Construyendo Familia y Proyecto
Construyendo Familia y Proyecto
Construyendo Familia y Proyecto
OBJETIVO: Brindar herramientas e instrumentos en los cuales la familia se pueda apoyar; para que desarrollen y pongan en marcha
un exitoso proyecto de vida familiar.
INTRODUCCIÓN: En ocasiones cuestionamos el rumbo de nuestras vidas y por supuesto el que le hemos demarcado a nuestros hijos
(as) para su desarrollo y bienestar; aunque a veces percibimos que nuestros intentos resultan fallidos, porque creemos que siempre
hizo falta algo más o nos preguntamos ¿en qué fallamos, si siempre dimos lo mejor de nosotros? Esto suele presentarse al no haber
elaborado oportunamente un proyecto de vida real y estructurado, que le dé una dirección correcta a nuestras vidas. No obstante, se
debe tener en cuenta que las causas que condicionan nuestro actuar como plan de vida están determinados por las experiencias,
vivencias, principios, valores, oportunidades, cultura y aspectos en general que nos impone el mundo y que de una manera u otra
manera permiten u obstaculizan un desarrollo efectivo de nuestras vidas y de quienes la componen.
¿QUÉ ES UN PROYECTO DE VIDA? Es el punto de apoyo alrededor del cual usted irá construyendo y estructurando su
personalidad. Al mismo tiempo se presenta como una tensión dinámica hacia el futuro, de tal modo que es como un motor que lo
impulsa, orienta y dirige hacia las metas deseadas, que al mismo tiempo, produce crecimiento de la persona. Es un estímulo que lo
llevaría a ir hacia adelante y a asumir la responsabilidad de sí mismo(a). El proyecto de vida reúne todo aquello que se puede esperar
de la vida. Es la suma de sus aspiraciones, ideales y conjunto de valores de los cuales cree y que armónicamente se atraen unos a
otros; se iluminan y se compenetran mutuamente para formar lo que se quiere ser. Un proyecto de vida es tan fundamental como para
un ingeniero los planos sobre los cuales va a construir un edificio. Una obra de este tipo sin un proyecto está amenazada por la ruina.
Por eso, para un ingeniero el momento más importante es aquel en que se retira para idear el proyecto que hará realidad su obra, lo
demás es más fácil: contratar trabajadores, conseguir los materiales, etc. Si ustedes tienen la curiosidad de preguntar a diversas
familias que conozcan, la razón por la cual se vive o si están satisfechos con lo que han logrado construir en sus familias, con
sorpresa encontrará que un alto porcentaje responderá negativamente. Y es que existen familias decepcionadas, angustiadas, tristes,
desesperanzadas, insatisfechas donde quizás carecen ya de sentido como grupo familiar. Recordemos que sin proyecto de vida no
hay crecimiento humano.
PASOS PARA LA CONSTRUCCIÓN DE SU PROYECTO. Normalmente las personas definen su proyecto de vida en la etapa de la
juventud, ya que es un momento donde se toman grandes decisiones de vida, las que llamamos “opciones fundamentales”. Por ello,
es importante que usted tome en cuenta que cuando hablamos de proyecto de vida familiar se habla de algo serio y decisivo para la
construcción efectiva y definitiva de su familia.
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¿QUÉ GANAN CON EL PROYECTO DE VIDA FAMILIAR? Consistencia familiar, Bases firmes y Seguridad
Ordenarán: Valores, principios, estructuras, intereses personales y comunes, metas y expectativas.
Fundamentarán: actividades, relaciones de familia y del medio, capacidades personales
FORTALEZCO MIS IDEALES. El adolescente no se desarrolla en el vacío sino en íntima y mutua relación con las demás personas
que lo rodean, como lo son sus padres, maestros y grupo de amigos. Es necesario conocer la dinámica de estas relaciones y la
influencia que tienen en la construcción de sus sueños y por ende en la toma de decisiones de lo que pretenden y lograran hacer en
sus vidas.
