La Magia Marvel
La Magia Marvel
La Magia Marvel
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ÍNDICE
Introducción 5
Fuentes 128
Notas 131
3
“He, too, has been changed in his turn,
Transformed utterly:
-W.B. Yeats
4
INTRODUCCIÓN
Hacia la mitad del número, el alter ego de Hulk, Bruce Banner, está
encerrado en un manicomio. En una ilustración que abarca dos
páginas, se lo ve rodeado de casi todos los personajes de Marvel,
tanto sus ocasionales aliados como sus antagonistas, todos productos
de su imaginación. Y Banner, sonriente en su locura, les recita:
5
palabras “the lone and level sands” reaparecían al final del número
como título de la historia, que me fascinó inmediatamente.
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no fue una rareza, una genialidad aislada, sino más bien una norma
dentro de la editorial.
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CAPÍTULO UNO: LAS PESADILLAS LAS TENGO DESPIERTO
“Me encantan los comics. Tienen algo especial. Son burdos y cursis. Son
renegados. Quizás sean una forma de arte punk (…) Cuando en los comics
hay dibujantes y escritores buenos me recuerda a los directores de películas
de clase B (como Tourneur y Ulmer) quienes, contra todo pronóstico y en el
ambiente más recóndito, crearon algunos de los momentos más
maravillosos del cine, más maravillosos todavía por el milagro de que
estuvieran trabajando ahí. Así, pues, salgo al kiosco de diarios a comprarme
algunos de estos vulgares momentos cuatricromios de verdad y belleza.”
-Hilary Bartai
“Los personajes de Marvel parecían ser mucho, mucho más que líneas y
palabras trazadas en papel. Vivían y respiraban. Parecían reales.”
-John Byrne
8
(Fantastic Four Annual 5, 1967. Arte: Jack Kirby.)
9
pincelada grabada en oro. Comparado con lo que ofrecían otras
compañías más antiguas, Marvel nos entregaba historias que casi
parecían brillar con una vitalidad interna enteramente propia.”
Entre Fantastic Four y Hulk, Stan Lee y Jack Kirby crearon a otro
superhéroe más, el Hombre Hormiga (enero de 1962 en el número
27 de la revista Tales to Astonish). Se trataba de otro científico, Hank
Pym, quien descubría un método para reducir su tamaño y diseñaba
un casco entrañablemente gigante con el que podía comunicarse con
las hormigas, utilizando ambos recursos para combatir al crimen. La
tira nunca terminó de tener éxito. Según Jack Kirby, el problema era
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que los superhéroes se basan en cierta forma en fantastías de poder,
y ciertamente nadie fantasea con ser muy muy muy pequeño y poder
hablar con hormigas. Debido a esto, al poco tiempo le cambiarían los
poderes y el nombre de Hombre Hormiga a Hombre Gigante, pero
aun así no habría caso. Quizá la explicación de este primer fracaso se
debía a que el personaje no correspondía al (inconsciente) patrón de
la innovación Marvel: Pym ni sufría una transformación terrible ni se
veía aislado del resto de la sociedad. Sin embargo, el personaje sería
luego integrado a los Vengadores y gozaría de una larga e intrincada
historia dentro del panteón de Marvel.
Demostrando su famosa
maestría de la página con
ocho/nueve paneles, Ditko
resume la vida pre-
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transformación de Parker a la perfección en la siguiente página:
criado felizmente por sus avejentados tíos, querido y admirado por
sus profesores, despreciado por sus pares (“¡Mandale saludos a los
átomos!” le dice una jovencita mientras lo abandona cruelmente).
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Unos días más tarde, Peter vuelve a su casa y se entera de que su
querido tío Ben fue asesinado. Enfurecido, se pone su traje de Spider-
Man y arremete hacia el lugar donde la policía tiene cercado al
criminal. Tras noquearlo, le quita la máscara y fatídicamente
descubre que el asesino de su tío es el mismo hombre al que podía
haber detenido unos días atrás. Tan shockeado está por esta
revelación que Ditko memorablemente le dibuja ojos por sobre la
máscara.
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Tan popular resultó esta épica historia que a los pocos meses se le
otorgó a Spider-Man su propia revista. Lanzado en marzo de 1963, el
número uno de Amazing Spider-Man es otra obra maestra de la
subversión.
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Mientras contempla el lanzamiento de un cohete espacial, los
instintos heróicos de Peter afloran por primera vez: cuando el cohete
se descarrila, utiliza valientemente sus poderes para salvar al piloto,
irónicamente el hijo de Jameson. Sus motivos son altruistas, pero
naturalmente luego del rescate se regocija al pensar que ya no
tendrá que preocuparse por ser considerado una amenza pública y
podrá volver a ganar dinero actuando. Cantó victoria demasiado
pronto: Jameson no sólo lo sigue defenestrando públicamente, sino
que ahora también lo acusa de haber saboteado el cohete. La
primera historia termina con un Peter desesperado, contemplando
sinceramente si su única opción es convertirse de verdad en la
amenaza que todos (incluso su tía, altamente influenciada por los
medios) creen que es.
15
La transformación de Peter no es traumática en un sentido físico (si
bien Ditko siempre dibujaría a Spider-Man en poses deliberadamente
insectoides), pero termina de aislarlo del resto del mundo. Aquí
tenemos a un tímido “alumno diez” de secundaria que sin embargo
tiene una vida secreta más emocionante que la de cualquiera de
nosotros, la cual debe guardarse para sí mismo y por la que es
combatido incesantemente. Como Peter Parker, es juzgado como un
nerd que no mataría ni a una mosca; como Spider-Man, es
considerado una amenaza peligrosa: en ambas identidades Peter es
reducido a estereotipos en los que no encaja y que de ninguna forma
alcanzan a describirlo, percepciones que lo cohíben e impiden que se
desarrolle sin obstáculos en cualquiera de sus álter egos. Es por esto
que, particularmente en la etapa de Ditko, el personaje siempre
estaría a un paso de perder la chaveta.
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Véase, por ejemplo, el
caso de los otros
superhéroes que Marvel
estrenó durante estos
meses. En Journey Into
Mystery #83 (agosto de
1962) debutó Thor. De
vacaciones en Noruega,
el doctor lisiado Donald
Blake es atacado por
Hombres de Piedra de
Saturno (!). Se refugia en
una cueva donde
encuentra un bastón místico. Al golpearlo contra el suelo, se
convierte en Thor, el Dios nórdico del trueno (o por lo menos en su
versión Marvelita). ¿Cómo es esto posible? ¿Son Thor y Blake
personas diferentes? Estas son cuestiones que se resolverían recién
años más tarde. En los primeros números los autores ni siquiera
tenían bien en claro los poderes de Thor (en un número Kirby hace
que emanen rayos de sus manos). De todas formas, el personaje no
sólo lograría perdurar sino que más adelante su serie se convertiría
en una de las más exitosas colaboraciones de Lee y Kirby. Durante
ese apogeo, los autores revisarían las inconsistencias del origen del
personaje e incluso le brindarían a Thor su propia transformación
terrible: En los números 158 y 159 de Thor (Noviembre-Diciembre
1968) se revela que el Dr Donald Blake es en realidad un constructo
de Odín creado para que Thor, al tener que encarnar a un mortal
lisiado, aprendiese la virtud de la humildad. Al invertir la dinámica (es
Thor quien se convierte en Don Blake y no al revés), el personaje se
vuelve consistente con la premisa marveliana de la transformación
terrible (¿pues qué más terrible para un Dios que volverse mortal?)
que resulta en aislamiento (ya que volverse mortal implica para Thor
exilio de Asgard y su familia y amistades inmortales.)
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en Vietnam y forzado a diseñar un arma para los comunistas a
cambio de que lo mantengan vivo. Lo que Stark hace en su lugar es
contruir una armadura que no sólo lo mantiene vivo sino que
también lo ayuda a escapar. De vuelta en USA, decide usar su
invención para combatir el crimen, pero esto no quita lo trágico de su
transformación: necesita conectarse regularmente a una fuente de
electricidad para mantenerse vivo, lo cual le impide llevar una vida
normal y termina aislando más a un individuo que ya estaba lo
suficientemente aislado del resto debido a, como explicó el escritor
Daniel Knauf, su riqueza, su intelecto y su talento.
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guerra ha terminado, la historia ha avanzado indefectiblemente sin
su presencia, sus amigos y familiares están avenjentados o
directamente fallecidos. Steve se convierte en un hombre fuera de
tiempo, lo cual siempre lo aislará del resto de la gente (quienes sin
embargo atesoran su regreso: en un panel brillantemente humano de
Avengers #4, un oficial se emociona tanto al ver al Capi vivo que pide
disculpas por su momentáneo quiebre emocional).
19
una “raza” de superseres que simplemente nacía con poderes únicos
(…) A partir de esta simple idea fue surgiendo, gradual y sutilmente,
una nueva forma de enfocar al superhéroe.”
Aun así, pasarían más de quince años antes de que los X-Men
alcanzaran el potencial de esta premisa y se convirtieran en un
fenómeno cultural, y Kirby terminó desarollando su “enfoque
panteónico” del superhéroe no en este cómic sino en las series del
Cuarto Mundo que realizó para DC en los 70s, y posteriormente en
The Eternals tras su regeso a Marvel a fines de esa década.
20
noble Namor que éste decide dejar a la humanidad en paz… de
momento. El número fue ilustrado por Wally Wood, una de las
estrellas más prestigiosas de la industria en ese momento. Wood se
quedaría en la serie unos números más, tras los cuales Daredevil se
estancaría en una meseta de mediocridad argumental (aunque no
visual, gracias al artista Gene Colan) hasta su reinvención a cargo de
Frank miller muchos años más tarde.
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El problema entre Peter y Betty es más profundo. Dado que las
conexiones entre su hermano y el mundo del hampa culminaron en
su muerte, Betty quiere tener una vida tranquila lo más ajena al
peligro posible. Básicamente, quiere que Peter sea el nerd afable y
buenazo que todos creen que es. Pero es muy consciente de que
Peter alberga una secreta afición por el peligro; por más que nunca se
diga explícitamente, es como si supiera muy bien que él es Spider-
Man y que esa parte de su vida es completamente incompatible con
lo que ella desea. La paradoja es deliciosa: todos en la escuela (en
especial el bully Flash Thompson), aman al emocionante Spider-Man
y detestan a Peter porque es aburrido y tímido; Betty lo quiere
justamente por eso y no puede contemplar a su lado aventurero.
Peter no puede terminar de ser feliz en ninguna de las dos facetas
porque posee las dos (y más) a la vez. Su complejidad como individuo
trasciende los roles estrechos en los que gente que no lo entiende
trata de encasillarlo.
22
Si consideramos que todas estas series estaban escritas por la misma
persona, Stan Lee, ¿cómo es esto posible? ¿Cómo puede ser que las
tramas y los personajes de reparto sean tan ricos en Spider-Man y tan
pobres en el resto de las revistas? Para encontrar una posible
explicación, debemos considerar el rol del ilustrador en el cómic de
Marvel.
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Otra peculiaridad de Ditko es que se entintaba a sí mismo, una
rareza dentro del cómic Marvel de ese momento. A partir del número
25, Ditko empieza a recibir crédito como co-argumentista, otra rareza
más que deja entrever que venía cumpliendo dicho rol desde hacía
bastante y sus contribuciones se habían vuelto tan significativas que
ya no era posible negarle el crédito. Se puede ver claramente
entonces que Ditko tenía control casi absoluto sobre la revista de
Spider-Man, el cómic más vendido de Marvel. Según el historiador
Sean Howe, la relación entre Ditko y Lee se fue enrareciendo hasta
tal punto que durante sus últimos meses en Marvel Ditko apenas
transitaba las oficinas de la editorial; sólo aparecía una vez al mes con
su número de Spider-Man completo exceptuando los diálogos
(aspecto sobre el que Lee siempre insistió en mantener el control).
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En el épico primer anual de Spider-Man, Peter pierde
inexplicablemente sus poderes. Éstos reaparecen durante la trama,
tras lo cual Pete reflexiona que su problema no era físico sino
“psicosomático” debido a la culpa que sentía por la muerte de su tío
Ben (y sí, no es arriesgado aventurar que ésta fue la primera vez que
la palabra “psicosomático” apareció en un cómic de superhéroes, y
más aún siendo parte integral de la trama). En el apartado visual,
Ditko torna a la lucha entre Spidey y los “Seis Siniestros” (un conjunto
de sus enemigos más peligrosos) en un deleite para los ojos al
inmortalizar cada uno de los enfrentamientos en impactantes splash-
pages (páginas de una única ilustración) que no sólo están integradas
en la trama sino que la llevan adelante. Si alguna vez se inaugura un
museo dedicado al arte del cómic, es difícil pensar en algo más digno
de ser incluido.
25
Otra genialidad es el número 18, “The end of Spider-Man.” Peter
debe cuidar a su enferma tía May, por la que se pasa todo el número
evitando ser Spider-man para poder dedicarse a ella. En un
momento, se cruza con el Sandman y se ve obligado a huir (“¡No me
atrevo a enfrentarlo ahora! ¡No estoy preocupado por mí, pero si
llego a perder, la tía May quedaría sóla sin nadie que se ocupe de
ella!). El número es tan brillantemente inusual que en el cuadro de
texto final Stan Lee se ve forzado a tranquilizar a los lectores,
prometiéndoles que en el número siguiente volverán a haber escenas
de acción.
