Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Bacher Problema de La Conciencia

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 101

UNIVERSIDAD DE CHILE

FACULTAD DE MEDICINA

R E V I S I O N E S • I N V E S TI GAC I Ó N • TE O RÍ A

GACETA
UNIVERSITARIA
Te m a s y controversias en Psiquiatría

AÑO 1, VOLUMEN 1, No 2 SEPTIEMBRE DE 2005

www.gacetauniversitaria.cl
“Gaceta Universitaria: Temas y controversias en Psiquiatría” fue posible
gracias al aporte inicial de las siguientes empresas e instituciones:

Si usted es psiquiatra y no ha recibido esta revista, por favor actua-


lice su dirección en el siguiente correo: consultora@cycaconcagua.cl
R E V I S I O NE S • I NV E S T I G ACI Ó N • T E O R Í A

G ACE TA
U N I V E R S I TA R I A
Te m a s y controversias en Psiquiatría

DIRECTOR
Dr. Juan Pablo Jiménez de la Jara

EDITOR GENERAL
Dr. César Ojeda

SECRETARIA ACADÉMICA
Ps. Anneliese Dörr

COORDINADORES DE ÁREA TEMÁTICA


Dra. Julia Acuña, Dr. Niels Biedermann, Dr. Ramón Florenzano, Dr. Claudio Fullerton,
Dr. Juan Fco. Labra, Dr. Arturo Roizblatt

BUSCADORES
Dr. Félix Bacigalupo, Dr. Alberto Botto, Dr. Francisco Bustamante, Dr. Pablo Salinas

EDITORES
Ps. María de la Luz Bascuñán, Dr. Jorge Cabrera, Dr. César Carvajal, Dr. Francisco
Espejo, Dr. Andrés Estuardo, Dr. Alejandro Gómez, Soc. Nina Horwitz, Dr. Francisco
Huneeus, Dr.  Fernando Ivanovic-Zuvic, Dr.  Juan Fco. Jordán, Dr.  Jaime Landa,
Dra. Fabiola Leiva, Dr. Alberto Minoletti, Dr. Eugenio Olea, Dra. Grisselle Orellana,
Dra. Lina Ortiz, Dr. Guillermo de la Parra, Dr. Policarpo Rebolledo, Dr. Pedro Retamal,
Dra. Marta del Río, Dra. Graciela Rojas, Dr. Hernán Silva, Dr. Luis Tapia, Dr. Benjamín
Vicente, Dr. Mario Vidal

www.gacetauniversitaria.cl

Temas y Controversias en Psiquiatría

Facultad de Medicina, Universidad de Chile


Departamento de Psiquiatría y Salud Mental Oriente
Av. Salvador 486
Santiago de Chile
Fono: 274 8855

Representante legal: Jorge Las Heras Bonetto


Edición gráfica, distribución y comercialización: CyC Aconcagua

Revista de distribución gratuita a los profesionales psiquiatras

Toda la correspondencia, así como las colaboraciones, se prefiere sean enviadas


electrónicamente al Editor General, Dr. César Ojeda, Email: cojeda@vtr.net

ISSN: 0718-1973 (Versión impresa)


CUERPO EDITORIAL

JULIA AMANDA ACUÑA ROJAS JORGE CABRERA ANNELIESE DÖRR ALAMOS


Médica Psiquiatra. Graduada como médi- Médico Psiquiatra, psicoanalista, Profesor Licenciada en Psicología, 5 de noviembre
co-cirujana de la Facultad de Medicina de Adjunto de Psiquiatría de la Universidad de 1991.
Universidad de Chile en 1977. Título de Es- de Chile. Su especialización en psiquiatría Formación en Psicodiagnóstico: Centro de
pecialidad en Psiquiatría de adultos, de la la hizo entre los años 1977 y 1980 en el Investigaciones Neuropsiquiátricas, Hospital
Universidad de Chile en 1980. Estudios de Departamento de Psiquiatría Oriente de la de Rouffach, Alsacia, Francia (1991-1992).
Postítulo en Psicoterapia sistémica familiar (Instituto Chileno de Universidad de Chile. Realizó estudios de postgrado en Alemania Psicóloga Clínica acreditada por la Comisión Nacional de Acredita-
Terapia Familiar), bioética (Universidad de Chile), administración en la Universidad Libre de Berlín entre los años 1983 y 1987. ción de Psicólogos Clínicos, 23 de noviembre de 1998.
en salud (USACH). De regreso a Chile el año 1987 creó la Clínica de Trastornos del Especialidad de Terapeuta Familiar. Formación realizada en el Ins-
Miembro de Sociedad de Neurología, Psiquiatría y Neurocirugía y tituto Chileno de Terapia Familiar 10 de noviembre de 1998.
Ánimo del Instituto Psiquiátrico Dr. José Horwitz de Santiago.
de Sociedad Chilena de Salud Mental. Especialidad de Terapia de Pareja. Formación realizada en el Insti-
Entre los años 1993 y 1997 completó su formación en el Institu-
Ha trabajado como psiquiatra clínica en Servicio de Psiquiatría del tuto de Santiago en Terapia Familiar 6 de enero del 2000
to de Psicoanálisis de la Asociación Psicoanalítica Chilena. En el
Hospital Regional del Maule, Instituto Psiquiátrico “José Horwitz” , Magister © en Psicología Clínica Infanto-Juvenil, Facultad de Cien-
período 2002 y 2004 fue editor de la Revista Folia Psiquiátrica de
Servicio de Psiquiatría Hospital Salvador Santiago, cias Sociales, Universidad de Chile marzo 2002-2004
Se ha desempeñado como encargada de Programa de Salud la Sociedad de Neurología, Psiquiatría y Neurocirugía de Chile. Ha Diplomada en Bioética ©. Facultad de Medicina, Universidad de
Mental y Psiquiatría del Servicio de Salud Metropolitano Oriente publicado más de 40 trabajos científicos en revistas nacionales e Chile.
(1991-1995) internacionales y es coautor en 7 libros. Profesora Asistente, Departamento de Salud Mental, Facultad de
Actualmente es Profesora Asistente de la Facultad de Medicina Medicina Oriente.
de la Universidad de Chile donde realiza docencia de postgrado
y pregrado. Directora del Curso oficial de Psiquiatría de Escuela de CÉSAR CARVAJAL ÁLVAREZ
Postgrado. Directora del Curso de Psiquiatría Comunitaria y Salud RAMÓN FLORENZANO URZÚA
Médico Psiquiatra. Es Profesor Adjunto de
Mental, entre otros.
la Facultad de Medicina de la Universidad Formado como psiquiatra en la Clínica Psi-
Investigación y publicaciones se han centrado en estudios epide-
de Los Andes y Psiquiatra Clínico del Hos- quiátrica Universitaria y en los University
miológicos nacionales e internacionales, Discapacidad de causa
pital del Trabajador de Santiago. Se graduó Hospitals de la Universidad de Carolina
Psíquica, Evaluaciones de impacto de programas nacionales FO-
en Medicina en la Pontificia Universidad del Norte, EE.UU. Especialista en Psiquia-
NADIS y Esquizofrenia MINSAL, Trauma infantil y su impacto en
Católica de Chile y obtuvo su especialización de postgrado en tría Universidad de Chile y Diplomado del
psicopatología del adulto; Subjetividad de los médicos en tiempos
psiquiatría en la misma universidad. Posteriormente tuvo entre- Board Americano de Psiquiatría y Neurología. Magister en Salud
de cambio.
namiento en Psiquiatría Biológica en la Universidad de Navarra Pública, Universidad de Carolina del Norte. Doctor en Filosofía (c)
Universidad de Navarra. Formacion psicoanalítica en la Asociación
(España) y en Rouffach (Francia) en FORENAP (Foundation for
FÉLIX BACIGALUPO I. Psicoanalítica Chilena y en el UNC/Duke Psychoanalytic Institute.
Applied Neuroscience Research in Psychiatry). Ha realizado do-
Miembro Titular, Asociación Psicoanalítica Chilena y Asociación Psi-
Médico Psiquiatra, Académico Universidad cencia de pre y postgrado en la Pontificia Universidad Católica de coanalítica Internacional. Profesor Titular de Psiquiatría, Facultad
de Los Andes. Chile, en la Universidad de Chile y en la Universidad de Los Andes.
de Medicina de la Universidad de Chile y Jefe de Servicio de Psiquia-
Participó en el Comité Editorial de la Revista de Psiquiatría Clínica, tría, Hospital del Salvador. Profesor Titular de Psiquiatría, Facultad
fue Editor Psiquiátrico de la Revista Chilena de Neuro-Psiquiatría y de Medicina Universidad de Los Andes. Decano de la Facultad de
actualmente participa en el Board de Dialogues in Clinical Neuros- Psicología, Universidad del Desarrollo. Miembro Consejo Editorial,
cience (Francia). Ex presidente del Comité Chileno de Psiquiatría Revista de Psiquiatría Clínica, Revista Chilena de Salud Pública,
Biológica. Miembro de la Sociedad Chilena de Neurología, Psiquia- Revista Chilena de Medicina Familiar. Fellow en Investigación en
MARÍA LUZ BASCUÑÁN RODRÍGUEZ tría y Neurocirugía, de la Sociedad Chilena de Psiquiatría Biológica Psicoanálisis, University College, Londres. Miembro del Research
Psicóloga, Master of Science (MSc), Univer- y de la Sociedad Española de Psiquiatría. La investigación clínica Advisory Board (RAB), Asociación Psicoanalítica Internacional.
sidad de Londres, Diplomada en Bioética y las publicaciones se han orientado al estrés postraumático, la Miembro del Comité de Expertos en Salud Mental, Organización
Clínica, Facultad de Medicina, Universidad depresión y la psiconeuroendocrinología. Mundial de la Salud, Ginebra.
de Chile.
Se desempeña como psicóloga clínica CLAUDIO DANIEL FULLERTON UGALDE
de adultos en el Servicio de Salud Mental de la Cámara Chilena
GUILLERMO DE LA PARRA CIECIWA Médico Psiquiatra, recibido de la Univer-
de la Construcción y como Profesora Asistente de la Facultad de
sidad de Chile en 1987. Profesor asistente
Medicina de la Universidad de Chile, en los Departamentos de
Médico Cirujano Universidad de Chile. del Departamento de Psiquiatría y Salud
Psiquiatría y Salud Mental (campus Oriente) y de Bioética y Huma-
Psiquiatra Conacem. Mental de la Facultad de Medicina de la
nidades Médicas. Realiza actividades de investigación en ambos
Psicoterapeuta. Universidad de Chile, en donde desarrolla
departamentos y de docencia de pre y post grado en las Escuelas
Psicoanalista Asociación Psicoanalítica Chile- docencia de pregrado en las carreras de medicina y enfermería
de Medicina, Enfermería, Kinesiología.
na y Asociación Psicoanalítica Internacional. y de postgrado en el programa de formación de especialistas en
Doctor en Medicina, Universidad de Ulm, Alemania. Psiquiatría de la Universidad de Chile. También es profesor de Psi-
ALBERTO BOTTO VALLE Profesor auxiliar Departamento de Psiquiatría Facultad de Medici- quiatría de la carrera de Psicología, de la Universidad del Desarro-
na Pontificia Universidad Católica de Chile. llo. Actualmente integra el equipo de la Unidad de tratamiento de
Médico Psiquiatra. enfermedades del ánimo, en el Hospital del Salvador de Santiago
Jefe de la Unidad de Psicoterapia Adultos Departamento de Psi-
Docente del Departamento Psiquiatría de Chile. Ha participado en investigaciones sobre la subjetividad
quiatría Pontificia Universidad Católica de Chile.
Oriente Universidad de Chile. de los médicos en tiempos de cambio, la relación entre trastorno
Organizador junto a diversos grupos de trabajo de las unidades de
de somatización, personalidad limítrofe y trauma infantil y la in-
psicoterapia del Servicio de Psiquiatría del Hospital del Salvador,
vestigación sobre síntomas psicológicos en la Atención Primaria,
del Instituto Psiquiátrico José Horwitz y del Departamento de Psi-
llevada a cabo por la Organización Mundial de la Salud. Ha publi-
quiatría de la Universidad Católica. cado artículos sobre Psicopatología en pacientes hospitalizados en
FRANCISCO JAVIER BUSTAMANTE V. Se ha dedicado a la divulgación y al trabajo en investigación empí- un hospital general, Comorbilidad de enfermedades médicas cró-
rica en psicoterapia siendo ex presidente del Capítulo Sudamerica- nicas y trastornos psiquiátricos en una población de consultantes
Médico Psiquiatra. Académico de la Facul-
no de la Society for Psychotherapy Research y actual coordinador en el nivel primario de atención, Epidemiología de los trastornos
tad de Medicina y Escuela de Psicología,
Universidad de Los Andes. del comité local de dicha sociedad. del ánimo en Chile y Latinoamérica y Antidepresivos inhibidores
Autor de numerosas publicaciones y presentaciones en los temas selectivos de la recaptación de serotonina, además de colaborar
de psicoterapia, investigación en psicoterapia y psicoanálisis. en diversas otras publicaciones de otros autores.
CUERPO EDITORIAL

ALEJANDRO GÓMEZ CHAMORRO lo que es estar-en-el-mundo. Además, es ciclista, patrón costero, Formación en Terapia Conductual Dialéctica con Marsha Linehan
cornista, trompetista y mecánico de motos pequeñas. en USA.
Obtuvo su título de médico-cirujano en la
Subdirector Departamento de Psiquiatría Oriente de la Facultad de
Universidad de Chile el año 1976, iniciando
FERNANDO IVANOVIC-ZUVIC R. Medicina U. de Chile.
de inmediato su especialización en Psi-
Socio de Sonepsyn.
quiatría. Académico de la Universidad de Profesor Asociado, Facultad de Medicina,
Chile desde 1980. Actualmente tiene el Clínica Psiquiátrica Universitaria, Univer-
nivel académico de Profesor Asociado de Psiquiatría. Ha ocupado sidad de Chile. ALBERTO MINOLETTI SCARAMELLI
diversos cargos, entre ellos el de Director del Departamento de Profesor Asociado, Escuela de Psicología,
Psiquiatría del Campus Sur de la misma Universidad. Director de la Facultad de Ciencias Sociales, Universidad Formado como psiquiatra en el Servicio
Sociedad de Neurología, Psiquiatría y Neurocirugía durante varios de Chile. Nacional de Salud y Universidad de Chile
períodos. Ha sido investigador principal de dos proyectos FONDE- Profesor Escuela de Psicología, Pontificia Universidad Católica de y en la University of Ottawa de Canadá.
CYT acerca de la Conducta Suicida, así como de otros financiados Chile. Certificado como psiquiatra por el Royal
por la Universidad de Chile. Numerosas publicaciones nacionales Profesor Escuela de Psicología Universidad La República. College of Physician and Surgeon of Ca-
e internacionales, que han abarcado temas como personalidad y nada. Participación en diversos programas de psiquiatría social
conducta suicida, depresión y suicidio, y manejo de pacientes con JUAN PABLO JIMÉNEZ y comunitaria en Chile, Canadá e Italia. Formación clínica en
riesgo suicida. También ha sido autor de capítulos y artículos rela- psicoterapias breves y tratamiento de adicciones. Asesor de Salud
cionados con la Terapia Cognitiva. Es miembro de la International Médico Psiquiatra, Universidad de Chile, Mental y Alcohol y Drogas del Ministerio de Salud desde 1990 y ac-
Association of Cognitive Psychotherapy. Diplomado en el Beck Ins- Doctor en Medicina, Universidad de Ulm tualmente Jefe del Departamento de Salud Mental. Consultor en
titute for Cognitive Therapy and Research (Philadelphia). Director (Alemania). Psicoanalista, miembro titu- Políticas, Planes y Programas de Salud Mental de la Organización
de numerosas actividades docentes y de formación continua. Di- lar en función didáctica y ex presidente Mundial de la Salud (OMS) y de la Organización Panamericana de
rector de la Asociación de Terapia Cognitiva (ATEC-Chile), entidad Asociación Psicoanalítica Chilena (APCh) la Salud (OPS). Miembro de la Canadian Psychiatric Association,
destinada a investigar y difundir la terapia cognitiva. perteneciente a la Asociación Psicoanalítica Internacional (IPA). American Psychiatric Association, Sociedad Chilena de Neurología,
Primer Presidente (fundador) del capítulo sudamericano de la Psiquiatría y Neurocirugía, Sociedad Chilena de Salud Mental y So-
NINA HORWITZ Society for Psychoterapy Research (SPR). Miembro de la Sociedad ciety for the Study of Addiction to Alcohol and other Drugs (United
de Neurología, Psiquiatría y Neurocirugía de Chile (SONEPSYN). Ex Kingdom). Profesor invitado a cursos de diversas universidades
Socióloga, Postítulo en Sociología de la chilenas.
becado Fundación Alexander von Humboldt. Profesor Asociado,
Salud.
Director Departamento de Psiquiatría y Salud Mental Oriente,
Postgrados: Facultad de Medicina, Universidad de Chile.
Community Studies, Boston College, Bos- CÉSAR OJEDA
ton, Massachusetts. 1975 JUAN FRANCISCO JORDAN MOORE
Seminario Licenciatura de Formación en Salud Mental, Escuela de Médico Psiquiatra, ha sido profesor de la
Salud Pública, Universidad de Chile. 1980. Médico Psiquiatra. Psicoanalista. Se graduó Escuela de Medicina de la Universidad de
Fellow, International Leadership Program, W.K. Kellogg Founda- en Medicina en la Universidad Católica de Chile y de la Escuela de Psicología de la
tion. 1990-1994. Chile y realizó su formación de post grado Pontificia Universidad Católica de Chile.
Diploma en Comportamiento Organizacional, Birkbeck College, en la Clínica Psiquiátrica de la Universidad Cursó estudios de Filosofía en la Pontificia
University of London. 1996 de Chile y posteriormente en el Hospital del Universidad Católica de Chile. Subdirector y Director de la Revista
Diplomado en Bioética, Facultad de Medicina, Universidad de Salvador e Instituto Nacional Psiquiátrico Dr. Jose Horwitz Barak. Chilena de Neuro-Psiquiatría y, recientemente, Presidente de la
Chile 2001 Ex-Presidente de la Asociación Psicoanalítica Chilena. Miembro de Sociedad de Neurología, Psiquiatría y Neurocirugía de Chile. Ac-
Magister en Bioética, Universidad de Chile (c). la Sociedad Chilena de Neurología, Psiquiatría y Neurocirugía. Ha tualmente es Profesor Agregado de la Facultad de Medicina, Uni-
realizado docencia de pre y post grado en la Universidad de Chile, versidad de Chile. Ha publicado numerosos libros de psiquiatría y
Cargos y Funciones Académicos: psicopatología, como autor y co-autor, así como también una gran
Profesora Asistente, Facultad de Medicina, Universidad de Chile en la Pontificia Universidad Católica de Chile y en la Universidad
cantidad de artículos de fenomenología, epistemología, filosofía
Coordinadora Unidad de Salud Mental y Estudios Psicosociales, Andrés Bello. Realizó su formación psicoanalítica en el Instituto y clínica. Entre los libros de su exclusiva autoría destacan “La Es-
Departamento de Psiquiatría y Salud Mental, Facultad de Medi- de la Asociación Psicoanalítica Chilena. Ex-Presidente de la Aso- quizofrenia Clásica”, Ediciones de la Universidad Católica (1981);
cina, Campus Oriente, U. de Chile. ciación Psicoanalítica Chilena de la cual es Miembro Titular con
“Delirio, Realidad e Imaginación”, Ed. Universitaria (1987); “La
Coordinadora Asignaturas de Humanidades Médicas, Departa- función didáctica. Profesor Titular del Instituto de Psicoanálisis de Presencia de lo Ausente: Ensayo sobre el Deseo”, Ed. Cuatro Vientos
mento de Bioética y Humanidades Médicas, Facultad de Medicina, la Asociación Psicoanalítica Chilena. Miembro Titular de la Asocia- (1998); “La tercera etapa: Ensayos críticos sobre la psiquiatría con-
Universidad de Chile ción Psicoanalítica Internacional en la cual es actualmente Co-Pre-
temporánea”, Ed. Cuatro Vientos, Santiago (2003).
Integrante de la Comisión de Ética de la Facultad de Medicina sidente para América Latina del Comité Internacional de Nuevos
Integrante del Comité Académico del Magister de Salud Pública, Grupos. Miembro del Comité Editorial del International Journal of
Escuela de Salud Pública, Facultad de Medicina Psycho-Analysis y Editor Delegado para América Latina. Miembro
EUGENIO OLEA B.
Líneas de Investigación: del Consejo Consultivo de la Revista de Psicanalise da Sociedade
Sociología de la Salud, Familia y Salud Mental Psicanalítica de Porto Alegre y del Consejo Editorial de la Revis- Médico-Cirujano de la Universidad de
Salud Mental y Subjetividad ta Brasilera de Psicoterapia del Centro de Estudio Luis Guedes. Chile
Bioética y Humanidades Médicas Numerosas Publicaciones en revistas nacionales e internaciona- Psiquiatra de la Universidad de Chile
les dirigidas a la investigación de diversos aspectos del proceso Especialista en Psico-Oncología de la Uni-
analítico, desarrollos del concepto de transferencia, la bilógica de versidad de París V
FRANCISCO HUNEEUS COX
Matte Blanco, la relación entre realidad externa e interna, entre Coordinador de Postgrado Unidad Docente Facultad de Medicina
Médico Psiquiatra egresado de la Escuela otros temas. de la Universidad de Chile-Instituto Psiquiátrico.
de Medicina de la Universidad de Chile. Jefe de Sector 7, Instituto Psiquiátrico
Comienza su trabajo dedicándose a la JUAN FRANCISCO LABRA JELDRES Consultor Unidades de: Cuidados Paliativos y Psico-Oncología, Ins-
investigación básica en el Depto. de Neu- tituto Nacional de Cáncer.
robiología del M.I.T., para luego en Chile Médico Cirujano U. de Chile. Secretario de la Sociedad Chilena de Psiquiatría Biológica. Afiliado
abocarse a la psicoterapia individual y grupal en la Clínica Psiquiá- Médico Psiquiatra U. de Chile. a la WFSBP.
trica Universitaria, con especial énfasis en la terapia Gestalt. Desde Profesor Asistente Fac. de Medicina U. de Miembro fundador del Colegio Chileno de Neuropsicofarmacolo-
la fundación de Editorial Cuatro Vientos en 1974, la que considera Chile. gía, afiliado al CINP.
una especie de Universidad Abierta –sin barreras, matrícula, ni Formación en Administración de RR.HH. en Miembro de la Sociedad Chilena de Salud Mental.
fotocopias–, como editor y director ha traducido, prologado y Salud en PIAS Miembro de la Asociación Chilena para el Estudio del Dolor
publicado numerosos libros que reflejan sus creencias acerca de Formación en Bioética en U. de Chile (ACHED)
CUERPO EDITORIAL

GRICEL PAULINA ORELLANA VIDAL Sociedad Chilena para el estudio del Dolor HERNÁN SILVA IBARRA
Miembro internacional en:
Médica Cirujana. Universidad de Chile. Médico Psiquiatra. Profesor Titular de la
IASP: International Association for the Study of Pain
1979-1985. Especialidad Beca Primaria Facultad de Medicina de la Universidad de
APA: American Psychiatric Association
Ministerial en Psiquiatría de Adultos. Uni- Chile. Miembro del Sub Comité de Magister
McLean Hospital International Psychiatric Society
versidad de Chile. 1986-1989. Certificado en Neurociencias de la Facultad de Medici-
de Especialista otorgado por la Escuela na de la Universidad de Chile. Miembro del
de Postgrado, Facultad de Medicina, Universidad de Chile, 1990. Comité editorial de World Journal of Biological Psychiatry. Estudió
PEDRO RETAMAL C.
Certificado de Especialista acreditado por CONACEM. Título pro- Medicina en la Pontificia Universidad Católica de Chile y obtuvo
fesional de especialista en Psiquiatría de Adultos. Universidad de Médico Psiquiatra, Director de la Unidad la especialización en Psiquiatría en la misma universidad. Efectuó
Chile. 1996. Profesora asistente. Departamento de Psiquiatría y de Enfermedades del Ánimo del Servicio estadía de perfeccionamiento en la Universidad Complutense de
salud menta. Campus sur. Facultad de Medicina. Universidad de de Psiquiatría del Hospital del Salvador, Madrid. Ha sido Director de la Clínica Psiquiátrica Universitaria
Chile. Contralor psiquiátrico COMPIN Sur de la SEREMI de la Re- Profesor Asociado de la Facultad de Medi- (Departamento de Psiquiatría Norte de la Facultad de Medicina de
gión Metropolitana. Estudios de Postgrado: alumna del Magíster cina de la Universidad de Chile y Profesor la Universidad de Chile), Profesor Adjunto de la Pontificia Univer-
en Neurociencias de la Facultad de Medicina de la Universidad de de Psicopatología de la Facultad de Psicología de la Universidad sidad Católica de Chile, Editor de la Revista Chilena de Neuro-Psi-
Chile, 2000-2001. Alumna del Doctorado en Ciencias Biomédicas del Desarrollo. quiatría y Presidente del Comité Chileno de Psiquiatría Biológica.
de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, 2002-2003. Director de la Sociedad de Neurología, Psiquiatría y Neurocirugía Sus investigaciones y publicaciones se orientan principalmente al
Proyecto de Tesis del mismo Doctorado, 2004. Beca de Arancel del de Chile (período 2004-2006), Coordinador del Grupo de Trabajo estudio de las bases neurobiológicas de la esquizofrenia, trastor-
Magíster y del Doctorado de la Universidad de Chile. Enfermedades del Ánimo de la Sociedad de Neurología, Psiquia- nos del estado de ánimo y de la personalidad.
Participación activa en diversos cursos y reuniones científicas de tría y Neurocirugía de Chile, Director Médico de la Agrupación de
Psiquiatría y Neurociencias. Pacientes Bipolares y Depresivos del Hospital Salvador, Director
Diversas publicaciones en revistas científicas nacionales e interna- Médico de la página www.psiquiatriachile.cl, Miembro del Grupo LUIS TAPIA VILLANUEVA
cionales y capítulos de libros. de Psiquiatría de la Clínica Santa María .
Diversas ponencias en congresos nacionales e internacionales, Es autor y editor de los siguientes libros: Indicaciones Psicofarma- Médico Psiquiatra.Universidad de Chile.
sometidas a referato y publicadas in extenso. Terapeuta Familiar y de Pareja.
cológicas en la Práctica Médica (1991); Depresión, Diagnóstico y
INVESTIGACIÓN: En suicidio en Proyectos Fondecyt N° 1113-91 y Tratamiento (1992); Tópicos en Enfermedades Afectivas (1993), Docente y Supervisor Unidad de Terapia
N° 1960726. En esquizofrenia en el Proyecto de Tesis. de Pareja. Instituto Chileno de Terapia Fa-
que corresponden a Ediciones de la Sociedad de Neurología,
SOCIEDADES: Sociedad de Neurología, Psiquiatría y Neurocirugía, Psiquiatría y Neurocirugía de Chile; Depresión: Guías para el Pa- miliar.
miembro titular y experta evaluadora de Trabajos de Ingreso a la ciente y la Familia (1998), Editorial Universitaria; Desarrollos en Supervisor Clínico. Unidad de Psicoterapia de Adultos. Departa-
Sociedad. Asociación Gremial de Profesionales y Expertos en Salud Enfermedades del Ánimo (1999) ; Avances en Enfermedades del mento de Psiquiatría. Facultad de Medicina. Universidad Católica.
Mental (ACTA). Comité de Psiquiatría Biológica de la Sociedad de Ánimo(2001) que son Ediciones del Departamento de Psiquiatría, Miembro de la Society for Psychotherapy Research.
Neurología, Psiquiatría y Neurocirugía. Sociedad de Psiquiatría Campus Oriente, Facultad de Medicina, Universidad de Chile; En- Miembro de la International Society for Humor Studies.
Biológica, miembro titular. Sociedad Chilena en Neurociencias, fermedad Bipolar, Guía para el Paciente y la Familia (2001). Depre- Editor de la Revista De familias y Terapias. Instituto Chileno de
miembro titular. Terapia Familiar.
sión, Clínica y Terapéutica (2003), de Editorial Mediterráneo

LINA ORTIZ LOBO


BENJAMÍN VICENTE
Médica Psiquiatra. Realiza su práctica ARTURO ROIZBLATT
clínica en el Departamento de Psiquiatría Profesor Titular y Director del Departamen-
Médico Psiquiatra, Universidad de Chile
de Clínica Las Condes desde el año 2002, to de Psiquiatria y Salud Mental, Facultad
Profesor Asistente, Departamento de Psi-
donde además participa en las actividades de Medicina de la Universidad de Concep-
quiatría Oriente, Facultad de Medicina,
de Enlace y hace turnos de llamada en el ción.
Universidad de Chile.
Servicio de Urgencia desde 1996. Jefe Servicio Psiquiatría, Hospital Guiller-
Miembro del Board of Directors Internatio-
Se graduó en Medicina en la Universidad de Chile en 1990, y mo Grant Benavente, de Concepción.
nal Family Therapy Association.
luego de un año y medio de trabajo en el Hospital Psiquiátrico Bachiller en Filosofía (Universidad de Concepción)
Miembro del Comité Editorial del Journal of Family Psychotherapy.
Dr.Philippe Pinel, de Putaendo, hizo su Beca de Psiquiatría en la Médico Cirujano (Universidad de Chile)
Clínica Psiquiátrica de la Universidad de Chile, obteniendo su tí- Médico Especialista en Psiquiatría de Adultos (Universidad de
tulo en 1995. Concepción)
GRACIELA ROJAS
En 1989, como parte de su Internado Rural, estuvo durante 12 se- Doctor en Filosofía (PhD) (Epidemiología y Psiquiatría Social) (Uni-
manas participando en las actividades del Servicio de Psiquiatría Médica Psiquiatra (Universidad de Chile). versidad de Sheffield U.K.)
del Christian Medical College & Hospital en Vellore, Tamil Nadu, Doctora en Ciencias Médicas (Universidad
India. Johann Wolfgang Goethe, Frankfurt, Ale-
Realizó una estadía de 8 semanas en el Servicio de Enlace del St. mania). MARIO VIDAL CLIMENT
Michael`s Hospital en Toronto, Canadá. Profesora Asociada. Facultad de Medicina,
Estudios en Facultad de Medicina, Univer-
Miembro de la Sociedad Chilena de Neurología, Psiquiatría y Neu- Universidad de Chile.
sidad de Chile.
rocirugía desde 1995, y de la Sociedad de Psiquiatría Biológica Actualmente, Directora Clínica Psiquiátrica Universitaria, Facultad
Título: médico-cirujano, marzo de 1952.
desde 1999. de Medicina, Universidad de Chile.
Beca en psiquiatría (Hospital Psiquiátrico):
1952-1955.
POLICARPO REBOLLEDO MARCHESINI
Ayudante Cátedra Extraordinaria de Psiquiatría Prof. A. Roa: 1958-
PABLO SALINAS T.
Realizó sus estudios de Medicina en la 1965.
Universidad de Chile y luego su especiali- Médico Psiquiatra. Egresado de la escuela Profesor Asociado de Psiquiatría (Facultad de Medicina, Universi-
dad como Médico Psiquiatra también en la de Medicina de la Universidad de Chile, dad de Chile).
misma universidad. Sede Occidente, Hospital San Juan de Dios. Director Departamento Psiquiatría y Salud Mental División Sur Fa-
Se desempeña como Jefe de Servicio de Post graduado en psiquiatría adultos de la cultad de Medicina, Universidad de Chile (desde enero de 2003).
Salud Mental del Hospital del Trabajador de Santiago y en la Fun- escuela de Medicina de la Universidad de Libros publicados:
dación San Cristóbal. Chile, Sede Oriente, Hospital del Salvador. “El hombre inconcluso” (relaciones entre pobreza y desarrollo per-
Pertenece a diferentes sociedades nacionales e internacionales: Miembro invitado de la Unidad de Enfermedades del Ánimo del sonal). Edit. Cintras 1988.
Sociedad Médica de Santiago servicio de Psiquiatría del Hospital del Salvador. “Temas de Psiquiatría”. Edit. Lom 1999
Sociedad de Neurología, Psiquiatría y Neurocirugía Profesor de cátedra de psiquiatría, Universidad Bolivariana. “Para leer a Jaspers”. Edit. Univ. 2003
ÍNDICE

116 EDITORIAL 148 EPISTEMOLOGÍA


116 CONFLICTO DE INTERESES Y ÉTICA DE LA PRESCRIPCIÓN 1 48 METODOLOGÍAS EN PRIMERA PERSONA: QUÉ, POR QUÉ, CÓMO
FARMACOLÓGICA EN PSIQUIATRÍA Francisco Varela y Jonathan Shear
César Ojeda

121 BREVES 161 TEORÍA


Francisco Bustamante 1 61 EL PROBLEMA DE LA CONCIENCIA
Rodolfo Bächler
122 NOVEDADES
Alberto Botto 1 73 LA BELLEZA EN EL DESARROLLO PSÍQUICO
Isabel Santa María
123 ACADÉMICAS

127 RESEÑA 177 REVISIÓN


127 PSYCHOANALYTIC THEORIES: PERSPECTIVES FROM 177 ANGUSTIA Y DEPRESIÓN: ¿COMORBILIDAD O CUADROS CLÍNICOS
DEVELOPMENTAL PSYCHOPATHOLOGY COMPLEJOS? UNA PERSPECTIVA FARMACOLÓGICA
Ramón Florenzano César Ojeda

1 29 MANUAL DE PSICOEDUCACIÓN PARA EL TRASTORNO BIPOLAR 183 NEUROBIOLOGÍA Y FARMACOTERAPIA DE LOS TRASTORNOS DE
Jorge Cabrera PERSONALIDAD
Alberto Botto
131 PSICOSIS EPILÉPTICAS
Luis Risco
191 ENSAYO
132 COMENTARIO DE LIBROS 191 ANTECEDENTES Y PERSPECTIVAS DE LA PSIQUIATRÍA SOCIAL Y LA
132 LA TERCERA ETAPA. ENSAYOS CRÍTICOS SOBRE PSIQUIATRÍA EPIDEMIOLOGÍA PSIQUIÁTRICA
CONTEMPORÁNEA Benjamín Vicente, Sandra Saldivia, Pedro Rioseco
Hernán Silva
197 REHABILITACIÓN
1 34 PSICOPATOLOGÍA DE LA MUJER
César Ojeda 197 CONSIDERACIONES PSICOLÓGICAS PARA UNA INTERVENCIÓN
GRUPAL EN FAMILIAS QUE CONVIVEN CON LAS SECUELAS DE UN
137 ENTREVISTA DAÑO CEREBRAL ADQUIRIDO
Makarena Moris
137 LEDA COSMIDES Y LA PSICOLOGÍA EVOLUCIONARIA: “MENTE,
COMPORTAMIENTO Y CIENCIAS SOCIALES”
Roberto Araya y Alvaro Fischer 202 PANEL DE EXPERTOS
202 EL ROL DE LAS TERAPIAS PSICOANALÍTICAS EN LAS FUTURAS
144 PSICOPATOLOGÍA
POLÍTICAS DE SALUD EN CHILE: ANTECEDENTES PARA UNA
1 44 EL SENTIDO DE LA “PSICOPATOLOGÍA GENERAL” DE KARL JASPERS CONTROVERSIA NECESARIA
Mario Vidal Guillermo de la Parra, Ramón Florenzano, Juan Pablo Jiménez
EDITORIAL

CONFLICTO DE INTERESES Y ÉTICA DE LA


PRESCRIPCIÓN FARMACOLÓGICA EN PSIQUIATRÍA

E n los últimos años una corriente de desconfianza


recorre a la investigación científica, y especialmente
a la industria farmacéutica. Sin embargo, el desarrollo
acerca de un producto, y luego presentar todos los re-
sultados y no sólo aquellos favorables2. Un dramático
ejemplo de sesgo en este sentido se evidenció en el
de la investigación farmacológica –realizado princi- año 2001 respecto de la seguridad y eficacia del uso
palmente por empresas independientes– ha sido un de algunas drogas antidepresivas en niños, aprobadas
enorme aporte a la mantención de la salud y la vida en sobre la base de un pequeño porcentaje de estudios
las poblaciones humanas. De hecho, es posible que sin favorables.3 Por su parte, la investigación biomédica se
la intervención de algunos fármacos la mayoría de los vio severamente objetada y muchos investigadores del
lectores, nuestros hijos y yo mismo, habríamos dejado NIH debieron abandonar sus cargos debido a que reci-
de existir espontáneamente y no podríamos sostener bían estipendios por parte de las grandes empresas.4
la discusión que propongo en este editorial. Este re- En los últimos años una gran cantidad de artículos en
sultado, por un principio de coherencia elemental, no periódicos, editoriales en revistas especializadas, libros
podría haber ocurrido sobre la base de un predominio y numerosos reportes de sociedades científicas se han
de investigaciones de mala factura. referido a los problemas denominados “conflicto de
Al pasar revista a los puntos más destacados en intereses”, “sesgo en la investigación biomédica”, y “há-
esta corriente de desconfianza, se puede apreciar que bitos inapropiados” de investigadores y clínicos como
el problema excede el tema farmacéutico y abarca a la resultado de los vínculos con la industria farmacéuti-
ciencia en general. Efectivamente, en el año 2002, la ca.5, 6, 7
revista Nature1 hace un exhaustivo análisis del falsea- En países como el nuestro, que no aparecen en la
miento de datos en las publicaciones científicas, inclu- lista de los veinte que producen trabajos relevantes en
yendo algunos trabajos publicados por ellos mismos, lo el ámbito de la salud,8 la situación tiene un ángulo adi-
que pone en tela de juicio a los “revisores” y “consejos cional. Efectivamente, muchos ensayos farmacológicos
editoriales” de prestigiadas revistas en el campo de las son llevados a cabo en estos países por empresas trans-
ciencias. Por su parte, en septiembre de 2004 en el Con- nacionales, puesto que en ellos las legislaciones son
greso de Estados Unidos, el partido Demócrata, basado anticuadas, los controles precarios y los derechos de los
en el hecho de que los ensayos clínico-farmacológicos ciudadanos poco desarrollados, lo que hace posible en-
son frecuentemente desarrollados en secreto, presentó rolar pacientes con mayor facilidad y con costos inferio-
una indicación que obliga a la industria farmacéutica a res. Esto lleva a pensar que las restricciones impuestas
hacer públicas desde el inicio todas las investigaciones en los países de grandes y poderosas economías, pue-

1
Drug discovery@nature.com
2
Legislators Propose a Registry to Track Clinical Trials From Start to Finish. Science, vol 305, 17 September, 2004, p.1695
3
Science, 23 July, 2004, pp. 468-470
4
Science, 307, 4 March, 2005, p. 1390
5
Por ejemplo, ver: Kassirer, JP. How Medicine’s Complicity with Big Business Can Endanger Your Health. Oxford University Press,
New York, 2004
6
Szasz, T. Pharmacracy. Praeger, Wesport, 2001.
7
En el Nº1 de la Revista Chilena de Neuro-Psiquiatría del año 2004, el tema “Conflicto de intereses” ocupa casi toda la edición.
8
Paraje G, Sadana R, Karam G. Increasing International Gaps in Health-Related Publications. Science. Vol 308. 13 May, 2005, 959-960.

116 | GACETA UNIVERSITARIA


EDITORIAL
den ser legalmente sobrepasadas en el tercer mundo conferencias, ni los apoyos económicos para asistir a
sin dificultad. De allí que algunos defiendan con ener- congresos y otras actividades científicas, del mismo
gía la necesidad de consensos éticos internacionales modo que recibir fondos para investigación u honora-
en estas materias, los que deberían incluir controles en rios por cualquier concepto, representan “conflicto de
todas las fases de los ensayos clínico-farmacológicos. intereses”. El conflicto requiere algún nivel de incom-
No obstante, debido a nuestra poca injerencia en patibilidad. ¿Cuál sería en estos casos la incompatibi-
la creación de nuevos fármacos, el conflicto que en- lidad? O más precisamente, ¿cuál sería el “potencial”
frentan hoy los investigadores del NIH no se produce conflicto de intereses? De hecho, nadie llamaría con-
en Chile. Sin embargo, con alguna frecuencia psiquia- flicto de intereses que un académico reciba financia-
tras nacionales participan en ensayos farmacológicos miento FONDECYT para realizar sus investigaciones,
financiados por empresas farmacéuticas. Parece del incluyendo honorarios, contrataciones, tecnología y
todo razonable exigir que las publicaciones que si- otros, aunque su prestigio académico, remuneración
guen a esos estudios señalen los apoyos económicos y permanencia en una universidad dependan del nú-
y el origen de los diseños de investigación aplicados, mero de proyectos aprobados y realizados. El punto,
del mismo modo en que, en otros casos, se señala el fi- acá, es el origen de esos apoyos: se subentiende que
nanciamiento FONDECYT y los soportes metodológicos la industria farmacéutica busca fundamentalmente la
correspondientes. venta de sus productos, y desde allí se salta sin matices
a poner bajo sospecha a las investigaciones realizadas
CONFLICTO DE INTERESES bajo su alero y, con ello, a la pasada, a los investiga-
dores. El potencial conflicto de intereses en este caso
El análisis de la figura conocida como “conflicto de no puede ser otro que la suposición de un riesgo de
intereses” ha resurgido con fuerza en Chile en el últi- falseamiento o de un sesgo intencional en los datos y
mo año, lo que es una de las caras visibles de la pre- en los resultados que favorecerían a un producto de la
ocupación del gremio por los temas de ética médica. misma empresa, maniobra por la cual el colega recibiría
La Sociedad de Neurología, Psiquiatría y Neurocirugía dinero. Lo que estamos señalando es que la declaración
(SONEPSYN), en conjunto con la Asociación de Socie- de “potencial conflicto de intereses” es como declarar
dades Científicas (ASOCIMED), han hecho públicas sus “riesgo de cometer delitos”, es decir, una exigencia de
inquietudes y recomendaciones en este sentido.9, 10, 11 auto-declarar alguien que los resultados que está pre-
SONEPSYN solicita la “explicitación de potenciales sentando “podrían” ser espurios. Sin tales sospechas el
conflictos de intereses a los participantes en sus activi- potencial conflicto de intereses desaparece. Otra cosa,
dades científicas”, sean éstas conferencias en simposia y muy distinta, es informar de los apoyos económicos
de los congresos anuales, comunicaciones libres, pos- en publicaciones o presentaciones con independencia
ters o cualquier otro tipo de presentación en reuniones de la procedencia de tales apoyos. El trabajar en la Em-
académicas que desarrolle la sociedad, así como en los presa X no es diferente de trabajar en la Universidad Z o
trabajos publicados en la Revista Chilena de Neuro-Psi- pertenecer a la Sociedad Y, en lo que a honorabilidad y
quiatría. Básicamente, se trata de que los participantes honradez profesional se trata.
en esas actividades, previo a desarrollarlas, expliciten Pero además, ¿por qué alguien debería declarar
sus vínculos con la industria farmacéutica: honorarios los apoyos financieros para asistir, por ejemplo, a con-
por dictar conferencias, apoyos económicos para asistir gresos y otras actividades científicas, aunque sus con-
a congresos y otras actividades científicas, fondos para ferencias o presentaciones no tengan ninguna relación
investigación y honorarios por consultorías u otros. con productos de la empresa que le ha dado ese apoyo?
Esta norma se pretende sea inicialmente volun- ¿Cuál es la incompatibilidad y el conflicto en este caso?
taria y posteriormente obligatoria para quienes parti- ¿La sospecha de que el colega en retribución a tales in-
cipen en dichas actividades de SONEPSYN, sean o no vitaciones prescriba fármacos de esa empresa, habien-
socios de ella. do otros mejores y de menor costo? ¿O que los pres-
Sin embargo, esta normativa tiene algunos incon- criba sin indicación? ¿Que haga publicidad subliminal?
venientes. Desde luego, ni los honorarios por dictar A nuestro juicio, el riesgo de sesgo que se desea
evitar no se resuelve con una declaración de este tipo,
puesto que, en último término, lo que se está hacien-
9
Revista Chilena de Neuro-Psiquiatría, 2004, Vol 42, Nº (1) do es desplazar el problema: efectivamente, se deja en
10
www.sonepsyn.cl manos del auditor, lector, alumno, asistente, o lo que
11
Revista Chilena de Neuro-Psiquiatría, 2005, Vol 43, Nº 2, sea, juzgar si tales aportes sesgan o no los resultados
Editorial. de la investigación. Pero, ¿sobre qué bases podrían

GACETA UNIVERSITARIA | 117


EDITORIAL
ellos juzgar semejante cosa? Es evidente que en el caso neficios recibidos, como también el generar “compro-
de congresos y actividades similares tales auditores – misos” con la industria farmacéutica? Pero el que esa
habitualmente médicos que se inician en la especiali- posibilidad exista no basta para poner a dichas socie-
dad– no son los más apropiados para hacer ese tipo de dades bajo sospecha ética. ¿Por qué, entonces, hacerlo
evaluaciones, y menos a la pasada, por ejemplo, en una con los colegas individuales?
conferencia. Con la declaración de “potenciales conflic-
tos de interés” exigida a sus conferencistas, SONEPSYN ÉTICA PUBLICITARIA
está diciendo: “¡Ojo! ¡Aquí puede haber una conducta
no-ética. Juzguen ustedes, nosotros cumplimos con A nuestro juicio, el problema está en otra parte. En Chi-
advertirles!” Guste o no, se coloca al conferencista o le la publicidad debe guardar, al menos, dos principios
autor en la posición de sospechoso de “algo”. Pero, de éticos fundamentales: identificación y veracidad. El pri-
existir alguna sospecha, ¿no corresponde a los organi- mero consiste en que la publicidad debe identificarse
zadores de encuentros profesionales, o a los comités como tal, de modo que el consumidor sepa de inme-
editoriales de revistas especializadas, o a los directores diato que se trata de publicidad; y el segundo, que lo
de unidades académicas, evaluar a sus conferencistas, anunciado debe ser demostradamente verdadero. Así,
autores o académicos y no invitar, rechazar, denunciar es totalmente legítimo que una sociedad o una revista
o excluir de sus actividades a las personas que cometan médicas vendan espacios publicitarios a las empresas
falsación intencional de cualquier tipo de resultados de farmacéuticas, siempre que estén debidamente dife-
la investigación en psiquiatría (no sólo en estudios far- renciados de las actividades científicas. Esto es lo que
macológicos)? ocurre con los conocidos stands en los congresos y con
los avisos de las revistas médicas. No hay en estos ca-
ÉTICA CORPORATIVA sos conflicto ético alguno. El problema empieza con
los auspicios de determinados simposia, en los que la
Si miramos con atención, en ninguno de los casos se- empresa presenta productos de su manufactura, con
ñalados por SONEPSYN la incompatibilidad ética o el invitados de prestigio internacional pagados por ellos.
conflicto de intereses es una consecuencia necesaria. Es En SONEPSYN estos simposia promocionales desde
decir, no se ve ninguna razón de peso para dudar acer- hace mucho son llamados “simposia de la industria”
ca de la adecuación de los diseños y resultados de una en el marco de los congresos anuales, para enfatizar su
investigación en el marco de un trabajo remunerado, carácter promocional, y además están perfectamente
realizado para una empresa que desarrolla y evalúa un separados de las actividades propias de la sociedad.
producto. Tampoco se ve la incompatibilidad en recibir El conflicto ético se suscita al hacer publicidad y pro-
beneficios u honorarios por actividades de promoción, moción no identificada como tal, conflicto significati-
o en hacer investigación clínica y publicar con recursos vamente distinto al que se supone existe detrás de los
aportados por las empresas que, a su vez, son dueñas apoyos financieros a la investigación. Efectivamente,
del producto investigado. El foco, por lo mismo, no está hacer promoción de ciertos medicamentos no es lo
en poner en tela de juicio a los investigadores por tales mismo que suponer un sesgo en la información o una
consideraciones sino en denunciar abierta y formal- falsación de los datos. El punto de fractura aquí es hacer
mente si se comprueban irregularidades en los diseños promoción disfrazada de actividades de las sociedades
y resultados, con independencia del origen de los fon- “científicas” y recibir dinero por ello. La veracidad de los
dos utilizados. datos o el sesgo intencional es harina de otro costal,
A nuestro juicio, al tratar el tema como lo hacen y como mencionábamos al iniciar esta editorial, tales
las sociedades científicas se está no sólo desplazando situaciones ocurren hasta en la investigación estimada
el problema sino, además, proyectándolo. Para nadie más “pura” y publicada en los medios más “rigurosos”.
pasa inadvertido que no son los colegas individuales
(investigadores o no) los que principalmente se finan- ÉTICA INDIVIDUAL
cian con los aportes de la industria farmacéutica sino
las mismas sociedades que propugnan este tipo de Los psiquiatras somos los que indicamos psicofárma-
controles. De hecho, tales sociedades y sus dirigentes cos con mayor frecuencia. Las empresas farmacéuticas
denominan “auspicios” o “patrocinios” a las transaccio- buscan que los médicos en general y los psiquiatras en
nes por las que reciben dinero de ellas y no “potenciales particular receten sus productos, pues en muchos ca-
conflictos de interés”. ¿Por qué? sos sus ganancias dependen de esa prescripción. Sin
¿No es evidente que en tales sociedades puede embargo, ciertos productos pueden en nuestro país
hacerse uso espurio de los dineros, invitaciones y be- ser vendidos sin receta y otros –de hecho– se venden

118 | GACETA UNIVERSITARIA


EDITORIAL
libremente aunque eso vulnera las disposiciones lega- la vida contemporánea que muchos denuncian13, 14
les. En los medicamentos de libre consumo, lo que se –y especialmente la patologización desenfrenada de
ha llamado “promoción directa al consumidor”) (PDC) los fenómenos mentales– hace necesario revisar per-
ha ido aumentando en los medios de comunicación manentemente nuestros conceptos de “enfermedad
social.12 No obstante, aquí también se pueden vulnerar mental”, nuestras nosologías y los resultados de la in-
principios de ética publicitaria si, por ejemplo, la pro- vestigación en todas las áreas de nuestra actividad tera-
moción de fármacos requeridos de prescripción médica péutica y profesional, especialmente si esos conceptos
se hace en la forma de “noticias” científicas, y por lo vienen de la mano con alguna forma de prescripción
mismo se transforma en PDC. Esta última situación se farmacológica. Las cosas actualmente son mucho más
ve acentuada por el acceso a libre información de los complejas que hace sólo diez años, y ya nadie puede
pacientes en sitios de la web. seriamente sostener que algunas “enfermedades men-
No obstante, sea cual sea la exigencia de los pa- tales” se curan con quince días de administración de un
cientes o las presiones publicitarias y promocionales, antidepresivo. La sobremedicación y la submedicación
cada uno de nosotros es dueño y señor de la mano con son temas recurrentes en psiquiatría, del mismo modo
la que escribe, y por lo mismo, absolutamente respon- que la ideologización irreflexiva de modelos explicati-
sable de la prescripción farmacológica que realiza. Di- vos de cualquier origen. La cautela, el buen juicio, la ri-
cho con otras palabras, la responsabilidad terapéutica gurosidad metodológica y la honestidad profesional, a
no es endosable ni a la industria farmacéutica ni a nin- mi juicio, no se resuelven con controles, normas, regla-
guna otra institución o persona. mentos o instrucciones, primero voluntarias y a la larga
Es en este punto donde el problema se torna ver- obligatorias, sino con la formación, la comunicación y el
daderamente complejo, puesto que toca a las bases acceso libre a la información.
mismas de nuestra especialidad. La medicalización de
César Ojeda

12
JAMA. 2005; 293:1995-2002.
13
Whitaker, R. Mad in America. Perseus Publishing, Cambridge, 2001.
14
Szasz, T. Ref 6.

GACETA UNIVERSITARIA | 119


INFORMACIÓN PARA LOS AUTORES

1. Los trabajos deben ser escritos en castellano (en inglés o alemán si el autor desea ser tradu-
cido al castellano), pueden ser inéditos o haber sido publicados en medios de baja circula-
ción (libros, revistas u otros). En los casos que corresponda (contrato de exclusividad), deben
contar con la autorización correspondiente. El formato es tamaño carta, letra Arial 12 con 1,5
espacios de separación entre líneas. La extensión es libre. Se sugiere no exceder las 20 pági-
nas. Los trabajos deben ser enviados sólo en forma electrónica al Editor General: cojeda@vtr.
net

2. Las colaboraciones pueden tener la forma de artículo tradicional, cartas, comentarios, opi-
niones, ensayos, ideas y otros. En el caso de los artículos de formato tradicional es preferible
que las referencias sean las estrictamente necesarias, las que deben seguir el orden de apa-
rición en el texto, y atenerse a la siguiente pauta:

- Artículo: 1. López C. La imipramina en la enuresis. Rev Chil Neuropsiquiatría 2004; 30;


3: 25-29

- Libro: 1. Jaspers K. Psicopatología General, Ed Beta, Madrid, 1970

Es decir, el autor y los títulos de los artículos en letra normal y luego, año, vol, páginas; el de los
libros, nombre del autor, el título en cursiva, y luego editorial, ciudad, año. En el caso de otro
tipo de colaboraciones (como ensayos o comentarios), las referencias (de haberlas) y las notas
pueden ir al pie de página con numeración correlativa, respetando la diferencia entre libro y
artículo.1, 2

3. Se sugiere, si cabe, iniciar el artículo con un resumen en castellano (e inglés si el autor lo


desea), con la estructura que el autor estime más conveniente para el tema tratado. Los
escritos no tradicionales no necesitan resumen.

4. Los editores se comunicarán personalmente con los autores a efectos de cualquier sugerencia,
y se reservan el derecho de rechazar una colaboración por fundamentos que deben ser
comunicados por escrito al autor.

5. Los trabajos recibidos podrán ser publicados, además de en los números regulares de la
Gaceta Universitaria, en suplementos y/o separatas de la misma revista.