¿CÓMO CONSTRUIR SUEÑOS? En la identificación y construcción de sueños influyen una serie de fases y características que
resultan primordiales para la vida del adolescente, considerándolas como aspectos que lo formarán e impulsarán hacia una misma
dirección sin dejar de cumplir las metas y que debe tener en cuenta:
Lo físico: la proyección de la vida de su hijo en esta área está dimensionada frente al gusto y el uso de su cuerpo. A partir de ello
influirá en la orientación que usted le brinde hacia el manejo de su sexualidad y la proyección que dará de ello par su vida en
pareja a futuro, en el cuidado, valoración y responsabilidad de su cuerpo.
Lo intelectual: proyecte en su hijo la importancia de continuar con su formación, más aun cuando finalizan su ciclo escolar,
considerando que el hecho de graduarse no es suficiente lo aprendido y es necesario seguir preparándose desde lo académico y
vivencial.
Lo social: recuerde que parte del surgimiento de su hijo ante la vida, estará mediado por el “ser sociable”. Por ello, como padre y
madre, es preciso que esté al tanto del grupo de compañeros que le rodean, donde a través del mismo usted tendrá un espacio
de refuerzo adecuado para el logro de la proyección de vida desde todas las áreas.
¿POR QUÉ ENSEÑAR HABILIDADES PARA VIVIR? Según Mannix (1997) “conforme los niños maduran, su vida necesita cambiar.
Los adolescentes necesitan desarrollar una variedad de habilidades mientras se preparan para terminar su educación formal y seguir
adelante para empezar una vida más allá de la escuela. Deben estar preparados para enfrentar quizá el paso a la educación superior,
un mundo laboral, asumir la responsabilidad de una familia y tomar decisiones que van desde qué ropa ponerse ese día hasta resolver
problemas en el trabajo. Al mismo tiempo, deben aprender a vivir con ellos mismos, pensando: ¿quiénes son? ¿Qué son capaces de
lograr? Ideando un sistema de valores propios y disfrutando de que son únicos como personas”. Las habilidades están dimensionadas
en el saber, y hacer, es decir, lograr establecer en un primer momento con claridad. ¿Quién es? Y ¿qué pretende lograr con su vida?
En todas sus áreas; por ello bríndele herramientas a la luz de sus objetivos, con la idea siempre de ir potenciándolos hacia la misión y
visión con la que sueña ver reflejada su vida.
RECORDANDO
Tenga cuidado de vivir entre las nubes y perderse en la espesa bruma de la ficción que nuestra sociedad puede producir,
manteniendo un espíritu crítico y objetivo, con los pies fijos en el suelo, esto es la realidad.
Construir las metas es un proceso creativo que se pone en contacto con sus sueños e imaginación, como si estuviera en el cielo,
como el águila que puede divisar el panorama, escudriñar el paisaje, determinar los objetivos, trazar el camino e iniciar la faena
de caza, intentando cuantas veces sea necesario hasta lograr el cometido y salvando las barreras y obstáculos que subsistan
desde el comienzo o que aparezcan una vez iniciado el camino.
La vida en la adolescencia en ocasiones se convierte en dinero, diversión y placer, como si nada contara en sus vidas o
mereciera atención, por eso cuando se confronte con su futuro, imagine sobre sus expectativas, objetivos y metas; un universo de
miel y se traslade a los más idílicos escenarios, sin reproducir los modelos de la televisión y medios de consumo: sexo, dinero,
moda y placer.
Todos los jóvenes siempre querrán que su futuro esté más cerca del paraíso y de ninguna manera aceptaría lo contrario, pero es
importante que determine y se pregunte: ¿qué estoy dispuesto a hacer hoy y mañana por mí? Vale la pena que indague si tiene y
siente que existe una responsabilidad con usted mismo.
La maratón más difícil y extenuante deben empezar con un paso, con una primera actividad que ejecuta un propósito. Todo lo que
hace el hombre nace primero en su cabeza pero no es suficiente con la idea, debe trascender al mundo real, a través de los actos
de la ejecución. Aquí no es suficiente con buenas intenciones, se requiere desarrollar lo programado; es necesaria la acción,
como la única que puede transformar el mundo exterior.
NECESIDADES DE APOYO. La parentalidad positiva se construye en la esfera de las relaciones más íntimas ligadas a la
historia personal de la madre, el padre o figuras parentales con sus familias de origen, pero se despliega en el marco de
las relaciones de pareja, del trabajo, de las redes de apoyo de la familia extensa, las amistades, el vecindario y la
comunidad que rodean a las familias y según las condiciones socio-históricas y económicas del momento en que les haya
tocado vivir.