26
Los obstáculos que Peter superó aquí no sólo fueron físicos sino
también psicológicos. Luego de esta experiencia, es un hombre
cambiado. Ya en la universidad, una chica lo invita a una fiesta
27
argumentando que quiere “que haya por lo menos un chico con
cerebro entre todos los muchachos atléticos”. Peter rechaza la
invitación, rehusando ser estereotipado una vez más como “nada
más que un cerebrito”.
28
CAPÍTULO DOS: LO QUE ES SAGRADO
“Para producir un libro poderoso, hace falta elegir un tema poderoso.
Nunca se podrá escribir un volumen grandioso y duradero sobre la pulga,
aunque muchos lo han intentado.”
29
épico visual para los hijos de la Edad Atómica. Tan épica es la calidad
que no llega a ser disminuida ni por el mediocre entintado de Vince
Colletta. Por poner tan sólo un ejemplo de este bombardeo
constante de conceptos y lenguaje: en apenas tres números, se nos
presenta a los Colonizadores del Planeta Rigel, quienes mandan a
Thor, acompañado por un Archivista parlante humanoide, a luchar
contra “Ego, el Planeta Viviente” (inmortalmente introducido por un
collage clásico de Kirby), habitante de la Galaxia Negra, la cual es
descripta como “un mundo que no es un mundo--- que existe en un
tiempo que es más que tiempo…!”iv
30
bárbaro es transportado por Hela, Diosa Nórdica de la Muerte, a “un
lugar que es más que un lugar… en un tiempo que es menos que
tiempo.” Por un momento parecería como si Lee se estuviese
repitiendo a sí mismo, ¿pero cómo sino expresar estas experiencias
que realmente son más de lo que meros lectores pueden
comprender? Al final del trayecto, el bárbaro alcanza el Valhalla, el
Cielo de los Dioses, donde otros valientes guerreros le dan la
bienvenida a una existencia póstuma llena de batalla, aventura y
gloria. “Debes saber, Harokin, que la muerte es más que un final… ¡es
el comienzo más grande de todos!” le afirma alegremente un
soldado, aparentemente citando las palabras del poeta T.S. Eliot: “en
mi principio está mi fin.” En definitiva: un lugar que es más que un
lugar, un tiempo que es más que un tiempo, y un comic que es más
que un comic.
31
En Fantastic Four, durante el primer arco argumental con Sinnott
como entintador (Fantastic Four 44 al 48), Kirby introduce a la familia
real de los Inhumanos, alienígenas superpoderosos que viven
aislados de la humanidad en un “Gran Refugio”. Su trama no
terminaría de cerrar del todo hasta años más tarde, pero algunos de
los personajes son brillantes: Karnak es un maestro de artes
marciales automáticamente capaz de “discernir la falla en cualquier
estructura”, mientras que el majestuoso rey, Black Bolt, debe
permanecer siempre en silencio, ya que el poder de sus cuerdas
vocales es tal que si hablara generaría un apocalipsis.
Pero lo mejor todavía estaba por venir. Tras su regreso desde el Gran
Refugio, los Cuatro Fantásticos encuentran a Nueva York sumida en
pánico. Los cielos están rojos. Parece ser el día del Juicio Final, y lo es,
por lo menos en su versión Marveliana: un misterioso alienígena
llamado Silver Surfer (fruto de la genialidad kirbyana, es
efectivamente un ser que usa una tabla de surf para volar) anuncia
que su amo, Galactus el Devorador de Mundos, se acerca a la Tierra
para consumirla. Galactus es un nuevo tipo de adversario que está
más allá del bien y del mal: es simplemente una criatura cósmica que
necesita de planetas para alimentarse (casi dos décadas después, en
una memorable historia de John Byrne titulada “El Juicio de
Galactus”, se terminaría decidiendo que el gigante debía seguir
existiendo para mantener el balance del cosmos). La idea del
personaje supuestamente surgió a partir de que Lee le expresara a
Kirby que quería que para el número 50 de la colección los 4F éstos
se enfrentaran con Dios.
32
Pero el momento más trascendental de la saga de tres partes ocurre
casi detrás de las escenas. El Vigía posee un arma capaz de detener a
Galactus, pero el código de su raza le impide participar directamente
de los conflictos del cosmos. En su lugar, envía a la Antorcha Humana
a buscar el artefacto (fabulosamente bautizado “Ultimate Nullifier”-
33
algo así como “Nulificador Supremo”) a los confines más recónditos
del universo. La Antorcha tiene éxito, pero regresa a la Tierra
increíblemente perturbado. El cuadro de texto reza: “Y entonces,
comienza la reacción tardía, y el adolescente de repente toma
consciencia de lo que ha hecho… de lo que ha visto… de dónde ha
estado.” “Viajé por mundos tan grandes… tan grandes… no hay
palabras… somos como hormigas… sólo hormigas… ¡hormigas!”
declara el superado superhéroe. El Vigía afirma que el chico pronto
se olvidará de todo ya que “el cerebro humano no puede retener por
mucho tiempo conceptos de magnitudes tan indescriptibles,”
mientras que su hermana lo consuela diciéndole que “ya está de
vuelta donde pertenece.”
34
dimensión desconocida mediante un dispositivo tan
complicadamente enorme que Kirby se toma una página entera para
presentarlo en todo su esplendor (parte de la tendencia Kirbyeana
que Charles Hatfield bautizó como “the technological sublime”).
Hacia el final de la historia, el villano queda tan impresionado con la
valentía y el desinterés de Richards que decide sacrificarse para que
éste pueda regresar a su hogar a salvo. Lo que hace que “This Man,
This Monster” funcione tan bien es probablemente el epítome de la
colaboración Lee-Kirby, la síntesis entre la moral naíf pero
inherentemente correcta de Lee y la preocupación de Kirby por
trascender las fronteras del cosmos, inmortalizada en otro épico
collage donde Richards declara estar “¡en la intersección del infinito--
- el cruce a todas partes!”
35
En llamas creativas, en el número 52 Lee y Kirby presentan al primer
superhéroe negro del cómic nortamericano, la Pantera Negra. Se
trata de un personaje tan original como rico: el rey de una nación
africana donde la tradición tribal convive mano a mano con la
innovación tecnológica.
36
Aquí reside el éxito de Fantastic Four: durante la etapa de Kirby, los
4F, más que superhéroes, eran pioneros. La serie significó un vehículo
para expander la imaginación, para concientizarse de la magnitud del
universo y de la humanidad necesaria para abordarlo. Esta visión fue
explícita y elocuentemente expresada en una memorable escena del
número 62, en la que Reed reflexiona lo siguiente al pensar que se
quedaría eternamente varado en otra dimensión desconocida:
“Todavía queda tanto por aprender… ¡tanto que ver, tanto por lo
que maravillarse! Qué pena que tenga que terminar así tan pronto,
antes de que tuviera la chance de desentrañar el sinnúmero de
37
misterios de este extraño, imposible universo. Pero habrá otros que
seguirán mis pasos, y ellos sí develarán los secretos del cosmos, de a
uno a la vez… ya que la mente es la más grande llave del mundo… ¡la
llave que algún día quizás abra la puerta hacia la inmortalidad! Y cada
uno de nosotros, a su forma, hace lo que puede por aquellos que
vendrán después. Ese es el único legado verdadero que podemos
dejarles a los que amamos… haber dejado al mundo un poco mejor
que como lo encontramos.”
Otra serie que tuvo su apogeo cerca de 1966 fue Doctor Strange.
Creado en 1963 por Lee y Ditko para la revista Strange Tales, el
doctor era un “maestro de la magia negra” que protagonizaba breves
y altamente atmosféricas aventuras con toques de orientalismo. Su
origen fue revelado recién en su cuarta aparición, en una obra
maestra de ocho páginas cuyo poder de concisión recuerda al de
Amazing Fantasy #15.
38
más aislante de todas: de ahora en más su razón de ser es interactuar
con planos de la realidad que el resto de la humanidad desconoce
completamente.
39
El arte de Ditko se va volviendo cada vez más surrealista, factor
principal por el que la serie se volvió un clásico de culto y es
especialmente recordada hoy día. Ditko fue capaz de utilizar la
influencia de Salvador Dalí y utilizarla como disparador de historias,
los cuadros surrealistas ahora integrados dentro de una trama en vez
de ser imágenes sueltas (y éste podría ser considerado un factor en el
que los comics superan a la pintura como arte). Según Mullaney,
“Ditko tomó lo etéreo y lo volvió tangible. En sus dimensiones, no hay
tierra firme, sino un conjunto infinito de formas geométricas,
alfombras voladoras, portales a otras partes, y estrechos caminos
interconectados, rodeados por un abismo de nada (…) su existencia
no era tridimensional, se trataba de una fluida realidad
extradimensional a medida que un plano se transformaba en otro”.
40
es extraerlo de la mismísima mente del Anciano, superando sus
mecanismos de defensa místico-psicológicos.
El paralelismo entre
Eternidad y lo que la
analista Jungiana
Marie-Louise von
Franz llamó “El
Hombre Cósmico”
(“Cosmic Man”) es
sorprendente. El
“Hombre Cósmico”,
según von Franz, es el
símbolo universal de
“una gigantesca figura
que todo lo abarca y
que personifica y
contiene al universo
entero (…) Como
todos los símbolos,
esta imagen apunta
hacia un secreto
incognoscible – al
desconocido
significado final de la existencia humana.”
41
puede hacer de testigo impotente (“¡Ningún humano ha
contemplado semejante conflicto antes!”). A medida que la tormenta
va mermando, Strange se da cuenta de que está regresando a su
propio cosmos ya que “vuelve a sentir cómo su cuerpo envejece,” lo
cual lo lleva a la conclusión de que está de vuelta en “una dimensión
donde el tiempo existe”. Ya en la Tierra, Strange se da cuenta que
“ninguna mente humana puede retener las cosas que he visto. Los
recuerdos ya se empiezan a desvanecer…”.
42
intención es buscar las razones detrás de esto, hilar estas
improvisadas explosiones de creatividad en una narrativa coherente
y lineal. Visualmente, el número de paneles por página fue
disminuyendo, el número de splash-pages simples o dobles
incrementando, como si el tamaño de los paneles hubiese
aumentado en proporción a la cada vez mayor grandilocuencia de los
conceptos presentados.
43
La Locura del Guerrero solo puede ser redimida, según el código de
Odín, mediante el sacrificio. Thor es sentenciado a merodear el
cosmos en busca de Galactus, vivenciando de este modo, al igual que
la Antorcha en Fantastic Four, su propio viaje trascendental. La nave
de Thor es guiada por el Ojo de Odín: “Lo puedes comandar con
apenas un pensamiento,” le explica a Thor su omnipotente padre,
“Revelará los secretos el universo--- paisajes nunca vistos--- paisajes
44
que nunca habéis soñado!” Estos secretos resultan ser nada más y
nada menos que el origen de Galactus, pues cuando el Devorador de
Mundos permite que Thor lo encuentre, no desea pelea sino
comprensión. “¡No es tu enemistad lo que busco--- sino tu
entendimiento!” El perturbado gigante le narra a Thor su propia
historia Marveliana de transformación terrible y aislamiento, casi
citando al poeta romántico John Keats: “My heart is heavy--- and a
great weariness now lies upon me!”viii
45
CAPÍTULO TRES: EL FACTOR QUE NOS SUSTENTA
“De grande, me di cuenta de que no tenía ningún deseo de dejar de lado lo
que comúnmente se denomina ‘infantil’ (generalmente por gente adicta a
repeticiones de La Isla de Gilligan). En vez de eso, quise quedarme con lo
mejor de esas cosas, y transformarlas en algo un poco más nuevo, un poco
diferente.”
-Roy Thomas
46
Morrison seguramente introdujo a muchos lectores a la poesía
romántica: “Roy ‘The Boy’ Thomas, el docente convertido en hippie,
fue mucho más efectivo que mis propios docentes a la hora de lograr
que me interesara la literatura y cultura de la Europa del siglo XIX.”
47
creer, como la libertad… no, la vida misma… de un mundo todavía lo
suficientemente joven como para atesorar ideales.”
48
solares y constantes cataclismos termonucleares… la ola causada por
un puñado de formas humanoides será de lo más imperceptible.”
49
directamente en la trama (es un número de 19 páginas, después de
todo) quedó homejeado en la página 11, tan maravillosamente
sobrecargada que casi no entra el texto del cuadro inicial, en la que
las consecuencias del conflicto en cuestión son enfrentadas por: ¡los
4 Fantásticos, Spider-Man, los Inhumanos, Luke Cage, Ka-Zar, Ghost
Rider, el Hombre Cosa, el Doctor Doom, Warlock, Thanos, y hasta
Dráculaxi! Toda una sentida celebración del Universo Marvel de
entonces, rematada por un epílogo en el que Englehart revela
casualmente que Dormammu, “como todas las entidades místicas”,
existe gracias a la energía generada por “criaturas inferiores que
creen en él y lo alaban,”xii antes de cerrar con una reflexión sobre la
naturaleza humana, infaltable en una historia Marveliana que se
digne de serlo. Es de destacar también que la batalla se termina
ganando gracias a la Bruja Escarlata, presagiando la importancia que
su poder tendría en el Universo Marvel durante las próximas
décadas.
