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Bioetica Trabajo de Investigacion Final

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Trabajo de Investigación:

I. INTRODUCCION
El concepto de Bioética representa una nueva disciplina, surgida en los últimos treinta

años, que, estudia la incidencia ética de las nuevas tecnologías sobre el ser humano y

busca adelantarse a los posibles eventos adversos y/o consecuencias de la aplicación

de éstas, de modo y manera que el mundo conquistado por la técnica, no se pierda

para la libertad.

Así se comprende el concepto de Comités de Bioética presentado por Francisco Abel:

“Son instancias o estructuras de diálogo y decisión bioética, que asumen la

responsabilidad de intentar clarificar y resolver racional o razonablemente los conflictos

de valores que se presentan en la investigación o en la práctica clínica”.

Por tanto, los Comités de Bioética son grupos interdisciplinarios para debate y decisión,

en busca de la solución más adecuada para una gran cantidad de conflictos éticos que

se están generando en la prestación de servicios de salud de alta tecnología en la

actualidad, como el mantenimiento artificial de las condiciones vitales, el trasplante de

órganos, la procreación asistida, la terapia génica entre otras tecnologías.

Un punto de relevancia es aquello que afecta en forma colateral, positiva o

negativamente, en consecuencia, de estas intervenciones sobre la condición de

persona humana de los pacientes, cuya esencia es ser “sujeto de derecho, de razón y

de libertad, apta para su autonomía y para una relación de trascendencia”.

La medicina de hoy en muchas ocasiones se encuentra ante la disyuntiva de escoger

entre utilizar sus recursos o limitarlos en favor del respeto a la persona humana,

conflicto por el cual han surgido disciplinas como la Bioética, siendo una de sus

herramientas principales los Comités de Bioética.

La creación de esta disciplina se fundamente en la dinámica constante de la medicina,

siendo una de las áreas donde más se ha sentido la tensión entre la ciencia y la ética,

básicamente alterando la relación médico paciente. Los adelantos en tecnología y

conocimientos científicos acompañada de la compleja administración de los servicios

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de salud, han irrumpido en el acto médico de tal forma que se siente un

desplazamiento muy importante del aspecto humano de la atención, basado en la

necesaria buena relación que predominaba anteriormente entre el médico y el paciente

para aprovechar al máximo el poco arsenal diagnóstico y terapéutico con que se

contaba.

El personal de salud, hoy forma parte de un equipo multidisciplinario, y debe concentrar

sus energías en la adquisición de habilidades para manejar o interpretar las nuevas

tecnologías y actualizar sus conocimientos, además de estar pendiente de los aspectos

administrativos que impone un trabajo organizado bajo sistemas de salud; aunque los

resultados alcanzados son mucho más efectivos que antes, ha quedado de lado el

espacio para la comunicación cálida y amigable con el enfermo.

Por su parte el paciente de hoy no es el actor sumiso, confiado y tolerante del ayer,

sino alguien que exige el servicio como un derecho, que indaga por la calidad de éste,

puesto que es un servicio que paga y no está dispuesto a aceptar calladamente sus

fallas.

El respeto a la dignidad del enfermo, consiste en que, por encima de la posibilidad

tecnológica de la medicina, y del sistema de organización administrativa con que se

presten los servicios, se tenga primero presente su condición de ser humano, el cual

consiste en poder seguir actuando bajo sus creencias más sublimes y costumbres más

arraigadas, o lo que se denomina Proyecto de Vida Individual. Un cambio obligado a

éste, necesario para que la intervención médica logre vencer una enfermedad mediante

un tratamiento determinado, debe ser bajo su autorización consciente y razonada, no

importando su condición social, cultura, sexo, raza o lenguaje.

En este contexto se presenta el presente trabajo de investigación con el fin de

desarrollar las bases teóricas inherentes a la conformación del Comité de Ética y la

situación actual a nivel país.

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II. DESARROLLO

2.1 Historia de la Bioética en la Medicina:

Bioética es un término nuevo, que no había sido escrito nunca en ninguna lengua antes
del inicio de los años setenta del siglo pasado. La palabra inglesa Bioethics, localizada
por primera vez en literatura, fue usada por el oncólogo estadounidense Van
Rensselaer Potter. Bioethics es una palabra compuesta por bio, vida, y ethos, ética, o
mejor dicho, reflexión sobre los comportamientos humanos.

En efecto Van Rensselaer Potter, en su artículo, Bioethics, the Science of the Survival,


vislumbraba un preciso campo de acción. Según su percepción la especie humana
estaba entonces cada vez más en riesgo por el así llamado desarrollo tecnológico, que
guiaba las opciones muchas veces tomadas en contra del hombre no solo
directamente, sino también indirectamente, a través de un ataque brutal a todo el
sistema ecológico, motivo por el cual veía en la Bioética la ciencia de la supervivencia.

En aquel tiempo, de igual forma en todo lo concerniente a la cuestión de la energía


nuclear, se percibía en el ambiente un catastrofismo, arraigado en la mente humana
después de las heridas de la segunda guerra mundial, que había demostrado la
realidad de las capacidades destructivas del género humano en su máxima
concepción, gracias a los sucesos de Hiroshima y Nagasaki con la bomba atómica.