1
Capra, F. The Hidden Connections, Dubleday, New York, 2002.
2
Angst J, Hochstrasser B. Recurrent Brief Depression: The Zurich Study: J Clin Psychiatry 1994; 55:3-9.
BREVES - El 46,4% de la muestra presentó algún
trastorno psiquiátrico como prevalencia
De lo anterior se desprende que el
consumo de cafeína debe ser un factor a
de vida. evaluar dentro del diagnóstico diferencial
Francisco Bustamante1 - Los trastornos ansiosos fueron los más de un Trastorno por Déficit Atencional con
frecuentes (28,8%) seguidos por los Hiperactividad (TDAH). Además, a todo
trastornos del ánimo (20,8%). escolar que consulte por dichos síntomas
APRENDA PSICOTERAPIA debiera recomendársele el no consumir
PSICODINÁMICA CON GABBARD Con respecto a los suicidios consu- bebidas cafeinadas.
mados, éstos disminuyeron en un 6% en
Glen O. Gabbard, profesor de psiquiatría de relación al período anterior. Sin embargo, 2005 APA Annual Meeting: Abstract NR45. Pre-
la Universidad de Baylor (USA) y autor del las conductas incluidas dentro del espectro sented May 23, 2005.
libro Psiquiatría Psicodinámica en la Prácti- suicida aumentaron (sin alcanzar una di- Un resumen puede leerse en:
ca Clínica, acaba de lanzar un video en don- ferencia estadísticamente significativa) al http://www.medscape.com/viewarticle/505467
de enseña algunos principios de este tipo igual que las consultas y tratamientos por
de psicoterapia. El video se compone de 3 esta misma causa (3).
módulos (cada uno dura en promedio 20
minutos), donde mediante viñetas clínicas 1. Kessler RC, McGonagle KA, Zhao S, Nelson GUÍAS DE TRATAMIENTO DE
y diapositivas explica las intervenciones CB, Hughes M, Eshleman S et al. Lifetime and TRASTORNO BIPOLAR
terapéuticas psicodinámicas, los conceptos 12-month prevalence of DSM-III-R psychiat-
de transferencia y contratransferencia y ric disorders in the United States. Results Fountoulakis y Vieta realizaron una recopi-
cómo utilizarlos en terapia. from the National Comorbidity Survey. Arch lación de las distintas guías de tratamien-
El acceso al video es on-line (internet) y Gen Psychiatry 1994; 51: 8 - 19. to del trastorno afectivo bipolar (TAB), las
tiene un costo de U$19 para los miembros 2. Kessler RC, Chiu WT, Demler OT, Walters EE. cuales son presentadas en un artículo de
de la APA y de U$25 para los que no lo son, Prevalence, Severity, and Comorbidity of
mayo en el Journal of Affective Disorders.
pagables mediante tarjeta de crédito. 12-Month DSM-IV Disorders in the National
Si bien el título del artículo dice ser “una
revisión crítica”, los autores no distinguen
Comorbidity Survey Replication. Arch Gen
http://www.psych.org/edu/gabbard.cfm las guías según la metodología utilizada
Psychiatry 2005; 62: 617 - 627.
en su elaboración sino por su aceptación
3. Kessler RC, Berglund P, Borges G, Nock M,
internacional y frecuencia de uso. Pese a
Wang PS. Trends in Suicide Ideation, Plans,
esto, es una buena puesta al día sobre el
Gestures, and Attempts in the United States,
“THE NATIONAL COMORBIDITY manejo farmacológico del TAB.
1990-1992 to 2001-2003. JAMA 2005; 293:
SURVEY” REPLICADO La revisión incluye los protocolos de 12
2487 - 2495.
entidades científicas, entre ellas la Ameri-
El National Comorbidity Survey (NCS) can Psychiatric Association, la British Asso-
Más información sobre el NCS y el NCS-R:
(1) es uno de los estudios epidemiológicos ciation for Psychopharmacology (BAP), la
www.hcp.med.harvard.edu/ncs
de campo más importantes de EE.UU. Fue World Federation of Societies of Biological
www.hcp.med.harvard.edu/wmh
realizado entre 1990 y 1992 y ha influido Psychiatry (WFSBP), entre otras.
fuertemente en las políticas de salud de A continuación destacaremos algunas
dicho país. Pues bien, en el mes de julio recomendaciones según las entidades más
de este año aparecieron los resultados de relevantes:
CUIDADO CON LAS BEBIDAS CON
un estudio que replicó la metodología del CAFEÍNA EN LOS NIÑOS
NCS, pero esta vez utilizando los criterios - Manía: litio, o valproico más antipsicó-
diagnósticos del DSM-IV (el NCS ocupó los ticos (APA); antipsicóticos o valproico
Un estudio presentado en el último con- (BAP); litio, valproico, olanzapina, ris-
criterios del DSM-III).
greso de la Asociación Psiquiátrica Ameri- peridona o carbamazepina (WFSBP). En
La replicación del NCS (NCS-R, realiza-
cana (APA), demostró que aquellos escola- una segunda etapa, todas recomiendan
do entre los años 2001 y 2002) se llevó a
res que consumían bebidas colas con cafeí- combinar los fármacos o aplicar terapia
cabo sobre 9.282 norteamericanos mayo-
na podían experimentar déficit atencional electroconvulsiva (TEC).
res de 18 años —seleccionados en forma
e hiperactividad con un aumento de hasta - Depresión: litio o lamotrigina, o litio más
aleatoria de la comunidad— para evaluar
5 puntos en el test de Connors, respecto de antidepresivo (APA); lamotrigina, litio, o
prevalencia de trastornos psiquiátricos a lo
aquellos días en que consumían bebidas valproico para leves, e inhibidores se-
largo de la vida y en los últimos 12 meses.
libres de dicha sustancia. lectivos de la recaptación de serotonina
Algunos de los resultados fueron (2):
Si bien es una investigación con un ta- más un estabilizador del ánimo (litio,
maño muestral pequeño (20 pacientes, 10 valproico o antipsicóticos) para casos
hombres y 10 mujeres), confirma hallazgos severos (BAP); antidepresivo más es-
1
Facultad de Medicina. Universidad de Los Andes previos. tabilizador del ánimo (WFSBP). En una

GACETA UNIVERSITARIA | 121


segunda etapa se pueden aumentar o Para comprobar esta hipótesis, Jennifer Como es de esperarse, las de más pron-
combinar los fármacos o aplicar TEC. Hardnen-Fischer y Drew Westen publica- ta recuperación tras una psicoterapia son
- Etapa de mantención: la APA recomien- ron el 2001 un instrumento (el SWAP-200) las de alto funcionamiento/perfeccionis-
da litio o valproico, mientras que la BAP capaz de tipificar la personalidad de las tas, seguidas en 5 meses después por las
solamente litio. Por otro lado, la WFSBP personas con trastornos de la alimentación del tipo constreñidas/sobrecontroladas.
postula el litio, estabilizadores o antipsi- en 3 grupos: Las pacientes con tendencia a la disregula-
cóticos después de un episodio manía- ción emocional, lo hacen 5 meses después
co, o antidepresivos más estabilizadores a) Alto funcionamiento/Perfeccionistas: se de estas últimas.
si se trató de un episodio depresivo. pueden expresar a sí mismas correcta- Estos estudios son una buena demos-
mente en palabras, tienden a ser res- tración de cómo una fina descripción psi-
Los puntos en que coincide la mayoría ponsables, autocríticas, de altos están- copatológica nos ayuda a clarificar el pro-
de los grupos de trabajo que elaboraron las dares, “perfeccionistas”, otras personas nóstico de una enfermedad.
guías son: el uso de antimaníacos/estabili- se sienten agradadas con ellas, tienden
zadores independientemente de la etapa; a ser empáticas, etc. 1. Dörr O. Psiquiatría Antropológica. Editorial
en depresión nunca usar un antidepresivo b) Constreñidas/sobrecontroladas: tien- Universitaria, Santiago 1997
como monoterapia; la falta de datos duros den a ser pasivas y con escasa aserti- 2. Westen D, Hardnen-Fischer J. Personality
para el tratamiento de los episodios de- vidad, son incapaces de expresar sa- profiles in eating disorders: rethinking the
presivos y mixtos; la hipomanía debe ser distinction between axis I and axis II. Am J
tisfacción y enojo, tienden a sentirse
tratada de la misma forma que la manía; Psychiatry 2001; 158: 547-62
desesperanzadas y sin fuerzas, con una
litio, valproico, carbamazepina y antipsicó- 3. Thompson-Brenner H, Westen D. Personality
autopercepción distorsionada (feas,
ticos son más efectivos para el tratamiento subtypes in eating disorders: validation of
grotescas, inferiores), parecen tener un
y prevención de manía, pero con menor a classification in a naturalistic sample. BJP
rango limitado de emociones, etc.
efecto sobre depresión; por el contrario, 2005: 186: 516-24
c) Disreguladas/descontroladas: las emo-
lamotrigina tiene una mayor eficacia sobre
ciones las llevan a perder el control,
episodios depresivos que en maníacos.
Finalizan los autores señalando que a tienen atracones descontrolados con
futuro las guías debieran incluir datos so- purgas, sus emociones cambian rápi-
damente y sin predicción, tienden a
NOVEDADES
bre psicoeducación, psicoterapia y manejo
ambiental para lograr un óptimo manejo sentirse infelices y depresivas, expresan
de este trastorno. sus emociones en forma exagerada o
teatral, etc.
Alberto Botto1
Fountoulakis KN, Vieta E, Sánchez-Moreno J,
Kaprinis SG, Goikolea JM, Kaprinis GS. Treatment Con esta tipología, ellas lograron clasifi-
Guidelines for Bipolar Disorder: A critical review. car los dos-tercios de la muestra del estudio
Journal of Affective Disorders 2005; 86: 1-10 (103 pacientes), siendo el tipo alto funcio- NEUROPSICOANÁLISIS:
namiento/perfeccionista el más frecuente UN NUEVO CONCEPTO EN
con un 45% (lo cual es acorde a lo expuesto PSIQUIATRÍA Y PSICOTERAPIA
por Dörr), repartiéndose el porcentaje res-
En 1895, en su “Proyecto de una psicología
TIPOS DE PERSONALIDAD Y tante en partes iguales los otros dos tipos.
para neurólogos”, Freud intentó articular
TRASTORNOS DE ALIMENTACIÓN Tres años después, Thompson-Brenner
las teorías psicoanalíticas emergentes con
y Westen demostraron que esta clasifica-
los postulados neurobiológicos de la épo-
Nunca dejará de sorprenderme lo fidedig- ción ayuda a establecer comorbilidad y
ca. Sin embargo, le fue difícil desarrollar
no de las descripciones del Dr. Otto Dörr so- pronóstico:
y completar sus ideas dado el escaso co-
bre las pacientes con trastornos de alimen-
nocimiento que en ese momento se tenía
tación cada vez que me ha tocado tratar a - En el eje I las pacientes con disregula-
sobre neurociencias. Desde entonces los
personas con estas patologías. Pero es ne- ción emocional tienen mayor comorbi-
avances tecnológicos han permitido ela-
cesaria una salvedad: esto es así en aque- lidad en casi todos los trastornos estu- borar nuevas metodologías de investiga-
llas pacientes con los síndromes clásicos de diados que los otros dos tipos. ción, ampliando el conocimiento sobre los
la anorexia y bulimia, ya que cuando son - En el eje II estas mismas pacientes tien- sustratos anatómicos y funcionales de las
polimorfas uno puede esperar cualquier den a presentar trastorno de persona- enfermedades mentales. En la terapéutica
cosa. La experiencia parece indicar que lidad limítrofe, mientras que las cons- psiquiátrica ha sido la psicofarmacología el
las pacientes con el tipo de personalidad treñidas/sobrecontroladas presentan área que mayor repercusión ha tenido con
descrita por Dörr tienen mejor pronóstico con mayor frecuencia un trastorno de estos avances. Sin embargo, en la medida
que aquellas con síndromes polimorfos, personalidad dependiente al igual que
las cuales podrían presentar trastornos de las perfeccionistas (pero en menor pro-
personalidad limítrofe. porción). 1
Departamento Psiquiatría Oriente. Universidad de Chile.

122 | GACETA UNIVERSITARIA


que el conocimiento actual acorta cada día (por ejemplo, a través de los hemisferios) traducido en un mayor conocimiento teó-
más la brecha entre mente y cerebro, el clá- se encontraría alterado. En este sentido, en rico sino que también, a través del desarro-
sico dualismo entre psiquiatría psicológica y el trabajo psicoanalítico el analista lo que llo y sistematización de la investigación en
somática pareciera no tener mucho futuro. haría sería facilitar, a través del lenguaje, la psicoterapia, en una mejor práctica clínica.
Es así como la neurociencia ha comenzado unión entre los hemisferios del paciente, in-
a identificar los correlatos neurales no sólo crementando así la información disponible 1. Freud S. Proyecto de Psicología. En Obras
de los trastornos mentales sino también para todo el cerebro. Una observación que Completas. Buenos Aires: Amorrortu edi-
de los efectos y cambios producidos por pareciera apoyar esta hipótesis consiste en tores, 2001
la psicoterapia. De esta manera, hallazgos que los hemisferios cerebrales se unen fun- 2. Fuchs T. Neurobiology and psychotherapy:
recientes en la biología de la memoria y la cionalmente luego de la mielinización del an emerging dialogue. Curr Opin Psychiatry
plasticidad neuronal o en los aspectos neu- cuerpo calloso, lo que ocurre alrededor de 2004;17:479-485
rofisiológicos del apego y la intersubjetivi- los 3 años y medio, durante el periodo edí- 3. Gabbard G. Psychodynamic Psychiatry in
dad han transformado a estas disciplinas en pico. Se piensa que el aislamiento anatómi- Clinical Practice. Third Edition. Washington
áreas de trabajo en común, enriqueciendo co entre los hemisferios previo a esta etapa DC: American Psychiatry Press, 2000
la teoría y la práctica psicoterapéutica. tendría un papel defensivo y adaptativo. 4. International Neuro-Psychoanalysis Centre.
Un ejemplo de lo anterior está dado por Luego de la mielinización del cuerpo calloso http://www.neuro-psa.org.uk/npsa/
la investigación en el funcionamiento de la dicho aislamiento sólo podría ser funcional, 5. Levin F. Psyche and Brain. The biology of
memoria. Se ha visto que la memoria es efectuándose a través de algún proceso en talking cures. Madison: International Univer-
muy relevante para el proceso de apren- la interacción mente/cerebro. Este proceso sities Press, 2003
dizaje y cambio que se persigue en la psi- podría corresponder a la represión.
coterapia. De particular importancia es la Finalmente, el objetivo del psicoanálisis
distinción establecida por la neurociencia sería la integración de aquellos componen-
cognitiva entre dos sistemas de memoria: la tes no integrados del sistema de relaciones

ACADÉMICAS
implícita y la explícita. Ambos tipos estarían entre mente y cerebro.
basados en distintas estructuras del siste- Con la finalidad de promover el trabajo
ma nervioso central. Mientras la primera interdisciplinario entre el psicoanálisis y la
tendría su sustrato en los ganglios basales, neurociencia, en julio del 2000 fue funda- REVISTA DE PSIQUIATRÍA Y
cerebelo y amígdala, la segunda involucra- da en Londres la Sociedad Internacional SALUD MENTAL
ría especialmente áreas del lóbulo temporal de Neuropsicoanálisis. Dos veces al año la
como el hipocampo y sus conexiones con institución publica una revista (Neuro-psy- Durante este año la Revista de Psiquiatría y
estructuras corticales. Dado que la memoria choanalysis) donde se desarrollan artículos Salud Mental, órgano oficial de la Sociedad
implícita contiene almacenados patrones empíricos y teóricos acerca del tema, se re- Chilena de Salud Mental, publicará acerca
de interacción emocional y corporal que son visan libros y se resumen los reportes de los de los siguientes temas
activados por diversas situaciones, su fun- distintos grupos de trabajo de la sociedad.
cionamiento sería crucial en el desarrollo Además, anualmente es organizado un Con- 1. Ambiente terapéutico, visión de
de las relaciones interpersonales, así como greso donde se tratan diversos temas afines enfermería
también en el proceso psicoterapéutico. al psicoanálisis y la neurociencia, como los
2. La angustia normal y patológica
Dentro de los nuevos temas de investi- afectos, la memoria y la sexualidad.
3. Síndrome neuroléptico maligno
gación, quizás uno de los más interesantes A pesar de lo anterior, hay quienes pre-
secundario
se encuentre en la búsqueda de los funda- fieren mantener cierto escepticismo frente
4. Buenas prácticas en salud mental
mentos neurobiológicos que subyacen a a estas nuevas teorías, argumentando que
ciertos fenómenos específicos de la teoría difícilmente el estudio de los fenómenos 5. Freud, el abandono de la teoría de la
y técnica psicoanalítica como los mecanis- biológicos del cerebro podrá dar cuenta de seducción
mos de defensa. En este campo el estudio la complejidad del proceso que ocurre du- 6. Revisión del concepto de inconsciente
de los diferentes roles que cumplen los rante una psicoterapia. Es así como el nivel en la teoría
hemisferios cerebrales ha sido crucial. Hoy de significaciones propio de la experiencia 7. Enfermedades mentales: Vivir con el
día se considera que los hemisferios prácti- intersubjetiva pareciera, hasta el momen- estigma
camente constituyen dos cerebros. Cuando to, estar más allá del terreno empírico de la 8. ¿Lo Femenino visible?
Freud escribió sobre la afasia como un sín- neurobiología. 9. Capital social y salud mental
drome de desconexión cerebral estableció En síntesis, aunque sin alejarse de la 10. Trauma y abuso sexual
una interdependencia entre ciertos fenó- controversia, la distancia entre neurobiolo-
Información adicional
menos psíquicos y fisiológicos. Siguiendo gía y psicoterapia cada día se hace menor.
Av. La Paz 841, Recoleta, Santiago
esta idea algunos han propuesto un nuevo Actualmente los modelos neurobiológicos
punto de vista, conceptualizando el conflic- han permitido ampliar el conocimiento E-mails: info@schilesaludmental.cl
to psíquico como aquel estado donde el sis- en áreas antes restringidas al campo de secretaria@schilesaludmental.cl
tema de relaciones entre mente y cerebro lo puramente psíquico. Esto no sólo se ha Web: www.schilesaludmental.cl

GACETA UNIVERSITARIA | 123


DIPLOMADO INTERNACIONAL

“DIAGNÓSTICO E INDICACIÓN EN PSICOTERAPIA”


DIAGNÓSTICO PSICODINÁMICO OPERACIONALIZADO
NOVIEMBRE 2005 – NOVIEMBRE 2006

Organizado por: – Centro de Estudios de Postgrados y Postítulos de la Universidad de Heidelberg


– Escuela de Psicología de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Católica de Chile
– Departamento de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica de Chile
Dirigido a: Psicoterapeutas (psicólogos y psiquiatras) de todas las orientaciones
Requisito: 90% de asistencia y evaluación final
Lugar: Heidelberg Center para América Latina
Av. Los Leones 1035, Providencia
Arancel: $ 610.000 pesos
Franquicia tributaria SENCE Nº 12-37-7488-00

El OPD además de entregar orientación diagnóstica para realizar la indicación, permite guiar la acción psicoterapéutica,
realizar seguimiento del proceso, facilitar el entrenamiento en psicoterapia, aportando además a la investigación.
El programa se desarrolla durante un año, con un total de 100 horas, con clases de carácter lectivo y, mayoritariamente,
talleres con material audiovisual de entrevistas de pacientes y análisis de casos.
El diplomado se realizará utilizando dos modalidades de trabajo:
• Seminarios Intensivos teórico-prácticos. Tres veces en el año: a cargo de profesores de la Universidad de Heidelberg.
(total, 60 horas).
• Módulos prácticos de profundización. Se realizarán una vez al mes a cargo del el equipo de profesores nacionales del
diplomado. (total de40 horas).

EQUIPO DE PROFESORES
Coordinador: Dr. Guillermo de la Parra.
Secretaria: Ps. Susanne Bauer.
Prof.esores: Manfred Cierpka, Universidad de Heidelberg
Tilman Grande, Universidad de Heidelberg
Eve Marie Apfelbeck, Universidad Católica
Juan Pablo Jiménez, Universidad de Chile
Guillermo de la Parra, Universidad Católica
Niels Biedermann, Universidad de Chile
Luis Alvarado, Universidad de Chile

INFORMACIONES Y MATRICULAS:
Heidelberg Center para América Latina.
Av. Los leones 1035, Providencia
Fonos: 234 3466 233 2574
E-mail: heidelberg-center@heidelberg.tie.cl
El diplomado será certificado por la Universidad de Heidelberg y la Pontificia Universidad Católica de Chile.

PARA OBTENER EL PROGRAMA DETALLADO COMUNICARSE A:


Heidelberg Center: 234 3466
ó bien:
heidelberg-center@heidelberg.tie.cl
SOCIEDAD DE NEUROLOGÍA, PSIQUIATRÍA Y NEUROCIRUGÍA DE CHILE

Entre el 3 y 9 de octubre se realizará la Semana de la Depresión, para sensibilizar a la población sobre


uno de los mayores padecimientos de nuestro tiempo.
La iniciativa está orientada a toda la población de la Región Metropolitana y tendrá un carácter
principalmente educativo. Se repartirán dípticos en farmacias, hospitales, clínicas y centros médicos.
Fecha: 3 al 9 de octubre de 2005
Informaciones: www.sonepsyn.cl

BASES DEL IV CONCURSO DE PINTURA DE SONEPSYN


VERSIÓN 2005 “ENFERMARTE: LA ENFERMEDAD EN EL ARTE”

La Sociedad de Neurología, Psiquiatría y Neurocirugía de Chile (SONEPSYN) invita, una vez más, a todos los
psiquiatras, neurólogos y neurocirujanos nacionales, interesados en la expresión plástica, a participar en
su concurso anual de pintura (Versión 2005) “ENFERMARTE: LA ENFERMEDAD EN EL ARTE”.

1. Podrán participar los médicos especialistas, sean o no miembros de SONEPSYN, como asimismo los
becados (médicos en formación) de estas especialidades.
2. La convocatoria es a crear obras de arte originales. Los trabajos consistirán en una propuesta visual
en torno a “ENFERMARTE: LA ENFERMEDAD EN EL ARTE”. El soporte debe ser tela, usada en sentido
vertical u horizontal, de dimensiones no superiores a 90 cm x 150 cm. La técnica es libre (óleo, acrílico,
etc.) o mixta. El formato es plano. Los cuadros deben presentarse enmarcados en forma sencilla, ideal-
mente con un marco tipo caja, de no más de 5 cm por lado. Se aceptarán hasta dos obras por autor.
3. Se recibirán las obras en la sede de la Sociedad de Neurología, Psiquiatría y Neurocirugía, Carlos Silva
1292, Depto. 22, Providencia (fono: 232 9347). Periodo de entrega: desde el 05 al 30 de septiembre
(hasta las 17:00 horas). Las obras deben tener identificados en su respaldo el nombre del autor y el
nombre de la obra. Se entregará un recibo.
4. Una selección de los trabajos enviados formará parte de una exposición a realizarse en la ciudad de
Pucón desde el 17 al 19 de noviembre de 2005, en el marco del 60º Congreso Chileno de Neurología,
Psiquiatría y Neurocirugía. Luego de la exposición en Pucón, la totalidad o algunas de las obras serán
expuestas en la sede de SONEPSYN durante los últimos días de noviembre.
5. Se otorgará un premio de US$ 1.000 y dos menciones honrosas. El jurado estará formado por los
Pintores Samy Benmayor, Gonzalo Cienfuegos y Benjamín Lira.
6. Los autores autorizarán a la Sociedad de Neurología, Psiquiatría y Neurocirugía a reproducir sus obras
en catálogos y otras publicaciones que se utilicen para difundir la exposición, actividades de exten-
sión o aquellas que la Sociedad estime pertinentes.
7. La obra ganadora pasará a constituir propiedad de la Sociedad de Neurología, Psiquiatría y Neuroci-
rugía. Las obras restantes deberán ser retiradas desde la sede de la Sociedad por sus autores durante
un plazo que se comunicará oportunamente.
8. El premio no podrá ser declarado desierto.
9. Durante el 60º Congreso Chileno de Neurología, Psiquiatría y Neurocirugía se darán a conocer los
nombres de los ganadores y se entregarán los diplomas y el premio correspondiente al ganador. Se
publicarán los nombres de los galardonados en los medios de difusión de SONEPSYN.
10. No existen seguros contratados.
11. Situaciones especiales: cualquier situación no contemplada en el presente documento será resuelta
por el Comité Organizador del Concurso.
12. Mayores informaciones en el fono 56-2-232 9347 (Sra. Susana Salvadores), o en el correo electrónico:
secretariagral@123.cl
13. AUSPICIA: Laboratorio ROCHE (línea SNC)
I SIMPOSIUM DE COMUNICACIÓN EN SALUD:
INNOVACIONES CURRICULARES Y ASISTENCIALES

REFLEXIONANDO SOBRE DILEMAS ÉTICOS Y NUEVOS DESAFÍOS


EN LA RELACIÓN PACIENTE-PROFESIONALES DE LA SALUD

Conferencias - Mesas redondas - Ponencias libres - Talleres

SANTIAGO, 17 – 18 NOVIEMBRE 2005

Auditorio Lorenzo Sazié,


Decanato Facultad de Medicina Universidad de Chile.
Avenida Independencia 1027

Invitados internacionales: Dr. Ronald Epstein


Director del Centro de Comunicación en Salud, Universidad de Rochester, Nueva York

Dr. Andrés Sciolla


Profesor Asistente Clínico y presidente del comité de competencia terapéutica del
Departamento de Psiquiatría de la Universidad de California en San Diego

Información e inscripciones: http://www.med.uchile.cl/seminarios/2005/noviembre/simposium_comunicacion/


Sra. Gloria Estrada: 2748855 / E-mail: gestrada@med.uchile.cl
Sra. Nadia Sánchez: 6786189 / E-mail: dptobioetica@med.uchile.cl

ORGANIZA
Facultad de Medicina, Universidad de Chile con sus Departamentos de:
Bioética y Humanidades Médicas
Educación en Ciencias de la Salud
Psiquiatría y Salud Mental, Oriente

CON EL PATROCINIO DE
Ministerio de Salud
Ministerio de Educación
Academia Chilena de Medicina del Instituto de Chile
Asociación de Facultades de Medicina de Chile
Colegio Médico de Chile
Colegio de Enfermeras de Chile
Sociedad Chilena de Bioética
Sociedad Chilena de Educación en Ciencias de la salud
PSICOPATOLOGÍA DEL DESARROLLO. TEORÍAS PSICOANALÍTICAS
RAMÓN FLORENZANO
DEVELOPMENTAL PSYCHOPATHOLOGY. PSYCHOANALYTIC THEORIES

RESEÑA

PSYCHOANALYTIC THEORIES:
PERSPECTIVES FROM DEVELOPMENTAL
PSYCHOPATHOLOGY
Autores: Peter Fonagy y Mary Target
Brunner, Routledge, Londres,2003

(Rev GU 2005; 1; 2: 127-128)

Ramón Florenzano

L a perspectiva de la psicopatología evolutiva tiene


raíces profundas en los puntos de vista psicodinámi-
cos, así como en la psicología del desarrollo académico.
Fonagy y Target hacen una lúcido resumen del
punto de vista evolutivo en el psicoanálisis, partiendo
con Freud y sus modelos de la mente, que conceptua-
La afirmación de que el niño es el padre del hombre es lizan de acuerdo a Sandler en tres (modelo del trauma,
un lugar común (fuera del sesgo de género al excluir la topográfico y estructural), para terminar esa sección
mirada desde la mujer). En este libro dos distinguidos con una detallada del punto de vista estructural-evo-
investigadores ingleses, Peter Fonagy y Mary Target, lutivo en Anna Freud. Proviniendo ambos autores del
retoman la labor de su maestro, Joseph Sandler, en la grupo formado por esta autora, es especialmente inte-
tarea de formular una mirada histórica sobre los puntos resante su visión del aporte en estos temas, así como la
de vista psicoanalíticos, en esta tradición de la psico- del Profesor Joseph Sandler, antecesor de Fonagy en la
patología evolutiva. Es, además, una mirada inglesa, lo cátedra de psicoanálisis en la Universidad de Londres.
que hace a la obra interesante para un tema en el cual Revisan luego las teorías de relaciones de objeto, tanto
los puntos de vista norteamericanos han primado. Para el modelo de Klein-Bion como las escuelas británicas
muchos, la perspectiva evolutiva viene de la tradición independientes, y las aproximaciones norteamericanas
del análisis clásico americano, y más específicamente a las relaciones de objeto: Kohut y Kernberg.
desde su variedad bostoniana. Nombres que son ex- La parte más llamativa del libro es la revisión des-
ponentes actuales, en Nueva Inglaterra, de la tesis de de la perspectiva evolutiva de autores recientes: André
que además de los componentes bio-genéticos, en la Green en Francia, los autores intersubjetivistas-relacio-
aparición de los cuadros clínicos es importante la expe- nales (desde Harry Stack Sullivan hasta los Mitchell),
riencia de crianza temprana y de socialización, tanto fa- para referirse luego en detalle al modelo del apego,
miliar como escolar. Desde la Psicología del Yo, fue Eric en su versión inicial por John Bowlby, y luego desde la
Erikson quien formuló esta tesis más lúcidamente des- perspectiva de la teoría de los esquemas (de Horowitz,
de sus escritos psicobiográficos y de su clásico “Infancia Stern y Ryle), para finalizar con su propio modelo, el de
y Sociedad”. Posteriormente autores como George Vai- la mentalización. Este es presentado en forma sucinta
llant, Stuart Hauser y Robert Waldinger, han desarrolla- pero clara, y tiene el interés de ser descrito por sus pro-
do importantes estudios acerca del ciclo vital adulto y pios autores.
del anciano, en el caso del primero, y de la transición de Termina este excelente libro con un capítulo so-
la adolescencia a la vida adulta los dos siguientes. bre cómo se aplican en la práctica los modelos evo-

GACETA UNIVERSITARIA | 127


PSYCHOANALYTIC THEORIES: PERSPECTIVES FROM DEVELOPMENTAL PSYCHOPATHOLOGY

lutivos, insistiendo en la necesidad del desarrollo de blica de las teorías y terapias analíticas, en demostrar
comprobaciones empíricas de los diversos modelos empíricamente la eficiencia y eficacia de su práctica.
antes revisados, y en la necesidad de validar mediante Este libro, aunque centrado en modelos teóricos, repre-
investigación objetiva los resultados terapéuticos del senta una base conceptual para muchos investigadores
psicoanálisis y las técnicas derivadas de éste. El traba- en psicoterapia. Ellos, así como docentes universitarios,
jo de Fonagy en la Society for Psychotherapy Research, psicoterapeutas clínicos y todos a quienes les interese
así como en la misma Asociación Psicoanalítica Inter- la epistemología psicoanalítica, aprovecharán mucho
nacional, se ha centrado por las últimas décadas en la de la lectura de este libro.
necesidad, para mantener la relavancia científica y pú-

128 | GACETA UNIVERSITARIA


TRASTORNO BIPOLAR. PSICOEDUCACIÓN
JORGE CABRERA
BIPOLAR DISORDER. PSYCHOEDUCATION

RESEÑA

MANUAL DE PSICOEDUCACIÓN PARA


EL TRASTORNO BIPOLAR
Autores: Francesc Colom y Eduard Vieta
Editorial Ars Medica, Barcelona, 2004

(Rev GU 2005; 1; 2: 129-130)

Jorge Cabrera

R esulta gratificante reseñar un libro cuya lectura lo


deje a uno con la sensación de encontrar el tema de
la psicoeducación para pacientes bipolares expuesto en
grupos, evaluación ciega de los resultados y un segui-
miento a mediano o largo plazo de los pacientes. Los
estudios controlados realizados por los autores de este
forma ordenada y coherente. Los autores han vertido en libro representan un buen ejemplo de investigación en
este texto su experiencia de trabajo efectivo y controla- psicoterapia y muestran, de paso, un sólido efecto de
do con pacientes del Programa de Trastornos Bipolares la psicoeducación en la prevención de los episodios de
del Hospital Clínico de Barcelona por más de 10 años. Y manía y depresión y de los días de hospitalización de
no es que este libro aporte información tan novedosa a los pacientes bipolares (1, 2).
la ya abundante bibliografía sobre el trastorno bipolar. La tercera parte del libro desmenuza el programa
Más bien, se trata de un volumen que sistematiza y co- de tratamiento psicoeducativo en grupo y que consta
munica en un estilo ameno, que se agradece, los conte- de cinco bloques que se desarrollan en 21 sesiones con
nidos y las técnicas que todo terapeuta que se dedica al una duración de 90 minutos, con frecuencia semanal
manejo del paciente bipolar debe incluir en el proceso durante seis meses. Al decir de los autores, las ventajas
psicoeducativo de su paciente. de la realización de la psicoeducación en grupo radican
El libro está dividido en tres secciones. La primera en que el grupo permite el modelado, facilita el apoyo
de ellas entrega información general sobre los aspectos de los pacientes entre ellos, disminuye el estigma, faci-
clínicos, el tema del diagnóstico diferencial y sobre la lita la conciencia de enfermedad, aumenta la red social
terapéutica de los trastornos bipolares. de apoyo y es más eficiente en términos económicos.
La segunda parte introduce el concepto, la meto- Cada una de las 21 sesiones está dividida en el texto
dología y la forma de evaluación de la psicoeducación en los siguientes acápites: definición del objetivo de la
en la clínica. Aunque muchos clínicos han utilizado la misma, el desarrollo mismo de la sesión de 90 minutos,
psicoeducación por décadas, los primeros estudios so- consejos de utilidad para el terapeuta y material o ta-
bre su eficacia no aparecieron sino hasta hace pocos reas para el paciente.
años. Como es sabido, quizás por falta de tradición, por El bloque I que se entrega en las seis primeras se-
la dificultades prácticas, o por ser altamente deman- siones tiene como objetivo crear conciencia de enfer-
dante en tiempo, lo cierto es que es escaso el número medad, lo cual suele requerir de un trabajo arduo de
de tratamientos psicológicos correctamente validados parte del terapeuta. Este bloque persigue entregarle al
a partir de un ensayo clínico controlado que incluya paciente contenidos básicos acerca de su enfermedad
una muestra suficiente, un diseño prospectivo, un gru- bipolar y se ubica al comienzo de la psicoeducación,
po adecuado de comparación, asignación aleatoria de porque se introducirán conceptos que luego serán im-

GACETA UNIVERSITARIA | 129


MANUAL DE PSICOEDUCACIÓN PARA EL TRASTORNO BIPOLAR

prescindibles durante el programa del grupo. En la se- El bloque V busca educar al paciente bipolar sobre
sión número cinco se puede enseñar al paciente a cons- la importancia de la regularidad de hábitos, en parti-
truir su propio gráfico vital “life chart” y en las sesiones cular del ciclo sueño-vigilia, el cual con frecuencia está
siguientes se invita a un par de pacientes a presentar su desfasado, alterado o no es considerado como un fac-
gráfica y se comentan los aspectos más significativos. tor causal de recaída o de resistencia al tratamiento. En
El bloque II se despliega a lo largo de siete sesio- este mismo bloque se enseñan algunas técnicas básicas
nes y está destinado a conseguir la adherencia al trata- para el control del estrés y estrategias prácticas para la
miento farmacológico. Muchos pacientes malentienden solución de problemas que suelen presentarse en el pa-
el comienzo de una psicoterapia individual o de grupo ciente bipolar.
de terapia como el inicio de su “despsiquiatrización” o, Al terminar la lectura mi sentimiento es de gratitud
dicho de otro modo, como el primer paso tendiente a hacia Colom y Vieta por la dedicación, la seriedad, el tiem-
acabar dejando la medicación, y así lo manifiestan. En po invertido en la investigación y, por último, por la fluidez
palabras de los autores: “Es imprescindible que desde con la que comunican su experiencia. Demás está decir
el inicio de las sesiones el terapeuta presente ambos que este programa tiene el aval de ser reconocido y cita-
tratamientos como complementarios, y que deje claro do por los especialistas en bipolaridad de la psiquiatría
que la medicación es imprescindible, incluso anotándo- norteamericana, luego de la publicación de sus estudios
lo en la pizarra si es necesario”. controlados en revistas de psiquiatría de primera línea (1,
El bloque III está orientado a informar sobre los 2). En resumen, se trata de un texto eminentemente prác-
riesgos del uso de alcohol y sustancias y de la mayor tico y amigable dirigido a los terapeutas que se dedican
vulnerabilidad y prevalencia del abuso o dependencia al manejo del paciente bipolar y que será de gran ayuda
que presentan los pacientes bipolares. para el psiquiatra como para el psicólogo inserto en la
El bloque IV se dedica a enseñar a los pacientes a práctica clínica ya sea institucional como privada.
identificar una recaída y a actuar precozmente, tanto
desde el punto de vista conductual como posibilitan- REFERENCIAS
do la elaboración de una estrategia farmacológica de
emergencia y se implementa entre las sesiones 15 y 1. Colom F, Vieta E, Martínez-Aran A et al. A randomized trial on
the efficacy of group pychoeducation in the prophylaxis of re-
18, poniendo énfasis en la detección temprana de los currences in bipolar patients whose disease is in remission. Arch
síntomas hipomaníacos o maníacos, debido a la mayor Gen Psychiatry 2003a; 60:402-407
dificultad de los pacientes para identificar los síntomas 2. Colom F, Vieta E, Reinares M et al. Psychoeducation efficacy
de euforia. in bipolar disorders beyond complience enhancement. J Clin
Psychiatry

130 | GACETA UNIVERSITARIA


PSICOSIS EPILÉPTICAS
AUTOR
EPILEPTIC PSYCHOSIS

RESEÑA

PSICOSIS EPILÉPTICAS
Autor: Fernando Ivanovic-Zuvic
Serie Roja, Sonepsyn Ediciones, 2003

(Rev GU 2005; 1; 2: 131)

Luis Risco

U n tópico particularmente interesante dentro de


la Psiquiatría ha sido y continuará siendo el de la
estructura de la relación entre disfunciones cerebrales,
Neurología, Psiquiatría y Neurocirugía, “Psicosis Epilép-
ticas”, resume la experiencia del Dr. Ivanovic-Zuvic sobre
el tema y, sin duda, no únicamente describe el estado
por un lado, y tipos específicos de constelaciones psi- actual del arte en esta zona de la Psiquiatría sino que
copatológicas, por otro. De hecho, se trata de un tópico también prefigura lo que puede ser la orientación de la
que por momentos ha alcanzado casi el rango de piedra investigación y las preguntas en torno al tema.
filosofal para la disciplina. Evidentemente, en muchas Resulta por cierto de la mayor importancia el es-
áreas establecer correlaciones dentro de este ámbito tudio y la reflexión sobre las psicosis epilépticas no
ha resultado por lo menos dificultoso, tanto por la hete- sólo por razones puramente clínicas. Se debe recordar,
rogeneidad de los hallazgos neurobiológicos como por como se menciona en el libro, que estas entidades tie-
la inespecificidad de las asociaciones con formas clíni- nen un escaso reconocimiento en las actuales clasifica-
cas y fenotipos. En este sentido, el área de las epilepsias ciones de enfermedad. Esto significa, visto desde cierto
es un campo del mayor interés, ya que presenta en su punto de vista, un ámbito en el que la reflexión no está
faz neurológica los conocidos fenómenos paroxísticos, cercada por criterios metodológicos estrechos ni por
recurrentes y estereotipados de diversa índole, y en su la influencia de grandes centros cuyo poder para de-
faz psiquiátrica manifestaciones que son susceptibles terminar la epistemología proviene muchas veces de
de caracterizar y categorizar, de modo que en el largo razones que no están necesariamente vinculadas a la
plazo se puede intentar establecer correlatos entre am- intensidad de su pensamiento. Haciendo honor a ello,
bas caras de la enfermedad, y, por esta vía, establecer el lector puede disfrutar en este libro no sólo de una
correlatos entre neurobiología y psicopatología, y en acabada revisión sobre los temas más importantes re-
último término, quizás incluso entre mente y cerebro, feridos a esta patología sino que, además, de vívidas
otra piedra filosofal no tan sólo de la Psiquiatría sino pinturas clínicas, de interesantes análisis fenomeno-
que también de la filosofía, la antropología y una multi- lógicos y de reflexiones en cuya corriente se puede
tud de disciplinas más. identificar el afán intensamente humanista de quien
La Psiquiatría chilena ha tenido la suerte de que las ha escrito.
uno de sus más destacados representantes haya de- Saludamos la aparición del libro “Psicosis Epilépti-
dicado el centro de su labor académica y profesional cas” del Dr. Fernando Ivanovic-Zuvic no sólo como un
a este tema. El Dr. Fernando Ivanovic-Zuvic, Profesor sustancioso aporte al conocimiento detallado de un
Asociado de Psiquiatría de la Universidad de Chile, ha tipo de patología sino también como un texto de re-
comunicado datos y reflexiones en una larga serie de flexión, de pensamiento, y, metafóricamente, como una
escritos tanto en Chile como en el extranjero, principal- manifestación de que la Psiquiatría del último rincón
mente alrededor de las manifestaciones psiquiátricas del mundo está viva y presta a continuar desarrollando
de la Epilepsia. El libro de la Serie Roja de la Sociedad de su identidad y a hacer su contribución.

GACETA UNIVERSITARIA | 131


PSIQUIATRÍA CRÍTICA
LA TERCERA ETAPA. ENSAYOS CRÍTICOS SOBRE PSIQUIATRÍA CONTEMPORÁNEA
CRITIC PSYCHIATRY

COMENTARIO DE LIBROS

LA TERCERA ETAPA. ENSAYOS CRÍTICOS


SOBRE PSIQUIATRÍA CONTEMPORÁNEA
Autor: César Ojeda
Editorial Cuatro Vientos. Santiago, 2003, 241 páginas

(Rev GU 2005; 1; 2: 132-133)

Hernán Silva

E n su libro “La tercera etapa. Ensayos sobre psiquiatría


contemporánea” (Editorial Cuatro Vientos), el Dr. Cé-
sar Ojeda nos invita a pensar sobre la psiquiatría actual.
traciones clínicas de Charcot en el campo de la histeria
ejercieron sobre el entonces neurólogo vienés Sigmund
Freud y su papel en el ulterior desarrollo del psicoanáli-
Con un lenguaje ameno, accesible para los lectores no sis. Menos conocido, en cambio, es el desarrollo prácti-
habituados a la terminología psiquiátrica, pero sin con- camente paralelo al psicoanálisis de la fenomenología,
cesiones respecto a su profundidad, el autor nos lleva a corriente fuertemente enraizada en la filosofía y cuyos
transitar por las ideas fundamentales que orientan a la aportes a la psiquiatría clínica resultan fundamentales.
psiquiatría contemporánea. A continuación espigamos Psicoanálisis y fenomenología representan, para Ojeda,
algunas de las múltiples ideas que sugiere su lectura. las concepciones dominantes de la “primera etapa” de
la psiquiatría contemporánea, la que se desarrolla en la
EL DESARROLLO DE LA PSIQUIATRÍA MODERNA primera mitad del siglo XX.
Ambas corrientes tienen como tema privilegiado
La histeria, una misteriosa enfermedad de larga histo- la conciencia. Mas, paradójicamente, mientras el psi-
ria en la medicina y que puede simular cualquier pa- coanálisis pone a la conciencia bajo sospecha y procura
tología, juega un papel central en el nacimiento de la develar las motivaciones inconscientes de la conducta,
moderna psiquiatría. Producto de un útero migratorio la fenomenología propone la radicalización de la con-
según la medicina de la Grecia clásica, tomaba de este ciencia como fundamento de una psico(pato)logía.
órgano la capacidad de representar enfermedades de Tanto el psicoanálisis como la fenomenología in-
cualquier parte del organismo. En el siglo XIX el gran fluyeron enormemente en el desarrollo de la psiquia-
clínico francés Jean Martin Charcot, mientras estudiaba tría, hasta que, en la segunda mitad del siglo XX, debuta
diversas afecciones neurológicas, debió hacerse cargo la llamada “psiquiatría biológica”, la que constituye una
de un grupo de pacientes histéricas que presentaban “segunda etapa” que predomina hasta la actualidad.
parálisis, anestesias o convulsiones sin tener hallazgos Señala Ojeda que el descubrimiento de los modernos
orgánicos demostrables. No sólo no tenían lesiones ana- psicofármacos (antidepresivos, antipsicóticos, ansiolíti-
tómicas perceptibles sino que sus síntomas “podían ser cos, estabilizadores del ánimo) llevó al estudio de sus
inducidos por sugestión y mejorados por persuasión”, mecanismos de acción y a la formulación de hipótesis
como llegó a afirmar su discípulo Babinski. Por lo tanto, biológicas sobre el origen de la enfermedad mental. Es-
estos trastornos no podían ser abordados desde una tas hipótesis guían la investigación de nuevos fármacos
explicación orgánica sino comprendidos a partir de su y procuran explicar los trastornos mentales a través de
sentido. Es conocida la fuerte impresión que las demos- alteraciones bioquímicas o neurofisiológicas. Si bien lo

132 | GACETA UNIVERSITARIA


HERNÁN SILVA

anterior es indudablemente cierto, a nuestro juicio el Efectivamente, sólo unos pocos autores adoptan
panorama es más complejo. El explosivo crecimiento de esta perspectiva y sus planteamientos son muy prelimi-
las neurociencias y el desarrollo de nuevas disciplinas nares. Entre ellos cabe destacar al notable investigador
como la genética de la conducta, han sido tanto o más británico Timothy Crow, quien, en una brillante y audaz
relevantes que la psicofarmacología en la comprensión hipótesis, da cuenta de la esquizofrenia como el precio
de la enfermedad mental. No se puede desconocer la que el homo sapiens debe pagar por la adquisición del
existencia de “psiquiatras biológicos” reduccionistas, lenguaje. Dicha hipótesis, basada en sólidas investi-
que creen poder explicar la conducta humana exclusi- gaciones neuroanatómicas y neuropsicológicas, es la
vamente mediante un desbalance de neurotransmiso- única que ha dado una respuesta plausible a la clásica
res o por el funcionamiento alterado de ciertos circuitos “paradoja de la esquizofrenia”. La esquizofrenia afecta a
cerebrales. Pero los investigadores más lúcidos siempre hombres y mujeres jóvenes, quienes raramente se casan
han rehuido ese tipo de explicaciones. Por lo demás, el o tienen descendencia. No obstante, pese a su baja tasa
reduccionismo es un pecado bastante extendido, del de fertilidad, la esquizofrenia afecta a alrededor del 1%
que han sido culpables tanto psicoanalistas y fenome- de la población en el mundo y esa cifra parece haberse
nólogos como “psiquiatras biológicos”. mantenido estable a lo largo de los años. Según Crow,
la variación genética que predispone a la esquizofrenia
LA TERCERA ETAPA es parte de una variación que afecta a toda la población
y está asociada a la capacidad del lenguaje que define
El físico David Deutsch relata que en su infancia oía de- a nuestra especie.
cir con frecuencia que la velocidad de producción del Pero la teoría evolucionaria proporciona no sólo un
conocimiento es tal, que nadie puede abarcarlo en su marco teórico para entender los diversos trastornos psi-
totalidad. Mientras un sabio del Renacimiento aun po- quiátricos sino, también, la eficacia de intervenciones
día dominar todo el saber de su época, en la actualidad como la psicoterapia, la que adquiere otra dimensión a
tal cosa resultaría imposible. El número de científicos la luz de esta teoría.
vivos supera a la totalidad de los que han existido en la Concordamos con los planteamientos del Dr. Ojeda
historia de la humanidad. No obstante, señala Deutsch, respecto a que la teoría evolucionaria probablemente
él nunca esperó saberlo todo de cada cosa en particular se consolidará como el mejor marco conceptual para
(todas las especies de escarabajos, por ejemplo) sino entender la conducta humana y sus variantes, como los
conocer las grandes teorías que podían explicar la tota- trastornos mentales. No obstante, a nuestro juicio, las
lidad del Universo. Siempre, claro, que eso fuera posible. hipótesis bioquímicas, neurofisiológicas o neurocog-
En la actualidad habría cuatro teorías suficientemente nitivas, seguirán siendo los referentes más útiles para
amplias para cumplir esa condición: la teoría cuántica, entender fenómenos como la producción de síntomas
la de la calculabilidad, la epistemología y la teoría de la o el efecto de los psicofármacos. La situación, por lo de-
evolución. más, no difiere de la física, donde la teoría cuántica da
La teoría evolucionaria estudia la filogenia u ori- mejor cuenta de la realidad; pero para efectos prácticos
gen de las especies y es llamada así para diferenciarla en determinados niveles, la física de Newton sigue te-
de la teoría evolutiva que estudia la ontogenia o desa- niendo validez.
rrollo embrionario de los individuos. Fue planteada por Probablemente en el futuro, en mayor o menor
Darwin en el siglo XIX y, con los ajustes y correcciones medida, seguirán coexistiendo diversas aproximaciones
derivados de la genética moderna, sigue siendo el prin- para captar la realidad. El ser humano es de una enorme
cipal marco conceptual para la biología y, por extensión, complejidad y con humildad hay que reconocer que, en
para la medicina. el umbral del siglo XXI, siguen siendo autores como Sófo-
Los investigadores en psiquiatría recién comien- cles, Shakespeare, Dostoievski o Cervantes quienes más
zan a considerar la teoría evolucionaria como referen- se han acercado a comprender la naturaleza humana.
cia para entender la conducta humana y la enfermedad Es de esperar que el lúcido ensayo que nos presen-
mental. Es un mérito del Dr. Ojeda ser pionero en nues- ta el Dr. Ojeda promueva una reflexión más profunda,
tro medio al plantear la importancia y los alcances de en una época en la que la masiva producción de datos
este nuevo enfoque en la psiquiatría. No duda en califi- amenaza con oscurecer la visión de las líneas funda-
carlo de una “tercera etapa” apenas en sus albores. mentales del pensamiento psiquiátrico.

GACETA UNIVERSITARIA | 133


PSICOPATOLOGÍA DE LA MUJER
PSICOPATOLOGÍA DE LA MUJER
WOMEN’S PSYCHOPATHOLOGY

COMENTARIO DE LIBROS

PSICOPATOLOGÍA DE LA MUJER
Editores: Eduardo Correa, Enrique Jadresic
Ed. Mediterráneo. Santiago, 2005, 573 páginas

(Rev GU 2005; 1; 2: 134-136)

César Ojeda

E ste libro de Editorial Mediterráneo tuvo una pri-


mera edición en el año 2000 en la Serie Roja de
las Ediciones de la Sociedad de Neurología, Psiquiatría
su condición de género. Y aquí encontramos un primer
nudo en esta extensa obra. La primera parte, titulada
“Aspectos generales”, tiene una orientación que po-
y Neurocirugía, sello editorial fundado en 1990 y que dríamos denominar antropológica, si entendemos por
entrega a los psiquiatras, neurólogos y neurocirujanos ello los aspectos sociales, políticos e históricos que han
de Chile textos en diversas áreas de esas especialida- discriminado a la mujer desde el inicio de los tiempos:
des. En la edición original de Psicopatología de la mujer, pobreza, violencia, analfabetismo, acceso restringido al
tuve el honor de escribir una introducción. Sin embar- trabajo y a la educación, abuso psicológico, ausencia
go, el texto de Mediterráneo que comentamos ahora de derechos reproductivos, dominación en diversas es-
no puede considerarse una segunda edición, pues es feras, etcétera. Frente a estos fenómenos, la distinción
cuatro veces más voluminoso, participan tres veces desarrollada en los primeros capítulos del libro, entre
más autores y los temas abordados se han extendido sexo (el hecho fáctico de ser mujer) y género, es cru-
considerablemente. cial. Y lo es porque ser mujer es una categoría “natural”
Con escasas excepciones, la mujer padece de que abarca a todas las mujeres, en todas las épocas y
“enfermedades mentales” en mayor proporción que el condiciones. El género, en cambio, es la construcción
hombre, pero las padece en la mayoría de los casos en social y cultural de las diferencias sexuales, las que son
estrecha relación con algún aspecto del ciclo reproduc- y pueden ser muy distintas de una cultura a otra y de
tivo: los ciclos hormonales, la fecundación, la gestación, una época a otra.
el fenómeno de la maternidad y de la infertilidad na- Es evidente que el género, para hombres y mujeres,
tural (menopausia) o patológica. Así, pubertad, ciclo es un constituyente ineludible en su existencia, pues en
menstrual, vida sexual, embarazo, parto, puerperio, el ser humano la condición sexual siempre está confi-
climaterio y menopausia parecen ser locus fragiles para gurada de alguna forma en las diversas culturas. Por lo
la aparición de fenómenos psicopatológicos. Las enfer- mismo, el género no tiene sentido desde sí mismo sino
medades mentales en la mujer aumentan después de la que sólo lo alcanza por el género complementario y la
pubertad y disminuyen después de la menopausia. Sin compleja dinámica social desde allí derivada. Por lo mis-
embargo, la vinculación señalada no crea algo así como mo, la “masculinidad” es imposible de eludir si se desea
una psicopatología de la mujer propiamente, pues la esclarecer cualquier aspecto de la condición del género
mayoría los cuadros clínicos psiquiátricos no difieren femenino. Sin embargo, el género masculino no parece
en su esencia de los que presenta el varón. suscitar un gran interés en la psicología y la psiquiatría,
Otra cosa, y muy distinta, es que la mujer sí tenga y este libro no es una excepción en eso. Lo “masculino”
especificidades psicológicas y comportamentales pro- pareciera obvio y no necesitado de grandes reflexiones
pias de su sexualidad e intensos conflictos derivados de o estudios y, en los hechos, no es un tema destacado

134 | GACETA UNIVERSITARIA


CÉSAR OJEDA

para las instituciones sociales, encuentros, convencio- ineludiblemente, a la condición de género. Desde una
nes, cátedras ni movimientos políticos. Esta carencia perspectiva antropológica, la relación entre erótica y
recuerda la más conocida de las aserciones psicológicas gastronomía ha sido desarrollada por Octavio Paz en un
en la génesis de numerosa patología psiquiátrica: el pa- hermoso ensayo titulado La mesa y el lecho,1 en el que
dre ausente. establece una sugerente analogía entre el tipo de coci-
Si entendemos a la erótica, justamente, como la na, la erótica y los rasgos culturales predominantes de
sexualidad culturalmente encarnada, debemos con- un país o región. A nivel psicopatológico, la bulimia ha
cluir que no se trata de entender el género sólo desde sido considerada por Dörr como una perversión oral,2
las condiciones de vinculación social, laboral o política, por su semejanza estructural con la masturbación: acto
sino además desde la manera en que se ejecuta el deseo solitario, placentero y finalmente generador de culpa.
sexual, la selección del otro, las regulaciones colectivas También ha sido comparada con el ciclo de respuesta
que el encuentro amoroso siempre tiene, y la manera sexual en medio de la constricción cultural de la eró-
de encarnar los roles derivados de tal encuentro y sus tica, con una etapa de deseo, una de plenitud y luego
consecuencias. una de resolución, acompañadas de sentimientos de
culpa y vergüenza. Por su parte, la anorexia nerviosa ha
LA MIRADA MÉDICA sido considerada como la abstinencia, el autocontrol
digno, el celibato, el rendimiento, la elegancia y el ca-
Sin embargo, en el cuerpo de la obra la condición fe- rácter aristocrático. En contraste, la bulimia sería algo
menina de género no es la línea central, o, dicho con así como una degradación, un descontrol de impulsos,
otras palabras, no parece cumplir un papel relevante una indignidad semejante al ciclo repetido de pecado y
respecto del objetivo perseguido, el cual es un concep- arrepentimiento.
to médico de los trastornos mentales en personas de No obstante, las analogías no terminan aquí: tam-
sexo femenino. bién se han relacionado las etapas de la bulimia con la
En el apartado destinado a los aspectos neuro- pregnancia, la amenorrea y el parto; y la anorexia, con
biológicos de la diferenciación sexual, se destaca que la negación de todo lo anterior y por lo tanto con la
tal diferenciación (masculino / femenino) ocurre en un negación de la filiación. Entre los factores psicosociales
momento preciso del desarrollo cerebral y corporal, y se han destacado los patrones culturales que buscan
en el que participan hormonas como la testosterona y la delgadez y la belleza en la mujer como condiciones
que, como una especie de pubertad neuronal, determi- de su feminidad, aunque, por otra parte –y paradójica-
na una diferencia morfológica y funcional que gobierna mente–, ambas patologías presentan un rechazo a los
la vida completa de una persona. caracteres sexuales secundarios, a la maternidad, a la
Desde allí el libro transita por el llamado trastorno menstruación y a la relación con los hombres. El per-
disfórico pre-menstrual, por las psicosis menstruales, manecer en un estado pregenital, desarrollando una
los trastornos depresivos y ansiosos en el embarazo y erótica regresiva oral, ya sea en el descontrol o la absti-
el puerperio, para continuar con los aspectos psicoló- nencia, conforman en definitiva un panorama multifa-
gicos en la infertilidad. Luego, diversos autores revisan cético y complejo, con vínculos preferentemente diádi-
la esquizofrenia, la epilepsia, el trastorno bipolar, las cos y simbióticos con la madre, excluyendo al tercero (lo
adicciones, los llamados trastornos somatomorfos, de masculino de la figura del padre).
estrés posttraumático y la forma en que aparecen en Un capítulo distinto tiene que ver con la controver-
las mujeres. Lo que destaca de todos estos últimos ca- sia que genera hoy día la terapia hormonal de reempla-
pítulos es lo ya señalado: salvo aspectos menores, esas zo en las mujeres menopáusicas, y sus posibles riesgos y
alteraciones no difieren mayormente de la forma en ventajas. El climaterio y, específicamente, la menopau-
que se presentan en el sexo masculino. sia, si bien no se relacionan con alguna patología mental
No obstante, la patología que a nuestro juicio en- específica (como se suponía ocurría con la depresión
globa con mayor riqueza el tema de este libro son los
trastornos de la conducta alimentaria, que podrían grá-
ficamente ser descritos con el término disorexias, es de-
cir, una alteración (dis) en la incorporación del alimento 1
Paz O. La Mesa y el Lecho. En: El Ogro Filantrópico, Seix Ba-
(orexis). Como señalan las autoras de estos capítulos, rral, Barcelona,1979.
su complejidad deriva, justamente, de la confluencia 2
Dörr O. Sobre una forma particular de perversión oral en
en ellas de la alteración de prácticamente todos los la mujer: hiperfagia y vómito secundario. Rev. Chil Neuro-
elementos de la feminidad incluyendo, en este caso Psiquiat 1994; 32: 365-380.

