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Apasrinamiento

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Apadrinamiento

2 Apadrinamiento

Índice

Tema Pág.
Índice 2
Prólogo 3
Introducción 5
Capítulo I
Apadrinamiento
Bienvenida 7
El padrino 8
Importancia del apadrinamiento en Alcohólicos
9
Anónimos
Beneficios del Apadrinamiento 10
Liderazgo en el apadrinamiento 11
Capítulo II
Apadrinamiento en los Tres Legados
El padrino, el ahijado y la recuperación 13
El padrino, el ahijado y la Unidad 16
El padrino, el ahijado y el Servicio 17
Capítulo III
Comités de Apadrinamiento
Formación de comités de Apadrinamiento en los
19
grupos
Responsabilidades del Comité 19
Capítulo IV
21
Preguntas y sugerencias sobre el apadrinamiento
¿Cuántas formas de apadrinamiento existen? 24
Capítulo V
27
Experiencias
Epilogo 43
Sección México 3
Prólogo
Con gratitud para los alcohólicos veteranos, hombres y muje-
res, que en el silencio del anonimato han dedicado su tiempo,
energía y paciencia a la práctica y enseñanza de nuestros Tres
Legados: Recuperación, Unidad y Servicio, para la recuperación
del nuevo miembro.
Históricamente se reconoce el 10 de junio de 1935, como la
fecha en que nació Alcohólicos Anónimos, día en que el Dr. Bob,
a quien Bill W. le había pasado el mensaje un mes atrás, bebió
su último trago.
Sin embargo, los antecedentes para este encuentro se re-
montan muchos años atrás, con la intervención providencial de
varias personas, transmitiendo de uno a otro los principios que
serían la base del Programa de Alcohólicos Anónimos y que lo-
grarían arrancar del infierno alcohólico, a los enfermos de este
mal milenario.
Esta cadena de acontecimientos providenciales llega a Bill W.
por medio de su amigo Ebby T. logrando que Bill dejara de be-
ber, quien, a su vez, lo transmite al Dr. Bob. Así es como creció
AA, un alcohólico llevando el mensaje a otro, hasta ser lo que
hoy es en la mayoría de los países.
Bill siempre reconoció como su padrino a Ebby T. así que el
“Apadrinamiento” ha formado parte de la vida de AA, aun antes
del nacimiento de la Agrupación
Tanto Bill W. en New York como el Dr. Bob en Akron, apadri-
nan a muchos nuevos miembros, entre ellos a Clarence S. de
Cleveland, en donde AA florece debido a la intensa actividad de
apadrinamiento personal ejercida de parte de los miembros de
los grupos de esta ciudad. Es en Cleveland donde se edita el
primer folleto sobre apadrinamiento en el año de 1944.
En los primeros años de AA la transmisión del mensaje, lo que
posteriormente se le reconocería como trabajo de “Paso Doce”,
se llevó a cabo de la siguiente manera: a cada candidato se le
asignaba un miembro antiguo para que lo visitara en su domici-
lio; este miembro le presentaba su historial, procuraba su hospi-
talización, le hablaba del Programa de Recuperación y lograba
4 Apadrinamiento
que otros miembros lo visitaran, cerciorándose que existiera un
verdadero deseo de dejar de beber, antes de llevarlo a su prime-
ra reunión, por lo tanto, los candidatos conocían del Programa
de Recuperación antes de acudir a su primera reunión.
Posteriormente, lo seguían apoyando llevándolo a varias de las
reuniones y orientándole en la práctica del Programa. A esta ac-
ción, en el lenguaje de AA, se le conoció como “apadrinamiento
del prospecto”, lo que esta acción propició que miles de perso-
nas, hombres y mujeres llegaran a los grupos y se quedaran con
nosotros.
Dicha actividad fue clave en el crecimiento de AA, en los Esta-
dos Unidos de Norte América y en otros países a los que llego
el mensaje, siendo fundamental para que AA floreciera en todos
esos países; México no fue la excepción, esta forma de trabajar
el “Paso Doce”. Este “seguimiento personal con los “prospec-
tos”, este “apadrinamiento al nuevo”; al que los veteranos dedi-
caban bastantes días, con esta perseverante y tenaz actividad
se logró que nos quedáramos en los grupos.
Sección México 5
Introducción
En Alcohólicos Anónimos, la práctica del apadrinamiento ha sido
vital, tanto para quienes sirven como padrinos, como para los
“ahijados”. A pesar de ser tan valiosa, en años recientes esta
práctica, se ha desvirtuado desvalorado e incluso ridiculizado por
muy diversos motivos y tendencias, con graves consecuencias:
a los “prospectos” no se les visita, no se les da el seguimiento
necesario o suficiente; los “recién llegados” no se quedan; a los
miembros que llegan de otras “agrupaciones” no se les orienta
sobre los principios y procedimientos del Programa, consecuen-
temente la “sangre renovadora” no llega, los grupos no crecen,
tampoco el material humano y las aportaciones necesarias para
mantener nuestros servicios generales, principalmente, el men-
saje no llega a aquellos que aún sufren en el infierno del alco-
holismo, privándoles de la oportunidad de vida que a nosotros
se nos dio.
Actualmente y como resultado de la transmisión del mensaje de
AA por los medios de difusión masiva: radio, prensa, televisión…
así como de la aparición de diversos grupos de autoayuda y
clínicas especializadas en el alcoholismo, empezaron a llegar
directamente a los grupos, muchas personas sin haber tenido un
conocimiento previo ni la orientación necesaria; consecuente-
mente los grupos tuvieron que asignarles como padrinos a algu-
no de los miembros de más tiempo, ayudando a estos “nuevos”
a entender y practicar los principios del Programa de AA y para
realizar la labor de seguimiento, al menos temporalmente, en lo
que el nuevo miembro elige su propio padrino.
En este folleto procuramos resaltar la importancia del apadrina-
miento personal a fin de retomar, con base en experiencias vivi-
das, la práctica de esta acción vital, esto es regresar a lo básico.
Deseamos profundamente que este folleto cumpla con las ex-
pectativas de todos, padrinos y “ahijados”, que animen a los
veteranos a servir como padrinos y a los “ahijados” a buscar
el apoyo de los padrinos. En este folleto hallaremos experien-
cias prácticas sobre las diferentes formas de apadrinamiento:
“padrino de mensaje”, “apadrinamiento grupal”, “apadrinamiento
personal”, “padrinos de los Tres Legados” y “comités de apadri-
6 Apadrinamiento
namiento”. Encontremos la suficiente motivación para acudir ha-
cia aquellos que aún estén sufriendo; transmitiéndoles el men-
saje de AA, brindándoles atención, y seguimiento necesarios y
ayudándoles a practicar nuestros Tres Legados, Recuperación,
Unidad y Servicio.
Sección México 7

Capítulo I
Apadrinamiento
Bienvenida
A ti quien posiblemente tienes algunos días, semanas o meses
en un Grupo de Alcohólicos Anónimos, recibe la más cordial
bienvenida; queremos que te sientas parte de la Comunidad,
como habrás ya escuchado, en AA el principiante tiene la prefe-
rencia y parte del contenido de este folleto está dedicado ti.
Todos nosotros, como tú, llegamos un día al Grupo, el látigo
del alcoholismo finalmente nos obligó a asistir a una junta de
información. Muchos de nosotros acudimos a AA con la espe-
ranza de que nos enseñaran a beber sin perder el control y a
resolver nuestros problemas, finalmente entendimos que, si éra-
mos verdaderos alcohólicos, no podríamos jamás beber social
o controladamente, y que el principal generador de la mayoría
de nuestros problemas, había sido siempre nuestro alcoholismo.
Te podemos asegurar, por experiencia propia, que, si tu pro-
blema es el alcoholismo y tienes un verdadero deseo por dejar
de beber, has llegado al lugar indicado. Aquí encontrarás a mu-
chos que, como tú, fuimos rescatados del infierno alcohólico e
iniciamos el camino de la recuperación. Queremos asegurarte,
que, a pesar de ser abandonado de todos, incluso de ti mismo,
a partir de este momento, no estarás solo. En este camino re-
cibimos el apoyo de muchos de nuestros compañeros de ma-
yor tiempo, compartiendo su experiencia nos enseñaron, con el
ejemplo, que sí es posible permanecer sin beber y alcanzar la
sobriedad, a pesar de las crisis, dudas y obstáculos que puedan
presentarse.
Para aprovechar esta experiencia sólo tienes que continuar
asistiendo a tu Grupo lo más frecuentemente que puedas; escu-
char y participar en las reuniones, y algo muy importante, buscar
un padrino, un miembro de AA con la experiencia suficiente para
que te pueda guiar y orientar en el Programa de Recuperación;
quien te inspire confianza para platicar confidencialmente con
él de todo aquello que necesites, no sólo para mantenerte sin
8 Apadrinamiento
beber, sino también para lograr un mayor grado de estabilidad,
madurez y sobriedad emocional.
Esperamos que, quien quiera que seas, recibas un abrazo de
toda nuestra Comunidad y en el Grupo que milites, encuentres
el don de la sobriedad. Te damos la bienvenida.