Por otro lado, era sumamente cercana la experiencia de los crímenes nazistas, puestos
al desnudo con el juicio de Nuremberg, como los experimentos indiscriminados, la
eugenética, la eutanasia, y todo lo descubierto, con lo cual habían sido suprimidas no
solo muchas libertades, sino el vehículo mismo a través del cual se ejercita la libertad,
es decir la vida física, brutalizada, o suprimida, en nombre de una ciencia y de un
pensamiento al máximo materialistas, reduccionistas y niquilistas, que requerían de ser
cancelados a través de una fuerte reflexión sobre el significado mismo de la vida.

Fue así que en la época prehistórica de la bioética, cuando aún no existía el nombre,
se dejaba oír ya en el mundo cultural un fuerte pensamiento de toma de conciencia,
que venía descripto apropiadamente por las reflexiones del filósofo Hans Jonas, que
giraba en torno al ser de tipo ontológico su principio de responsabilidad. 

También en el ámbito científico, que en aquellos años veía en los principios de la


evolución y en todas sus derivaciones bio-sociológicas una novedad, comenzaron a
hablar con insistencia de ética del evolucionismo, de moral de la socialidad o de la
simpatía, y de una defensa de la vida con raíces propias de la física evolutiva de la vida
misma, en las analogías encontradas incluso en el mundo animal, con una primera
consistencia en el fundamento biológico, al grado de hablar de biomoralidad, término
que fue encontrado por primera vez publicado en 1969.

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En los años sesenta se había acentuado la postura que prevalecía inmediatamente
después de la segunda guerra mundial, en parte por los motivos ya recordados, de
desconfianza en la positivista certeza del progreso ofrecido por la ciencia y la técnica, y
se comenzaba a preguntar con insistencia si la división en las dos culturas, por una
parte la científica y por la otra la humanista, habría sido beneficiosa y sobre todo
pudiera beneficiar en el futuro, al género humano.

Fue así que Potter en 1971, publicaba el volumen Bioethics: a Bridge totheFuture,


donde sostenía que el rol principal de la bioética debía consistir en un puente
construido hacia el futuro, en el cual se debía pensar en la supervivencia de una vida,
por la cual era necesario buscar una calidad más que aceptable; pero el puente tendría
que, para alcanzar su objetivo, conectar y finalmente acercar la cultura científica y la
cultura humanística.

Potter siempre la explicaba a la bioética como una nueva disciplina


contemporáneamente reflexiva sobre los datos biológicos y los valores humanos. … He
elegido bio para representar el conocimiento biológico, la ciencia de los sistemas
vivientes; y he elegido ética para indicar el conocimiento de los sistemas de valor .
Potter se insertaba en la perspectiva ecológica y de la evolución.

Dejando a un lado los puntos de reflexión a propósito de la ética de la vida en todas las
corrientes de pensamiento de la antigüedad, queremos recordar el indudable aporte
dado a las problemáticas de las cuales al día de hoy se ocupa la Bioética, por parte de
la cultura y el pensamiento cristianos.

Rol no secundario ha tenido, y en algún sentido tiene todavía, la tradición de la


reflexión teológico-moral, sea ella de postura deontológica, o bien basada en el
Decálogo, o bien de postura teleológica basada en las virtudes. En efecto las
problemáticas morales planteadas por la vida física, la salud, la enfermedad, la
medicina, hasta la primera mitad de los años 50 del siglo XX, formaban parte de la
exclusiva reflexión de la teología moral de la Iglesia católica, que confluían a menudo
en manuales, en todo el Occidente.

En este sentido tuvo un rol decisivo el magisterio del Papa Pío XII, que a través de sus
discursos escritos, transmitidos por radio, y recogidos en el discurso a los médicos,
publicado en 1959 en muchas circunstancias dirigido directamente a los operadores
sanitarios y en particular frente a los consejos médicos sobre las problemáticas
entonces emergentes de la sexualidad, de la procreación, de la responsabilidad
profesional, del aborto, de la inseminación artificial, de la valoración de la muerte, de la
eugenética, de la eutanasia, de los transplantes, por mencionar algunos representa al
día de hoy un precioso instrumento.

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A mitad de los años cincuenta del siglo pasado, en Estados Unidos, el teólogo
protestante J. Fletcher encendió un debate con su libro Morals and Medicine, en el cual
sostenía la importancia de la libertad de cada quien de autodeterminarse, en base al
principio de autonomía. Fueron inmediatas las respuestas de teólogos católicos e
incluso de otro teólogo protestante, P. Ramsey, en el refutar la tesis del libro, que con
una radical contestación cambiaba el peso de las soluciones morales.

Ciertamente se había abierto una grieta importante sobre todo por aquello que había
sido hasta entonces la relación médico-paciente, un paternalismo que a Fletcher le
parecía ya fuera de lugar, y se invocaba con gran voz el derecho de conocer la verdad
sobre el diagnóstico, el derecho de control sobre la paternidad y la maternidad con la
contracepción y la esterilización, el derecho de vencer a la esterilidad con la
inseminación artificial y el derecho de morir con la eutanasia.

Todas estas instancias serán recuperadas sucesivamente sobre todo por los
bioeticistas que se remitirán a una Bioética liberal, también llamada laica.

Nos encontramos ahora frente a otro de los pioneros de la Bioética, Andre Hellegers,
ginecólogo y obstetra de origen holandés que fundó en Washington, al interior de la
Universidad de Georgetown, en 1971, The Joseph and Rose Kennedy Institute for the
Study of the Human Reproduction and Bioethics. Hellegers focalizó su atención, a
diferencia de la idea originaria de Potter, en los problemas y las instancias puestas por
los dilemas de la medicina, como la reproducción humana, el control de la natalidad, las
políticas demográficas, y concibió la bioética como una disciplina que integra y sintetiza
los conocimientos médicos y éticos.