GACETA UNIVERSITARIA | 135


PSICOPATOLOGÍA DE LA MUJER

climatérica) tienen un fuerte impacto en patologías car- y, especialmente, con los vínculos eróticos: crisis ma-
diovasculares, neoplásicas, de la estructura ósea, etcéte- trimoniales, separaciones, soledad, viudez, búsqueda
ra, pero especialmente, en las consecuencias psicológi- de pareja, ambigüedad frente al embarazo, vínculos de
cas relacionadas con el envejecimiento en general. pareja violentos y paradójicamente estables, etcétera.
Aunque siempre es difícil calificar un libro, en este Estos fenómenos están muchas veces en la base de la
caso se trata de una obra exhaustiva y muy bien rea- aparición de cuadros clínicos, especialmente depresi-
lizada desde el punto de vista médico, en la cual los vos y ansiosos. Sorprende que en el libro que comen-
colegas podrán consultar temas relevantes en clínica tamos no haya un capítulo destinado a las perturbacio-
y, especialmente, de manejo farmacológico. No obs- nes de la conducta sexual femenina, por lo demás muy
tante, desde una perspectiva psiquiátrica más amplia, frecuentes en la práctica clínica. Tal vez no sea una mala
es sabido que el sufrimiento que padecen las mujeres idea que los editores intenten una segunda parte de
en relación con su identidad de género y durante los esta contundente obra, destinada a abordar con mayor
distintos momentos de su ciclo reproductivo, tiene que profundidad los temas de género y sus relaciones con
ver en importante medida con los vínculos amorosos las perturbaciones psíquicas.

136 | GACETA UNIVERSITARIA


COSMIDES, LEDA. PSICOLOGÍA EVOLUCIONARIA
ROBERTO ARAYA Y ÁLVARO FISCHER
COSMIDES, LEDA. EVOLUTIONARY PSYCHOLOGY

ENTREVISTA

LEDA COSMIDES1 Y LA PSICOLOGÍA EVOLUCIONARIA:


“MENTE, COMPORTAMIENTO Y CIENCIAS SOCIALES”2
(Rev GU 2005; 1; 2: 137-143)

Roberto Araya3 y Álvaro Fischer4

El modelo estándar de las ciencias sociales, también llamado del determinismo cultural, está
siendo modificado por nuevas formulaciones provenientes de la biología, de la psicología y de
las ciencias cognitivas. Ello ha sido básicamente influido por grupos de científicos que apoyan sus
conceptualizaciones en principios evolucionarios. Entre sus más destacados exponentes están
sin duda la psicóloga Leda Cosmides y su marido, el antropólogo John Tooby, quienes acuñaron el
término psicología evolucionaria en el libro The Adapted Mind (La mente adaptada) que editaron en
1992 junto John Barlow. La siguiente entrevista ilustra parte de su pensamiento.

P: Usted y John Tooby están considerados entre los


fundadores de la psicología evolucionaria. Según el
filósofo Dan Dennett “su trabajo en psicología darwinista
¿Qué es la picología evolucionaria, y por qué el saber que
“nuestros cráneos hospedan una mente de la edad de pie-
dra” sirve para entender a los humanos modernos?
es de lo mejor que se ha hecho” y “parece haber desen- R: La psicología evolucionaria es una aproximación a la
terrado algunos fósiles de nuestro pasado Nietzscheano”. psicología, en la que los conocimientos y principios de

1
Leda Cosmides es conocida por su trabajo pionero en el campo de la psicología evolucionaria. Siendo una estudiante de pre-gra-
do en Harvard, donde obtuvo su A.B. en biología (1979) y su Ph.D. en psicología cognitiva (1985), se interesó en la reconstrucción
de la psicología desde la perspectiva evolucionaria. Realizó su tesis de postdoctorado con Roger Shepard en Stanford y fue miem-
bro del Center for Advanced Study in the Behavioral Sciences, antes de trasladarse a la University of California, Santa Barbara
(UCSB), lugar en el que ha estado en la facultad desde 1991. Cosmides ganó en 1988 el premio de la American Association for the
Advancement of Science for Behavioral Science Research. En 1993 la American Psychological Association la distinguió por sus
contribuciones a la psicología con el premio Early Career Contribution to Psychology, y el J. S. Guggenheim Memorial Fellowship.
En 1992, junto a John Tooby, publicó The Adapted Mind: Evolutionary psychology and the generation of culture. Actualmente es
profesor de psicología en la UCSB. Ella y John Tooby fundaron y co-dirigen el UCSB Center for Evolutionary Psychology.
2
Originalmente publicada en: Nuevos Paradigmas a Comienzos del Tercer Milenio. Alvaro Fischer / Instituto de Ingenieros de Chile
(Editores). Editorial El Mercurio-Aguilar, Santiago, 2004 (págs. 441-453). Publicación en GU autorizada por Leda Cosmides, por los
autores y por el Instituto de Ingenieros de Chile.
3
Ingeniero Civil, Ph.D. en Ingeniería. Autor del libro Inteligencia Matemática. Ed. Universitaria, Santiago, 2000
4
Ingeniero Civil Matemático, Universidad de Chile, Empresario. Presidente del Instituto de Ingenieros de Chile (2000-2001).
Miembro de la NY Academy of Science y de la Human Behavior and Evolution Society. Autor del libro Evolución … el Nuevo Para-
digma, Ed. Universitaria, Santiago, 2001.

GACETA UNIVERSITARIA | 137


LEDA COSMIDES Y LA PSICOLOGÍA EVOLUCIONARIA: “MENTE, COMPORTAMIENTO Y CIENCIAS SOCIALES”

la biología evolucionaria son utilizados para investigar positivo, y 30 dan un test positivo pero no tienen cán-
la estructura de la mente humana. No es un área de la cer mamario. O sea, de 1.000 mujeres, 40 dan un test
psicología, como podrían ser la visión, el razonamiento positivo y sólo 10 tienen cáncer mamario. Este formato
o el comportamiento social. Es una manera de pensar deja en claro que si una persona tiene una mamografía
respecto de la psicología que puede ser aplicada a cual- positiva, la probabilidad que corresponda a un cáncer
quier área de ella. Cuando los psicólogos evolucionarios mamario es sólo 1 en 4, o sea, un 25%, y no un 97%.
hablan de “la mente”, se refieren al conjunto de meca- Como ve, la psicología evolucionaria tiene muchas apli-
nismos procesadores de información corporizados en el caciones prácticas y otorga muchas posibilidades para
cerebro humano, responsables de la actividad mental mejorar la vida.
consciente e inconsciente, y generadores de todo nues-
tro comportamiento. P: Algunos expertos critican la aproximación evoluciona-
Lo que permite a los psicólogos evolucionarios ir ria porque sólo genera explicaciones “después del hecho”
más allá de las aproximaciones tradicionales al estudiar y que para cualquier rasgo uno siempre puede encontrar
la mente es el uso intensivo que hacen en sus investi- una explicación evolucionaria. ¿Cuál es su respuesta a
gaciones de un hecho que normalmente es pasado por esta crítica?¿Puede la perspectiva evolucionaria ayudar
alto: que los programas que componen nuestra mente a generar predicciones novedosas testeables sobre com-
fueron diseñados por selección natural para resolver los portamiento animal o humano?
problemas adaptativos que enfrentaron nuestros ante- R: No hay nada de malo en explicar hechos ya conoci-
cesores cazadores-recolectores. Esto nos insta a buscar dos: nadie critica a un físico que explica por qué brillan
programas apropiados para resolver problemas como las estrellas o por qué las manzanas caen. La psicología
la caza, la búsqueda de plantas alimenticias, el cortejo, evolucionaria no sería muy útil si sólo proveyera expli-
la cooperación con los familiares, la formación de coa- caciones de hechos ya conocidos, porque como de la
liciones para la defensa mutua, el evitar predadores, mente prácticamente no se conoce nada, ¡hay muy po-
etcétera. Nuestra mente debería contener programas cos hechos que explicar! La fortaleza de la perspectiva
que nos transformen en buenos solucionadores de evolucionaria es que puede ayudar al descubrimiento:
esos problemas, sin importar si son relevantes o no en permite generar predicciones respecto de qué progra-
el mundo moderno. mas contiene la mente y realizar experimentos para
Al mismo tiempo, al comprender esos programas verificar la validez de esa predicción. Mi trabajo sobre
aprendemos a lidiar de manera más efectiva con cir- subrutinas mentales para detectar ”tramposos” es un
cunstancias evolucionariamente novedosas. Por ejem- ejemplo. La predicción de que podríamos tener subru-
plo, la única información disponible que los cazadores- tinas mentales buenas para detectar a quienes hacen
recolectores tenían para estimar probabilidad y riesgo trampa en situaciones de intercambio social (recipro-
era la frecuencia, en número, de la ocurrencia de ciertos cidad) surge fácilmente del modelo de Trivers sobre
eventos. Y así, pareciera que nuestras “mentes de la edad altruismo recíproco, que fue publicado en 1971. Pero
de piedra” tienen programas diseñados para adquirir en 1971 nadie sabía si nuestra mente tenía esos pro-
y razonar con información sobre frecuencias en núme- gramas. Así que 10 años más tarde hice experimentos
ros. Con eso, los psicólogos evolucionarios han podido para probar su presencia. La existencia de programas
desarrollar mejores maneras de comunicar complejos para detectar tramposos no se conocía previamente; la
datos estadísticos modernos. Supongamos que alguien aproximación evolucionaria permitió descubrirlos. Una
tiene una mamografía positiva. ¿Qué probabilidad tiene explicación no puede ser “después del hecho” si el he-
de que tenga un cáncer mamario? La manera típica de cho no es conocido previamente.
presentar la información relevante es en porcentajes, lo ¿Qué pasa con las explicaciones evolucionarias de
que hace difícil responderlo. Si uno dice que un 1% de fenómenos conocidos? Aquellos con conocimiento pro-
las mujeres chequeadas al azar tiene cáncer mamario, y fesional sobre biología evolucionaria saben que no es
todas dan un examen positivo, pero hay un 3% de falsos posible “cocinar” después de los hechos explicaciones
positivos, mucha gente piensa erradamente que la per- de cualquier rasgo. Hay restricciones importantes en
sona que exhibe una mamografía positiva tiene un 97% las explicaciones evolucionarias. Más específicamente,
de probabilidad de tener un cáncer mamario. cualquier explicación evolucionaria decente contie-
Ahora explicitemos la misma información en fre- ne predicciones testeables respecto del diseño de ese
cuencias absolutas, que es un formato ecológicamente rasgo. Por ejemplo, la hipótesis de que las náuseas del
válido para una mente cazadora-recolectora: de cada embarazo son un subproducto de las hormonas prena-
1.000 mujeres, 10 tienen cáncer mamario y dan un test tales, predice patrones de aversión a comidas distintos

138 | GACETA UNIVERSITARIA


ROBERTO ARAYA Y ÁLVARO FISCHER

de la hipótesis de que es una adaptación que evolucio- gramas que hay en nuestras cabezas. Estos programas,
nó para proteger al feto de patógenos y toxinas de la a su vez, fueron creados durante nuestras vidas a través
comida al momento en que la embriogénesis del feto de interacciones dinámicas entre nuestros genes y el
es más vulnerable, o sea, en el primer trimestre. Hacer medio. Los genes que hoy tenemos son función del me-
hipótesis evolucionarias, ya sea para descubrir un nue- dio ambiente existente en el pasado, el que a través de
vo rasgo o para explicar uno ya conocido, implica tener largos períodos, seleccionó y retuvo algunos y eliminó
predicciones sobre el diseño de ese rasgo. La alternativa a otros. Este conjunto de proposiciones no es particu-
a eso, o sea, no tener hipótesis de la función adaptativa larmente controversial y cualquier psicólogo, evolu-
de algún rasgo, no implica ninguna predicción. Enton- cionario o no, estaría de acuerdo con él. ¿Es esto “de-
ces, ¿cuál es la aproximación científica más restringida terminismo genético”? Uno podría llamarlo igualmente
y sobria? “determinismo ambiental”, pues el ambiente seleccionó
a los genes, el ambiente fue un factor crucial para cons-
P: Otros cientistas sociales critican la aproximación evo- truir los programas mentales y el propio ambiente les
lucionaria al comportamiento humano porque está muy sirve de input. Pero, ¿por qué llamarlo “determinismo”?
asociada a la biología. Ello ha llevado en el pasado, dicen, Decir que nuestras decisiones las tomamos basadas en
a proyectos sociales aberrantes, incluyendo el racismo o información procesada en nuestras mentes es un hala-
políticas de exterminio, y también conduciría al determi- go y no un insulto. ¿Es acaso más “digno” o más “huma-
nismo genético, calificado de reduccionista e incompati- no” pensar que todo lo hacemos al azar? ¿No nos haría
ble con una visión humanista del mundo. ¿Qué responde eso algo menos que seres racionales?
a eso?
R: En el mundo hay muchas personas con motivaciones P: Usted ha adoptado la visión computacional de la mente
perversas, que torcerán cualquier tipo de ideas que es- que considera al cerebro como una máquina que procesa
tén dando vuelta con el objetivo de apoyar sus propios información. Muchos psicólogos y neurobiólogos critican
fines. Hitler, por ejemplo, estaba más influido por nocio- esta visión como pasada de moda y adoptan la idea de
nes populares respecto de la “sangre” (que está en to- una mente “corporizada” o “húmeda”, en la que las pala-
das partes) que en un conocimiento biológico real. Sus bras “representación” e “información” son más bien pro-
ideas también estaban influidas por mitología y folklo- hibidas, y el software no es independiente del hardware.
re nor-europeo, pero eso no significa que tales temas ¿Qué piensa usted de esta crítica?
no deberían ser estudiados por los horribles propósitos R: Cuando la gente afirma que el software no es inde-
para los que pueden ser usados. pendiente del hardware no sé realmente a qué se refie-
Desde la Ilustración, las personas han estado ren. Es obviamente cierto que nuestros programas men-
tratando de construir puentes entre las disciplinas y, tales están corporizados en nuestro tejido neuronal.
cuando lo hacen, surgen nuevas visiones y nuevos be- Pero uno igual necesita describir esos programas: qué
neficios para la humanidad. ¿Se debería mantener a las información reciben como input, qué inferencias hacen,
artes de sanación separadas de la biología? Si así se hu- qué reglas de decisión gatillan, qué comportamiento
biera hecho, no existirían los antibióticos y la medicina generan. La función del cerebro es generar comporta-
moderna. ¿Se debería separar la psicología de la biolo- miento sensitivamente contingente a la información
gía? Si se hace, nunca entenderíamos cómo funciona la que recibe del medio. ¿Cómo se puede prohibir pala-
mente, y en consecuencia nunca sabríamos cómo hacer bras como información y aún así pretender estudiar lo
menos probable la guerra, cómo curar el autismo, cómo que la mente está diseñada para hacer?
hacer inteligible el riesgo, o cómo prevenir el racismo, Alguna gente cree que los avances en la neuro-
por nombrar algunos de los problemas en los que la ciencia pondrá restricciones al tipo de programas que
psicología evolucionaria ha hecho progresos. Es más, si nuestros cerebros puedan implementar. Cuando la
mantenemos a la psicología separada de la biología, la neurociencia avance un poco más, es posible que eso
gente continuará creyendo que la “raza” es un concepto ocurra. Pero en este momento esas afirmaciones están
razonable, contrastando con lo que los biólogos de po- terriblemente infladas. Más aún, quienes las hacen nor-
blación nos dicen, que la humanidad no está dividida malmente no están familiarizados con la extraordinaria
en distintas “razas”. variedad de comportamiento animal. Hay pájaros que
Con respecto al determinismo genético, esta es navegan siguiendo las estrellas, murciélagos que vue-
una frase sin significado. Los psicólogos evolucionarios lan por sonar, monos langur que cometen infanticidio,
creen que el comportamiento es el producto conjunto monos tití que no lo hacen; hay leones que cazan en
de la información proveniente del medio y de los pro- manadas, gepardos que cazan solos, hay gibones mo-

GACETA UNIVERSITARIA | 139


LEDA COSMIDES Y LA PSICOLOGÍA EVOLUCIONARIA: “MENTE, COMPORTAMIENTO Y CIENCIAS SOCIALES”

nógamos, caballos marinos poliándricos y gorilas po- terminada para que esa proposición funcione. También
ligínicos. Hay millones de especies animales sobre la tengo problemas con la afirmación de que todo es
Tierra, cada una con una forma de vida diferente, alta- aprendido usando el mismo programa (¡siempre no es-
mente compleja. pecificado!) y que todas las ideas son igualmente fáciles
No es posible que el mismo conjunto de programas de aprender. Esta idea de una mente “equipotencial” se
haga que el gepardo cace solo, los leones en manadas y sabe que es errada. Y hablando de implicaciones políti-
las gacelas sencillamente no lo hagan. Para que esa di- cas nocivas, la idea de equipotencialidad apoyó los más
versidad de comportamiento se dé en las especies, cada grandes derramamientos de sangre del siglo XX: ¿Cuán-
especie debe tener un conjunto distinto de programas tos millones murieron porque un Stalin, un Mao o un
cognitivos. Y, sin embargo, todos esos programas están Pol Pot creyeron que sería fácil moldear la naturaleza
corporizados en el mismo tejido neuronal básico. Por humana a su voluntad?
eso es que creo que el conocimiento del tejido neuronal
no será en sí mismo suficiente para dar cuenta de cuá- P: Mucha gente asume implícitamente que la mente es
les programas existen en nuestra mente y cuáles no. una solucionadora general de problemas. Usted sugiere,
en vez de ello, que la mente contiene una serie de algo-
P: La psicología evolucionaria es contraria a la afirmación ritmos de dominio específico, y ha utilizado la analogía
básica del modelo estándar sobre la naturaleza humana, del “cortaplumas suizo” para describirla. ¿Qué quiere decir
que la mente es capaz de “aprender” cualquier patrón ex- con ello?
terno (cultural) que se le presente. ¿Puede usted explicar R: El cortaplumas suizo es una herramienta flexible. Su
cómo el post-modernismo y el estructuralismo, por nom- flexibilidad no proviene del hecho de que una misma
brar algunas teorías, no son compatibles con la visión herramienta se aplique para todos los problemas. Por
evolucionaria de nuestro comportamiento? el contrario, es una agrupación de herramientas, cada
R: Algunas cosas las aprendemos muy fácilmente. To- una bien diseñada para resolver un problema diferente:
dos aprendemos nuestra lengua natal en los primeros tijeras para cortar papel, sacacorchos para abrir el vino,
4 años de vida, sin que se nos enseñe, sin ir al colegio. mondadientes para limpiar los dientes, etcétera. Cada
Otras cosas son más difíciles de aprender: leer, el cálculo una resuelve un problema bien, y así otorga flexibilidad
y el ajedrez requieren instrucción explícita, y no todos para abordar problemas en general. De manera similar,
logran dominarlos. Para entender el aprendizaje, uno la mente humana no tiene una única herramienta para
debe entender los programas que lo causan. Y esos resolver todos los problemas, y si así fuera, sería muy
programas cambian según el dominio. Si uno quiere la limitada. La mente humana contiene un gran número
sociedad, requiere entender esos programas más que de programas, cada uno diseñado para resolver un pro-
denunciarlos. Aún no sabemos lo suficiente para afir- blema adaptativo diferente: elegir pareja, cuidar a los
mar que algún conjunto de ideas es “inaprendible”, pero niños, buscar alimento, evitar predadores, navegar un
si entendemos cómo funciona el aprendizaje en distin- territorio, formar coaliciones, comerciar, defender a la
tos dominios, podremos encontrar formas de enseñar familia de agresiones, etcétera. Somos solucionadores
cosas que hoy parecen difíciles (como en el ejemplo de flexibles de problemas, en parte porque tenemos men-
las probabilidades). tes que tienen muchas herramientas bien diseñadas.
No tengo problemas con el objetivo postmoder- Sin embargo, me he dado cuenta de que algunas
nista de entender cómo las ideologías y las relaciones personas entienden mal la metáfora del cortaplumas
de poder afectan los discursos de la sociedad, e incluso suizo, pues creen que lo que se afirma es que estos
creo que la psicología evolucionaria puede contribuir programas no comparten información o no trabajan
mucho a lograrlo. Tampoco tengo problemas con la en conjunto. Esos programas de dominio específico,
noción de que ciertos conceptos son “construidos so- aunque sean funcionalmente especializados, producen
cialmente”. Pero para entender cómo ello ocurre es ne- comportamiento actuando en conjunto. Comparten in-
cesario entender nuestros programas cognitivos evolu- formación, se la pasan y se la devuelven, etcétera.
cionados, qué información es sustituida por otra, y qué
información es generada por inferencias evolucionadas P: El biólogo Lee Dugatkin ha mostrado cómo ciertos pe-
que van más allá de la información proveniente del me- ces, con cerebros minúsculos, pueden imitar la elección de
dio cultural. pareja de individuos más viejos de la misma especie, que
Sí tengo problemas con la noción que todo lo que han sido artificialmente engañados para elegir parejas
hay en nuestras mentes se fue generando “exterior- distintas de lo que sus programas genéticos les indican;
mente”; la información del medio es demasiado inde- esto sugiere que la transmisión (imitación) cultural y las

140 | GACETA UNIVERSITARIA


ROBERTO ARAYA Y ÁLVARO FISCHER

interacciones gen/cultura han sido subestimadas en la distintos extremos del globo se pueden ayudar unas a
biología evolucionaria. ¿Qué opina de esas fuerzas? ¿Son otras. Es cierto que personas que producen el mismo
capaces de anular algoritmos de dominio específico pro- bien están en competencia entre ellos, pero compiten
ducidos por selección natural, desafiando así su crítica al por la oportunidad de mejorar las vidas de aquellos que
modelo estándar? quieren esos bienes. De modo que todos mejoramos y
R: Sospecho que los programas que hacen que esos mejoramos (a través de la historia) al ayudarnos entre
peces imiten esas elecciones de pareja son también de nosotros. Comparado con el resto de las especies, esto
dominio específico. La gente cree que la capacidad de no me parece a mí una mala performance.
imitar es fácil de introducir a un cerebro, pero no lo es.
Requiere programas muy sofisticados, que se adhieren P: Usted definió una emoción como un “programa de je-
a información muy estrechamente definida, descartan- rarquía superior cuya función es dirigir las actividades e
do un gran volumen de ella. (Nótese que esos peces interacciones de los programas subordinados que gobier-
están adquiriendo criterios de elección de pareja, no de nan la percepción: atención, inferencia, etcétera”. Según
elección de comida, de estrategias para evitar depreda- usted, ¿podríamos en principio construir un algoritmo
dores, de métodos de nadado, de rutinas de búsqueda de jerarquía superior que introduzca emociones y senti-
de alimento, etcétera, y no están confundiendo lo que mientos a los robots? Si es así, ¿qué condiciones debería
es buena comida con lo que es buena pareja). Así que cumplir ese programa?
no creo que la imitación anule algoritmos de dominio R: Sí, podríamos proveer emociones a un robot, pero en
específico, creo más bien que son algoritmos de domi- el sentido que yo le doy a ese término. En realidad, es lo
nio específico los que la hacen posible. que tendríamos que hacer si quisiéramos construir un
robot que se involucre de manera flexible en distintos
P: Usted y sus colegas han exhibido evidencia empírica tipos de comportamiento. ¿Tendría nuestra misma fe-
respecto de un módulo mental para “detectar tramposos”, nomenología? ¿”Sentiría” lo mismo que nosotros cuan-
muy relacionado con el altruismo recíproco y la coope- do estamos enojados o contentos? No lo sé. Pero tam-
ración social. ¿Puede este módulo ayudarnos a entender poco sé si lo que siente otra persona al ver el color rojo
cómo se teje nuestra vida social? ¿Permite esto la coexis- es lo mismo que siento yo (aunque, dado un conjunto
tencia en nuestro comportamiento del egoísmo y el al- de chips de colores, sí puedo saber que ambos pensa-
truismo (dependiendo del contexto social)? mos que el rojo es más similar al morado que al verde,
R: La teoría de juegos evolucionaria muestra que el o sea, que las relaciones funcionales entre nuestras per-
intercambio social (el comercio o la cooperación de cepciones de los estímulos son las mismas).
mutuo beneficio) no puede evolucionar a menos que Los científicos han progresado en su comprensión
aquellos que otorgan beneficios sean capaces de de- de la visión en colores, aunque no puedan resolver los
tectar tramposos (individuos que reciben los beneficios problemas de la qualia de la experiencia, los problemas
sin reciprocar) para evitar ser explotados por ellos en el fenomenológicos. De la misma manera, John Tooby y yo
futuro. Un programa diseñado para provocar conductas estamos sugiriendo que los científicos podemos avan-
que signifiquen un costo reproductivo a quien las rea- zar en el entendimiento de las emociones, aun cuando
liza para beneficiar la reproducción de otros, incluso la no podamos, como tampoco pueden los científicos de
de quienes nunca devuelven los favores, no podría ser la visión, resolver los problemas fenomenológicos invo-
seleccionado. lucrados.
Los humanos damos por sentado el hecho de que
podemos ayudarnos mutuamente intercambiando bie- P: El psicoanálisis es no sólo una terapia conocida mun-
nes y servicios. Pero muchos animales no pueden invo- dialmente sino también una aproximación a entender la
lucrarse en ese tipo de comportamiento, porque no po- mente. ¿Qué puede decirnos de su valor científico y pre-
seen los programas que lo hacen posible. Me parece que dictivo? ¿Es compatible con la psicología evolucionaria?
esta habilidad cognitiva humana es uno de los mejores R: Muchos psicoanalistas asisten a las conferencias
motores de cooperación que muestra el mundo animal. de psicología evolucionaria. El propio Freud se veía
Cuando no hay coerción el intercambio se produce por- a sí mismo aplicando el pensamiento darwiniano a
que cada persona quiere lo que el otro tiene, y cada uno la mente. A pesar de que la biología evolucionaria ha
está mejor después de la transacción que antes (de otro progresado mucho desde Freud, algunas de sus in-
modo no accederían a realizarla). Cuando esto se com- tuiciones siguen siendo valiosas; otras, como la idea
bina con la tecnología moderna, entonces personas de que cada niño(a) secretamente desea tener sexo con

GACETA UNIVERSITARIA | 141


LEDA COSMIDES Y LA PSICOLOGÍA EVOLUCIONARIA: “MENTE, COMPORTAMIENTO Y CIENCIAS SOCIALES”

su madre (padre), no tiene sentido a la luz del cono- punto y decirnos qué viene hacia adelante en términos de
cimiento actual respecto de la evolución del instin- desafíos y aplicaciones prácticas para la psicología evo-
to para evitar el incesto. De manera más general, la lucionaria?
psicología evolucionaria puede ser eventualmente la R: En algún instante la biología evolucionaria será una
base para construir maneras incrementalmente me- parte estándar del entrenamiento en psicología, así
jores para ayudar a personas que sufran emocional- como cada biólogo necesita saber física y química. Los
mente. Y supongo que ése es el objetivo central del biólogos no aprenden física y química porque la biolo-
psicoanálisis. Por ello, podemos decir que los objetivos gía se pueda “reducir” a esas disciplinas. Las aprenden
de la psicología evolucionaria y el psicoanálisis sí son porque enriquecen su entendimiento de los procesos
compatibles, y muchas de sus suposiciones (por ejem- biológicos. Ese mismo enriquecimiento ocurrirá cuan-
plo, que la mente contiene programas de dominio do los psicólogos aprendan biología evolucionaria (y
específico) también lo son. En la actualidad, difieren también cuando los biólogos aprendan más ciencias
más bien en lo que afirman respecto del diseño de cognitivas).
esos programas. Cuando los psicólogos entiendan biología evo-
lucionaria sabrán cómo plantear las preguntas sobre
P: ¿Es la conciencia una adaptación, un subproducto o un valor adaptativo, y se harán preguntas sobre la mente
efecto aleatorio? Si es una adaptación, ¿cuál es su valor que ahora no se hacen. Buscarán programas que nin-
adaptativo? ¿Puede una máquina estar consciente? guna persona lega en conocimientos evolucionarios
R: Si por “conciencia” se refiere a la qualia de mi expe- sospecharía que existen. En ese momento no tendrá
riencia, a mi sensación de ser un “yo”, no puedo contes- sentido seguir hablando de psicología evolucionaria.
tar la pregunta, así como tampoco lo pude hacer con Será simplemente psicología. Pero ya no seguirá es-
las preguntas sobre la fenomenología del rojo y el tando aislada del resto del conocimiento humano. La
verde, el enojo o la alegría. Pero hay otros significados psicología será, en ese momento, una disciplina inte-
para el término. Uno es el pool de información al que grada; una que habrá tomado con confianza su lugar
pueden tener acceso muchos programas de inferencia entre las disciplinas valiosas del saber, contribuyendo
diferentes. Otro, es la habilidad para meta-representar a crear los puentes que enriquecen a las otras y a no-
sotros mismos.
información, para suponer cosas que no son (todavía)
ciertas, para representar las creencias de otras personas
(por ej., “yo creo que usted piensa que hay chocolates
PUBLICACIONES SELECCIONADAS DE LEDA
en esa caja”), y para imaginar situaciones ficticias o con-
COSDMIDES
tra-factuales, todo ello sin confundirse entre lo que es - Lieberman, D., Tooby, J. & Cosmides, L. (2003). Does morality
real y lo que no es. have a biological basis? An empirical test of the factors gover-
Este tipo de proposición puede ser probada empí- ning moral sentiments relating to incest. Proceedings of the Ro-
ricamente y se pueden tener hipótesis alternativas res- yal Society London (Biological Sciences), 02PB0795, 1-8.
- Stone, V., Cosmides, L., Tooby, J., Kroll, N. & Knight, R. (2002). Se-
pecto de la función adaptativa de la maquinaria com- lective Impairment of Reasoning About Social Exchange in a
putacional que lo hace posible. No sé si otros animales Patient with Bilateral Limbic System Damage. Proceedings of the
tienen programas con esas propiedades (supongo que National Academy of Sciences. (August, 2002).
- Sugiyama, L., Tooby, J. & Cosmides, L. (2002). Cross-cultural evi-
los chimpancés los tienen de manera limitada), y no hay dence of cognitive adaptations for social exchange among the
manera de saberlo sin decir primero a qué programas Shiwiar of Ecuadorian Amazonia. Proceedings of the National
se refiere, para luego hacer las pruebas con la especie Academy of Sciences. (August, 2002).
en cuestión. Pero sí, esos programas pueden existir en - Klein, S., Cosmides, L., Tooby, J., & Chance, S. (2002). Decisions
and the evolution of memory: Multiple systems, multiple func-
máquinas, y esas máquinas estarían “conscientes” en tions. Psychological Review, 109, 306-329.
ese sentido. Pero cuando me hacen esta pregunta, creo - Kurzban, R., Tooby, J. & Cosmides, L. (2001). Can race be erased?:
que lo que realmente quieren saber es si esas máquinas Coalitional computation and social categorization. Proceedings
experimentarían la sensación de estar conscientes, y si of the National Academy of Sciences, 98(26), 15387-15392. (Dec-
ember 18, 2001).
eso tendría “significado” para ellas. Esa es una pregunta - Fiddick, L., Cosmides, L., & Tooby, J. (2000). No interpretation
mucho más complicada. without representation: The role of domain-specific representa-
tions and inferences in the Wason selection task. Cognition, 77,
1-79.
P: Usted ha dicho que en el futuro la psicología evolucio-
- Metarepresentations: A multidisciplinary perspective. (pp. 53-
naria pasará a llamarse simplemente psicología, porque 115.) Vancouver Studies in Cognitive Science. NY: Oxford Uni-
no habrá diferencias entre ellas. ¿Puede elaborar más ese versity Press.

142 | GACETA UNIVERSITARIA


ROBERTO ARAYA Y ÁLVARO FISCHER

- Tooby, J. & Cosmides, L. (1992). The psychological foundations Tooby (Eds.), The adapted mind: Evolutionary psychology and the
of culture. In J. Barkow, L. Cosmides, & J. Tooby (Eds.), The adap- generation of culture. New York: Oxford University Press.
ted mind: Evolutionary psychology and the generation of culture. - Tooby, J. & Cosmides, L. (1990). On the universality of human na-
New York: Oxford University Press. ture and the uniqueness of the individual: The role of genetics
- Cosmides, L., Tooby, J. & Barkow, J. (1992). Evolutionary psycho- and adaptation. Journal of Personality, 58, 17-67.
logy and conceptual integration. In J. Barkow, L. Cosmides, & J.

GACETA UNIVERSITARIA | 143


JASPERS, KARL. PSICOPATOLOGÍA. PSICOPATOLOGÍA GENERAL
EL SENTIDO DE LA “PSICOPATOLOGÍA GENERAL” DE KARL JASPERS
JASPERS, KARL. PSYCHOPATHOLOGY. GENERAL PSYCHOPATHOLOGY

PSICOPATOLOGÍA

EL SENTIDO DE LA “PSICOPATOLOGÍA GENERAL” DE


KARL JASPERS1
(Rev GU 2005; 1; 2: 144-147)

Mario Vidal2

Jaspers comienza su libro definiendo la Psicopatología como una ciencia empírica, ciencia de hechos
reales que se dan en un aquí y ahora. Se distingue, entonces, de las ciencias formales que no se
ocupan de hechos sino de entes ideales (lógica, matemáticas) y se distingue también de la psiquiatría
práctica, la que apoyada en los conocimientos que le entregan la psicopatología y otras ciencias
empíricas, tiene algo de pericia o de arte, no totalmente comunicable en conceptos claros y distintos.
Como toda ciencia, la psicopatología se define por su objeto y método. El objeto de la psicopatología
es todo lo que acontece en el hombre psíquicamente enfermo.

E l hombre psíquicamente enfermo deberá mostrarse


en aspectos, o dimensiones, particulares. La pluridi-
mensionalidad del objeto de la psicopatología se corres-
que interesa es desarrollar una conciencia metódica. El
saber de algo a veces se entiende como que fuera la
aprehensión de la cosa misma, independiente del ob-
ponde con el pluralismo metodológico necesario para su servador. Debe quedar claro que se conoce sólo lo que
estudio. hace posible el método; no es la realidad en sí misma
sino una perspectiva de esa realidad, la que queda
LA CUESTIÓN DEL MÉTODO abierta a nuevas investigaciones. No basta aplicar un
método, hay que saber lo que puede entregar ese mé-
Jaspers define la ciencia moderna por ser un saber me- todo, reconociendo sus límites y la necesidad de com-
tódico: “sólo conozco científicamente cuando conozco plementarse con otros modos de aprehensión.
al mismo tiempo el método por virtud del cual tengo
ese conocimiento y, por tanto, puedo fundamentarlo y POSICIÓN SINGULAR DE LA PSICOPATOLOGÍA
mostrarlo en sus límites”.
La cuestión del método cruza todo el texto de Jas- Las ciencias empíricas –desde Dilthey3– se han sepa-
pers. Más que una acumulación de conocimientos, lo rado, aunque con límites imprecisos, en dos grandes

1
Este artículo corresponde al capítulo introductorio que el autor escribe en su libro Para leer a Jaspers: Invitación a la Psicopato-
logía General. Editorial Universitaria, Santiago, 2003.
2
Departamento Psiquiatría y Salud Mental, División Sur Facultad de Medicina, Universidad de Chile.
3
W. Dilthey: Psicología y teoría del conocimiento. Fondo de Cultura Económica. México. 1951

144 | GACETA UNIVERSITARIA


MARIO VIDAL

categorías: ciencias naturales y ciencias espirituales (o que es causalmente captable. Ahora bien, las ciencias
del hombre). En las primeras, los órganos de los senti- naturales son fundamento y elemento esencial de la
dos –o algún instrumento de experimentación– captan psicopatología, pero también lo son las ciencias del
hechos físicos distintos que tienden a mostrarse simul- espíritu, y por eso la psicopatología no es de ninguna
tánea o sucesivamente. La conexión causal entre ellos manera menos científica, sino que es también científica
no se capta directamente y debe añadirse un recurso de otra manera. La ciencia adquiere figura extraordina-
intelectual: a partir de inferencias inductivas –de lo riamente diversa. Según el método es distinto el objeto
particular a lo general– se plantean hipótesis explica- y el sentido del conocimiento. Se equivoca uno cuando
tivas, por lo general varias, de las cuales una –la que se hace jugar el uno contra el otro, cuando se exige del
mejor cumpla con las pruebas de verificación– termina uno lo que hace sólo el otro. La actitud científica está
imponiéndose, hasta que surja otra hipótesis de mayor lista para todo camino y exige sólo aquellos criterios
validez. La psicología no necesita hipótesis explicati- generales de la ciencia: validez general, noción conmi-
vas, la conexión es lo primario y lo secundario son los natoria (demostrabilidad), claridad metódica, discutibi-
miembros conectados; la conexión entre los hechos lidad inteligible”.
psíquicos es algo originario, la relación se vive directa- Y en otra parte, Jaspers agrega: “En realidad, en la
mente como algo evidente en sí misma. La naturaleza psicopatología se reúnen los métodos de casi todas las
la explicamos a partir de hipótesis que se introducen ciencias. Biología y morfología, medición, estadística y
desde afuera en los hechos observados; la vida psíquica matemáticas, ciencias del espíritu comprensivas, mé-
la comprendemos desde adentro en esa experiencia pri- todos sociológicos, todos encuentran su aplicación en
maria de conexión. ella. Esta dependencia de la psicopatología de las otras
Para Jaspers la psicología y la psicopatología no ciencias, cuyos métodos y conceptos se le aplican, es
sólo estudian cómo se relacionan hechos psíquicos, constitutiva para ella. Tiene que ver con el ser humano
también estudian las bases biológicas del acontecer entero, ciertamente con el ser humano enfermo. Lo pro-
psíquico, sano o enfermo. La comprensión, por ejemplo, pio de ella puede destacarse claramente tan sólo dentro
de una conducta (qué relación de sentido tiene con el de los cuadros de la interpretación aportados de todas
significado de la situación que vive ese sujeto) es un partes… El vehículo sociológico de ese conocimiento
aspecto del problema; la explicación de las causas neu- es la práctica de los hospitales, clínicas, sanatorios, con-
rofisiológicas de esa conducta es otro aspecto. sultorios médicos y psicoterapéuticos”.
Jaspers ha insistido que la psicopatología, y ésta es
su peculiaridad, tiene que ser explicativa (con métodos PREJUICIOS Y PRESUPOSICIONES
propios de las ciencias naturales) y, a la vez, comprensi-
va (con métodos propios de las ciencias del hombre). Ningún conocimiento nuevo parte de cero. El que está
Para la formación del médico, excesivamente cen- conociendo aporta un saber previo a ese conocimiento.
trado en los aspectos biológicos del hombre, se hace Si lo que aporta falsea la objetividad del saber nuevo
muchas veces difícil aceptar esta doble perspectiva, se habla de prejuicios; si facilita una mejor aprehensión
que estaría apuntando a un dualismo psique-soma, a del objeto, se habla de presuposiciones.
las dos “sustancias” (res extensa y res cogitans) carte- El psicopatólogo debe capacitarse para identificar
sianas, que a estas alturas parece algo definitivamente y esclarecer los prejuicios y poder así eliminarlos. Las
superado en el pensamiento científico. Para Jaspers, presuposiciones deben ser comprendidas como condi-
psique y soma constituyen una unidad indisoluble e in- ciones para conocer, y aceptadas como hipótesis pero
negable; son sus modos de aprehensión, los métodos no como un conocimiento probado.
que se requieren para estudiarlos, los que discurren por Como ejemplos frecuentes de prejuicios se señalan
dos líneas separadas. los siguientes:
Contra la tendencia a no reconocerle estatus cien-
tífico a las ciencias del hombre, dice Jaspers: “Se iden- Prejuicio filosófico. A partir de una determinada con-
tifica falsamente ciencia y las ciencias de la naturaleza. cepción del hombre pueden surgir tendencias morali-
Tanto más cuanto que algunos psiquiatras acentúan el zantes o teológicas (la enfermedad mental como “pe-
carácter científico natural de sus maneras de conoci- cado”, ciertas conductas anormales vistas como “vicios”,
miento, especialmente allí donde ésta falta de hecho: etc.). El conocimiento científico se mueve en el eje ver-
en las nociones fisiognómicas, en las relaciones com- dad-error y no en el eje bueno-malo; el psicopatólogo,
prensibles, en la caracterología. La ciencia natural está en cuanto procura un saber objetivo, debe mantener
limitada a la naturaleza como manifestación somática, clara la separación entre conocer y valorar.

GACETA UNIVERSITARIA | 145


EL SENTIDO DE LA “PSICOPATOLOGÍA GENERAL” DE KARL JASPERS

Prejuicio teórico. En ciencias naturales son válidas las nan citas sin jerarquizar su importancia). En una forma
teorías que tratan de concebir unitariamente un cam- más engañosa se puede caer en la infinitud del todo
po de investigación dado (teoría celular, teoría atómica, posible, que lleva al prejuicio teórico de querer explicar-
etc.). En psicología y psicopatología no existe ninguna lo todo con sistemas cerrados donde no cabe ninguna
teoría unitaria de la vida psíquica como un todo; sólo se posibilidad de refutación.
conocen aspectos particulares captados por métodos Por otra parte, la voluntad humana de imponer su
singulares. A veces se confunden las hipótesis –cons- autoridad puede deslizarse a generalizaciones absolu-
trucciones auxiliares para alcanzar conocimientos limi- tas –reducir lo complejo a un solo punto de vista– ha-
tados– como una teoría del todo. A partir de ese pre- ciendo de un método de investigación el único válido o
juicio, todo empieza a verse en función de la teoría: lo extendiendo la validez de un conocimiento particular
que no encaja es descartado, o bien es interpretado con a otros conocimientos particulares –pasando por alto,
nuevas construcciones auxiliares que, como sea, confir- así, la interdependencia de todo conocimiento con su
man la teoría. método de aprehensión.

Prejuicio somático. Se parte del principio que la ver- ESTRUCTURA DEL TEXTO
dadera realidad del hombre –el animal que ocupa
el peldaño más elevado en la escala zoológica– es el La multiplicidad de métodos exigidos para el estudio de
acontecimiento somático; lo psíquico como tal no se la psicopatología es tomada como base para organizar
puede investigar, es solamente subjetivo. Se niega la el corpus de conocimientos que se entrega en el libro.
especificidad de lo psíquico y, con ello, la singularidad Los diversos métodos son separados en tres
del ser humano. (Un problema clave tanto para la psico- grupos:
patología como para la psiquiatría y que será retomado
en el último capítulo.) • Aquellos destinados a la aprehensión de distintos
tipos de hechos particulares, tanto subjetivos (vi-
Prejuicio psicológico. Todo lo que ocurre en el hombre vencias) como objetivos (rendimientos cognitivos,
–incluso su funcionamiento somático– se intenta com- manifestaciones expresivas, conductas explícitas,
prender en términos psicológicos. Como variante, el entre otros).
prejuicio intelectualista: se supone que toda conducta • Aprehensión de las relaciones en que entran los
es comprensible a partir de motivos racionales, lo que hechos psíquicos: entre sí (relaciones comprensi-
lleva a desconocer otras realidades tanto o más signifi- bles) y con el cuerpo (relaciones explicativas).
cativas: impulsos irracionales (no conscientes), estados • Captación de totalidades relativas a esos hechos
de ánimo (no motivados desde afuera), etc. particulares (estado de la conciencia, inteligencia,
imagen y concepción del mundo), relativas a sus re-
Prejuicio representativo. A partir de imágenes y com- laciones (caracterología, teorías explicativas) y otras
paraciones se busca dar una representación objetiva de relativas a la enfermedad mental (nosología) y de
alguna realidad psíquica: “estratos” del alma; “energía” aquellos factores que pueden modificarla (biogra-
psíquica que puede fijarse, desplazarse, transformarse. fía, constitución psicofísica, etc.). En capítulo aparte
Mientras se los vea como una manera figurada de se- se analizan los condicionamientos y repercusiones
ñalar lo psíquico, son válidos y útiles; el prejuicio repre- sociales de las enfermedades psíquicas.
sentativo surge cuando dejan de ser metáforas y se los
toma como realidades empíricas. La psicopatología debe ocuparse de todos esos
diferentes aspectos de la vida psíquica enferma, y no
En la base de estos prejuicios se encuentran dos sólo de algunos de ellos. Jaspers critica tenazmente
actitudes humanas básicas que pueden llevar a esos cualquier forma de reduccionismo: tomar como único
desvíos logicoformales. Por una parte, la búsqueda de objeto de la psicopatología, por ejemplo, las vivencias
seguridad refugiándose en lo infinito: en su forma más subjetivas, o las conductas objetivas, o las relaciones
corriente lleva a describir todo lo descriptible (detallis- comprensibles, o las bases neurofisiológicas de los tras-
mo innecesario en el análisis fenomenológico, historia- tornos mentales, o los condicionamientos sociales de
les clínicos interminables que no ayudan a ver lo que esos mismos trastornos, etc.
realmente sucedía en ese caso) o a revisiones bibliográ- Pero el todo del hombre psíquicamente enfermo
ficas exhaustivas no guiadas por una idea (donde no se no surge de la suma ni de ninguna combinación de esos
reconoce lo ya dicho con otras palabras, o se amonto- múltiples aspectos que entrega la investigación empí-

146 | GACETA UNIVERSITARIA


MARIO VIDAL

rica, sea biológica, psicológica o sociológica. El conoci- que deberán ser continuamente reflexionados: qué se
miento científico tiene un límite, más allá del cual está conoce, cómo se llegó a ese conocimiento, alcances y
lo incognoscible para la investigación empírica –siem- límites de cada método, diferencias entre conocer y va-
pre referida a lo particular– y que queda abierto a la lorar, diferencias entre investigación empírica y esclare-
reflexión filosófica. cimiento filosófico, etc.
En el último capítulo Jaspers hace ver la importan- Tanto los hechos distinguidos por la observación
cia de leer filosofía, y no para seguir a un determinado como los conceptos elaborados por la razón deben ser
autor o escuela filosófica, sino concretamente para ad- comunicados en términos unívocos –no un mismo tér-
quirir una conciencia filosófica, una actitud crítica frente mino para realidades distintas, no distintos términos
al fundamento de todo saber; en el fondo, para desa- para una misma realidad– condición indispensable
rrollar una actitud metodológica que sabe los límites y para el intercambio de conocimientos dentro de la co-
las posibilidades del conocer científico. En palabras de munidad científica y su sedimentación en el saber co-
Jaspers: “La relación entre filosofía y ciencia no es tal lectivo. Para Jaspers, la necesidad de una terminología
que los estudios filosóficos pueden encontrar su apli- unívoca no es un problema que pueda resolver alguna
cación en la ciencia –un esfuerzo siempre infecundo, comisión ad hoc, sino que pasa por una descripción
aun cuando repetido en todo tiempo para cambiar de detallada, depurada, de lo observado y su elaboración
nombre filosóficamente a los hechos empíricos–, sino en conceptos claros y distintos, tarea urgente pero aún
tal que el filosofar produce una actitud interior prove- pendiente.
chosa para la ciencia por el establecimiento de límites, Jaspers resume el sentido de su libro con las si-
la conducción interior, la base alentadora del deseo guientes palabras: “La psicopatología general no tiene
ilimitado de saber. Una lógica filosófica debe compor- la misión de recapitular todos los resultados sino de for-
tarse indirectamente como lógica concreta, no necesita mar un todo. Su función consiste en el esclarecimiento,
preocuparse de la filosofía porque ésta le enseñe algo la ordenación, la cultura. Tiene que esclarecer el saber
positivo para su ciencia sino porque le forma espacio en los tipos básicos de los hechos y en la multiplicidad
interior libre para sus posibilidades de saber”. de los métodos, resumirlos en ordenamientos natura-
les, y finalmente llevarlos a la autoconciencia en el todo
MISIÓN DE UNA CULTURA PSICOPATOLÓGICA cultural del hombre. Cumple así una tarea específica
que va más allá de la investigación especial del cono-
Contra toda dogmática del saber –exposición de cono- cer. No basta una mera agrupación didáctica, aprove-
cimientos dados como definitivos– Jaspers se propone chable práctica y mnemotécnicamente sino sólo aque-
taxativamente ayudar a adquirir una cultura del ver y lla formación didáctica que coincide con la captación
pensar en términos psicopatológicos. esencial de la cosa”. Y más adelante: “Mi libro quisiera
El que se inicia en el campo de la psicopatología ayudar al lector a adquirir una cultura psicopatológica.
debe ser educado en el arte de la observación psicoló- Es ciertamente más simple aprender un esquema y
gica. Observar es distinguir lo idéntico de lo semejante estar a la altura de todo aparentemente con un par de
(oposicionismo y negativismo se parecen pero no son consignas. La cultura nace del conocer los límites en el
idénticos, por ejemplo). La distinción no es un asunto saber ordenado y en la capacidad mental intuitiva que
de ordenamientos abstractos, de definiciones lógicas; puede moverse en todas las direcciones. Para la cultura
se apoya en la aprehensión de cualidades palpables, psiquiátrica hace falta la propia experiencia con el do-
perfectamente captables para quien esté entrenado en minio de la intuición alerta en todo instante –eso no
la observación. puede darlo ningún libro– y luego la claridad de con-
La descripción detallada de lo observado dará ceptos y la movilidad multilateral de la aprehensión
paso, luego, a la elaboración racional de conceptos, los –esto último es lo que quisiera fomentar mi libro–.“

GACETA UNIVERSITARIA | 147


METODOLOGÍAS EN PRIMERA PERSONA
METODOLOGÍAS EN PRIMERA PERSONA: QUÉ, POR QUÉ, CÓMO
FIRST-PERSON METHODOLOGIES

EPISTEMOLOGÍA

METODOLOGÍAS EN PRIMERA PERSONA:


QUÉ, POR QUÉ, CÓMO1
(Rev GU 2005; 1; 2: 148-160)

Francisco Varela2 y Jonathan Shear3

NOTA DEL EDITOR

Para GU es un honor presentar a los lectores el artículo de Francisco Varela y Jonathan Shear que fue publi-
cado como introducción al Número Especial del Journal of Consciousness Studies, 6, Nº 2-3, de 1999, y que
posteriormente apareció en el libro que bajo el título The view from Within: first-person approaches to
the study of consciousness, recogió todos los trabajos allí presentados. Ese libro, editado por los mismos
autores mencionados, apareció en Imprint Academic (UK) ese mismo año y ha tenido hasta la fecha dos
reediciones, en 2001 y 2002.
La lectura de este trabajo es compleja, por lo que nos ha parecido importante señalar algunos pun-
tos que pueden facilitar la comprensión general a aquellos lectores que no están familiarizados con estos
temas y este lenguaje. El punto central del trabajo podría plantearse de la siguiente manera: la conciencia
es un fenómeno referencial, pues siempre es conciencia de... algo, y tener conciencia de... algo, es una ex-
periencia, entendiendo por tal algo que nos pasa. Lo sorprendente es que eso que experimentamos son las
cosas del mundo y nuestro modo de estar en medio de ellas. Cuando nos referimos a las cosas del “mundo”,
como el computador, el edificio de enfrente o el río Mapocho, nos parece que son objetos de un mundo que
está ahí y que nosotros encontramos ya hecho al referirnos a él. Si tales cosas son objetos, nosotros –los
que experimentamos– somos “sujetos” de la experiencia en cuestión. La distinción sujeto-objeto es histó-
ricamente compleja y no tiene nada de obvio. En su origen la palabra sujeto se origina en el prefijo “sub”,
que en latín significa “bajo”, “debajo”, y al mismo tiempo sujeción a algo (por ejemplo a alguna forma de
autoridad): así, dícese subiectus tanto a los “lugares bajos, a los valles, como a la persona sumisa”. Esta idea

1
Este artículo fue publicado originalmente en el Journal of Consciousness Studies, 1999, 6, Nº 2-3: 1-14. Traducción y publicación
en GU autorizada por Jonathan Shear (autor), y Anthony Freeman (Managing Editor). Traducción desde el inglés realizada por
Carolina Ibáñez H.
2
Francisco Varela era PhD en biología de la Universidad de Harvard. Sus intereses eran la intersección entre neurociencia cogniti-
va, filosofía de la mente y matemáticas, áreas en las que sus contribuciones han sido conocidas a través de numerosas publicacio-
nes, incluyendo el libro The Embodied Mind en coautoría con E. Thompson y E. Rosh (Traducción al castellano: De cuerpo presente,
Gedisa, Barcelona, 1992). Hasta el momento de su muerte, ocurrida en 2002 a los 56 años de edad, se desempeñaba como Senior
Researcher en el National Centre for Scientific Research de Paris.
3
Jonathan Shear es editor del Journal of Consciousness Studies y enseña filosofía en la Virginia Commonwealth University.
Es PhD de la UC Berkeley y recibió la beca Fulbright para estudiar filosofía de la ciencia en la London School of Economics. Ha
complementado su trabajo analítico con la práctica de procedimientos experienciales orientales por cerca de treinta años. Sus
publicaciones incluyen libros y artículos de filosofía, psicología y religión.