50
y cimentó a la colección de Avengers de los 70s como el equivalente a
Fantastic Four en los 60s, no en cuanto a nivel visual (Englehart fue
acompañado por artistas mundanos durante casi toda su carrera)
sino en cuanto a expansión conceptual del lector y principal vehículo
para explorar el cada vez más complejo cosmos Marvel.
51
sincrónico” parlante de Immortus (amo del Limbo, manipulador
maestro de la corriente temporal y, como se dijo, el yo “más futuro”
de Kang) para viajar por la historia del Universo Marvel. La Visión
finalmente descubre su orígen, mientras que los otros héroes, al
mejor estilo de revelación Kirbyana, son testigos de la historia
integrada de su mismo cosmos (que incluye el orígen de la rivalidad
entre los Kree y los Skrulls, la construcción de la ciudad del Vigía y la
introducción de una raza de vegetales telépatas llamada Cotati). Es
en este momento donde queda claro, quizás por primera vez pero
ciertamente no por última, que ciertos comics Marvel son como
libros de historia, eternamente resignificados para explicar el
presente.
52
Harkness, niñera del hijo de Sue y Reed). El manejo de las
personalidades de ambos a cargo de Englehart es notable, en
especial con respecto a la Visión, a quien el autor va humanizando
progresivamente mediante su uso cada vez más coloquial del
lenguaje (“you know”). En una escena, incluso, le dice a Mantis que
se está “tomando las cosas demasiado en serio” (¡él, que era la
solemnidad misma!). Se trata de un sutil trabajo de caracterización
que desafortunadamente no sería continuado por los autores
inmediatamente posteriores, aunque sí por el mismo Englehart
durante su regreso a los Vengadores en la segunda mitad de los 80s.
53
hacen equipo con los héroes Marvel del oeste (otra de las aficiones
del autor) para hacer frente a un nuevo ardid de Kang, mientras que
el resto del grupo se encuentra con Patsy Walker, la protagonista de
los comics de romance de Marvel de los 50s, quien ahora asume una
identidad superheroica, “The Hellcat.” Juntos viajan a una Tierra
paralela donde los superhéroes trabajan en conjunto con el gobierno
(aquí se presenta como una distopía, pero en el Universo Marvel del
siglo XXI se convertiría en la triste norma) y el presidente es
Rockefeller. En una escena tan insólita como brillante, la Bestia
(quien tras la disolución de los X-Men se había unido a los
Vengadores) se disfraza de Rockefeller y brinda el siguiente sermón
sobre la naturaleza de los políticos y los conglomerados económicos:
“Nos la pasamos hablando de honestidad, orgullo y trabajo en equipo
--- ¡pero lo único que queremos es poder! La parla es nada más para
que ustedes nos la otorguen… ¡y lo hacen! Cometemos los actos más
viles, corrompemos todos los valores que decíamos tener… ¡y
ustedes nos siguen el juego, haciéndose los que no se dan cuenta!
¡Eso es lo extraño! ¡Los hechos no afectan nuestra imagen! Ustedes
simplemente miran para otro lado, y después se preguntan por qué
el dólar pierde valor…” Lo que es aún más genial es que es el discurso
lo que “derrota” a los rivales de turno: tras escucharlo, los secuaces
del presi, el Escuadrón Supremo, deciden reflexionar sobre el tema
en vez de seguir persiguiendo a los Vengadores.
54
manos tomando su rostro. “¿El amor…?” Lo besa, con una lágrima en
sus ojos. La Visión agarra la Corona: “Vámonos, Wanda. Deja que yo
lleve este maldito ícono. Dudo que pueda atacar a mi mente
computarizada. Y si me equivoco… yo, también, seré salvado por el
amor.”xx
55
CAPÍTULO CUATRO: ABLUCIÓN
-Steve Gerber
56
Gerber hizo suya la serie del Hombre Cosa, un monstruo pantanesco
que había sido creado por Gerry Conway y Roy Thomas para la
incipiente línea de comics de terror de Marvel. El protagonista, el
científico Ted Sallis, fue víctima de la transformación más terrible de
todas (lo cual, en Marvel, es bastante decir): tras un accidente quedó
convertido permanentemente en un monstruo sin mente, y cuando
decimos “sin mente” no queremos decir meramente “primitivo” o
“bruto” como Hulk, sino literalmente carente de cerebro: la criatura
se mueve meramente por empatía con las emociones de la gente que
lo rodea, reaccionando de forma especialmente violenta ante el
miedo; de ahí el lema de la serie: “¡todo aquello que conoce el miedo
arde ante el toque del Hombre Cosa!”
57
virtudes. Se centra en el personaje de Brian Lazarus, un escritor que
vive en un manicomio abandonado y cada noche se enfrenta a
manifestaciones aparentemente físicas de las presiones del mundo
moderno (según Macchio, “Lazarus era obviamente un alter-ego de
Steve… un hombre desgastado y diezmado por la asfixiante
superficialidad de la sociedad que lo rodeaba”). Durante el transcurso
de la historia, Brian conoce y empatiza con una mujer y le muestra lo
que está escribiendo. Gerber interrumpe el cómic para incluir la
prosa entera del texto de Lazarus, una innovación que sería luego
explotada por autores reconocidos como Neil Gaiman en la línea de
comics adultos Vertigo, de la cual estos comics de Marvel de los 70s
son un claro precursor.xxii Tras leer el texto, la muchacha se encuentra
perturbada: “¿V-vos escribiste esto? ¿Realmente te sentís así? Hay un
dolor tan terrible en estas palabras… nunca pensé que alguien se
pudiera llegar a sentir tan… tan…” A lo largo de todo el número el
Hombre Cosa circula siempre al acecho, movido por la intensidad de
las emociones de Lazarus. El escritor finalmente logra evadir a sus
pesadillas al poder demostrar abiertamente que es capaz de
preocuparse por otra persona (la simpleza de esta conclusión no
debería ser menospreciada – obras maestras modernas como la
novela La Broma Infinita y la serie Mad Men exploran en profundidad
y extensión la misma premisa de esta historia de 18 páginas). El
comentario final de Lazarus, con referencia al Hombre Cosa, es: “hizo
falta algo tan inhumano como ese monstruo para que podamos ver
nuestra propia humanidad”, lo cual resume la magia de la serie.xxiii
58
donde Howard es candidato a presidente) y subversionando al
género (el número 16, “Zen and the Art of Comic-book Writing”,
consiste enteramente de prosa ilustrada – la evolución natural del
recurso que Gerber había introducido en Man-Thing).
59
Omega duró sólo diez números, y su trama fue resuelta
espantosamente por otro escritor en tres números de Defenders. Sin
embargo, el cómic dejó profundamente marcados a muchos de sus
lectores, al punto que dos de ellos, el novelista Jonathan Lethem y el
ilustrador indie Farel Darlymple, realizaron un digno remake de la
serie en el 2007, 30 años tras su finalización. Según Lethem, “el
primer número de Omega fue simplemente el mejor cómic que había
leído hasta la fecha (…) funcionaba como “parodia seria,” como una
autodeconstrucción metatextual del género superheróico (…) podría
haber seguido leyendo ese único número una y otra vez por el resto
de mi vida, tan sólo imaginando lo que implicaba.”
60
puede ganar.”) Lethem considera que en esta escena “Gerber parece
estar despidiéndose no sólo de los comics, sino también de la raza
humana”.
61
CAPÍTULO CINCO: PARA QUIEN NO ES EL PENSADOR
“Me siento como mi alma gemela ficticia, Shang-Chi: nunca quise pelear,
pero me he visto forzado a hacerlo demasiadas veces.”
-Doug Moench
62
visuales espectaculares (páginas-laberinto, posters cinematográficos
integrados a la narrativa, perspectivas inusuales, paneles
fotorrealistas).
63
primer lugar. Deadly Hands of Kung Fuxxv ya no está, Iron Fist ya no
cuenta con título propio, y todos los otros productos del “kung-fu
craze” han desaparecido. Y aun así Master of Kung Fu sigue en auge.
Creo que se debe principalmente a este factor de “crecimiento”.
64
cambian con cada vuelta de los dados”, le preguntan si está bien y no
es capaz de responder claramente.
65
Fu es la mejor serie de Marvel de todos los tiempos, tendría este
factor a su favor: si bien han habido muchas series brillantes de la
compañía, MKOF es probablemente la única que mantuvo su nivel y
evolución por una cantidad ininterrumpida de tiempo tan
considerable. Es ésto lo que hace que números como el 115
(prácticamente el clímax emocional de la serie), donde se pone a
juego la relación padre-hijo de Shang y su jefe Nayland Smith,
resulten tan gratificantes para los lectores que han venido seguido la
serie y las idas y vueltas de las vidas de sus personajes por tanto
tiempo. Como expresó Moench en el 2017, “luego de diez años y cien
números, sentía que había construido una historia y un establo de
personajes dentro y sobre los cuales no había lugar para el error, ya
que con ellos prácticamente todo era posible.”xxvii
66
confesó: “verme forzado a dejar a Marvel y a Shang-Chi fue
simplemente demasiado traumático.”
“Entre las dos cosas, Leiko, veo muy poca diferencia… ya sea si
muriera mañana o dentro de años incontables (…) Amarte, Leiko…
forma gran parte de mi redención.”
Cuando uno llega al final de este largo viaje, el lector siente que va a
extrañar de corazón a Shang-Chi y su pandilla, y que su espíritu
realmente ha ascendido y avanzado, aunque sea un poco.
67
68
CAPÍTULO SEIS: CENIZAS DE SUEÑOS MORIBUNDOS
69
El éxito de la “primera presidencia” de Shooter gira principalmente
en torno a la colaboración del guionista Chris Claremont y el
ilustrador y futuro artista completo John Byrne en Uncanny X-Menxxix,
probablemente la etapa más universalmente atesorada de una serie
Marvel.
70
matar) como artificiales (se le inyectó un esqueleto de adamantium,
el metal indestructible proveniente de la tierra natal de Pantera
Negra). Hoy en día Wolverine aparece hasta en la sopa, pero en su
momento su popularidad se basó en el misterio tanto de sus orígenes
(recién se menciona su primer nombre, Logan, en el número 140, y el
momento en que sus compañeros se dan cuenta que sus garras son
parte de su cuerpo es especialmente memorable) como de su
personalidad: si da rienda suelta a su ira “berserker” interior,
Wolverine es prácticamente un animal salvaje imparable; sin
embargo, durante el trascurso de la serie sus compañeros van
descubriendo cada vez más capas de humanidad detrás de su
fachada de rudo solitario, lo cual no quita que el personaje, según
John Byrne, siga siendo “una bomba de tiempo inmiscuida.” Byrne se
explaya: “La escena definitiva de Wolverine que siempre quise hacer
en X-Men pero obviamente nunca pude es ésta: Wolverine está
desayunando, Kitty Pryde le dice “buen día” y Wolverine la destripa
sin pensarlo dos veces simplemente porque lo dijo con un tono de
voz inadecuado.” xxx
71
Xavier teniendo
sueños proféticos de
luchas interespaciales
en galaxias cuya
existencia nadie
conoce. Según
Claremont, “el tono
general de la serie
quedó establecido por
Dave Cockrum en esa
secuencia inicial de X-
Men #97 (…) Éste era
un cómic donde
podíamos ir a
cualquier parte e
intentar cualquier
cosa, pero sin perder
de vista que trata
fundamentalmente
sobre los personajes
involucrados. Lo
importante de ese
momento no fue la bravura de la batalla espacial, sino el efecto que
tuvo en Charles Xavier y, a través de él, en sus alumnos.” Luego, por
un momento, pareció que Claremont iba a seguir matando
personajes, esta vez a Jean Grey (una de los X-Men originales y pareja
de Cíclope), cuando ésta se sacrifica para poder aterrizar una nave en
llamas y así salvar a sus compañeros. Sin embargo, en una
memorable escena dos veces inmortalizada en el número 101 (una
en la espectacular portada, y otra en la quinta página), Jean emerge
del agua renacida, en un uniforme nuevo hermosamente diseñado
por Cockrum. La portada reza: “En la hora de mayor necesidad de los
héroes mutantes… aparece: ¡El Fénix!” Mientras que en el interior de
la revista, Jean declara: “¡Escúchenme, X-Men! ¡Ya no soy más la
mujer que conocían! ¡Soy fuego! ¡Soy la vida encarnada! ¡Ahora y
para siempre… soy Fénix!”
72
¿Por qué Fénix? En la cosmología de Claremont, “el Fénix representa
la pasión primordial de la creación: es a su vez la chispa que desata el
Big Bang y el fuego final que consume lo que queda al Final”. La idea
original de Claremont y Cockrum había sido crear a la primera
heroína cósmica – un paralelo de Thor dentro de los X-Men. Con la
llegada de John Byrne unos números más tarde, esta idea encontraría
resistencia, ya que para el autor Fénix era tan poderosa que tornaba
al resto del equipo irrelevante.