A Hellegers hay que atribuirle el suficiente mérito; en efecto, institucionalizó el término


Bioética, no solamente insertándolo en la denominación del instituto que fundó, sino
también introduciendo la disciplina al campo académico, en la didáctica, la
investigación, e insertándolo en el campo de las ciencias biomédicas, de la política y de
los medios masivos de comunicación. La herencia de Hellegers, en contraste con
la herencia de Potter, para usar el término de la bilocación dada por Reich, prevaleció y
prevalece hasta nuestros días.

Mientras Potter veía en la Bioética un “puente entre biología y ética”, con una
aproximación global a todos los componentes de la vida, no solo de índole médico,
Hellegers difundió un concepto de bioética como “puente entre medicina, filosofía y
ética” con una metodología interdisciplinar, que según este último habría llevado al
clínico-bioeticista a ser más experto que el moralista tradicional en los problemáticos
dilemas respecto a la vida, la salud y la enfermedad.

Al día de hoy la Bioética que prevalece sigue en gran medida la herencia de Hellegers,
con su opción médica, si bien no deja de lado el importante rol desempeñado por

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Potter, que con su Bioética Global ha aportado una notable contribución al tomar en
consideración las problemáticas de la biosfera también en relación a la calidad de la
vida física del hombre y ha llevado al nacimiento de la ética ambiental.

A propósito de los primeros años de la Bioética es necesario dar un pequeño paso


atrás, para recordar que en 1969 en Nueva York era fundado por el filósofo D. Callahan
y el psiquiatra W. Gaylin el Hastings Center o bien el Institute of Society, Ethics and the
Life Sciences, con la intención de proveer una normativa que regulara las
experimentaciones, que en dicho período se desarrollaban sin ningún control e incluso
sin escrúpulos.

Ya sea el Hastings Center que el ahora llamado Kennedy Institute of Ethics son hasta


nuestros días dos instituciones a la vanguardia en el estudio de las problemáticas
Bioéticas. Desde sus inicios han tenido como colaboradores a eminencias de la ciencia
y de la cultura, como P. Ramsey, notable teólogo protestante, llamado por Hellegers a
enseñar en su centro y cuyas lecciones confluyeron en dos volúmenes que
contribuyeron a hacer conocer la Bioética en Estados Unidos: Thepatient as
person y Fabricatedman, ambos publicados en 1970.

En el Kennedy Institute of Ethicsson numerosos los centros de investigación y


formación, numerosas las publicaciones, los libros y revistas; numerosos también las
voces autorizadas de docentes e investigadores que han pasado por sus instalaciones
a lo largo de los años, algunos nombres, como el de E. Pellegrino, que junto  a D.C.
Thomasma, ha puntualizado en la óptica de la ética de las virtudes la compleja relación
médico-paciente y de W.T. Reich, curador en 1978 de la primera edición de la
monumental Encyclopedia of Bioethics. 

Deben ser recordados en el área estadounidense los bioeticistas T.L. Beauchamp y


J.F. Childress, autores del libro Principles of Biomedical Ethics, que ha dado inicio a la
doctrina del principialismo, que ha tenido y continúa teniendo éxito como una de las
posturas más seguidas en campo bioético, no obstante haya recibido numerosas
críticas, sobre todo por la falta de un fundamento en los mismos principios. Otros
numerosos centros comenzaron entonces a constituirse en todo Estados Unidos, en las
universidades, hospitales, y simultáneamente en Canadá.

En el resto del mundo comenzaron de igual forma a surgir centros e institutos en los
diversos continentes, así como en muchas naciones de América Latina, que dieron
lugar a publicaciones, revistas y libros, que en esta circunstancia no traemos a colación
por razones de espacio.

Recordamos solamente la actividad del Center for Human Bioethics de la Universidad


de Melbourne en Australia, dirigido por Peter Singer, uno de los mayores interlocutores
del debate bioético a nivel internacional que ha incorporado a muchos seguidores en

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torno a sus teorías laicas, libertarias y de tinte utilitarista. Singer, es al mismo tiempo
codirector de la revista “Bioethics” de la International Association of Bioethics.

En Europa, en cambio, aunque se cuenta con la tradición ética, filosófica y teológica


mucho más fuerte, y precisamente a causa de ello, los centros de Bioética tuvieron
dificultad en ponerse en pie y llegaron con cierto retraso.

En España fue fundado en 1975 el primer Centro de Bioética en Europa,


específicamente en Barcelona, el Instituto Borja de Bioética, dirigido por F. Abel, que
había sido colaborador de Hellegers. Numerosas personalidades enseñaron e hicieron
investigación en este instituto; entre otros, además de Abel, recordamos a Manuel
Cuyas, que contribuyó a exportar el debate bioético a Francia e Italia, donde enseñó
Bioética en la Universidad Gregoriana y la Academia Alfonsiana.

En Madrid, donde también existía una fuerte tradición humanista en el campo


académico de las ciencias médicas y clínicas, debemos señalar, en la Universidad
Complutense, al Departamento de Medicina Preventiva, Salud Pública e Historia de la
Ciencia dirigido por Diego Gracia, autor entre otros de un volumen exitoso, apreciado
en todo el mundo, sobre los fundamentos de la bioética, escrito a la luz de la
impostación personalista y fenomenológica de los filósofos españoles Delgado y Zubiri.