148 | GACETA UNIVERSITARIA


FRANCISCO VARELA Y JONATHAN SHEAR

de “hundimiento” se entiende fácilmente en castellano si pensamos en palabras como subyugar, súbdito o


subordinado, puesto que todas ellas ponen el acento en un contexto de déficit de autonomía y por lo tanto
de una patente fragilidad. Mas, por otro lado, “subiecto” significa “poner, meter debajo” y tiene con ello el
carácter de “fundamento”, de lo que sostiene, de lo que “subyace” a aquello que más patentemente aparece.
Este doble sentido, de hundimiento y fundamento al mismo tiempo, no es una mera contradicción, si pen-
samos que el hundimiento puede ser entendido como una carencia y por lo mismo como el fundamento de
una necesidad: de la necesidad de completar, de rellenar, de moverse en búsqueda de la plenitud. Esa que
tienen los objetos.
Por su parte,”objetivo” en latín es lo perteneciente o relativo al “objeto en sí”, y no a nuestro modo de
pensar o necesitar. El “objeto es “des-interesado”, es autónomo, suficiente, compacto, “desapasionado” y cuya
existencia está por “fuera” del sujeto que conoce, y que por lo tanto puede ser materia de conocimiento o
sensibilidad para él, aquello que le sirve de asunto a sus facultades. Pero objectus es también la acción
tética, es decir, de “poner delante”, de “oponer resistencia”, de obstáculo, de barrera, así por ejemplo, como
cuando “objetamos esto o aquello”.
Esta visión clásica es rechazada por diferentes formas de la epistemología contemporánea y también
por los autores de este artículo. Gran parte de esas objeciones provienen del enriquecimiento importante
que significó la noción de “intencionalidad” iniciada por Brentano y desarrollada ampliamente por Husserl.
Recordemos que “intentio” es “tender un puente”, y en este caso un puente entre el acto (psíquico) y su estar
inevitablemente dirigido a “algo”: así, amar es amar “algo”, desear es desear “algo”, pensar es pensar “algo”.
Ese “algo” es la referencia “objetiva” de tales actos de amar, desear o pensar. En el pensamiento de Husserl,
la Noésis (los actos) está indisolublemente ligada al Noema (los objetos de esos actos)y ese puente está
formado por un significado o sentido. Ya no se trata de un ente subjetivo puesto en contacto con un ente
objetivo, sino de una totalidad compleja e indisoluble y único modo de ser posible para una conciencia: el
complejo noético-noemático
El paso siguiente y ampliamente conocido es dado por Heidegger, el que no es relevante al trabajo que
ahora presentamos. Sin embargo, es imposible no señalar que en este último autor la distinción sujeto-
objeto no tiene cabida. Francisco Varela, desde los inicios de su carrera, pensó que el mundo ”objetivo” no
es más que una construcción de la experiencia que cada ser vivo tiene al acoplarse a un entorno, y actuar
(enactuar un mundo) de acuerdo a su propia estructura y dinámica. No hay por lo tanto un “mundo en sí”,
allí, esperando ser descubierto, como asume gran parte del pensamiento científico contemporáneo.
Para los autores de este trabajo, en importante medida el problema consiste en que la conciencia ha es-
tado en manos de la filosofía o de la especulación y ha sido un tema resbaloso a los ímpetus de la ciencia. Lo
que Varela y Shear (y numerosos otros) intentan generar es un acceso científico al estudio de la conciencia.
Para hacerlo, se ven en la necesidad de establecer una “manera”, un método que permita que estas expe-
riencias en primera persona –lo que a mí me pasa– puedan ingresar al campo de la ciencia, y de ese modo
establecer un enlace confiable con los objetos más tradicionales de ella, estos últimos obtenidos a través
de metodologías en tercera persona –lo que pasa allí fuera–, y por lo tanto, tratados como aquello que en
inglés decimos con la expresión “it”. Para la psicología y la psiquiatría el tema de la mente, la conciencia y la
experiencia subjetiva es sin duda fundamental, razón por la cual publicamos este trabajo aquí.

Por eventos en primera persona nos referimos a la experiencia vivida asociada con sucesos
cognitivos y mentales. A veces también se utilizan términos como “conciencia fenomenológica” o
incluso “qualia”,4 pero es natural hablar de “experiencia consciente” o simplemente “experiencia”.
Los términos implican aquí que el proceso en estudio (visión, dolor, memoria, imaginación,

4
Generalmente se usa la expresión “qualia” para señalar los fenómenos que nos son accesibles de manera consciente. Por ejem-
plo, la rugosidad de una tela bajo mi tacto, o un dolor en el abdomen, o estar furioso, o resolver una ecuación de segundo grado.
En todos esos casos yo soy alguien que experimenta algo que habitualmente llamamos “subjetivo”, algo “para mí”. Muchas veces
el problema es establecer qué relación existe entre esos fenómenos y lo que designamos como “objetivo”, por ejemplo el mundo
físico o nuestro propio cuerpo (N. del E.).

GACETA UNIVERSITARIA | 149


METODOLOGÍAS EN PRIMERA PERSONA: QUÉ, POR QUÉ, CÓMO

etcétera) aparece como relevante y manifiesto para un “self” o “sujeto” que puede proporcionar
una descripción, pues estos tienen un lado “subjetivo”. En contraste, las descripciones en tercera
persona se ocupan de las experiencias descriptivas asociadas con el estudio de otros fenómenos
naturales. Aunque siempre han existido agentes humanos en la ciencia que producen y proporcionan
descripciones, los contenidos de tales descripciones no están clara o inmediatamente ligados a los
agentes humanos que las generan. Sus características definitorias se refieren a las propiedades de
efectos mundanos sin una manifestación directa en la esfera experiencial-mental: sólo pueden estar
vinculados a esta esfera indirectamente (por vía de la experiencia efectiva de laboratorio, los modos
de comunicación científica y así sucesivamente). Tales descripciones “objetivas” efectivamente
poseen una dimensión subjetiva-social, pero esta dimensión está oculta al interior de las prácticas
sociales de la ciencia.

INTERNO-EXTERNO: UNA DIVISIÓN ENGAÑOSA Especial5, dedicada a las metodologías en primera-per-


sona, es precisamente revisar algunos de los principales

L a referencia ostensible y directa de estas prácticas


sociales es hacia lo “objetivo”, hacia el “exterior”, a
los contenidos de la ciencia actual, referidos a distintos
enfoques actuales que intentan generar un fundamento
para la constitución de una ciencia de la conciencia, que
incluya la experiencia subjetiva, en primera-persona,
fenómenos naturales, como ocurre en la física y la bio- como un componente explícito y activo.
logía. La historia y filosofía de la ciencia recientes a me-
nudo sugieren que esta aparente objetividad no puede PRIMERA Y TERCERA: LA NECESARIA CIRCULACIÓN
caracterizarse como en referencia a las cosas-allá-afue-
ra, independiente de los contenidos mentales-aquí- Así planteada la pregunta, el siguiente punto a propo-
adentro. La ciencia está permeada por las regulaciones ner se refiere al estatuto de las descripciones en prime-
sociales y de procedimiento que caben bajo el nombre ra-persona. En un sentido básico, la respuesta no puede
de método científico, que permite la constitución de un ser dada a priori, y sólo puede desplegarse desde explo-
cuerpo de conocimiento compartido acerca de los ob- ración actual de este ámbito de fenómenos, como en el
jetos naturales. La pieza clave de esta constitución es caso de los artículos incluidos aquí. Sin embargo, nos
la verificación y validación pública, de acuerdo a com- permitimos plantear de entrada algunos asuntos espi-
plejos intercambios humanos. Lo que tomamos por nosos, para así evitar recurrentes malos entendidos.
objetivo es lo que puede ser “transformado” desde una En primer lugar, explorar descripciones en prime-
narrativa individual a un cuerpo de conocimiento regu- ra-persona no es lo mismo que afirmar que las descrip-
lado. Ineludiblemente, este cuerpo de conocimiento es ciones en primera-persona contienen algún tipo de ac-
en parte subjetivo –ya que depende de la observación ceso privilegiado a la experiencia. Ninguna presunción
y experiencia individual– y en parte objetivo –ya que de algo inmodificable, final, fácil o apodíctico acerca
es acotado y regulado por los fenómenos naturales em- de los fenómenos subjetivos debiera plantearse aquí.
píricos. Asumir lo contrario es confundir el carácter inmediato
Este breve repaso de que lo subjetivo ya se encuen- del darse de los fenómenos subjetivos, con su modo de
tra implícito en lo objetivo, acentúa la necesidad de es- constitución y evaluación. Se podría haber ahorrado mu-
cudriñar desde cerca la distinción heredada de que lo cha tinta haciendo la distinción entre la irreductibilidad
objetivo y lo subjetivo forman una demarcación absolu- de las descripciones en primera persona, y su estatus
ta entre lo interno y lo externo. Mutatis mutandis, tratar epistémico.
con los fenómenos subjetivos no es lo mismo que ma- En segundo lugar, un punto crucial en esta Edi-
nejar experiencias puramente privadas, como frecuen- ción Especial ha sido subrayar la necesidad de vencer
temente se asume. Lo subjetivo está intrínsecamente
abierto a la validación inter-subjetiva, pero sólo si nos
proveemos de algún método y algún procedimiento 5
Los autores se refieren a la Edición Especial del Journal of
para tal efecto. Nuestro propósito central en esta Edición Consciousness Studies, señalada en la nota del editor.

150 | GACETA UNIVERSITARIA


FRANCISCO VARELA Y JONATHAN SHEAR

la actitud de “sólo echar un vistazo” en relación con la nas para las cuestiones metodológicas recién plantea-
experiencia. La aparente familiaridad que poseemos das, y por lo tanto cabe aquí discutir brevemente esta
respecto a la vida subjetiva, debe subordinarse a un cui- noción, dado su rol clave en este Número Especial. Un
dadoso examen de aquello a lo que podemos acceder gran volumen de literatura moderna está dirigido a la
y de aquello que no, y de cómo esta separación no es “brecha explicativa” entre la mente computacional y la
rígida sino flexible. Es aquí donde la metodología apa- mente fenomenológica,6 utilizando la terminología de
rece como crucial: sin un examen sostenido no pode- Jackendoff (1987). Como hemos señalado, esta última
mos realmente producir descripciones fenomenales lo está expresada de varias maneras: como subjetividad,
suficientemente ricas y sutilmente interconectadas, en conciencia o experiencia. Es importante examinar estos
comparación con las descripciones en tercera-persona. diferentes conceptos y observar cómo se relacionan
La pregunta principal es: en realidad, ¿cómo se hacen con aquel más básico de datos fenoménicos (Roy et al.,
estas descripciones? ¿Existe evidencia de que puedan 1998).
hacerse? ¿Y si es así, con qué resultados? A pesar de la variedad de la terminología en uso,
En tercer lugar, sería inútil quedarse con las descrip- parece haber consenso respecto a que la expresión de
ciones en primera-persona en forma aislada. Necesita- Thomas Nagel “en qué consiste ser” logra capturar bien
mos armonizarlas y acotarlas mediante la construcción lo que está en juego. Claramente “en qué consiste ser”
de vínculos apropiados con los estudios en tercera-per- un murciélago o un ser humano se refiere a como las
sona. En otras palabras, no nos interesa un debate más cosas (todas) aparecen, si se es un murciélago o si se
acerca de las controversias filosóficas que rodean la es- es un ser humano. En otras palabras, se trata sólo de
cisión entre primera-persona y tercera-persona (a pesar otra manera de referirse a lo que los filósofos han de-
del gran volumen de literatura ya existente). Para hacer nominado desde los Pre-socráticos, fenomenalidad. Un
esto posible buscamos metodologías que puedan ofre- fenómeno, en el sentido más original de la palabra, es
cer un puente abierto hacia las descripciones objetivas una aparición (appearance) y por lo tanto, algo relacio-
basadas en la evidencia empírica, lo que frecuentemen- nal. Es lo que algo es para otra cosa; es un ser para, en
te implica una intermediación, una posición en segun- oposición al ser en sí mismo, independientemente de
da persona, tal como lo explicaremos a continuación. El su aprehensión por parte de otra entidad.
resultado global de este esfuerzo debería ser el avance La fenomenalidad ciertamente es un hecho cru-
hacia una perspectiva integrada –o global– de la men- cial en el dominio de los seres vivos. Por ejemplo, un
te, perspectiva en la que ni la experiencia subjetiva ni organismo con un sistema sonar como el murciélago
los mecanismos externos tengan la última palabra. Esta no percibe lo que un organismo equipado con un sis-
perspectiva global requiere, por lo tanto, establecer ex- tema visual como el hombre: el mundo externo presu-
plícitamente las restricciones mutuas, y una influencia miblemente se ve muy diferente para ambos. En forma
y determinación recíprocas (Varela, 1996). En breve, similar, aunque en menor grado, se puede esperar que
nuestra posición respecto a las metodologías en prime- difiera la experiencia de dos individuos pertenecientes
ra-persona es ésta: no salga de casa sin ellas, pero no
olvide traer consigo también las descripciones en terce-
ra-persona. Este enfoque pragmático y con los pies en
la tierra, establece el tono de los artículos que siguen.
6
En este artículo estamos usando una triple distinción en-
tre las expresiones fenomenal, fenomenológico y Fenome-
En suma, lo que emerge de este material es que, a pesar
nología. La primera es un término amplio y general usado
de todo tipo de ideas recibidas en estas materias e irre- tanto en las discusiones en primera como en tercera per-
flexivamente repetidas en la literatura reciente sobre sona, y se refiere a cualquier cosa que esté disponible para
filosofía de la mente y ciencia cognitiva, los métodos en ser examinada. Este concepto está definido en esta sección.
primera-persona están disponibles y pueden producir Por su parte, la palabra “fenomenológico” ha sido repeti-
un impacto fructífero sobre la ciencia de la conciencia. damente usada de una manera general para designar a la
El sustento real de ellas no está en argumentos a priori experiencia consciente y a la subjetividad (por ejemplo, por
sino en realmente señalar ejemplos explícitos de cono- R. Jackendoff, en su trabajo pionero, y por algunos de los
cimiento práctico, es decir, en el estudio de casos. participantes de este Número Especial). Este amplio uso de
las palabras debe ser claramente distinguido de los traba-
jos basados en la tradición filosófica de la Fenomenología,
III LA NOCIÓN DE DATOS FENOMÉNICOS en los que la descripción “fenomenológica” está necesaria-
mente sustentada en la “reducción” [epojé fenomenológi-
La noción de datos fenoménicos puede proporcionar ca], tal como es presentada en los trabajos de la Sección II
un terreno común entre la primera y la tercera perso- de este número.

GACETA UNIVERSITARIA | 151


METODOLOGÍAS EN PRIMERA PERSONA: QUÉ, POR QUÉ, CÓMO

a la misma especie. De acuerdo a esto, es justo decir sus constituyentes más íntimos, o a negarle a la ciencia
–como exclaman los adeptos al argumento de la bre- un acceso explicativo hacia éstos. Y, ambas cosas, son
cha explicativa– que la ciencia cognitiva generalmente insatisfactorias.
aparece como una teoría de la mente, que deja fuera a En segundo lugar, la experiencia subjetiva se refie-
la fenomenalidad o a la subjetividad, ya sea porque no re, a nivel del usuario de sus propias cogniciones, inten-
intenta dar cuenta de ella o porque no logra dar cuenta ciones y aconteceres, a una práctica corriente. Yo sé que
adecuadamente. mis movimientos son productos de series coordinadas
Sin embargo, estas nociones requieren de mayor de contracciones musculares. Sin embargo, la actividad
refinamiento para realmente hacer comprensible la de mover mi mano opera sobre la base de la emergen-
idea en cuestión. Y aquí es donde se debe introducir te escalada de planes motores que aparecen ante mí,
la noción de conciencia. El progreso de la ciencia cog- como agente-usuario activo, en la forma de intenciones
nitiva (así como el desarrollo del psicoanálisis) nos ha motoras, y no como tonos musculares, los que sólo pue-
familiarizado con la idea de que algo puede ocurrir para den ser observados desde una posición en tercera-per-
un sujeto y ser en ese sentido subjetivo y, sin embar- sona. Esta dimensión práctica es la que hace, en prin-
go, no ser accesible para él. Naturalmente, describimos cipio, posible la interacción de la experiencia subjetiva
tal caso diciendo que el sujeto no está consciente del con descripciones en tercera-persona (lo que no ocurre
fenómeno en cuestión. Por lo tanto, debe introducirse con las descripciones abstractas de sillón, tan comunes
una distinción entre fenómenos conscientes y no-cons- en la filosofía de la mente).
cientes, o nuevamente, entre subjetividad consciente y En tercer lugar, la experiencia en las prácticas hu-
subjetividad sub-personal. La noción de “conciencia en manas es el punto de acceso privilegiado para el cambio
sí” está, en primera instancia, claramente destinada a mediado por intervenciones profesionales de todo tipo,
designar el hecho de que el sujeto conoce acerca de..., tales como la educación y el aprendizaje, los deportes, el
que está informado acerca de..., o dicho con otras pala- entrenamiento y la psicoterapia. En todos estos domi-
bras, que se “da cuenta” (is aware) del fenómeno. nios existe abundante evidencia, no sólo de que el ám-
Pudiera ser tentador fundir los conceptos de datos bito de la experiencia es esencial para la vida y actividad
fenoménicos y subjetividad consciente. Pero la noción humanas que involucren el uso de la propia mente, sino
de fenómenos no-conscientes o sub-personales habla de que el dominio experiencial puede ser explorado,
en contra de esa posibilidad: existen, por ejemplo, nu- como podemos ver en las transformaciones mediadas
merosas instancias donde percibimos fenómenos de por prácticas específicas y en las interacciones humanas
manera pre-reflexiva, sin estar conscientemente alerta en escenarios definidos (planes de entrenamiento, pre-
de éstos, pero donde un “gesto” o método de examen los paración deportiva, sesiones psicoterapéuticas). Nueva-
clarificará o incluso traerá estos fenómenos pre-reflexi- mente, necesitamos poner en interrogante la suposición
vos a la escena. Lo que está siendo objetado aquí es la de que la línea de demarcación entre lo estrictamente
ingenua suposición de que la línea de demarcación en- sub-personal y lo consciente es fija y dada de una vez
tre lo estrictamente sub-personal y lo consciente es fija. y para siempre. Las metodologías en primera persona
Seguramente no se le ha escapado al lector el he- incluyen como dimensión fundamental el sostener que
cho de que todo este número especial del JCE se basa esta línea es movible, y que se puede hacer mucho con
en la conclusión (suposición) de que la experiencia vi- la zona intermedia. Explorar lo pre-reflexivo representa
vida es irreductible, es decir, que los datos fenoménicos una fuente rica y ampliamente inexplorada de informa-
no pueden ser reducidos o derivados desde la perspec- ción y datos, con consecuencias dramáticas.
tiva en tercera-persona. Estamos muy conscientes de
que los trabajos aquí presentados están lejos de ser LO QUE EL LECTOR ENCONTRARÁ EN ESTE
consensuales, y sería superficial intentar resolver aquí NÚMERO ESPECIAL
esa situación. Sin embargo, sería justo darle al lector los
tres elementos principales sobre los que se sustenta la Habiendo cubierto el terreno básico, es el momento
suposición de irreductibilidad. de realizar un breve tour por el material presentado en
En primer lugar, aceptar la experiencia como un este Número Especial. Hemos retenido tres tradiciones
dominio a explorar es aceptar la evidencia de que la metodológicas existentes, las que dan origen a tres sec-
vida y la mente incluyen aquella dimensión en primera- ciones:
persona, la que es un sello en nuestra continua existen-
cia. Privar nuestro examen científico de este dominio • Sección I: el enfoque introspectivo, derivado de la
fenoménico conduce a amputar a la vida humana de psicología científica;

152 | GACETA UNIVERSITARIA


FRANCISCO VARELA Y JONATHAN SHEAR

• Sección II: el método de reducción fenomenológi- las disciplinas aplicadas, tales como la educación, la te-
ca, derivado de la tradición filosófica de la fenome- rapia, la administración, y así sucesivamente. De hecho,
nología y la psicología fenomenológica; son estas áreas, articuladas durante el pasado medio
• Sección III: la pragmática de las prácticas de me- siglo, las que representan las fuentes más abundantes
ditación, derivadas de las tradiciones Budistas y de conocimiento práctico acerca de la experiencia hu-
Védicas.7 mana. Ginsburg trae a colación algunos de los elemen-
tos clave respecto a cómo y por qué del interés de un
En la Sección I el artículo de apertura de Pierre cliente en trabajar con su experiencia vivida en la tradi-
Vermersch establece el tono de toda esta empresa. En ción de la transformación somática iniciada por Moshe
él, rastrea la historia temprana del uso disciplinado de Feldenkrais.
la introspección en psicología hasta los orígenes de la La sección II se basa en la más importante escuela
psicología científica y las malogradas escuelas del in- de pensamiento occidental en la que la experiencia y
trospeccionismo ligadas a los nombres de Wundt y Tit- la conciencia son consideradas esenciales: la fenome-
chener, entre otros. Queda claro el punto que establece nología tal como es inaugurada por Edmund Husserl
Vermersch: cuando retrocedemos para ver lo que ellos en el cambio del siglo XIX al XX, y elaborada en varias
realmente hicieron (en vez de depender de fuentes direcciones desde entonces. El propósito principal del
secundarias), escasamente podemos objetar a estos in- trabajo de apertura de Natalie Depraz es, sin embargo,
vestigadores dado su espíritu de innovación, rigor me- exponer la base del método que da origen a la feno-
todológico, o riqueza de observaciones empíricas. Per- menología: la reducción fenomenológica. En la medida
manece entonces la pregunta: ¿por qué no originaron en que tal reducción está ligada al gesto introspectivo
una tradición de trabajo, ligándose eventualmente a la y que la fenomenología se ocupa del contenido expe-
ciencia cognitiva contemporánea? La respuesta es se- riencial, el entrecruzamiento entre esta tradición filo-
guramente compleja, pero uno de los puntos clave que sófica y la psicología introspectiva es evidente. Depraz
señala Vermersch es que estos investigadores fueron pone en evidencia la manera en que la reducción es
engañados por la aparente simplicidad de la tarea, que una práctica orientada a las necesidades del análisis
oscurece el necesariamente sutil know-how, incluyendo filosófico, pero aun así, se entrecruza con la psicología
el importante rol de la mediación fenomenológica. La principal diferencia entre la psico-
Claire Peugeot retoma desde donde queda Ver- logía introspectiva y la fenomenología es su intención.
mersch, explorando un ejemplo específico que muestra El psicólogo está motivado por la investigación, busca
en detalle cómo aparecen las dificultades, y qué tipo de protocolos y objetos que puedan ser aislados en el la-
métodos se puede adoptar para superarlas. Ella ha es- boratorio, y busca establecer resultados empíricos que
cogido abocarse a un asunto espinoso pero importan- puedan vincularse a correlatos neurales. El fenomenó-
te: la experiencia intuitiva. Los resultados que presenta logo está interesado en el contenido mental mismo,
son un testimonio de que los métodos introspectivos pero con el fin de explorar su significado más amplio y
cuidadosos son un componente esencial para investi- su lugar en áreas humanas comunes, tales como la tem-
gar la experiencia. poralidad, la inter-subjetividad y el lenguaje.
Finalmente, en esta sección damos espacio a un A partir de esta perspectiva, Francisco Varela inten-
cuerpo de conocimiento práctico, en el que Carl Gins- ta abordar la experiencia de la conciencia del tiempo
burg muestra que la introspección cumple un rol no presente en la temporalidad humana, con el propósito
como herramienta de investigación sino en el área de de encontrar puentes con las ciencias naturales. Lo cen-
tral en este artículo es establecer si la descripción feno-
menológica nos puede ayudar, tanto a validar como a
restringir, los correlatos empíricos disponibles a partir
7
Tradiciones Budistas y Védicas: el budismo es una religión de las herramientas modernas de la neurociencia cog-
y una filosofía, basada en las enseñanzas de Siddhartha nitiva y la teoría dinámica de sistemas.
Guatama, el Buda. Las creencias del Budismo incluyen las El trabajo de William James es merecidamente ci-
“cuatro nobles verdades”: el sufrimiento existe, el sufri-
tado como fuente de gran parte del resurgimiento del
miento es causa de los deseos, el sufrimiento cesa cuando
los deseos cesan, y se puede lograr liberación del sufrimien- interés en la psicología de la conciencia; aporta un in-
to siguiendo “el noble camino” de ocho etapas. Védico es trospeccionismo o fenomenología de carácter propio.
sinónimo de Hinduismo, que es el sistema de pensamiento La contribución de Andrew Bailey trae a luz cómo la
que ha evolucionado a partir de los Vedas, textos que se aproximación Jamesiana a la primera-persona se ma-
remontan al siglo VI a.C. (N. del T.) nifiesta en sus estudios cerca del tiempo interno como

GACETA UNIVERSITARIA | 153


METODOLOGÍAS EN PRIMERA PERSONA: QUÉ, POR QUÉ, CÓMO

“partes transicionales” del flujo de la conciencia. Los 1. proveer un procedimiento claro para acceder a al-
vínculos y discrepancias con otros métodos destacados gún dominio fenoménico.
en este Número Especial deben aún ser extraídos de 2. proveer una manera clara para su expresión y vali-
manera más precisa. dación dentro de una comunidad de observadores
La contribución de Jean Naudin y sus colegas se familiarizados con el procedimiento tal como está
enfoca a asuntos análogos en el ámbito de la comuni- descrito en el punto 1.
cación humana en psiquiatría. Su punto es que en par-
ticular la experiencia esquizofrénica induce una forma Manteniendo en mente que la distinción entre
de reducción con la que el clínico debe trabajar para en- experienciar (siguiendo un procedimiento) y validar
trar en su rol de terapeuta. Aquí se muestra otro caso de (siguiendo un intercambio intersubjetivo regulado) no
prácticas humanas –más que de investigación– donde es absoluta, el material presentado se puede esquema-
los métodos en primera-persona aparecen como im- tizar de la siguiente manera:
portantes.
En la sección III Allan Wallace nos presenta la des- Método Procedimiento Validación
cripción de una práctica fundamental en la tradición
1 Introspección Atención du- Relatos verba-
Budista, la práctica de mantenerse en autoconciencia
rante una tarea les, mediada
(samatha) y su gradual despliegue hacia su estado “na-
definida
tural”, desprovisto de las habituales conceptualizacio-
nes (mahamudra). En este Número Especial podemos 2 Fenomenología Reducción-sus- Invariantes
dejar completamente de lado la motivación y valores pensión descriptivos
subyacentes a tales prácticas y tradiciones Budistas. 3 Meditación: Atención soste- Descripciones
El punto es enfatizar que, por sus propias razones, las Samatha; Ma- nida; tradicionales,
tradiciones Budistas han acumulado una amplia ex- hamudra; Conciencia Descripciones
perticia en entrenar la mente y cultivar su habilidad de Zen; TM espontánea científicas
reflexión e introspección. Lo han hecho así a través de Suspensión de
los siglos, y han expresado algo de su observación en la actividad
términos no muy alejados de la psicología introspectiva mental
o de la psicología fenomenológica (de acuerdo a quien
leamos). Sería un gran error del chauvinismo occidental Por supuesto, deberíamos añadir que esta tabla
negar la calidad de los datos de tales observaciones y es sólo un entrecruzamiento del conocimiento actual,
su potencial validez. No obstante, el intento de integrar y no se debería vacilar en evaluar las relativas fortale-
las prácticas de meditación Oriental y sus resultados a zas y debilidades de cada método. Tentativamente los
la cultura Occidental plantea serios problemas de inter- evaluaríamos así:
pretación y validación empírica.
La contribución de Jonathan Shear y Ronald Je- Evaluación del
Evaluación de la validación
vning apunta precisamente a este asunto. En ella exa- procedimiento
minan reportes de experiencias de “conciencia pura” 1 Mediano, requiere Mediana, buen uso de pro-
asociadas con la Meditación Trascendental (MT) y los mejoría tocolos
procedimientos de meditación Budista Zen en términos
2 Mediano, requiere Mediana, algunos ejemplos
de congruencias trans-culturales y trans-tradicionales
mejoría útiles
de los reportes verbales, además del examen de labo-
ratorio de sus correlatos fisiológicos. 3 Bueno, métodos Históricamente rica, a veces
detallados se basa excesivamente
LA NOCIÓN DE MÉTODO en relatos internos, algunos
buenos protocolos
Podemos, a esta altura, comenzar a esbozar lo que es un científicos, se necesitan más
método para todas estas tradiciones. En esta primera
etapa de aproximación podemos decir que existen al En breve, nuestra conclusión global es que existen
menos dos dimensiones principales que deben estar suficientes resultados útiles a mano como para plan-
presentes para que un método sea considerado como tear que los métodos en primera-persona no son una
tal: quimera.

154 | GACETA UNIVERSITARIA


FRANCISCO VARELA Y JONATHAN SHEAR

ESBOZO DE UNA ESTRUCTURA COMÚN8, 9 y el proceso a través del cual tales contenidos aparecen
(como me surge la imagen requerida). No mantener en
Contenido y Acto Mental la mira esta distinción fundamental es fuente de gran
confusión. Para ser exactos, los métodos señalados an-
A esta altura de nuestra presentación está implícito teriormente muestran algunas diferencias. Los primeros
que todos estos métodos pueden ser legítimamente dos tipos involucran una atención enfocada en el con-
incorporados a un registro común, en la medida en que tenido, es decir, están orientados hacia la adquisición
comparten algunas estructuras nucleares. Es entonces de algún conocimiento o insight. En ellos el aprendizaje
el momento de probar y entregar algunos indicadores exitoso de un método siempre es concomitante a la in-
de tales coincidencias. ternalización de tal amplificación de C1 a C2 de manera
Consideremos la situación de un sujeto en un con- cómoda. Los métodos del tercer y cuarto tipo son más
texto experimental, a quien se le pide desempeñar una sutiles. En las etapas iniciales del entrenamiento en au-
tarea explícita. Durante la realización de la tarea la per- toconciencia (mindfulness o samatha), es crucial el rol
sona experimenta algo, a lo que, siguiendo a Vermersch, de la atención hacia el contenido mental inmediato.
llamaremos contenido vivido C1, el que será una refe- Pero a medida que el ejercicio se desarrolla, el conte-
rencia para lo que vendrá a continuación. En el contexto nido como tal se vuelve menos central que la cualidad
de la tarea, se le solicita a la persona (con o sin media- de la presencia conciente en sí misma, tal como se enfa-
ción) que examine a (que describa, analice y/o tome tiza en las técnicas de Mahamudra-Dzogchen. La tradi-
conciencia de.. o que atienda a...) C1. Para que esto ción Védica de MT, Dzogchen y Budismo Zen y algunas
suceda, durante un breve período C1 pasará entonces prácticas del Budismo Vajrayna, se plantean desde su
a formar parte de una nueva experiencia: el examen de mismo inicio carentes de interés respecto al contenido
la propia mentación generará un estado C2, un nuevo (más allá de lo requerido para que el método en sí pue-
estado mental producto de este nuevo acto y que tí- da ejecutarse). Aquí la meta es desarrollar el método
picamente tendrá nuevos elementos, caracterizados hasta que este se aniquile a si mismo, proporcionando
por la manera particular de acceso a C1. Es importante estados de conciencia “pura” (sin contenido).
destacar que para que aparezca el par C1-C2 necesa- Debería notarse que los métodos aquí representa-
riamente debe haber una redirección del pensamiento, dos frecuentemente arrojan descripciones en primera-
una detención, una interrupción de la actitud natural10 persona que aparecen como planas y pobres. Esta es
que normalmente está siempre referida a sus propios una de las quejas recurrentes de aquellos que critican
contenidos. 11 tales descripciones, y en realidad no se equivocan. Lo
El elemento nuclear que aparece en esta estratifi- que falta aquí es la continuación del proceso, lo que
cación, y que es común a todos los métodos en primera- involucra un desplazamiento desde la actitud natural,
persona, es la clara distinción entre el contenido de un para apuntar directamente a C2. Esto, a su vez, moviliza
acto mental (por ejemplo, se me pide describir mi casa) una segunda fase, donde se hace evidente que a partir

8
Esta sección toma de manera importante lo desarrollado en un libro que Francisco Varela ha escrito en colaboración con Natalie
Depraz y Pierre Vermersch y que se publicará próximamente. Agradecemos a ambos por permitirnos presentar algunas de esas
ideas en esta Introducción.
9
Ese libro no alcanzó a ser visto por Francisco Varela. Actualmente está en circulación. Depraz N, Varela F, Vermersch P. On Beco-
ming Aware. John Benjamins Publishing Company, Philadelphia, 2003 (N. del E.)
10
Aquí los autores se están refiriendo a la “actitud natural” en el sentido desarrollado por Husserl. Lo que están describiendo es
uno de los momentos de la “reducción fenomenológica” planteada por el filósofo, y que él denominaba “principio de la reflexi-
vidad”. Es decir, habitualmente nuestra conciencia está dirigida hacia los objetos percibidos, imaginados o recordados (que los
autores llaman C1), pero los actos de percibir, imaginar o recordar quedan en sordina. Al retenerlos por un momento, y dirigir
la conciencia hacia ellos, esos actos pasan ahora a ser objetos de esa nueva conciencia (C2), a la que Husserl denominaba “con-
ciencia reflexiva”. Para una ampliación ver: Ojeda, C. La tercera etapa: ensayos críticos sobre psiquiatría contemporánea. Ed. Cuatro
Vientos, Santiago, 2003 (Capítulo II) (N. del E.)
11
Menos común todavía es la posibilidad de ir más allá a una tercera etapa, en la cual C2 pase a ser objeto de una nueva expe-
riencia C3, es decir, la introspección de la introspección. En una primera mirada esto parece un recurso al infinito, pero es todo lo
contrario: en la medida en que todo esto está ocurriendo en un breve periodo, los niveles de examen paran ahí. La experiencia
muestra claramente que el estado C2 es ya un esfuerzo, y para obtener el estado C3 uno necesita una atención sostenida alta-
mente entrenada.

GACETA UNIVERSITARIA | 155


METODOLOGÍAS EN PRIMERA PERSONA: QUÉ, POR QUÉ, CÓMO

de la suspensión inicial [de la actitud natural], un cam- primera-persona como datos válidos, y aquí la manera
po nuevo, inicialmente vacío, se va llenando progresi- en que se relacionan las tres posiciones es de crucial
vamente con datos fenomenológicos nuevos. Esta es la importancia. Figurativamente, la situación puede ser
etapa del descubrimiento, o de relleno experiencial, y descrita de la siguiente manera:
requiere una disciplina sostenida para su logro. La apa-
rente facilidad para acceder a la experiencia propia es lo PRIMERA SEGUNDA TERCERA
que nos desvía: el relleno hecho posible por la suspen-
sión tiene su propio tiempo de desarrollo que requiere Inserción en la red social
un adecuado cultivo y ser dado a luz pacientemente.
Todos los métodos (y los practicantes individuales) tie- variedades de validación
nen, sin embargo, su propio tiempo de desarrollo, que
puede variar enormemente.
Expresión y Validación
Segunda-persona
Es precisamente porque la validación se apoya en la ma-
El establecer un método requiere, por lo tanto, de la nera en que está constituida la red intersubjetiva que
creación de medios para sortear estas dificultades. estas tres posiciones necesariamente están marcadas
Nuevamente cada tradición ha encontrado sus propios por gradaciones. En otras palabras, la triple distinción
medios, los que varían sustancialmente. Sin embargo, entre posiciones es, en cierta medida, una conveniencia
todos ellos comparten un descubrimiento, a saber, que descriptiva. De hecho, pareciera que cada una de ellas
para familiarizarse con un método particular se requie- está a su vez estratificada en función del énfasis que se
re de “mediación”. Por mediación entendemos aquí a pone en lograr un modo particular de validación. Re-
otra(s) persona(s) que ocupan una curiosa posición in- examinemos las tres posiciones desde esta nueva pers-
termedia, entre la primera y segunda posición, de allí pectiva.
el nombre de posición en segunda-persona. Un media- La tercera-persona, tomada como el observador
dor, si bien es periférico a la experiencia vivida o C1, sin promedio del discurso científico, enfatiza hasta el ex-
embargo toma la posición de aquel que ha estado ahí tremo el aparente dualismo entre lo interno y lo ob-
en cierta medida, y así puede entregar indicaciones y jetivamente externo, y es la base del reduccionismo
entrenamiento. científico en todas sus formas. Las ciencias cognitivas
La posición en segunda-persona tiene un lugar representan, sin embargo, un desafío intrínseco a esta
prominente en todas las tradiciones invocadas en este forma “pura” de ciencia objetiva, ya que el tema en es-
Número Especial, con la excepción de las ciencias natu- tudio implica directamente a los agentes sociales en sí
rales, donde aparece sólo cuando se analiza el proceso mismos. Se trata, por tanto, de un caso singular, com-
social del aprendizaje, y el investigador busca la me- pletamente ausente en todos los otros dominios de las
diación de un tutor más experimentado para mejorar ciencias naturales. Aun así, en la medida que su con-
y progresar en su destreza como científico. Aun cuando tenido científico está fuertemente enfocado hacia las
es común otorgar importancia al linaje del entrena- operaciones bioquímicas y neurales, la cuestión de la
miento que un científico ha seguido como investigador, persona (primera, segunda, tercera), no se hace urgen-
la atención sobre esta mediación en segunda-persona te, dado que en estudios humanos, como en los de otros
desaparece en el momento en que éste publica alguno animales, la conducta (incluyendo la conducta verbal)
de sus trabajos en una revista científica. es una parte integral de los datos relevantes que se
En resumen, las tres posiciones (primera, segunda pueden estudiar en el marco de los registros y medi-
y tercera personas) no se estructuran tanto en relación ciones clásicos, sin que necesariamente sean tomados
al contenido al que se dirigen, como en relación a la como expresiones de vida mental.
manera en la que aparecen insertas en la red de inter- Sin embargo, la imputación de un correlato mental
cambios sociales. Son los roles particulares que adoptan a tales fenómenos verbales o conductuales es un asunto
los agentes sociales en cada caso los que determinan diferente y, justamente, el conductismo basó su progra-
su pertenencia a una u otra posición, con gradaciones. ma de investigación en hacer precisamente esta distin-
No estamos, por lo tanto, preocupados de la oposición ción entre conducta y subjetividad. En la práctica, la ma-
dual entre lo privado y lo público, o de lo objetivo y lo yoría de los neurocientíficos cognitivos hacen de esto
subjetivo. Lo que sí nos interesa son los asuntos de in- una distinción de principio, y asumen, de una manera
terpretación de los resultados de las investigaciones en más o menos explícita, que tal conducta proviene de un

156 | GACETA UNIVERSITARIA


FRANCISCO VARELA Y JONATHAN SHEAR

agente o sujeto cognitivo, sin elaborarlo mayormente. una cuerda que vibra concordantemente. Esta posición
Así, aunque tales prácticas se encuentran estrictamente empática es aún parcialmente hetero-fenomenológica,
dentro de las normas de las descripciones en tercera- ya que todavía es necesaria una moderada distancia
persona, ya insinúan la posición y preocupación de las y evaluación crítica, pero la intención es enteramen-
otras formas, de una manera que no ocurre en el estudio te otra: realizar un encuentro sobre una base común,
de las células o de los cristales. Esta es la razón por la como miembros de un mismo tipo. En las tradiciones
cual distinguimos a la ciencia cognitiva como implican- relacionadas con la esfera de las prácticas humanas
do una estratificación dentro de la posición en tercera- que hemos examinado abundan ejemplos de esta posi-
persona que bordea una posición en segunda-persona. ción. Tal posición aquí no es aquella de un antropólogo
Desde una posición en segunda-persona, lo que neutro; es más bien la de un entrenador o una matrona.
aparecía meramente como conducta externa ahora Su oficio está fundamentado en una sensibilidad a los
se considera explícitamente como huellas o manifes- índices sutiles del fraseo, lenguaje corporal y expresi-
tación de vida mental, y más aún, como la única vía vidad de su interlocutor, en busca de indicadores (más
hacia lo que es la vida mental misma. Recientemente, o menos explícitos) que sean vías de entrada hacia el
Daniel Dennet (1991) ha formulado justamente esta terreno experiencial común, tal como elaboraremos a
posición en lo que adecuadamente denomina hetero- continuación. Tales encuentros no serían posibles si el
fenomenología, la que él ilustra como la posición de un mediador no estuviese sumergido en el dominio de las
antropólogo estudiando a una cultura remota. Para un experiencias bajo examen, ya que nada puede reempla-
antropólogo, la mera recolección de cintas, fotos e ins- zar el conocimiento de primera mano. Por lo tanto, se
cripciones no constituye una respuesta a su búsqueda. trata de un estilo de validación radicalmente diferente
Debe obtener de manera inferencial modelos de vida de los que hemos discutido hasta ahora.
mental (cultural) a partir de éstos, utilizando una pos- Si fuera necesario, esta postura de segunda-per-
tura intencional. En otras palabras: sona empática también puede ser asumida desde el
punto de vista del que vive la experiencia. En este caso,
Debemos tratar al emisor de sonido como un agente, pero la posición le compete al sujeto mismo, que progresa a
ciertamente como un agente racional, que alberga creen- través de la sesión de trabajo, con la posibilidad de bus-
cias, deseos y otros estados mentales que exhiben intencio- car validación a través de sus actos y expresiones. Este
nalidad, es decir, la propiedad de “estar referidos a…”, y la intento de validación inter-subjetiva no es obligatorio
manera en la que las acciones pueden explicarse sobre la en todos los casos. Pero, a la inversa, no existe posibi-
base de aquellos estados mentales (Dennett, 1991, p. 76) . lidad de una metodología en primera persona –según
nuestra acepción del término– sin asumir en algún mo-
Pero el hetero-fenomenólogo no se conforma con mento la posición de una experiencia directa que busca
tomar las fuentes en su apariencia, simplemente suscri- validación. En caso contrario, el proceso se vuelve pu-
biendo la interpretación que éstas entregan. El antropó- ramente privado o aun solipsista. No negamos que tal
logo no se vuelve aquí un miembro de la tribu. La razón alternativa es posible para los seres humanos, incluso al
por la que esta postura cae en una posición de segun- extremo de generar mundos completos auto-imagina-
da-persona es que aunque el hetero-fenomenólogo, en dos que, desde el punto de vista del poder de una red
estricto rigor, esté utilizando señales externas, él está social, aparecen como delirio y son tratados como tal.
presente como un individuo posicionado, que debe ge- Pero, dejando de lado tales asuntos, el paso hacia una
nerar interpretaciones intencionales de los datos. Nada posición abierta a la mediación en segunda-persona es
de esto es necesario cuando la validación excluye cual- claramente necesario para entender el alcance de nues-
quier forma de postura intencional, tal como lo hace el tra investigación metodológica.
científico neuronal y conductual al estudiar animales,
exclusión que también puede llevar a cabo al estudiar Rasgos comunes
seres humanos. La tentación de hacerse parte de la tri-
bu justamente nos lleva al siguiente cambio de énfasis, Resumiendo, hemos visto que las metodologías en pri-
a saber, a la posición en segunda-persona en sentido mera persona, tal como se presentan aquí, comparten
estricto. Aquí uno renuncia explícitamente a sus ata- algunos rasgos o etapas fundamentales:
duras para identificarse con el tipo de comprensión y
coherencia interna de su fuente. De hecho, así es como • Actitud Básica: requieren un momento de suspen-
el sujeto ve su rol: como un empático resonador con ex- sión y redirección, desde los contenidos hacia el
periencias que le son familiares y que encuentran en él proceso mental

GACETA UNIVERSITARIA | 157


METODOLOGÍAS EN PRIMERA PERSONA: QUÉ, POR QUÉ, CÓMO

• Relleno fenomenológico: requieren entrenamiento Consideremos ahora la noción de “grados de ce-


específico para llevar la suspensión inicial hacia un guera” frente a la utilidad de trabajar con metodologías
contenido más pleno, y aquí es importante el rol de en primera-persona. Naturalmente, el grado más básico
la mediación o segunda-persona de ceguera está representado por aquellos que siendo
• Expresión y validación inter-subjetiva: en todos los sensibles a la experiencia en primera-persona, preten-
casos el proceso de expresión y validación requeri- den abordarla exclusivamente a través de métodos en
rá de relatos específicos y susceptibles de retroali- tercera-persona. Esta es una posición compartida por
mentación subjetiva. la amplia mayoría de los neurocientíficos cognitivos, y
está bien articulada por Dennett en su noción de hete-
También podemos concluir que las metodologías ro-fenomenología.
en primera-persona no son del tipo fácil-y-rápido. Re- Una segunda y más refinada ceguera está repre-
quieren una dedicación sostenida y de un marco inte- sentada por aquellos que sostienen que deben incor-
ractivo antes de que se pueda acceder a datos fenomé- porarse descripciones en primera-persona, pero se
nicos significativos y validables. Finalmente, el rol de la detienen en el anuncio, y no proponen algo explícito
mediación es un aspecto único de estos métodos, sien- con lo que se pueda trabajar. Esto se observa principal-
do éste un aspecto que hasta ahora ha recibido escasa mente en la filosofía de la mente anglosajona, donde el
atención. problema de la conciencia frecuentemente se asimila
al de qualia en relación con algunos rasgos peculiares
GRADOS DE CEGUERA de los estados mentales. Por ejemplo, consideremos a
Searle (1992), quien argumenta a favor de la irreducti-
La discusión anterior nos permite evaluar de manera bilidad de la ontología en primera-persona. Aun cuan-
más precisa la situación de las metodologías en primera do llega al estudio de la subjetividad, no propone algo
persona a lo largo del mundo de la ciencia cognitiva. En más que un rápido descarte de la introspección. Quiere
el debate actual respecto a una ciencia de la conciencia, que aceptemos que “la irreductibilidad de la conciencia
existe un número de autores que explícitamente dejan es una mera consecuencia de la pragmática de nuestras
fuera cualquier asunto referente a datos en primera- prácticas referidas a las definiciones” (p. 122), y por lo
persona, por lo que no pueden ser tomados en cuenta tanto, aunque la irreductibilidad de la conciencia sea
aquí. Lo que interesa es echar un vistazo a aquellos que un “argumento claro y directo”, no posee “consecuencias
sí lo hacen, y caracterizarlos por lo que se puede deno- profundas” (p. 118). De hecho,
minar su grado de ceguera al rol y la importancia de
trabajar con métodos en primera-persona. “El mismo hecho de la subjetividad que intentamos obser-
En nuestra opinión, el campo de los estudios de var hace imposible tal observación. ¿Por qué? Porque allí
la conciencia y la neurociencia cognitiva ha estado ex- donde la subjetividad consciente esté implicada no exis-
cesivamente influenciado por un estilo particular de te distinción entre el observador y el objeto observado...
filosofía de la mente, aislado de otras tradiciones que Cualquier introspección que yo tenga de mi propio estado
han hecho de la exploración metódica de la experiencia consciente es, en sí, ese mismo estado de conciencia”.
humana su especialidad. Así, no es sorprendente que
(con excepciones notables) terminemos en una repe- Lo mental no posee una manera sólida de investi-
tición iterativa del mismo tipo de argumentos. No hay garse a sí mismo, y nos quedamos con una conclusión
lugar en que esta postura quede más clara que en la lógica, pero en un limbo pragmático y metodológico.12
guerra de palabras entre David Chalmers y John Searle,
de reciente aparición en el New York Review of Books
(Searle, 1997). Tenemos aquí a dos filósofos que sostie-
nen, cada uno a su manera, la necesidad de incorporar
12
Sin embargo, es un hecho que los contenidos mentales
la dimensión subjetiva o experiencial como irreducti- pueden ser examinados y las teorías acerca de ellos acep-
tadas o rechazadas. Por cierto, los estudios del desarrollo
ble. Pero a esta adherencia a la pertinencia de la expe-
cognitivo muestran que los niños deben aprender cuáles
riencia en primera-persona no es seguida de avances
de sus experiencias deben ser consideradas como del mun-
metodológicos. No es sorprendente que entonces Chal- do objetivo, y cuáles sólo de sus mentes (incluso los adul-
mers y Searle logren acusarse mutuamente de estar tos pueden llegar a confundir estos planos). Esto pone de
completamente equivocados respecto a prácticamente manifiesto que existe un sentido de “observación” que es
cualquier asunto importante. Esto constituye una señal previo e independiente de la distinción objetivo/subjetivo,
de la necesidad de encontrar otras formas de avanzar, que, según Searle, hace imposible la observación subjetiva
con nuevas fuentes y nuevas herramientas. (ver Shear, 1996).

158 | GACETA UNIVERSITARIA


FRANCISCO VARELA Y JONATHAN SHEAR

Éste no difiere mucho del limbo que existe en los plan- Edición Especial. Es precisamente por esto que los mé-
teamientos de Ray Jackendoff, quien, a su manera, tam- todos analizados en esta Edición Especial, aunque fuera
bién aboga por la irreductibilidad de la conciencia, pero lo único, aportan evidencia de que en la observación de
cuando se llega al tema del método cae en un elocuente la propia experiencia existe más de lo evidente a sim-
silencio. Sí sostiene que los insight sobre la experiencia ple vista, si se utiliza un método que consistentemente
actúan como contrapeso a una teoría computacional de deje suspendidos los juicios y pensamientos habitua-
la mente, pero no aporta ninguna recomendación meto- les.13 En conclusión, este rápido bosquejo de los grados
dológica, excepto “la esperanza de que los desacuerdos de ceguera muestra que aún existe un largo camino por
respecto a la fenomenología puedan desenvolverse en recorrer en la introducción, dentro de la ciencia cogniti-
un ambiente de confianza mutua” (Jackendoff, p. 275). va, de las metodologías en primera-persona con todos
En un tercer nivel de inclusión, algunos han sido sus derechos. Existen algunas señales de que esto está
levemente más constructivos. Chalmers, por ejemplo, lentamente comenzando a suceder.14
sostiene que “una aproximación (fenomenológica)
debe ser absolutamente central para una adecuada ¿PUEDE SER EXPLORADA LA EXPERIENCIA? UNA
ciencia de la conciencia” (Chalmers, 1997, p. 36), y toma OBJECIÓN DESDE EL INICIO
en serio la idea de que tanto las metodologías orien-
tales como las occidentales pueden demostrar utilidad. Nuestra orientación pragmática seguramente dejará
Pero hasta aquí su propio trabajo no parece haber ido a algunos lectores algo fríos. El lector escéptico saca-
más allá que esta sugerencia positiva general hacia las rá a relucir lo que probablemente constituye la obje-
metodologías en sí mismas. La noción de equilibrio re- ción más fundamental en el camino inquisitivo aquí
flexivo de Owen Flanagan combina la tercera-persona y propuesto. Se puede formular esta objeción en los
la descripción fenomenológica en una suerte de “méto- siguientes términos: ¿como podría uno saber que al
do natural”, vinculando datos fenomenológicos, fisioló- explorar la experiencia a través de un método, uno
gicos y neurales (Flanagan, 1994, p. 11). Nosotros pode- no está, de hecho, deformando, o aun más, creando lo
mos estar de acuerdo y seguir algunos de sus ejemplos que uno experimenta? Siendo la experiencia lo que
(sobre audición dividida o percepción bi-estable). Pero es, ¿cuál es el posible significado del examen? A esto
este análisis caso a caso difícilmente equivale a una me- se podría denominar como una ”falacia de la excava-
todología propiamente, metodología que Flanagan no ción”, o filosóficamente, como la objeción hermenéu-
desarrolla. Bernard Baars es sustancialmente más explí- tica, lo que apunta al corazón mismo de nuestro pro-
cito al introducir un método que llama “fenomenología yecto. También se la puede encontrar en otra forma,
contrastiva”: “la clave es comparar dos procesos cere- como la objeción de deconstrucción, basándose en el
brales activos que sean similares en la mayoría de los análisis filosófico post-moderno (principalmente de-
aspectos pero que difieran respecto de la conciencia” rivado de J. Derrida). Aquí el énfasis está puesto en la
(Baars, 1997ª, p. 21). Esto es ciertamente un procedi- afirmación de que no existe algo así como niveles más
miento básico que se lleva a cabo implícitamente en la “profundos” de experiencia, ya que cualquier relato
mayoría de los estudios que actualmente se publican siempre está de antemano (toujours déjà) envuelto
acerca de los correlatos neurales de los procesos cons- en el lenguaje, por lo que un nuevo relato puede ser
cientes, tales como la atención y la imaginación. Aunque sólo eso: una inflexión de las prácticas lingüísticas.
es un avance importante en la metodología, cuando se Nuestra respuesta a la falacia de excavación/decons-
trabaja con condiciones contrastantes aún existe una trucción es, en primer lugar, admitir que de hecho aquí
multitud de datos fenoménicos subjetivos a explorar, existe un problema significativo, y que ningún argu-
tal como lo plantea la contribución de Peugeot a esta mento a priori o contorsión metodológica lo disipará

13
Incluso para un escritor como Baars, esta necesidad de un desarrollo posterior provoca resistencia. En la discusión sobre un
resumen de su libro, uno de nosotros puso el acento exactamente sobre este punto, lo que no fue bien recibido por el autor.
Dice Baars en su réplica: “Todo el revuelo acerca de los métodos es todavía reductible a ‘¿es usted consciente ahora mismo de
esta palabra que tiene ante los ojos?’. No es necesario complicar las cosas (Baars,1997b, p.375). No obstante, hay una gran dosis
de complejidad que no queda fácilmente disponible en los datos en primera persona. Y es aquí donde la necesidad de métodos
refinados se hace ostensible.
14
Debemos notar en este punto el sobresaliente estudio pionero de Eugene Gendlin, cuya contribución merecería ser mejor
conocida (Gendlin, 1972/1997). Para una reciente colección de metodologías comparativas, ver Velmans (en prensa).

GACETA UNIVERSITARIA | 159


METODOLOGÍAS EN PRIMERA PERSONA: QUÉ, POR QUÉ, CÓMO

per se. Parece inevitable que cualquier método pasará general con otros objetivos que no son la comprensión
a ser parte y parcela de los tipos de entidades y propie- de la experiencia en sí misma.
dades que se encuentren en el dominio de observación Queremos por lo tanto situarnos en un terreno in-
a la mano. Tal como se planteó en la sección I (arriba), la termedio respecto a la objeción hermenéutica. Por una
dimensión experiencial y social de la ciencia frecuente- parte, deseamos explorar hasta el límite las herramien-
mente se encuentra oculta, aunque jamás está del todo tas disponibles para las descripciones en primera-per-
ausente. Esto se puede visualizar en las formas más sona. Por otra, no sostenemos que tal acceso sea libre
consagradas de las ciencias naturales, tal como han de- de limitaciones metodológicas, o que sea natural en un
jado ampliamente en claro los recientes proyectos acá- sentido privilegiado. Esta combinación constituye una
démicos (por ejemplo, los estudios recientes de Shapin manifestación más del espíritu pragmático del trabajo
y Shaeffer [1994] sobre la bomba de aire de Boyle). destacado en esta Edición Especial. Sólo el tiempo dirá
En efecto, ninguna aproximación metodológica a si esta orientación rinde los frutos esperados. Nada se
la experiencia es neutral e inevitablemente introdu- gana con rehusarse al proyecto completo debido a al-
ce un marco interpretativo en la recolección de datos gún argumento a priori.
fenoménicos. En la medida que esto sea así, es inelu-
dible la dimensión hermenéutica del proceso: cada REFERENCIAS
examen es una interpretación, y toda interpretación
revela y oculta al mismo tiempo. Pero de esto no se 1. Baars BJ. In the Theater of Consciousness. New York: Oxford Uni-
versity Press, 1997
desprende que una aproximación disciplinada a la 2. Baars BJ. Reply to commentators, Journal of Consciousness Stu-
experiencia arrojará sólo “artefactos”, o una versión dies 1997; 4(4): 347-64
“deformada” de lo que “realmente” la experiencia es. 3. Chalmers DJ. Moving forward on the problem of consciousness.
Sin lugar a duda, la exploración de la experiencia es- JCS 1997; 4(1): 3-46
4. Dennett DC. Consciousness Explained. New York: Little Brown,
tará sujeta a expectativas culturales y sesgos instru- 1991
mentales, tal como todas las otras investigaciones 5. Depraz N, Varela F, Vermersch P (forthcoming). On becoming
metodológicas, pero no existe evidencia de que los Aware: steps to a Phenomenological Pragmatics
datos fenoménicos recolectados no estén igualmen- 6. Flanagan O. Consciousness Reconsidered. Cambridge, MA: MIT
Press, 1994
te restringidos por la propia realidad de los conteni- 7. Gendlin E. Experiencing and the Creation of Meaning. Evanston,
dos conscientes. Así, la descripciones que podamos IL: Northwestern University Press, 1972/1997
producir a través de metodologías en primera-per- 8. Jackendoff R. Consciousness and the Computational Mind. Cam-
sona no son “datos” puros y sólidos, pero sí item de bridge, MA: MIT Press, 1987. Roy JM, Petitot J, Pachoud B, Varela
FJ. Beyond the gap. An introduction to naturalizing phenome-
un conocimiento inter-subjetivo potencialmente vá- nology, in: Naturalizing Phenomenology: Issues in Contemporary
lido, cuasi-objetos de tipo mental. Ni más, ni menos. Phenomenology and Cognitive Science, ed. Petitot et al. Stanford
Más aún, la experiencia humana no es un dominio fijo University Press, 1998
y predelimitado. Es, en cambio, un dominio cambiante, 9. Searle JR. The Rediscovery of the Mind. Cambridge, MA: MIT Press,
1992
cambiable y fluido. Si uno se ha sometido a un entre- 10. Searle JR. The Mystery of Consciousness. New York: New York Re-
namiento disciplinado en interpretación musical, las view of Books, 1997
habilidades recientemente adquiridas de distinción de 11. Shapin S, Shaeffer S. Leviathan and the Air Pump. Princeton Univ.
sonidos, sensibilidad al fraseo musical y la ejecución Press, 1994
12. Shear J. The hard problem: Closing the empirical gap. JCS 1996;
en conjunto, son innegables. Pero esto significa que la 3(1): 54-68
experiencia es explorada y modificada de una manera 13. Shear J. Explaining Consciousness: The hard Problem. Cambrid-
no arbitraria con tales procedimientos disciplinados. En ge, MA: MIT Press, 1997
rigor, referirse a la experiencia como algo crudo, puro o 14. Varela FJ. Neurophenomenology. Journal of Consciousness Stu-
dies 1996; 3(4): 330-49
estándar en general no tiene sentido. Todo lo que te- 15. Varela FJ. Metaphor to mechanism; natural to disciplined, JCS
nemos es experiencia a su propio nivel de examen, y 1997; 4(4): 344-6
dependiendo del tipo de esfuerzos y métodos puestos 16. Velmans M. (ed. Forthcoming). Investigating Phenomenal Cons-
en juego. La experiencia se mueve y cambia, y su explo- ciousness: New Methodologies and Maps. Amsterdam: Benja-
mins
ración ya es una parte de la vida humana, aunque en

160 | GACETA UNIVERSITARIA


CIENCIA COGNITIVA. CONCIENCIA. SEARLE. CHALMERS. VARELA
RODOLFO BÄCHLER
COGNITIVE SCIENCE. CONSCIOUSNESS. SEARLE. CHALMERS. VARELA

TEORÍA

EL PROBLEMA DE LA CONCIENCIA
(Rev GU 2005; 1; 2: 161-172)

Rodolfo Bächler1

El presente trabajo analiza el problema de la conciencia en ciencia cognitiva representacional


simbólica, a la luz del trabajo de tres autores que han dedicado parte importante de su obra a
analizar este tema. En primer término, se realiza una contextualización del problema de la conciencia
en el marco del problema filosófico mente-cuerpo. Luego se intenta dilucidar por qué la conciencia
constituiría una dificultad para avanzar en la construcción de una ciencia de la mente y cuáles son los
aspectos de este fenómeno que chocarían con el paradigma científico. Para avanzar en este punto
se analizan algunos aspectos de los planteamientos de tres autores respecto del problema de la
conciencia en ciencia cognitiva: David Chalmers, John Searle y Francisco Varela.
Finalmente, se elaboran algunas conclusiones respecto de las características del problema de la
conciencia, los puntos de vista de los autores revisados, y algunas ideas sobre los posibles caminos
para una investigación futura de la mente que no excluya la conciencia.