73
matarlo. “Mi poder--- me está pegando como una droga. Nunca
había sentido semejante… ¡éxtasis! Dios, ¿en qué me he
convertido?”. Efectivamente, en la Saga de la Fénix Oscura el eje
marveliano clásico de la transformación terrible vuelve con todo,
pues como se verá, la transformación de Jean es quizás la más
terrible de todas.
74
más internos – y prohibidos – placeres y necesidades. Dentro de su
alma angelical – al igual que en las almas de todos nosotros – yace un
demonio, un yang para el yin de la superficie. Lo único que estoy
haciendo es liberar de su jaula moral a esa parte negativa de su ser.”
75
Dicha liberación está
lejos de solucionar el
problema de Fénix. Con
sus poderes
completamente
desatados, se convierte
finalmente en “Fénix
Oscura”. En el panel
final del número 134,
vuelve a enunciar las
palabras que marcaron
su nacimiento:
“¡Escúchenme, X-men!
¡Ya no soy más la mujer
que conocían! ¡Soy
fuego! ¡Soy la vida
encarnada! ¡Ahora y
para siempre… soy
Fénix!” Pero ahora se
vuelven completamente
ominosas y
atemorizantes. Coloso
se pregunta,
apropiadamente: “¿Qué
puede haber causado
esta transformación terrible?”
76
con el lado bueno de Jean, logran hacerle frente al Fénix. “Soy lo que
fue, lo que es, lo que será --- el ángel negro --- ¡el heraldo del caos!
¡Soy--- el--- poder!” exclama la entidad. A lo que Xavier responde:
“Poder sin restricción --- conocimiento sin sabiduría --- edad sin
madurez --- pasión sin amor.”
Por un momento parece que los X-men han ganado y que Jean se ha
“curado”. Pero sólo por un momento. Al instante siguiente todos son
transportados al Imperio Shi´Ar. Y así comienza el épico número 137,
un evento cultural de tanta importancia que contiene un prólogo por
el mismo Vigía (a quien recordarán de la trilogía de Galactus).
Lilandra, en representación de casi todas las razas intergalácticas del
Universo Marvel, se ve forzada a sentenciar a Jean a muerte por el
genocidio que cometió como Fénix Oscura. Para tratar de impedirlo,
Xavier pide juicio por combate, acorde con la tradición Shi’Ar.
77
poseerla de vuelta, Jean decide trágicamente terminar con su vida
antes que dejar abierta la posibilidad de que regrese la Fénix Oscura.
El número, que dejó en shock a una generación, cierra nuevamente
con un discurso del Vigía, explicando que lo que realmente separa a
la humanidad de las demás especies es su capacidad para sacrificarse
en pos de una causa justa. Es una visión bastante similar a la que en
su momento había expresado el poeta W.B. Yeats: “El acto heroico,
tal como desciende de la tradición, es un acto que se realiza cuando
un hombre es sí mismo (…) un sacrificio de sí mismo a sí mismo, casi,
con tan poco para negociar, de un momento a otro (…) Tan solitario
es el anciano acto, tan grande el patetismo de su alegría.” El Vigía
concluye diciendo: “Jean Grey podría haber vivido hasta convertirse
en un Dios. Pero fue más importante para ella morir… humana.” En
este momento, Jean Grey se vuelve justamente un personaje
inmortal: el héroe Marvel que pagó el precio final por su
transformación terrible.
78
postura de Shooter), lo cual la volvería responsable del genocidio que
cometió.xxxiii
Pero para eso todavía faltaba mucho tiempo. Unos meses tras la
muerte de Jean Grey, Byrne abandonaría Uncanny X-Men, no sin
antes dejarnos otro clásico duradero de la historia del cómic: “Días
del Futuro Pasado.” Se trata de una revolucionaria historia de 2
partes en las que la Kitty Pryde del futuro toma posesión de la del
presente, con el fin de persuadir a los X-Men a que la ayuden a
prevenir el futuro, en donde literalmente están todos muertos
debido a un genocidio gubernamental que comenzó contra la raza
mutante y terminó arrasando con toda libertad. Las escenas se
dividen entre las transcurridas en el futuro, donde los pocos X-Men
sobrevivientes van muriendo horriblemente, y las que transcurren en
el presente, donde los héroes logran evitar el asesinato del
reaccionario Senador Kelly, supuestamente el evento que
desencadenaría el genocidio. Pero el final es agridulce y perturbante:
Xavier reflexiona que no es realmente posible saber si el futuro
cambiará a pesar de su pequeño aporte.
79
Con el pasar de la serie, se siguen agregando personajes
entrañísticos: Rogue es incapaz de tocar a otro ser humano sin
absorber violentamente todos sus recuerdos y habilidades. Rachel
Summers, la hija de Scott y Jean de la línea de tiempo de “Days of
Future Past”, se ve atrapada en esta realidad en la que su madre
murió y el primogénito de su padre va a ser un varón, contemplando
de esta forma la posibilidad de su propia inexistencia.
80
particularmente vengativo se prepara para atacarlo: “Destruíste a los
Cuatro Fantásticos, Richards--- ¡ahora yo te destruiré a ti!” Las
siguientes están cargadas de imágenes igualmente violentas: un Reed
Richards partido por la mitad, unos X-Men asesinos con máscaras de
Doom disparándole a un niño, la Cosa desintegrándose, los X-Men
crucificados. Si bien estas cosas no ocurren literalmente dentro de la
serie, son un buen reflejo del tormento físico y emocional que los
personajes sufren durante una historia que, al fin de cuentas, termina
siendo sobre confianza, redención, y la que quizás es la filosofía de
Claremont con respecto al cómic de superhéroes, la cual parece ser
explícitamente enunciada por Sue Storm al comienzo de la historia:
“Es mucho más fácil lidiar con una crisis superheroica que con los
matices de la vida real. Salvar universos ahora nos resulta natural.
¿Pero acaso nos hemos olvidado de que la prueba más
increíblemente heroica de todas es ser un buen hombre, una buena
mujer, buenos padres, una buena familia?”
81
todo lo que le desespera ser. Rogue pensó que estaba atacando a un
sapo. En su lugar, tocó el alma de un príncipe.”
82
implacables y que su humanidad es posiblemente sólo una efímera
fachada. La serie es una especie de precursor marvelita de Juego de
Tronos, tanto por contar con un entrañable enano entre sus
protagonistas (Puck, quien “habla como un pendenciero de bar pero
lee Shakespeare”, maneja 17 idiomas y fue amigo de Hemingway)
como por la forma en que desarrolla personajes principales para
luego matarlos de forma abrupta y horrible. A pesar de todo esto, el
dominio de Byrne de la narrativa comiquera es tal que el tono de la
serie es más ameno y considerablemente menos denso que el de X-
Men.
83
consecuencia inesperada de las drogas es tan terrible que ni siquiera
se puede entender del todo: Tyrone se convierte efectivamente en
una especie de capa incorpórea capaz de absorber a personas
enteras, quienes, si llegan a ser devueltas a nuestro mundo, regresan
increíblemente perturbadas. En contraste, Tandy es una
deslumbrante bailarina de ballet con poderes lumínicos, pero su
destino se ve inextricablemente unido al de Tyrone tanto por la
extraña relación simbiótica que mantienen como por su
autoimpuesta misión de acabar con el tráfico de drogas (al cual
acusan de ser responsable de su transformación), objetivo que
persiguen con un ferviente fanatismo casi religioso.
84
serie por caminos poco convencionales: el padre Delgado se
obsesiona con exorcizar a Capa, a quien considera el Demonio, para
esconder su lujuria por Puñal; y la detective O’Reilly, un personaje
bastante trillado, es asesinada a los pocos números para convertirse
en “Mayhem,” otro vigilante tan inusual como los protagonistas.
85
CAPÍTULO SIETE: ¿TÚ TAMBIÉN, MI AMOR?
“Mucha gente, cuando piensa sobre mi trabajo en Marvel, piensa en
Warlock o el Capitán Marvel, pero lo mejor que he hecho en mi vida es a
Thanos. Yo lo creé. Es mi bebé, y hasta ahora he sido el único que lo ha
manejado.”
-Jim Starlin
“La Muerte del Capitán Marvel” (“la historia de la cual estoy más
orgulloso”, según el autor) en Marvel, “Una Muerte en la Familia” en
DC… no es de extrañar que la más grande creación de Jim Starlin,
Thanos, estuviese enamorado de la Muerte. Starlin explica esta
obsesión citando al novelista Norman Mailer: “No hay historia
verdadera que comience con otra cosa que no sea la muerte.”
86
La historia concluyó con la muerte tanto de Thanos como de Warlock
e, insólitamente, a nadie se le ocurrió resucitarlos antes del regreso
de Starlin a Marvel en 1990. Ni bien Starlin asume el rol de guionista
de Silver Surfer tras la partida de (sincronicidad mediante) Steve
Englehart, lo primero que hace es resucitar al Titán. A partir de ahí, la
presencia del personaje cobraría tanta importancia en la serie que
terminaría quitándole protagonismo al mismo Surfer, hasta el punto
87
que el titular de la serie prácticamente no aparece en todo el número
45.xxxvii
88
Conseguir las gemas, cree Thanos, le otorgará un poder tan increíble
que hará que su amada, la Muerte, finalmente lo considere un igual.
Para lograr su romántico cometido, Thanos se embarca en su propio
viaje trascendental Ditkokyrbiano: “Mi viaje me lleva por una miríada
de dimensiones extrañas. Realidades inconcebibles. Los distintos
planos de existencia ejercen distintas influencias. Una experiencia
agotadora tanto física como espiritualmente. Para un ser menor, esto
resultaría fatal. Pero Thanos perdura, como siempre. La realidad,
como toda influencia externa, tiene un efecto mínimo en mi ser. Yo
siempre me mantengo fiel a mí mismo. Pues soy Thanos… un ser
único en cualquier realidad en la que esté.”
89
una pesada carga en mi corazón, aunque en realidad no debería
serlo. Yo no te obligué a pelear contra mí. Te ofrecí la chance de
entregar la gema. Me forzaste a hacer lo que hice. Tuve que ser fiel a
mi naturaleza. Pues, al fin y al cabo, soy Thanos.” Si bien dice esto
con una sonrisa maliciosa, se deja entrever cierto dolor, como en
aquella memorable escena de Moby Dick en la que Ahab se rehusa a
salvar al hijito de otro capitán con tal de no desviarse del trayecto de
la ballena. Y en sus siguientes confrontaciones con el resto de los
Ancianos, se deja ver que Thanos es implacable y hasta sádico, pero
no del todo despiadado.
90
otro lado, el momento en que Thanos se da cuenta de que fue
traicionado por su amada, en el que resulta imposible no recordar al
Julio César de Shakespeare (“¿Tú también, mi amor?”) Aquí vuelve a
quedar claro por qué, en un perfil de Marvel Age #92, Starlin cita a
Shakespeare como una de sus principales influencias. En ese
momento, algo parece quebrarse en el Titán para siempre. En la
siguiente miniserie de Starlin, Infinity War, Thanos comienza un largo
camino hacia la redención que culminaría una década más tarde en la
miniserie (también de Starlin, obviamente) Marvel Universe: The End.
Quizás para el Titán, una vez descripto por Starlin como “el máximo
nihilista, una metáfora de la muerte”, la transformación más terrible
fuera la de convertirse en salvador.
91
CAPÍTULO OCHO: VIDAS PARALELAS
“El honor, la honestidad y la ética de Peter Parker
han estado siempre a la altura de las de un rey, sólo que
Peter no contó con la ventaja de llevar puesta una corona.”
-David Michelinie
-Louise Simonson
92
estaba afiebrado. Aun así, no se puede negar que el arte de Romita
es atractivo, bello y dinámico, y que Stan Lee sigue teniendo un buen
dominio del personaje de Peter, motivos suficientes para que la serie
siga manteniendo su moméntum.
93
números, le da a Peter una úlcera por exceso de estrés, lo hace evitar
ayudar a gente en peligro para concentrarse en la búsqueda de su tía,
y vuelve a desarrollar tramas continuadas con giros inesperados (ej,
¡la susodicha tía disparándole a Spider-Man y yéndose a vivir a la
residencia del Doctor Octopus!) Consciente de esta vuelta a la
grandeza original de Amazing, al final del número 113 el cuadro de
texto reza: "Si éste fuese un comic típico, las cosas terminarían aquí...
pero no lo es".
94
El número siguiente también lidia con emociones complejas y
demuestra gran calidad literaria. Spider-Man está completamente
sacado y no permite que la policía siquiera toque el cadáver de
Gwen. En batalla final con el Duende, Peter llega al punto de casi
matarlo. Al final se frena, evitando convertirse en el monstruo que
intenta derrotar. Es entonces cuando el Duende intenta golpearlo por
detrás con su planeador, pero Spidey lo esquiva a último momento
gracias a su sentido arácnido y el villano termina muriendo impalado
por su propia arma. El cuadro de texto, memorablemente, reza: “Así
mueren los
soberbios:
crucificados,
no en una
cruz de oro,
sino en una
estaca de
miserable
ojalata.”