El padrino
Seguramente has escuchado esta palabra en varias ocasio-
nes, incluso de algunos compañeros que abordan la tribuna. Es
posible que tengas la duda de cuál es su significado en nuestra
Agrupación.
Por principio, es necesario establecer que, en Alcohólicos Anó-
nimos, todo el Programa es sugerido. No hay órdenes o gobier-
no que puedan castigar, expulsar o imponer reglas a cualquiera
de sus miembros. Toda la espiritualidad de nuestro Programa
radica en la práctica de nuestros 36 Principios, divididos en Tres
Legados: Recuperación, Unidad y Servicio.
Tomando como inicio el Legado de Recuperación, (Doce Pa-
sos) en su contenido nos sugiere la ayuda de un padrino, y es
pertinente establecer su significado.
En el diccionario de la lengua española existen varias definicio-
nes y algunas de ellas son las siguientes: “Padrino: el que pre-
senta o acompaña a otro en sociedad; el que favorece y ayuda
a otro en la vida; el que asiste a otro para recibir el bautismo”.
Algo muy similar se practica en nuestra Agrupación, con la di-
ferencia de que cada uno de nosotros lo vamos a elegir y no nos
va a ser impuesto por nadie; esta es la libertad que prevalece
en AA.
Entre nuestros compañeros de Grupo o de los grupos que nos
visitan, existen miembros dispuestos a brindarnos la ayuda ne-
cesaria para apadrinarnos; sólo es cuestión de hacerles la soli-
citud, y puede ser de la siguiente manera: al escuchar la parti-
cipación de nuestros compañeros de más tiempo, observamos
que algunos de ellos han trascendido problemas similares a los
nuestros y, por consiguiente, tendrán la experiencia para poder-
nos ayudar.
Sección México 9
De esta manera se encuentra el reflejo de nuestra vida y el
puente de comprensión de alcohólico para alcohólico; en este
momento estamos listos para solicitar el apadrinamiento, sin te-
mor alguno a que nos rechacen.
Una vez decidido, nos acercamos a nuestro compañero (a) y
con franqueza le diremos: “Compañero (a), ¿deseas ser mi pa-
drino (madrina)?” A partir de este momento tendremos un amigo
(a) que nos acompañará por mucho tiempo, y ese tiempo es hoy.

Importancia del apadrinamiento en


Alcohólicos Anónimos
¿Cuál es su importancia? Muchos de los que actualmente per-
tenecemos a AA nos hicimos esta pregunta y algunos, un poco
más temerarios, la quisimos evadir. Pero al cabo del tiempo tuvi-
mos que darnos cuenta y aceptar que el apadrinamiento es vital,
y vital significa vida. Entonces, esta práctica es de vida o muerte.
¿Por qué llegamos a esta conclusión? Pues bien, en el apadri-
namiento en AA, no importa el tiempo de sobriedad que se ten-
ga, si pasa desapercibido o no se le da la importancia suficiente,
se puede tener una serie de tropiezos o un estancamiento en la
recuperación.
Para algunos de nosotros es difícil desterrar aquella vieja cos-
tumbre de vivir solos con nuestros problemas. Creíamos que
con nuestra inteligencia podríamos sortear las dificultades que
se nos presentaran en nuestro diario vivir, pero a fin de cuentas
tuvimos que aceptar que los resultados obtenidos, basándose
en esa supuesta inteligencia (luego comprendimos que esa lla-
mada inteligencia, es soberbia), no eran muy satisfactorios y tu-
vimos que buscar la guía de alguien.
Para el recién llegado, el resultado de no apadrinarse puede
concluir en volver a beber. La mayoría de nosotros, cuando fui-
mos principiantes, éramos presa fácil de la obsesión de beber;
se nos presentaba por medio de un anuncio de televisión, un
partido de fútbol, una canción romántica, una alegría o una tris-
teza que nos pueden llevar a conmiserarnos, y pensar: “No va-
loran lo que estoy haciendo”.
10 Apadrinamiento
Cuando descubrimos que otros compañeros habían pasado
por esta situación, nos interesó saber cómo habían podido man-
tenerse sin beber, a pesar de la obsesión.
Además, el beber no es el único riesgo que corre un recién
llegado. Tendríamos que agregar la crisis emocional, la cual es
común cuando el alcohólico deja de beber y, lógicamente, ya no
existe aquella fuga para escapar de los resentimientos y frustra-
ciones que se manifiestan cuando levantamos los brazos para
exclamar: “¡Ando mal y no sé por qué!”
Para el miembro de mayor tiempo en AA y que siente que él ya
no necesita del padrino, bastaría hacerle un recordatorio de lo
que nos menciona nuestro Legado de Recuperación: “...cuando
más seguros estamos de la guía divina, es cuando más debe-
mos asesorarnos en relación a nuestras decisiones, porque a
esto se le conoce como soberbia espiritual...”
El despertar espiritual no nos excluye de volver a beber. Nues-
tros compañeros veteranos nos comentan: que el despertar es-
piritual necesita mantenimiento.
Nunca es tarde para apadrinarse ni tampoco importa el tiempo
que se tenga en AA. Concluyendo, afirmaríamos que el apadri-
namiento es el punto entre la sobriedad y volver a beber.

Beneficios del apadrinamiento


Uno de los primeros beneficios que obtenemos al apadrinarnos
es el hecho de renunciar a vivir solos con nuestros problemas.
Por otro lado, nos dimos cuenta que sin el apadrinamiento
nuestro proceso de recuperación, algunas veces doloroso y
lento; cambió radicalmente al dejarnos guiar.
Empezamos a sentir aquella sensación de pertenecer; había-
mos encontrando nuestro lugar en este mundo.
También nos percatamos que estábamos ganando en humil-
dad. Un ejemplo sería: en aquella situación cuando nuestro ego-
centrismo nos decía: “No dejes que otros tomen decisiones que
a ti te corresponden, ya basta que te dejes gobernar por los
demás”.
Sección México 11
Además, el padrino experimentado siempre nos sugiere alter-
nativas en cada caso y, lógicamente, el ahijado decide cuál se-
guir.
En Alcohólicos Anónimos hemos roto con aquel viejo adagio
que versa: “Nadie experimenta en cabeza ajena”. Cuando existe
disposición por parte del recién llegado, puede capitalizar los
errores que cometieron los de mayor tiempo en AA, pero eso
depende de uno mismo.
Muchos de nosotros tratamos de buscar caminos más fáciles
y de practicar el Programa de acuerdo a nuestros propios re-
cursos, pero en la mayoría de los casos íbamos de fracaso en
fracaso, retardando nuestra recuperación. Uno de los mayores
beneficios para el alcohólico, cuando se apadrina, es evitar mu-
chos errores que algunos hemos cometido.

Liderazgo en el apadrinamiento
En los grupos por lo general se cuestionan cuál es el papel que
deben asumir los veteranos, la respuesta a esto la tenemos en
los Principios, recordemos lo que nos menciona el Concepto IX:
“…Cada padrino es necesariamente un líder. Los riesgos son
enormes. Una vida humana y generalmente la felicidad de toda
una familia están en juego. Lo que el padrino dice o hace, su
capacidad para prever las reacciones del posible miembro, para
reconocer y aprovechar la oportunidad de hacer su presenta-
ción, para manejar las críticas y dirigir a su ahijado por medio de
su ejemplo espiritual personal – estas características del lideraz-
go pueden significar toda la diferencia, a menudo la diferencia
entre la vida y la muerte.”
Afortunadamente en los grupos contamos con compañeros
que le dan vida a este principio y que se convierten verdadera-
mente en la voz pura de AA, las experiencias nos han mostrado
esta verdad:
Llegué al Grupo “Jardín” por segunda ocasión porque el pri-
mer día que asistí temblaba y me quería regresar a otro Grupo
al que ya había asistido. Encontré a un compañero que estaba
haciendo el aseo del Grupo: lavaba las tazas, trapeaba, y lim-
piaba los ceniceros. Yo creí que se quería ganar la tribuna, me
12 Apadrinamiento
dijo: “Siéntate”, en un rato llegan los compañeros; platicar con
él fue muy agradable, en ese momento se me fue el miedo, me
sentí protegido, llegó la hora de la junta y sirvió el café a todos,
no pasó a la tribuna, cuando terminó la junta, junto con otros,
nos quedamos a platicar, me sentía extraño, por primera vez me
sentí parte de algo, no me acuerdo de que se trató la junta ni
de lo que platicamos, pero me sentí bien, aun cuando salimos a
las dos de la mañana, no podía creer lo rápido que se me pasó
el tiempo. Al siguiente día, lo mismo, yo quería hacer algo en
el Grupo y me dijo: “No hagas nada”, ya tendrás la oportunidad
de servir, pero no te puedo quitar ese derecho, si quieres hazlo,
después fuimos a un compartimiento y me dijo: “Pasa para que
me ayudes”, pasé y luego pasó él.
Me habló de los Pasos, las Tradiciones, los Conceptos, todos
bien desglosados. Me llevó al Hospital Balbuena a transmitir el
mensaje, a las oficinas intergrupales, al Distrito, a Puerto Va-
llarta, a una Reunión de oficinas intergrupales, a la CST, y me
di cuenta que Alcohólicos Anónimos no era nada más el Grupo.
Me habló de la enfermedad y cuando llegó la hora de servir, al
comprender que estaba salvando mi vida, levanté la mano y co-
mencé a servir en el Grupo”.
El liderazgo, no tan sólo se refiere al trabajo de los Servicios
Generales, es en el apadrinamiento donde alcanza una gran
responsabilidad y que al asumirla logramos que AA se fortalez-
ca, ya que beneficia al padrino, al ahijado, a la familia y a la
Estructura, todo en beneficio de aquél que está sufriendo por su
manera de beber.
Sección México 13