EL CONCEPTO “MENTE” podría ser una existencia de otro tipo? Si la mente exis-
te (de la forma que sea), ¿dónde se encuentra, es decir,

E l concepto “mente” ocupa un lugar central dentro


de nuestra cultura, teniendo inmensas implicacio-
nes en la vida cotidiana de las personas, al punto que
cuál es su residencia? Finalmente, ¿cómo se relaciona la
existencia de la mente con procesos característicos del
ser humano que si son inapelablemente físicos, como la
podemos afirmar que prácticamente nadie se atrevería actividad del sistema nervioso? Éstas y otras preguntas
a negar actualmente la existencia de la mente en los relacionadas nos llevan hasta un problema que ha ocu-
seres humanos, al menos. pado gran parte de la actividad de la filosofía durante
Sin embargo, ¿qué significa decir que la mente varios cientos de años.
existe? Cuando nos referimos a la existencia de la men-
te parece ser que no estamos haciendo referencia a EL PROBLEMA MENTE / CUERPO
una existencia similar a la existencia de una mesa por
ejemplo. Pero, ¿cómo es entonces la cualidad de la exis- Según De la Cruz (2002), el problema de clarificar las
tencia de la mente? ¿Podemos decir que existe algo si relaciones entre la mente y el mundo físico (problema
no estamos aludiendo a una existencia física? ¿Cómo mente/cuerpo), es un problema que ha acompañado el

1
Magister Drogodependencias Universidad Complutense. Magister (c) Estudios Cognitivos Universidad de Chile. Candidato Doc-
tor Filosofía (Ciencias Cognitivas) Universidad Complutense.

GACETA UNIVERSITARIA | 161


EL PROBLEMA DE LA CONCIENCIA

desarrollo completo de la humanidad, aun cuando ha- De esta forma, la investigación científica sobre el
bría adoptado diversas formas durante su historia. Este sistema nervioso ha permitido replantear el alcance del
autor, al igual que otros (Wozniak 1992, Berman 1987), problema mente/cuerpo, trasladando el análisis desde
plantea que si bien el problema es muy antiguo, la for- una relación amplia (mente/cuerpo), hasta una relación
ma a través del cual lo reconocemos hoy en día, tendría bastante más acotada (mente/cerebro). El énfasis de la
su raíz más directa en los planteamientos de René Des- discusión se ha centrado en las características del fun-
cartes. Este matemático, filósofo y fisiólogo francés se- cionamiento del sistema nervioso y su relación con los
ría quien intentó la primera explicación sistemática de procesos mentales, dejándose de lado el rol fundamen-
las relaciones entre la mente y el cuerpo, definiendo de tal del cuerpo en tanto soporte de las emociones y del
alguna forma el problema mente/cuerpo, y otorgando movimiento, como acción generadora de lo cognitivo.
también las primeras directrices para intentar avanzar El problema es planteado actualmente en los si-
en su solución. guientes términos:
Según Wozniak (1992), al localizar el punto de con-
tacto entre el alma y el cuerpo en la glándula pineal, • ¿cómo se relacionan los procesos mentales y cere-
Descartes planteó la cuestión de las relaciones de la brales?
mente con el cerebro y el sistema nervioso, pero al mis- • ¿es posible explicar (reducir) los procesos menta-
mo tiempo, al trazar una radical distinción ontológica les a partir de los procesos neurofisiológicos del
entre el cuerpo como extensión y la mente como puro sistema nervioso?
pensamiento, Descartes, en búsqueda de la certidum- • ¿son los procesos cerebrales idénticos a los proce-
bre, habría creado paradójicamente un caos intelectual. sos mentales?
La solución de la glándula Pineal habría sido auto-con-
tradictoria, ya que suponía la afirmación de una sustan- EL DESARROLLO DE UNA CIENCIA DE LA MENTE
cia que era pensante y extensa a la vez, lo cual choca
con la propia definición cartesiana de sustancia (De la La falta de una solución sobre las interrogantes an-
Cruz 2002). teriores ha significado grandes dificultades para el
desarrollo de una ciencia de la mente. La visión de las
No obstante esta contradicción, las ideas de Des-
propiedades mentales como un dominio distinto de lo
cartes en el sentido de ubicar el epicentro de las fun-
físico choca fuertemente con la cosmovisión materia-
ciones mentales en el cerebro se han visto reforzadas
lista de la ciencia, y no le permite a esta última hacerse
por un enorme caudal de investigaciones llevadas a
cargo de la explicación de lo mental, fenómeno que
cabo durante los últimos ciento cincuenta años sobre
eventualmente escaparía a este dominio. Esta es, pro-
la estructura y el funcionamiento del sistema nervioso.
bablemente, la razón más poderosa por la cual, a pesar
Desde el localizacionismo extremo de la antigua freno-
de que actualmente contamos con más de treinta años
logía, hasta el neo-localizacionismo actual de la moder- de desarrollo de la ciencia cognitiva, el problema duro
na neurociencia, los científicos se han empeñado en (o problema difícil) sigue siendo el abordaje de las pro-
encontrar la residencia física de las funciones mentales piedades mentales, las cuales no serían aparentemente
en el sistema nervioso, específicamente en el encéfalo. explicables en términos puramente físicos.
El desarrollo de las técnicas de investigación del cere- Dentro de este contexto, el problema de la con-
bro ha permitido grandes avances en la comprensión ciencia planteado por la ciencia cognitiva (tal como
de los mecanismos neurofisiológicos del sistema ner- lo revisaremos más adelante), constituye en términos
vioso central. Entre otros, se han delimitado las diferen- esenciales, una re-formulación muy elaborada del his-
tes áreas de la corteza cerebral encargadas de recibir y tórico problema mente/cuerpo. Este último problema
procesar la información y controlar las reacciones mus- no sólo no ha sido superado por la ciencia cognitiva,
culares; se ha determinado la existencia de las áreas sino que se encuentra plenamente presente al interior
de asociación que interpretan, integran y coordinan la de la ciencia cognitiva, como una piedra de tope que
información proveniente de las áreas sensoriales y mo- dificulta el progreso en el estudio de la mente. Observar
toras (permitiendo el funcionamiento mental superior); este problema no es fácil, puesto que cuando los cientí-
y, finalmente, se ha establecido la interrelación entre ficos cognitivos hablan de “la mente” (sobre todo, pero no
los hemisferios cerebrales y sus respectivas funciones únicamente en el sentido computacional), no se aprecia
generales, determinándose así la compleja vinculación de forma directa que generalmente estamos dejando de
entre la localización de las funciones mentales y la acti- lado un aspecto que para muchos constituye la dimen-
vidad del cerebro como un todo. sión principal de lo mental: la conciencia.

162 | GACETA UNIVERSITARIA


RODOLFO BÄCHLER

Flanagan (1992), sorprendido por el regreso post Para acercarse a los ideales “fisicalistas” de la ciencia, la
conductista de la mente a la investigación, sin un retor- ciencia cognitiva redefine los estados mentales en tér-
no paralelo de la conciencia, reflexiona sobre algunos minos de actitudes proposicionales que tienen propie-
aspectos que pueden dar luces sobre esta carencia. La dades causales y que pueden ser experimentalmente
primera razón que señala hace referencia al hecho que constatables. Desde este enfoque, la ciencia cognitiva
el abandono de las ideas del behaviorismo respecto del no explica en último término qué es un estado mental,
escenario de la mente no fue acompañado de un aban- pero sí logra, finalmente, conservar la intención de ha-
dono metodológico. El conductismo habría dejado un cer una ciencia (natural) de la mente, que cumpla con
legado metodológico a la ciencia cognitiva, una forma los requisitos de fisicalidad, observación por terceras
de tratar los fenómenos de la mente, que incide direc- personas, funcionalidad (conducta guiada por pro-
tamente en la exclusión de la conciencia de parte de los pósitos), y experimentalidad. El enfoque cognitivista
científicos cognitivos. a través de la teoría representacional de la mente y la
Otros aspectos que señala este investigador como hipótesis del sistema de símbolos físicos (ambos pre-
posibles causas de esta exclusión, serían: sentes en el corazón de este enfoque) redefinió nuestra
concepción de la mente como un asunto absolutamen-
• La existencia de la idea en ciencia cognitiva, que te compatible con el mundo físico, rescatándola del
un mapa posible de la mente debiera proveer una terreno místico, y haciendo posible su estudio científi-
teoría de la vida mental inteligente sin compro- co. Al reformular los estados mentales como actitudes
meterlo a uno con un punto de vista acerca de la proposicionales, la teoría representacional de la mente
naturaleza, función y rol de la conciencia. le otorgó un anclaje físico a la actividad mental, y la
• La existencia de la idea en el funcionalismo com- noción de cognición, entendida como manipulación de
putacional, que la conciencia no es esencial. símbolos a partir de su forma física no presentó proble-
• La presencia de la “suspicacia” epifenomenalista, ma alguno para el requisito científico de fisicalidad. La
según la cual los estados conscientes no tendrían hipótesis de los sistemas de símbolos físicos, por su par-
un rol causal, y los seres humanos podríamos ser te, dio pie al cumplimiento del requisito de implemen-
considerados como autómatas conscientes, es tabilidad, al señalar que cualquier sistema inteligente
decir, organismos que actuamos de manera mecá- no es más que un sistema de símbolos físicos y puede
nica, pero acompañados en ocasiones de estados ser, por tanto, implementado en cualquier sustrato físi-
conscientes que no tendrían sin embargo eficacia co que cumpla con algunas condiciones básicas.
causal. El avance impulsado por el enfoque cognitivista,
observado sobre todo a partir del impresionante desa-
Como observa Flanagan, resulta extraño constatar rrollo de la inteligencia artificial, significó que la mirada
que el desarrollo de la ciencia cognitiva no trajo con- cognitivista representacional simbólica se transforma-
sigo un rescate de la mente, concebida a la manera de se en el enfoque oficial para la investigación científica
la psicología pre conductista. Lo que en verdad ocurrió de la mente. A pesar de todo lo anterior, quedaron, sin
fue que el retorno de la mente propiciado por el enfo- embargo, algunos importantes problemas sin resolver.
que cognitivista trajo aparejada consigo una maniobra
un tanto confusa, mediante la cual, la ciencia cogniti- NUEVAS VERSIONES DEL PROBLEMA MENTE /
va proporcionó un puente para salvar la distancia que CUERPO: EL PROBLEMA DE LA CONCIENCIA
existía entre la cosmovisión fisicalista de la ciencia y el
estudio de la mente. Desde su surgimiento la ciencia cognitiva ha experimen-
tado un vertiginoso desarrollo. No obstante este hecho,
LA MENTE EN EL SENTIDO COGNITIVISTA no son pocos los que piensan que el paradigma cog-
COMPUTACIONAL nitivista continúa siendo, hasta ahora, el único modelo
con un desarrollo teórico y experimental importante y
En cierto sentido, muchos de los científicos cognitivos que debiera guiar, por tanto, la investigación en ciencia
hablan de la mente sin referirse totalmente a ella. Lo cognitiva. Desde este punto de vista, como deja entre-
que la ciencia cognitiva hace (sobre todo en su versión ver Clark (2001), el resto de las ideas y teorías existentes
cognitivista computacional), es reformular el concepto (cognición distribuida, vida artificial, sistemas dinámi-
de “mente” hasta unos términos que resulten admisi- cos, etc.), no serían tanto nuevas teorías, opuestas a un
bles dentro de la visión materialista, pero perdiendo en modelo cognitivista dominante sino, más bien, aportes
este intento las propiedades centrales de “lo mental”. desde distintos ámbitos a lo que seguiría siendo el pa-

GACETA UNIVERSITARIA | 163


EL PROBLEMA DE LA CONCIENCIA

radigma central de la cognición y la mente (paradigma más gruesos del funcionamiento mental, a saber, la
cognitivista computacional). Dentro de este escenario, dimensión computacional y fenomenológica de la
para este autor, la conciencia sigue siendo el problema mente. Para este autor la mente fenomenológica tiene
duro de la ciencia cognitiva, y aunque habría “salido del que ver con la mente como el lugar del percatamien-
armario” y se encuentra actualmente de moda en la li- to consciente, la experiencia del mundo y las propias
teratura cognitiva, aún no sabemos exactamente qué vidas interiores que cada uno llevamos, inaccesibles
estamos diciendo cuando hablamos de conciencia, ni a los demás. El otro gran aspecto de “lo mental”, de-
está todavía claro cuál es el rol que le cabe dentro del nominado mente computacional, considera la mente
funcionamiento mental. como un sistema de soporte y de procesamiento de
la información. La mente en este último sentido actúa
La Distinción del Problema de la Conciencia como el lugar del entendimiento, el conocimiento, el
razonamiento y la inteligencia. Para Jackendoff (1998),
Si bien en ciencia cognitiva existe una fuerte corriente esta distinción permite considerar dos problemas de
ortodoxa que se niega de múltiples formas a la posibi- diferente tipo a la hora de analizar la relación men-
lidad de estudiar la conciencia en sus propios términos, te/cuerpo: “resulta así que la psicología tiene ahora
el avance en la comprensión de la mente y la cognición no dos ámbitos de los que ocuparse, el cerebro y la
propiciado por esta disciplina ha permitido, por otra mente, sino tres: el cerebro, la mente computacional y
parte, distinguir aspectos cada vez más sutiles del pro- la mente fenomenológica. En consecuencia, la formu-
blema mente/cuerpo. Podría decirse que en paralelo a lación de Descartes del problema mente/cuerpo se di-
la dirección propiciada por la ortodoxia computaciona- vide en dos cuestiones separadas. El problema mente
lista del cognitivismo, ha corrido una vertiente de pen- fenomenológica – cuerpo es: ¿cómo puede un cerebro
samiento más pequeña (pero no menos importante) tener experiencias? El problema mente computacional
que se ha empeñado en develar las lagunas del cog- – cuerpo es: ¿cómo puede el cerebro llevar a cabo el
nitivismo en cuanto a su comprensión de la mente. Al razonamiento? Además tenemos el problema mente/
respecto, fue el libro ya clásico de Ray Jackendoff, “La mente, es decir: ¿cuál es la relación entre los estados
Conciencia y la Mente Computacional”, el que puso un computacionales y la experiencia?” (Jackendoff pp. 38-
nuevo foco de luz sobre la comprensión del problema 39). Este problema deriva de la constatación del hecho
de la conciencia. que nuestra cognición se dirige hacia el mundo tal
En esta obra Jackendoff (1998) colocó atención como lo experimentamos. La respuesta de Jackendoff
sobre lo que se ha llamado, posteriormente, la “des- a este problema es planteada en términos de proyec-
unidad” del sujeto cognitivo, revelando cómo mente ción. La conciencia sería, desde su punto de vista, una
y conciencia, o más bien computación y conciencia, proyección de representaciones de nivel intermedio de
serían dos aspectos eminentemente diferenciados del la mente computacional.
funcionamiento mental (Varela 1997). Aunque no es el Al utilizar la distinción de Jackendoff, y si dejamos
objetivo de este trabajo, resulta interesante destacar, al por un momento de lado el concepto “computación”
respecto, que según Francisco Varela la aparente cohe- (nada nos asegura que sea ésta la única manera no
sión mental que experimentamos en la percepción del consciente de procesar información), nos encontramos
mundo (y de nosotros mismos), no sería más que una sin duda frente a un excelente mapa para representar
ilusión generada a partir de la estructura de la mente. la complejidad que ha adquirido el problema mente/
Esta vivencia de unidad respecto de nuestro propio cuerpo a partir del surgimiento de la ciencia cognitiva.
funcionamiento mental, así como del mundo percibido, Para los fines de este trabajo interesa mucho más el
estaría sustentada por una serie de aspectos y/o funcio- ordenamiento general de la mente que establece Jac-
nes que son en sí mismas claramente diferenciadas2. kendoff, que su visión y explicación de la conciencia,
Jackendoff (1998), mediante su trabajo, distin- la cual resulta poco explicativa puesto que señala que
guió los que pueden ser considerados los aspectos la conciencia es causada (proyectada) por los procesos

2
Este hecho ha sido ampliamente demostrado tanto neurofisiológica como cognitivamente, a través de estudios de percepción.
Anne Treisman, por ejemplo, demuestra cómo la percepción del mundo, aun cuando la experimentamos de manera unificada,
se caracteriza por una gran segmentación, dentro de la cual uno de los aspectos más gruesos de la diferenciación se encuentra
entre los aspectos pre y post atencionales. En otro ámbito, el mismo Varela, en su libro “De cuerpo presente”, comenta el trabajo
de Minsky que descubre la inexistencia de un yo tal como lo experimentamos internamente.

164 | GACETA UNIVERSITARIA


RODOLFO BÄCHLER

computacionales, pero no tendría una utilidad por sí vigilia, la introspección, la informatividad, la auto-
misma (Jackendoff 1998). conciencia, la atención, el control voluntario, el co-
Lo más interesante de esta distinción se encontra- nocimiento y más generalmente la percatación).
ría en el hecho que Jackendoff, coloca la conciencia en
el centro de los procesos mentales, distinguiéndolo con Respecto de este último punto, resulta interesante
claridad de otros aspectos de la mente. Al identificar la identificación de estados psicológico/fenoménicos,
esta situación, entrega un mapa general para nombrar puesto que denotan una diferencia más profunda en-
un problema que brota permanentemente en las inves- tre las distinciones de Chalmers y Jackendoff. En este
tigaciones respecto de la mente, y frente al cual a los último caso, la mente parece estar dividida en dos as-
científicos cognitivos les resulta cada vez más difícil ha- pectos, teniendo como criterio de base para la diferen-
cerse a un lado. Los siguientes apartados intentarán de- ciación el tipo de funcionamiento manifiesto. La mente,
finir con cierta exactitud a qué se refiere el “problema desde este punto de vista, se divide en dos aspectos
de la conciencia” y cuáles son las dificultades que este que son cualitativamente diferentes: la mente compu-
tema plantea a la ciencia cognitiva, específicamente a tacional (simbólica e inconsciente), y la mente fenome-
su paradigma dominante, el enfoque cognitivista. nológica (experimentada conscientemente). En el caso
Para ello, el trabajo se abocará desde aquí en ade- de Chalmers, en cambio, la diferenciación se establece
lante a la revisión de este problema, a partir de las ideas obedeciendo no tanto a un reconocimiento de dos di-
de tres autores que han desarrollado importantes tra- mensiones independientes de lo mental (psicológica /
bajos respecto del tema. fenoménica) sino, más bien, a una diferenciación de
tipo operacional para describir funcionalmente la acti-
LA MENTE CONSCIENTE DE DAVID CHALMERS vidad de la mente.

David Chalmers, filósofo australiano, provocó durante Problema Mente / Cuerpo


finales de los años noventa, un gran revuelo con sus
planteamientos respecto de la conciencia (Searle 2000). Para Chalmers (1999) el problema de la conciencia
Para este autor el problema de la conciencia constituye tendría que ver con la antigua discusión de la relación
el problema difícil de la ciencia cognitiva, en el sentido mente/cuerpo, aunque no sería exactamente lo mismo.
de ser un asunto que va más allá de lo técnico, implican- El problema mente/cuerpo, de acuerdo con Chalmers,
do aspectos de orden metafísico (Chalmers 1999). La es el problema de definir qué tipo de vínculo existe
pregunta difícil que intenta responder Chalmers es: ¿Por entre estos dos aspectos del mundo. El problema de la
qué todo el procesamiento (de la mente) se encuentra conciencia, en cambio, sería un problema algo diferente
acompañado de la vida interna experimentada? que puede entenderse mejor si observan los aspectos
más finos derivados de la distinción mente psicológica/
Dos Variedades del Funcionamiento de la Mente mente fenoménica. La distinción psicológica/fenomé-
nica permite factorizar el problema mente/cuerpo en
Chalmers (1999) realiza una división de la mente en: dos partes separadas, dentro de las cuales la más difícil
sería aquella referida a la cuestión de por qué las pro-
• Mente fenoménica, que equivale a la mente como piedades psicológicas están acompañadas por propie-
experiencia consciente dades fenoménicas. De esta forma, al igual que en las
• Mente psicológica, que equivale a la mente como ideas de Jackendoff, en Chalmers encontramos al me-
base causal o explicativa de la conducta nos dos problemas mente/cuerpo, de los cuales uno (el
problema mente/mente) constituye el problema difícil
Resulta evidente la similitud de esta división con metafísicamente hablando.
las categorías de Jackendoff anteriormente comenta- Al revisar su trabajo resulta tentador suponer una
das; sin embargo, uno puede distinguir al menos dos di- causalidad lineal y progresiva que iría desde lo físico
ferencias respecto de este punto entre ambos autores: hasta lo fenoménico, pasando por lo psicológico. Chal-
mers, sin embargo, cuida bastante el uso del lenguaje
• Para Chalmers no toda la actividad de la mente al referirse a estas posibles relaciones, de manera de no
psicológica (o computacional) debiera necesaria- plantear el problema en términos de causalidad lineal.
mente ser procesamiento simbólico. La pregunta que intenta responder, por tanto, no es:
• Para Chalmers existirían variedades de la mente ¿cómo causan los procesos psicológicos la experiencia
fenoménica que serían también psicológicas (la consciente?, sino más bien, ¿por qué las propiedades

GACETA UNIVERSITARIA | 165


EL PROBLEMA DE LA CONCIENCIA

psicológicas se encuentran acompañadas por propie- que hace una diferencia”, o que está asociada a un cami-
dades fenoménicas? no causal. La información realizada fenoménicamente,
De cualquier modo, Chalmers se ocupa también en cambio, tiene que ver con “las cualidades intrínsecas
de reflexionar sobre otras interrogantes anexas al foco de las experiencias y la estructura entre ellas, es decir,
central de su trabajo, indagando cuestiones tales como: las relaciones de similitudes y diferencias entre ellas y
¿cuál es el lugar de la conciencia en el orden natural?, su estructura combinatoria intrínseca” (Chalmers 1999
o, ¿es la conciencia un fenómeno físico?, o, ¿puede la p. 360).
conciencia explicarse en términos físicos? La información, como una propiedad que presenta
Finalmente, Chalmers (1999) se declara un dualis- siempre ese doble aspecto, permitiría la conexión entre
ta de propiedades. Esto se traduce en una defensa de los dominios físicos y fenoménicos del mundo. Así, “una
la irreductibilidad de la conciencia pero también en la experiencia consciente es una realización de un estado
afirmación de que la conciencia surgiría de lo físico, aun de información; un juicio fenoménico se explica me-
cuando no sería ella misma algo físico. ¿Cómo es posi- diante otra realización del mismo estado de informa-
ble esto? La explicación que Chalmers entrega es que ción. En un sentido, postular un aspecto fenoménico de
esto se debería a la presencia de un ingrediente extra: la información es todo lo que necesitamos para asegu-
la información. rarnos que esos juicios son verdaderamente correctos:
existe un aspecto cualitativo en esa información que se
La Teoría de la Conciencia de Chalmers muestra directamente en la fenomenología y no sólo
en un sistema de juicios” (Chalmers 1999 p. 369).
La teoría de Chalmers respecto de la conciencia resulta
menos convincente que la discusión respecto del pro- EL NATURALISMO BIOLÓGICO DE JOHN SEARLE
blema. El mismo Chalmers hace referencia a esta situa-
ción cuando señala: “no presento una teoría completa- John Searle, filósofo de la mente estadounidense, ha
mente desarrollada, pero formulo sugerencias acerca dedicado gran parte de su obra al estudio de los actos
de las construcciones involucradas en esas leyes (...) Mi del habla sin embargo, al interior de la ciencia cogni-
objetivo al formular estas ideas sueltas no es plantear tiva; es reconocido principalmente por su crítica a la
un marco conceptual que resista un escrutinio filosófi- inteligencia artificial, denominada “la habitación china”.
co detallado; más bien las propongo con el fin de poner Una parte importante de su trabajo durante estos últi-
las ideas sobre la mesa” (Chalmers 1999 p. 351). mos años la ha dedicado a entregar su punto de vista
Chalmers (1999) afirma que la conciencia es una respecto del problema de la conciencia.
propiedad básica existente en la naturaleza y que, por Para Searle (2000) existirían dificultades de orden
lo tanto, aun cuando existirían grados variables de ella teórico y filosófico que impiden realizar una correcta
en los seres y objetos del mundo, prácticamente todos aproximación al problema de la conciencia. Éstas se-
presentarían conciencia. Este hecho es difícil aceptarlo, rían:
según Chalmers, entre otras razones por la confusión
existente entre conciencia y autoconciencia. Por otra • La existencia de una tradición de pensamiento es-
parte, nuestras experiencias conscientes serían de un tructurada a partir del concepto de dualismo y la
carácter tan sofisticado que no facilitan la imaginación división del mundo en lo material y lo mental.
de la experiencia consciente de una piedra o, en el me- • El hecho de que a pesar de tratar la conciencia
jor de los casos, de un ratón. como un fenómeno biológico y por ende parte del
La razón fundamental por la cual la conciencia se- mundo físico, muchos autores consideran que la
ría una propiedad básica de la naturaleza es que ella idea de una conciencia que es causada por proce-
está asociada al concepto de información. Para llevar sos cerebrales, lleva a suponer que hay dos cosas
adelante su análisis en esta dirección, Chalmers utiliza en juego, procesos cerebrales como causas y es-
el concepto de información presente en la teoría de tados conscientes como efectos (lo que pareciera
Shannon (1948 citado en Chalmers 1999). Este con- implicar una forma de dualismo).
cepto hace referencia a una noción formal o sintáctica,
relacionada con un estado seleccionado a partir de un Sobre estos dos últimos aspectos, Searle estructura
conjunto de posibilidades (dentro de lo cuales el más gran parte de su trabajo, el cual se aboca sobre todo a
básico es el bit). La información así entendida tendría derribar lo que serían para él las dos grandes confusio-
siempre un aspecto físico y otro fenoménico. Física- nes filosóficas: el materialismo y el dualismo. Su trabajo
mente realizada, la información sería “una diferencia está orientado, por tanto, a develar algo que él concibe

166 | GACETA UNIVERSITARIA


RODOLFO BÄCHLER

como una confusión histórica que lleva a los filósofos de demás nociones mentales –como intencionalidad, sub-
la mente e investigadores a caer en errores que oscilan jetividad, causalidad mental, inteligencia, etc.– sólo
entre la defensa del materialismo o la aceptación de pueden ser entendidas completamente como mentales
algún tipo de dualismo (frecuentemente dualismo de a través de sus relaciones con la conciencia.”3 (Searle
propiedades como ocurre en el caso de Chalmers). Para 1996 p. 96). En concordancia con todo lo anterior, re-
Searle (2000) ambas estrategias implican un no tomar conoce que este fenómeno se manifiesta en distintos
en serio el fenómeno de la conciencia. En primer lugar, grados, desde la experiencia más simple hasta los com-
porque es evidente que no habría nada más claro que la plejos estados de autoconciencia. Sin embargo (al igual
existencia de la conciencia. En segundo término, porque que Chalmers), se limita a reflexionar considerando el
pretender la existencia de una substancia no material, fenómeno en sus aspectos más básicos y esenciales,
sin dar cuenta de una conexión clara con el mundo ma- puesto que tomando en cuenta el estado del arte en
terial, constituiría un ir en contra de todo el conocimien- la investigación neurobiológica, no resulta convenien-
to científico acumulado a lo largo de la historia. te preocuparse de problemas relacionados con estos
Para Searle (2000) tanto el materialismo como el temas.
dualismo contienen en sí mismos errores fundamenta- Según Searle (1996), parece claro que la conciencia
les, y la conciencia sería un fenómeno natural biológi- sirve para organizar cierto conjunto de relaciones en-
co que no puede enmarcarse de manera apropiada en tre el organismo, su entorno y sus estados internos. La
ninguna de las categorías tradicionales de lo mental y conciencia proporcionaría poderes de discriminación
lo físico. Ésta estaría causada por micro procesos de ni- mucho mayores de los que tendrían los mecanismos
vel inferior que se dan en el cerebro, pero a la vez sería inconscientes de discriminación. La conciencia añadiría
ella misma un rasgo del cerebro en los niveles macro poderes de discriminación y flexibilidad incluso a las
superiores. actividades rutinarias memorizadas. La hipótesis que
sugiere Searle es que las ventajas evolutivas que nos
La Definición de Conciencia de Searle confirió el desarrollo de la conciencia fueron la flexibili-
dad, la sensibilidad y la creatividad mucho mayores.
Aunque Searle (2000) señala que no es posible defi-
nir la conciencia con exactitud, afirma también que se Algunas Ideas para La Teoría de la Conciencia a partir
puede hacer referencia a la conciencia entendiéndola de Searle4
como “aquellos estados del sentir y del advertir que, tí-
picamente, dan comienzo cuando despertamos de un Para Searle (1996) existen unas capacidades, habili-
sueño sin sueños y continúan hasta que nos dormimos dades y “saber cómo” generales, que hacen posible el
de nuevo, o caemos en un estado comatoso, o nos mo- funcionamiento de nuestros estados mentales. Todos
rimos, o de uno u otro modo, quedamos inconscientes”
(Searle 2000 p. 19). Esta definición, bastante vaga, pue-
de ser complementada con algunas puntualizaciones
más específicas de su visión sobre qué es la conciencia,
3
Al respecto, resulta interesante preguntarse: ¿qué es real-
mente lo que medimos cuando evaluamos inteligencia? La
detallados en otro texto:
inteligencia vista según el análisis de Searle sería más bien
un sub-producto de la mente, directamente dependiente
- La conciencia es diferente de la autoconciencia y la de la presencia de un alto nivel de conciencia. El problema
cognición es que no podemos medir directamente conciencia, pero
- La conciencia puede variar en grados, si pudiésemos hacerlo tal vez descubriríamos que aquello
- La conciencia es como un mecanismo de encendi- que se encuentra disminuido en forma notoria en aquellos
do y apagado, casos que definimos como retardo mental, es la conciencia.
- Conciencia no es “awarenes” (darse cuenta). Aun- Un detalle, curioso en este sentido, es que el término uti-
que estos fenómenos se parecen, no son equiva- lizado para referirnos a los sujetos que presentan un bajo
nivel de inteligencia sea “retardo o deficiencia mental” y no
lentes, puesto que awarenes está mucho más es-
retardo o deficiencia de la inteligencia.
trechamente vinculado a cognición. 4
Searle no hace referencia a sus ideas como parte de una
- Los estados conscientes siempre tienen contenido teoría de la conciencia. Sin embargo, señala explícitamente
(Searle 1996). que la tesis del trasfondo resulta ser una “tesis muy fuerte”
y que la postulación de los fenómenos del Trasfondo po-
Searle afirma que la conciencia es el fenómeno drían constituir “una categoría separada para la investiga-
mental por excelencia y, “de un modo u otro, todas las ción” (Searle 1996, pp. 182-183)

GACETA UNIVERSITARIA | 167


EL PROBLEMA DE LA CONCIENCIA

estos elementos constituirían lo que él denomina el hablamos de estados inconscientes estamos hablando
“Trasfondo”. La tesis del Trasfondo es: los fenómenos de las capacidades del cerebro para generar conciencia.
intencionales funcionan sólo dentro de un conjunto de Además, algunas capacidades del cerebro no generan
capacidades de Trasfondo que no son en sí mismas in- conciencia sino que más bien funcionan para fijar la
tencionales. Otro concepto importante para compren- aplicación de los estados conscientes. Me capacitan
der la existencia de fenómenos intencionales es el de para pasear, correr, escribir, hablar, etc.
“Red”. Además del Trasfondo, para que los fenómenos ¿Cómo se relaciona todo esto con las distinciones
mentales existan es necesario que existan dentro de de Trasfondo y Red?
una Red de otros fenómenos intencionales. Según Sear- Searle (1996) dice que: “cuando describimos un
le, “Resulta imposible para los estados intencionales de- hombre en tanto que teniendo una creencia incons-
terminar aisladamente sus condiciones de satisfacción. ciente, estamos describiendo una neurofisiología ocu-
Para tener una creencia o un deseo es necesario tener rrente en términos de su capacidad disposicional para
toda una Red de otras creencias y deseos. La relación de causar pensamientos y conducta conscientes. Pero si
la Red con el Trasfondo está dada porque además de la esto es correcto, entonces parece seguirse que la Red
Red necesitamos postular un Trasfondo de capacidades de intencionalidad inconsciente es parte del Trasfondo.
que no son parte de la Red. La totalidad de la Red nece- La ontología ocurrente de aquellas partes de la Red que
sita un Trasfondo, puesto que los elementos de la Red ni son inconscientes es la de una capacidad neurofisio-
se auto-interpretan ni se auto-aplican”. lógica, pero el Trasfondo consta enteramente de tales
La tesis de Searle respecto del Trasfondo puede re- capacidades.
sumirse como sigue: La cuestión de cómo distinguir entre Red y Trasfon-
do desaparece porque la Red es aquella parte del Tras-
1. Los estados intencionales no funcionan autóno- fondo que describimos en términos de su capacidad
mamente. No determinan aisladamente las condi- para causar intencionalidad consciente” (pp. 193-194).
ciones de satisfacción. Lo que debemos distinguir, entonces, es lo intencional
2. Cada estado intencional requiere para su funciona- de lo no intencional dentro de las capacidades de Tras-
miento una Red de otros estados intencionales. Las fondo. Para eso se pueden hacer algunas distinciones
condiciones de satisfacción se determinan sólo de más:
manera relativa a la Red.
3. Incluso la Red no es suficiente. La Red sólo funcio- 1. Necesitamos distinguir entre lo que está en el cen-
na de manera relativa a un conjunto de capacida- tro de nuestra atención consciente de las condicio-
des de Trasfondo. nes límite, periféricas, y de situación de nuestras
4. Esas capacidades no son y no pueden ser tratadas experiencias conscientes.
como meros estados intencionales o como parte del 2. Necesitamos distinguir dentro de los fenómenos
contenido de algún estado intencional particular. mentales la forma representacional de la no re-
presentacional. Puesto que la intencionalidad se
El mismo contenido intencional puede determinar define en términos de representación, ¿cuál es el
diferentes condiciones de satisfacción (tales como las papel, si es que hay alguno, de lo no representacio-
condiciones de verdad) y con relación a algún Trasfon- nal en el funcionamiento de la intencionalidad?
do no determina ninguna en absoluto (Searle 1996, pp. 3. Necesitamos distinguir las capacidades de sus
182-183). manifestaciones. Una de nuestras preguntas es:
Lo anterior puede entenderse también de otra for- ¿cuáles de las capacidades del cerebro deberían
ma, según Searle (1996). En mi cerebro hay una enorme pensarse como capacidades de Trasfondo?
y compleja masa de neuronas incrustadas en las células 4. Necesitamos distinguir aquello en lo que nos inte-
gliales. Algunas veces la conducta de los elementos de resamos efectivamente de aquello que damos por
esta masa compleja causa estados conscientes, inclu- sentado.
yendo aquellos estados inconscientes que son parte de
las acciones humanas. Los estados conscientes tienen Abandonando la concepción de mente como in-
todo el color y la variedad que constituye nuestra vida ventario, la hipótesis de Trasfondo queda de la siguien-
de vigilia. Pero en el nivel de lo mental estos son todos te forma:
los hechos. Lo que sucede en el cerebro, que es distin-
to de la conciencia, tiene una realidad ocurrente que “Toda la intencionalidad consciente –todo pensamien-
es neurofisiológica más bien que psicológica. Cuando to, percepción, comprensión, etc.– determina condicio-

168 | GACETA UNIVERSITARIA


RODOLFO BÄCHLER

nes de satisfacción sólo relativamente a un conjunto de acciones que un ser realiza en el mundo. La enacción es
capacidades que no son y no pueden ser parte de ese posible gracias a la clausura operacional del sistema, es
mismo estado consciente. El contenido efectivo por sí decir, de sus propiedades auto-organizativas y la forma
mismo es insuficiente para determinar las condiciones en que el sistema se acopla con el medio. Los sistemas
de satisfacción” (Searle 1996 p. 195). enactúan un mundo sobre la base de su autonomía, o
dicho de otra forma, el mundo se enactúa a través de
Hay algunas capacidades de trasfondo que se ge- una historia de acoplamiento estructural. La clausura y
neraron como reglas o hechos conscientemente apren- el acoplamiento hacen emerger un mundo que resulta
didos, sin embargo hay otras que fueron adquiridas por relevante para un sistema “X”.
otros mecanismos.5 No obstante, sobre cualesquiera Las ideas anteriores surgen del estudio científico,
de estas capacidades, si elaboramos pensamientos po- pero tienen para Varela una contrapartida en la filo-
demos transformarlas en pensamientos conscientes o sofía budista, a la cual él alude de manera central en
intencionales. su obra.6 El punto de vista budista enfatiza la vacuidad
Finalmente, algunas leyes de operación del Tras- del mundo, el vacío como su característica esencial, y la
fondo según Searle serían: carencia de solidez de los fenómenos, en el sentido de
que son siempre el producto de relaciones de interde-
1. En general, no hay acción sin percepción y no hay pendencia. Para el budismo no existen objetos sólidos o
percepción sin acción. independientes en el mundo, puesto que la caracterís-
2. La intencionalidad ocurre en un flujo coordinado tica esencial de éste sería que todo cuanto vivenciamos
de acción y percepción, y el Trasfondo es la condi- en él surge como el producto de relaciones interdepen-
ción de posibilidad de las formas tomadas por el dientes.
flujo. Sin un aparato complejo no se puede tener El concepto de “enacción” se relacionaría, según
en modo alguno la intencionalidad involucrada en Varela, con la filosofía budista, en el sentido que ambos
ninguna actividad. enfatizan la inexistencia del mundo con independen-
3. La intencionalidad tiende a elevarse al nivel de la cia del sujeto que lo “percibe”. El mundo sería más bien
capacidad de Trasfondo. enactuado a partir de un sistema que posee determi-
4. Aunque la intencionalidad suba al nivel de la capa- nadas propiedades auto-organizativas (clausura opera-
cidad de Trasfondo, alcanza la capacidad hasta el cional), gracias a las cuales es posible la interacción con
fondo. determinados rasgos que aparecen como relevantes y
5. El Trasfondo sólo se manifiesta cuando hay conte- se generan determinadas distinciones que cobran im-
nido intencional. portancia y significado (este proceso es denominado
acoplamiento estructural).
EL ENFOQUE ENACTIVO NEURO-
FENOMENOLÓGICO DE VARELA La Respuesta de Varela al Problema de la Conciencia:
La Neurofenomenología
Francisco Varela es uno de los precursores del enfoque
enactivo, enfoque que derivó hacia finales de su vida, Si bien Varela, de una u otra forma, aborda el problema
en un método de investigación de la conciencia que de- de la conciencia en gran parte de su obra, existe un ar-
nominó “neurofenomenología”. De acuerdo al enfoque tículo en el cual este autor se aboca específicamente a
enactivo, los seres cognitivos no representan un mundo desarrollar su respuesta al difícil problema planteado
pre dado, y la cognición consiste más bien en “enacción”, por Chalmers. Este trabajo es considerado el punto de
entendiendo por ésta la puesta en marcha de un mun- partida para el desarrollo del método de investigación
do que surge a partir de una historia de la variedad de denominado neurofenomenología (Rudrauf, David,

5
Dentro de éstos podríamos incluir probablemente todas las experiencias corporales o de psicomotricidad vividas por el niño, las
cuales se incorporarían como background de capacidades inconscientes, o trasfondo no intencional en el adulto. Por ej. la noción
de que los objetos son sólidos, la articulación del habla, la afinación musical, etc. Consideradas así las capacidades de trasfondo,
es posible conectar las ideas de Searle con la concepción de mente encarnada o corporizada de Varela.
6
Ver, por ejemplo, “De cuerpo presente”, 1997. Editorial Gedisa. O también “El sueño, los sueños y la muerte”, 1998. Edición de Fran-
cisco Varela. [Ver en este mismo número el trabajo de Varela y Shear “Metodologías en primera persona: por qué, qué y cómo”].
(N. del E.)

GACETA UNIVERSITARIA | 169


EL PROBLEMA DE LA CONCIENCIA

Lutz, Antoine, Cosmelli, Diego et al. 2003). En este texto, de observación y una teoría científica acerca de la ex-
Varela cita un artículo de Chalmers, en el cual este últi- periencia. Estas vertientes son, por un lado (como ya se
mo autor equipara los conceptos de conciencia y expe- señaló), la filosofía y la práctica budista y, por otro, la
riencia consciente: “A veces, términos como “conciencia escuela filosófica de la fenomenología. Estas inclinacio-
fenomenal” y “qualia” también son utilizados aquí, pero nes dan origen a la neurofenomenología, la cual puede
creo que es más natural hablar de “experiencia cons- ser entendida como “un programa de investigación que
ciente” o simplemente “experiencia” (Chalmers, 1995, p. busca articulaciones mediante limitaciones mutuas
201 citado en Varela 1996). entre el campo de los fenómenos revelado por la ex-
Este problema definicional respecto de los térmi- periencia y el campo correlativo de fenómenos estable-
nos conciencia y experiencia no es menor, y probable- cido por las ciencias cognitivas” (Varela 2000 p. 260).
mente daría pie a una investigación por sí misma, pero La neurofenomenología tiene como una de sus
más allá de estos aspectos semánticos, en lo que sigue, principales herramientas de trabajo la reducción feno-
se revisará la respuesta de Varela al difícil problema menológica. Ésta corresponde a una herramienta para
planteado por Chalmers, refiriéndonos indistintamente la observación de la experiencia, basada en los plan-
a los conceptos de “conciencia” y/o “experiencia” como teamientos fenomenológicos de diferentes autores
términos equiparables, en el sentido que ambos hacen (sobre todo de Maurice Merleau Ponty) sobre los cuales
alusión a la vivencia subjetiva, experimentable sólo en Varela hace su propia síntesis. Al referirse a la reducción
primera persona.7 fenomenológica, Varela (2000) señala: “ahora necesito
Para Varela (2000), la única vía de acceso al en- desplegar en profundidad esta actitud o gesto, que
tendimiento de la experiencia consiste en encontrar es la forma habitual que tenemos para relacionarnos
un método de observación de ésta, que permita hacer con los cambios de nuestro mundo vivido. Esto no re-
distinciones finas respecto de los modos en que la ex- quiere que imaginemos un mundo diferente, sino más
periencia es vivida. Esta opción presenta claras simili- bien considerar al presente como otro. Como dijimos
tudes con las propuestas de otros autores (Searle 1996, antes, este gesto transforma una experiencia simple o
Jackendoff 1986), en el sentido de otorgar importancia sin examinar en una experiencia reflexiva o de segundo
fundamental a la identificación y comprensión de las orden. La fenomenología insiste correctamente en este
categorías de la experiencia. La diferencia de Varela res- cambio desde lo natural a la actitud fenomenológica,
pecto de otros trabajos en este ámbito, es que este au- puesto que sólo entonces el mundo y mi experiencia
tor propone un método para llevar a cabo ese proyecto, aparecen abiertos y necesitan ser explorados” (Varela
mientras que en el resto de los autores revisados el tra- p. 269).
bajo queda en el análisis del problema y la declaración Varela concuerda con Chalmers y parece estar de
de principios y necesidades. acuerdo en casi todo el planteamiento de Chalmers res-
El trabajo de Varela tiene dos antecedentes direc- pecto de la futilidad de intentar una explicación de la
tos (aparte de la neurobiología) que le permiten llegar conciencia del tipo reduccionista. Para él, al igual que
a la conclusión de que es posible desarrollar un método para otros investigadores (como Lakoff, Velmans o el
mismo Searle), la conciencia constituye una dimensión
irreductible a lo físico y sería asequible sólo a partir del
relato en primera persona, puesto que se trata de una
7
En este artículo Varela realiza una equivalencia entre los propiedad eminentemente subjetiva. Respecto de la
conceptos de conciencia y experiencia. Al revisar un dic- teoría, y el método de investigación sobre la conciencia
cionario de ciencias cognitivas para contrastar ambos con- en cambio, Varela toma un camino totalmente diferente
ceptos, el resultado no es muy esclarecedor. El concepto de al de Chalmers y al de la mayoría de los investigadores.
experiencia remite sobre todo a los estudios de la percep- Con relación a este punto señala: “hay muy poco que
ción, haciéndose alusión a que habría una distinción entre hacer con algunos “ingredientes extra”, teóricos o con-
el contenido intencional o representacional, y el contenido ceptuales”(...) “en lugar de encontrar “ingredientes ex-
subjetivo o cualitativo de la experiencia. Respecto de la tra” para explicar la manera en que la conciencia emer-
conciencia, en cambio, se señala que la noción de “con-
ge de la materia y el cerebro, mi propuesta reformula el
ciencia fenomenológica” resulta ser la idea de conciencia
más problemática para las ciencias cognitivas, puesto que problema de encontrar puentes significativos entre dos
no disponemos de una teoría de nuestra naturaleza física áreas fenomenales irreductibles. En este sentido espe-
o funcional que explique nuestra experiencia subjetiva cífico, la neurofenomenología es una solución potencial
(Houdé, Olivier; Kayser, Daniel; Koenig, Olivier; Prust, Joëlle al difícil problema que muestra de manera muy distinta
& Rastier, Francois. 1998). lo que significa “difícil”” (Varela 2000 p. 277).

170 | GACETA UNIVERSITARIA


RODOLFO BÄCHLER

Si volvemos a la pregunta original de Chalmers: ciencia respecto de las posibilidades del conoci-
¿por qué el procesamiento de la información (mente miento y el método científico.
psicológica) se encuentra acompañado de experiencia 4. Las discusiones respecto del problema de la con-
vivida (mente fenomenológica)? Varela destaca una di- ciencia elaboradas por los autores revisados cons-
ferencia fundamental entre sus planteamientos y los de tituyen excelentes definiciones del problema. En
Chalmers. La hipótesis de trabajo de la neurofenome- este diagnóstico todos apuntan por diferentes vías
nología es: “Las referencias fenomenológicas acerca de a la necesidad de la indagación en la experiencia,
la estructura de la experiencia y sus equivalentes en la como un terreno fértil para el progreso en la com-
ciencia cognitiva se relacionan unas con otras a través prensión de la mente. Sin embargo, los caminos a
de restricciones mutuas (Varela p.283). Esta hipótesis través de lo cuales este recorrido pudiera darse no
muestra, según Varela, un punto de vista y un método están tan claros a excepción del caso de Varela.
en los cuales se presenta una equiparación de niveles 5. Resulta altamente necesaria para la comprensión
de importancia e influencia entre los aspectos biológi- de la mente la consideración de una posible co-de-
cos y fenomenológicos de la mente, en el sentido que terminación de los aspectos neurobiológicos, com-
el puente extendido por Varela entre lo biológico y lo putacionales (y/o psicológicos) y fenomenológicos,
fenomenológico sería uno en dos direcciones y que es- en los desarrollos teóricos y/o metodológicos de la
tipula además limitaciones y validaciones mutuas. La investigación. Este punto es un tema que se deja
estructura de la conciencia y la estructura neurofisioló-
entrever en las ideas de Chalmers; la vinculación
gica se encontrarían mutuamente delimitadas.8
de la conciencia con el trasfondo y la red de Searle;
y de manera prioritaria en la neurofenomenología
CONCLUSIONES de Varela
6. La comprensión de la conciencia requerirá, muy
1. El problema mente-cuerpo tiene un descendiente
probablemente, una reformulación del concepto
directo en el problema de la conciencia de las cien-
“mente” presente en ciencias cognitivas. Esta nue-
cias cognitivas. Ambos problemas no son exacta-
mente los mismos, pero es indudable que las defi- va orientación debiera implicar, entre otros, los si-
niciones de la mente y el método de investigación guientes aspectos:
en ciencia cognitiva se encuentran directamente
coartados por el problema filosófico mente / cuer- a. El relevamiento de la “encarnación” como un
po. En este sentido, una dimensión muy importan- hecho indiscutiblemente necesario para la ge-
te del problema de la conciencia tiene un origen neración de mente consciente
histórico - definicional. b. La comprensión de la mente como un pro-
2. Lo anterior implica que en ciencia cognitiva “ofi- ducto que no depende exclusivamente del
cial” (cognitivismo o funcionalismo cognitivo), la sistema nervioso sino que incluye de manera
conciencia es un tema no abordado, aun cuando primordial el desarrollo social inter-subjetivo.
resulta ser un aspecto central de la mente.
3. La ontología de la conciencia es innegablemente
irreductible a la física. Lo anterior no equivale sin REFERENCIAS
embargo, a señalar que por esta razón el problema
de la conciencia no pueda ser abordado científica- 1. Berman M. El Reencantamiento del Mundo. Santiago: Editorial
Cuatro Vientos, 1987.
mente. Las dificultades para el tratamiento de este 2. Clark A. Mindware an introduction to the philosophy of cognitive
tema no obedecerían tanto a razones metafísicas, science. New York: Oxford University Press, 2001.
como más bien a una confusión existente en la 3. Chalmers D. La Mente Consciente. En Busca de una Teoría Funda-
mental. Barcelona: Editorial Gedisa, 1999.
4. De la Cruz MÁ. El Problema Cuerpo-Mente: Distintos Plantea-
mientos. Publicación Electrónica disponible http://platea.cnice.
8
No es el objetivo de este trabajo detallar los resultados mecd.es/~macruz/mente/cmindex.html, 2002
5. Flanagan O. The science of the mind. Cambridge, Massachusetts;
de la investigación neurofenomenológica, sin embargo es
London: The MIT Press, 1992
bueno puntualizar que el camino adoptado por Varela ya se 6. Houdé O, Kayser D, Koenig O, Prust J, Rastier F. Diccionario de
encontraría dando frutos, y en cierto sentido la neurofeno- ciencias cognitivas. Buenos Aires: Editorial Amorrortu, 1998
menología habría probado ser una herramienta eficaz para 7. Jackendoff R. La Conciencia y la Mente Computacional. Madrid:
la exploración científica de la conciencia (Lutz A., Lachaux Editorial Visor, 1998
J.P., Martinerie J, Varela F.J. 2002).

GACETA UNIVERSITARIA | 171


EL PROBLEMA DE LA CONCIENCIA

8. Lutz A, Lachaux JP, Martinerie J, Varela F.J. Guiding the study of 13. Varela F. De cuerpo presente. Las ciencias cognitivas y la experien-
brain dynamics by using first-person data: synchrony patterns cia humana. Barcelona: Editorial Gedisa, 1997
correlate with ongoing conscious states during a simple visual 14. Wozniak R. Mente / cuerpo: De René Descartes a William James.
task. PNAS 2002; 99(3): 1586-1591. Publicación electrónica disponible en: http://platea.pntic.mec.
9. Searle JR. El misterio de la consciencia. Barcelona: Editorial Pai- es/~macruz/mente/descartes/indice.htm, 1992
dós, 2000 15. From autopoiesis to neurophenomenology: Francisco Varela’s
10. Searle J. El redescubrimiento de la mente. Barcelona: Editorial Gri- exploration of the biophysics of being. Biol. Res. [online].
jalbo Mondadori, 1996 2003, vol.36, no.1 [citado 29 Septiembre 2004], p.27-65. Dis-
11. Varela F. El Fenómeno de la Vida. Santiago de Chile: Editorial Dol- ponible en la World Wide Web: <http://www.scielo.cl/scielo.
men, 2000 php?script=sci_arttext&pid=S0716-97602003000100005&lng
12. Varela F. Conocer: Las ciencias cognitivas: tendencias y perspec- =es&nrm=iso>. ISSN 0716-9760
tivas. Cartografía de las ideas actuales. Barcelona: Editorial
Gedisa, 1990

172 | GACETA UNIVERSITARIA


BELLEZA. DESARROLLO PSÍQUICO
ISABEL SANTA MARÍA
BEAUTY. PSYCHOLOGICAL DEVELOPMENT

TEORÍA

LA BELLEZA EN EL DESARROLLO PSÍQUICO


(Rev GU 2005; 1; 2: 173-176)

Isabel Santa María1

Este trabajo es un análisis teórico acerca del significado psicológico de la belleza. El presente
artículo propone una hipótesis sobre el rol que juega la belleza en el desarrollo del aparato mental.
La comprensión de este fenómeno implica un análisis de la teoría psicoanalítica del desarrollo,
integrando la participación de los fenómenos pulsionales y objetales.

