecimien- [66] LONDOÑO, J. L. y SZÉKELY, M. (1997): «Persistent
to económico, McGraw-Hill, Madrid. Poverty and Excess Inequality: Latin America, 1970-1995»,
[48] GALINDO, M. A.; MÉNDEZ, M. T. y ALFARO, J. L. Working Paper número 352, Inter-American Development
(2010): «Entrepreneurship, Income Distribution and Economic Bank, octubre.
Growth», International Entrepreneurship Management Jour- [67] LOURY, G. (1981): «Intergenerational Transfers and the
nal, 6, páginas 131-141. Distribution of Earnings», Econometrica, 49, páginas 843-867.
[49] GALOR, O. y ZEIRA, J. (1993): «Income Distribution
[678] MALTHUS, T. R. (1820): Principios de economía polí-
and Macroeconomics», Review of Economic Studies, 60, pági-
tica, Instituto de Estudios Fiscales, Madrid, 2008.
nas 35-52.
[69] MANKIW, N. G. (1995): «The Growth of Nations»,
[50] HARROD, R. (1939): «An Essay in Dinamic Theory»,
Brookings Papers on Economic Activity, The Brookings Institu-
The Economic Journal, páginas 14-33.
tion, volumen 26(1995-1), páginas 275-326.
[51] HARROD, R. (1948): Towards a Dynamic Economics,
[70] MANKIW, N. G.; ROMER, D. y WEIL, D. N. (1992): «A
MacMillan, Londres.
Contribution to the Empirics of Economic Growth», Quarterly
[52] HEIJDRA, B. J. y VAN DER PLOEG, F. (2002): Foun-
Journal of Economics, número 107, mayo, páginas 407-437.
dations of Modern Macroeconomics, Oxford Economic Press,
Oxford. [71] MAURO, P. (1995): «Corruption and Growth», Quar-
terly Journal of Economics, 110 (3), páginas 681-712.
[53] HOLCOMBE, R. (1998): «Enterpreneurship and Eco-
nomic Growth», The Quarterly Journal of Austrian Economics, [72] NEUMANN, J. VON (1945): «A Model of General Equi-
1, páginas 45-62. librium», The Review of Economic Studies, 13, páginas 1-19.
[54] KALDOR, N. (1957): «A Model of Economic Growth», [73] O’BRIAN, D. P. (1989): Los economistas clásicos,
Economic Journal, LXVII 268, diciembre. Alianza editorial, Madrid.
[55] KEYNES, J. M. (1930): A Treatise on Money, MacMi- [74] OLSON, M. Jr. (1991): «Autocracy, Democracy and
llan, Londres. Prosperity», en ZECKHAUSER, R. J. (ed.): Strategy and Choi-
[56] KEYNES, J. M. (1932): «Saving and Usury: A Sympo- ce, Cambridge: MIT Press, páginas 131-157.
sium», The Economic Journal, 42, marzo, páginas 135-137. [75] OSBERG, L. y SHARPE, A. (2000): «An Index of Eco-
[57] KEYNES, J. M. (1936): The General Theory of Employ- nomic Well-Being for Canada Provinces», Centre for the Study
ment, Interest and Money, MacMillan, Londres. of Living Standards, noviembre, Ontario. Http://www.csls.ca/
[58] KEYNES, J. M. (1937): «Some Economic Consequen- iwb/prov.asp
ces of a Declaining Population», Eugenics Review, recogido [76] PEROTTI, R. (1993): «Political Equilibrium, Income
en el volumen XIV de The Collected Writings of John Maynard Distribution and Growth», Review of Economic Studies, 60,
Keynes, MacMillan, Londres, 1973, páginas 124-133. páginas 755-776.
[59] KNIGHT, F. H. (1944): «Diminishing Returns from [77] PEROTTI, R. (1996): «Growth, Income Distribution
Investment», Journal of Political Economy, 52, marzo, pági- and Democracy: What the Data Say», Journal of Economic
nas 26-47. Growth, volumen 1, páginas 149-187.