Si tomamos el nombre Bioética de sus orígenes,  de su significado, entre etimología y


hermenéutica, entre tradición y actualidad, en la tentativa de indagar el origen,
improbable en la sustancialidad, pero posible en su forma y formalidad, si bien con el
esfuerzo de acercarnos a su objetividad, nos hemos necesariamente confundido en sus
figuras, en algunas imágenes, que forman parte de la historia, que también hemos
buscado de delinear, y junto a ella hemos tocado algunas interpretaciones, de aquello
que debemos entender por bioética.

La Bioética continúa hasta nuestros días inmersa en la historia, quizás como nunca,
dados los problemas a menudo graves presentes en el debate cotidiano, y no es
materia del presente artículo adentrarnos en problemáticas que ya forman parte de la
vida, no solo cultural, sino de todos los días. Ellas forman parte de aquella vida por la
cual la Bioética está allí para re-descubrir los valores y tutelarla.

La Bioética está aquí también para interrogarse sobre su identidad, desde el momento
que muchos la ponen en discusión. En efecto, han sido diversos los rechazos respecto
a esta disciplina que entonces no era bien vista en diversas perspectivas culturales.
Basta pensar en las contrariedades afrontadas por muchos estudiosos de las diversas
disciplinas que posteriormente han tenido que constituir la interdisciplinariedad misma
de la Bioética, determinando precisamente en la integración de la disciplina de origen
un saber de índole teórico y práctico que pudiera hacer hablar, dialogar entre ellas, las

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disciplinas científicas, en particular biomédicas, con las humanísticas, y en particular la
filosofía, en una conciencia del todo.

Muchos teólogos no reconocen aún hoy la Bioética, desde el momento que piensan
que sus problemáticas pueden englobarse en el ámbito de la teología moral, que desde
siempre, como decíamos, se ha ocupado de vida física, si bien no todos los moralistas
son de la misma opinión.

La obstinación a la acogida de la bioética ha sido fuerte no solamente en campo


teológico, sino también en campo biomédico. No es materia de la presente exposición
el afrontar el problema de muchos científicos, que ven en esta disciplina una
intromisión impropia de la ética en lo que ellos llaman libertad de investigación, sino
que queremos hablar de los médicos, en particular de los clínicos, que al día de hoy, en
muchos casos, creen poder resolver los dilemas de la clínica, no solamente los
técnicos, sino también morales, a través de la intuición, que, dada la complejidad de los
problemas, creemos que ya no es suficiente.

Tampoco estamos de acuerdo con aquellos clínicos que consideran que la bioética es
un pleonasmo de la deontología y de la ética médica, que existen desde la Antigua
Grecia, y que no es necesaria una enseñanza de la bioética a nivel académico, desde
el momento que debe ser el médico clínico el que enseñe, en el ejercicio de la práctica
clínica, cómo se deban afrontar los dilemas de las cuestiones morales.

En 1972, el clínico Luigi Condorelli, eminente figura que ha dado brillo a la escuela
clínica italiana a nivel internacional, sostenía que: ha ido decayendo fuertemente la
preparación ética de los jóvenes que estudian medicina: preparación que mas bien
debería ser particularmente cuidada si se quiere salvar la espiritualidad de las más
humana de las profesiones (1).

En el seno de la nueva disciplina se han suscitado debates profundos en torno a lo que


desde 1974 se denominó «el debate sobre los principios de la bioética». En esa época
el Congreso de Estados Unidos creó la Comisión Nacional para la Protección de los
Sujetos Humanos de Investigación Biomédica y del Comportamiento con el objetivo de
identifi car los principios que debían normar la investigación en seres humanos y las
ciencias de la conducta.

En ese entorno se publicó en 1978 el «Informe Belmont» donde se visibilizaron tres


principios éticos: el respeto a las personas, la benefi cencia y la justicia. Tom L.
Beauchamp y James F. Childress publicaron en 1979 la obra Principios de ética
biomédica, en la que reformularon estos principios, naciendo así la teoría principialista
cuya base son los principios: no maleficencia, beneficencia, autonomía y justicia, que
posteriormente retomó T. Engelhardt en Los fundamentos de la bioética (1986), Diego

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Gracia en Fundamentos de bioética (1989) y Guillon en sus Principios de ética en
atención a la salud (1993).

A partir de su promulgación estos principios han abierto una profunda discusión con
otras corrientes de la bioética acerca de su validez y práctica así como su carácter
prescriptivo.3 Juan Carlos Siurana incide en que «el principialismo defi ende la
existencia de algunos principios generales… que deben ser respetados cuando se
plantean confl ictos éticos en la investigación o en la práctica clínica».

El primer principio es sobre la autonomía que implica que los seres humanos son libres
y gozan de la capacidad de realizar acciones en su vida biológica y social. Para
Beauchamp y Childress el individuo autónomo es el «que actúa libremente de acuerdo
con un plan autoescogido».

Eso implica necesariamente una racionalidad y una conciencia del signifi cado de la
vida y las cosas que giran a su alrededor así como una voluntad de hacer. Un sujeto no
autónomo es aquél que no puede vivir sin ayuda de los demás, ejemplo de ese tipo de
persona son los enfermos incapacitados o terminales. Mas la autonomía implica
grados, es el caso de los niños y adultos que tienen diferentes autonomías.

En ese sentido, habría que considerar a los ciudadanos versus los sujetos sin derechos
políticos como los recluidos por algún delito, pero que nunca dejan de ser personas, tal
y como señala Martha Tarasco «ontológicamente, sin importar las eventualidades
externas, el hombre es persona».

