La Discusion en Torno Regimen EN CHILE (1830 1840) ": Gobierno
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ENRIQUE
BRAHM
GARCIA
Universidadde los Andes
1.INTRODUCCION
Cuando en los Últimos años se ha tocado y hasta discutido con cierta pasión el
tema del régimen de gobierno, los conceptos más usados han sido los de régi-
men 'lpresidencial", "parlamentario", "semi-presidencial" y "semi-parlamenta-
rio". En cambio ninguno de ellos aparecía al tratarse temas político-constitu-
cionales a comienzos del siglo pasado.
La década de anarquía o de ensayos constitucionales que concluye con la
revolución conservadora de 1829, dando paso a lo que será llamada la
"República en forma", si bien no fue capaz de dar a Chile un sistema de gobier-
no estable ni de consolidar ninguna fórmula exitosa que diera una organización
definitiva al país, dejó en cambio asentados ciertos conceptos y definiciones
básicas que determinarán las coordenadas dentro de las cuales se moverá toda
la discusión posterior en torno al régimen de gobierno.
En efecto, si bien, como recién señalábamos, la actual oposición entre los
regímenes presidencial y parlamentario todavía no aparece en el horizonte de
la discusión, sí se discute en torno a otros binomios de conceptos: monarquía o
república, república unitaria o federal, democracia directa o representativa. Y
también se plantea como problema central la menor o mayor cantidad de atri-
buciones que corresponderían al titular del poder ejecutivo y al congreso.
Durante la década de ensayos constitucionales la opinión ilustrada es prácti-
camente unánime en destacar la "enorme superioridad del sistema republi-
cano"' sobre cualquier otra posible forma de gobierno y en particular sobre la
*
El presente trabajo corresponde a parte del proyecto FONDECYT 0132í91. La segunda parte del
mismo: La discusión en torno al régimen de gobierno en Chile (1840 - 1865) ha sido publicada
-
en la Revista de Estudios Histórico - Juridicos 15 (1992 1993), pp. 277 a 302.
36 LADISCUSION AL REGIMEN
EN TORNO EN CHILE( 1830-1
DE GOBIERNO 840)
moderadas e hijas de una práctica experiencia les hacen mirar con horror la
anarquía o el poder de losplebeyos9.
De alguna manera ideas similares aunque expresadas en términos más
jurídicos se expresaban en un "remitido" a El Mercurio de diciembre de 1831.
Escrito que, por otra parte, al buscar precisar al máximo la verdadera esencia
del sistema representativo ahondará en uno de los elementos más constantes en
la discusión en tomo al régimen de gobierno en Chile durante el siglo XIX. En
efecto, la República que se está instaurando en nuestro país -y en ello habrá
plena unanimidad- será representativa, lo que el autor del remitidolo sostiene
tendría su base en la división del trabajo característica de la sociedad moderna.
Pocos, poquísimos son los que pueden tener sobre sus hombros el cargo de
combinar las leyes, y a estos poquísimos es a los que eligen los pueblos con el
$n de que lo hagan, escogiendo no sus bocas para que vayan a proferir lo que
sus comitentes les sugieran, sino sus conciencias y sus entendimientos, para
que discurran y penetren lo que ellos no son capaces de penetrar, ni aun de
aplicarle su atención, empleada toda en diversos objetos' l. Los representantes
no serían mandatarios del pueblo evitándose así toda forma de democracia
directa, calificando de bárbaras a las que históricamente han existido12. Se lle-
gaba así otra vez a defender la existencia de un régimen republicano basado en
la primacía de los sectores medios ilustrados.
Los temores liberales de un avance aristocrático se expresarían luego en
una crítica constante a cualquier intento de reforma electoral que tendiera a
reducir la participación ciudadana por la vía de establecer un censo demasiado
alto o requisitos muy exigentes de tipo cultural; lo mismo que el dificultar el
acceso a los cargos representativos para los sectores populares, por ejemplo
haciéndolos gratuitos13.