Recuerda al
final de “The
Hollow Men”
de T.S. Eliot:
“this is the
way the
world ends…
not with a
bang, but with a whimper.” En la última página, Peter, en su dolor,
echa cruelmente a Mary Jane de su habitación. Ella se está a punto
de ir, pero, tras una última reflexión, cierra la puerta y se queda con
él, definiendo en una breve secuencia la dirección que tomaría la vida
de Spider-Man durante los siguientes 20 años.
95
consideraba (correctamente) un personaje muchísimo más
interesante. A lo largo de los años, el autor parece haber cambiado
su opinión con respecto a la historia. En una entrevista de 1981, se
mostró arrepentido, no de su ejecución, sino de la idea de matar a
Gwen en primer lugar:
96
en las historias. Frenz es un artista que emuló a Ditko en Spider-Man
(¡volvieron los diseños de página 3x3 para las escenas de Peter
Parker!) y a Kirby en Thor, añadiéndole la suficiente sensibilidad
moderna. Más que una imitación, terminó siendo un reconocimiento
y continuación de los ingredientes que realmente hacen que cada
personaje funcione. En cuanto a los argumentos, tramas como el
misterio de la identidad del nuevo villano Hobgoblin y la evolución de
la relación entre Peter y Mary Jane Watson se fueron desarrollando
brillantemente a lo largo de años, mientras que varias historias más
cortas también resultaron memorables (el enfrentamiento entre
Spidey y el heraldo de Galactus, Firelord, en Amazing #269 y 270 es
una de las secuencias de lucha más épicas en toda la carrera del
arácnido.) Tan alto es el nivel de calidad de las historias de Spider-
Man en los 80s que incluso números a cargo de autores virtualmente
desconocidos (Ken McDonald, Fred Schiller, Steve Geiger) sorprenden
gratamente. El anual 20 de Amazing (1986), por ejemplo, es una
poderosa historia que sutilmente contrasta el carácter de Peter con
el del moralmente dudoso Iron Man del 2020.
97
villanesco Hobgoblin culmina con Peter finalmente aceptando que
Spider-Man es parte de él y que nunca dejará de lado esa faceta de
su personalidad. Esta epifanía le otorga el valor para proponerle
casamiento a Mary Jane, quien hacía tiempo ya conocía su identidad
secreta.
98
engañosa es una bendición: los villanos sólo aparecen en una escena
a modo de pesadilla y, exceptuando un breve encuentro con Electro
en las primeras páginas, el anual es una hermosa historia que se
centra casi totalmente en Peter y Mary Jane, sus dudas, sus alegrías y
sus desafíos antes de dar el paso final. Esto resulta completamente
consistente con el enfoque utilizado por David Michelinie a la hora de
escribir comics: “La única ‘fórmula’ que utilicé al escribir superhéroes
fue, básicamente, ignorar el traje. Cuando escribía escenas de Peter
Parker, escribía a Peter Parker. Cuando escribía escenas de Spider-
Man, también escribía a Peter Parker, solo que con otra ropa. Tanto
luchar contra villanos como lidiar con los conflictos de la vida diaria
eran aspectos fundamentales de la vida del personaje, y fui
descubriendo que se balanceaban naturalmente si tan sólo dejaba
que los argumentos evolucionaran de forma lógica y orgánica.”
99
presagia el exceso de crossovers entre colecciones que vendría en los
90s, aquí por lo menos todas las partes de la historia están a cargo
del mismo equipo creativo.xlvi La premisa es sencilla, si bien algo
shockeante: Kraven el Cazador, uno de los enemigos más antiguos de
Spidey, se obesiona con su rival al punto de dispararle, enterrarlo
vivo por dos semanas y tomar su lugar para poder probar que es
realmente su superior. La calidad del guión de John Marc DeMatteis
(quien se convertiría en uno de los mejores guionistas de Spider-Man
post-Ditko, junto con David Michelinie, Tom DeFalco y Paul Jenkins) y
del arte de Mike Zeck (el genio detrás de Master of Kung-Fu) es
altísima, al aplicar exitosamente el enfoque de “cómic adulto” de
obras de DC de los 80s como Batman: Year One al canon y espíritu
marveliano. El éxito de la historia, de todas formas, radica en la sutil
manera en que el carácter heroico y en definitiva sano de Peter es
contrastado con la progresiva locura de Kraven; y en la forma en que
culmina con un verdadero, profundo y absoluto momento de
entendimiento entre héroe y villano, previo al suicidio de este último:
“Todo hombre… toda mujer… toda nación… toda era tiene su Araña”,
reflexiona Kraven. “Tú has sido la mía. Qué terrible carga. Qué…
honor.”
100
desarrollado en sus veneradas épocas al frente de Iron Man, esta vez
acompañado por un estilo artístico tan exageradamente over-the-top
que sigue resultando bastante irresistible incluso al día de hoy.
Espectacularidad visual y buenas historias = Magia Marvel.
101
así que lo empecé a tomar como un desafío. Quise intentar hacer que
funcionara, y hacer cosas interesantes con ello. Tengo que admitir
que una vez pasado el casamiento me resultó entretenido
incorporarlo a los guiones.” Nuevamente el conflicto entre la “ilusión
del cambio” y el cambio real está presente. A lo largo de los
siguientes años los editores de Marvel pasarían a estar de acuerdo
con la idea de que el casamiento fue un error, y tratarían de
deshacerlo de formas catastróficas.
102
En manos de Michelinie, escribir Spider-Man exitosamente parece
sencillo: simplemente hay que dedicarle la misma cantidad de
espacio a las tramas de Spidey y a la vida de Peter Parker y sus
personajes de reparto.xlvii Ambas tramas pueden enlazar o no, el
interés justamente radica en combinar la acción con el culebrón (en
103
el mejor sentido de la palabra). Y si bien generalmente las escenas
personales suelen ser más interesantes, el hecho de que la acción
esté representada por el dinamismo de las ilustraciones de
McFarlane y Larsen ayuda finalmente a que ambas identidades de la
revista puedan ser disfrutadas en igual medida.
104
El fantástico pero precario balance entre arte bombástico e historias
de calidad colapsa en el momento en que Marvel le brinda a
McFarlane la oportunidad de no sólo dibujar sino también escribir su
propia colección de Spidey, titulada Spider-Man a secas y lanzada con
un nuevo número uno con multitud de tapas holográficas especiales.
La espectacularidad gráfica continúa, aunque su inherente grotesco
queda algo expuesto ahora que los “guiones” que la acompañan
parecen escritos por un niño con síndrome de falta de atención. El
crossover de la serie con la X-Force de Rob Liefeld es uno de los
cómics más espantosos jamás publicados. A nadie le importa, sin
embargo: las series venden tanto que McFarlane y Liefeld se
envalentonan y abandonan Marvel para fundar su propia editorial.
Enhorabuena.
105
se conocieran, se enamoraran (…) Gwen era la chica que la Tía May
hubiese elegido para Peter (…) (pero) la vida de Peter es este tira y
afloje entre su deseo de ser Mr. Responsabilidad y Mr. Vida-Sana, y la
parte salvaje de su personalidad que le permite tomar riesgos como
Spider-Man. Mary Jane apela a ese lado salvaje de su personalidad,
mientras que Gwen apelaba a su lado tranquilo, estudioso, aburrido.
Peter nunca hubiese cortado con Gwen, pero podría en teoría cortar
con Mary Jane, y eso es lo que lo vuelve interesante. Si Peter no
tuviese la capacidad de estar enamorado de Mary Jane, no tomaría
los riesgos que toma (…) hay una cierta inevitabilidad a que estén
juntos (…) son una de las pocas parejas en los cómics que son más
interesantes como pareja que como dos personas que se andan
buscando. Cuando Reed Richards se casó con Sue Storm, fue
aburrido, pero cuando Peter se casó con Mary Jane fue en realidad el
comienzo de su dinámica.”
106
Una carta del lector Scott Darley, en el cuarto número, resumió a la
perfección las virtudes de la serie:
107
McGovern en el correo del número 46, “Spider-Girl es uno de los
cómics menos ostentosos de la industria, y el que menos ostentación
necesita. Las pirotécnias de este título surgen a partir del storytelling
sólido, argumentos impredecibles, drama humano, arte preciso,
personajes memorables, diálogos ingeniosos, y una positividad tan
rara de ver hoy día que resulta casi revolucionaria. Spider-Girl es uno
de los títulos más longevos de las últimas décadas, llegando a los 50
números en un clima donde la mayoría de las series muerden el
polvo apenas empiezan. Atrae a lectores jóvenes, lectoras femeninas,
y a los nuevos fans que la industria necesita para sobrevivir, al mismo
tiempo que satisface a lectores veteranos y atrae de vuelta a los que
habían abandonado.”
108
CAPÍTULO NUEVE: LOS VERDADEROS HÉROES
““Empecé a leer cómics en el medio del crossover
de X-Men “Inferno”, en un número cualquiera. No
entendía nada. Pero adoraba ese mismo sinsentido,
porque significaba que había un misterio que tenía que
resolver, números atrasados que buscar, caminos a
seguir.”
-Tom King
109
heroicos Vengadores “clásicos” y la fuerza eminentemente policial en
la que se convertirían en el nuevo milenio: concluye con un subgrupo
de Vengadores decidiendo ejecutar al villano por sus crímenes. El
memorable episodio de cierre, Avengers #347, comienza con el
genocidio de una galaxia entera y culmina con la degradación moral
de los héroes en quienes recae la imposible (¿realmente imposible?)
decisión de actuar o bien con compasión, o con venganza
racionalizada como justicia.
“Ésta fue la Case de las Ideas, Marvel Comics, desde 1961 hasta 1991.
Ciertamente hubo historias flojas, pero el todo fue más que la suma
de sus partes. El espíritu de creatividad y continuidad de Marvel la
llevó a dominar el mercado. Los personajes representaban ideas,
paradojas y filosofías; si bien los cómics estaban enfocados a los
jóvenes, había suficiente pensamiento como para cautivar a los
lectores dispuestos a reflexionar sobre los estímulos presentados por
Galactus, los Eternos, la Inteligencia Suprema, etc.”
“(…) ¿Qué hace que este crossover sea tan bueno? Es acerca de
ideas. El bien mayor, la corrupción del concepto de evolución (¿o la
110
inevitable separación entre la ética y la evolución?), la naturaleza de
lo que nos vuelve humanos, el pragmatismo versus el idealismo…
todos estos temas aparecen en la historia, y pueden prender una
lamparita o dos en las mentes de aquellos dispuestos a volver a
cuestionarse cosas (…) No es una historia de la Edad de Bronce, de la
Edad Oscura ni de la Edad de Plata. “Galactic Storm” es una entidad
propia, construida a partir de la historia de Marvel y las diversas
caracterizaciones de la familia de los Vengadores, llevadas a una
conclusión lógica. Y eso hace que sea una buena historia.”liii
111
el aclamado Joker de Heath Ledger en el film del 2008 Batman: The
Dark Knight. Kasady cree que la ley, el orden y la moral son fantasías,
y que la libertad sólo es posible sumiendo al mundo en el caos total.
“¡Sin esas ilusiones, puedo hacer cualquier cosa! ¡Incluso asesinar!”
En su primera escena, Kasady le explica a su víctima que lo mata
porque “es fácil” y porque “puede.”
Una serie de Marvel de principios de los 90s, por otro lado, huye
totalmente al estilo extremo y opta por el polo opuesto: un
clasicismo deliberado e hipernostálgico: Thor, a cargo del guionista
Tom DeFalco (quien fue editor en jefe de la editorial por
aproximadamente 15 minutos), nuevamente acompañado por su
dibujante de Amazing Spider-Man, Ron Frenz. Si en Spidey Frenz
había emulado deliberadamente a Ditko, aquí lo hizo con Kirby,
112
aparentemente siguiendo la misma filosofía de “si funcionó una vez,
por qué no de nuevo.”
113
Frenz empieza a colaborar en los argumentos con DeFalco, tornando
a la serie en una verdadera colaboración, y empieza a ser entintado
nada más y nada menos que por Joe Sinnott, el entintador de Kirby
en Marvel por excelencia (en algunos números anteriores el arte
había sufrido un poco por culpa de los entintadores- ¡hasta en ésto
emularon a la etapa de Kirby!) Como si fuese poco, a partir del
número 402 vuelve la sección “Tales of Asgard.”
Pero Thor es un oasis: la industria del cómic en los 90s iba en otra
dirección – una espiral autodestructiva que casi la hace colapsar. A
principios de los 90s, Jim Lee y Rob Liefeld, junto con Todd
McFarlane, habían inaugurado la era de los dibujantes superestrella
trabajando en títulos de X-Men y Spider-Man. Su estilo dinámico,
intenso y exagerado había dado lugar a la tendencia “extrema” que
tiñó a gran parte de los comics de la década. En el punto álgido de su
fama, los dibujantes abandonaron Marvel para fundar su propia
editorial, Image Comics. La expectativa de que los números uno de
las colecciones de Image fuesen a cotizar millones en el futuro atrajo
a un considerable número de especuladores, y por un tiempo las
editoriales parecieron moldear su producto específicamente para
ellos: números uno constantes, tapas especiales plateadas, doradas y
cromadas a sobreprecio, trading cards insertadas en el medio de los
cómics… para cuando los especuladores se dieron cuenta de que en
realidad no había tanto dinero fácil en esta industria como se
pensaba, gran parte de los lectores de siempre habían abandonado a
los cómics también. Todos estos factores contribuyeron a la
bancarrota de Marvel en 1996.