El ejercicio de la parentalidad positiva no se ejerce en un espacio vacío sino que requiere de aliados y de
apoyos materiales, de información y consejo, de acompañamiento, de comprensión y de carácter formativo para mejorar su
ejercicio. Todos estos apoyos, que proporcionan personas e instituciones, favorecen el bienestar físico y psicológico de los
miembros de la familia, reduciendo el impacto de los acontecimientos estresantes y promoviendo un sentimiento de
identidad, de autoestima y de integración a la sociedad.
Todas las familias, en algún momento de sus vidas, pueden experimentar situaciones estresantes y contar con apoyo
insuficiente ante los múltiples retos que deben afrontar como resultado de transiciones o crisis vitales, presiones
económicas, cambios en las condiciones sociales, deterioro de los barrios y de los lazos con la comunidad, dificultades
para afrontar el rol parental en solitario, entre otras. Es necesario identificar las necesidades de apoyo que tienen las
familias para ejercer la parentalidad positiva y trabajar con ellas y con los hijos e hijas para reforzar sus capacidades
respectivas con el fin de alcanzar las metas de desarrollo adecuadas.
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ACCIONES DESDE LA PREVENCIÓN Y PROMOCIÓN. La prevención supone poner en marcha acciones orientadas a
minimizar la influencia de los factores de riesgo y potenciar la influencia de los factores de protección del entorno de las
familias. Los factores de riesgo implican la presencia de estresores psicosociales que complican la tarea de ser padres
como por ejemplo, pobreza y desempleo, desorganización doméstica, barrios violentos o crisis en la pareja.
Por su parte, los factores de protección como por ejemplo, el afecto en la familia, la estabilidad emocional de los padres,
altas expectativas sobre los hijos e hijas, una buena supervisión con normas claras o relaciones positivas con la familia
extensa, permiten dotar a la familia de recursos y capacidades para hacer frente a dichos estresores.
Las acciones de promoción nos permiten incrementar las habilidades y capacidades de las personas y de las familias para
que puedan satisfacer sus necesidades, resolver sus situaciones problemáticas y movilizar los recursos personales y
sociales necesarios para poder mejorar el control de la propia vida. Por ello, desde la perspectiva de la parentalidad
positiva resulta clave el fortalecer las competencias parentales, entendidas como aquellas capacidades que permiten a los
padres, las madres u otras figuras parentales afrontar de modo flexible y adaptativo la tarea de cuidar y educar a los hijos e
hijas para cubrir sus necesidades físicas, psicológicas y sociales, aprovechando todas las oportunidades y apoyos sociales
de su entorno.
POLÍTICAS PÚBLICAS DE APOYO. El ejercicio de la parentalidad, aunque vinculado a la intimidad familiar, debe ser
considerado como un ámbito de la política pública y, por ello, deben adoptarse todas las medidas y crear las condiciones
necesarias para un ejercicio positivo de la parentalidad.
Crear las condiciones adecuadas significa tomar medidas para eliminar los obstáculos a la parentalidad positiva, como son
las políticas para promover una mejor conciliación de la vida familiar y laboral, fomentar servicios y entornos laborales
favorables para la familia, o sensibilizar a las comunidades para que creen recursos y redes de apoyo para las familias.
El ejercicio positivo de la parentalidad debe ser hoy en día un valor, una inversión de futuro y un recurso de las sociedades
a proteger y apoyar dado su papel crucial en el desarrollo integral de las personas y protección de sus derechos,
especialmente de las más vulnerables, y como instrumento de cohesión y bienestar social de las comunidades. En esta
línea, se deben arbitrar los apoyos necesarios para un desarrollo adecuado del ejercicio de la parentalidad, sobre todo en
los entornos donde viven las familias, para que éstas reciban una respuesta próxima, integral y más ajustada a sus
necesidades.
Los objetivos a alcanzar con las políticas públicas de apoyo pueden sintetizarse en cuatro grandes grupos que atañen al
bienestar de los individuos, las familias y las comunidades:
Construir mejores futuros para las familias . Para ello hay que contribuir a promover las capacidades educativas y el
desarrollo personal y social de las figuras parentales y de los propios niños, niñas y adolescentes.