Capítulo II
Apadrinamiento en los Tres Legados
En el transcurso del tiempo, se ha hecho evidente que a pesar
de dejar de beber, los problemas emocionales persisten, que
existe una diferencia entre estar “secos” o “sobrios”, entonces,
los padrinos se han ocupado de ayudar a los miembros a obte-
ner una mayor madurez y sobriedad emocional con la práctica
del Programa de Recuperación.
Posteriormente, al incrementarse las actividades de los Servi-
cios Generales y al aparecer nuestras 12 Tradiciones, fue ne-
cesario que los miembros más antiguos, que vivieron el creci-
miento de Alcohólicos Anónimos y los problemas señalados en
las Tradiciones, compartieran estas experiencias, por medio del
apadrinamiento a los recién llegados que se integraban a AA.
Una vez creados los Tres Legados de AA, los recién llegados
se vieron en la necesidad de buscar y elegir como padrinos a
compañeros con experiencia, a fin de ser apoyados y orienta-
dos, para lograr poner en práctica de la mejor manera nuestros
36 Principios.

El padrino, el ahijado y la recuperación


Uno de los elementos más importantes en el proceso de recu-
peración es lograr la admisión de la derrota en definitiva con
respecto al alcohol y es, en estos momentos, donde el padrino
comparte su experiencia sobre los dos aspectos de la admisión.
Primer aspecto: la impotencia hacia el alcohol.
Segundo aspecto: la admisión de su vida ingobernable.
No sabemos cuanto tiempo se lleva la admisión en estos dos
aspectos. Sin embargo, la asistencia constante al Grupo, la par-
ticipación en la tribuna, y el no beber una copa “sólo por el día
de hoy”, va dando resultados. Algunos alcohólicos carecimos de
la imagen paterna o ejemplo a seguir, en lo que respecta a una
vida ordenada; en otros casos, sin la ausencia paterna y con
una vida moral impuesta por la familia, tampoco pudimos gober-
14 Apadrinamiento
nar nuestra vida y es en ese instante cuando el padrino tiene la
oportunidad de compartir sus dificultades en la admisión del al-
coholismo. Cuando el padrino nos comparte que la admisión de
nuestra vida ingobernable no significa cambiar; por el momento,
sólo se requiere reconocer que no supimos vivir con dinero o
sin él, con familia o sin ella, con trabajo o sin éste: tenemos que
aceptar que no hubo orden en nuestras vidas.
Pareciera que el padrino nos va a dedicar mucho tiempo para
que podamos situarnos en uno de los puntos más difíciles en
la Recuperación: la idea de depender de un Poder Superior a
nosotros. No fue la virtud lo que nos llevó a AA. Dependimos del
medio en el que nos desenvolvimos, de la familia, del alcohol o
de cualquier otra cosa, y que casi siempre fue un ser humano.
Cuando el padrino nos sugirió que dejáramos de beber por no-
sotros y que “Primero es lo primero”, no lo entendimos, pues
siempre creímos que habría que vivir y dejar de beber por una
causa externa a nosotros. Nos dimos cuenta que sí valíamos,
que sí éramos importantes y que de ahí en adelante íbamos a
vivir por nosotros y para nosotros.
Pero cuando el padrino nos habló de un Poder Superior, hubo
mucha confusión, pues la idea que teníamos de Él se basaba
en el dinero, en el sexo y el poder. El sufrimiento ahora sin be-
ber, y la ayuda del apadrinamiento, nos hizo menos dolorosa la
búsqueda; nuestra estancia en AA puede ser más productiva.
Desde luego que la asistencia constante al Grupo y el compartir
nuestra problemática para identificar a un Poder Superior, contri-
buirán enormemente al desarrollo espiritual para efectuar nues-
tra primera relación consciente con Dios, tal como cada quien lo
conciba.
Cuando escuchamos: “Déjanos tus problemas, tú no bebas y
pídele orientación al Poder Superior”, sinceramente nos reímos.
No entendíamos que el bebedor “prepotente, sabelotodo y todo-
poderoso”, podía recurrir a un Poder Superior. Estaba asistiendo
al Grupo y viendo los resultados: un periodo de tiempo sin beber
y cambios graduales en su vida. Pero un pensamiento insistente
a no dejar que nadie gobierne su vida y no depender de nada ni
de nadie, aparecían constantemente. Esos días fueron de bús-
Sección México 15
queda del Poder Superior, de dejarle nuestra vida y nuestra vo-
luntad a Dios, como cada quien lo concibe, Él puede hacer por
nosotros, lo que nosotros no podemos hacer sin su ayuda.
¿En qué momento iniciamos los reclamos y las peleas con el
Poder Superior por todo lo que vivimos cuando bebíamos y, al-
gunas veces, por lo que seguimos viviendo, aún sin beber? No
importa, lo importante ahora es iniciar la gran búsqueda; iniciar
el camino hacia nuestro Poder Superior.
Cuando nos dimos cuenta que no fue el exterior el origen de
nuestra problemática, sino la forma como interpretamos y vivi-
mos esas causas exteriores, el padrino sonríe. Nuestra dedica-
ción y su trabajo empiezan a rendir frutos; necesitamos buscar
el origen en nosotros mismos, además de las circunstancias que
propiciaron el momento en que el alcohol se convirtió en el eje
para vivir.
Saber con qué cuentas, qué fortaleza puedes desarrollar y de-
tectar tus puntos débiles, son elementos fundamentales para
poder crecer en tu vida personal, familiar y hasta social, pero
sin lugar a dudas, el crecimiento más importante radica en lo es-
piritual. Pero, ¿qué es lo espiritual?, nos preguntamos muchos
de nosotros. ¿Necesitamos definiciones complejas y confusas
al respecto? ¿Requerimos orientación religiosa para esta vida?
¿Requerimos formar un grupo aparte para entender lo espiri-
tual del Programa? El padrino nos contesta con un rotundo ¡No!
Sencillamente nos expresa cómo concibe su concepto de espiri-
tualidad y lo podemos entender como aquél evento que permite
a un individuo pensar, hablar y actuar de manera coordinada y
consciente para beneficio de los demás.
Cuando bebíamos no había coordinación entre lo que pensá-
bamos, hablábamos y actuábamos, pero ahora sin beber, tenía-
mos que buscar la coherencia y el soporte para ser diferentes;
ahora sí, para ser hijos de Dios, como cada quien lo concibe.
Claro que tenemos cosas positivas y negativas, por eso el pa-
drino nos sugiere escribir nuestro inventario moral, tomando
como base los tres instintos de los que Dios nos dotó: el sexual,
social y de seguridad. Son estos instintos los que causaron con-
fusión en nuestra vida, pues los reprimimos o los estimulamos
16 Apadrinamiento
demasiado y cuando los confiamos a nuestro padrino nos senti-
mos liberados. Ahora sí nos estamos perdonando, porque Dios
ya nos ha perdonado. Cuando nuestro padrino nos comparte su
experiencia respecto al resentimiento y al sentimiento de culpa,
poniendo como centro nuestras relaciones interpersonales, tu-
vimos que escribir, algunos más, otros menos, pero era la base
de la liberación, pues amar a nuestros semejantes sin temor y
sin resentimientos juega un papel fundamental en la vida del
alcohólico. Estamos empezando a querer.

El padrino, el ahijado y la Unidad


Resulta primordial orientar al recién llegado hacia la práctica de
la Unidad, porque de esto dependerá su permanencia dentro
de Alcohólicos Anónimos. Como todo en AA, la mejor manera
de orientar es a través del ejemplo. No podemos sugerirle a un
recién llegado que asista diario al Grupo cuando nosotros no lo
hacemos. Será importante que lo sugerido sea congruente con
lo que hacemos.
Recordemos lo que nos menciona la Primera Tradición: “La
Unidad de Alcohólicos Anónimos es la cualidad más preciada
que tiene nuestra Sociedad. Nuestras vidas y las vidas de todos
los que vendrán, dependen directamente de ella. O nos mante-
nemos unidos, o AA muere.”
A los recién llegados a AA al principio les es difícil creer todo
lo que les mencionamos: que en AA no existen jefes, no existen
cuotas, no existen órdenes, que AA no es exclusivo, que se de-
fiende la libertad de cada compañero de pensar, hablar y actuar
como él lo desee, que se respeta el anonimato de las personas
que llegan; normalmente se preguntan: ¿Cómo es que funcio-
nan?
En la medida que le ayudemos con el estudio de nuestros Prin-
cipios, observa como el Grupo le da vida a las Tradiciones: abrir
diario el Grupo, nombrar servidores de confianza, contar con
una autonomía del Grupo, alcanzar al alcohólico que aún sufre
por su manera de beber en los hospitales, en juntas de IP, en
el envío de aportaciones a los centros de servicio. Sólo así él
comprenderá que verdaderamente el Programa de AA funciona
Sección México 17
y que solamente es cuestión de buena voluntad para unirnos al
Grupo y dejar a un lado los deseos personales que puedan cau-
sarle daño, que el bienestar común tiene la preferencia.