Y aun así fue a Jim Lee y a Rob Liefeld a quienes Marvel les encargó
revitalizar algunos de sus más antiguos íconos. Spider-Man y los X-
Men probablemente quedaron afuera porque seguían vendiendo
bien, pero la línea “Marvel Heroes” venía en baja desde hacía tiempo
(si uno mira una publicidad de las suscripciones de Marvel de fines de
los 90s, lo primero que llama la atención es que hay más títulos de X-
Men que de todos los otros Héroes Marvel juntos).lv
114
Así fue como en 1996, tras otro gran crossover llamado “Onslaught”,
los 4 Fantásticos y los Vengadores aparentemente perecían en el
“Universo Marvel central” y renacían en otro universo paralelo,
dándole la oportunidad a Liefeld y a Lee de contar sus aventuras
desde cero en colecciones con nuevos números uno. Hoy en día, con
las series de superhéroes siendo relanzadas una y otra vez como si
fuesen temporadas de televisión, es quizás difícil darse cuenta del
revuelo que causó “Heroes Reborn” en su momento: era la primera
vez en la historia en que colecciones de Marvel tan longevas, que
continuaban con su numeración original desde los 60s y ya
alcanzaban entre los 330 y 450 números, cerraban para ser
reiniciadas desde cero. Y no sólo la numeración se desechaba sino,
más tristemente aún, la continuidad que era tan intrínseca a la Magia
Marvel. El guionista Kurt Busiek lo describió así: “Éste es un punto de
inflexión. Se les está diciendo a los lectores que la historia a largo
plazo de Marvel es prácticamente irrelevante. Cobra segundo lugar
ante lo que supuestamente hará más populares a los personajes y le
traerá más dinero a la empresa.”
115
A 6 meses del inicio de “Heroes Reborn”, los directivos de Marvel ya
empezaron a dar a entender que el experimento no continuaría
durante un segundo año. Debido a esto, la segunda mitad del
proyecto se centró principalmente en atar cabos sueltos y en acercar
a estas “nuevas” versiones de los héroes cada vez más a las de toda
la vida.
116
ingredientes que hicieron que Marvel fuera Marvel, que incluso
cuenta con apariciones de los algunos de los entes más fascinantes
de la cosmología creada en décadas anteriores (los Celestiales,
Eternidad - ¡e incluso nuestro querido Hombre-Cosa!) El arte de
Larroca es moderno y dinámico, pero con el foco puesto en la
narrativa. Atrás quedaron las poses infernales, los diálogos inconexos
y las transiciones inexistentes de tantos cómics de los 90s: Heroes
Reborn: The Return realmente marcaba el fin de una era y presagiaba
el inicio de otra.
117
jóvenes se vieron atraídos por el espectacular arte fotorrealista del
jóven Alex Ross, mientras que los veteranos compartieron con
Sheldon una sensación de “también haber estado ahí”, lograda
excelentemente gracias al conocimiento enciclopédico del guionista
Kurt Busiek y su capacidad para presentar la continuidad de Marvel
como un todo coherente (talentos por lo que se seguiría destacando
el resto de su carrera.) Según el historiador Sean Howe, el logro más
impresionante de Marvels fue “recapturar por un momento la
emoción que los superhéroes de Marvel habían provisto una vez.”
Por un tiempo, fue una nueva edad de oro. Las series ahora
contaban con el empuje en ventas e incrementada atención del
público que les había proporcionado “Heroes Reborn”, con la
diferencia de que el producto esta vez sí estaba a la altura de las
expectativas. Busiek fue probablemente el último autor que escribió
en el “estilo Marvel” de antañolvi: caracterización consistente,
balance entre dramas personales (tanto de los héroes como del cast
de reparto) y acción superheroica, introducción de cambios para
118
mantener el interés sin negar la historia previa ni cambiar la
naturaleza de los personajes, y un rico uso de continuidad que, en
vez de confundir al lector nuevo, incentiva su curiosidad a leer etapas
previas. Lejos de parecer anticuado, Busiek ponía en evidencia
cuánto habían perdido los cómics a nivel narrativo durante la última
década: la revista Wizard afirmó en esa época que Avengers era “el
cómic que leen los guionistas para aprender a escribir.”
En principio resulta
increíble que una
historia tan bien
estructurada y
documentada haya
tenido cierto carácter
improvisacional, pero
reflexionándolo bien,
ése es verdaderamente
el estilo Marvel. Según
Busiek, “teníamos una
idea general, pero
desarrollarla en detalle
iba a tomar tiempo. Le
sugerí a Tom (Brevoort,
el editor) que
119
siguiésemos el ejemplo de “La Guerra Kree-Skrull”, la primer (y para
muchos la mejor) saga épico-cósmica de los Vengadores. Siempre me
había dado la impresión de que sus creadores habían tenido una idea
y una dirección a la que querían llegar, y a partir de ahí fueron
improvisando número a número, confiando en que a lo largo del
camino encontrarían suficientes señales que los llevarían a un final
satisfactorio. En realidad no tengo ninguna prueba de que Roy
Thomas, Neal Adams y Sal Buscema hayan trabajado así, pero
siempre me pareció que sí, y que seguramente fue muy divertido
contar con ese grado de libertad.”
120
CAPÍTULO DIEZ: ACEPTAR LA ROCA
“Cuando era chico no tenía muchas cosas, pero
tenía cómics.”
-Tom King
121
funcionar nunca, no sólo por la imposibilidad de la premisa sino por
el tono formal y tremendamente ominoso que King emplea desde el
primer número, uno de los tres mejores escritos en una serie ya
notable por la calidad de sus guiones.
122
padre.” El último cuadro de texto: “Los jarrones flotantes de Zenn-La
siempre están vacíos. El sulfito de metano que hace que el agua
levite es venenoso para todas las especies de flor conocidas. El
misterio, por lo tanto, no es por qué está vacío, sino por qué alguien
construiría semejante recipiente en primer lugar.”
123
trama es recapitulada con el añadido de emotivas “escenas inéditas”
en el número 7 (King agradece en el correo de lectores a Roy Thomas,
Steve Englehart, Bill Mantlo, John Byrne, Kurt Busiek y otros, e
incluso usa diálogos textuales de Thomas en el número 11), pero más
allá de eso, como explica King, “la relación entre Wanda y la Visión ha
sido un fantasma que ha embrujado a toda esta serie. Para mí ella es
un personaje tan importante aquí como cualquier otro miembro de la
familia.” La obsesión de la Visión de formar una familia, el lector
veterano de Marvel entenderá, es un deseo de tener una segunda
oportunidad, de recapturar lo que nunca pudo lograr con su amada
Wanda. El Gran Gatsby nos enseñó que no se puede repetir el
pasado, pero que la Visión lo intente de todas maneras es
seguramente la prueba más fehaciente de su humanidad.
124
King estaba más que familiarizado con la historia de la Visión. “Mi
momento favorito de la Visión es en Avengers Forever, cuando tratan
de explicar su relación con la Antorcha Humana original, la forma en
que simultáneamente fueron y no fueron creados a partir del mismo
cuerpo. Es tan alocadamente barroco… todos esos desgarbados giros
del tiempo y la continuidad convertidos en una narrativa lineal… en
cierta forma se torna en uno de los momentos más poéticos jamás
escritos. Se puede evidenciar la noble lucha de docenas de autores
contando cientos de historias a los gritos, las cuales necesitan
convertirse en una única, magnífica épica. Es la esencia de los cómics
en apenas unos paneles.” Esta serie, por lo tanto, termina de definir a
la Visión como uno de los personajes fundamentales de Marvel: con
su orígen ligado a los 40s, lazos con Hank Pym, la Bruja Escarlata (con
todo lo que implica: Wundagore, Magneto…) y Wonder Man, e
historias representativas a cargo de gigantes de Marvel como
Thomas, Englehart, Byrne y Busiek, es una especie de intersección
entre todos los serpentinos caminos marvelianos. Protagonizar la
obra maestra de la era moderna de Marvel era algo que tenía más
que merecido.
La serie fue tan exitosa que volvió a editarse un año más tarde en
formato Director’s Cut, con detalles del proceso artístico y los guiones
casi minimalistas de King, donde se puede apreciar aun más el
tremendo aporte del artista Gabriel Hernandez Walta a la hora de
detallar las emociones y expresiones faciales de los personajes. Vision
ha sido universalmente alabada por una comunidad que parecía casi
desesperada por volver a leer algo de verdadera calidad. La sección
de cartas de lectores de la serie, coordinada y respondida por el
mismo King, está repleta de intercambios significativos, entre los
cuales se destaca el siguiente, proveniente del cuarto número:
125
que olvidar lo que se siente estar del lado de afuera (…) Hay una
tendencia entre mis compañeros a burlarse del histrionismo de los
adolescentes; como si nosotros alguna vez no hubiésemos tenido esa
edad (…), como si alguna vez no hubiésemos sido Sísifo, eternamente
empujando rocas cuesta arriba. Nos hemos olvidado lo que significa
tener diecisiete años y que desconfíen de uno automáticamente. Nos
volvimos cómodos interiormente sólo porque tenemos más edad y
experiencia. No tendríamos que olvidar nunca cómo nos sentimos
antes, porque las memorias de cómo los demás nos trataron nos
enseñan cómo actuar para con los demás.”
126
127
FUENTES
Busiek, Kurt (1985) The Marvel Age Interview: Bill Mantlo. En Marvel
Age # 25. Marvel Comics.
Hatfield, Charles (2012) Hand of Fire: The Comics Art of Jack Kirby.
University Press of Mississippi.
128
Hilb, Claudia (2018). Más Acá del Bien y del Mal: Hannah Arendt,
lectora de Melville. Disertación presentada en el CCK el 30/6/18.
129
Salerno, John. (1990). The Thanos Quest. En Marvel Age #90. Marvel
Comics.
130
NOTAS
i
Carta publicada en el correo de lectores de Master of Kung Fu #88 (Mayo
1980) Barta luego trabajó profesionalmente en Marvel, entintando a John
Byrne. Otro frecuentador del correo de MKOF que luego trabajaría
profesionalmente en la editorial fue el escritor Kurt Busiek.
ii
El término “retcon” (que proviene de “continuidad retroactiva”) se refiere,
según el guionista Peter David, a “la alteración de los hechos previamente
establecidos en una obra de ficción, generalmente añadiendo nueva
información, modificando o reinterpretando la ya existente.”
iii
El reino ficticio de Latveria. “¡La gente lo buscaba en el mapa!” le declaró
jovialmene Stan Lee a Kevin Smith en el video Stan Lee’s Mutants, Monsters
and Marvels.
iv
Descripción que hace eco del título de un episodio del Doctor Strange de
Ditko, “A Nameless Land, a Timeless Time!” (Strange Tales #133, junio
1965). A su vez, los anticuerpos humanoides de Ego el Planeta Viviente no
son demasiado distintos visualmente a los “Nameless Ones” de Ditko. La
sincronicidad entre Kirby y Ditko se desarrollará a lo largo del capítulo.
v
Un precursor del más bizarro “Black Racer”, personficación de la muerte en
New Gods, la posterior obra maestra de Kirby para DC.
vi
En el capítulo 86 de Moby Dick, Melville, comunicándose con Kirby a través
de los siglos, parece defenderlo de los detractores que lo han acusado de
“hacer musculosos hasta a los árboles”: “En todo lo que es imponentemente
bello, la magia se debe en gran parte a la fuerza. Quítale los atados
tendones a la estatua de Hércules, que parecen querer estallar fuera del
mármol, y se perderá gran parte de su encanto (…) Incluso cuando Angelo
pinta a Dios en su forma humana, nótese la robustez.”
vii
El novelista Brandon Sanderson trabaja prácticamente el mismo concepto
(bajo el nombre de “The Thrill”) en su reciente saga de fantasía épica The
Stormlight Archive.
viii
Comparar con las líneas iniciales y el sentimiento prevalente del poema
“Ode to a Nightingale” (“Oda a un Ruiseñor”) de Keats.
ix
¿No pudo o no se quiso? En unas páginas inéditas recientemente
descubiertas que había preparado Kirby para el número 169 (el último
número de la saga de Galactus), Galactus decidía acompañar a Thor a la
131
Tierra para “por una vez, salvar en vez de destruir”, y el Dios del Trueno lo
aceptaba como aliado. La versión que se terminó publicando es
drásticamente distinta: Odín interrumpe el teté-a-teté de Thor y Galactus
para decirle a su hijo que ya consiguió la información que anhelaba y
devolverlo a la Tierra por su cuenta. No es descabellado sospechar que el
cambio de dirección fue sugerido por Stan Lee, desmotivando a Kirby
todavía más, y conduciéndolo a “vengarse” entregando las mundanas
historias autoconclusivas de los números subsiguientes.