Contribuir a crear las condiciones educativas y psicosociales, así como los apoyos comunitarios apropiados para el
ejercicio de la parentalidad positiv a. Para ello hay que facilitar la ampliación de las redes naturales de las familias y
asegurar el acceso universal de las mismas a los recursos materiales, educativos, de salud, sociales y culturales de
la comunidad.
Promover una buena coordinación y co-responsabilización entre los servicios de la comunidad. Esta coordinación
implica a las instituciones tanto públicas como privadas en contacto con las familias.
Asegurar los sistemas de calidad en los servicios y en las buenas prácticas de los profesionales. Ello supone
mejorar la gestión de los servicios y programas, así como diseñar e implementar la evaluación rigurosa de los
mismos y fomentar la innovación de las prácticas profesionales.
http://familiasenpositivo.org/parentalidad-positiva/concepto
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PARENTALIDAD POSITIVA. Es una manera de entender la crianza y la educación. Está basada en el respeto a las
necesidades de los niños y niñas y en la puesta en marcha de acciones que favorezcan su desarrollo, como pueden ser el fortalecimiento
del apego, la interacción a través del juego, la comunicación sin exposición al conflicto..., teniendo en cuenta el entorno de cada familia y
las habilidades de los padres y/o madres. Los buenos tratos a niñas y niños favorecen un desarrollo y un bienestar adecuados. Para ello,
los y las profesionales deben transmitir a las familias las necesidades infantiles de atención, respeto, educación, normatividad y afecto.
Esto permitirá que los niños y las niñas puedan desarrollarse como personas con una buena autoestima, lo que les hará crecer de forma
sana y feliz en sociedad.
Los datos de investigación científica obtenidos en las últimas décadas, avalan la significativa influencia que el contexto familiar ejerce en el
desarrollo psicológico de las personas; la psicología y otras ciencias sociales y de la salud han identificado los mecanismos de esa
influencia y, sobre todo, han mostrado cuáles son aquellas variables que resultan claves para potenciar desde la familia la felicidad y la
salud mental de sus integrantes. El objetivo último de este espacio es que las familias se apropien de manera eficaz, a través de los
profesionales, de toda esa información que les pueda ayudar a potenciar un saludable desarrollo psicológico de sus hijos e hijas
.
Actualmente vivimos en un momento histórico complejo, en el que los referentes tradicionales para la crianza de hijos e hijas han perdido
su antigua influencia y las instituciones asumen funciones que antes eran patrimonio casi exclusivo de las familias. Estamos en la época de
la educación social, en la que las administraciones desarrollan políticas para educar a sus ciudadanos y ciudadanas; una de esas políticas
es habilitar a las familias en la práctica de la Parentalidad Positiva. Diversos estudios muestran la rentabilidad en términos económicos de
las políticas preventivas dirigidas a las familias que cristalizan en ahorro generado para los sistemas de salud, judicial, educativo y otros.
http://www.euskadi.eus/que-es-parentalidad-positiva/web01-a2guraso/es/
Lalu Gómez, Psicóloga y Psicoterapeuta especializada en Infancia y Familias, reflexiona sobre la importancia de la familia
para lograr una sociedad más sana, más justa y más feliz: “Vivir una vida comprometida con el bienestar de otros y no sólo
el de nuestro entorno más íntimo, constituye un factor de protección evidente para toda la familia. Hoy y cada día, os animo
a revisar qué estáis aportando al mundo. Y hacedlo junto a vuestros hijos, poneros la rutina de revisar que habéis aportado
cada día (a otras personas o seres vivos o al medio ambiente)”.
El Secretario General de las Naciones Unidas lanzaba el siguiente mensaje en el día Internacional de las Familias: “La
promoción de entornos familiares de apoyo y de la parentalidad positiva por medio de políticas y leyes ayuda a las familias
a criar hijos sanos y felices que tengan la posibilidad de llegar a ser adultos valiosos y productivos. No dejar a nadie atrás
significa no dejar a ninguna familia atrás. En este Día Internacional de las Familias, propongámonos promover el desarrollo
sostenible mediante la creación de un entorno propicio en el que todos los miembros de todas las edades de la familia
puedan desarrollar su potencial de contribuir a nuestro mundo.”