El padrino, el ahijado y el Servicio


Como todas las actividades del Tercer Legado en Alcohólicos
Anónimos, necesitamos la guía y orientación de aquéllos que
las han realizado. Es adecuado que nos acerquemos a los que
terminaron su servicio, en el período inmediato anterior, para
contar con la experiencia más fresca y, con toda confianza, apa-
drinarnos con los que en periodos pasados realizaron un servi-
cio similar al que nos han encomendado, o con los que creemos
que tienen una buena experiencia en el servicio en términos ge-
nerales. Hay que considerar que todo aquél que haya realizado
un servicio tiene errores y aciertos, que con gusto querrá com-
partir.
Todo aquél que está por iniciar un servicio en AA a cualquier
nivel, experimenta el temor natural de lo nuevo, y el deseo en
la gran mayoría de realizarlo lo mejor posible. Esto propicia la
creación de nuevas ideas, planes y proyectos. Quizá el intere-
sado quiera compartir estas ideas con alguien a quien le puede
llamar padrino; así como las dificultades que todos tenemos, en
cuanto al tiempo a utilizar en el servicio, las relaciones con la
familia, el trabajo, las actitudes a adoptar, los problemas que en
ocasiones enfrentamos con las conciencias a las que servimos
y el material literario a utilizar en nuestro servicio, así lo haremos
con menos tropiezos. Esto implica en la gran mayoría, sino es
que, en todos los casos, orientación, es decir: apadrinamiento.
En la mayoría de los grupos, distritos y áreas, los servidores
se eligen con un buen tiempo de anticipación, con la intención
de que los electos tengan suficiente tiempo para involucrarse y
adaptarse, así como para prepararse. En algunas áreas han ex-
perimentado, con buen éxito, la implementación de seminarios
donde se discute y comparte todo aquello que se verá involucra-
do en nuestro servicio.
Nuestro padrino nos enseñará a enfrentar la crítica, algo que es
cotidiano y que a muchos de nosotros nos ha hecho pensar en
18 Apadrinamiento
renunciar. El padrino está cerca y entra al rescate, sin obligarnos
a continuar, sólo comparte su experiencia y nos da elementos
para entender estas situaciones que a muchos nos han hecho
crecer y fortalecernos.
Vale la pena comentar que algunos de nosotros nos hemos
visto involucrados en actividades de servicio, sin pensar antes,
de manera muy detenida, en todo lo que implicaba y los aspec-
tos que nos hacen buenos servidores. Por ejemplo, el tiempo
que necesitaremos para realizarlo, el conocimiento, nuestra re-
lación familiar y laboral, nuestro profundo deseo de hacerlo y
una buena dosis de humildad para enfrentar las contingencias
propias del servicio, como es la crítica. Hemos visto fracasar
a muchos en esta aventura o renunciar muy temprano, esto lo
podemos evitar. Nos harán comentarios con base en su expe-
riencia; algunos de estos comentarios no serán muy agradables
porque implican esfuerzo y una buena disminución de nuestro
egocentrismo. El padrino comentará las experiencias, sin alarde
ni exhibicionismo, de todo aquello que tuvo que pasar en los
momentos de su servicio. Es importante que el padrino anime al
ahijado, sin llegar a forzarlo, si éste se da cuenta que no hay un
profundo deseo de continuar sirviendo o de iniciar un servicio.
Es mejor decir ¡No! Si honradamente se considera que hay otros
que lo pueden realizar mejor.
Sección México 19

Capítulo III
Comités de Apadrinamiento
Formación de comités de Apadrinamiento
en los grupos
Uno de los asuntos poco discutidos y que se toma con poca
importancia en los grupos, es: ¿cómo lograr que los nuevos se
queden en el Grupo? para ello se han creado varias alternativas,
como la creación de reuniones para recién llegados, mejorar la
bienvenida, utilizar material didáctico (rotafolios). Pero poco se
ha incursionado en la formación de comités de Apadrinamiento.
¿Cómo se pueden formar?
Cualquier miembro del Grupo o los servidores del mismo, ha-
cen un inventario del último año con relación a cuántos prospec-
tos llegaron y cuántos se quedaron. Estos fundamentos regu-
larmente son contundentes. El Grupo puede decidir formar un
Comité de Apadrinamiento que le permita ser más eficiente en la
atracción del recién llegado, que es parte de su responsabilidad
moral y hacer más asequible el mensaje de Alcohólicos Anóni-
mos a todo aquél que lo necesite.
¿Quienes forman el Comité?
El Grupo elige a varios compañeros, en número relativo a la
membresía del mismo, tomando en cuenta que los integrantes
sean responsables y que asistan con regularidad, así como que
tengan diferentes experiencias con la intención de atender a
cualquier recién llegado. Si es necesario, se puede elegir a un
Coordinador del Comité.

Responsabilidades del Comité


Este Comité puede tener reuniones por separado de las ya
agendadas por el Grupo, donde se discutirán solamente las ac-
tividades relativas al Comité de Apadrinamiento y plantear al-
ternativas para funcionar mejor. Serán responsables de atender
en equipo, o individualmente, a los recién llegados, de motivar
a aquéllos que no tienen padrino. Harán una evaluación para
20 Apadrinamiento
atraer al nuevo y plantearán alternativas.
Es inadecuado que el Comité, o uno de sus miembros, im-
ponga el apadrinamiento; hay que recordar la importancia de la
atracción, y ésta se da sólo con el ejemplo.
En el uso de su Derecho de Decisión, el Grupo tiene la respon-
sabilidad de hacer autonomías óptimas para captar, retener y
crear elementos para la recuperación. Sería bueno recordar que
tenemos la responsabilidad de regresar lo que tan desinteresa-
damente se nos dio.
Sección México 21

Capítulo IV
Preguntas y sugerencias sobre el
apadrinamiento
¿A qué tiempo debo de solicitar el apadrinamiento?
En el momento que tú lo decidas y entre más pronto mejor para
asegurar tu propia sobriedad.
¿Debo ser obediente en todo lo que indique el padrino?
Al principio es mejor y más seguro confiar en las sugerencias
del padrino. Esto no impide consultar la literatura de Alcohólicos
Anónimos o con algún profesional.
¿Debo apadrinarme en todo y para todo o sólo
ocasionalmente?
Los primeros meses es mejor y más seguro apadrinarse en todo,
y sólo con el tiempo se podrán empezar a tomar decisiones pro-
pias.
¿Tengo que apadrinarme, sólo cuando se tenga graves
dificultades, crisis o borrachera seca?
El apadrinamiento debe ser antes, durante y después de que
surjan los problemas.
¿Puedo apadrinarme sólo en algunos temas y en otros
no?
Se sugiere exponer todos los temas al padrino, sin duda él sabrá
cuándo es recomendable consultar con algún profesional, o con
otro compañero.
¿Cómo puedo elegir bien a mi padrino?
Es recomendable oír y observar a los compañeros del Grupo y
de los grupos vecinos; su historial, lo que dicen y lo que hacen
para así encontrar al más afín a mí.
¿Qué tan afín debe ser conmigo el compañero que elija
como padrino?
En AA no existen reglas, la experiencia nos indica que el apadri-
22 Apadrinamiento
namiento puede funcionar, tanto cuando el padrino es afín como
diferente. La base es la confianza y la honestidad entre ambos
¿Cuántos padrinos puedo tener a la vez?
Aunque dentro de AA no existen reglas, de acuerdo a la expe-
riencia, nos damos cuenta que lo más adecuado es que sea un
padrino que esté practicando los Tres Legados de AA, para que
no se viva un continuo conflicto y desorientación por tener más
de un padrino. Sin embargo, si las circunstancias lo requieren se
podría elegir uno de Recuperación, otro de Unidad y uno de Ser-
vicio, aunque, como se mencionó, no es lo más recomendable.
¿Puedo pedirle a mi padrino otro tipo de favores, por
ejemplo, ayuda económica o material?
No, no es recomendable, el apadrinamiento tiene el objetivo de
ayudar al ahijado sobre el Programa de AA. A veces, el padrino
valorando la relación y de manera personal llega a ofrecer ayuda
de otro tipo, pero esto no forma parte del apadrinamiento, en de
AA.
¿Qué puedo hacer si tengo una crisis y el padrino no está
disponible?
Es el programa de AA el que, practicándolo, logra la sobriedad
de la persona y no el padrino en sí. Éste es importante, pero no
imprescindible. Tenemos otras alternativas: llamar por teléfono
a algún otro miembro o a la Oficina Intergrupal, leer la literatura
de AA, etc.
¿Cómo puedo terminar mi apadrinamiento con algún
compañero?
Como lo iniciaste, hablando personalmente con él y dándole las
gracias por el tiempo dispensado, quizá quieras explicarle los
motivos, pero no estás obligado a hacerlo, él respetará y enten-
derá tu derecho y libertad.
¿Con quién se puede apadrinar una mujer, un joven o
algún compañero que tenga doble estigma?
Aquí quisiéramos mencionar que lo mejor sería que exista simili-
tud entre padrino y ahijado, es decir, que una mujer se apadrine
con una compañera, y un alcohólico anónimo de doble estigma
Sección México 23
con alguien que tenga la experiencia. Repetimos, lo mejor es la
confianza que exista en esta relación de apadrinamiento.