D esde Platón en uno de sus diálogos (El Hipias Ma-


yor), se plantea el tema acerca de qué es lo bello,
señalando que “lo bello es lo bueno”. En “El Banquete”
En el “Malestar de la Cultura” plantea que una
forma de buscar la felicidad es a través del goce de la
belleza. Reconoce que si bien una actitud estética “no
admite que “…la belleza de los cuerpos no es sino el protege contra la posibilidad de sufrir, al menos puede
reflejo…de la belleza de las ideas”. resarcir de muchas cosas”. Tiene la belleza, dice, “un sua-
Los filósofos, algunos con una mirada hedonista, ve efecto embriagador”. Señala que, pese a no tener una
otros más pragmática, otros en forma moralista, llegan utilidad (como el orden o la limpieza), sin ser una nece-
a idénticas conclusiones. sidad cultural, la cultura no puede prescindir de ella.
Si analizamos sus escritos: “lo bello es la luz que nos Desde su perspectiva, en “Los Tres Ensayos” a Freud
revela el secreto de lo vivo”, “la belleza hace participar
le parece que de algún modo el goce de la belleza de-
del goce divino”, “es el estímulo del sentimiento de vida”,
riva del ámbito de la sensibilidad sexual, no sólo como
“lo bello equivale al bien” (Crisipo), “lo bello es el vesti-
una sublimación del impulso sexual sino en la forma
gio del bien” (Plotino), “lo bueno es aquello que se elige;
lo que se elige es aquello que se ama; lo que se ama es de “encanto” que antecede a la aproximación sexual (la
aquello que se estima; lo que se estima es aquello que palabra “reisz” –encanto– en alemán, tiene también la
es bello; por lo tanto, lo bueno es lo bello” (Séneca), “las acepción de estímulo).
formas supremas de lo bello son la conformidad con las La impresión óptica sería el camino más frecuen-
leyes de la armonía…” (Aristóteles en “Metafísica”). te por el cual se despierta la excitación libidinosa. Los
Desde la psicología, Freud reconoce que el tema de etólogos podrían decirnos mucho acerca de la belleza
la belleza, si bien importante, no alcanzó a ser desarro- asociada al encanto; baste recordar cómo se engalana
llado extensamente. el macho para atraer a la hembra en ciertas especies.

1
Docente del Magister de Adolescencia de la Universidad del Desarrollo. Psicóloga del Servicio de Psiquiatría del Hospital Militar.
insabelsm@hotmail.com

GACETA UNIVERSITARIA | 173


LA BELLEZA EN EL DESARROLLO PSÍQUICO

Pero la búsqueda de la belleza ¿es un fin en sí mis- o el “objeto” se queda con una parte de ese impulso de
mo?, ¿produce placer sin que intervenga el deseo? Exis- muerte pero, al mismo tiempo, se transforma en per-
te un elemento afectivo que forma parte del placer de secutorio (pues contiene el impulso de muerte pro-
lo bello. “Es bello lo que es reconocido como objeto de yectado). Del temor al instinto de muerte original, se
una satisfacción necesaria…lo bello no tiene sino una transforma en miedo a un perseguidor. Es más fácil de-
finalidad subjetiva” (Kant). fenderse de un perseguidor de afuera que de uno que
Intentaremos hipotetizar acerca del porqué de la está dentro. Y como el yo conserva algo de ese impulso
necesidad de buscar lo bello, por qué lo bello produce de muerte, éste se transforma en agresión y le permite
goce, por qué ese suave efecto embriagador. Como dirá al niño defenderse de esos perseguidores externos.
San Agustín “¿qué es lo que nos atrae y nos aficiona a Entonces, desde el origen hay en el inconsciente
las cosas hermosas?” (“Confesiones”). miedo a la muerte, pero no a la biológica, sino una res-
Las teorías del desarrollo, el trabajo clínico con puesta provocada por el impulso de muerte, temor a la
pacientes, la observación de niños, permiten señalar aniquilación interior o a la vuelta a lo inorgánico.
que éstos nacen con necesidades que claman ser sa- Las modulaciones de las pulsiones de vida y de
tisfechas. La satisfacción de estas pulsiones es vivida muerte forman parte de las relaciones que se desarro-
como intensa gratificación y despierta sentimientos y llan con los otros, sobre todo con ese primer objeto, la
emociones amorosas, pero su frustración suscita senti- madre. A su vez, el proceso será profundamente afecta-
mientos intensamente agresivos, señala Freud, y que la do por la naturaleza real del ambiente.
fuerza de la biología se canalizaría a través de la libido. Klein acuña el término de “fantasía inconsciente”.
Este sería el vehículo a través del cual la mente aprende Señala cómo al instinto de comer le acompaña la fanta-
a relacionarse con las personas, desde las más primiti- sía de algo comestible. Cuando falta el pecho en un mo-
vas descargas sexuales y agresivas hasta las más subli- mento de hambre, el niño se succiona el dedo, lo que le
madas de amor y creatividad. hace creer que tiene al pecho; del mismo modo, cuando
En este trayecto la mente no es siempre capaz de grita de hambre fantasea que está atacando al pecho.
elaborar lo que demanda la pulsión y, si se ve sobrepa- La necesidad impulsa al niño a hacer “relaciones
sada, surge la angustia y consecuentemente se reprime objetales” esto es, relacionarse con otros en su interior, y
el deseo. De este modo se va construyendo un espacio este mundo de relaciones está determinado por la reali-
mental que no tiene acceso a la conciencia pero que dad externa pero también por las fantasías del niño.
va a estar influyendo en la conducta del sujeto toda la La fantasía puebla el mundo interno del niño con
vida. feroz omnipotencia. Pero así como la fantasía influye
Una de las primitivas pulsiones biológicas sería la sobre la percepción de la realidad, también ésta ejerce
pulsión de muerte, según Freud, lo que empuja al retor- un impacto sobre la fantasía. Ej.: en el caso del niño que
no a lo inorgánico. El organismo reaccionaría ante este desea ser amamantado, distinta será su fantasía si se
impulso deflectándolo hacia fuera. Podría verbalizarse le alimenta de inmediato que si se le hace esperar. En
como “para no destruirme yo mismo, entonces odio al el primer caso el pecho de la madre será idealizado y
pecho” (que es lo que el niño considera como un todo: bueno (porque responde a sus deseos), y él se sentirá
la madre es pecho para él en los comienzos, es lo que da omnipotente y capaz de idealizar ese pecho bueno… y
vida). Freud señala que el niño “negocia” con el impulso todo en él será bueno. En el segundo caso el pecho será
de muerte, desviándolo hacia los “objetos” (que son los malo e incluso persecutorio, y sentirá su ira también to-
otros que no soy yo, pero que están en mi mente). Des- dopoderosa…y él tan malo como el pecho malo.
de el comienzo, entonces, habría un conflicto entre el Lo importante de resaltar es que fantasía y realidad
impulso de vida y de muerte. se imbrican: la realidad tiene sus efectos sobre el niño,
Melanie Klein, con posterioridad, y apoyada en las pero éste aporta su cuota con sus propias ansiedades.
teorías de Freud, también reconoce (a través del psi- Está la realidad pero también la interpretación que de
coanálisis de niños) la expresión temprana del impulso ésta hace el niño.
de muerte. Ella le llama un sadismo básico. Lo impor- Entonces, desde temprano en la vida se vive un
tante es que sería una proyección lo que está a la base mundo altamente persecutorio. El escenario de la men-
de lo que vive. Como el modelo biológico, que tiende a te está poblado de objetos (personas en su interior),
eliminar lo tóxico de un organismo, la mente tiende a algunas veces gratificantes (buenos) y otras persecuto-
proyectar. rios (malos).
Para deshacerse del instinto de muerte, según Los personajes buenos (como las hadas) y malos
Klein, el yo se divide al proyectar afuera. Así, el “afuera” (como las brujas) luchan dentro de la mente del niño

174 | GACETA UNIVERSITARIA


ISABEL SANTA MARÍA

y definen el temprano estado mental persecutorio-pa- la mente de los niños está en los cuentos. Le permite
ranoide. hacer identificaciones. No dice el niño “quiero ser bue-
El desenlace de este estado es el ingreso a uno en no” sino “quiero parecerme a…”. Los procesos incons-
que, a causa del desarrollo biológico, las experiencias cientes el niño los comprende sólo mediante imágenes
de gratificación, la capacidad de postergar los deseos, la que hablen directamente de lo que le es inconsciente.
mayor tolerancia a la frustración, la capacidad de creer Él no puede decir “estoy tan furioso que mataría a…”,
en la reparación del daño, la ampliación del campo per- pero sí lo puede decir el “ogro del cuento”, porque es
ceptivo, etc., lo hacen darse cuenta que aquella madre, imaginario. Como dice el comienzo de los cuentos: “En
que es mala, en ocasiones puede también ser buena y otros tiempos, cuando bastaba desear una cosa para
es la misma. La que es bruja también es hada. La que que se cumpliera…”.
abandona también acoge. En este mundo de las fantasías el niño se acopla,
Se puede integrar el impulso de vida y el de muer- porque ellas responden a las suyas propias. Así, la bon-
te pero éste no desaparece. Siempre sigue tras bamba- dadosa abuelita de la Caperucita puede ser sustituida
linas, siempre se expresa, siempre reaparecen los obje- por el Lobo Feroz (¿su propia madre que lo quiere pero
tos malos. La representación de lo malo no es del todo lo castiga?), la madrastra perversa que reemplaza a la
sepultada, puede cobrar nuevos contenidos en estados madre idealizada de la Cenicienta (¿el deseo de todo
posteriores del yo. niño de ser hijo de otros padres cuando éstos no lo
Nos interesa destacar también el concepto de “lo gratifican?), el abandono de Pulgarcito en el bosque
ominoso”. Freud lo asocia en algún sentido a lo terro- (¿cuando el niño se siente desplazado?).
rífico. Lo “ominoso sería aquello que debiendo perma- Los personajes y circunstancias que aparecen su-
necer oculto, sale a la luz”. El objeto malo (ese persegui- giriendo lo bueno, lo deseable, lo no atemorizante, lo
dor) que reaparece pese a la integración, es el ominoso feliz, está evocado por la apariencia de la belleza (las
hadas, princesas, Blanca Nieves, etc.) y lo indeseable, cí-
anunciador de lo persecutorio, de la muerte, de la vuel-
nico, malvado, atemorizante, por la apariencia de lo feo
ta al estado del cual salimos. Lo ominoso se asienta en
(ogros, brujas, etc.).
la reaparición de lo ya reprimido, algo familiar en la vida
No sólo los cuentos permiten ver la ligazón entre
anímica que sólo ha sido ocultado por la represión. Aquí
lo bello y lo bueno así como entre lo feo y lo malo. Las
podríamos decir que Freud asocia lo ominoso con lo
pruebas proyectivas son otro indicador de este correla-
malo agresivo, pero, también con la amenaza de muer-
to interno asociado a lo estético.
te. “De pronto algo ocurre que confirma antiguas con-
Tanto en niños como en adultos los contenidos
vicciones que acechan la oportunidad de corroborarse. que delatan la presencia de las ansiedades persecu-
Ahí aparece lo ominoso…Cuando complejos infantiles torias (resabios del impulso de muerte) se revelan en
reprimidos o convicciones primitivas superadas, son re- las características asignadas a lo percibido. Ej.: ante una
animadas por una impresión”. Esta impresión incluye la mancha del test de Rorschach puede producirse una
percepción. respuesta como “qué feo, parece un monstruo y parece
Bettelheim, analizando los cuentos de hadas, seña- que quisiera atacar!” que puede aplacarse cuando en la
la cómo éstos hablan de los fuertes impulsos internos lámina siguiente ve “qué lindo, parece una flor abriendo
del niño. Le permiten estructurar sus propios ensueños los pétalos!”. Primero aparece la ansiedad persecutoria
pero también le permiten ingresar a un mundo que los (el temor a lo malo que hay en él) y luego se defiende
adultos le niegan: aceptar que el hombre no es sólo con el mecanismo hipomaníaco (que triunfaría sobre la
bueno (bello?), que también lo malo (feo?) es parte angustia que generó lo malo).
de la vida, que la lucha de la vida y de la muerte es in- Asimismo, en el test Desiderativo “me gustaría ser
evitable. Las historias que no mencionan lo penoso y una flor porque es linda, todos la admirarían y la pro-
feo de la vida fortalecen la defensa de la negación (la tegerían porque es delicada”, “no me gustaría ser rana
que tarde o temprano devela lo que trata de negar) y, porque es fea, asquerosa y viscosa”, siempre el par de
lo que es peor, deja al niño a expensas de sus propios opuestos mostrando los aspectos buenos deseables y
sentimientos feos como un ser único y deleznable. Los los malos rechazables.
cuentos de hadas toman en serio las vicisitudes por las También en los dibujos de los niños, como mani-
cuales atraviesa el niño, hablándoles de la cruda reali- festaciones que proyectan sus conflictos. La experiencia
dad interna. clínica con tests gráficos muestra cómo el niño, al ha-
En estos cuentos el bien y el mal están siempre cérsele necesario disociar tanto los objetos idealizados
presentes. La polarización (buenos y malos) propia de como los persecutorios, utiliza figuras que son reves-

GACETA UNIVERSITARIA | 175


LA BELLEZA EN EL DESARROLLO PSÍQUICO

tidas con características que son idealmente “buenas” A través de la belleza se espera aventar el fantas-
o idealmente “malas”. Cuando proyectan en el papel lo ma de lo ominoso, de lo que pueda reabrir tempranos
que para ellos es bueno, aparecen dibujos ordenados, temores al objeto malo, que es amenazante por su liga-
limpios, adornados, buscando expresar lo bello; cuan- zón con la pulsión de muerte. Lo feo es el recuerdo de
do dibujan lo que es para ellos malo, aparecen figuras lo malo que hubo y hay en nosotros, la agresión propia
destruidas, caóticas o feas. Para hablar de sus aspectos o el temor a ser agredido.
deseablemente buenos dibujan figuras angelicales, Desde la psicología, entonces, el “goce ligeramente
feéricas o superiores. Para graficar los malos aspectos embriagador” (y aliviador) que produce lo bello podría
dibujan al diablo, una bruja o un monstruo. ser el resultado de ver al otro como un objeto bueno,
También los juegos de los niños, como lenguaje así como ser bello implicaría estar identificado, al me-
privilegiado del inconsciente (junto a los sueños y a los nos aparentemente, con un aspecto bueno de sí mis-
síntomas), permiten rescatar cuáles son sus fantasías mo. Como dice Freud, sería un modo de hacerle frente
acerca de sus personajes internos, los buenos y los ma- al fantasma de la muerte en su aspecto persecutorio.
los. La elección de juegos y juguetes para representar Sería una manera de embellecer el escenario en que se
uno u otro afecto la va a dar su condición estética, el desarrolla la obra de la vida.
ingreso privilegiado de lo visual. Los títeres son tam-
bién un mini escenario de sus fantasías. Los niños cla- REFERENCIAS
man por salvar a la linda princesa de las garras de la fea 1. Aristóteles, Crísipo, Plotino y Séneca en Historia de la Filosofía.
bruja mala. Aguilar, Madrid, 1951
Recordemos clásicos de la filmografía en los que 2. Bettelheim B. Psicoanálisis de los cuentos de hadas. Crítica, Bar-
los personajes monstruosos nos producen repulsión celona, 1962
3. Freud S. Tres ensayos de una teoría sexual, Vol. VII. AE, Buenos Ai-
por el retorno de eso malo que hay en nosotros y que, res, 1905
creíamos, había quedado atrás. 4. Freud S. Lo ominoso, Vol. XVII. AE, Buenos Aires, 1919
La belleza ¿no sería otra cosa que dar cuenta de 5. Freud S. El malestar en la cultura, Vol. XXI. AE, Buenos Aires, 1930
6. Kant E. Lo bello y lo sublime. Espasa-Calpe, Madrid, 1952
manera visible del aspecto bueno del rostro interno? 7. Klein M. Desarrollos en psicoanálisis. Hormé, Buenos Aires, 1962
¿El deseo es ser “príncipe” o la “princesa” interior? 8. Platón. Hipias Mayor. En: El Banquete. Aguilar, Madrid, 1980

176 | GACETA UNIVERSITARIA


ANGUSTIA, DEPRESIÓN, COMORBILIDAD
CÉSAR OJEDA
ANXIETY, DEPRESSION, COMORBIDITY

REVISIÓN

ANGUSTIA Y DEPRESIÓN: ¿COMORBILIDAD O


CUADROS CLÍNICOS COMPLEJOS? UNA PERSPECTIVA
FARMACOLÓGICA1
(Rev GU 2005; 1; 2: 177-182)

César Ojeda2

Este trabajo presenta evidencia clínica y empírica que rechaza la idea de la serie
DSM de separar radicalmente la angustia y la depresión en dos diferentes tipos
de trastorno. La probabilidad de que ocurra el otro trastorno (respecto de que
no ocurra) si uno de ellos está dado, es entre 5 y 62 veces (odds ratio). Estudios
clínicos muestran que el 90% de los pacientes que consultan por depresión
presentan angustia como un síntoma preeminente, y es conocida la utilidad de
los inhibidores selectivos de la recaptura de serotonina en el tratamiento de
ambos trastornos. La mayor “comorbilidad” con la depresión se presenta en el
trastorno generalizado de ansiedad, cuya descripción es todavía la misma que
la realizada por Freud en el siglo XIX. Si la comorbilidad es la regla ¿se puede
seguir hablando de comorbilidad?

E n las últimas décadas los trastornos de ansiedad y


los trastornos depresivos han sido considerados
patologías diferentes. Sin embargo, los resultados de
na clasificación médica podría resistir los niveles de
comorbilidad que soportan los trastornos mentales. La
versión III de la serie DSM, tal vez en una exageración
la investigación durante ese mismo periodo hacen di- neo-kraepelineana, limitaba el co-diagnóstico entre los
fícil sostener esta concepción “discreta”, no sólo en los trastornos de ansiedad y los depresivos. La versión III-R
cuadros clínicos señalados sino que también en una y IV del manual eliminó la reglas de exclusión del DSM-
importante parte de los trastornos “mentales”. Ningu- III, lo que permitió que quedara oficialmente en eviden-

1
Este artículo fue originalmente publicado en la Revista Psiquiatría y Salud Mental, 2003, XIX, 2: 120-126. Se han actualizado
algunos puntos en la presente versión. Publicación autorizada por el editor de la Revista Psiquiatría y Salud Mental, Dr. Luis
Gomberoff J.
2
Departamento de Psiquiatría Oriente. Universidad de Chile

GACETA UNIVERSITARIA | 177


ANGUSTIA Y DEPRESIÓN: ¿COMORBILIDAD O CUADROS CLÍNICOS COMPLEJOS? UNA PERSPECTIVA FARMACOLÓGICA

cia que los cuadros angustiosos y depresivos son uno Tabla 1


de los más notables ejemplos de “sobreposición” clínica ANÁLISIS DE LOS SÍNTOMAS EN 101 CASOS DE DEPRESIÓN TRATADOS
en psicopatolgía. CONSECUTIVAMENTE (MEST Y DALLY, 1959)

Respondedores No respondedores
COMORBILIDAD a iproniazida a iproniazida
Autorreproches 17,2% 44,2%*
En un estudio con técnicas de meta-análisis, Clark (1) Peor en la mañana 20,7% 48,8%*
en 1989 señaló que el 57% de los pacientes depresivos Peor en la tarde 20,7% 2,3%*
presentan algún trastorno de ansiedad en el curso de Dificultad en
la vida. El National Comorbidity Survey (1996) encontró 72,4% 60,4%
conciliar el sueño
un promedio de 58% de comorbilidad en el curso de la Despertar precoz 17,2% 48,8 %*
vida, y sólo un índice levemente inferior (51,2%) para la Hipocondriasis 37,9% 37,2%
prevalencia en 12 meses. A la inversa, es decir, la presen- Retardo 22,4% 23,2%
cia de depresión en pacientes con trastornos de ansie- Aturdimiento 31 % 23,2%
dad, es de 56% en el análisis de Clark. Pero además, los Fobias 44,8% 23,2 %*
trastornos de ansiedad tienen tanta comorbilidad entre Conversión histórica 7,2% 0 %*
ellos como con la depresión, y ambos, con otros tras- Temblor 29,3% 7,0 %*
tornos como el abuso de substancias, hipocondriasis, Síntomas
trastornos somatomorfos, de la conducta alimentaria, 77,6% 41,8%
Cardiovasculares
trastornos de personalidad, etcétera (2). Síntomas
La comorbilidad entre cuadros depresivos y angus- 44,8% 27,9%
Gastrointestinales
tiosos ha sido concebida en cuatro grupos fundamen- Otros síntomas
79,3% 72,0%
tales: trastorno de ansiedad con síntomas depresivos, somáticos
trastorno depresivo con síntomas ansiosos, coexisten- Terapia Electrocon-
63,2% 86,0%
cia de un trastorno de ansiedad y un trastorno depre- vulsiva
sivo, y coexistencia de síntomas depresivos y ansiosos. % de empeoramien-
22,2% 8,1%*
Este último cuadro ha sido denominado “mixto”, y tiene to con TEC
una prevalencia entre 1 y 5% en los consultantes de * p < 0,05 (X2).
atención primaria, además de producir un deterioro se-
mejante a los pacientes que cumplen con los criterios
para depresión o para trastorno de ansiedad de manera
plena. Lo importante de señalar aquí es que un amplio torno de ansiedad tiene entre 7 a 62 veces más riesgo
conjunto de investigación orienta en una dirección muy de padecer una depresión en el curso del siguiente año.
clara: la depresión que no se presenta complicada con Estas cifras son, por decir lo menos, alarmantes. Ade-
alguna forma de comorbilidad es la excepción, no la más toda la evidencia apunta a que los pacientes que
regla. En pacientes diagnosticados de depresión mayor, presentan cuadros depresivos y ansiosos concomitan-
el riesgo de tener concomitantemente un trastorno de temente cursan con mayor severidad y mayor deterioro
ansiedad generalizado tiene un odds ratio (3) 8,2 veces laboral y psicosocial, incluyendo mayor número de hos-
mayor que en un grupo control; 5,2 para trastorno de pitalizaciones y de intentos suicidas (4).
pánico, 3,3 para fobia social y 6,0 para trastorno de es- Frente a estos datos es irracional sostener que la
trés post-traumático. En conjunto, el aumento del riesgo depresión y los trastornos angustiosos son cuadros
de padecer concurrentemente cualquier trastorno por independientes en toda su extensión y que la comor-
ansiedad es de 5,0 para quienes presentan un cuadro bilidad es producto del azar, como puede ocurrir entre
de depresión mayor, es decir, cinco veces mayor que en una apendicitis y un aneurisma de la arteria basilar. A
personas que no presentan una depresión actual. través del siglo XX los trastornos depresivos y ansiosos
Mirado ahora desde los trastornos de ansiedad, la se mantuvieron separados en las nosologías oficiales
situación es aún más clara. El riesgo de desarrollar una con el apoyo de algunos investigadores (Akiskal (5)
depresión mayor en el curso de un año, en personas 1985, Cox (6) 1993). Sin embargo, otros han sostenido
que padecen de cualquier trastorno de ansiedad tiene que ellos representan sólo una dimensión subyacente
un odds ratio de 12, siendo de 62 para el trastorno de o que, en conjunto, forman una clase más general de
ansiedad generalizado, y de 28 para el trastorno de pá- trastorno del afecto o ánimo (mood) (Feldman (7) 1993,
nico. Esto significa que si un paciente presenta un tras- Hodges (8) 1990).

178 | GACETA UNIVERSITARIA


CÉSAR OJEDA

LA DEPRESIÓN ATÍPICA bajos en el Journal of Clinical Psychiatry. En el primero,


siguiendo a Ravaris, definen la “depresión atípica” me-
Aunque el término “depresión atípica” ha significado diante dos criterios fundamentales: 1) reactividad del
cosas diferentes a lo largo de la historia de la Psiquia- estado de ánimo y 2) la presencia de dos o más de los
tría (9), adquirió un significado preciso en Inglaterra cuatro rasgos asociados siguientes: hipersomnia, hiper-
en 1959. En ese año, West y Dally utilizaron el término fagia, letargia y sensibilidad al rechazo.
“depresión atípica” para caracterizar a un grupo de pa- En esta definición reconocen la influencia de Do-
cientes depresivos que mostraban una respuesta tera- nald Klein y su descripción, en l969, de un grupo de pa-
péutica preferencial al IMAO iproniazida respecto de la cientes deprimidos que denominó “disforia histeroide”
terapia electroconvulsivante (TEC) (10). Algunos de es- (13), y del grupo inglés encabezado por West y Dally.
tos pacientes presentaban “estados de ansiedad fóbica” Como se aprecia, de la “depresión atípica” original se
y otros habían sido definidos como sufriendo “histeria han considerado en la definición sólo los síntomas ve-
de angustia” (ver Tabla 1). getativos inversos, y ahora el polo central es la reactivi-
En la misma muestra los autores comprobaron dad del estado de ánimo.
que en aquellos pacientes que presentaban depresio- En este estudio inicial, Leibowitz y Quitkin compa-
nes “típicas”, es decir, con características “endógenas”, la ran la respuesta de estos pacientes “atípicos” a fenelzi-
iproniazida tuvo un efecto incompleto y menos rápido, na, imipramina y placebo. Los resultados sugieren que
los pacientes que presentaban un estado de ánimo
respondiendo en cambio en una significativa mayor
reactivo y al menos uno de los cuatro rasgos asociados,
proporción a la terapia electroconvulsivante ( TEC).
tienen una respuesta preferencial a la fenelzina.
Trabajos posteriores en Inglaterra (11) sugieren
En trabajos posteriores, pacientes que cumplían
que la demarcación entre la respuesta terapéutica a
con los criterios de “depresión atípica” señalados, fue-
IMAOS de “depresiones atípicas” y “estados de ansie-
ron sometidos a un tratamiento en un diseño de doble
dad” es muy poco clara, dado que estos últimos cuadros
ciego con fenelzina, imipramina y placebo (14). Sor-
respondían igualmente bien, y en ambos casos, el factor prendiendo a los investigadores (aunque esto no habría
que parecía común a dicha respuesta era el buen ajuste sorprendido en lo más mínimo al grupo inglés), los pa-
premórbido. cientes con ataques de pánico espontáneos o rasgos de
Al iniciarse la década de los setenta, tres grandes disforia histeroide mostraron una muy baja respuesta
conceptos se empezaban a delinear en este campo: el al placebo, una moderada respuesta a la imipramina y
primero es que parecía haber un perfil depresivo con- una alta respuesta a la fenelzina. Inversamente, los pa-
sistentemente distinto al de la depresión endógena cientes sin esos rasgos respondieron moderadamente
simple; el segundo, que estas depresiones se entronca- bien a los tres tratamientos. Basados en estos datos pre-
ban en alguna forma con los trastornos de ansiedad, y liminares, concluyen que efectivamente parece existir
tercero, que parecían responder con cierta especificidad una “depresión atípica” que responde preferencialmen-
a los IMAOS respecto de otras terapias antidepresivas. te al tratamiento con IMAOS.
Veinte años después del estudio inicial de West En 1988 el mismo grupo de investigadores presen-
y Dally se incorporan los autores estadounidenses al ta 119 casos de “depresión atípica”, definida de la misma
tema. En 1980 Ravaris y Robinson presentan un estu- manera, sometidos al diseño de investigación ya seña-
dio comparativo entre fenelzina y amitriptilina en 105 lado. Globalmente, el 71% respondió a fenelzina, el 51%
pacientes deprimidos ambulatorios que cumplen con a imipramina y el 28% a placebo (15). Nuevamente en
los criterios del RDC para depresión mayor o menor, forma inesperada para ellos, la superioridad de la fene-
comprobando una eficacia similar para ambos fárma- lzina estuvo altamente concentrada en los pacientes
cos, con pequeñas diferencias en los efectos secunda- que habían presentado ataques espontáneos de pánico
rios (12). Pero además, lo resultados de Ravaris sugieren o rasgos de “disforia histeroide”.
que los pacientes con síntomas no “endógenos”, como Un año después sometieron a un diseño similar a 60
“reactividad” del estado de ánimo (concepto que más pacientes depresivos que cumplían con los criterios del
tarde se considerará esencial), y ausencia de despertar RDC y que presentaban lo que ellos consideran el hecho
precoz, tienen una mayor probabilidad de responder al central de la “depresión atípica”, es decir, la reactividad
IMAO, mientras que la presencia de despertar precoz y del estado de ánimo, pero esta vez sin rasgos asociados
la ausencia de reactividad del estado de ánimo indica- (16). Los autores comprobaron que estos pacientes con
rían una respuesta preferencial a la amitriptilina. “depresión atípica simple”, respondieron de igual ma-
En 1984 Leibowitz, Quitkin y su grupo de la Univer- nera a la fenelzina y a la imipramina. Al comparar este
sidad de Columbia publican simultáneamente dos tra- estudio con los anteriores, concluyeron –al parecer con

GACETA UNIVERSITARIA | 179


ANGUSTIA Y DEPRESIÓN: ¿COMORBILIDAD O CUADROS CLÍNICOS COMPLEJOS? UNA PERSPECTIVA FARMACOLÓGICA

Tabla 2
INDICACIONES APROBADAS POR LA FDA PARA ISRS Y ANTIPRESIVOS ATÍPICOS

DM Dist DpreM TP FS TEPT TOC TGA


Fluoxetina + - + - - - + -
Sertralina + - + + + + + -
Paroxetina + - - + + + + +
Citalopram + - - - - - - -
Venlafaxina + - - - - - - +
Nefazodona + - - - - - - -
Mirtazapina + - - - - - - -
Bupropion + - - - - - - -
FDA=Oficina de Drogas y Alimentos EE.UU.; DM=Depresión Mayor; Dist=Distimia; DpreM=Trastorno disfórico premenstrual;
TP=Trastorno de pánico; FS=Fobia social; TEPT=Trastorno de estrés post-traumático; TOC= Trastorno obsesivo-compulsivo;
TGA=Trastorno generalizado de ansiedad.

desgano– que la presencia de los rasgos asociados pre- Lo que nos interesa destacar es que los fármacos
dice una pobre respuesta a la iImipramina”. señalados en el cuadro han sido estudiados o en tras-
En 1990 los mismos autores replican con otros 90 tornos depresivos, o en trastornos de ansiedad, pero
pacientes los resultados anteriores, en forma práctica- no en los estados de comorbilidad, y por lo mismo
mente idéntica, confirmando aún más el concepto de ningún fármaco en particular ha sido aprobado para
“depresion atípica” (17). tales casos. El problema que es necesario dilucidar es
En resumen, después de transcurridos más de 40 si aquellos fármacos que actúan en cuadros “puros”,
años desde los estudios iniciales de West y Dally, con- ansiosos o depresivos, lo hacen también en los esta-
cluimos que existe un grupo de pacientes deprimidos dos de comorbilidad. Sin embargo, si la comorbilidad
que presenta, por un lado fenómenos fóbicos, histéri- es una clara mayoría en los trastornos depresivos y
cos o crisis de pánico y, por el otro, síntomas vegetativos en los trastornos ansiosos, ya no se puede tratar pro-
“atípicos” (inversos), que responden específicamente a piamente de comorbilidad sino de la forma en que el
la terapéutica con los IMAOS clásicos, es decir, lo mismo cuadro clínico se presenta. Dentro de un pensamiento
que había señalado el estudio “anecdótico” de West y psiquiátrico que acepta y cree a pie juntillas que si el
Dally. ¿Qué ha ocurrido desde entonces, teniendo en 60% de los casos de un cuadro clínico determinado
consideración que los IMAOS clásicos han sido retira- mejora con el uso de un psicofármaco, es entonces po-
dos del mercado, y que han sido sintetizadas diferentes sible y legítimo desde allí teorizar una etiopatogenia
substancias con efecto antidepresivo? relacionada con la acción neurobiológica de ese me-
dicamento, ¿cómo no tomar en cuenta estos más que
¿COMORBILIDAD O CUADROS CLÍNICOS significativos fenómenos correlacionados a la hora
COMPLEJOS? de establecer unidades nosológicas? Si el 80% de las
amigdalitis presenta secreción purulenta en las crip-
Actualmente la mayor parte de los inhibidores selecti- tas y el 20% no, ¿pensaríamos que tal secreción es un
vos de la recaptura de serotonina, como la fluoxetina, la fenómeno co-mórbido? ¿Eliminaríamos a los estrep-
sertralina y la paroxetina, o de acción mixta serotoni- tococos de las explicaciones etiopatogénicas y a los
nérgica y noradrenérgica, como la venlafaxina, han sido antibióticos como terapéutica racional? Efectivamen-
aprobados para el uso tanto en los cuadros depresivos te, se pueden inflamar las amigdalas por diversas vías,
como en algunos trastornos de ansiedad. La Food and siendo la más frecuente la acción de alguna cepa de
Drugs Administration en Estados Unidos hasta el año estreptococos. Pues bien, siguiendo el mismo razona-
2004 había aprobado las siguientes indicaciones para miento, podemos decir que frecuentemente la depre-
los ISRS y los “antidepresivos atípicos” (ver Tabla 2). sión y la angustia van juntas, lo que hace necesario un
Como se aprecia, la paroxetina y la sertralina pre- pensamiento que tome en cuenta esta presentación
sentan el más amplio espectro de eficacia en trastornos clínica y que deseche desde la partida considerarla
de ansiedad, además de su potencia antidepresiva. una “mezcla” o una “contaminación”.

180 | GACETA UNIVERSITARIA


CÉSAR OJEDA

Con independencia de la forma en que usualmente peratención respecto de la posibilidad de los riesgos
la psiquiatría caracteriza a la angustia, los pacientes de- que podrían sufrir los seres queridos, en la medida en
presivos atendidos ambulatoriamente refieren “angustia” que es responsabilidad del paciente protegerlos (física,
en un alto porcentaje de los casos (18, 19). Concordante económica y socialmente). Como se comprende, no se
con esto parece ser el hecho de que una de las críticas puede fobizar el peligro que sufren los otros. Esto es
al inventario de Beck para la depresión es, justamente, lo que Freud llamaba “angustia flotante”. Una angustia
su falta de discriminación con la ansiedad reportada en que “se halla dispuesta en todo momento a enlazarse
escalas de autoevaluación (20). También es coincidente a cualquier idea apropiada [subrayo](...) pero que tam-
con lo dicho la alta correlación entre este inventario y bién puede mantenerse como una angustia en estado
una escala breve de siete ítem propuesta por Ojeda y Sil- puro sin estar asociada a ninguna representación” (22).
va, tres de los cuales están referidos a la angustia, y que Evolucionariamente podemos entender esta si-
presentan una alta correlación interna (21). tuación como una defensa anticipatoria o precauto-
Es sabido que la angustia frecuentemente adopta ria respecto de los descendientes y parientes con los
una estructura fóbica, y la mayoría de los cuadros de que se posee genes compartidos, es decir, un caso
ansiedad la tienen. La excepción a esto parece ser el de fitness. No obstante, en la justa medida en que la
llamado trastorno generalizado de ansiedad, el que, angustia es atemática y culposa, hemos entrado en
además, es el cuadro angustioso que –como señala- otro terreno psicopatológico, puesto que el síndrome
mos– más frecuentemente aparece antes o en el curso general de adaptación con su característica respuesta
de un cuadro depresivo. Cabe entonces preguntarse de adrenérgica aquí ha desaparecido. Ese terreno es el
nuevo: ¿qué es el trastorno generalizado de ansiedad? de la depresión. La angustia atemática, constrictiva y
culposa no es un hecho asociado en la depresión sino
EL TRASTORNO GENERALIZADO DE ANSIEDAD un constituyente propio de las formas más frecuentes
(TGA) de ella. Cabe preguntarse si la contundente “comorbi-
lidad” entre la depresión y el TGA es algo más que un
Después de mucho andar, el TGA, de acuerdo a los crite- artefacto taxonómico. Si el Inventario de Beck no pre-
rios del DSM-IV, corresponde ampliamente a la neurosis gunta por la angustia, es natural que ésta no aparezca
de angustia descrita por Freud en 1892. Efectivamente en los pacientes depresivos que son evaluados a través
el hecho que es considerado esencial al cuadro clíni- de él. Si la serie DSM no considera a la angustia para
co es la “excesiva ansiedad y preocupación” (excessive llenar los criterios de depresión mayor, se puede hacer
anxiety and worry), entendiendo por esta última a la el diagnóstico sin tomarla en cuenta. Pero no por eso
“expectación ansiosa”. Ambos conceptos merecen al- deja de estar allí.
guna atención. Desde luego la ansiedad “excesiva” lo es
de acuerdo a algún criterio de angustia “adecuada” que REFERENCIAS
parece muy difícil de establecer y que termina siendo
un criterio de sentido común, con las ventajas y des- 1. Clark LA. The anxiety and depressive disorders. descriptive psy-
ventajas que tal sentido trae aparejados. Por su parte, la chopathology and differential diagnosis. En: Anxiety and depres-
“preocupación” o expectación ansiosa no corresponde sion: Distinctive and Overlapping Features. Kendall PC, Watson D.
Academic, San Diego, 1989
a ninguno de los temas que caracterizan a los temores 2. Para una ampliación ver: Mineka S. Comorbidity of anxiety and
de estructura fóbica, como el temor a tener una crisis unipolar mood disorders. Annual Review of Psychology, Annual,
de angustia, hacer el ridículo, a agentes contaminantes, 1998
separación, enfermedad, etcétera. La angustia y expec- 3. Odds ratio es un cálculo estadístico para un evento cualquiera
obtenido por la división entre el número de tales eventos por
tación angustiosa están vagamente referidas principal- el número de no-eventos. Por ejemplo, si un evento ocurre 50
mente a los peligros a que están expuestos los demás, veces y cincuenta veces no ocurre, el odds ratio es de 1. Si el
a diferencia de las anteriores que siempre tienen como evento ocurre 75 veces y 25 no ocurre, el odds ratio es de 3, y así
objeto los peligros que acechan al paciente mismo. El sucesivamente
4. Hirschfeld R. The Comorbidity of Major Depression and Anxiety
DSM-IV señala las siguientes: situaciones diarias y co- Disorders: Recognition and Management in Primary Care. Pri-
tidianas, responsabilidades en el trabajo, situación eco- mary Care Companion. J Clin Psychiatry 2001; 3: 244-54
nómica, salud de los miembros de la familia, destino de 5. Akiskal HS. Anxiety: definition, relationship to depression, and
los hijos y otras menores. Lo interesante es que esta an- proposal for an integrative model. En: Tuma and Maser, eds.
Anxiety and the Anxiety Disorders. Hillsdale, 1985
gustia no se establece respecto de un objeto o situación 6. Cox BJ, Swinson PP, Kuch K, Reichman JT. Self-report differentia-
particular que implique más o menos simbólicamente tion of anxiety and depression in an anxiety disorder sample.
un peligro para la persona, sino que flota sobre una hi- Psychol Assess 1993; 5:484-86

GACETA UNIVERSITARIA | 181


ANGUSTIA Y DEPRESIÓN: ¿COMORBILIDAD O CUADROS CLÍNICOS COMPLEJOS? UNA PERSPECTIVA FARMACOLÓGICA

7. Feldman LA. Distinguishing depression and anxiety in self-re- 15. Liebowitz M, Quitkin M, Stewart J, et al. Antidepressant Spe-
port: evidence from confirmatory factor analysis on nonclinical cificity in Atypical Depression. Arch Gen Psychiatry 1988;
and clinical samples. J Consult Clin Psychol 1993; 61: 631-38 45:129‑137
8. Hodges K. Depression and anxiety in children: a comparison of 16. Quitkin F, McGrath P, Stewart J, et al. Phenelzine and Imiprami-
self-report questionnaires to clinical interview. Psychol Assess ne in Mood Reactive Depressives. Arch Gen Psychiatry 1989; 46:
1990; 2: 376-81 787‑793
9. Davison J, Miller R, Turnbull C, Sullivan J. Atypical Depression. 17. Quitkin F, McGrath P, Stewart J, et al. Atypical Depression, Panic
Arch Gen Psychiatry 1982; 39: 527‑534 Attacks and Response to Imipramine and Phenelzine. Arch Gen
10. West E, Dally P. Effects of Iproniazid in Depressive Syndromes. Psychiatry 1990; 47: 935‑941
Brit Med J 1959; 13:1491‑1494 18. Silva H. La depresión en el Hospital General. Rev Psiquiatr 1987;
11. Sargant W, Dally P. Treatment of Anxiety States by Antidepres- 4:293-97
sant Drugs. Brit Med J, 1962; 6:6‑9 19. Ojeda C, Leiva F. Perfil clínico terapéutico de las alteraciones
12. Ravaris L, Robinson D, Ives J, et al. Phenelzine and Amitriptyli- afectivas: consulta ambulatoria Hospital Psiquiátrico de Santia-
ne in the Treatment of Depression. Arch Gen Psychiatry 1980; go, 1984. Rev Psiquiatr 1987; 4: 299-330
37:1075‑1080 20. Richter P, Werner J, Heerlein A, et al. On validity of the Beck de-
13. Debemos recordar que Klein había descrito a un grupo de pa- pression inventory. Psichopath 1998; 31: 160-8
cientes que desarrollan episodios depresivos al ser rechazados 21. Ojeda C, Silva H, Cabrea J, Tchimino C, et al. Validez interna y
o criticados, especialmente en un contexto “romántico”. Los epi- concurrente de una escala breve autoadministrada de siete
sodios depresivos se caracterizan por hipersomnia e hiperfagia ítems para la depresión, evaluada en relación a los inventarios
y además responden preferencialmente a la terapéutica con de Beck y Hamilton: estudio preliminar. Rev Chil Neuro-Psiquiat
IMAOS respecto de los antidepresivos tricíclicos. 2003; 41(1):31-38
14. Leibowitz M, Quitkin M, Stewart J, et al. Psychopharmacologic 22. Freud S. Obras completas. Ed. Biblioteca nueva, Madrid, 1967
Validation of Atypical Depression. J Clin Psychiatry 1984; 45 (7
Sec 2): 22‑25

182 | GACETA UNIVERSITARIA


TRASTORNOS DE PERSONALIDAD. NEUROBIOLOGÍA. FARMACOTERAPIA
ALBERTO BOTTO
PERSONALITY DISORDERS. NEUROBIOLOGY. PHARMACOTHERAPY

REVISIÓN

NEUROBIOLOGÍA Y FARMACOTERAPIA DE LOS


TRASTORNOS DE PERSONALIDAD
(Rev GU 2005; 1; 2: 183-190)

Alberto Botto1

Pareciera haber consenso en que el tratamiento de los trastornos de personalidad (TP) constituye
un importante desafío, habiéndose ensayado diversas modalidades y aproximaciones (22, 27). Sin
embargo, la experiencia clínica apunta a que su manejo suele ser dificultoso, obteniéndose con
frecuencia resultados poco alentadores. A pesar de lo anterior su pronóstico sigue siendo controversial.
Así lo demuestran ciertos estudios donde se ha visto que a lo largo de la vida los TP presentarían una
considerable variabilidad interpersonal, mostrando una estabilidad global, o incluso mejoría, mayor
a la que se pensaba (18, 33, 39).
Los objetivos del tratamiento de los TP no se han aclarado completamente. Éstos podrían definirse
en distintos niveles, desde un plano puramente sintomático (por ejemplo, control de la inestabilidad
anímica o de la impulsividad) hasta una modificación más profunda de la organización de la
personalidad.

A unque la psicoterapia sigue siendo el tratamiento


básico de los TP (4, 6, 30) los avances en neurocien-
cias han permitido desarrollar diversos modelos que
más eclécticas y estructuradas como la terapia dialéc-
tico-conductual (desarrollada por Marsha Linehan para
pacientes limítrofes) y otros tipos de terapias cogniti-
describen la personalidad en base a dimensiones sinto- vas, la evidencia en investigación clínica apunta a que
máticas (34). Desde esta perspectiva, ciertos rasgos de no existiría un tipo de psicoterapia superior a otra ni
la personalidad estarían asociados a un sustrato neuro- una técnica específica para un determinado trastorno
biológico específico (neurotransmisores, redes neuro- (5,17, 24). En este terreno, el tratamiento farmacológico
nales y estructuras cerebrales) potencialmente aborda- aparece como un complemento útil en especial para
ble desde un punto de vista psicofarmacológico. ciertos cuadros y pacientes.
Aunque hoy en día las terapias psicodinámicas Las principales indicaciones para el uso de fárma-
clásicas se han visto enriquecidas con aproximaciones cos en los TP se han resumido en tres condiciones (30):

1
Departamento de Psiquiatría Oriente, Universidad de Chile.

GACETA UNIVERSITARIA | 183


NEUROBIOLOGÍA Y FARMACOTERAPIA DE LOS TRASTORNOS DE PERSONALIDAD

1. Manejo a largo plazo de síntomas desadaptativos las distintas dimensiones temperamentales parecieran
para el individuo. estar determinadas por sistemas neuroquímicos y re-
2. Períodos de descompensación, crisis o necesidad ceptores más complejos. Por otra parte, no disponemos
de hospitalización. de estudios que confirmen la naturaleza genética del
3. Presencia de comorbilidad en el Eje I. temperamento y la no-genética del carácter, por lo que
esta clásica dicotomía permanece aún en discusión.
El análisis de la relación entre psicofarmacología y Por su parte, en la conformación del carácter par-
TP plantea múltiples interrogantes: ¿son los fármacos ticiparían diversos aspectos ambientales, como la in-
capaces de tratar una personalidad alterada o sólo sus fluencia temprana de los padres, traumas y estresores
manifestaciones sintomáticas?, ¿pueden los fármacos vitales. Estos factores, en interacción con el tempera-
realmente tratar rasgos de personalidad o su efecto se mento, darían cuenta de las particularidades de cada
debe a la mejoría de variaciones subsindromáticas de organización o estructura intrapsíquica, el tipo de re-
cuadros del Eje I?, ¿es posible combinar la psicoterapia laciones objetales internalizadas, estilos defensivos,
con la farmacoterapia? esquemas cognitivos, etc.
Como se mencionó, la visión más clásica de los
LA PERSONALIDAD constituyentes de la personalidad asume que los ele-
mentos caracterológicos no tendrían un origen mayo-
Tradicionalmente se ha descrito que la personalidad ritariamente biológico y, por lo tanto, no constituirían
estaría constituida en base a dos componentes: el tem- un adecuado blanco para el tratamiento farmacológico.
peramento (determinado genéticamente y, por lo tan- Sin embargo esta apreciación constituye un área poco
to, heredable) y el carácter (que dependería del medio explorada y que no ha sido avalada con solidez científi-
ambiente). La heredabilidad de los TP se ha estimado ca. Esto se debe, al menos en parte, a la complejidad del
entre un 0,3 y 0,8 según el tipo de trastorno. Además, se concepto que se pretende estudiar y a la dificultad de
piensa que cada grupo de síntomas tendría un patrón operacionalizar su abordaje donde idealmente debie-
específico de herencia. Por ejemplo, existe evidencia ran confluir distintas teorías: psicodinámicas, fenome-
que la impulsividad y los síntomas afectivos en TP Limí- nológicas y neurobiológicas.
trofe tendrían un patrón independiente de transmisión En relación a lo anterior, con frecuencia se ha con-
familiar. siderado que si algún fenómeno psíquico (un síntoma,
Como veremos más adelante, los aspectos noso- por ejemplo), está fuertemente determinado por lo
lógicos en los TP son hoy objeto de controversia. Los biológico, éste respondería mejor a la farmacoterapia,
sistemas categoriales, para los cuales los TP serían cua- mientras que si los factores ambientales son los más
dros independientes, con límites precisos entre uno y importantes, el tratamiento más efectivo sería la psico-
otro, parecieran no dar cuenta de los infinitos matices terapia. Hoy en día esta observación está siendo seria-
y variaciones en la forma de ser de los individuos. Una mente cuestionada. En enfermedades como el Trastor-
alternativa a esta aproximación está dada por el mo- no Obsesivo-Compulsivo, cuyo sustrato neurobiológico
delo dimensional, que conceptualiza a la personalidad ha sido ampliamente reconocido, la farmacoterapia y
(y sus trastornos) como un continuum donde los distin- la terapia cognitivo-conductual han demostrado una
tos rasgos presentarían variados grados de expresión y eficacia similar, asociándose a modificaciones compa-
combinación (20, 34). rables en la actividad cerebral (30).
Uno de los modelos de temperamento más difun-
didos es el de Cloninger, quien describe cuatro tipos MODELOS PSICOBIOLÓGICOS DE LA
básicos: búsqueda de novedad, evitación del daño, de- PERSONALIDAD
pendencia de la recompensa y persistencia, los que con-
tribuirían en un 50% a la formación de la personalidad. El estudio de los aspectos que caracterizan la forma de
Cada tipo de temperamento tendría un sustrato neuro- ser y comportarse de los individuos ha preocupado al
biológico específico. Así, la dopamina (región mesolím- hombre desde la antigüedad. En su análisis de los dis-
bica) se asociaría con la búsqueda de novedad, la sero- tintos temperamentos, Hipócrates esbozó las dimensio-
tonina (núcleos del rafe, hipocampo) con la evitación nes básicas de la personalidad desarrolladas posterior-
del daño, y la noradrenalina con la dependencia. Sin mente por Eysenk (1947). Un aspecto interesante en la
embargo, estudios genéticos recientes no han encon- teoría de Hipócrates consiste en la asociación que es-
trado el soporte suficiente para esta conceptualización, tablece entre los distintos temperamentos y el predo-
la que aparece como sobresimplificada. Al contrario, minio de ciertos humores corporales. En el melancólico

184 | GACETA UNIVERSITARIA


ALBERTO BOTTO

(triste) existiría una mayor proporción de bilis negra, en más leves y persistente lo serían los cuadros del Eje II.
el sanguíneo (entusiasta) de sangre, en el colérico (irrita- Por ejemplo, siguiendo la línea de la dimensión cogni-
ble) de bilis amarilla y en el flemático (apático) de flema. tivo/perceptual (descrita más adelante) en el polo más
De esta manera, Hipócrates se anticipa a los modelos grave se encontraría la Esquizofrenia Paranoide (Eje I)
más contemporáneos que correlacionan ciertos rasgos y en el menos grave, la Personalidad Esquizotípica (Eje
de la personalidad con un desequilibrio biológico deter- II). Algo similar se ha descrito para los Trastornos del
minado. Espectro Bipolar (11, 25) llegando incluso a postularse
Desde Hipócrates hasta nuestros días múltiples que el TP limítrofe correspondería a un subtipo especí-
autores se han ocupado del análisis de la personalidad. fico de cicladores rápidos (33).
Kant propuso un modelo de cuatro temperamentos es- La dimensión cognitivo/perceptual caracteriza la
pecíficos, los que fueron ampliados por Wundt, quien forma en que el individuo recibe y procesa la informa-
los modificó teniendo un criterio dimensional. Otros ción del entorno. Determina la capacidad de atención,
como Kretschmer (1921) y Sheldon desarrollaron una de discriminación entre estímulos y de investir emo-
tipología basada en los somatotipos, intentando corre- cionalmente los conceptos. Permite mantener una or-
lacionar la personalidad con la constitución corporal. ganización adecuada del curso del pensamiento y la
Sin embargo, para los modelos neurobiológicos más acción, además de filtrar información irrelevante. En
modernos, Pavlov (1954) es el punto de partida. Este último término, se relaciona con la capacidad de orga-
autor propone al sistema nervioso (específicamente a nizar e interpretar adecuadamente los estímulos de la
la corteza cerebral) como responsable del comporta- información exterior. Se asocia a la función del sistema
miento de los individuos, a través de procesos de ex- dopaminérgico (especialmente prefrontal) y se ve alte-
citación e inhibición mediante los cuales las neuronas rada en los trastornos esquizoide, esquizotípico, para-
reciben y transmiten (o dejan de transmitir) determi- noide, límite y antisocial.
nados mensajes. La dimensión inestabilidad anímica se caracteriza
Siguiendo el modelo de Pavlov, Eysenk estudiará por la presencia de un tono anímico basal irregular y
las bases biológicas de la personalidad. En sus investiga- cambiante. Se asocia principalmente con la función se-
ciones, utilizando el análisis factorial, describió grupos rotoninégica, aunque también se ha involucrado la ace-
de respuestas en forma de tres dimensiones básicas de tilcolina y la noradrenalina. Clínicamente se evidencia
la personalidad: Neuroticismo/Estabilidad Emocional, en TP limítrofe e histriónico.
Extraversión/Introversión y Psicoticismo/Normalidad. La dimensión impulsividad se presenta como una
Apoyado en estudios experimentales (constitución físi- dificultad importante en el control de la actividad con-
ca, actividad autonómica, secreción endocrina, funcio- ductual. Puede manifestarse en distintas áreas, como
nes sensoriales, etc.), Eysenk describió ciertas relacio- suicidalidad, abuso de sustancias y episodios de agre-
nes entre las características de personalidad descritas y sividad. Genéticamente este rasgo presentaría una alta
el funcionamiento del sistema nervioso, estableciendo heredabilidad, especialmente en TP limítrofe, aunque
las bases teóricas y metodológicas para la mayoría de también se ve en otros cuadros como el TP histriónico y
los estudios posteriores. el antisocial. Nuevamente la serotonina sería el neuro-
En 1993 Cloninger propone la existencia de las transmisor modulador de este patrón conductual.
cuatro dimensiones temperamentales descritas an- La dimensión ansiedad/inhibición se refiere al con-
teriormente y las asocia con un determinado sustrato junto de respuestas que se generan frente a la ansiedad
neuroanatómico y un sistema de neurotransmisión. en situaciones de peligro. Puede manifestarse a través
Para el autor los TP estarían condicionados por una de conductas evitativas o sumiso-dependientes. Fisio-
distribución desequilibrada de dichas dimensiones. Así, patológicamente existiría una disregulación de los me-
por ejemplo, un excesivo predominio de la búsqueda canismos de respuesta al estrés, asociados al sistema
de novedad y la dependencia del refuerzo producirían serotoninérgico, gabaérgico y a la hormona liberadora
un patrón conductual de tipo histriónico (7). de corticotrofina (CRH). Los cuadros clínicos donde esta
Por su parte, Siever y Davis (1991) han desarrolla- dimensión se manifestaría con mayor fuerza serían los
do un modelo más cercano a la práctica clínica, descri- TP evitativo, dependiente y obsesivo-compulsivo.
biendo cuatro dimensiones de la personalidad (cogni- Es importante destacar que las dimensiones antes
tivo/perceptual, inestabilidad anímica, impulsividad y descritas (y sus correlatos neurobiológicos) no pueden
ansiedad/inhibición). Cada dimensión correspondería ser entendidos como fenómenos independientes. Los
a un continuum, cuyas alteraciones más graves darían distintos neurotransmisores y sus vías neuronales es-
lugar a los trastornos del Eje I, mientras que los cambios tán en constante interacción y desarrollo (neuroplasti-

GACETA UNIVERSITARIA | 185


NEUROBIOLOGÍA Y FARMACOTERAPIA DE LOS TRASTORNOS DE PERSONALIDAD

cidad) pudiendo darse diversas combinaciones. Es así en un eje independiente (Eje II) junto al retraso men-
como el estado anímico puede influir notoriamente so- tal. El TP esquizotípico (considerado un TP del Cluster A
bre la función cognitivo/perceptual de una persona. para el DSM-IV) en la CIE-10 es clasificado dentro del
Uno de los últimos modelos desarrollados corres- capítulo Esquizofrenia, Trastorno esquizotípico y Tras-
ponde al Modelo de los Cinco Factores (Costa y McCrae, torno de ideas delirantes. Por su parte, el TP narcisista,
1990). En éste, además de las dimensiones neuroticismo presente dentro de los TP del Cluster B del DSM-IV, no
y extroversión, se suman: amabilidad (agreeableness), aparece mencionado en la CIE-10.
responsabilidad (conscientiousness) y apertura a la En la actualidad existen escasos estudios que ana-
experiencia (openness to experience). A partir de este licen la relación entre determinados rasgos de la per-
modelo se han diseñado diversos instrumentos de eva- sonalidad y los TP. Sin embargo algunas observaciones
luación de la personalidad, aunque no ha estado ajeno apoyarían la hipótesis de una cierta correlación. Con-
a la crítica y la revisión (7, 28). siderando el modelo de Cloninger, por ejemplo, se ha
A pesar de los esfuerzos que se han realizado en visto que una alta búsqueda de novedad se asociaría a
el desarrollo de proyectos de investigación en la neu- los TP del Cluster B del DSM-IV, una marcada evitación
robiología de la personalidad normal y los TP, hoy en del daño con los TP del Cluster C y la combinación de
día los resultados son contradictorios (9, 15, 31). De- ésta con una baja dependencia del refuerzo, con los TP
bido a lo anterior, aún no es posible contar con un del Cluster A (12).
modelo que haya sido suficientemente validado. Esto Por otra parte, la personalidad también se ha aso-
se ha traducido en que las actuales clasificaciones de ciado a determinadas enfermedades mentales. Así, no
las enfermedades mentales, DSM-IV y CIE-10 (2, 37), en sólo se ha buscado una relación entre determinados
el capítulo dedicado a los TP, carezcan de un modelo rasgos y los TP sino que, además, se ha vinculado a la
neurobiológico claro que las organice y sobre el que se personalidad con ciertos cuadros psiquiátricos. Un
estructuren los distintos trastornos, salvo para los tras- ejemplo clásico es el trabajo de Tellenbach (32) sobre la
tornos esquizotípico y limítrofe (DSM-IV) donde existi- personalidad premórbida en la enfermedad depresiva
ría una base conceptual y empírica más documentada (Typus Melancholicus). Otro autor que ha estudiado este
(19, 23, 36). tema es Akiskal, quien describe cuatro formas en que
la personalidad pudiera asociarse a las enfermedades
CONSIDERACIONES NOSOLÓGICAS mentales (12, 25):

Mucho se ha discutido sobre el lugar que ocupan (o 1. Una personalidad vulnerable es capaz de causar
debieran ocupar) los TP en la clasificación de las enfer- una enfermedad psiquiátrica (relación patogénica)
medades mentales (3, 12, 16). En el mismo sentido, pa- 2. Una personalidad vulnerable es capaz de afectar el
reciera haber más preguntas que respuestas. En primer curso y el pronóstico de una enfermedad psiquiá-
lugar, ¿es posible hablar de enfermedad mental cuando trica (relación patoplástica).
estamos frente a un TP?, ¿qué relación existe entre la 3. Episodios repetidos de una enfermedad psiquiá-
personalidad (y la variabilidad de rasgos que la confor- trica pueden desencadenar una alteración de la
man) y los TP?, y en relación a éstos ¿de qué manera se personalidad.
articulan con los cuadros del eje I del DSM-IV? 4. Finalmente, entendiendo las manifestaciones psi-
Por otra parte, diversos autores han hecho notar copatológicas como un continuum, un TP pudiera
que el sistema categorial (predominante en la noso- representar la forma más atenuada de algún tras-
logía actual) que define los distintos cuadros clínicos a torno psiquiátrico mayor (Eje I).
través de límites precisos en términos de presencia/au-
sencia, pareciera no ser tan útil en el diagnóstico de los Siguiendo con lo anterior, a pesar que se ha visto
TP. Por el contrario, una conceptualización dimensional cierta correlación (patogénica y patoplástica) entre
basada en la idea de un conjunto de manifestaciones neuroticismo y depresión, para algunos autores esto
desde un polo menos grave hasta uno más grave, daría correspondería a un artefacto ya que ambos fenóme-
cuenta en forma más realista de las características de la nos presentarían elementos comunes; mientras que
personalidad y su patología (29). otros, enfatizando el rol de los síntomas subclínicos en
Los sistemas de clasificación de enfermedades las enfermedades del ánimo, piensan que los rasgos
mentales que operan en la actualidad presentan dife- caracterológicos (en este caso el neuroticismo) serían
rencias importantes en el capítulo dedicado a los TP. la manifestación de síntomas subsindromales, o bien
Por ejemplo, en el DSM-IV estos cuadros están incluidos residuales, de una depresión (35).