En la medicina la autonomía no tiene grados sino intención, es decir, en la práctica


médica hay siempre una acción autónoma consciente y refl exiva sobre lo que se hace
y cómo se hace, lo que conduce al segundo principio: la no maleficencia, que puede
sintetizarse como no hacer daño a los demás.

Esto último en un ámbito amplio con una gama extensa de acciones y posibilidades
como no defraudar la confianza, no mentir, no dañar la reputación del otro y lo más
importante, no causar daño por acción u omisión a los demás, ya sea ocasionando una
lesión o practicando una cirugía innecesaria, incluida la negligencia profesional.

El principio de la beneficencia obliga a ofrecer el mejor bien posible; sin embargo, su


búsqueda no puede ser una acción voluntaria, sino una exigencia ética que conlleva
siempre riesgos y beneficios al realizar una acción con el fi n de producir un beneficio.

En el caso de la salud, implica ponderar la justicia como un principio guía, sobre esto,
la máxima de Ulpiano acerca de «dar a cada uno lo suyo» es una regla difícil de
cumplir cuando hay escasez como sería el caso de una epidemia de AHN1 y no hay
sufi cientes vacunas para todos.

Beauchamp y Childress entienden que la justicia sólo puede ser distributiva,


comprendida como «la distribución imparcial, equitativa y apropiada en la sociedad,

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determinada por normas justificadas que estructuran los términos de la cooperación
social».

En ese entorno políticas públicas, instituciones, disciplinas y médicos son responsables


de la aplicación de la bioética que ha repercutido en campos del conocimiento como la
historia al plantear temáticas que no se pueden soslayar en el inicio del siglo XXI.

Por ello, la historiografía de la medicina tiene grandes retos si desea cumplir con la
meta de explicar los contextos y las problemáticas sociales donde se desarrolla la
medicina (2).

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2.2 Principios de la Bioética en la Medicina:
Los principios de la Bioètica descriptas en la literatura son los siguientes:

• Respeto a la autonomía: Establece la necesidad de respetar la capacidad de las


personas para tomar decisiones. Es la regulación personal, libre de interferencias
externas y limitaciones personales que impiden hacer una elección. Significa
simplemente que si voy a actuar de una forma ética y moral, debo elegir por mí mismo
lo que voy a hacer.

Por supuesto puedo recibir consejo de los demás, y ser objeto de presiones o
persuasiones que provienen de fuentes externas, pero a la hora de la verdad, debo
decidir y elegir por mí mismo. Es solo entonces cuando aquello que he hecho se me
puede imputar, por lo tanto es un acto mío, de tal modo que soy responsable de ello,
así como digno de elogio o culpa34.

La autonomía está unida con la libertad de acción independiente de influencias y con la


capacidad de actuar intencionadamente. La persona autónoma diferencia los deseos
de primer orden o preferencias básicas y de segundo orden o superior y está en
capacidad de rechazar los primeros para elegir los segundos. El respeto a la autonomía
implica que las acciones autónomas no deben ser controladas ni limitadas por otros y
reconoce el derecho que todo ser humano tiene a controlar su destino.

La autonomía del sujeto, reconoce la dignidad humana y su piedra angular es el


consentimiento informado (CI) a los sujetos en la relaciónmédico paciente en las
decisiones en las cuales está por medio la vida. El CI es percibido como un proceso
que se da dentro de las relaciones terapéuticas dinámicas, cuyo objetivo es construir
un ambiente propicio para que las elecciones del paciente se tomen libremente. De
esta manera se protege el derecho a la autodeterminación y se capacita al paciente
para que tome una decisión informada.

• No maleficencia: Es, según Beauchamp y Childress, la obligación a no hacer daño o


mal intencionadamente, de prevenirlos, evitarlos o rechazarlos y de hacer o promover
el bien. Este principio prevalece sobre el de beneficencia, porque no permite hacer
daño a otros para salvar vidas y evita causar daños y perjuicios.

La no maleficencia se diferencia de la beneficencia en que la primera es de signo


negativo: no causar daño o mal, mientras que la Beneficencia es de signo positivo:
prevenir el daño o el mal, evitarlos o rechazarlos, promover y hacer el bien. •
Beneficencia. Es la adjudicación de beneficios, el análisis perjuicio beneficio y costo
beneficio. No causar daño es insuficiente.

La beneficencia impele a contribuir con el bienestar y ayudar a las personas de manera


activa. Es “la obligación moral de actuar en beneficio de otros. […] impone una
obligación de ayudar a otros a promover sus importantes y legítimos intereses”. La

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beneficencia puede ser positiva y útil: la beneficencia positiva protege, defiende los
derechos de otros, previene el daño y contribuye, mediante actos positivos, al bien y a
la realización de los demás, sin confundirlo con el paternalismo médico que atenta
contra el principio de respeto a la autonomía. La utilidad equilibra beneficios e
inconvenientes, beneficios, riesgos y costos.

• Justicia: Es el conjunto de “normas que garantizan la distribución justa de beneficios,


riesgos y costes”39. La justicia distributiva busca solidaridad social, mediante la
distribución igual, equitativa y apropiada no solo de bienes materiales, sino de derechos
y responsabilidades en la sociedad, para evitar discriminaciones e injusticias y
promover la aplicación de lo correcto y debido.

La justicia, debe ser entendida como un derecho exigible a un mínimo decente de


atención sanitario dentro de un marco de distribución que incorpore, de modo
coherente, normas utilitaristas e igualitaristas.

La Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación,


la Ciencia y la Cultura, Unesco, en el 2005, aprobó la Declaración Universal sobre
Bioética y derechos humanos que en los artículos 3 al 17, definió los 15 principios de la
bioética, así:

1. Dignidad humana y derechos humanos.

2. Beneficios y no efectos nocivos.

3.Autonomía y responsabilidad individual.

4. Consentimiento.

5. Protección para personas carentes de la capacidad de dar su consentimiento.

6. Respeto de la vulnerabilidad humana e Integridad personal.

7. Privacidad y confidencialidad.

8. Igualdad, justicia y equidad.

9. No discriminación y no estigmatización.

10. Respeto de la diversidad cultural y del pluralismo.

11. Solidaridad y cooperación.

12. Responsabilidad social y salud.

13. Aprovechamiento compartido de los–des

14. Protección de las generaciones futuras

15. Protección del medioambiente, la biosfera y la biodiversidad (3).

12
2.3 Conformación del Comité de Bioética:

Los modelos éticos y científicos para llevar a cabo la investigación biomédica en seres
humanos, han sido desarrollados y establecidos en guías o normas internacionales
como la Declaración de Helsinki, las Guías éticas internacionales para investigación
biomédica, que incluye a humanos, y las Guías para buenas prácticas clínicas.

El cumplimiento de estas ayuda a asegurar que se promuevan la dignidad, los


derechos, la seguridad y el bienestar de los participantes en la investigación, y que los
resultados de los estudios realizados sean creíbles. Por otra parte, intentan facilitar y
apoyar la revisión ética en todos los países del mundo y están basadas en un examen
minucioso de los requerimientos y en una evaluación ética de las prácticas existentes.

Las implicaciones éticas de la investigación científica están ampliamente


documentadas en la historia de la humanidad. Desde la ocurrencia de los atroces
experimentos con humanos en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, en los
cuales estuvieron implicados no pocos médicos y científicos, la humanidad, o al menos
una parte de ella, comprendió la necesidad de regular éticamente la investigación
científica, de manera que salvar la condición humana en el contexto de la investigación
médica se convirtió en objetivo crucial de los científicos, siempre fomentando la
experimentación y protegiendo los derechos de las personas expuestas a la
investigación.

Como parte de los intentos de regular la investigación en seres humanos, la comunidad


científica elaboró diferentes códigos de ética que pretenden legitimar los derechos de
las personas o sujetos de investigación. Estos códigos han evolucionado con los años,
y si bien la mayoría de ellos se han originado en el campo de las ciencias médicas y de
la salud, actualmente existe una conciencia universal de que toda investigación
científica debe respetar la dignidad humana, los derechos humanos y las libertades
fundamentales.

La existencia de estos códigos y su conocimiento no garantizan la regulación ética de


la investigación científica per se. Si bien estos trazan pautas generales a seguir, su
puesta en práctica debe estar respaldada por legislaciones nacionales y por estructuras
institucionales que se responsabilicen con su aplicación y supervisión.  

Los comités de ética de la investigación (CEI) son ejemplo de esas estructuras, en


espacios como las universidades, institutos, empresas y entidades, donde se promueve
la investigación científica, así como también se forman y desarrollan futuros
investigadores.

El primer requisito para establecer un Comité de Bioética es asegurarse de su


necesidad. Esto porque su organización y funcionamiento exigirá esfuerzos

13
permanentes, tiempo y recursos de todo tipo, que deben justificarse. Por ello en
general los Comités de Bioética Clínica solo funcionan en hospitales de segundo y
tercer nivel que por su tecnología avanzada puedan requerir frecuentemente este tipo
de apoyo.

En tanto que los Comités Bioéticos de Investigación son claramente necesarios y


obligatorios en las instituciones donde se realiza investigación con pacientes. En
cuanto a sus integrantes, el comité debe ser pluralista respecto al área representada
(científica, ética, comunitaria e institucional).

El científico con los profesionales de la salud de los diferentes servicios y expertos en


el tema a tratar; el ético que puede incluir los bioeticistas, filósofos, teólogos,
sociólogos, entre otros. El área de la comunidad la pueden representar los pacientes o
el comité de usuarios, representantes de la sociedad. La institución puede tener sus
representantes, incluyendo abogados (que ven los aspectos jurídicos tanto de la
institución como de los pacientes) e inclusive representantes de la administración y
trabajadores sociales (4).

2.4 Funciones del Comité de Bioética:


Los Comités de Bioética son grupos interdisciplinarios para debate y decisión, en busca
de la solución más adecuada para una gran cantidad de conflictos éticos que se están
generando en la prestación de servicios de salud de alta tecnología en la actualidad.
Las funciones del Comité son identificar, formular, articular, analizar y resolver
eventuales problemas relacionados a investigaciones e intervenciones sobre la vida, la
salud, el medio ambiente, las políticas referentes a la Bioética el registro y
asesoramiento a los comités del área, con el fin de proteger la vida del ser humano, su
dignidad, identidad, integridad y libertades fundamentales con respecto a las
aplicaciones de la biología, la medicina, las ciencias de la vida y las tecnologías
conexas aplicadas a seres humanos (4).

14
2.5 Avance a nivel nacional: Sectores implicados. Perspectivas a futuro.
La Comisión Nacional de Bioética del Paraguay-CONABEPy, es un órgano consultivo,
plurinstitucional, multidisciplinaria y pluricultural, no vinculante y de alcance nacional, en
vigencia desde el año 2017.