Preguntas y respuestas sobre cómo ser un


buen padrino
¿Puedo proponerme como padrino con algún
compañero?
No, la solicitud tiene que venir del propio compañero. Puedo
acercarme a hablar con él y darle alguna experiencia u opinión,
pero sólo él puede decidir quién será su padrino.
¿Puedo exigir obediencia a mi ahijado?
En AA no existen órdenes ni jefes que las impongan, es me-
jor compartir la experiencia, dando algunas sugerencias y ex-
poniéndole los riesgos, dejando la decisión final al ahijado. Sin
reproches.
¿Qué temas me están limitados al apadrinar?
Como AA con algún tiempo de sobriedad, puedo valorar el ries-
go que puedo causar dar opiniones y consejos sobre problemas
médicos, religiosos, matrimoniales, legales o de otra índole. De-
bemos recordar que no somos doctores, sacerdotes, conseje-
ros matrimoniales ni abogados. No debo intentar decirle a nadie
como debe tratarse médicamente, como vivir ni cómo arreglar
sus asuntos legales. Sólo puedo, (si es que tengo la experien-
cia) compartirles cómo puede superar, con ayuda del Programa,
ese tipo de situaciones sin beber o en su defecto, canalizarlos
a donde puedan encontrar información y una posible solución
sobre el tema.
¿En qué aspectos propios debo poner cuidado?
Por ejemplo: en la intención consciente o inconsciente de pro-
yectar sobre mi ahijado mis propios miedos, mis frustraciones
o proyecciones. Tampoco utilizarlo para tratar, por medio de él,
hacer o inquietar sobre cuestiones y problemas personales, del
Grupo o del servicio.
24 Apadrinamiento
¿Qué significa “El padrino es necesariamente un líder” en
AA?
En AA los líderes guían con el ejemplo. Así que no se vale man-
dar al ahijado a pasar el mensaje ni decirle ve a los hospitales,
a las cárceles, a IP o a trabajar las fichas de contactación; justi-
ficándonos que tiempo atrás nosotros ya lo hicimos.
Tampoco es muy válido decirle al ahijado, haz lo que el padrino
te dice, no lo que el padrino hace. Es mejor buscar primero el
propio apadrinamiento.
¿Un padrino debe trabajar con la familia del ahijado?
Es importante informar a la familia acerca de AA para que se-
pan que el alcoholismo es una enfermedad y que como tal tiene
sus síntomas y su tratamiento, que lo sepan servirá de ayuda
para el trabajo con su familiar alcohólico.

¿Cuántas formas de apadrinamiento


existen?
A través del tiempo nos hemos podido dar cuenta de cómo el
apadrinamiento ha sido de utilidad para todos aquellos que es-
tán involucrados en este trabajo; estamos hablando de padrinos
y ahijados.
Sin embargo, en la actualidad se ha estado notando en la Agru-
pación un serio descuido en la práctica del apadrinamiento y,
hasta cierto punto, seriedad en el mismo. Ahora vemos con qué
facilidad nos decimos unos a otros padrinos, ¿Cómo está, padri-
no? ¡Bien, padrino!
El apadrinamiento, desde nuestra perspectiva, es algo más se-
rio de lo que pudiera parecer a simple vista.
Primero veamos el apadrinamiento que recibimos por medio del
Grupo, aquel que conocemos como “apadrinamiento grupal”.
Éste lo empezamos a recibir desde el primer día que llegamos a
Alcohólicos Anónimos, por medio del cual logramos identificar-
nos como alcohólicos. Cuando nuestros compañeros capitalizan
lo que se ha llamado nuestra gran ventaja natural, que no es otra
cosa más que nuestra experiencia personal como ex bebedores.
Sección México 25
Además de agruparnos para sentirnos parte de ellos.
Este apadrinamiento, lógicamente, se nos otorga aun sin solici-
tarlo, pero el Grupo sabe que lo necesitamos.
Ahora veamos el tipo de “apadrinamiento directo” recibido
de un compañero o compañera. Conforme transcurre el tiempo,
nos damos cuenta que tenemos inquietudes, dudas acerca del
Programa de Recuperación, de cómo funciona el Grupo, a quién
se le pide orientación para servir una taza de café... Es cuando
tenemos la necesidad de preguntarle a un compañero, aquél a
quien nosotros le tengamos confianza; esto es de suma impor-
tancia para que pueda surgir el apadrinamiento.
En ocasiones, el compañero elegido como padrino no es exac-
tamente una copia fiel a nosotros. Es conveniente mencionar,
que no siempre es necesario que nuestro padrino sea afín a no-
sotros. Lo importante es la confianza que le tengamos, aunque
no exista mucha similitud, además de la disposición que tenga-
mos para dejarnos guiar.
Comentamos esto último, porque hemos conocido a muchos
individuos que les cuesta trabajo dejarse guiar. Aquí habría que
reflexionar lo siguiente: para que pueda darse el apadrinamien-
to, es indispensable que exista un ahijado que ha comprendido
la necesidad de ser guiado en el Programa.
Estamos plenamente convencidos de los beneficios del apadri-
namiento y lo necesario que es éste. Por lo tanto, comenzamos
a practicarlo, según nuestra propia necesidad, sin importar el
tiempo o el horario del mismo, pues estaremos seguros de la
disposición del padrino.
El padrino experimentado brinda una palabra de aliento cuando
estamos debajo de la montaña o, en su defecto, nos ubica cuan-
do estamos arriba de ella.
El padrino no necesariamente tendrá respuestas a todas nues-
tras dificultades, porque dentro del apadrinamiento no existen
recetas de cocina, sino únicamente experiencias vividas y supe-
radas. Cuando esto sucede, nos orienta hacia dónde podemos
obtener la respuesta a nuestras necesidades o, en algunas oca-
siones, nos sugiere acudir con algún profesional.
26 Apadrinamiento
¿Cómo se beneficia el padrino?
No hay nada más práctico que asegure la sobriedad, que el
trabajo con otros alcohólicos. El deseo de ayudar de manera
honesta y sencilla a otros, provoca un estado de utilidad y bien-
estar interno que no se puede adquirir con otras actividades. La
experiencia de muchos de nosotros al ver llegar a compañeros
nuevos, verlos crecer y resolver su vida, es una experiencia que
nadie se debe perder.
La mayor parte de los alcohólicos que han apadrinado a otros
comentan, que el hecho de estar en contacto permanente con
varios alcohólicos, los aleja del pensamiento de beber y propicia
el saber escuchar, algo difícil de aprender. También, aprende-
mos de los demás porque nos obliga a desarrollar la empatía
necesaria para ayudar, y por qué no decirlo, a muchos nos ha
obligado a practicar algunos Principios del Programa que había-
mos evadido y olvidado. No es gratuito que muchos padrinos
digamos que los más beneficiados hemos sido nosotros. Al ver-
nos obligados a dar el ejemplo, dicho sea de paso, no hay otra
manera de hacerlo.
Sección México 27