x
Un robot malvado con complejo de Edipo, creado a su vez por Hank Pym,
alias Hombre Hormiga / Hombre Gigante / Goliath / Yellowjacket.
xi
El lord de los vampiros había sido incorporado al Universo Marvel en la
celebrada serie de los 70s The Tomb of Dracula, que estuvo casi en su
totalidad a cargo de Marv Wolfman y Gene Colan.
xii
Este concepto, aquí ofrecido al pasar, luego sería la tesis central de
American Gods (2001), la novela del exitoso autor Neil Gaiman. También se
retoma unos meses más tarde en Captain Marvel #33, escrito por Englehart
junto con Jim Starlin, y resulta ser una concepción clave para derrotar a
Thanos. Y por cierto, volviendo al #118 de Avengers, en este número
también descubrimos a quién le reza Dormammu: cuando se sorprende ante
la aparición del Vigía, exclama “¡por mi hermana!”
xiii
"Allfather Odin, we who be immortal are ofttimes tempted to forget the
meaning of mortality: that life is but a temporary gift for most. A man
cannot exist without the knowledge that he may forfeit that gift whenever
he places himself in the path of peril... yet men do risk their lives and
sometimes lose them, for many and varied reasons. And the greatest of
these... is love."
xiv
Véase cap.5 para poder apreciar del todo esta sincronicidad. En el número
132 Englehart también rescata brevemente a uno de los personajes que
creó durante su breve estadía en Master of Kung-Fu: Midnight, el
hermanastro de Shang-Chi.
xv
La única aparición de Immortus previa a esta saga había sido en Avengers
#10. Rama-Tut, un viajero del futuro que había viajado hasta el Antiguo
Egipto para hacerse pasar por faraón y oprimir a la gente con su tecnología
de avanzada, había aparecido en el número 19 de Fantastic Four. En el
segundo anual de dicha serie se había dejado entrever que quizás Rama-Tut
y el Doctor Doom eran la misma persona, pero terminó siendo una pista
falsa.
132
Kang, por su parte, ya había aparecido en varias historias de los
Vengadores, todas y cada una de ellas memorables, en particular la de
Avengers 23 y 24, una tragedia romántica digna de Victor Hugo.
xvi
“Two men who are more than men stand proudly beside two women who
are more than women--- and bonds beyond words unite each with his own.”
xvii
La primera pista de que la Visión era la Antorcha original se había dado en
el número 102 de Avengers, cuando un Centinela había señalado que el
Vengador tenía “partes vintage de más de 30 años.” La confirmación se dio
en Giant-Size Avengers #3, pero no sería el último giro en esta convulsa
trama (véase la etapa de John Byrne en West Coast Avengers y
posteriormente Avengers Forever.)
La Antorcha Original fue creada por Carl Burgos y apareció por primera vez
en Marvel Comics #1 de 1939. Se trataba del primer androide, quien por un
defecto de fabricación se prendía fuego al entrar en contacto con el
oxígeno. La Antorcha fue inmediatamente denunciada como una amenza
pública y su creador, el doctor Phineas Horton, se vio forzado a enterrarla
bajo tierra. Eventualmente escapó y se convirtió en un superhéroe, pero es
interesante notar como incluso en su época primitiva y embrionaria, 20 años
antes del inicio de “la Era Marvel” propiamente dicha, el héroe Marveliano
ya lidiaba con la transformación terrible y el aislamiento.
xviii
Ese número fue dibujado por Rich Buckler en un estilo totalmente
Kirbyeano, y es lo más cercano que tendremos a una versión de Mantis
dibujada por Kirby.
xix
Al final del número 133, tras anunciar lo que vendría en el próximo
número, una caption jocosamente reza: “Whatever happened to simple
stories?”
xx
La frase “I, too, shall be saved by love” fue, 40 años más tarde, usada por
Tom King como título para el capítulo 7 de su maxiserie de La Visión,
justamente el que recapitula su relación con Wanda. Véase el último
capítulo de este libro.
xxi
La primera “aparición” de Don McGregor en un comic Marvel había sido
en el correo de SHIELD, donde, con la pasión que siempre lo caracterizaría,
el futuro autor redactaba versos alabando la obra de Steranko. Ya como
escritor en la Marvel de los 70s, dejaría su huella en dos memorables series:
Black Panther y Killraven.
McGregor es, como ya se dijo, simplemente un apasionado. Adopta un
estilo verborrágico a tal punto que las páginas apenas pueden contener su
133
torrente de palabras. Sería contraproducente para un comic, sino fuese por
el hecho de que su prosa es generalmente brillante y capaz de dotar a las
imágenes de una trascendencia mayor. Su pasión por las palabras se
amalgama con un compromiso total con las temáticas abordadas en sus
historias. Antes de escribir un número, McGregor elaboraba notas en las que
aclaraba de entrada las cuestiones abstractas que se desarrollarían en cada
trama - por ejemplo, “responsabilidad política vs. deseos personales” o “el
fanatismo destruye cualquier causa.”
Esta última es una de las temáticas principales de Killraven, cuyo serial en la
revista Amazing Adventures había sido iniciado por Roy Thomas como una
secuela Marveliana de La Guerra de los Mundos de H.G. Wells, en la que los
marcianos habían regresado a la Tierra tras su derrota en la novela original y
sometido completamente a la humanidad. El protagonista lidera una banda
de “Freemen” humanos dispuestos a toda costa a recobrar su libertad.
Killraven es una figura heroica magnífica, pero es limitado. Su odio (si bien
justificado) hacia los marcianos y devoción completa a su causa lo vuelven
duro y unidireccional. El personaje femenino principal, Carmilla Frost, lo va
humanizando durante la serie, haciéndole ver que la vida consiste en algo
más que una lucha interminable. Pero en un innovador giro, el interés
romántico de Carmilla no es el protagonista sino su mejor amigo, M’Shulla,
más receptivo y sensible. La relación entre Carmilla y M’Shulla daría lugar a
lo que fue el primer beso interracial en la historia de los cómics (Stan Lee
famosamente cuestionó a McGregor sobre el tema, diciéndole “¿tiene que
ser blanca, Don? ¿No puede ser verde?”)
Tras un par de números, McGregor pasa a ser acompañado en los dibujos
por P. Craig Russell, quien luego se convertiría en uno de los artistas más
prestigiosos del medio. Su elegante estilo, combinado con los experimentos
narrativos del escritor, dotarían al serial de un grado de sofisticación tan alto
que por momentos parecería más un surrealista cuento ilustrado que un
cómic.
Las temáticas se van complejizando cuando McGregor dota a Killraven del
“superpoder” de poder conectar con la mente marciana. En el memorable
número 36, “Red Dust Legacy”, el ya interesante dilema moral de los
protagonistas (Killraven quiere destruir una incumbadora de bebés
marcianos, Carmilla lo considera una atrocidad) es potenciado por escenas
intercaladas en las que un joven marciano nacido en la Tierra debate con su
anciano padre, mostrando la reticencia de las generaciones más jóvenes a
continuar con las guerras que heredaron.
La serie se canceló tras el poético número 39, pero permaneció en la
memoria de los fans a tal punto que 7 años más tarde, en 1983, el editor
Archie Goodwin reunió a McGregor y a Russell para continuar Killraven en
una novela gráfica de 64 páginas, el formato más prestigioso que tenía
Marvel en ese momento. La novela es rica en humanidad y arte. Destacan el
134
maduro abordaje del embarazo de Carmilla, y el conmovedor vínculo entre
Killraven y su fiel amigo Old Skull. El punto álgido, sin embargo, es una
impactante secuencia expresada mediante 4 collages de Russell en la que
Killraven llega a la revelación de que su rol en la Guerra de los Mundos es
crucial debido a que su persona es un “depositario de la historia humana”,
justamente lo que los marcianos habían prácticamente erradicado. Es como
si la secuencia fuese una representación gráfica de las palabras de T.S Eliot:
“Un pueblo sin historia no se redime del tiempo, pues la historia es un
patrón de momentos atemporales.”
“Mi objetivo,” dijo McGregor recientemente, “fue tratar de hacer que las
historias funcionaran en más de un nivel. No trivializar temáticas complejas,
llenarlas de sutilezas, dotarlas de algo humano, y hacer lo posible por
agregarles algo de suspenso.”
En 1988 McGregor y Russell fueron convocados para darle una conclusión a
la saga de Killraven en el serial Marvel Comics Presents, donde también se
publicaron continuaciones de los grandes comics de los 70s como Master of
Kung Fu o la misma Pantera Negra de McGregor. Pero Rusell insistió en que,
dado que era el gran final, el comic se publicara en un formato más
prestigioso. Ante la negativa editorial, el proyecto quedó en la nada, pero
McGregor afirma que el guión todavía existe. Una conclusión de cierto tipo a
la Guerra de los Mundos, sin embargo, se terminó desarrollando en 1999 en
otro de los comics definitivos de Marvel, Avengers Forever.
xxii
Gerber volvió a emplear este mismo recurso proto-Vertigo en su genial
serial de Guardianes de la Galaxia, y su colega Don McGregor también lo
incorporó en Killraven.
Otro ejemplo se puede apreciar en las primeras páginas de Master of Kung
Fu #93, que consiste de una (falsa) parábola china en prosa que anticipa la
temática de la historia.
xxiii
En el 2012 se publicó de forma póstuma una secuela de esta historia,
escrita por el mismo Gerber, en una miniserie de tres números titulada The
Infernal Man-Thing, donde vemos qué fue de Lazarus después de varios
años. No termina bien.
xxiv
Jim Steranko fue el artista que más provecho sacó del “Método Marvel” a
fines de los 60s (aparte de Kirby y Ditko, para quienes el método había sido
diseñado en primer lugar).
Steranko era dibujante, músico, mago y escapista. De no ser porque
efectivamente se pueden encontrar pruebas de su existencia física,
parecería ser más un personaje inventado que un ser de carne y hueso. En el
mundo del cómic, deja una obra tan inolvidable como breve, retirándose
135
para siempre y sólo volviendo a acercarse al medio de forma tangencial (ya
sea adoptando, también brevemente, la faceta de uno de los primeros
historiadores de comics, o apareciendo jovialmente en las Comic Cons). El
fugaz destello del genio de Steranko en el mundo comiquero ocurrió
afortunadamente en Marvel, y en una colección por la que nadie daba
mucho: SHIELD.
El protagonista de SHIELD era el coronel Nick Fury, un veterano héroe de
guerra de Marvel a quien el gobierno promovía al cargo de director de la
agencia homónima, una especie de servicio secreto hipertecnologizado que
operaba desde un “helicarrier” espectacularmente plasmado por Kirby en el
número 135 de Strange Tales, debut de la serie. El objetivo de SHIELD era
neutralizar a Hydra, una organización terrorista que operaba bajo el lema
“corta una rama y dos más ocuparán su lugar” y resulta estar más en tono
con el siglo XXI que con la época de la Guerra Fría. Tras un emocionante
primer capítulo, la serie pronto bajaría su calidad hasta la llegada de
Steranko en el número 150, quien empezaría trabajando sobre bocetos de
Kirby pero en pocos números se terminaría haciendo cargo no sólo de los
lápices completos sino también del guión, el entintado, el coloreado y hasta
ocasionalmente de la rotulación.
Steranko no se había metido en los comics por el (escaso) dinero sino
meramente para experimentar con el medio. Bajo su control casi total,
SHIELD se convirtió en un laboratorio de innovación visual, un ejemplo
paradigmático de diseño gráfico puesto a servicio de la narrativa que llevó a
Marvel a autoreferirse como “Marvel Pop-Art Productions” por un tiempo.
Como en los mejores comics de Kirby, las historias eran emocionantes pero
básicamente un pretexto para llevar a cabo ideas visuales; es la gráfica lo
que mueve la narrativa, de una forma que sólo puede plasmarse en un
cómic. El placer del lector reside en la adrelina que genera saber que al dar
vuelta la página uno puede encontrarse con cualquier cosa. Según el mismo
Steranko:
“Mi enfoque combinó técnicas cinematográficas tales como simetría
dinámica, metáforas visuales, batallas de diálogo, montajes simbólicos,
ángulos de visión, ritmos visuales, paneos y rastreos, paneles de
profundidad múltiple, paralelismos y disoluciones en las transiciones.
También empleé un considerable rango de recursos gráficos y efectos
especiales de formas que nunca se habían visto antes en la historia de los
comics: arte óptico, fotomontajes, colores psicodélicos, efectos
estroboscópicos, y otros conceptos poco convencionales.”
En el número 162 aparece el auto invisible que llegaría al cine 35 años más
tarde en el film de Bond Die Another Day. La batalla climática de una saga
multiparte es tan épica que Steranko decide plasmarla en una splash-page
cuádruple: la única forma de visualizar la imagen completa era comprar dos
copias de la revista y ponerlas lado a lado. La conclusión de dicha saga es
136
filosóficamente perturbante: Fury descubre que su enemigo, la Garra
Amarilla, había sido un robot todo este tiempo, y en las dos últimas páginas
se sugiere la posibilidad de que toda la historia se haya tratado meramente
de un juego de ajedrez entre el Doctor Doom y una inteligencia artificial (¡!).