El rol principal de la CONABEPy consiste en asesorar a los diferentes estamentos del


Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social como a otros Organismos del Estado, así
como a organizaciones constituidas y representativas de la Sociedad Civil, en asuntos
referentes a la Bioética.

Su función también consiste en asesorar en los diferentes aspectos de la Bioética


suscitado por el avance de la ciencia y la tecnología; realizar y/o desarrollar reflexiones
éticas sobre los aspectos de la ciencia y tecnología que se considere de relevancia;
velar por el respeto de la dignidad humana, la igualdad de derecho, y el trato   justo y
equitativo para la seguridad y el bienestar de las personas que participan en
investigaciones.

Además es de su competencia elaborar informes, relatorías y/o recomendaciones


acerca de los conflictos éticos existentes en el campo de la vida desde una perspectiva
amplia, que tenga importancia para la preservación de la biomedicina, biotecnología,
biodiversidad y el respeto a la dignidad humana, de la relación del ser humano con el
Medio Ambiente o de acceso a los avances y progresos del conocimiento en las áreas
de la salud y tecnología.

En consideración a las funciones que debe cumplir, han realizado capacitaciones


internacionales, organizaciones de Foros, Participación en Seminarios / Cumbre de
Comisiones Nacionales de Bioéticas entre otras, según consta en el Orden del Día.

La Comisión Nacional  de Bioética del Paraguay está formada por profesionales de las
ciencias de la salud, ciencias sociales o humanidades y Derecho, lo que enriquece
mucho la visión y da complementariedad a la mirada. Actualmente consta de diez
miembros titulares y diez miembros suplentes (5).

Se cuenta con publicaciones respecto a la cronología de la bioética en el Paraguay,


RELATO DE LOS HECHOS CRONOLÓGICOS

 En el año 1990 se realiza el Primer Curso de Bioética en la Facultad de Medicina de


la Universidad Católica de Villarrica, siendo disertantes la Dra. Julia Rivarola, el Dr.
Daniel Domini y el P. Alberto Bertachini.

 En el año 1991 se inicia la Cátedra de Deontología con temas bioéticos en las


carreras de enfermería y obstetricia del Instituto Andrés Barbero de la Universidad
Nacional de Asunción (UNA) coordinada por la Dra. Julia Rivarola. Posteriormente se
abre la Cátedra de Bioética en dicha Institución hasta la actualidad, siendo docente la

15
citada profesional y la Prof. Dra. Imelda Martínez de Núñez.

 En al año 1993 se crea el Comité de Ética Hospitalaria de la Cruz Roja Paraguaya


que

realiza estudios de dilemas ético clínicos y cursos al personal.

 En el año 1994 se crea el Comité de Bioética de la Cátedra de Pediatría de la


Facultad de Ciencias Médicas-UNA, encabezado por el Prof. Dr. José Luis Delgadillo,
para estudiar los dilemas éticos que se suscitaban en los pacientes internados.

 En el año 1994 se realiza el Primer Seminario de Bioética del Instituto de


Investigaciones en Ciencias de la Salud, UNA (IICS).

 En el año 1995 se funda la Asociación Civil Pro-bioética con el P Alberto León, la


Dra.Marta Ascurra, Eduardo Aquino y otros profesionales. Fue concebida como una
institución de estudio, análisis y la capacitación en temas de Bioética.

 En el año 1998 la Asociación de Profesores de la Facultad de Ciencias Médicas-UNA


invita a la Prof. Elena Lugo de Puerto Rico, a iniciar cursos anuales sobre Bioética y de
allí surgieron los miembros del Comité de Bioética del Hospital de Clínicas, FCM-UNA.

 En Los días 19 al 20 de Junio de 1998 se realiza la Primera Jornada de Bioética con


la Prof. Phd Elena Lugo de Puerto Rico y disertantes paraguayos.

 En el año 1999 comienza sus actividades el Comité de Bioética del Círculo


Paraguayo de Médicos, coordinado por el P. Alberto León e integrado por diversos
profesionales del área de la Salud. Este Comité tuvo una actuación preponderante por
varios años realizando 63 cursos y estudios de algunas leyes y el lanzamiento del
Libro: “Pautas en Cuidados Intensivos”.

 En el año 1999 se efectúa la Segunda Jornada de Bioética con la Phd. Elena Lugo.

 Por Resolución de fecha 27 de Marzo del año 2000, Acta nº 2174 del Consejo
Directivo de la FCM-UNA, se da un comienzo al Comité de Bioética del Hospital de
Clínicas encabezado por el Prof. Dr. Enrique de Mestral y conformado en forma
multidisciplinaria por varios profesionales e integrado por la Prof. Dra. Imelda Martínez
de Núñez, Dra. Julia Rivarola, Dr. Javier Giménez, Dra. Elena de Mestral, Dr. Hugo
Bianco, Dr. Umberto Mazzotti, Prof. Dra. Miriam Riveros y la Lic. Norma Chaparro.

 Los días 16 al 18 de Agosto del 2000 se realiza la Tercera Jornada con la Phd. Elena

Lugo.

 En Los días 1 al 2 de Noviembre del 2000 se realiza la Jornada Médica y Ética con el
Magíster Patricio Mena de Chile, organizado por el Comité de Bioética del Hospital de
Clínicas conjuntamente con FEDAVIFA, SEAVI, el Instituto Tomas Moro.