Capítulo V
Experiencias
El apadrinamiento una necesidad vital
Para llegar a la Agrupación, el padrino de mensaje trabajó con-
migo por dos años invitándome e informándome de lo que el
Programa ofrecía, un lunes me encontró en la mañana todo
amolado, física, mental y emocionalmente. Todo el día se la
pasó conmigo, a las tres de la tarde me llevó con un doctor para
que me revisara y me diera unos calmantes, y en la noche me
llevó al Grupo, festejaba su 5° aniversario.
Semanas después, me apadriné con un compañero que ha-
blaba muy bonito, pero era soltero y yo estaba pasando por pro-
blemas matrimoniales algunas sugerencias me dieron resultado
otras no, unas semanas después cambié de padrino, un compa-
ñero con tiempo en la Agrupación, él estaba sirviendo y su expe-
riencia se parecía mucho a la mía, pero en diferentes tiempos.
Me regaló mi Libro Azul y los Doce Pasos, dijo, estudialos con
calma y todas las dudas que tengas anótalas en una libreta y
cuando nos veamos, si puedo te las contesto, si no vamos con
quien tenga la respuesta, yo sufría de insomnio y en una noche
leí los Doce Pasos. En los días siguientes que lo vi en el Grupo
le entregué el folleto diciéndole: “Ya lo leí”, se me quedó viendo
y sonrió para luego decir, es necesario que los leas por lo me-
nos 500 veces para que entiendas lo que te dicen, y después
aplicártelos en todos los actos de tu vida, yo pensé “Está loco”,
para que leer tanto.
En lo que respecta al Libro Azul, seguido me decía pon mucha
atención al I y II Capítulo, con el tiempo entendí el por qué.
Nos hicimos muy buenos amigos, me transmitía mucha con-
fianza, siempre tuvo tiempo para apadrinarme, a los tres meses
de asistir al Grupo me hablo de los servicios internos, y en la jun-
ta de trabajo me propuso para Secretario y fui aceptado. Nueve
años después enfermo físicamente y murió, me dolió mucho, me
enseñó a no depender de él emocionalmente, me decía antes
28 Apadrinamiento
de morir, conmigo y sin mí, tú tienes que seguir. Gracias “Padri-
no Josué”.
Beneficios que obtuve:
Conocimiento y elaboración del Cuarto y Quinto Paso, conocer y
vivir los eventos en Alcohólicos Anónimo, preparación y asisten-
cia a las informaciones al público, conocer la historia y ubicación
de mi Distrito.
Podría escribir muchas cosas más relacionado al apadrina-
miento, espero que esta breve historia le sirva a algún compa-
ñero de la agrupación. Gracias.
Miguel Ángel M.
Sección México 29
El padrino me ha compartido como
practicar el Programa de AA
Mi nombre es Noemí, agradezco esta oportunidad ya que para
mí es como anillo al dedo. Yo ya tengo algunas veinticuatro ho-
ras de sobriedad, para ser precisa ocho años, en las que con
mucha honestidad dejé pasar el tiempo. Hoy me siento muy
enojada por esa situación, sin embargo, el haber tomado la de-
cisión de apadrinarme, para mí, el panorama se despeja, hoy
realmente he encontrado cambios a través de apadrinarme, ya
que con el padrino que elegí y al que le pedí su ayuda, también
me ha enseñado paso a paso cómo se debe practicar el Progra-
ma de Alcohólicos Anónimos, y no como siempre lo hice, como
decimos aquí en el Grupo, a qué individuo le gusta escuchar
su verdad en boca de otras personas, prácticamente a nadie,
así sucedió conmigo; a través de escuchar mi realidad con la
verdad, tuve que sentir tambalearme, pero me pude dar cuenta
que fue realmente de gran ayuda, empecé a despejar mi mente,
a dejar de sufrir absurdamente y empecé a vivir. He encontra-
do tantas satisfacciones para mi vida, no importándome como
me lo hicieron ver, dejé de cargar culpas, me pude perdonar y
empecé a hacer reparación de daños. Verdaderamente hoy sé
que yo, realmente no podía dar absolutamente nada. A través
del perdón, del dejarme guiar, escuchar y no oír, cerrar mi boca,
comprender mi propia enfermedad, fue entonces cuando encon-
tré a Noemí y el despertar espiritual. Ya no vivo en tinieblas, hoy
sé que estoy en el lugar al que pertenezco y en el que mi vida es
distinta. Hoy puedo hablar de mi enfermedad sin temor alguno,
porque tengo mi Programa, mi Grupo, mis compañeros con los
que puedo hablar de igual a igual porque hay un puente de com-
prensión y mi padrino siempre está ahí.
Para mí es una bendición, una fortuna el estar de pie, aquí, en AA.
Pertenecer, permanecer y tener salud; Me hace una mujer li-
bre, distinta, hoy tengo dignidad.
Sólo por hoy.
Gracias por estos trabajos que son para mí un alimento de vida.
Noemí G.
30 Apadrinamiento
¿Cómo encontré a mi padrino?
Llegué a Alcohólicos Anónimos por los años 90. Desde mis ini-
cios empecé a escuchar la palabra “apadrinamiento” o “padrino”,
lo cual se decía que era de vital importancia; al paso del tiempo
me daba cuenta que algunos compañeros se acercaban a su
padrino.
Todos tenían diferente personalidad y recuperación; mi igno-
rancia aunada al temor me llevaba a no saber cómo o de qué
forma y en qué momento pudiese acercarme a algún compañero
y así poder preguntar sobre las dudas que día tras día me em-
bargaban en cuanto al Programa, esto me llevó a batallar sobre
los vidrios rotos de mi miserable recuperación.
En los primeros años, no me decidía a buscar un padrino o
alguien que me guiara, se preguntarán por qué, con el paso del
tiempo ningún compañero me daba la confianza, sentía la fal-
ta de afinidad, notaba que su manera de apadrinar eran las si-
guientes: El padrino que se creía Dios, que todo lo sabía. El que
no practicaba el Programa, pero si te exige obediencia e impone
su voluntad y jerarquía. También, aquél sin responsabilidad ni
experiencia, más que dar sugerencias, ordenaba, mandando al
alcohólico “a la guerra sin fusil”. También estaba el soberbio que
siente que es el único padrino de AA, todos le parecen poca
cosa, los ve por debajo de él. Otros se inclinaban a apadrinar
sólo mujeres. Algunos, después de apadrinar te cobraban de al-
guna manera. El dictador, el que quiere apadrinarte a fuerzas.
En cierta ocasión, un compañero de más tiempo me abordaba
al término de la junta, me di cuenta que pretendía apadrinarme,
lo cual no me agradaba por tener las características de los pa-
drinos mencionados.
Por diferentes causas me cambié de Grupo, donde encontré
compañeros con los que había fondeado en el alcoholismo y en
la vida ingobernable, pude identificarme y ahí empezó el puente
de comprensión. El apadrinamiento se dio espontaneo, ya fuese
en la terapia de café o camino a casa; las sugerencias fueron
con base en la experiencia y el haberlas trascendido. El padri-
no debe estar disponible y no negarse, si el padrino no tiene la
solución o sugerencia, buscamos a otro compañero con más
Sección México 31
experiencia.
Todas las sugerencias dadas por el padrino eran decisiones
que yo tomaría, de acuerdo a mi libre albedrío, no podía culpar a
nadie más por las acciones tomadas por mí mismo.
Posteriormente, pude apadrinarme con otros compañeros es-
pontáneamente, así como con guías espirituales, sexólogos,
psiquiatras, sacerdotes…
Hoy en día me apadrino con diferentes compañeros, de esta
forma ya no me la llevo solo, las palabras sabias de los alcohóli-
cos anónimos son como bálsamo que curan mis heridas.
Los padrinos no son llaveros, deben de consultarse cuando sea
necesario, el padrino no es un Dios, es un guía con sabiduría.
Anónimo
32 Apadrinamiento
Como mujer, ¿me puedo a apadrinar con
un compañero?
Muy buenas veinticuatro horas compañeros, mi nombre es Jes-
sica.
Llegar a Alcohólicos Anónimos, fue una decisión muy grande
que tuve que tomar, ya que la presunción de la juventud se im-
ponía y como yo tan joven ya no iba a beber, sabiendo que el al-
cohol había causado grandes daños a mi vida. Ya dentro de AA,
llegar a entender que yo no podía llevármela sola, que necesita-
ba alguien de confianza para que me ayudara a llevar un buen
camino en AA, alguien que me orientara, porque yo siempre fui
muy tonta para tomar buenas decisiones para mi vida, y tenía
que buscar alguien a quien le tuviera confianza, que tarea tan
difícil como mujer en AA, ya que en el Grupo donde yo estaba
no había compañeras, entonces por necesidad tuve que buscar
un padrino, pasé tiempo pensando a quién podría escoger, ya
que como mujer sentía que sería difícil de encontrar uno, por el
simple hecho de pensar, que no tendría puente de comprensión
con un compañero. Fue una tarea muy difícil, más al tener que
hacer mi Cuarto y Quinto Paso, decía cómo podré contarle a un
hombre mis problemas y las circunstancias por las que yo había
pasado; pero observando a todos los compañeros, por fin elegí
uno. Era un padrino ya mayor, él contaba con su familia y era un
ejemplo, ya que podía ver en él confianza; qué difícil era tener
confianza en alguien, ya que siempre viví desconfiando de todo
mundo, y el apadrinarme con esta hermosa persona, contarle
mis cosas; él me escuchaba sin juzgarme y me alentaba, cuan-
do sentía que el mundo se me venía encima y al sólo escuchar
el “no pasa nada”, era una palabra mágica. Sentí una gran cal-
ma al saber que por fin había alguien en quien confiar.
Sé que como mujer hay que tener mucho cuidado, ver con
quién nos apadrinamos, y tener la visión para escogerlo, ya que
nuestra vida depende de esa persona, en ella está depositada
toda nuestra vida. El día de hoy, tengo a mi padrino y sé que fue
muy buena elección, ya que puedo contarle mil cosas y sé que
las guardará como su más preciado tesoro, y sin temor alguno,
puedo, el día de hoy, contar con él.
Sección México 33
Les deseo muchas veinticuatro horas y sigamos siendo un es-
labón más en AA, un eslabón fuerte para seguir pasando el men-
saje al alcohólico que todavía sufre.
Jessica A.
34 Apadrinamiento
Mi padrino de mensaje
Compañeros en Alcohólicos Anónimos, reciban un afectuoso
saludo, esperando se encuentren disfrutando de la alegría que
nos proporciona la práctica de nuestro Programa de Recupera-
ción.
Quiero aprovechar esta oportunidad para agradecer a Dios y
al hombre que puso en mi camino, para que el día de hoy me
encuentre dentro de la Comunidad de AA.
Hace algunas veinticuatro horas, me encontraba sumida en la
desesperación, en una profunda desesperación, fugándome con
el alcohol, de la frustración que me producía mi vida; en mi men-
te rondaba constantemente de una manera atormentadora, la
idea de suicidarme. Yo había conocido AA hacía ya mucho tiem-
po, con varios intentos había entrado y salido del Grupo “Amigo”
en diferentes ocasiones, en ninguna había logrado admitir mi
enfermedad, creía que yo podía parar de beber cuando yo lo
decidiera; después de mi primer llegada al Grupo en el que es-
tuve poco más de un año, pensé que ya había aprendido, que
el chiste sólo era no emborracharme y me alejé, cayendo nue-
vamente en poco tiempo en la misma forma desenfrenada y sin
control de beber.
Fui acumulando frustraciones, resentimientos, sufrimiento y
daños que cause a mi familia; afectando irresponsablemente,
sobre todo a mis hijos.
En esta desesperación busqué a aquel hombre que años atrás
había tratado de ayudarme.
Fueron muchas las veces que él me había estado buscando
con la intensión de platicar conmigo, para que regresara al Gru-
po; siempre me escondía y rehuía hablar con él, hasta que yo
misma lo busqué; en ese momento, no tenía la intención de re-
gresar al Grupo ni dejar de beber; quería que él me ayudara a
resolver los problemas que creía tener en ese momento. Des-
pués de escucharme por un largo rato, se me quedó viendo,
con esa mirada que sólo alguien que conoce en carne propia la
enfermedad del alcoholismo puede entender; aún recuerdo sus
palabras y se me eriza la piel, viéndome a los ojos me dijo: que
Sección México 35
si quería cambiar todo eso, si quería vivir diferente me esperaba
al día siguiente en el Grupo, que esa era la única forma en que él
podía ayudarme, que esa noche al llegar a mi casa me observa-
ra en el espejo y pensara si me gustaba lo que veía; me fui eno-
jada y más frustrada aún, no era lo que yo quería escuchar, me
fui pensando que yo no necesitaba un Grupo ni a un alcohólico
anónimo, sin embargo, al tropezarme con el espejo se me vinie-
ron sus palabras a la mente, y me observé, fue demoledora la
imagen que se reflejaba; esa no podía ser yo, no quería ser yo,
no me reconocí; la imagen avejentada, abotagada del espejo me
hizo llorar de rabia, de tristeza, de enojo conmigo misma; una
profunda desolación se apoderó de mí, ¿cuándo me había per-
dido, en qué momento de la vida me había convertido en eso?
Al día siguiente volví al Grupo y hasta el día de hoy, me he
mantenido sin beber, recibiendo la guía y dirección de mi padri-
no, disfrutando al lado de mi familia de una vida diferente.
Gracias padrino, y gracias a todos aquellos hombres y mujeres,
que dan su tiempo y lo mejor de ellos mismos para extender su
mano y ayudar a aquél que todavía está sufriendo.
Judith P.
36 Apadrinamiento