A fines de 1968 Strange Tales cierra y SHIELD pasa a tener colección propia.
No sólo se duplica la cantidad de páginas de las historias sino las
innovaciones. El primer número abre con una cinemática escena de tres
páginas desprovistas de diálogo (el jefe de producción de Marvel, Sol
Brodsky, no le quería pagar a Steranko el porcentaje del guión
correspondiente a dichas páginas. Sólo accedió cuando Steranko amenazó
con tirarlo por la ventana). En el segundo número hay una sugestivamente
silenciosa escena de sexo, torpemente “censurada” por el Comics Code: en
uno de los paneles Steranko había dibujado un teléfono descolgado para
transmitir la idea de que los amantes no querían ser molestados, pero en la
versión final el
137
Desafortunadamente, Steranko sólo completaría cuatro números de la
colección propia de SHIELD (los primeros tres y el cinco, el cuatro siendo un
fill-in). Tras su partida, la serie trataría en vano de imitar su inimitable estilo,
y terminaría cerrando en el número 15.
Antes de su partida, Steranko realizaría tres memorables números de
Captain America (110, 111 y 113, con un brillante número conmemorativo
de Kirby en el medio). El Capi había conseguido su serie propia en 1964,
primero como parte de Tales of Suspense y luego en solitario. Había
comenzado con un rumbo bastante incierto (primero cuatro aventuras
138
xxv
Una antología de comics de Kung Fu en la que también aparecía Shang-
Chi.
xxvi
El diálogo de separación entre Clive Reston y su novia Melissa es genial
tanto por su madurez general como por el último comentario de la sacada
muchacha: “Maybe I’ll still be around. But don’t hold your lousy skirt-
chasing, tantric-loving breath!”
xxvii
Y si hablamos de momentos memorables de la última etapa de la serie,
no podemos dejar de mencionar que el número 111 contiene la secuencia
de persecución más emocionante y espectacular que se haya visto en el
mundo del comic.)
xxviii
Más detalles en el capítulo 6
xxix
Otro éxito de la primera presidencia de Shooter fue la colaboración entre
el guionista David Michelinie, el co-guionista/entintador Bob Layton y el
entonces novato dibujante John Romita Jr. en Iron Man, en lo que fue la
etapa más celebrada del personaje, ya analizada exhaustivamente en mi
libro Iron Times: La Historia Completa de Iron Man.
xxx
Es posible que Byrne no estuviese hablando en serio – este comentario es
de 1989, ya hacia el final de la estadía de Byrne en Marvel. De todas formas,
no deja de ser una interpretación reveladora del carácter de Wolverine.
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Novia del superhéroe de artes marciales Iron Fist. De esta forma,
Claremont enlaza a los X-Men con la serie de Iron Fist, que también estaba
guionizando, y que fue su primera colaboración con John Byrne.
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Lo más destacable que tiene es la última línea de Cíclope, “Let’s get the
hell out of here”, una referencia a “City at the Edge of Forever”, el
memorable capítulo de Star Trek escrito por Harlan Ellison, que Claremont
(según declaraciones hechas en su perfil de Facebook en el 2018 tras la
muerte de Ellison) atesora hasta el día de hoy.
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En una historia de complemento de 1990 publicada en Classic X-men
#43, Claremont establece finalmente que no hay “posesión” alguna y que la
Fuerza Fénix es parte de Jean, dejando en evidencia que 10 años después de
Uncanny #137 esta cuestión seguía dando vueltas por su cabeza.
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Cuatro números de 22 páginas, con excepción del último, que tiene 32.
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Una extrañísima serie originalmente concebida por Roy Thomas y Gil
Kane. Adam Warlock era en realidad “HIM”, el “humano perfecto” que había
salido del caparazón en Fantastic Four #67 (ver capítulo 2). La serie de
Thomas y Kane era una especie de versión marveliana del Nuevo
Testamento, el Paraíso Perdido de John Milton y Jesucristo Superstar: el Alto
Evolucionario había creado un nuevo planeta Tierra (“Counter-Earth”) que
inadvertidamente fue corrompido por la influencia malévola de la creación
rebelde del Evolucionario, el Man-Beast, que aquí viene a jugar el rol del
Satán de Milton. Tras encontrar a Warlock merodeando por el universo, el
Evolucionario lo manda a la Counter-Earth a modo de mesías redentor. La
serie se cancela antes de que la trama concluya, pero Gerry Conway logra
brindarle un cierre digno en las páginas de Hulk. En 1975, dos años tras su
cancelación, Starlin resucitó la serie y la utilizó para narrar historias todavía
más avanzadas.
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Y luego empleado con más reconocimiento en series como Sandman de
Neil Gaiman. A principios del 2000 Joe Quesada instauró la cursiva en todos
los comics de Marvel, pero el experimento no perduró.
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Esto no quiere decir, sin embargo, que Starlin no realice algunos
trabajos interesantes sobre el personaje del Surfer. Está, por ejemplo, el
arco argumental de “Dynamo City” en los números 40 al 43, una crítica
social Brechtiana en la que el Surfer se encuentra atrapado en una ciudad
completamente burocratizada y tiene que, literalmente, vender sus sueños
para entretener a la elite y, lo que es peor, trabajar (¡gasp!) para pagar su
peaje de salida. Luego, en el número 48, se revela que, para que el Surfer
pudiera lidiar con la culpa de haber causado la muerte de millones como
heraldo de Galactus, éste había modificado su alma. Tras un viaje interno
trascendental bien al estilo del Captain Marvel de los 70s, el Surfer decide
aprender a lidiar con esa culpa en lugar de esconderse tras artificios: “Por
demasiado tiempo me escondí detrás del acogedor amparo del autoengaño.
Nunca más. O aprenderé a vivir con la carga de mi alma o moriré en el
intento. Es imposible para un hombre vivir de otra forma y seguir siendo
hombre.”
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Compárese con esta declaración del Capitán Ahab cerca del final de
Moby Dick: “Soy el teniente de los destinos.”
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En donde introduce a un personaje que casi parece una parodia de la
Transformación Terrible Marvel: el Gibón.
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Segunda colección mensual dedicada al arácnido, iniciada en 1976.
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Estas ideas sobre Arendt y Melville fueron desarrolladas en una charla de
Claudia Hilb (ver fuentes.)
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Guionista responsable de dos de las etapas definitivas de Iron Man,
reseñadas extensamente en mi libro Iron Times.
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Para desgracia del doctor de uno de los jugadores de los Mets, Allan
Lewis, a quien la boda ficticia le pareció “una distracción innecesaria”:
“¿Quién necesita esto? Es horrible.”
xliv
“El amor entre una persona y otra: esta quizás sea nuestra tarea más
difícil, la prueba que requiera nuestro máximo esfuerzo, el trabajo para el
cual todo lo demás es apenas una preparación.”
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El título original era “Fearful Symmetry”, una referencia al poema “The
Tyger” de William Blake, que es citado varias veces a lo largo de la saga,
incluso al final, con “spyder” reemplazando a “tyger”. Los dos títulos
convivieron en las rediciones originales en TPB y HC de 1989 y 1990
(“Fearful Symmetry: Kraven’s Last Hunt”), si bien es cierto que es el original
el que refleja a la perfección las temáticas subyacentes en la historia.
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Según DeMatteis, la “revolucionaria” idea de publicar la historia a lo largo
de las tres revistas fue del editor Jim Salicrup.
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¡La casamentera Tía May incluso empieza a salir con Willie Lumpkin, el
cartero de los 4 Fantásticos de la época de Lee y Kirby!
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En los turbulentos días de los 90s, Venom, una versión “extrema” de
Spider-Man tanto en apariencia como en actitud, se volvería increíblemente
popular, y protagonizaría una incontable cantidad de miniseries
consecutivas.
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El pin-up de Sandman es algo horrendo, desafortunadamente, pero salvo
por esto la idea, aparte de ser un encantador tributo, está bien ejecutada.
l
En el mejor sentido de la palabra
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En el 2017 la saga se volvió a reditar una vez más como parte de los Epic
Collections.
lii
Los siguientes párrafos están extraidos de mi libro Iron Times 2.
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liii
Galactic Storm es también notable por incluir el debut del escritor Len
Kaminski en Iron Man, iniciando así una de las mejores etapas de Marvel de
la primera mitad de los 90s. Las interacciones entre Wonder Man y la Visión,
como siempre, son también destacables. Los capítulos pertenecientes a la
colección de Avengers propiamente dichos son un punto álgido
(especialmente el último, el 347, como se señaló), al estar inmersos en la
subestimada pero más que recomendable etapa de Bob Harras, Steve Epting
y Tom Palmer. Los artistas le dan a la serie un tono Genecoleano algo más
realista, mientras que las historias de Harras combinan buen desarrollo de
personajes (entre los que destaca el manejo de Sersi de los Eternals, y el
trabajo sobre el matrimonio de Quicksilver y Crystal) con interesantes
tramas que muestran tanto dominio de la historia de Marvel como potencial
para la innovación.
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En una historia de complemento del Thor #400, Frenz jocosamente le dice
a Defalco que “debería pagarle regalías a Stan Lee por cada línea que
escribe.”
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Si medimos el estándar de calidad de los títulos por cosas como “La
Encrucijada”, el último gran crossover de los Vengadores antes de “Heroes
Reborn”, esto es más que justificado. La excepción sería Captain America,
serie que durante los meses anteriores a “Heroes Reborn” había comenzado
una prometedora nueva etapa a cargo de Mark Waid y Ron Garney, la cual
sería interrumpida por la grotesca versión de Liefeld, hasta el día de hoy
recordada como “el Capitán América con pechos”.
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Exceptuando a Tom DeFalco, quien siguió trabajando por mucho más
tiempo en su Spider-Girl – pero por fuera de la continuidad principal.
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En un esencial ensayo titulado “¿Vale la pena vivir la vida?”, James explica
que es imposible probar objetivamente que la vida valga la pena, a menos
que uno sea el último hombre en el último día de la existencia y pueda ser
capaz de mirar retrospectivamente toda la historia para llegar a una
conclusión. Sin embargo, actuar creyendo que la vida tiene sentido, por más
que nunca podamos contar con evidencia empírica, probablemente termine
logrando transformar a nuestra vida en algo significativo.
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Esto se narró durante la etapa de John Byrne en la serie West Coast
Avengers a fines de los 80s: básicamente una exploración de las
circunstancias que pueden llevar a una persona progresivamente hacia la
locura. La víctima es la pobre Bruja Escarlata. En el trascurso de unos pocos
números, su marido, la Visión, es desmantelado completamente por el
gobierno. Pym logra reconstruirlo, pero no es capaz de restaurar ni sus
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recuerdos ni su capacidad emocional, por lo que Wanda termina casada
efectivamente con un robot, en todo el sentido de la palabra. Durante la
reconstrucción, Pym se da cuenta de que en realidad la Visión no es una
recreación de la Antorcha Humana de los 40s, lo que significa que todo lo
que Wanda creía saber sobre los orígenes de su marido es mentira. Lo que
es más, se revela que tuvo un embarazo imaginario, y dado sus habilidades
mágico-mutantes, los niños se manifestaron físicamente por años, hasta que
a la gente empieza a caerle la ficha de que cada vez que Wanda deja de
concentrarse en ellos, dejan de existir. Todavía hay más: se descubre que sus
esencias eran fragmentos del alma de Míster Pandemonium, un satánico
villano que venía plagando al equipo desde el principio de la serie. El
desgaste mental progresivo de Wanda es magistralmente representado por
Byrne en la forma en que maneja tanto sus acciones como sus expresiones
faciales. Wanda finalmente colapsa y se alía con su padre contra los
Vengadores. Byrne deja la serie antes de poder resolver la trama, y unos
pocos números después el veterano Roy Thomas “la zafa” explicando que la
conversión al mal de Wanda había sido resultado de las manipulaciones de
Immortus.
Byrne había aprovechado esta trama para reintroducir a la Antorcha
Humana de los 40s, con quien tenía una especie de fijación, como un
personaje separado. En retrospectiva, “separar” a la Visión de la Antorcha
fue un error, ya que era un origen que anclaba a la Visión más fuertemente
a la historia de Marvel, mientras que la Antorcha clásica nunca logró mucho
por su cuenta dentro del Universo Marvel moderno. Esta situación sería
remediada por Kurt Busiek en Avengers Forever mediante el prodigioso uso
de retcon al que hace referencia Tom King en este capítulo.
lix
Lo de “aceptar la roca” (y la reflexión final en el capítulo 12 de que
Virginia, la esposa, “salvó lo que pudo”) recuerda bastante a la obra del
cantante / poeta canadiense Leonard Cohen: “Ring the bells that still can
ring / Forget your perfect offering / There’s a crack in everything / That’s
how the light gets in”. (“Que suenen las campanas que todavía pueden
sonar / Olvídate de tu ofrenda perfecta / Todo tiene una grieta / Así es como
entra la luz”)
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Este libro está dedicado a mi padre, Pablo Rojo, quien me introdujo a los
cómics. Muchísima gracias también a Damián Felitte por su maravilloso arte
de tapa y gran ayuda con la edición.
-G.R.
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