186 | GACETA UNIVERSITARIA


ALBERTO BOTTO

La importancia del correcto diagnóstico de un TP TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO DE LOS TP DEL


reside en la necesidad de implementar un tratamiento CLUSTER A
y establecer un pronóstico adecuados. Para tal efecto el
análisis psicopatológico debiera permitir hacer la dife- Los cuadros incluidos en este grupo se caracterizan en
rencia entre (36): forma predominante por presentar distorsiones cogni-
tivas y perceptuales, alteraciones leves del pensamien-
1. Un TP y el funcionamiento general de la personali- to, afectividad restringida y distancia interpersonal. Su
dad (Eje II v/s ausencia de enfermedad). correlato clínico en el eje I estaría dado por los síntomas
2. Un TP y otros trastornos mentales (Eje II v/s Eje I). positivos, negativos y cognitivos de la esquizofrenia,
3. Un TP y otro TP (Eje II, v/s Eje II). postulándose una disregulación dopaminérgica como
mecanismo neurobiológico subyacente. El TP más estu-
FARMACOTERAPIA Y TRASTORNOS DE LA diado en este grupo es el esquizotípico. A pesar de los
PERSONALIDAD escasos datos empíricos, existen reportes que avalan el
uso de antipsicóticos, en especial los antipsicóticos atí-
Desafortunadamente el análisis y medición de los as- picos (30). En aquellos pacientes que además presentan
pectos caracterológicos han sido poco considerados en rasgos de impulsividad o inestabilidad anímica pudiera
la mayoría de los estudios sobre farmacoterapia en TP. ser de utilidad adicionar un ISRS.
Sin embargo, pareciera que el control de ciertos sínto-
mas como la inestabilidad anímica, la impulsividad o TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO DE LOS TP DEL
las distorsiones cognitivas tendrían un notable efecto CLUSTER B
sobre la auto-percepción y las relaciones interpersona-
les, lo que incidiría positivamente sobre el carácter sin La mayoría de los estudios sobre psicofarmacología de
que necesariamente se requiera de su modificación. De los TP se ha efectuado en TP Limítrofe (19, 33). En este
hecho, se ha visto que el tratamiento farmacológico de cuadro se han distinguido grupos de síntomas especí-
cuadros del Eje I disminuye la comorbilidad con el Eje ficos sobre los cuales actuar, tales como: inestabilidad
II luego de la intervención (14). Sin embargo, mientras anímica, impulsividad, agresión/hostilidad, desorgani-
para algunos esta observación apoyaría la hipótesis de zación cognitivo/perceptual, ansiedad y disociación.
una disregulación neurobiológica en los TP, para otros La presencia de distorsiones cognitivo/perceptua-
sería consecuencia del concepto de continuum en psi- les, así como trastornos leves del pensamiento, pueden
quiatría donde un mismo cuadro tendría un espectro presentarse en estos pacientes, aunque en forma me-
de manifestaciones, desde los distintos aspectos de la nos marcada que en los TP del cluster A, especialmente
personalidad hasta lo puramente sintomático (10). bajo situaciones de estrés y descompensación. Para el
Considerando lo anterior, se han descrito tres mo- manejo de estos síntomas se han utilizado antipsicó-
delos conceptuales sobre farmacoterapia en TP (30): ticos en distintas modalidades, desde los clásicos (in-
cluyendo los de depósito) hasta los atípicos. Debido a
1. El fármaco actúa sobre un determinado TP (enten- su mejor perfil de efectos adversos (especialmente los
dido categorialmente). extrapiramidales) y a su utilidad en otras dimensiones
2. El fármaco actúa sobre distintas vulnerabilidades, sintomáticas como la inestabilidad anímica y la ansie-
que se manifiestan en las dimensiones sintomáti- dad, hoy en día se prefiere el uso de estos últimos, sien-
cas que pueden observarse en los TP o que pueden do la olanzapina uno de los más estudiados (41).
representar variantes subclínicas de cuadros del Eje Los antidepresivos también han sido ampliamen-
I. En la actualidad este es el modelo más aceptado. te evaluados, tanto los de primera generación (IMAOs,
3. El fármaco en realidad actúa sobre cuadros del Eje Tricíclicos) como los ISRS. Dado el alto nivel de impulsi-
I que estarían enmascarados o distorsionados por vidad y la presencia se suicidalidad crónica que se ob-
componentes de la personalidad. servan en estos pacientes, asociado al potencial riesgo
en caso de sobredosis, el uso de antidepresivos clási-
El DSM-IV organiza los TP en tres agrupaciones o cos ha sido relegado a un segundo plano. La evidencia
“clusters”: el Cluster A, que incluye los trastornos pa- empírica ha apoyado el uso de ISRS (fluoxetina) como
ranoide, esquizoide y esquizotípico; el Cluster B, que fármacos eficaces en el control de los síntomas depre-
incluye los trastornos limítrofe, histriónico, narcisista sivos, la impulsividad y la hostilidad. En la actualidad
y antisocial, y el Cluster C con los trastornos evitativo, los estudios están dirigidos a la evaluación de nuevos
dependiente y obsesivo-compulsivo. antidepresivos, como Venlafaxina (30).

GACETA UNIVERSITARIA | 187


NEUROBIOLOGÍA Y FARMACOTERAPIA DE LOS TRASTORNOS DE PERSONALIDAD

El otro grupo de fármacos que se han utilizado en operacionalizar el manejo de esta patología, distingue
el manejo de la oscilación anímica, la impulsividad y la tres dimensiones sintomático-conductuales: disregu-
agresión corresponde a los estabilizadores del ánimo. lación afectiva, impulsividad-descontrol y alteraciones
Así, se ha reportado sobre la utilidad del Litio, Carbama- cognitivo-perceptuales. Para cada una de ellas se han
zepina, Valproato y, últimamente, de Lamotrigina (30). descrito estrategias farmacológicas específicas.
Finalmente, en forma experimental se ha repor- Los síntomas disfóricos, la inestabilidad anímica y
tado sobre la utilidad de otros fármacos como los an- la presencia de episodios inapropiados de intensa agre-
tagonistas opioides (Naltrexona) por su eficacia en el sión son características del TP limítrofe. Estos síntomas
manejo de la impulsividad (30). pudieran ser tratados inicialmente con ISRS (26) o Ven-
lafaxina. El uso de tricíclicos no ha sido avalado comple-
TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO DE LOS TP DEL tamente. Por su parte, cuando se asocian síntomas an-
CLUSTER C siosos, el uso de benzodiazepinas debiera evitarse por
el riesgo de dependencia y de reacciones paradojales.
En este grupo las manifestaciones más notorias son la Cuando la inestabilidad anímica lleva a un descontrol
ansiedad y la inhibición social. Al igual que en los TP del conductual severo podría ser de utilidad adicionar an-
Cluster A, la evidencia empírica es poco sustancial. Sin tipsicóticos como la olanzapina (40) o estabilizadores
embargo, el estudio de los cuadros correspondientes en del ánimo (litio, valproato o carbamazepina). La utiliza-
el eje I (trastornos de ansiedad) ha permitido delinear ción de terapia electroconvulsiva (TEC) sólo estaría in-
con cierta claridad los aspectos fisiopatológicos poten- dicada en presencia de comorbilidad severa en el Eje I.
cialmente abordables a través de la farmacoterapia. El manejo de la impulsividad, la auto-mutilación,
Quizás el tipo más estudiado sea la personalidad evita- las conductas promiscuas debiera iniciarse con ISRS y
tiva por su relación con la fobia social en el Eje I, donde como alternativa adicionar antipsicóticos en dosis ba-
se ha evaluado la efectividad de IMAOs e ISRS. En rela- jas, especialmente los atípicos. De los estabilizadores
ción a la personalidad obsesivo-compulsiva, hoy en día del ánimo, el Litio pareciera tener mayor utilidad.
la relación con su correlato en el Eje I, el Trastorno Ob- Finalmente, los síntomas cognitivo-perceptuales
(suspicacia, ideas sobrevaloradas, ideación paranoide,
sesivo Compulsivo (TOC) y, por lo tanto, el fundamento
ilusiones, desrealización) responderían al uso de antip-
neurobiológico para su tratamiento, están en discusión.
sicóticos.
Mientras algunos piensan que existiría una continuidad
psicodinámica entre ambos cuadros, otros han apoyado
la evidencia que asocia el TOC más bien con la persona-
IMPORTANCIA DE LA COMORBILIDAD CON
lidad dependiente y evitativa. Aunque escasos ensayos
CUADROS DEL EJE I
clínicos se han efectuado en este grupo de pacientes, el
La presencia de otros cuadros psiquiátricos diagnos-
uso de ISRS pareciera ser lo más indicado. Lo mismo se
ticados en el Eje I es frecuente en quienes presentan
podría decir de la personalidad dependiente, en espe-
un TP. Un estudio publicado el 2004 donde se analizó la
cial cuando existe comorbilidad con depresión o tras- comorbilidad con cuadros del Eje I en pacientes con TP
tornos de ansiedad. En estudios farmacológicos de pa- limítrofe, mostró que luego de 6 años de seguimiento el
cientes con patología en el Eje I que han examinado la 75% de los casos cumplió con criterios para trastornos
modificación sintomática a través del análisis de rasgos del ánimo, 60% para algún trastorno de ansiedad, 34%
de la personalidad, se ha observado que el uso de ISRS para algún trastorno de la alimentación y 19% para
mejora la conducta evitativa, aumenta la dominancia y trastorno por uso de sustancias. En relación a los cua-
disminuye la hostilidad social (30). dros específicos, el 61% cumplió con los criterios para
depresión mayor, 41% para distimia, 29% para trastor-
MANEJO FARMACOLÓGICO DE LAS DIMENSIONES no de pánico y 35% para trastorno por estrés postrau-
DE LA PERSONALIDAD mático (38). Una observación interesante en el mismo
trabajo fue que a pesar de la elevada comorbilidad, ésta
La farmacoterapia en TP está especialmente indicada fue disminuyendo a lo largo del tiempo.
en el manejo de ciertas vulnerabilidades y durante En otro trabajo (14) donde se comparó sertralina,
periodos (no poco frecuentes) de descompensación. imipramina y placebo en el tratamiento de la distimia
Como se mencionó, la mayoría de los estudios se han se observó que la remisión del cuadro anímico se aso-
efectuado en el TP limítrofe. La “Guía Práctica para el ció con una mejoría en ciertos aspectos de la persona-
tratamiento de pacientes con TP limítrofe” de la So- lidad (especialmente en la dimensión de evitación del
ciedad Americana de Psiquiatría (1), en un intento de daño).

188 | GACETA UNIVERSITARIA


ALBERTO BOTTO

El análisis de la comorbilidad entre los TP y tras- características de las dimensiones de la personalidad


tornos del Eje I es importante por diversos motivos. En permitirá implementar el plan de tratamiento más ade-
primer lugar, porque su asociación puede complicar el cuado para cada caso (3).
curso clínico, la evolución y el pronóstico de ambos cua- Por último, los trabajos en neuroplasticidad, la
dros (1). Por otro lado, las estrategias farmacológicas biología de la memoria y fenómenos como el apego
que se utilicen dependerán de cada diagnóstico espe- así como los sustratos neurobiológicos de los trastor-
cífico considerando el aspecto sintomático y aquellos nos mentales han influido en el desarrollo de nuevas
rasgos de personalidad más relevantes. Por ejemplo, el áreas de investigación en psicoterapia (13). De esta
uso de antidepresivos para el control de la impulsividad forma, habiéndose demostrado que la psicoterapia
en un paciente con TP limítrofe, que además presenta produce cambios biológicos (flujo sanguíneo cerebral,
una enfermedad bipolar, pudiera ser contraproducen- metabolismo de la glucosa) similares a los obtenidos
te debido al riesgo de precipitar un viraje maníaco. Por a través del uso de fármacos (8, 21, 30), la visión inte-
último, dado que los síntomas depresivos no sólo apun- grada de ambas alternativas pareciera tener un buen
tan a la presencia de una depresión mayor sino que fundamento.
pueden ser parte de la dimensión anímica en los TP, un Sin embargo, aunque aún no es posible delinear
análisis psicopatológico detallado debiera ser parte del con claridad las diferencias entre un TP y otro, ni su fisio-
abordaje de estos pacientes. patología subyacente, y asumiendo que la psicoterapia
sigue siendo su tratamiento básico, la farmacoterapia
DISCUSIÓN. PERSPECTIVAS FUTURAS orientada al manejo sintomático de las dimensiones de
la personalidad pudiera ser una herramienta útil en el
Hoy en día existe una importante tendencia a revisar intento por ayudar a este grupo de pacientes.
el lugar que ocupan los TP en la nosología psiquiátrica.
Desde un punto de vista neurobiológico aún no es po- REFERENCIAS
sible caracterizar entidades clínicas independientes que
pudieran servir de base para futuras investigaciones. 1. American Psychiatric Association. Practice guideline for the
Donde más evidencia se encuentra es en el TP limítrofe, tratment of patients with borderline personality disorder. Am
cuyo modelo constituye un referente para el abordaje J Psychiatry 2001;158:10 (suppl):1-52
2. American Psychiatric Association. Diagnostic and Statistical
farmacoterapeutico de los TP. En el mismo sentido, para
Manual of Mental Disorders, Fourth Edition. Washington DC.
algunos autores el desafío más importante en la inves- American Psychiatric Association, 1994
tigación en TP consiste en la posibilidad de integrar los 3. Bank P, Silk K. Axis I and Axis II interactions. Curr Opin Psychiatry
hallazgos empíricos con el trabajo clínico cotidiano (29). 2001;14:137-142
Quizás parte de la complejidad del tema tiene 4. Bateman A, Fonagy P. Effectiveness of partial hospitalization in
the treatment of borderline personality disorder: a randomized
su origen en la infinita variedad de formas de ser y controlled trial. Am J Psychiatry 1999;156:1563-1569
comportarse que presentan los individuos, las que no 5. Bateman A, Fonagy P. Effectiveness of psychotherapeutic treat-
pueden ser abarcadas (ni entendidas) solamente des- ment of personality disorder. Br J Psychiatry 2000;177:138-143
de un aspecto (sea neurobiológico, conductual o pu- 6. Bateman A, Fonagy P. Treatment of borderline personality disor-
der with psychoanalytically oriented partial hospitalization: an
ramente psicológico). Por ese motivo, hoy en día los 18-month follow-up. Am J Psychiatry 2001;158:36-42
sistemas clasificatorios están siendo revisados. Para 7. Bernardo M, Roca M. Trastornos de la Personalidad. Evaluación y
algunos investigadores, la división en ejes del DSM-IV tratamiento. Perspectiva psicobiológica. Barcelona: Editorial Mas-
pareciera ser arbitraria y debiera desaparecer en fu- son, 1998
turas ediciones. Para otros, la perspectiva biaxial (Ejes 8. Brody A, Saxena S, Stoessel P, Gillies L, Fairbanks L, Alborzian S
et al. Regional brain metabolic changes in patients with major
I y II) incorpora un elemento organizador, resaltando depression treated with either paroxetine or interpersonal the-
la importancia de analizar en forma permanente estos rapy. Arch Gen Psychiatry 2001;58:631-640
dos elementos frente a cada paciente ya que, como vi- 9. Carmine A, Chheda M, Jönsson E, Sedvall G, Farde l, Gustavsson P
mos, los TP son capaces de influir en la predisposición, et al. Two NOTCH4 polymorphisms and their relation to schizo-
phrenia susceptibility and different personality traits. Psychiatr
curso y respuesta al tratamiento de varios trastornos. Genet 2003;13:23-28
Un aspecto a considerar en el tratamiento de los 10. Cassano G, Frank E, Miniati M, Rucci P, Fagiolini A, Pini S, et al.
TP es su alta comorbilidad, especialmente con Trastor- Conceptual underpinnings and empirical support for the mood
nos del ánimo. Por esta razón, el evaluar y tratar otras spectrum. Psychiatr Clin N Am 2002;25:699-712
11. Cassano G, Rucci P, Frank E, Fagiolini A, Dell’Osso L, Shear K et
patologías asociadas debiera considerarse parte del al. The mood spectrum in unipolar and bipolar disorder: argu-
abordaje de los TP. Por otra parte, el poder diferenciar ments for a unitary approach. Am J Psychiatry 2004;161:1264-
las manifestaciones de un cuadro del Eje I de aquellas 1269

GACETA UNIVERSITARIA | 189


NEUROBIOLOGÍA Y FARMACOTERAPIA DE LOS TRASTORNOS DE PERSONALIDAD

12. Duggan C, Milton J, Egan V, McCarthy L, Palmer B, Lee A. Theories troled clinical trial for female patients with borderline persona-
of general personality and mental disorder. Br J Psychiatry lity disorder. Am J Psychiatry 2002;159:2048-2054
2003;182(suppl.44):s19-s23 27. Roy S, Tyrer P. Treatment of personality disorders. Curr Opin
13. Fuchs T. Neurobiology and psychotherapy: an emerging dialo- Psychiatry 2001;14:555-558
gue. Curr Opin Psychiatry 2004;17:479-485 28. Shedler J, Westen D. Dimensions of personality patholo-
14. Hellerstein D, Kocsis J, Chapman D, Stewart J, Harrison W. Do- gy: an alternative to the five-factor model. Am J Psichiatry
uble-blind comparison of sertraline, imipramine, and placebo 2004;161:1743-1754
in the treatment of dysthymia: effects on personality. Am J 29. Shedler J, Westen D. Refining personality disorder diagnosis: in-
Psychiatry 200;157:1436-1444 tegrating science and practice. Am J Psychiatry 2004;161:1350-
15. Jönsson E, Nöthen M, Gustavsson P, Berggard C, Bunzel R, Fors- 1365
lund K et al. No association between serotonin 2A receptor gene 30. Simeon D, Hollander E. Treatment of personality disorders. En
variants and personality traits. Psychiatr Genet 2001;11:11-17 Schatzberg A, Nemeroff Ch. The American Psychiatric Publishing
16. Kendell R. The distinction between personality disorder and Textbook of Psychopharmacology. Third Edition. Washington DC.
mental illness. Br J Psychiatry 2002;180:110-115 American Psychiatric Publishing, Inc. 2004
17. Leichsenring F, Leibing E. The effectiveness of psychodyna- 31. Suzuki E, Kitao Y, Ono Y, Lijima Y, Inada T. Cytocrome P450 2D6 po-
mic therapy and cognitive behavior therapy in the treatment lymorphism and character traits. Psychiatr Genet 2003;13:111-
of personality disorders: a meta-analysis. Am J Psychiatry 113
2003;160:1223-1232 32. Tellenbach H. La Melancolía. Madrid: Ediciones Morata, 1976
18. Lenzenweger M, Johnson M, Willett J. Individual growth curve 33. Trull T, Stepp S, Durrett C. Research on borderline personality
analysis illuminates stability and change in personality disorder disorder: an update. Curr Opin Psychiatry 2003;16:77-82
features. Arch Gen Psychiatry 2004;61:1015-1024 34. Trull T. Dimensional models of personality disorder. Curr Opin
19. Lieb K, Zanarini M, Schmahl Ch, Linehan M, Bohus M. Borderline Psychiatry 2000;13:179-184
Personality Disorder. Lancet 2004;364:453-461 35. Vieta E. Trastornos Bipolares. Avances clínicos y terapéuticos.
20. Livesley J, Jang K, Vernon P. Phenotypic and genetic structure Madrid: Editorial Médica Panamericana, 2001
of traits delineating personality disorder. Arch Gen Psychiatry 36. Widiger T. Diagnóstico del trastorno de la personalidad. World
1998;55:941-948 Psychiatry (Ed Esp) 2003;1:3:131-135
21. Martin S, Martin E, Rai S, Richardson M, Royall R. Brain blood 37. World Health Organization. The ICD-10 classification of mental
flow changes in depressed patients treated with interpersonal and behavioural disorders. Clinical descriptions and diagnostic
psychotherapy or venlafaxine hydrochloride. Arch Gen Psychia- guidelines. Geneva: World Health Organization, 1992
try 2001;58:641-648 38. Zanarini M, Frankenburg F, Hennen J, Reich B, Silk K. Axis I co-
22. Nyquist N. Perplexing issues in personality disorders. Curr Opin morbidity in patients with borderline personality disorder: 6-
Psychiatry 2004;17:487-492 year follow up and prediction of time remission. Am J Psychiatry
23. Pally R. The neurobiology of borderline personality disorder. The 2004; 161:2108-2114
synergy of “nature and nurture”. J Psichiatr Pract 2002;8:133- 39. Zanarini M, Frankenburg F, Hennen J, Silk K. The longitudinal
142 course of borderline psychopathology: 6-year prospective fo-
24. Perry Ch, Banon E, Ianni F. Effectiveness of psychotherapy for llow-up of the phenomenology of borderline personality disor-
personality disorders. Am J Psychiatry 1999;156:1312-1321 der. Am J Psychiatry 2003;160:274-283
25. Retamal P, Botto A, Filippi G. Enfermedad bipolar y Personalidad. 40. Zanarini M, Frankenburg F, Parachini E. A preliminary, randomi-
En: Riquelme R, Oksenberg A. Trastornos de Personalidad. Hacia zed trial of fluoxetine, olanzapine, and the olanzapine-fluoxeti-
una mirada integral. Santiago de Chile: Sociedad Chilena de ne combination in women with borderline personality disorder.
Salud Mental, 2003 J Clin Psychiatry 2004;65:903-907
26. Rinne T, Van den Brink W, Wouters L, Van Dyck R. SSRI treatment 41. Zanarini M, Frankenburg F. Olanzapine treatment of female bor-
of borderline personality disorder: a randomized, placebo-con- derline personality disorder patients: a double-blind, placebo-
controled pilot study. J Clin Psychiatry 2001;62:849-854

190 | GACETA UNIVERSITARIA


EPIDEMIOLOGÍA. EPISTEMOLOGÍA. PSIQUIATRÍA SOCIAL
BENJAMÍN VICENTE, SANDRA SALDIVIA, PEDRO RIOSECO
EPIDEMIOLOGY. EPISTEMOLOGY. SOCIAL PSYCHIATRY

ENSAYO

ANTECEDENTES Y PERSPECTIVAS DE LA
PSIQUIATRÍA SOCIAL Y LA EPIDEMIOLOGÍA
PSIQUIÁTRICA
(Rev GU 2005; 1; 2: 191-196)

Benjamín Vicente1, Sandra Saldivia1, Pedro Rioseco1

Una ilusión que debe perderse antes de que podamos realmente comprender la “enfermedad mental”,
es el mito que mantiene a la psiquiatría ortodoxa en su sitial. Esto es, la creencia de que lo que
necesitamos son simplemente más hallazgos y que a la vuelta de la esquina aparecerá algún hecho
vital que va a resolver las interrogantes de una vez y para siempre. Es esa convicción la que ha inspirado,
entre otros factores, el enorme volumen de investigación disponible, aparentemente siguiendo
la ingenua visión empiricista de que el conocimiento simplemente consiste en la acumulación de
hallazgos o “hechos”, pero en realidad no está claro si entendemos las cosas algo mejor ahora que en
el pasado. Lo que sin duda importa son los principios que gobiernan la adquisición e interpretación de
estos “hechos” o datos; estos principios, aun cuando están influenciados por los hechos, no son ellos
mismos siempre posibles de descubrir empíricamente. Son tanto filosóficos como científicos (1).

D esafortunadamente en los círculos científicos y es-


pecialmente en psiquiatría, la filosofía no es vista,
salvo excepciones, como una fuerza liberadora e ilu-
vez no son más hallazgos –probablemente tenemos
todos los datos que se requieren si tan solo supiéramos
qué hacer con ellos–; lo que realmente nos hace falta
minadora sino como una forma pre-científica de dog- es re-definir o re-pensar el tipo de explicaciones que
matismo de cuya debilidad debiéramos estar felices debiéramos estar buscando y el tipo de datos que van a
de haber escapado. Cuando las bases conceptuales en ser relevantes para ello (2).
una ciencia no han sido adecuadamente discutidas y la El “gran debate” en nuestro campo, parcialmente
lógica es tratada como una “verdad dada”, esa área par- silenciado por la ortodoxia, debe partir con la pregunta
ticular del conocimiento está condenada a fracasar, no fundamental acerca de qué tipo de personas o criaturas
importando la cantidad o dimensión de los hallazgos somos y cómo debiéramos observar y evaluar con ple-
que logre acumular. Lo que necesitamos, entonces, tal no sentido nuestra conducta o comportamiento.

1
Departamento de Psiquiatría y Salud Mental, Facultad de Medicina de la Universidad de Concepción, Casilla 160-C, Concepción.

GACETA UNIVERSITARIA | 191


ANTECEDENTES Y PERSPECTIVAS DE LA PSIQUIATRÍA SOCIAL Y LA EPIDEMIOLOGÍA PSIQUIÁTRICA

El detallado análisis que Kuhn hace de la historia Tanto la tercera como la cuarta revolución, si acep-
de la ciencia muestra que las razones por las cuales tamos que esta última existe, evidencian que aquello
los paradigmas son escogidos nunca han sido exclusi- que llamamos Psiquiatría Social no es solamente un
vamente científicas; los determinantes de tal elección modelo opuesto al paradigma biológico y médico sino
están en gran medida fuera de la ciencia y se encuen- un conjunto concreto de estrategias que buscan ofrecer
tran en factores sociales y psicológicos (3). La pregunta una aproximación efectiva al sufrimiento psíquico.
fundamental en relación a la elección de un paradig- Sheperd (6) intentó resolver el problema de definir
ma, por tanto, debe ser resuelta por un razonamiento la psiquiatría social asimilándola a la epidemiología, lo
filosófico y moral, lo que no es lo mismo que hablar de cual en nuestra opinión es un peligroso reduccionismo
una fuerza brutal o emocional o postular un mundo de que podría desvalorar la contribución hecha por las
verdades absolutas, sino que optar por la negociación, ciencias sociales y conductuales a la psiquiatría social.
la búsqueda de ideales comunes, la complicidad, la soli- Otros han señalado que los métodos epidemiológicos
daridad y el compañerismo (4). son los únicos relevantes para la investigación científica
La perspectiva que sostiene que la psiquiatría está en medicina y psiquiatría. Más aún, Guze (7) postula que
libre de valores es una pura ilusión y sólo cuando sus la epidemiología es propia de la psiquiatría biológica.
pretensiones de objetividad estén adecuadamente re- La inutilidad de estas exigencias territoriales es obvia y
situadas podremos proceder a discutir cuáles de hecho ellas son de escaso interés para la mayoría de los inves-
son sus premisas morales y cuáles son los intereses que tigadores. Lo importante acerca de la epidemiología es
realmente persigue. La psiquiatría tradicional protege que, cualquiera sea el campo de aplicación, ella deberá
el funcionamiento eficiente de instituciones como el ser bien entendida y las técnicas usadas correctamente
trabajo, la familia, la educación y la política, convirtien- para probar cualquier hipótesis interesante y potencial-
do algunos de los conflictos y sufrimientos que surgen mente útil.
dentro de ellas en síntomas de ‘mal funcionamiento’ in- La salud es un concepto social, la enfermedad es un
dividual o, en el mejor de los casos, familiar, tendiendo concepto biológico. Los psiquiatras están fundamental-
así a sugerir o buscar soluciones tecnológicas de corto mente relacionados con ambos. Ellos no están, y nunca
plazo e individualmente orientadas a lo que son en rea- han estado, relacionados con problemáticas únicamen-
lidad problemas políticos que deben ser colectivamen- te biológicas. A la pregunta teórica de Samuel Guze
te enfrentados. “Psiquiatría biológica ¿existe otra?” la respuesta debe-
Muchos autores estarán de acuerdo que han ha- ría ser no, por supuesto que no. Del mismo modo toda
bido al menos tres grandes revoluciones en el campo psiquiatría es social en su naturaleza. Ambas frases son
de la salud mental o de los desórdenes emocionales. La triviales a menos que den lugar a hipótesis específicas
primera ocurrió cuando Pinel sacó las cadenas y liberó a que otros puedan probar y públicamente criticar. Pero
los insanos de las mazmorras de París y los trajo a la luz. remitiéndonos nuevamente a Khun, la prueba y la críti-
El movimiento humanitario se desarrolla a continua- ca son hechas desde una posición moral y política.
ción. La segunda revolución fue iniciada por Freud y lle- Es desde este punto de vista que deseamos poten-
vó a una progresiva comprensión de la dinámica y tem- ciar el valor de muchas herramientas y técnicas que la
prana estructuración de algunos desórdenes mentales tercera generación de estudios epidemiológicos nos
o emocionales. La tercera revolución, se ha sugerido, ofrece para planificar enfrentamientos colectivos que
fue el desarrollo de las intervenciones especialmente finalmente logren reducir la creciente epidemia de es-
comunitarias, que implicaban tener ayuda adecuada y trés emocional permitiendonos crear el mejor mundo
oportuna para las personas que lo necesitaban en cen- posible para el tipo de criaturas que somos.
tro comunitarios de salud mental, simplemente ‘atrave-
sando una puerta’. Ahora, Albee sugiere que estamos DESARROLLO HISTÓRICO DE LA EPIDEMIOLOGÍA
en medio de una cuarta revolución de la salud mental. PSIQUIÁTRICA EN AMÉRICA LATINA
Esta es una revolución que involucra un gran cambio
orientado hacia la prevención. Parte con reconocer la A pesar de la inexistencia de consensos acerca de los
imposibilidad de que jamás podríamos ser capaces de límites de la psiquiatría social, un área que sin discusión
controlar la actual epidemia de desórdenes emociona- forma parte de ella –y cuyo desarrollo ha ido marcando
les sólo intentando ayudar a individuos. Acepta, y así su propia definición– es la epidemiología de los tras-
queremos nosotros creer, que la doctrina de la preven- tornos mentales. Al respecto, los investigadores lati-
ción es la única estrategia posible para reducir el estrés noamericanos han intentado, con más o menos éxito,
generalizado (5). dar cuenta de las particularidades propias de la región,

192 | GACETA UNIVERSITARIA


BENJAMÍN VICENTE, SANDRA SALDIVIA, PEDRO RIOSECO

incorporando tanto los desarrollos del área en el nivel aparece más cercano, en los aspectos metodológicos y
internacional como aquellos elementos de la realidad temáticos, a lo publicado en la literatura internacional.
cultural y social a la que pertenecemos. Al respecto, destaca un temprano interés por indagar
Almeida Filho (8) se basa en una revisión de 22 es- acerca de la prevalencia tratada en grupos específicos
tudios epidemiológicos generados en América Latina, de consultantes mediante el uso del Cuestionario Ge-
para concluir que los investigadores sociales del área neral de Salud de Goldberg (GHQ) y de la Entrevista
han incluido tradicionalmente a la cultura como una Psiquiátrica Estructurada (ESE)(17-21) y una valida-
variable independiente, asociada a la prevalencia de ción del DIS llevada a cabo ya en el año 1988 (22). Ade-
trastornos mentales. Tal inclusión, según el mismo autor, más, es de los pocos países que incluyen estudios en
se hace desde una mirada antropológica o sociológica, el ámbito de la salud mental infanto-juvenil (23, 24),
enfatizando hipótesis relacionadas con el choque cul- área que aún permanece dentro de los desafíos pen-
tural, el estrés secundario a los procesos de aculturiza- dientes para la epidemiología psiquiátrica en nuestra
ción y la marginalidad cultural, en el primer caso; o bajo región (25).
las nociones de estrés urbano, cambios vitales o apoyo La diversidad de la realidad brasileña impide tener
social, en la segunda vertiente. No obstante, cualquiera una visión única, menos aún total, del nivel de desarrollo
sea ésta, permanecen los problemas metodológicos a de la epidemiología psiquiátrica en ese país. No obstan-
la hora de evaluar los resultados de la asociación entre te, resultan ampliamente conocidos en el nivel inter-
proceso cultural y psicopatología. nacional los aportes de sus investigadores en el área
A nivel regional, un área que con niveles desigua- de alcohol y drogas y, en las últimas décadas, en preva-
les mantiene cierta consistencia en el objeto y método lencia tratada y comunitaria de trastornos mentales en
usados en la investigación epidemiológica es la zona población adulta (26-30); todo lo cual lo ha constituido
andina comprendida por Perú, Bolivia y Ecuador. Perú, en un foco irradiador tanto de investigadores como de
con un desarrollo histórico de la psiquiatría social que hallazgos hacia el resto de América Latina. Es otro país
ha buscado permanentemente una conjunción de los del área donde se han llevado a cabo estudios sobre la
aspectos médico-occidentales y el reconocimiento de salud mental de niños y adolescentes (31).
su propia identidad cultural, sin duda marcado por po- En Chile, a partir de la década del cincuenta, el mo-
seer un alto porcentaje de población indígena, presenta delo de salud pública fue el marco desde el cual se de-
un desarrollo de investigaciones desde los tempranos sarrollaron los servicios de salud, y no sólo la atención
años sesenta, que reúnen aspectos metodológicos ana- psiquiátrica. Consistentemente, los primeros estudios
lizados a la luz de los particulares parámetros histórico- de epidemiología psiquiátrica tomaron a aquél como
culturales que definen a esa sociedad. Diferencias cultu- marco de referencia y al alcoholismo como cuadro
rales y elementos de la identidad peruana que intentan diagnóstico, a partir del cual se asientan tempranas
ser recogidos en estudios localizados en áreas geográfi- formas comunitarias de intervención con énfasis en
cas determinadas (9). Bolivia y Ecuador, con desarrollos la prevención (32, 33). Este temprano desarrollo tiene
más incipientes, y un menor número de publicaciones continuidad con estudios sobre prevalencia tratada
en revistas del área, siguen la misma línea. llevados a cabo en la década de los ochenta y princi-
A principios de los ochenta el Consejo Nacional de pios de los noventa, fundamentalmente en centros ur-
Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (CO- banos de atención primaria, que buscaban conocer la
NICET), llevó a cabo un amplio Programa de Epidemio- prevalencia de trastornos mentales o probables casos
logía Psiquiátrica, que buscaba conocer la prevalencia psiquiátricos entre consultantes en estos niveles de
de desórdenes mentales en diferentes áreas etnográ- atención (34-37). Uno de ellos, que formó parte de un
ficas del país, mediante el uso del PSE (Present State amplio estudio multicéntrico llevado a cabo por la OMS,
Examination)(10-12). No obstante, los resultados publi- detectó una alta prevalencia de cuadros depresivos en-
cados resultan parciales, quedando en deuda con una tre la población evaluada (38). El amplio desarrollo ini-
publicación in extenso que reúna los resultados finales, cial de la epidemiología psiquiátrica ha sido retomado
estadísticamente validados, acerca de un proyecto que durante la última década con el desarrollo de un Pro-
pudo tener amplia repercusión internacional y trans- grama de Epidemiología Psiquiátrica para Chile (39),
formarse en uno de los primeros intentos en América llevado a cabo por investigadores que buscaron cono-
Latina por lograr conocer prevalencias comunitarias de cer la prevalencia de trastornos mentales en población
trastornos mentales en población general (13-16). general. Con un diseño metodológico que recoge los
Probablemente por su proximidad a EE.UU, el de- avances producidos en el área, y mediante el uso del
sarrollo de la epidemiología psiquiátrica en México CIDI (Composite International Diagnostic Interview), una

GACETA UNIVERSITARIA | 193


ANTECEDENTES Y PERSPECTIVAS DE LA PSIQUIATRÍA SOCIAL Y LA EPIDEMIOLOGÍA PSIQUIÁTRICA

amplia muestra de población general fue entrevistada en psiquiatría se ha focalizado más en el nivel de los in-
en cuatro provincias del territorio (40-43). Los resulta- dividuos/pacientes usuarios de los servicios de cuida-
dos finales se encuentran ya disponibles (44, 45). dos que en el nivel de los servicios. Lesage (58) plantea
En la misma línea de investigación en grandes po- que, más aún, fenómenos tales como la desinstitucio-
blaciones, los estudios llevados a cabo en Puerto Rico nalización han sido examinados más como eventos clí-
durante la década del 80, que usaron el DIS (Diagnostic nicos que como eventos sociales. Lo que es consistente
Interview Schedule) como instrumento de evaluación con la diferenciación que viene planteando la OMS
y un diseño metodológico similar al del estudio ECA entre una epidemiología de los trastornos y una de los
(Epidemiological Catchment Area) de EE.UU, fueron los servicios.
primeros trabajos desarrollados en América Latina que En tal sentido, parece claro que el desarrollo de la
incorporaron los avances metodológicos del área, per- investigación en América Latina nos sitúa aún en un
mitieron analizar los hallazgos a la luz de los obtenidos nivel que se ajusta a la primera parte de esta doble ver-
en otros contextos culturales, a la vez que dieron na- tiente. De manera que los desafíos actuales se deberían
cimiento a una tradición investigadora que permanece orientar no sólo a aumentar el número de investigacio-
hasta hoy y que se amplía a la epidemiología de trastor- nes con calidad metodológica e interés que permitan
nos mentales en niños y adolescentes (46, 47). su socialización, al menos a nivel regional, sino también
Uno de los pocos estudios de seguimiento sobre a responder preguntas relacionadas tanto con la orga-
patologías específicas, en este caso la esquizofrenia, fue nización de los servicios entregados como con la efec-
llevado a cabo en Cali, Colombia, en el marco del Estu- tividad de las intervenciones propuestas. No obstante,
dio Piloto Internacional de Esquizofrenia realizado por resta mucho camino por recorrer y, probablemente, no
la OMS (48, 49). Uno de los hallazgos más conocidos de se trate del abandono de un área y su reemplazo por
este amplio estudio multicéntrico, al que colaboran los la otra, sino la necesaria complementariedad entre am-
datos colombianos, es el que se refiere al mejor curso bas, a la luz de los procesos en curso –y aquellos que
de la esquizofrenia en países en desarrollo. permanecen pendientes– de re-estructuración de la
Los restantes países del área reúnen aportes muy atención en psiquiatría y salud mental.
diversos. Mientras en Costa Rica destaca una rica tradi- Así, una poderosa y esclarecedora epidemiología
psiquiátrica basada tanto en los individuos/pacientes
ción de estudios en el área del alcohol y las drogas, que
y usuarios/servicios permitirá identificar, además del
tiene su contraparte institucional en un instituto nacio-
rol de las conocidas variables sociodemograficas, las
nal sobre alcoholismo y farmacodependencias (50, 51),
correlaciones y factores de riesgo ocultos en la actual
en Cuba son más frecuentes los estudios sobre preva-
estructura y funcionamiento de nuestra sociedad, los
lencia tratada, desarrollados en el marco de un sistema
que parecen perpetuar el efecto de la creciente epi-
de atención estatal y unificado (52, 53). A diferencia
demia de trastornos mentales creando una secuencia
de lo anterior, la epidemiología psiquiátrica uruguaya
de traumas que a su vez producirán más sufrimientos
parece entrar con retraso a los nuevos desarrollos del
y nuevos traumas.
área, a excepción de estudios recientes orientados a la
epidemiología histórica de las personas ingresadas en
REFERENCIAS
instituciones de cuidado (54) y a identificar factores de
riesgo en población infantil (55). También con un de- 1. Levi Y. Decisions and Revisions. Philosophical essays on knowled-
sarrollo incipiente aparecen estudios generados en el ge and value. Cambridge: Cambridge University Press, 1984
área de Centro América, como el llevado a cabo a inicios 2. Kendell RE. The mental health act commission’s “guidelines” a
future threat to psychiatric research. Br Med J 1986; 292: 1249-
de los noventa en Nicaragua, sobre una muestra de 201
50
familias y cuyo objetivo era examinar la estructura de 3. Berstein RJ. The reconstruccion of social and political theory.
familias con individuos aquejados de algún trastorno Oxford: Blackwell, 1976
mental (56). 4. Jenner F, Vicente B. Sociobiology. BreakThrough 1997; 1(3):9-16
Finalmente, en los últimos años diversos autores 5. Albee G. The fouth revolution. In: Promotion of Mental Health.
Trent D. & Colin R. (Eds.) Aldershot: Asligate Publishing Limited,
de países con un amplio desarrollo en investigación y 1994
en las redes de servicios en salud mental, han venido 6. Shepherd, M. The origins and directions of social psychiatry. In-
planteando la necesidad de trasladar el foco de inves- tegrative Psychiatry 1983; 1:86-88
tigación desde el nivel de los individuos al de los ser- 7. Guze S. Biological psychiatry. Is there any other kind? Psycholo-
gical Med 1989; 19:315-23
vicios, en un intento por evaluar el costo-efectividad 8. Almeida Filho N. Social epidemiology of mental disorders. A re-
de las acciones llevadas a cabo en esta área. Tansella y view of Latin American Studies. Act Psych Scand 1987; 75(1):1-
Thornicroft (57) señalan que lo social y epidemiológico 12

194 | GACETA UNIVERSITARIA


BENJAMÍN VICENTE, SANDRA SALDIVIA, PEDRO RIOSECO

9. Mariategui J. La psiquiatría peruana: presente y futuro. Rev neu- en áreas urbanas brasileiras (Brasilia, Sao Paulo, Porto Alegre).
ropsiquiatr 1999; 62(1):3-13 Rev ABP-APAL 1992; 14(3):93-104
10. Casullo MM. Programa de investigaciones sobre epidemiología 30. Almeida N, Mari JJ, Coutinho E, Franca JF, Fernandes J, Andreoli
psiquiátrica en la Argentina. Informe general. Acta psiquiátr psi- SB, Busnello E. Brazilian multicentric study of psychiatric morbi-
col Am Lat 1980; 26(4):327-31 dity. Br J Psychiatry 1997; 171:524-29
11. Pagés F. Bases para un estudio de prevalencia de los trastornos 31. Almeida N, Canino G. Epidemiología psiquiátrica. Definiciones,
mentales en la Argentina. Acta psiquiátr psicol Am Lat 1982; métodos, investigaciones. En Vidal G, Alarcón R y Lolas F (Eds.)
28(5):183-93 Enciclopedia Iberoamericana de Psiquiatría. Tomo II. Macropedia:
12. Pagés Larraya F. Teoría de la locura de las masas. Epílogo del 487-501. Buenos Aires: Editorial Médica Panamericana, 1995
programa de investigación sobre epidemiología psiquiátrica 32. Horwitz J, Marconi J. Estudios epidemiológicos y sociológicos
del CONICET. Acta psiquiátr psicól Am Lat 1987; 33(3):187-208 acerca de la salud mental en Chile. Acta psiquiátr psicol Am Lat
13. Casullo MM, Philip A. Estudios sobre la prevalencia de síntomas 1967; 13(1):52-58
psiquiátricos en el Partido bonaerense de Patagones. Acta psi- 33. Marconi J. La revolución cultural chilena en programas de salud
quiátr psicol Am Lat 1981; 27(1): 60-71 mental. Acta psiquiátr psicol Am Lat 1973; (19):17
14. Ortiz O, Casullo M, Grillo O. Epidemiología descriptiva de los 34. Florenzano R, Surruty JE, Jiménez K, Heerlein A, Lavados M, Ja-
desórdenes psiquiátricos en la ciudad de Trelew. Acta psiquiátr dresic E. Estudio de la confiabilidad del diagnóstico de neurosis
psicol Am Lat 1982; 28(4):281-92 realizado por médicos generales urbanos (MGU) en consultorio
15. Di Marco G. Prevalencia de desórdenes mentales en el área me- periférico. Rev Chilena Neuro-psiquiatría 1978; 16(3):33-36
tropolitana de la República Argentina. Acta psiquiátr y psicol 35. Florenzano R, Martínez MA. Características de la estructura de
Am Lat 1982; 28(2): 93-102 la morbilidad y del funcionamiento de un servicio psiquiátri-
16. AskenaziI M, Casullo MM. Factores socioculturales y presencia co ambulatorio en Santiago. 1980 Cuadernos Médico-Sociales
de psicopatología en poblaciones de distintas localidades ar-
1980; 21(3):36-43
gentinas. Acta psiquiátr y psicol Am Lat 1984; 30(1):11-20
36. Uribe M, Vicente B, Saldivia S, Retamales J, Rioseco P, Boggia-
17. Campillo-Serrano C, Caraveo-Anduaga J, Medina-Mora ME, Mar-
no G. Prevalencia de trastornos mentales en el nivel primario
tinez-Lanz P. Confiabilidad entre clínicos utilizando la Entrevista
de atención en la comuna de Talcahuano. Rev psiquiatría 1992;
Psiquiátrica Estandarizada de Goldberg en una versión mexica-
9(1):1018-1027
na. Acta psiquiátr psicol Am Lat 1981; 27(1):44-53
37. Araya R. Psychiatry morbidity in primary health care in Santia-
18. Padilla GP, Ezban BM, Medina-Mora ME, Mas Condes C, Campi-
go, Chile. Br J Psychiatry 1994; 165:530-33
llo-Serrano C. El médico general en la detección de trastornos
38. Florenzano R. Frecuencia y características de los trastornos
emocionales. Salud Pública de México 1984; 26(2):138-45
emocionales en pacientes que consultan en el nivel primario de
19. Medina-Mora ME, Padilla GP, Mas Condes CC, Ezban BM, Caraveo
atención en salud en Santiago de Chile. Acta psiquiátr psicol Am
J, Campillo-Serrano C, Corona J. Prevalencia de trastornos men-
Lat 1997; 43(4):283-91
tales y factores de riesgo en una población de práctica médica
39. Vicente B, Vielma M, Rioseco P. Un programa de epidemiología
general. Acta psiquiátr psicol Am Lat 1985; 31(1):53-61
psiquiátrica para Chile. Rev Psiquiatría 1994; 11(4):160-171
20. Caraveo J, González C, Ramos L. Indicadores clínicos de altera-
ción psiquiátrica en la práctica médica general. Salud Pública 40. Vicente B, Rioseco P, Vielma M, Uribe M, Boggiano G, Torres S.
de México 1985; 27(2):140-48 Prevalencia de vida de algunos trastornos psiquiátricos en la
21. Ezban BM, Padilla GP, Medina-Mora ME, Gutiérrez CE. Aplicación provincia de Concepción. Rev Psiquiatría 1992; 9(1):1050-60
de un cuestionario de detección de casos psiquiátricos en dos 41. Vicente B, Saldivia S, Rioseco P, Vielma M, Escobar B, Medina E,
poblaciones de la práctica médica general. Salud Pública de Cordero M, Cruzat M, Vicente M. Transtornos psiquiátricos en
México 1985; 27(5): 386-90 diez comunas de Santiago: prevalencia de seis meses. Rev Psi-
22. González C, Caraveo J, Ramos L, Sánchez J. Confiabilidad de la quiatría 1994; 11(4):194-202
Cédula de Entrevista Diagnóstica (DIS) en pacientes psiquiátri- 42. Vicente B, Rioseco P, Saldivia S, Madariaga C, Vielma M, Muñoz
cos mexicanos. Salud Mental 1988; 11(1):48-54 M, Reyes L, Tomé M. Prevalencia de vida y seis meses de algunos
23. Lara H. Un estudio epidemiológico de las alteraciones del sueño trastornos psiquiátricos en la población de 15 años y más de la
en niños. Salud Pública de México 1976; 16(5):721-28 Provincia de Iquique. Rev Psiquiatría 1998; 15(2):59-69
24. Macías G, Verduzco A. Análisis de las características de un grupo 43. Vicente B, Rioseco P, Vielma M, Boggiano G, Silva L, Saldivia S.
de niños con trastorno por déficit de atención. Salud Pública de Prevalencia de vida y seis meses de algunos trastornos psi-
México 1986; 28(3):292-99 quiátricos en la Provincia de Cautín-Chile. Rev Psiquiatría 2000;
25. Kessler RC. Psychiatric epidemiology: selected recent advances 17(2):75-86
and future directions. Bull World Health Organ 2000; 78(4):464- 44. Vicente B, Rioseco P, Saldivia S, Kohn R, Torres S. Estudio chileno
74 de epidemiología psiquiátrica (ECEP). Rev Medica Chile 2002;
26. Almeida N. Development and assessment of the QMPI: a Bra- 130: 527-536
zilian childrens behavior questionnaire for completion by pa- 45. Vicente B, Kohn R, Rioseco P, Saldivia S, Baker CL, Torres S. Popu-
rents. Social Psychiatry 1981; 16(4):205-11 lation prevalence of psychiatric disorders in Chile:6-month and
27. Almeida N. Familiy variables and child mental disorders in a 1-month rates. Psychiatric Prevalence Study. British Journal of
third world urban area (Bahia, Brasil). Social Psychology 1984; Psychiatry 2004; 184:299-305
19(1):23-30 46. Bravo M, Canino GJ, Bird HR. El DIS en español: su traducción y
28. Mari JJ. Psychiatric morbidity in three primary medical care cli- adaptación en Puerto Rico. Acta psiquiátr psicol Am Lat 1987;
nics in the city of Sao Paulo. Issues on the mental health of the 33(1):27-42
urban poor. Social Psychiatry 1987; 22(3):129-38 47. Canino GJ, Bird HR, Shrout PE, Rubio-Stipec M, Bravo M, Martínez
29. Almeida N, Mari J, Coutinho E, Franca JF, Fernandes JG, Andreoli R, Sesman M. y Guevara LM. The prevalence of specific psychia-
SB, Busnello E. Estudio multicéntrico de morbidade psiquiátrica tric diserders in Puerto Rico. Arch Gen Psych 1987; 44(8):727-35

GACETA UNIVERSITARIA | 195


ANTECEDENTES Y PERSPECTIVAS DE LA PSIQUIATRÍA SOCIAL Y LA EPIDEMIOLOGÍA PSIQUIÁTRICA

48. León CA. El Estudio Piloto Internacional sobre Esquizofrenia, sus 54. Ginés A. Desarrollo y ocaso del asilo mental en Uruguay. Rev
implicaciones para América Latina. Acta psiquiátr psicol Am Lat Psiquiatr Urug 1998; 62(2):37-40
1976; 22(3):167-183 55. Kohn R, Levav I, Alterwain P, Ruocco G, Contera M, Grotta SD. Fac-
49. León CA. Curso clínico y evaluación de la esquizofrenia en Cali. tores de riesgo de trastornos conductuales y emocionales en
Un estudio de seguimiento de 10 años. Acta psiquiátr psicol Am la niñez: estudio comunitario en el Uruguay. Rev Panam Salud
Lat 1986; 32(2):95-136 Publica 2001; 9(4):211-8
50. Miguez HA. Apuntes sobre la cultura del guaro. Acta psiquiátr 56. Penayo U, Caldera T, Jacobsson L. Trastornos mentales en Nica-
psicol Am Lat 1987; 33(2):105-11 ragua: perspectiva familiar. Acta psiquiátr Psicol Am Lat 1992;
51. Miguez H. Hombres y temas en la epidemiología psiquiátrica 38(3):213-22
en América Latina. En: Vidal, Alarcón y Lolas (Eds.) Enciclopedia 57. Tansella M y Thornicroft G. The matrix Mental Health. MATRIX, A
Iberoamericana de Psiquiatría. Tomo II. Macropedia: 502-503. manual to improve services. Cambridge University Press, Cam-
Buenos Aires, Editorial Médica Panamericana, 1995 bridge, 1999
52. Barrientos de Llano G. Epidemiología psiquiátrica. Revista Cuba- 58. Lesage AD. Evaluating the closure or downsizing of psychiatric
na de Epidemiología en Psiquiatría 1975; 13(1-2) hospitals: social or clinical event? Epidemiol Psichiatr Soc 2000;
53. Barrientos de Llano G. Epidemiología en psiquiatría. Actualidad 9(3):163-70
en Psiquiatría. Serie: Información Temática, 1980

196 | GACETA UNIVERSITARIA


TRAUMATISMO ENCEFALOCRANEANO. FAMILIA. INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA
MAKARENA MORIS
CEPHALOCRANEAL TRAUMATISM. FAMILY. PSYCHOLOGICAL INTERVENTION

REHABILITACIÓN

CONSIDERACIONES PSICOLÓGICAS PARA UNA


INTERVENCIÓN GRUPAL EN FAMILIAS QUE
CONVIVEN CON LAS SECUELAS DE UN DAÑO
CEREBRAL ADQUIRIDO
(Rev GU 2005; 1; 2: 197-201)

Makarena Moris1

El presente artículo persigue exponer algunos aspectos psicológicos implicados en la reacción de


la familia de pacientes que sufren un Traumatismo Encefalocraneano. Se gesta a partir de una
revisión bibliográfica y sintetiza los efectos que este tipo de lesión produce en el funcionamiento,
estructuración y desarrollo de la vida familiar. La injerencia significativa de estas consecuencias
en la rehabilitación del miembro de la familia afectado, releva la importancia de proveer acciones
útiles que contemplen la singularidad de las necesidades de cada sistema y el momento idóneo
para la prestación de éstas. La naturaleza y la satisfacción de las demandas del grupo familiar
varía dependiendo de la fase de recuperación del integrante lesionado, siendo más adecuada una
intervención psicológica bajo una modalidad grupal, cuando el sistema en su proceso de adaptación
alcanza un estadio en que posee expectativas más realistas frente a los alcances del proceso de
rehabilitación.