Construir un mundo mejor, con contextos familiares que garanticen un desarrollo sano, es una tarea de todos y todas. Las
estructuras políticas y las administraciones han de asegurar unas condiciones y servicios, y también los ciudadanos,
seamos padres o no, hemos de asumir parte de esa responsabilidad social. Hemos de promover entornos positivos en la
medida de nuestras posibilidades, que son muchas. Hace poco, la ONG Cooperación Internacional, lanzó una fabulosa
campaña con un mensaje directo y sencillo, el que veis en la imagen a la izquierda.
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Un pequeño gesto de ayuda o interés hacia otros (conocidos o no) desde nuestra realidad más cotidiana puede suponer un
gran aporte a la persona que lo recibe, al mismo tiempo que ejerce un potente efecto movilizador hacia otros. El modelado
hace que nuestras acciones positivas inspiren a otros (incluidos nuestros hijos) a poner en marcha iniciativas en esa misma
línea. ¿Has oído hablar del “efecto mariposa”? Expone algo así como que un pequeño gesto o acción aislada, puede llegar
a generar un efecto considerablemente grande a corto o medio plazo. A través de un proceso de amplificación e
interrelación entre distintas personas y sistemas, ese efecto puede expandirse hasta lugares y realidades muy lejanos a los
iniciales. El efecto mariposa alude a algo tan maravilloso y evidente como que todos formamos parte de algo común, de un
mismo universo, por tanto si emito algo positivo, ese efecto se expandirá hacia otros. Y si llevo a cabo acciones
individualistas, irresponsables e injustas, eso mismo estoy potenciando (y probablemente eso me vendrá de vuelta).
En un mundo globalizado, enormemente incierto y cambiante, nos preocupamos mucho por las infinitas posibilidades de
que algo vaya mal, por todas las cosas que vemos en las noticias y medios de comunicación: hay innumerables
problemáticas que afectan a la infancia y adolescencia. Y es normal que nos inquiete, está bien que sea así, pero a veces
esa preocupación viene de un lugar muy egoísta (del ¿y si me pasa a mí/a nosotros? ), olvidándonos de la enorme
capacidad que tenemos de construir, de aportar, de enseñar a nuestros hijos que siempre hay algo que podemos hacer por
contribuir a un mundo mejor. Porque vivir una vida comprometida con el bienestar de otros y no sólo el de nuestro entorno
más íntimo, constituye un factor de protección evidente para toda la familia . Permite que los niños desarrollen la idea de un
mundo bueno, en el que no todo es perfecto, en el que existe sufrimiento e injusticias, pero también ven que cuando
alguien necesita ayuda, encuentra una mano que se la presta (y por tanto si en algún momento él mismo necesita ayuda,
sabrá pedirla).
Es una de las cosas que más nos preocupa a los padres, que pidan ayuda y protección si experimentan una situación
dolorosa o que pone en peligro su integridad y bienestar. A los papás y mamás siempre les explico en la consulta que no
tenemos que situarnos en el permanente y agónico ¿ y si..?. Tenemos que construir una relación de confianza,
comprensión, amor y aceptación incondicional hacia nuestros hijos de manera constante, y sólo así podremos estar
seguros de que llegado el momento, contarán con nosotros, y nos harán partícipes de aquello que les pase, tanto lo
positivo como lo negativo. Es la diferencia entre poner el foco en lo urgente o ponerlo en lo importante. Lo urgente hay que
atenderlo, pero sin olvidarnos de lo importante.
Se trata de ejercer una parentalidad positiva y ofrecer a tus hijos un entorno seguro y afectivo a través de las palabras, las
acciones y las expresiones emocionales: El dolor, la injusticia y la crueldad existen, y no hace falta negarlos para
reconocer que también existen grandes dosis de amor, de cuidado, de entrega y ternura.
Hoy y cada día, os animo a revisar qué estáis aportando al mundo. Y hacedlo junto a vuestros hijos, poneros la rutina de
revisar que habéis aportado cada día (a otras personas o seres vivos o al medio ambiente). Es la mejor manera de
enseñarles a amar la vida, cuidando el planeta en el que vivimos y a las personas que habitamos en él, y estableciendo
relaciones positivas, de respeto y cuidado hacia todos los seres.
“Todas las familias dichosas se parecen, pero las infelices lo son cada una a su manera” León Tolstoi