El apadrinamiento cambio mi vida


Hola compañeros, esperando se encuentren disfrutando de fe-
lices veinticuatro horas, comento una experiencia sobre el apa-
drinamiento que me cambió la vida.
Toda mi vida había permanecido en estado salvaje, ingoberna-
ble y sin guía, cuando llegué a Alcohólicos Anónimos, suspendí
la bebida, pero aún me sentía con muchas carencias afectivas
y espirituales.
Durante mi niñez mis padres no me habían mostrado afecto,
aunque sí me amaban; ellos habían llegado al DF, provenientes
de un rancho y no estaban acostumbrados a exteriorizar amor
ni afecto.
Cuando llegué a AA, mi padre ya había muerto, pero mi madre
aún vivía, yo sentía la necesidad de abrazarla, besarla y decirle
que la quería mucho, pues a pesar de que ella no me había
exteriorizado su amor, me amaba profundamente y había hecho
milagros para darnos lo básico a mis hermanos y a mí, tanto en
lo material como en buenos valores para ser personas de bien.
Mi alcoholismo me impedía ver todo el esfuerzo que ella hacía
por mí y la soberbia me impedía armonizar con ella sentimen-
talmente, simplemente me resultaba muy difícil decirle que la
quería y que le agradecía mucho todo lo que ella había hecho
por mí, y besarla, así que se lo dije a mi padrino esperando
su ayuda; él me dijo que hasta cierto punto era comprensible
mi dificultad para expresar mis sentimientos con mi mamá, ya
que detrás de mi alcoholismo, había mucha soberbia y también
mucho miedo a expresar mis genuinos sentimientos y dificultad
para dar y recibir amor.
Esas palabras fueron un fuerte golpe para mi ego, pero entendí
que era cierto.
Mi padrino me preguntó, si yo realmente quería superar ese
problema y descubrir una forma más plena y humana de vivir,
mi respuesta inmediata fue que sí. Primero me explicó que la
soberbia impide dar amor real, verdadero y que yo utilizaba una
especie de máscara para fingir emociones y no ser lastimado;
con mi prepotencia, no me sentía digno de dar amor, había caí-
Sección México 37
do en un juego perverso de emociones malsanas y egoístas,
por increíble que parezca, esos juicios y actitudes me impedían
decir un simple: “¡mamá te amo! Yo le dije al padrino que que-
ría intentarlo. Él me sugirió lo siguiente: primero hacer oración,
pidiendo a Dios que me ayudara y que cuando hiciera oración
recordara todo lo positivo que me había dado mi madre; segun-
do, que buscara un momento a solas con ella en que estuviera
relajado y poco a poco conversara de lo agradecido que estaba
con ella, así lo hice. Empecé a conversar con ella y le agradecí
todo lo positivo que me había dado, le dije que si me permitía
abrazarla y ella misma me abrazó, facilitando las cosas, la besé
y me pidió disculpas por no haber expresado su amor de madre
hacia mí, yo también le pedí perdón y le dije que la comprendía
porque las costumbres que ella tenía y que yo también, nos lo
habían impedido. A partir de ese momento tuve conversaciones
y muestras de afecto que jamás había sospechado que pudie-
ra tener con ella; me contó la historia de su niñez, momentos
agradables y desagradables, cosas chuscas con las que reímos
mucho, cosas de sus hermanas y de mis abuelos que descono-
cía, me comentó cosas básicas, como que de jóvenes, ella y mi
papá cantaban y tocaban guitarra y, sorpresa, me cantó algunas
canciones.
A partir de esos momentos tuvimos varias conversaciones en
las que por fin nos expresamos mutuamente perdón, explicacio-
nes de actitudes, afecto y cariño. Eso sucedió, unos ocho años
antes de que ella muriera, y si no hubiera sido por mi padrino,
me hubiera perdido de los momentos más preciosos con mi ma-
dre.
El padrino me enseñó, que los prejuicios que me impedían dar
amor y ser sincero, sólo estaban en mi corazón, y que con buena
voluntad, realmente era fácil romperlos. Afortunadamente, esa
enseñanza me permitió también acercarme sin mayor problema
con mis hijos, besarlos y abrazarlos, darles confianza y decirles
lo mucho que los amo, y ellos tampoco tienen problemas para
expresar sus sentimientos.
Los problemas todo el tiempo existen, pero con afecto y buenos
sentimientos son mucho más llevaderos. Me parece que ahora
expreso mucho mejor mis sentimientos y que soy un poco más
38 Apadrinamiento
capaz de dar y recibir amor.
Por lo anterior, agradezco profundamente a mi padrino, ya que
un alcohólico como yo, siempre requiere guía para vivir mejor y
para bajarle a la soberbia.
Anónimo
Sección México 39
Me costo trabajo pedirle a un compañero
que me apadrinara
Para mí no fue fácil llegar a apadrinarme, tuvieron que pasar
casi tres años. Después de sentir que estuve a punto de beber
y de sufrir sin poder encontrar esa vida útil y feliz. El poder tener
la humildad de acercarme a un compañero y pedirle el apadri-
namiento, fue una tarea que me llevó tiempo. Tuve que dejar de
buscar a alguien que estuviera a la altura, así pensaba, mi au-
tosuficiencia y orgullo se interponían para poder ver a los com-
pañeros con una perspectiva de humildad, por mi parte; si no
tengo humildad, nunca, por más que haya, encontraré a alguien
a mi altura. Hoy sé que el padrino, no es aquel compañero que
va a tener la solución a todos mis problemas, mi padrino será
ese compañero en quien deposito mi confianza y al cual le pido
orientación, es aquel alcohólico anónimo, con la experiencia vi-
vida y trascendida que a través del apadrinamiento, me regala
su experiencia para que pueda abrirse un panorama, y primera-
mente, recordar que volver a beber, no será la solución, por el
contrario, de volver a beber, perderé lo poco o mucho avanzado
dentro de Alcohólicos Anónimos, y que a través de la charla
franca y honesta de mi parte, me dará una sugerencia, con base
en sus vivencias.
La decisión siempre será mía, mi padrino, es ese conducto por
el cual yo comienzo a recobrar la confianza y la fe. Primero,
recuperar la confianza nuevamente en el ser humano, poste-
riormente, en Dios, porque Dios, no se presentará ante mí para
ayudarme, cuando pido, Él se vale de personas y situaciones.
En AA, yo lo entendí así, y se manifiesta por medio de mis com-
pañeros de Grupo, a través del intercambio de experiencias,
después, con aquel compañero, al cual le tengo confianza, para
hablar de cosas que aún no puedo expresar en una tribuna, o
que simplemente, aún no puedo externar, si no hay un vínculo
de confianza; es ahí, donde el padrino se vuelve ese conducto
de ayuda, esa ayuda que pido y que se manifiesta por medio del
apadrinamiento.
Ha sido necesario poder ser honesta, para que mi apadrina-
miento funcione, afortunadamente, cuando yo elijo al compa-
40 Apadrinamiento
ñero que hoy se ha convertido en mi padrino, desde hace ya
varios años; lo elegí, no porque no tuviera problemas, o fuera
perfecto, hablara bonito o nunca se equivocara. Recuerdo que
elegí pedirle que me apadrinara, porque cuando escuchaba sus
experiencias, me transmitía tranquilidad, no porque tuviera pro-
blemáticas, sino porque, a pesar de haber vivido cosas difíciles,
y vivirlas aún, me da la confianza en que todo estará mejor. En
esos primeros años en AA, su fe y confianza, fortalecían de la
misma manera mi fe y confianza, muchas veces tambaleante y
precaria.
El apadrinamiento, ha resultado vital para mi recuperación, ha
sido clave para no beber, y me ha dado la pauta para comenzar
a practicar el Programa de AA, porque aunque ya tenía tiempo
dentro de AA, no había encontrado la forma de practicar el Pri-
mer Paso; al platicar y compartir todos esos pensamientos de
reserva para beber con mi padrino, él me pudo regalar su expe-
riencia y dar las sugerencias, gracias a esto, poder externarlo
en tribuna, y comenzar a analizar lo que decía; no ha sido fácil
este tiempo en AA, más difíciles aún, fueron los primeros cinco
años, pero sé que si no me apadrinara, posiblemente, no había
encontrado el camino, ya que lo más probable, es que hubiera
vuelto a beber.
Hoy creo que en verdad el apadrinamiento es muy importante,
la orientación y guía de un compañero de experiencia para que
pueda trascender lo que él ya vivió; primero, el dejar de pelear
con mi enfermedad, y aceptarla; después el aceptar la realidad
sin beber y posteriormente, el poder desear estar dentro de AA,
para poner en práctica nuestros 36 Principios; se dice fácil, pero
para una mente como la mía, me llevó años, sola no puedo, de
eso, hoy también estoy segura.
Afortunadamente, sólo hizo falta algo de sufrimiento innece-
sario, un acto de humildad y acción, compañeros dispuestos,
de buena voluntad y con historial parecido al mío, hay muchos,
sólo hace falta que deje de ver con los ojos y vea con humildad
para poder acercarme a ese compañero que me inspira confian-
za y que sé que tiene la experiencia que me puede ayudar, ya
que somos calcas al carbón y le diga: compañero, quiero pedirte
algo… ¿puedes ser mi padrino?.
Elda A.
Sección México 41