En un remitido a El Araucano14 se criticaba de los proyectos de reforma
constitucional que hacia esa época ya circulaban, el que en alguno de ellos se
contemplara la posibilidad de que integraran el Senado los obispos y arzobispos
y los ex presidentes de la República, lo mismo que el que se exigiera para ser
senador el acreditar una renta relativamente alta y lo excesivo de la duración en
sus cargos de los senadores. Todos estos elementos aparecían como contradi-
ciendo los ideales republicanosy democráticos de que tan imbuidos estaban los
círculos pipiolos en la década de los veinte. Y concluía el autor del remitido
remarcando su posición anti-aristocrática al afirmar: Las pretensiones de las
''
pp. 1 8 s .
Idem., p. 19.
l 2 Curiosamente estas ideas son defendidas con citas de Edmund Burke, pensador muy raramente
aludido en la literatura de la época.
l3 a.El Defensor de los ConstitucionalesNo 19 de 2 de octubre de 1830, p. 3 y El Valdiviano
Federafde.1.12.183O,p.4,26.12.1832,p.2 ~ 1 5 1 2 . 1 8 3 2 , 1.
~.
l4 De 2.1'1.1832
ENRIQUE GARCIA
BRAHM 39
últimas clases no son las que deben temerse más, siempre hay en el Estado
elementos para repelerlas; las que forman los ricos, las que cuentan con otro
apoyo, esas son las que regularmente triunfan.
Estos caracteres se hacían aparecer por los sectores liberales adictos al
régimen que estaba siendo desplazado, como uno de los elementos más centra-
les del sistema republicano, representativo, popular que ellos defendían, como
que era el contemplado en la Constitución Política de 182815.
A ello se agregaba, como es bien sabido y sería una de las características
más marcadas de la década anárquica que estaba llegando a su fin, la insisten-
cia en construir un sistema de gobierno en que el titular del poder ejecutivo
estuviera fuertemente limitado.
Lo enraizadas que estaban estas tendencias se manifiestan en el hecho de
que incluso un periódico como El Hurón, editado por los contertulios del líder -
estanquero Diego Portales, criticara acremente en su momento el "voto particu-
1ar"de Mariano Egaíía, -su proyecto de reforma constitucional presentado a la
Convención Preparatoria- debido a las amplísimas facultades que concedía al
Presidente de la República. Se afirmaba en el editorial de 22 de mayo de 1832
que este contaba con poder para dar y quitar intendentes a las provincias y
gobernadores a los departamentos;facultad para disolver las Cámaras siem-
pre que se le antoje: con voto en las resoluciones del Congreso; libre de ser
acusado por los actos de su administración; que puede ser reelegido indefni-
damente; suspender de su ejercicio por seis meses a los empleados civiles y
privarles hasta de dos tercios de sus sueldos por vía de corrección, y desti-
tuirlos por ineptitud cali$cada ... etc. Y concluía: De este modo claramente se
infere que no tendríamos jamás otras leyes que las que quiera darnos el
Gobierno, y si el Presidente de la República no se convierte en un monarca
absoluto, será solamente porque no quiere.l6
En el mismo sentido el autor del ya citado remitido al El Araucano de 2 de
noviembre de 1832, al criticar algunas de las atribuciones concedidas por los
proyectos constitucionales en circulación al titular del Ejecutivo, como las
facultades extraordinarias o la de disolver la Cámara de Diputados, sostenía
que ellas representaban un deseo inmoderado de ensanchar las facultades del
Poder Ejecutivo, acercándose más o menos a la monarquía o a la
aristocracia; sin duda que le ha arrastrado a estos extremos el temor de abrir
la puerta a nuevas revoluciones y retardar la consolidación y tranquilidad del
país: pero es sensible que dejándose llevar de este celo imprudente haya
querido también desnaturalizar nuestras instituciones, o introducir otras que
pugnan con la esencia de un Gobierno popular.
l S Cfr. ari. 21: ú1Nación chilena adopta para su gobierno laforma de'República representativa
popular, en el modo que señala esta constitución.Cfr. El Correo Mercantil de 7.5.1832, p. 2.