[60] KNIGHT, M.; LOAYZA, N. y VILLANUEVA, D. (1993): [78] PERSSON, T. y TABELLINI, G. (1994): «Is Inequality
«Testing the Neoclassical Theory of Economic Growth- A Panel Harmful for Growth? Theory and Evidence», American Econo-
Data Approach», FMI Staff Papers, volumen 40, septiembre. mic Review, 84, páginas 600-621.
[79] PIKETTY, T. (1997): «The Dynamics of the Wealth Dis- [90] SINGER, H. V. (1965): Tendencias recientes del pen-
tribution and Interest Rates with Credit Rationing», Review of samiento económico sobre los países subdesarrollados, Insti-
Economic Studies, 64. tuto de Desarrollo Económico, Washington.
[80] PREZEWORSKI, A. y LIMONGI, F. (1993): «Political [91] SKINNER, J. (1987): «Taxation and Output Growth: Evi-
Regimes and Economic Growth», The Journal of Economic dence from African Countries», NBER Working Paper, n. 2335,
Perspectives, verano, 7(3), páginas 51-69. agosto.
[81] REBELO, S. (1991): «Long-run Policy Analysis and [92] SMITH, A. (1776): An Inquiry into the Nature and Cau-
Long-run Growth», Journal of Political Economy, 99, pági- ses of the Wealth of Nations, Clarendon Press, Oxford [1976].
nas 500-521. [93] SOLOW, R. M. (1956): «A Contribution to the Theory of
[82] RICARDO, D. (1817): On the Principles of Political Economic Growth», Quarterly Journal of Economics, pági-
Economy and Taxation, Liberty Fund, Minneapolis. nas 65-94.
[83] RODRIK, D. (1996a): The New Global Economy and
[94] SOLOW, R. (2000): «Notes on Social Capital and Eco-
Developing Countries: Making Openness Work, Johns Hop-
nomic Performance», en DASGUPTA, P. y SERAGELDIN, I.
kins University Press, Baltimore.
(eds.): Social Capital: A Multifaceted Perspective, The World
[84] RODRIK, D. (1996b): «Where Did all the Growth Go?
Bank, Washington.
External Shocks, Social Conflicts and Growth Collapses»,
[95] STROUP, M. (2007): «Economic Freedom, Democracy,
Journal of Economic Growth, 4 (4), páginas 385-412.
and the Quality of Life», World Development, 35, páginas 52-66.
[85] ROMER, P. M. (1990): «Endogenous Technical Chan-
ge», Journal of Political Economy, 98, páginas 71-102. [96] SWAN, T. W. (1956): «Economic Growth and Capital
[86] SAINT-PAUL, G. y VERDIER, T. (1992): «Historical Acci- Acumulation», Economic Record, 32, páginas 334-361.
dents and the Persistence of Distributional Conflicts», Journal of [97] VENIERIS, Y. y GUPTA, D. (1986): «Income Distribu-
the Japanese and International Economies, 6, páginas 406-422. tion and Sociopolitical Instability as Determinants of Savings. A
[87] SALA-I-MARTIN, X. (1994): Apuntes de crecimiento Cross Sectional Model», Journal of Political Economy, 94, pá-
económico, Antoni Bosch, Barcelona. ginas 873-883.
[88] SCHUMPETER, J. A. (1911): The Theory of Economic [98] WOOLCOCK, M. (2001): «The Place of Social Capital
Development, Oxford University Press, Nueva York. in Understanding Economic and Social Outcomes», Canadian
[89] SEGERSTROM, P. S.; ANANT, T. C. A. y DINOPOU- Journal of Policy Research, 2 (1), páginas 11-17.
LOS, E. (1990): «A Schumpeterian Model of the Product Life [99] ZAK, P. y SNACK, S. (2001): «Trust and Growth», The
Cycle», American Economic Review, 80, 5, páginas 1077-1091. Economic Journal, 111, páginas 295-321.