C uando un individuo sufre un trauma serio, que deri-


va en una lesión cerebral, los miembros de la familia
se ven afectados significativamente. La habilidad de la
influencia de múltiples factores, tales como: las funcio-
nes preservadas, la reacción del individuo y las caracte-
rísticas del entorno, donde asume gran protagonismo
familia para sobrepasar el trauma es importante para el el grupo familiar (2).
proceso de rehabilitación del individuo (7). De hecho, los familiares de la persona afectada
La meta fundamental de este proceso es la adap- deberán proporcionar apoyo y asistencia al paciente
tación social del paciente con secuelas, el cual recibe la tras el accidente y a lo largo del tiempo, función que

1
Licenciada en Psicología, Universidad de Santiago de Chile. makamoris@hotmail.com

GACETA UNIVERSITARIA | 197


CONSIDERACIONES PSICOLÓGICAS PARA UNA INTERVENCIÓN GRUPAL EN FAMILIAS QUE...

provoca un fuerte impacto personal, que en ocasiones base de los aspectos antedichos, el enfoque sistémico
puede llegar a ser tan devastador como para la perso- familiar resulta conveniente a la hora de tener un mar-
na lesionada por la afección que se produce en todo el co teórico de comprensión que permita el diseño de
conjunto familiar (4). acciones terapéuticas más eficaces, centradas en las re-
Esta situación de crisis por lo general causa en laciones del sistema familiar y en las necesidades de las
la familia sentimientos de rechazo, ambivalencia, ver- personas que conviven con el enfermo, considerándo-
güenza, temor, culpabilidad e irritabilidad. Sentimientos los dentro del foco de intervención, pero también como
susceptibles de desencadenar reacciones: depresivas, parte importante del proceso de rehabilitación.
negadoras, racionalizadoras y de optimismo excesivo,
que derivan en la manifestación de actitudes: hiperexi- IMPACTO EN EL SISTEMA FAMILIAR
gentes, hiperindulgentes y discordantes (5).
Este tipo de conductas está condicionado por el Al contemplar a la familia como un sistema social
nivel educativo, socioeconómico y sociocultural que el abierto, constituido a su vez por subsistemas (parental,
grupo familiar posee, por el número de integrantes que conyugal, fraterno, entre otros), que a su vez contiene
lo constituye y por la naturaleza de las interacciones subsistemas individuales y que está en interacción con
entre todos y cada uno de sus miembros (5). Sin em- otros sistemas sociales, es posible entender los fenó-
bargo, cuando la lesión recae en el padre de familia que menos tomando en cuenta el todo que los comprende
desarrolla el rol de provisión económica del sistema, la y del que forman parte a través de su interacción, de
alteración y la carga experimentada por el resto de los los patrones relacionales y del contexto en que ocu-
miembros del grupo suele ser más difícil de sobrellevar, rren (5).
a raíz de la transformación que se produce en la diná- Por ello, la aparición de un traumatismo encefalo-
mica de funcionamiento dentro del sistema. (7). craneano crea una crisis inmediata en la unidad familiar,
Al respecto, los traumatismos encefalocraneanos
al modificar las relaciones entre los diferentes miem-
(TEC) representan un grave problema en los países
bros, los roles que cada uno ejercía, las expectativas y
industrializados del mundo occidental, no sólo por su
los planes de futuro establecidos (3).
elevada incidencia sino también por aquejar a un grupo
A menudo experimentan estrés, puesto que se ven
de población joven, influyen más frecuentemente en
afectados por la necesidad de afrontar un traumatismo
personas con menos de 40 años y afectan a más varo-
inicial y los cambios físicos, neuropsicológicos y emo-
nes que a mujeres. A raíz de esto, la función del cuidado
en el sistema familiar adquiere predominantemente un cionales que se producen después del traumatismo (4).
perfil femenino (1). Es importante considerar que esta carga en ocasiones
El grado de repercusión en el sistema familiar va a puede ser mayor que la que experimenta el paciente y,
depender tanto de la gravedad y tipo de secuelas, como a su vez, tiende a ser crónica al igual que algunos de los
de la percepción que cada uno de sus componentes cambios producidos por el daño cerebral y a aumentar
tenga del significado de los síntomas y de su conoci- con el paso del tiempo (3).
miento de la enfermedad (2).
Por ello, los planteamientos actuales en rehabili- FACTORES QUE PRODUCEN ESTRÉS EN LOS
tación implican la participación de un equipo interdis- FAMILIARES
ciplinario que atienda la recuperación a nivel integral,
contemplando lesiones orgánicas y aspectos psicológi- Los factores que más se mencionan en la literatura son
cos y sociales de diversa índole (6). los relacionados con la severidad de la lesión, los cam-
Con el propósito de facilitar la adaptación y rein- bios en la conducta, en la personalidad y la existencia
serción del paciente en la comunidad y considerando de los déficit cognitivos (4).
el importante papel que las familias juegan en este Sin embargo también existen otros, que no depen-
proceso, se vuelve necesario el diseño de estrategias den directamente de la severidad de la lesión inicial (3),
de intervención psicológica que involucren las necesi- tales cómo:
dades emocionales e instrumentales que las familias
presentan, así como también el momento idóneo para • Incertidumbre durante los primeros días respecto
la proporción de cierto tipo de ayuda dependiendo de a las características de la lesión y la amenaza a las
la fase de recuperación. posibilidades de sobrevivencia del paciente
Ahora bien, la salud mental familiar puede ser • Rasgos de personalidad premórbidos de la perso-
abordada desde diversos puntos de vista, pero sobre la na lesionada

198 | GACETA UNIVERSITARIA


MAKARENA MORIS

ÁREA DE ESTRÉS SISTEMA CONYUGAL SISTEMA PATERNAL

Dependencia Para la pareja supone tener que adaptarse a Para los padres implica volver a asumir un
un nuevo estilo de vida muy diferente a las rol con el que están familiarizados.
expectativas que se tenían respecto a la vida
futura en común.
Carga Personal La responsabilidad única del cuidado facilita Si los dos padres están vivos, pueden apo-
sentimientos de soledad, depresión y aisla- yarse mutuamente y compartir las cargas
miento social del cuidado del hijo.
Problemas Familiares El cónyuge debe soportar mayores respon- La disfunción que se produce es menor,
sabilidades domésticas, finan­cieras y lega- dado que la alteración de las funciones se
les. expresa en términos de exigencia más que
Cuando hay hijos(as) en la familia han de en tipos de roles a desempeñar.
asumir el rol paterno de la persona afectada, Por lo general, los padres identifican menos
y hacerse cargo del bienestar económico y alteraciones de conducta que los cónyuges.
emocional de todo el sistema.
La relación de pareja se ve mermada por
una pérdida de autoestima en ambos, pérdi-
da en la cohesión familiar, reducción o inclu-
so pérdida del contacto sexual

• Capacidad de la familia para elaborar pérdidas o 1. Dependencia: estrés asociado con las demandas
cambios que significa el cuidar de alguien que está inhabili-
• Cambios de roles dentro del sistema tado; esto incluye el estrés de tratar a un individuo
• Comunicación insuficiente con los profesionales con altas demandas (7).
involucrados en el tratamiento del afectado 2. Carga personal: estrés relacionado con el senti-
• Dependencia del paciente de la familia miento de que toda la responsabilidad cae en una
• Aislamiento social sola persona, incluyendo la percepción de que en
• Disponibilidad de la provisión de cuidados a la per- un futuro no habrá nadie para reemplazarla. La
sona afectada alta carga personal también está relacionada con
la percepción de que el esfuerzo propio no es apre-
• Aspectos legales y financieros
ciado. A su vez, en muchas ocasiones, se asocia a la
preferencia del cuidado institucional (7).
ÁREAS DE ESTRÉS ASOCIADAS AL 3. Problemas Familiares: el estrés vinculado con los
FUNCIONAMIENTO FAMILIAR cuidados del resto de la familia. Por ej: la pérdi-
da de oportunidades económicas para los pro-
Los principales efectos a los que alude la literatura se veedores, el costo en finanzas y la presencia de
refieren al nivel y a los distintos tipos de estrés que su- angustia, resentimiento, con el resto de la familia
fre la familia, este último depende del tipo de relación extensa (7).
que se tenga con la persona lesionada (7).
Un estudio de Allen et al. (1994), plantea que las EFECTOS DE UNA LESIÓN CEREBRAL EN LOS
familias que conviven con un miembro que ha sufrido DISTINTOS SISTEMAS DE LA FAMILIA
una lesión cerebral experimentan un grado mayor de
estrés que aquellas que están al cuidado de otro tipo de Es necesario enfatizar que una lesión cerebral traumáti-
discapacidad. Dichos autores plantean que la carga en ca no afecta del mismo modo a los diferentes miembros
su funcionamiento es de tipo multidimensional, identi- y a las relaciones establecidas dentro de la familia, pues
ficando las siguientes áreas de estrés: cada componente desempeña diferentes roles y res-

GACETA UNIVERSITARIA | 199


CONSIDERACIONES PSICOLÓGICAS PARA UNA INTERVENCIÓN GRUPAL EN FAMILIAS QUE...

Etapas y reacción Inicial o aguda Rehabilitación: Meseta


familiar prototípica Schock:“deseos de que Esperanza: “se pondrá bien”. Aceptación: “no volverá a ser el
sobreviva” Realidad: “todavía está mismo”
Esperanza: “se pondrá bien” progresando, pero la Ajuste: “nuestras vidas son
Necesidades
recuperación es muy lenta” ahora muy diferentes”
Información Educación sobre las lesiones Respecto a la evolución Cuestiones legales y
cerebrales y específicamente alcanzada y pronósticos financieras.
sobre la lesión que afecta a su basados en la experiencia
pariente. previa.
Pronóstico. Educación sobre estrategias de
manejo.
Apoyo Emocional Necesidad de esperanza Necesidad de esperanza Es más necesario después de
(negación), donde la fuente (negación), entregada años de ocurrida la lesión.
principal a la que acuden es el principalmente por redes de Compartir significados
equipo médico. apoyo informales. comunes con otros que
Quejas respecto a la actitud Mayor probabilidad de crítica y hayan vivenciado la misma
pesimista de este último. resistencia al tratamiento. experiencia (creación de
grupos de autoayuda).
Apoyo instrumental Facilitación de tareas Facilitación de tareas Necesidad de un respiro ante
domésticas para acudir al domésticas para la provisión de las altas demandas del cuidado.
hospital. cuidados.
Apoyo profesional Necesidad de saber que Necesidad de ser incluidos en Apoyo y contención psicológica
el equipo médico se está el tratamiento: entrenamiento para aumentar la sensación de
preocupando en forma de las habilidades específicas competencia y autoconfianza.
profesional del enfermo. para mejorar las problemáticas
Inestabilidad ante la comportamentales y cognitivas
preocupación por la variación (apoyo del papel de las familias
de roles y cuán permanentes en el proceso de rehabilitación).
van a ser estas alteraciones.
Necesidad de
clarificación por parte del
equipo médico.

ponsabilidades dentro del sistema, tiene características • Ausencia de demostraciones de cariño y de inte-
de personalidad distintas y utiliza diversas habilidades racciones dentro de límites normales (3, 7).
de enfrentamiento ante las dificultades (3). • El padre se vuelve menos tolerable por su compor-
En este sentido, sobre la base de las áreas de estrés tamiento egocéntrico (3).
antes mencionadas, es posible establecer la siguiente • Menor efectividad como madre de la pareja sana,
comparación, dependiendo de si el miembro afectado o incapacidad de esta última para compensar las
es un cónyuge o un hijo adulto (7): funciones paternas de la pareja lesionada, lo cual
se relaciona con la presencia de depresión (7).
Respecto a la afección que sufren los hijos frente
a la lesión cerebral de alguno de los componentes del
Cabe destacar que las secuelas neurológicas que
sistema paternal, ha habido muy poca investigación. ocasionan altos niveles de estrés en el sistema familiar
Sin embargo, no hay duda de que los cambios en la di- son:
námica familiar inciden en ellos. El principal efecto que
se menciona son las dificultades del comportamiento, • Alteraciones en el comportamiento interpersonal.
en especial si el lesionado es el padre(7). Éstas se aso- • Aumento de la dependencia por descenso de la
cian a: eficiencia cognitiva.

200 | GACETA UNIVERSITARIA


MAKARENA MORIS

• Presencia de comportamiento agresivo; la agresi- • Apoyo que facilite la modificación de patrones de


vidad del miembro lesionado aumenta la agresivi- interacción no adaptativos dentro del sistema, a fin
dad en el resto de la familia. de favorecer relaciones más satisfactorias y gratifi-
• Las mayores deficiencias son atribuidas a pro- cantes.
blemas en el lóbulo frontal; la frustración para la
familia es mayor cuando el individuo exhibe defi- Por su parte, la ventaja que ofrece un contexto gru-
ciencias en la planificación, iniciación y monitoreo pal alude al importante intercambio de experiencias y
social. sentimientos que en él se producen, lo que permite una
• Escasa conciencia del deterioro cognitivo y a nivel exploración e identificación globalizada de los temas
conductual. que allí se discuten. Pero las familias reciben un mayor
• Inhabilidad para expresar empatía y en la resolu- beneficio en encuentros con familias que ya han pa-
ción de problemas. sado por esta experiencia, luego de que en su proceso
• Secuelas relacionadas con la expresión de la sexua- de adaptación alcanzan un estadio en que poseen ex-
lidad, tales como: impulsividad y descenso en la pectativas más realistas; en este momento la provisión
frecuencia de contacto sexual (1, 3, 7). de apoyo emocional entre “pares” es muy necesaria y
significativa.
RECONOCIMIENTO DE LAS NECESIDADES DE LA En síntesis, es favorable para el miembro afectado
FAMILIA ser asistido por su familia, sin embargo la familia tam-
bién va a requerir constantemente asistencia profesio-
Después de contemplar posibles problemas a los que nal. En esta cohesión es donde se obtienen los mayores
se enfrentan las familias de personas con lesiones ce- alcances, la educación y el entrenamiento ofrecen ma-
rebrales, es preciso identificar sus necesidades a la hora yores beneficios en el proceso de rehabilitación, sobre
de diseñar estrategias de intervención que minimicen todo cuando se involucran los efectos a largo plazo.
el estrés y maximicen la adaptación de la familia a esta Lamentablemente la literatura está más centrada
nueva situación. en el estrés y la carga que un lesionado provoca en la
familia, más que en los modos de sobreponerlas.
CONSIDERACIONES FINALES
REFERENCIAS
Las necesidades de las familias tienen una carácter mar-
1. Berguero T, Gómez A, Herrera F. Grupo de cuidador primario de
cadamente dinámico, dando lugar a un flujo continuo daño cerebral: una perspectiva de análisis. Revista de Neuropsi-
de necesidades emocionales e instrumentales, donde quiatría [versión electrónica]. 2000; 20(73): 127-135
es importante determinar cuál es el tipo de apoyo que 2. Delgado C. Evaluación y Tratamiento de las alteraciones men-
necesitan y en qué momento proporcionarlo (1). tales y del comportamiento en los traumatismos craneales. En
Mapfre (Eds), Daño Cerebral Traumático, neuropsicología y Cali-
En este sentido, una intervención psicológica bajo dad de Vida, 8: 187 - 210. Ed Mapfre, España, 1995
una modalidad grupal reviste la necesidad de un pro- 3. Fernández S, Muñoz JM. Las familias en el proceso de rehabilita-
grama mixto que contemple tanto aspectos psicoedu- ción de las personas con daño cerebral sobrevenido. Psicología.
cativos como la provisión de apoyo y contención. com. [on line], 1997,1, 53 párrafos. Recuperado de: http://.psi-
quiatría.com/psicología/vol 1num1/art_7.htm.
Sin embargo, como ha quedado manifestado, la 4. FLENI, Equipo de Rehabilitación Neurológica. Traumatismos de
naturaleza y la satisfacción de este tipo de necesidades cráneo: una guía para la familia [on line] 1999. Recuperado de:
varía a lo largo del tiempo. La literatura plantea (3, 7) http://www.biausa.org.
que en la fase aguda y de recuperación resulta más va- 5. Montenegro H. Salud Mental Familiar. En: Montenegro H, Gua-
jardo H (Eds). Psiquiatría del Niño y del Adolescente (2ª Ed.), 2: 50
lioso para las familias una intervención vinculada a su – 58. Ed Universitaria, Santiago, Chile, 1994
propia experiencia y que proporcione: 6. Verdugo A. El Papel de la Psicología de la Rehabilitación en la In-
tegración de Personas con Discapacidad y el Logro de la Calidad
• Información sobre el daño cerebral y sus secuelas. de Vida. En Mapfre (Eds), Daño Cerebral Traumático, neuropsico-
logía y calidad de vida, 1: 3 - 22. Ed Mapfre, España, 1995
• Instrucciones sobre estrategias de afrontamiento 7. Willer B, Flaherty PM, Coallier S. Families Living with the Effects
adecuadas para problemas particulares. of Acquired Brain Injury. En: Wood R, McMillan T (Eds). Neuro-
• Contención frente a sentimientos frecuentes, como behavioural Disability and Social Handicap Following Traumatic
tristeza, ansiedad, rabia, culpa, entre otros. Brain Injury, 3: 47-67. Ed Psychology Press, Philadelphia, 2001
• Ajuste de expectativas de recuperación.

GACETA UNIVERSITARIA | 201


TERAPIAS PSICOANALÍTICAS. POLÍTICAS DE SALUD
EL ROL DE LAS TERAPIAS PSICOANALÍTICAS EN LAS FUTURAS POLÍTICAS DE SALUD EN CHILE
PSYCHOANALYTIC THERAPIES. POLICIES OF HEALTH

PANEL DE EXPERTOS

EL ROL DE LAS TERAPIAS PSICOANALÍTICAS EN


LAS FUTURAS POLÍTICAS DE SALUD EN CHILE:
ANTECEDENTES PARA UNA CONTROVERSIA
NECESARIA
(Rev GU 2005; 1; 2: 202-209)

Guillermo de la Parra1, Ramón Florenzano2, Juan Pablo Jiménez3

Las psicoterapias psicoanalíticas ocuparon y siguen ocupando un sitial


relevante en la historia de la psicoterapia. Hoy en día mantienen su vigencia
en la medida que han respondido enérgicamente a las críticas provenientes
desde la salud pública, la ciencia, las otras orientaciones terapéuticas y desde
el interior de las mismas organizaciones psicoanalíticas. Esta respuesta ha
consistido en someterse sistemáticamente a pruebas empíricas de eficacia (en
estudios estandarizados, con pacientes y terapeutas seleccionados en terapias
guiadas por manuales) y efectividad (en estudios naturalísticos donde se
realizan las terapias).

E l presente informe se refiere al rol que deberán ju-


gar las terapias analíticas en la organización de ser-
vicios de salud mental futuros en Chile. Tanto la Política
a) Las terapias analíticas son empíricamente efectivas.
Esto ha sido demostrado en numerosos trabajos cien-
tíficos. Terapias derivadas de éstas como las terapias
Nacional de Salud Mental del Ministerio de Salud en su interpersonales han demostrado asimismo ser tanto o
versión 2001 como los planes para un eventual plan más eficaces que las terapias farmacológicas en trata-
Auge. Este informe desarrollará tres líneas argumenta- mientos de la depresión, especialmente en seguimien-
tivas: tos a largo plazo.

1
Unidad de Psicoterapia Adultos, Departamento de Psiquiatría, Facultad de Medicina Universidad Católica de Chile
2
Hospital del Salvador. Facultad de Medicina, Universidad de Los Andes.
3
Departamento de Psiquiatría Oriente, Facultad de Medicina, Universidad de Chile

202 | GACETA UNIVERSITARIA


GUILLERMO DE LA PARRA, RAMÓN FLORENZANO, JUAN PABLO JIMÉNEZ

b) Existe una importante población de terapeutas dis- los conceptos de inconsciente psicodinámico, defensa,
ponibles en Chile con formación básica psicoanalítica. transferencia y contratransferencia están tan justificados
Ellos son fácilmente entrenables en terapias psicodiná- como en psicoanálisis, en las distintas formas de terapia
micas breves y/o interpersonales, que han demostrado se aplican de manera diferenciada. Las técnicas, diferen-
alta efectividad en el tratamiento de las depresiones. ciables entre sí, son más orientadas a los síntomas y al
El desarrollo de modalidades operacionalizadas de te- campo interpersonal, buscan una ganancia en tiempo o
rapias derivadas del psicoanálisis puede entonces, en en número de sesiones, contienen elementos de prescrip-
breve plazo, proporcionar un recurso humano numéri- ción conductual y de apoyo. Una terapia psicodinámica
camente interesante. también se puede aplicar en aquellos casos en los que es
necesaria una relación terapéutica de larga duración”.
c) La psicoterapia analítica llega donde otros no llegan. Considerando las evidencias existentes sobre efi-
Su cuerpo teórico y clínico permite una mejor aproxima- cacia, la siguiente lista de procedimientos se ha afian-
ción a los trastornos de personalidad (eje II del DSM-IV) zado dentro del ámbito psicodinámico:
y entrega una mejor respuesta a aquellos pacientes que
buscan respuesta más allá que el alivio sintomático.4 • Intervención en crisis (hasta 6-8 sesiones)
• Terapia breve (hasta 25-30 sesiones)
En este informe nos basaremos principalmente, • Terapia focal (trabajo sobre un foco conflictivo es-
pero no exclusivamente, en tres trabajos que entregan pecífico, entre 2 a 40 sesiones)
una perspectiva general sobre los aportes de las terapias • Terapia psicodinámica de apoyo (técnicas que po-
analíticas: En “The Place of Psychoanalytic Treatments nen en primer plano el vínculo terapéutico como
Within Psychiatry”, Gabbard, Gunderson y Fonagy en el factor de cambio)
año 2002 ; en el documento “Toma de Posición de la So- • Psicoterapia psicodinámica (o también “psicoana-
ciedad Alemana de Medicina Psicoterapéutica (DGPM), lítica sin fecha de término”; generalmente de dos a
del 14.04.2002, sobre el procedimiento fundado en psi- tres veces por semana que se asemeja en varias de
cología profunda, de acuerdo con la encuesta del ‘Con- sus características al psicoanálisis)
sejo Científico de Psicoterapia’ de la Cámara Médica” • Psicoterapia interpersonal (de Klerman & Weisman,
(P.L. Janssen & G.H. Paar, 2002), y el trabajo presentado psicoterapia manualizada de fácil enseñanza que
por uno de los autores del presente documento, Juan se ha aplicado con mucho éxito a áreas sintomáti-
Pablo Jiménez, con motivo de la celebración de los 150 cas)
años del Instituto Psiquiátrico “José Horwitz” (2002). • Terapias de grupo
• Aplicaciones de psicoterapia psicodinámica en en-
DEFINICIONES cuadre hospitalario y clínicas de rehabilitación
• Terapia psicodinámica de pareja y familia
Usaremos como sinónimo las palabras psicoanalítica y
psicodinámica para referirnos a las psicoterapias que Algunas de las características de las terapias di-
nos ocupan. námicas breves actuales son: la elaboración conjunta
El documento alemán da una definición actualiza- (entre paciente y terapeuta) de metas intersubjetivas,
da de las terapias analíticas, la que suscribimos y pre- el tipo de encuadre y métodos; el análisis focalizado
sentamos con algunas modificaciones: de transferencia y resistencia; la configuración de las
intervenciones y del espacio terapéutico que considere
“Las terapias psicodinámicas representan derivaciones o el desarrollo psíquico y lo promueva; el encuadre varia-
modificaciones del psicoanálisis. Si bien en estas terapias ble; el acceso multimodal a los procesos inconscientes,
incluyendo formas que van más allá de la comunica-
ción verbal; la utilización de la dramatización; las inter-
4
En este sentido, es notable que los estudios muestren que venciones movilizadoras de recursos y activadoras de
la gran mayoría de los terapeutas que se consideran a sí acciones; la facilitación de nuevas experiencias emo-
mismos como eclécticos o integrativos, integran elementos
cionales en la relación terapéutica; la elaboración de
de teoría psicoanalítica (Norcorss y Prochaska 1988). Ade-
más, la mayoría de los terapeutas, cuando buscan terapia
transferencia y resistencia en constelaciones interper-
personal, no importando su orientación, acuden a terapias sonales y escenarios grupales.
psicoanalíticas (41%) o psicodinámicas (18%) (Norcross et Las características básicas de las terapias interper-
al. 1988) (ambas referencias citadas por NE Millar, L Lubors- sonales de Klerman (Groves, 1996) son: desenfatizar la
ky, J Barber, JP Docherty (eds.), 1993). transferencia; usar la relación terapéutica para ejem-

GACETA UNIVERSITARIA | 203


EL ROL DE LAS TERAPIAS PSICOANALÍTICAS EN LAS FUTURAS POLÍTICAS DE SALUD EN CHILE

plificar; no focalizar en el contenido mental sino en sobre eficacia –aun cuando de calidad diferen-
el proceso de la interacción del paciente con otros. Es te–, tanto para las terapias psicodinámicas breves
importante enfatizar aquí que estas terapias, investiga- como para aquellas más largas. Para las terapias
das en Estados Unidos, tienen poco riesgo iatrogénico psicodinámicas de duración media, encuentra
y que son aplicables por terapeutas inexpertos usando efectos entre 1.05 y 2.11 (por auto y heteroevalua-
manuales que describen las estrategias paso a paso. ción respectivamente).
• En el mismo estudio en relación con la depresión,
a) “Las terapias analíticas son empíricamente efectivas”. Leichsenring (2001) muestra una magnitud de
efecto tan potente como Crits-Christoph (1992). La
• El corpus sustancial de evidencia se da básicamen- terapia dinámica breve logra grandes efectos tan-
te para el caso de sus variedades breves. Diversos to en la reducción de la sintomatología depresiva
meta-análisis se han ocupado de la eficacia de (0.90-2.80) como en la psiquiátrica general (0.79-
estas terapias, aunque con resultados diferentes 2.65).
(Svartberg & Stiles 1991; Crits-Christoph 1992;
Grawe et al. 1994; Anderson & Lambert 1995, Wes- Dada la prevalencia de los trastornos afectivos en
ten & Morrison 2001, y Leichsenring 2001). En el Chile, nos interesará abordar especialmente en este do-
meta-análisis de 26 estudios realizados entre 1974 cumento el manejo psicoterapéutico de los síntomas
y 1994, Anderson y Lambert encontraron que las depresivos. En lo que sigue, se presentan las conclusio-
terapias analíticas eran igualmente efectivas que nes de una revisión sobre el tratamiento de la depre-
otras variedades en el seguimiento post-trata- sión hecha de acuerdo con los criterios de la psiquiatría
miento demostrándose una leve superioridad en basada en la evidencia:
la evaluación de seguimiento. Además, tres estu-
dios separados han encontrado que la interpreta- 1. La depresión es un trastorno común, cuyo trata-
ción adecuada del conflicto nuclear predice mejor miento psicoterapéutico ha sido estudiado en el
impacto tanto dentro como a lo largo de una se- marco de servicios ambulatorios (nivel secundario
cuencia de sesiones (Crits-Christoph et al.,1988) de atención), de internación hospitalaria y en pro-
El trabajo de Anderson & Lambert considera una gramas de atención primaria.
mayor cantidad de estudios que Crits-Christoph 2. Al considerar la probabilidad de respuesta a la psi-
(1992). En ese estudio subyacen criterios de inclu- coterapia, se deben hacer distinciones diagnósti-
sión más débiles en relación con la experiencia de cas claras en los grupos de pacientes tratados. En
entrenamiento y adherencia: llegan a una magni- particular, los pacientes con episodios agudos de
tud de efecto de 0.71 en comparación con la lista depresión deben distinguirse de los que padecen
de espera y de 0.34 para tratamiento grupal. En depresiones menos severas pero de curso crónico
cambio, en su meta-análisis, Crits-Christoph (1992) (distimias). Además, los pacientes con depresión
se refiere sólo a estudios con estrictos criterios de severa tienen una peor respuesta a las terapias psi-
selección en relación con la experiencia terapéuti- cológicas.
ca, manualización de la terapia y número mínimo 3. En muchos pacientes la depresión es un trastorno
de sesiones. En comparación, la psicoterapia diná- crónico y la probabilidad de recuperación comple-
mica breve lleva a mayores efectos terapéuticos en ta es baja.
comparación con la lista de espera. Crits-Cristoph 4. Los estudios de resultados mejor diseñados desta-
determina la magnitud de efectos de acuerdo con can la eficacia de la Terapia Cognitivo-Conductual
Cohen (1984) de 1.01 para la meta sintomática, (TCC), de la Psicoterapia Interpersonal (PIP) y de la
de 0.82 para la sintomática psíquica general y de terapia dinámica exploratoria estructurada.
0.81 para la adaptación social. La comparación de 5. El tratamiento breve tiene un efecto relativamente
la terapia dinámica breve con otras formas de te- importante cuando se lo evalúa inmediatamente
rapia, como la terapia conductual cognitiva o tra- después de la terminación del tratamiento, pero su
tamiento medicamentoso, no arrojó diferencias impacto global es más bien de corto plazo.
significativas. 6. La eficacia de las intervenciones breves es pobre
• En el estudio meta-analítico recientemente apare- en el largo plazo. La eficacia de los tratamientos
cido de Leichsenring (2001), fueron revisados es- psicológicos de larga duración, como suele darse
tudios publicados entre 1960 y 2001. Leichsenring en la práctica clínica, no ha sido adecuadamente
llega al resultado de que existen datos empíricos estudiada.

204 | GACETA UNIVERSITARIA


GUILLERMO DE LA PARRA, RAMÓN FLORENZANO, JUAN PABLO JIMÉNEZ

7. El tratamiento farmacológico de larga duración es que la terapia cognitiva es más efectiva que otras te-
hasta ahora el único método que inequívocamen- rapias para la depresión (excluyendo la terapia con-
te muestra efectividad en la prevención de recaí- ductual). Sin embargo, el meta-(re)análisis, hecho
das. Hay evidencias sugerentes de que las técnicas por Wampold et al. (2002) no encontró evidencias
psicoterapéuticas, particularmente la Psicoterapia de que la terapia cognitiva fuera más efectiva que
Interpersonal, puede ser coadyuvantes útiles en otras terapias psicológicas. Después de reestructurar
la prevención de recaídas. El análisis de los datos el grupo control, los autores concluyen que los trata-
del “Estudio Colaborativo del Tratamiento de la mientos psicológicos de “buena fe” son igualmente
Depresión” del NIMH no mostró diferencias en la efectivos que la terapia cognitiva. Los tratamientos
reducción de síntomas al terminar el tratamiento fueron definidos de “buena fe” si incluían los si-
en los cuatro grupos estudiados (tratados, respec- guientes elementos: 1) un terapeuta entrenado en
tivamente, con Imipramina más manejo clínico un programa reconocido o con al menos un grado de
(MC), Terapia Cognitivo-Conductual (TCC), Psico- magíster; 2) los encuentros cara a cara fueron usa-
terapia Interpersonal (PIP) y placebo más manejo dos para desarrollar una relación; 3) el tratamiento
clínico (Elkin 1994). Sin embargo, análisis poste- fue individualizado para el paciente y no fue una
riores mostraron que 18 meses después emergie- mera aplicación de un protocolo estándar rígido; 4)
ron diferencias significativas en cuanto a las eva- la terapia incluyó componentes psicológicos válidos.
luaciones hechas por los pacientes de los efectos Los tratamientos así definidos iban desde terapias
del tratamiento sobre su adecuación vital. Los pa- dinámicas a terapias interpersonales altamente es-
cientes en PIP reportaron mayor satisfacción con tructuradas.
el tratamiento que los pacientes en TCC+MC o con 10. Las pruebas de la superioridad de los tratamientos
placebo, y tanto en PIP como en TCC los pacientes combinados (con fármacos) sobre las intervencio-
reportaron mejorías significativas en su capacidad nes psicológicas solas son débiles, con la excepción
de establecer y mantener relaciones interpersona- de su uso con técnicas estructuradas (TCC) intensi-
les y en reconocer y comprender las fuentes de su vas en el marco de internación hospitalaria.
depresión, lo cual debiera tener un impacto profi- 11. La evidencia empírica de la superioridad del tra-
láctico (Blatt et al. 2000). tamiento psicoterapéutico sobre el tratamiento
8. La consideración global de los estudios meta-ana- médico es pequeña, poco confiable y confusa, a
líticos en este campo sugiere que los pacientes causa de la falta de control sobre la naturaleza de
sacan un provecho clínico significativo de las in- los tratamientos médicos ofrecidos.
tervenciones psicoterapéuticas, aun cuando en la 12. La ausencia de seguimientos controlados a largo
mayoría de los casos deba esperarse que perma- plazo en la mayoría de los estudios disminuye el
nezcan sintomáticos y vulnerables a una recaída al valor de las conclusiones concernientes tanto a los
finalizar el tratamiento de un episodio agudo. efectos a largo plazo como a la posibilidad de ge-
9. La eficacia relativa de los tratamientos es difícil de neralizar los resultados.
establecer a causa de las limitaciones de la base 13. El valor de la psicoterapia en el nivel de atención
de datos disponible. Sin embargo, la Terapia Cog- primaria está mal establecido, aunque los pocos
nitivo-Conductual surge desde los estudios como datos disponibles entregan alguna evidencia de
un método poderoso y útil para tratar episodios que los estudios en el marco de atención ambula-
agudos de depresión. La Psicoterapia Interperso- toria (nivel secundario) no debieran generalizarse
nal también emerge como un método valioso en a esta población.
varios contextos, en especial en el tratamiento de 14. Los datos sobre pacientes distímicos apoyan la
síntomas severos y como coadyuvante en el trata- necesidad de considerar la composición de la
miento farmacológico. El antes aludido meta-aná- muestra clínica, particularmente la prevalencia de
lisis de Leichsenring (2001) concluye que no hay depresión doble en los estudios clínicos y las eva-
diferencias en los resultados entre la psicoterapia luaciones hechas en los servicios de atención.
psicodinámica breve (estructurada) y las terapias 15. Hay algunas indicaciones en la literatura que la
cognitivas o cognitivo-conductuales en el trata- calidad de la terapia ofrecida se correlaciona con
miento de la depresión. En todo caso, en ambas el resultado a largo plazo, lo que sugiere que la
formas de terapia, 16 a 20 sesiones son insuficien- mantención de terapias de alta calidad debiera ser
tes para lograr remisiones estables en la mayoría considerada por los proveedores de servicios tera-
de los pacientes. Meta-análisis previos han sugerido péuticos.

GACETA UNIVERSITARIA | 205


EL ROL DE LAS TERAPIAS PSICOANALÍTICAS EN LAS FUTURAS POLÍTICAS DE SALUD EN CHILE

16. Todavía hay muy pocos datos como para sacar Grawe (1997) contrapone al enfoque específico del
conclusiones sobre la efectividad de la consejería trastorno su modelo de la “psicoterapia general”, que
psicológica en la depresión. considera las perspectivas de los recursos, de la rela-
ción, del conflicto, y del trastorno.
No nos parece irrelevante que, por una parte, los La perspectiva de los recursos es un concepto no
pacientes muestren mayores niveles de satisfacción específico al trastorno, al que pertenecen todos los re-
con las terapias interpersonales y, por otra, que las tera- cursos individuales e interpersonales, como también el
pias dinámicas breves sean tan efectivas como las cog- potencial motivacional. Desde un punto de vista em-
nitivo-conductuales. En el primer caso, no olvidemos pírico, la activación de los recursos es más importante
que la definición de salud incluye el concepto de “bien- para el éxito de la terapia que la elaboración del proble-
estar” del sujeto, lo que remite a un estado subjetivo ma específico al trastorno.
que resulta todavía más significativo en el caso de las En la perspectiva de la relación, una buena relación
psicoterapias; así, un mayor nivel de satisfacción como terapéutica representa un recurso interpersonal positi-
efecto de una psicoterapia significa un mejor nivel de vo para los pacientes. La significación de la alianza te-
salud mental. rapéutica para el resultado de la terapia está bien ase-
gurada empíricamente, de la misma manera que cada
Esto nos lleva a nuestra segunda línea argumental: forma de intervención trastorno-específica es conside-
rada aisladamente (Orlisnky et al. 1994). Grawe critica
b) “Existe una importante población de terapeutas dis- que las teorías exclusivas al trastorno no le hacen justi-
ponibles en Chile con formación básica psicoanalítica, cia a la importancia de los factores interpersonales.
fácilmente entrenables en terapias psicodinámicas bre- En relación con la perspectiva del conflicto, Grawe
ves y/o interpersonales”. remite a la significación biográfica de modelos de rela-
Algunos investigadores adoptan la posición de que sólo ción interpersonal para el desarrollo psíquico normal,
los procedimientos que de alguna manera han pasado algo familiar para los psicoterapeutas de orientación
la prueba del laboratorio, deben ser evaluados como psicodinámica.
científicos, independientemente de la pregunta de su La perspectiva del trastorno es para Grawe una
aplicabilidad en el terreno práctico. La posición más rí- perspectiva importante, pero de ninguna manera la
gida fue formulada por la Task Force de la Asociación única bajo la que se puede desarrollar la concepción del
Americana de Psicología (APA) con sus “Evidence Vali- tratamiento de un paciente. A menudo, el problema del
dated Therapies” EVT (1995; Chambless & Holton 1998). paciente tiene un aspecto trastorno-específico, pero, en
Los procedimientos EVT de Estados Unidos proponen una visión ampliada de la concepción casuística del pa-
un programa terapéutico específico para cada proble- ciente, este aspecto debe incorporarse en una terapia
ma clínico relevante, que debiera estar manualizado. general del estado psíquico global. Con ello, Grawe cri-
Los representantes de las orientaciones conductistas, tica una visión estrecha de la psicoterapia específica al
interpersonales y psicodinámicas se pusieron de acuer- trastorno. La terapia cognitivo-conductual de Beck (TCB
do en este criterio para tratamientos bien asegurados 1979) y la terapia interpersonal de Klerman & Weissman
empíricamente. (IPT, 1984) son dos procedimientos manualizados reco-
nocidos, trastorno-específicos, para el tratamiento de la
Estos criterios de investigación han sido discutidos depresión. Ambos logran mejorías equivalentes en el
y son difíciles de trasladar a la realidad de la atención. estudio del NIMH (Elkin 1994). El manual de la IPT para
Por ejemplo, Henry (1998) critica que los EVT se fundan el tratamiento de la depresión fue aplicado sin modifi-
en la nosología taxonómica y fenotípica del DSM, en la caciones para el tratamiento de trastornos alimentarios
que algunos diagnósticos encuentran poco apoyo em- y comparado con terapia cognitivo-conductual en un
pírico, enfatizan la técnica de tratamiento, sobrevaloran estudio multicéntrico (Agras et al. 2000). Recientemen-
la capacidad de control vía manuales y declaran como te la terapia dialéctica conductual se aplicó también
trasfondo no específico, o variable errática, la impor- exitosamente en el tatamiento de pacientes bulímicas
tancia de los factores generales de eficacia y la relación (Safer et al. 2001).
interpersonal en desarrollo, siendo que estos factores Nos preguntamos ¿en qué consiste la “trastorno-
de relación han demostrado ser la evidencia empírica- especificidad” de estas terapias manualizadas, si son
mente más potente como factor de cambio. Finalmente, aplicadas sin modificaciones a diferentes trastornos y
la inclusión o exclusión de la lista de EVT no señala si la si distintos procedimientos logran efectos equivalentes
forma de tratamiento es o no efectiva clínicamente. en iguales grupos de pacientes? ¿No reencontramos

206 | GACETA UNIVERSITARIA


GUILLERMO DE LA PARRA, RAMÓN FLORENZANO, JUAN PABLO JIMÉNEZ

aquí el canon de factores curativos implícitos? (véase Otros dos programas, los del Hospital del Salvador y del
Hubble et al. 1999). Instituto Psiquiátrico “José Horwitz”, han tenido tradi-
El número de terapeutas formados en Chile está cionalmente un énfasis analítico. En los últimos años se
creciendo, especialmente entre los profesionales de la han agregado programas de formación de otras Univer-
psicología. Por una parte el número de escuelas de Psi- sidades, tales como las de Valparaíso, Pontificia Univer-
cología ha aumentado exponencialmente: antes de la sidad Católica de Chile y de Los Andes, todos los cuales
nueva Ley de Universidades de 1989 existían solamente tienen módulos en terapias analíticas.
cuatro escuelas de Psicología en Chile (en las Universi- En resumen, tanto desde la psicología como desde
dades de Chile, Católica, Concepción y La Frontera) con la medicina muchos de los profesionales que se forman
un total aproximado de 200 vacantes. Desde el cambio tanto en pre como post grado egresan con formación
legislativo se habían formado 45 nuevas escuelas al año de orientación analítica, lo que permite, con un grado
2000 con un total de 3.363 vacantes de acuerdo a los de capacitación o entrenamiento en técnicas especí-
últimos datos de la publicación ENLACES (2003), del ficas, aportar un recurso humano que puede ayudar a
Consejo de Rectores. En sólo dos años, en el 2002 en tratar los trastornos depresivos prevalentes en nuestro
la misma publicación (El Mercurio, 2002) aparecen 62 medio.
carreras de psicología, con 3.856 vacantes. Esto es un Por estas razones, pensamos que, por una par-
aumento de más de 20% en dos años. te, desde la perspectiva de los recursos, existiría en la
Muchos de los estudiantes deciden luego ejercer población de terapeutas una significativa cantidad de
como psicólogos clínicos. No hay datos empíricos con éstos con los recursos interpersonales para asumir las
respecto a cuánto psicoanálisis se enseña en el pregra- tareas propias de tratar pacientes con sintomatología
do, pero varias de las escuelas con matrículas mayores depresiva, sin descuidar el potente factor interpersonal
(tales como las Universidades Nacional Andrés Bello y y los aspectos de la personalidad.
del Desarrollo) tienen una orientación psicoanalítica,
si no exclusiva, importante. Por otro lado, las escuelas
c) “La psicoterapia analítica llega donde otros no llegan”.
Esta afirmación se basa en el objetivo de la terapias
más antiguas de las universidades tradicionales, como
analíticas de tratar trastornos de personalidad y los
las de las Universidades de Chile o Católica de Santiago,
tratamientos prolongados que buscan los así llama-
han derivado desde el énfasis analítico de sus primeros
dos “cambios estructurales” que apuntan a este mismo
tiempos a otras aproximaciones más “científicas” como
objetivo: el cambio a nivel de rasgo, “trait”, que se dife-
la cognitivo-conductual. El Colegio de Psicólogos Clíni-
rencia de las terapias como las arriba mencionadas que
cos ha desarrollado un complejo y amplio sistema de
buscan un cambio en los síntomas de estado, “state”.
acreditación de especialistas y supervisores clínicos,
al cual se ha sometido una cantidad importante de • Así, por ejemplo, en un estudio reciente, 38 pacien-
psicólogos. Varios de los programas de formación de tes con trastorno límite de personalidad fueron
post-grado acreditados, tales como los del Hospital del asignados aleatoriamente a un tratamiento de
Salvador en Santiago, o de la Universidad del Desarro- hospitalización parcial psicoanalíticamente orien-
llo en Concepción y otros, tienen un fuerte énfasis en el tado o a un tratamiento psiquiátrico standard en
psicoanálisis. Existen además programas de formación el grupo control. El tratamiento primario del grupo
académica en psicoanálisis que ofrecen magísteres o experimental consistía de una sesión semanal de
doctorados en Psicoanálisis, como los de las Univer- terapia analítica individual y tres sesiones semana-
sidades Diego Portales o Nacional Andrés Bello, los les de terapia analítica de grupo. Los controles no
cuales tienen ya varias generaciones de profesionales recibieron psicoterapia. Al fin de los 18 meses de
formados. seguimiento los pacientes con la terapia analítica
En el caso de los psiquiatras, el mayor programa de mostraron significativamente mejoría en síntomas
formación hasta el momento en nuestro país es el de la depresivos, funcionamiento social e interpersonal,
Universidad de Chile, el cual desde los comienzos de la menores rehospitalizaciones y menores conductas
década de los setenta ha formado más de cuatrocientos automutilatorias y suicidas (Bateman & Fonagy,
especialistas médicos. El programa formador más esta- 1999).
ble y numéricamente mayor, el de la Clínica Psiquiátrica • En el trabajo de Leichsenring (2002), citado arri-
Universitaria, pasó desde una posición claramente anti- ba, él encuentra, para trastornos de personalidad,
analítica a una abierta que ha mostrado interés por la grandes efectos de terapia, que para la psicotera-
formación en terapias breves de orientación analítica. pia dinámica están entre 1.13 (instrumentos de au-

GACETA UNIVERSITARIA | 207


EL ROL DE LAS TERAPIAS PSICOANALÍTICAS EN LAS FUTURAS POLÍTICAS DE SALUD EN CHILE

toevaluación) y 1.57 (instrumentos de heteroeva- los poderes psicoactivos, modificadores de comporta-


luación). mientos y finalmente modificadores del cerebro de la
• Uno de los estudios más sofisticados realizados interacción humana.
en la última década fue el Proyecto de Estocolmo
sobre Resultados del Psicoanálisis y las Psicote- CONCLUSIONES
rapias (Sandell et al. 2000), en el cual un número
importante de pacientes tratados por terapeutas 1. Las evidencias muestran que las terapias analíticas
privados en Suecia, donde estas terapias son sub- son tanto o más efectivas que las terapias cogni-
sidiadas por el sistema nacional de seguros. Se tivas, sugiriendo, a medida que más se investiga,
trata de un diseño pre-post amplio: una muestra mejores resultados en seguimiento a largo plazo,
de 756 personas fue asignada no aleatoriamente especialmente por la profundización de los efectos
a psicoanálisis, terapia analítica o bien a listas de terapéuticos una vez que las terapias han finaliza-
espera. Se obtuvieron datos completos para 331 do. La suma progresiva de estudios objetivos que
casos de psicoterapia psicodinámica (1 a 2 sesio- midan el impacto a largo plazo irán, eventualmen-
nes semanales) y 74 de psicoanálisis (4 a 5 sesio- te, apoyando estas primeras observaciones.
nes semanales). Al evaluar los cambios en el SCL 90 2. Los profesionales en salud mental se siguen inte-
(escala de autoevaluación que mide síntomas), la resando y formando en psicoterapias dinámicas;
mejoría en tres años se correlacionó positivamen- a ellos así como a muchos pacientes les interesa
te con frecuencia y duración del tratamiento, con muchas veces ir más allá del alivio sintomático
mejor resultado para los pacientes en psicoanálisis inmediato. Es así que se dispone de un recurso
que en psicoterapia analítica. Los primeros además humano interesado que podría responder a los re-
continuaron mejorando después del alta, lo que no querimientos de los pacientes.
sucede generalmente en estudios realizados con 3. Los terapeutas de base psicodinámica disponen de
otras terapias. amplios recursos para ser entrenados en terapias
• Varios estudios prospectivos con diseños pre-post interpersonales.
han mostrado mejoría sustancial en pacientes con 4. Dentro de un sistema pluralista de indicación los
trastornos de personalidad al recibir terapias analí- terapeutas psicodinámicos disponen, además, de
ticas, con por lo menos un estudio que mostró que los recursos para tratar pacientes que no se benefi-
estas ganancias se mantuvieron en un seguimien- cian con terapias sólo enfocadas a síntomas. Es así
to de cinco años (Stevenson & Meares, 1992).
como la terapia analítica puede ser una interven-
ción de segunda línea, especialmente en la preven-
Freud señaló que la terapia psicoanalítica nos
ción de recidivas.
provee de una oportunidad única para observar como
trabaja la mente. En ese sentido, el psicoanálisis y la
En resumen, pensamos que las terapias psicoanalí-
ciencia cognitiva actual comparten un interés en dilu-
ticas, como han sido definidas y descritas en el presente
cidar científicamente los procesos mentales internos.
documento, no deben quedar fuera de ningún futuro
Esta colaboración, tal como la ha propuesto por ejem-
plan de salud que valore los aportes científicos de los
plo Bucci (1985), permitiría entender mejor el rol de
procedimientos psicoterapéuticos.
las emociones en los procesos mentales. La afirmación
freudiana de que el psicoanálisis trabaja a través de un
mayor control de los procesos mentales, y de que la REFERENCIAS
conciencia tiene una función biológica, podría ser co-
rroborada empíricamente hoy con estudios imagenoló- 1. Agras WS, Fairburn CG, Walsh T, Wilson GT, Kraemer HC. A multi-
gicos de los nuevos estudios cerebrales. En ese sentido, center comparison of cognitive-behavioral therapy and inter-
la convergencia de neurobiología y de la investigación personal psychotherapy for bulimia nervosa. Arch Gen Psychia-
try 2000; 57: 459-466
en psicoterapia concuerdan en que el cerebro humano 2. Anderson ME, Lambert MJ. Short term dynamically oriented
se desarrolla en una matriz interpersonal crucial para la psychotherapy: a review and meta-analysis. Clin Psychol Rev
formación de estructura, y que el cerebro retiene una 1995; 15:503-514
plasticidad de tal modo que la experiencia cambia es- 3. Bateman A, Fonagy P. Treatment of borderline personality disor-
der with psychoanalytically oriented partial hospitalization: an
tructuras cerebrales no sólo en el niño sino también en 18 month follow up. Am J Psychiatry 1999; 156: 1563-1569
el adulto, como podría ocurrir producto de un proceso 4. Beck AT, Greenberg RL. Brief Cognitive Therapies. En: The
terapéutico. Futuras investigaciones deberán explorar Psychiatric Clinics of North America 1979; 2(1): 23-37

208 | GACETA UNIVERSITARIA


GUILLERMO DE LA PARRA, RAMÓN FLORENZANO, JUAN PABLO JIMÉNEZ

5. Blatt SJ, Zuroff DC, Bondi CM, Sanislow III ChA. Short- and long- 20. Janssen PL, Paar GH Z Psychosom Med Psychother 2003; 49(1):
term effects of medication and psychotherapy in the brief 93-106
treatment of depression: Further analysis of data from the NIMH 21. Jiménez JP. El Tratamiento Psicoterapéutico de la Depresión:
TDCRP. Psychotherapy Research 2000; 10(2):215-234 Una visión crítica integrada. En panel Aportes de distintos
6. Bucci W. Dual Coding: A cognitive model for psychoanalytic enfoques psicoterapéuticos a la Psiquiatría, con motivo de la
research. Journal of the American Psychoanalytic Association celebración de los 150 años del Instituto Psiquiátrico Dr. José
1985; 33: 571-607 Horwitz Barak. Santiago de Chile, 2002
7. Chambless DL, Hollon SD. Defining empirically supported treat- 22. Klerman GL, Weissman MM, Rounsville B, Chevron ES. [1984]
ments. J Consult Clin Psychol 1998; 61: 7-18 Interpersonal psychotherapy for depression. En: JE Groves (ed.)
8. Cohen P, Cohen J. The clinician’s illusion. Archives of General Essential papers on short-term dynamic therapy. New York: New
Psychiatry 1984; 41:1178-1182 York University Press, 1996
9. Crits-Christoph P, Cooper A, Luborsky L. The accuracy of 23. Leichsenring F. Comparative effects of short-term psychody-
therapist´s interpretations and the outcome of dynamic psy- namic psychotherapy and cognitive-behavioral therapy in de-
chotherapy. J Consult Clin Psychol 1988; 56: 490-495 pression: A meta-analytic approach. Clinical Psychology Review
10. Crits-Christoph, P. The efficacy for brief psychodynamic psycho- 2001; 21 (3): 401-419.
therapy. A meta-analysis. Am J Psychiat 1992; 149: 151-158 24. Millar NE, Luborsky L, Barber J, Docherty JP (Eds.). Psychodyna-
11. Elkin I. The NIHM Treatment of Depression Collaborative Resear- mic Treatment Research. A Handbook for Clinical Practice. New
ch Program: Where began and where we are now. En: AE Bergin York: Basic Books, 1993
& SL Garfield (Eds.)Handbook of psychotherapy and behavior 25. Orlinsky DE, Grawe K, Parks BK. Process and Outcome in Psycho-
change. (4th ed.). New York: Wiley. 1994, pp. 114-135 therapy - Noch Einmal. In: Bergin, A.E., Garfield, S.L. (eds.) Han-
12. El Mercurio, 21 de Noviembre 2002 dbook of Psychotherapy and Behavior Change. 4th Ed. New York:
Wiley, 1994, pp. 270-378.
13. “Enlaces” Consejo Superior de Educación, Ministerio de Educa-
26. Safer DL, Telch CF, Agras WS. Dialectical Behavior therapy for Bu-
ción, Chile. Indices 2003
limia nervosa. Am J Psychiat 2001; 158: 632-634.
14. Gabbard GO, Gunderson JG, Fonagy P. The Place of Psychoanaly-
27. Sandell R, Blomberg J, Lazar A, Carlsson J, Broberg J, Schubert J.
tic Treatments Within Psychiatry. Arch Gen Psychiatry 2002; 59:
Varieties of long term outcome in psychoanalysis and long term
505-510
psychotherapy: A review of the findings in the Stockholm Out-
15. Grawe K. “Moderne” Verhaltentherapie oder Allgemeine Psy-
come of Psychoanalysis and Psychotherapy Project (STOPP). Int
chotherapie? Verhaltentherapie und Verhaltenmedizin 1997;
J Psychoanal 2000; 81: 921-942
18: 137-159.
28. Stevenson J, Meares R. An outcome study of psychotherapy for
16. Grawe K, Donati R, Bernauer F. Psychoterhapie im Wandel. Von patients with borderline personality disorder. Am J Psychiatry
der Konfession zur Profession. Göttingen: Hofrege, 1994 1992; 149: 358-362
17. Groves J. Introduction: Four Essences of Short-Term Therapy: 29. Svartberg M, Stiles TC. Comparative effects of short-term psy-
Brevity, Focus, Activity, Selectivity. En: Groves J. (Ed.): Essential chodynamic psychotherapy: A meta-analysis. J Consult Clin Psy-
Papers in Short-Term Dynamic Therapy. New York University chol 1991; 59: 704-714
Press, 1996 30. Wampold B, Minami T, Baskin T, Tierney S. A meta-(re)analysis
18. Henry WP. Science, Politics and the Politics of Science: The Use of the effects of cognitive therapy versus ‘other therapies’ for
and Misuse of Empirically Validated Treatment Research. Psy- depression. Journal of Affective Disorders 2002; 68: 159-165
chotherapy Research 1998; 8, 126-140. 31. Westen D, Morrison K.  A multidimensional meta-analysis of
19. Hubble MA, Duncan BL, Miller SD (eds.). The heart & soul of chan- treatments for depression, panic and generalized anxiety di-
ge. What works in therapy. Washington: American Psychological sorder: An empirical examination of the status of empirically
Association, 1999 supported therapies. J Consul Clin Psychol 2001; 69: 875-899

GACETA UNIVERSITARIA | 209

También podría gustarte