En el prospecto de El VerdaderoLrberal se afrmaba por ejemplo que dicho texto constitucional
llenaba todas las aspiraciones de un buen patriota pues nos ofiecía garantias contra el poder,
yjjaba de un modo terminante las atribuciones de todas las autoridades.
l6 Cfr. con carta de don Ladislao Ochoa criticando un posible absolutismo presidencial en Chile en
El CorreoMercantil de 18 de mayo de 1832.
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EN TORNO EN CHILE(1830-1840)
DE GOBIERNO
Similar era el sentido de las críticas lanzadas por los federales liderados por
José Miguel Infante, sobre las nuevas ideas constitucionales que empezaban a
circular a partir del año 1829. En efecto, al insistir éstos -como lo seguirían
haciendo hasta bien entrada la década de los treinta- en las bondades de un
régimen de gobierno federal, lo hacían sobre todo en el entendido de acercarse
así más al ideal del sistema republicano en cuanto el poder se diluía en grado
máximo, al repartirse entre un sinnúmero de autoridades distintas entre las que
el titular del ejecutivo apenas se destacaría.
Es fuerza convenir, se decía por ejemplo en el El Valdiviano Federal de 15
de diciembre de 1832, en que dictador y tirano, república con presidente
perpetuo y monarquía electiva o gobierno arbitrario son sinónimos. El régi-
men unitario, para los federales, es sinónimo de de~potisrno~~ y casi incompa-
tible con una verdadera república18. Esto amén de otras obvias ventajas del
sistema federal, como ser el posibilitar el mejor reparto de los recursos
económicos entre las provincia~'~,difundir la ilustraciÓn2O, dificultar la
intervención electoral2l , etc. Y el ejemplo norteamericano sigue siendo el
argumento definitivo: ¿A qué deben los 24 estados que forman la Unión
Norteamericana el haber marchado a igual paso a la prosperidad? A sus
institucionesfederales que invistiéndoles de igual representación política rian
consignado en el seno de cada uno los mismos elementos para su
engrandecimiento22.
En la década de los veinte será de las primeras voces que se alzara contra la
exageración de los ensayos constitucionales que se prueban en esos años. En
efecto, con la perspectiva que da la distancia y la profunda y negativa
impresión que le produce la derogación de la carta constitucional de 1823 -obra
de su padre, don Juan- se transformará en un implacable crítico del régimen de
gobierno vigente en Chile en los años previos a la revolución conservadora de
1829.
Mariano Egaña sale del país el año 1824 como enviado diplomático ante el
gobierno inglés, con la tarea fundamental de obtener el reconocimiento de la
independencia chilena. Este objetivo no lo logra -entre otras razones por l a -
misma inestabilidad política que se vive en Chile y el poco apoyo que recibe del
gobierno, lo que refuerza su negativa visión de la situación de su patria lejana-
pero, en cambio, de sus años de permanencia en el extranjero (en Gran Bretaña
y Francia) brotará una nutrida correspondencia con su padre24 en la cual
empiezan a configurarse los elementos esenciales de su ideario, y, muy en
particular, se va definiendo su posición personal en cuanto al problema del
régimen de gobierno más adecuado para Chile, la que terminará por concre-
tarse en su Voto particular".
Su correspondencia nos lo revela como un personaje entrañablemente con-
servador, identificado en plenitud con su tierra y sus costumbres y que, por lo
tanto, no se encandila fácilmente con los modelos extranjeros, como solía ser la
regla general en los americanos ilustrados de su tiempo. Recién llegado a Lon-
dres ya lo tocaba la nostalgia como para escribir a su padre: no tengo espíritu
de novedad, y tenazmente adherido a las costumbres de mi país, y a los
habitos adquiridos desde mi niñez, nada me gusta que le sea contrario,
disgustándole hasta el hecho de que hubiera americanos que alabaran la capital
inglesa25. Este fondo tradicionalista lo dotará de un sano escepticismo,
suficiente para hacerlo un intelectual muy distinto al común de los publicistas y
políticos sudamericanos de su tiempo. De ahí que se pronuncie siempre contra
la cita indiscriminada de autores, hecha con superficialidad y sin haber
digerido sus ideas o planteamientos. Se burlará de cualquiera que con repetir
sistema representativo: Estados Unidos: cuerpo legislativo: contra principio:
luces del siglo: federación, etc., cree fundar su opinión, o refutar la
contraria26.