“El apadrinamiento es una válvula de


escape a tus emociones”
Mi llegada a Alcohólicos Anónimos fue desconcertante, pues
sólo creía que me iban a enseñar a beber socialmente; al paso
de los días, la enfermedad del alcoholismo se manifestó nue-
vamente y ¿qué pasó? que en tres meses, ya estaba bebiendo
otra vez. Regresé al Grupo no muy convencido, pero algo me
decía que ese era mi lugar. Al paso de los días, mis dudas y
problemas se habían incrementado, no soportaba la idea de ser
alcohólico de por vida. Mis compañeros me brindaron el apadri-
namiento grupal, día a día se me acercaba uno o, una diferente,
y me ayudaban a entrar en confianza, pero la verdad, yo no les
creía lo que me decían, llegaban oradores de renombre, y mi
desconfianza en el Grupo, me hacía preguntar a esas perso-
nas, resultando más y más confusión. Al paso de los meses, mis
dudas incrementaron mi falta de aceptación; todos los que visi-
taban el Grupo me escuchaban, y uno a uno me sugería cosas
diferentes, el peligro de beber siguió latente y en aumento, más
y más. Conocí al compañero que hoy, en la actualidad, sigue
siendo mi padrino; él nació en el Grupo “Contreras”, igual que
yo, pero en ese tiempo, coordinaba la Revista en el Área e iba
de visita de vez en cuando.
Como los indicios de mi locura incrementaban, me ponía como
loco: lloraba, maldecía y renegaba de Dios y de todo lo bueno de
la vida, hasta que un día, escuché la sugerencia, “el apadrina-
miento es una válvula de escape a tus emociones”, y pregunté,
¿Cómo se pide el apadrinamiento?, me sugirieron lo que viene
escrito en el folleto, y la verdad lo pensaba, pero al ver a mi com-
pañero se me iban las ganas de decirle, pues me daba pena, se
me hacían puras tonterías.
En una ocasión, en un compartimiento ya no me aguanté y le
dije que si podía platicar con él, y dijo que sí; en el pasillo del
Grupo le pregunté: ¿Quieres ser mi padrino?, sentí mucha ver-
güenza, pero era necesario; el padrino me respondió de esta
manera: “Sí, sólo que mi manera de trabajar es así: tienes que
leer la literatura, venir diario al Grupo y tomar un servicio”, le dije
que sí, sólo por ese momento, y sí les confieso, fui obediente,
42 Apadrinamiento
pero por mi falta de aceptación se me ha hecho muy difícil seguir
las sugerencias, pues si me ponía a leer, me quedaba dormido,
luego el padrino me preguntaba y no sabía qué decirle; sí iba
diario al Grupo, pero debido a mi trabajo e inseguridad siempre
llegaba tarde y el servicio, ese sí que me ha costado trabajo,
pues como siempre fui un perezoso e inseguro, pues hasta para
servir café me tuvieron que apadrinar, al paso de los meses, mis
dudas incrementaban, pues como soy contreras, sólo buscaba
al padrino cuando tenía el agua hasta el cuello. Gracias a Dios
que mi compañero siempre ha sido muy paciente, con él lloré,
más bien, le lloré a mi botella, con él hice mi primer informe, con
él fui a mi primera Reunión para recién llegados, en el Área y por
cierto, compartió el Dr. Guillermo Velázquez Sámano; con él fui
a mi primera reunión a Puebla, o sea, parece broma, pero él ha
sido un guía para mí, hasta el día de hoy.
En estos momentos que les escribo, recuerdo lo que hemos
pasado juntos: las tristezas, las alegrías, pérdidas familiares,
angustias, mis quejas, dudas en el servicio y más; todo esto lo
comparto así, pues no alcanzarían hojas para explicarles y con-
tarles lo bien que me la he pasado con este compa.
Mi experiencia me ha llevado a querer cambiar de padrino, pero
hasta ahorita, siempre he regresado con él, pues el día de hoy,
es más un amigo que un compañero; él siempre me ha sugerido
que tome un servicio, cosa que he hecho a regañadientes, pero
así lo he hecho.
En este periodo, tuve la fortuna de coordinar el Comité de Lite-
ratura en el Distrito, y está siendo una experiencia extraordina-
ria. Les deseo veinticuatro horas de sobriedad continua. Hasta
pronto.
Nicolás
Sección México 43

Epílogo
Como ha sido descrito, en los inicios de Alcohólicos Anónimos la
tarea de ir hacia el candidato, transmitirle nuestro mensaje y dar-
le seguimiento, fue parte del Doceavo Paso y del apadrinamien-
to, a fin de que llegara a un Grupo y permaneciera con nosotros.
Con el objeto de reforzar esta práctica, nuestra Conferencia
recomendó reestructurar este folleto y enriquecerlo con expe-
riencias de compañeros y compañeras.
Como podemos darnos cuenta el apadrinamiento ha sido bá-
sico en el nacimiento, crecimiento y fortaleza de los grupos de
toda nuestra querida Comunidad.
En este folleto se comparte la experiencia misma, que pode-
mos retomar veteranos y nuevos miembros, esta tarea es vital
en la práctica de los Tres Legados.
44 Apadrinamiento

Declaración de México
“Somos Alcohólicos Anónimos.
Cualquier Sección, de cualquier Grupo de
Alcohólicos Anónimos puede unírsenos.

Somos responsables sólo ante un Dios


de amor, tal como se exprese en nuestra
conciencia de Grupo.”

Ciudad Netzahualcóyotl, Estado de México, junio 8 de 1997


Sección México 45
46 Apadrinamiento
Sección México 47
48 Apadrinamiento

DEPARTAMENTO
DE DEPARTAMENTO
DISEÑO GRÁFICO DE
INFORMÁTICA
Y PRODUCCIÓN

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