Lo anterior no quiere decir que no considere para nada los modelos euro-
peos. Por el contrario, no oculta su predilección por el sistema inglés de
por ejemplo, de una carta dirigida a Antonio Gdias el 8 de diciembre de 1832, en la que
afirmaba: "...solamente les supliqué que uniformasen y uniesen sus votos al del señor Egaña para
evitar demoras y males que ocasiona hasta la divergencia en los puntos o materias mas
insignificantes". (DE LA CRUZ, Ernesto y FELnj CRUZ, Guillmo, Epistolurio de don Diego
Portales (Santiago, 1937), tomo 11,p. 303.
24 Dicha correspondencia ha sido publicada por la Sociedad de Bibliófilos Chilenos, bajo el título de
Curtas de don Marrano Egaña a su pudre 1824 - 1829 (Santiago, 1948), fuente a la que
recumremos continuamente en las piginas que siguen.
25 Cff. Cartas, op. cit., p. 25. Carta de 22.9.1824.
26 Ideni.,p. 176. Cariade20.11.1826.
42 LADISCUSION EN CHILE(1830-1840)
AL REGIMENDE GOBIERNO
EN TORNO
40 Cf?. Cartas, op. cit., p. 74. Carta de 22 de abril de 1825. Y pp. 79 y 81. Carta de 21.5.1825.
41 Cfr. idem., p. 187. Caria de 20.12.1826, donde no considera adecuada la,vuelta al poder de
O'Higgins.
42 Idem., p. 263. Carta de 21.7.1827. Cfr. p. 229. Carta de 12.4.1827.
43 Idem.
44 Idem., p. 270. Carta de 21 de julio de 1827.
ENRIQUE
B m GARCIA 45
que perder en los transtornos; y que contase con la consideracion publica que le inerecia su
propia respetabilidad7
62 Ideni.
63 Ideni. p. 263.
64 Cfi. Diario de Antonio Garcia Reyes, en: AMUNATEGUI REYES, Miguel Luis, Don Antonio
Garcia Reyes y algunos de sus antepasados a la luz de docimientos ineditos (Santiago, 1929),
vol. 1.
" Cfr. GUZMÁN BRITO, Alejandro, en KREBS, Ricardo y GAZMURI, Cristihn (eds.)
48 EN TORNO
LADISCUSION AL REGIMEN EN CHICE(1 830-1 840)
DE GOBIERNO
66 Se dice de manera indirecta cuando en el art. 1del "voto particular" se afirma que La Repubiica de
Chile es una e indivisible.
67 El art. 12 dice que el gobierno de Chile es representativo.
68 Ari.21.
69 Ari. 13.
70 Ari.6.
71 Arts.98~~.
72 Cfi.nota65.
73 Art. 132.Como vestigio federal subsisten las Asambleas provinciales que, entre otras atribuciones,
participaranen la elección indirecta de los senadores. Arts. 139 ss.
74 Arts.44.s.
ENRIQUE GARCIA
BRAHM 49
85 Cfi. arts. 58 y 59. Ademhs había otras referentes a las fuerzas amadas.
86 Ct?. art. 21 N" 6.
87 cfi.art.34.
88 cfi.art.77.
89 En el análisis de las ideas sustentadaspor don Mariano Egaña en su "voto particular" en lo que al
régimen de gobiemo se refiere, nos ha sido de particular ayuda la memoria inédita de Margaret
WELSCH CRESPO, La influencia del voto particular de Egaña en la redacción de la
Constituci4n de 1833, Universidad Católica de Valparaiso, 1977.
Elpensamientopoliticodel grupo estanquero (1826 - 1829), en Historia 9 (1970), p. 15.
ENRIQUE
BRAHM
GARCIA 51
91 Cf?.ídem., p. 17.
92 Idem., p. 22.
93 Cf?.El Sufiagante No1 de 3 1.5.1829.
94 Idem.
95 op.cit., p. 1s.
96 Resulta- curioso seiialar $or ejemplo cónio en un editorial de El Araucano de 5.2.1831 (época en
que el diario oficial del gobierno ya era redactado por Gandarillas)se hace una comparación entre
la revolución chilena de 1829 y la francesa de 1830, afirmándose que entre todas las revoluciones
que rejiere la historia de los siglos, no se encontrarán dos que tengan entre si tanta semejanza
como las dos nombradas.
97 ElAraucano No113 de 9 de noviembre de 1832. S.C.L. p. 189.
98 En la sesión de la Gran Convención de 24 de octubre de 1831 Gandarillas presentó el siguiente
proyecto de acuerdo: Ari. loLa Gran Convención reconoce la forma de gobierno representa-
tivo popular dividida en los tres Poderes, Legislativo, Ejecutivoy Judicial, que se adoptó por la
Constitución de 1828. Ari. 2 O Con arreglo a esta declaración, la Comisión encargada del
proyecto de reforma presentara un catalogo de los articulos de este Código que conceptie
defectuosos, inaplicables, inútiles o perjudiciales a la buena administración del pais en todos
sus ramos. Ari. 3 O En consecuencia, propondrá los remedios que contemple necesarios para
cada uno de los articulos antedichos, manifestando con distinción los que deban ampliarse,
esplicarse a suprimirse. Ari. 4 O Se ceñira estrictamente al orden numérico de los capitulos y
articulos en que está comprendida la Constitución, asi para los reparos como para las
mejoras que proponga.
52 LADISCUSION
EN TORNO
AL &GIMEN DE GOBIERNO EN CHILE (1830-1 840)
el pueblo o las Cámaras, seria una barrera puesta a los caprichos del poder;
pero formada como se previene en ambos proyectos se halla tan distante de
producir estos resultados que, por el contrario, debe mirarse conio el escudo
de la arbitrariedad, como el biombo tras del que se oculta el despotisn~o~~.
Los ideales democráticos de Gandarillas se rebelan contra el hecho de que los
miembros del consejo sean de nombramiento presidencial y removibles a su
arbitrio por el Presidente de la República. Como también frente a las excesivas
facultades que tendría el organismo así generado. Entre éstas le parecen
especialmente criticables aquéllas que dan al Consejo de Estado atribuciones en
lo que se refiere a autorizar la formación de causa en materia criminal contra
los intendentes, lo que dejaría a estos agentes del ejecutivo casi sin control, y la
que le corúiere atribuciones en lo que a dirimir contiendas de competencia
entre autoridades administrativas y entre éstas y los tribunales de justicia se
refiere, por la que se quitarían atribuciones al Tribunal de Justicialoo.
El liberalismo de Gandarillas se pone también de manifiesto en su crítica al
sistema electoral propuesto en los proyectos que analiza desde El Araucano. En
efecto, no será partidario de la extrema reducción del cuerpo electoral que se
derivaría de la aplicación de dichos textos. No está de acuerdo ni con la edad
exigida -25 años-, proponiendo que se reduzca a 21 añoslo', ni con el que se
exiga saber leer y escribir ni con la alta barrera censitaria que los comisionados
están exigiendolo2.
Los dardos de Gandarillas se centran sobre todo en el "voto particular" de
Mariano Egaña esforzándose en hacer ver que en él el congreso quedaría abso-
lutamente supeditado al titular del poder ejecutivo. Pintorescamente describía
la situación en el diario de gobierno de la siguiente manera: si la Cámara apro-
bara un proyecto contrario a los intereses del Presidente de la República, éste
pondría en movimiento la vanguardia de Senadores natos y de los electivos
que se vean en la necesidad de manifestar su gratitud, entre los que se conta-
rán probablemente a los Secretarios del Despacho; si la Cámara resiste, el
Ejecutivo los espera a retaguardia con su veto y su Consejo de Estado y por
Último con la amenaza de disolución. Todo sin considerar que a través de los
intendentes y del estado de sitio ya el Presidente se habría preocupado de cons-
tituir un parlamento a su gusto1°3.
Gandarillas podía así atirmar que los comisionados se habían propuesto
introducir una aristocracia legal para zanjar el camino de la monarquía,
siguiendo el modelo de Inglaterralo4.
99 ElAruucano No112 y 113 de 2 y 9 de noviembre de 1832, cit. según S.C.L. tomo XXI, p. 186.
100 iciem.
tomoXXI,p. 219.
'O1 Cfi. S.C.L.,
'O2 Cfi.ídem., pp. 186 y 187. Todo esto sin Perjuicio de que tampoco lo convenzan las estipulaciones
a este respecto contenidas en el texto constitucional de 1828. No en vano Gandarillashabía sido de
los primeros y más importantes impulsores de su reforma. Cfr. ídem., pp., 10 ss.
'O3 Idem. pp., 187 y 188.
'O4 Idem.
ENRIQUE
B F L ~GARCIA
M 53
v. TENDENCIAS
PARLAMENTARIAS EN LA DISCUSION
DE LOS PROYECTOS DE REFORMA
lo5 El término "República" aparecía en todo caso en el Arí. 3": La Republica de Chile es una e indi-
visible. Como resulta obvio setialar, eran los sectores'más liberales dentro de la Convención los
que insisían en mantener a un mismo tiempo las referencias a un sistema republicano y popular
mientras la mayoría estimaba esto como redundante. Cfr. S.C.L., op. cit., pp. 20lss.
'O6 Ci?. S.C.L., pp. 132 ss.
'O7 Ed. deElMercuno de Valparaíso de 19.9.1832.
'O8 Cfr. S.C.L., op. cit., pp. 142 ss. Se defiende también el requisito censitario para ser parlamentario
debiendo al respecto existir una diferencia entre senadores y diputados para que cada cámara
represente distintos sectores de la sociedad, única fomia como puede explicarse la existencia de un
sistema bicameral.
54 LADISCUSION AL REGIMEN
EN TORNO DE GOBIERNO EN CHILE(1 830-1 840)
'O9 Precisamente en otro editorial se destacaban como vicios de la Constitución de 1828 que debían ser
reformados la mala distribución de las funciones. ¿En qué consiste7 en que a los tniembros y
órganos creados para legislar se les ha dado funciones de ejecutar y a los creados para
ejecutar se les ha dadofunciones de legislar. S.C.L. op. cit. p. 140.
' l o ElMercurio de Valparaiso de 19.9.1832.
' 1 1 S.C.L.,op. cit. p. 147.
ENRIQUE
BRAHM
GARCIA 55
1121dem.,pp.150y151.
Il3 SILVA VARGAS, Fernando, La organización nacionai, en: VJLLALO~~OS,
SILVA, SILVA Y ESTELLE,
Hisroria de Chile op. cit. , vol. 111,p. 547.
l4 Portales era en ese moniento Ministro del Interior y Relaciones Exteriores.
F
56 LADISCUSION AL REGIMEN
EN TORNO DE GOBIERNOEN CHILE( 1830-1840)
'lS Cfi. editoriales de 25.5.1833 y 196.1833. Por lo demás el mismo Portales se había expresado de
UM manera similar en una carta del ailo 1832, aunque en ella -en lo que a centrar la critica en los
ministros se refiere- se pone como modelo a Inglaterra. Cfi. EYZAWJIRRE, Jaime, Historia de las
institucionespolíticasy sociales de Chile (Santiago, 1977), p. 91.