16
 En el 2001 se inician Talleres para la conformación de la Comisión Nacional para el

desarrollo de la Bioética auspiciado por Programa Regional de Bioética de la OPS.

Los miembros fueron nombrados por Resolución No.1140 del 14 de Octubre del 2004
del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social, coordinado por la Dra. Marta Ascurra
e integrado por profesionales de diversas áreas que representaban a varias
instituciones.

 Los días 4 y 5 de Mayo del 2001 se lleva a cabo la Cuarta Jornada de Bioética con la
Phd. Elena Lugo.

 Los días 8 a 9 de Julio del 2002: Quinta Jornada de Bioética con la Phd. Elena Lugo.

 En año 2003 se crea el Centro Paraguayo de Bioética (CPB) coordinado por el


Filósofo

José Manuel Silvero. Es un espacio interdisciplinario de investigación, divulgación y

debate de temas y cuestiones bioéticas.

 Se realiza el 1er. Encuentro de Bioética y Cuestiones Sociales el 22 de Julio del 2003


en San Lorenzo, organizado por el Centro Paraguayo de Bioética.

 En el año 2003 nace el Comité de Bioética del Instituto del Cáncer cuya coordinadora
fue la Dra Elena Osnaghi

 En ese mismo año se crea el Comité de bioética del Hospital Nacional de Itauguá,
coordinado por la Mag. Magdalena Tatter.

 El Comité de Bioética del Instituto de Previsión Social empezó a reunirse a partir del
año 2003, el primer objetivo fue la formación de dicho Comité, a través de
presentaciones, discusiones, reflexiones y lecturas sobre el tema de Bioética, intra-
comité.

 El Comité de Bioética del IPS (Instituto de Previsión Social), se creó por Resolución
del Consejo de Administración del IPS N° 054-0531/06, como órgano de staff u órgano
de De Mestral E et al.

 64 asesoría de la Dirección Médica del Hospital Central y dependiente


administrativamente de ella. Su primera Coordinadora fue la Dra. Sara Florentín.
Posteriormente lo dirige la Prof. Dra. Imelda Martínez de Núñez, desde el 15 de
Diciembre del 2011.

 Posteriormente, se realizaron una serie de actividades tendientes a fortalecer el


Comité de Bioética. Se crea el Estatuto, se realizan jornadas junto a otros Comités,
además de

17
talleres. Y a partir del 2004 se van realizando Jornadas dirigidas a los médicos,

enfermeras, administrativos y a toda persona de buena voluntad.

 Se empieza a dar Clases de Bioética con casos clínicos a los residentes de las
grandes

especialidades troncales: Clínica Médica, Gineco-obstetricia, Pediatría, Cirugía. Esta


tarea educacional ha sido encomendada al Comité de Bioética por la Universidad
Católica de Asunción.

 Este año 2004, el Comité de Bioética comienza a ser conocido. Se discuten varios
casos con dilemas éticos surgidos en la praxis diaria del Hospital.

 En el año 2004 inicia sus actividades el Comité de Bioética del Hospital Barrio
Obrero.

 El 30 de Julio del 2004 se realiza la conferencia “Desafíos mayores en la Bioética


hoy”,

organizado por el Comité de Bioética del Instituto de Previsión Social (IPS), con la
colaboración del Comité de Bioética del Hospital de Clínicas.

 En el año 2004 se efectúa la Primera Jornada Nacional de Bioética organizada por la

Comisión Nacional para el desarrollo de la Bioética.

 En el año 2005 se realiza el VI Congreso Brasilero de Bioética y el I Congreso del


Mercosur y Forum de la Red de Bioética UNESCO, realizado en Foz de Iguazú con
participación activa de varios miembros de los diferentes comités del Paraguay.
Durante el foro Red Bioética UNESCO se le nombra a la Dra. Marta Ascurra como
miembro asesor de la red.

 También en este año Universidad Católica de Asunción (UCA) crea el Centro de


Estudios Bioéticos encabezado por el Pro. Silvio Súarez y el Dr. Rosalino Pinto y
lanzan la Revista Bioética con varios números, con artículos nacionales e
internacionales sobre temas éticos.

 En el año 2005 se crean las Cátedras de Ética Médica y Bioética en la Facultad de

Ciencias Médicas de la UNA y en la Universidad del Pacífico, materia de grado ubicada


en el 2do curso con una carga horaria semestral de 60 horas, encabezadas por el Prof.
Enrique de Mestral y con la colaboración de otros especialistas en Bioética.

 En el año 2005 se redacta la Declaración sobre Anticoncepción de emergencia por el

Comité de Bioética del Hospital de Clínicas.

18
 En el año 2006 se efectúa el I Congreso de Bioética Personalista en un Mundo
Globalizado organizado por el Consorcio de Médicos Católicos. Los disertantes fueron
el

An. Fac. Cienc. Méd. (Asunción) / Vol. 47 - Nº 2, 2014

65

Mons. Elio Sgreccia de Italia y varios bioeticistas de la escuela personalista


provenientes

de Chile, Argentina e Italia.

 En el año 2006 el Prof. Dr. Enrique de Mestral y la Dra. Julia Rivarola conjuntamente
con

la Dra. Nestar Robledo de Stark y el Consorcio de Médicos Católicos del Paraguay


reciben

el Premio Tomas Moro por la amplia trayectoria en la tarea a favor de la Bioética, del

respeto a la vida humana en nuestra sociedad en los ámbitos académicos, sanitarios,

culturales, políticos y legislativos

 En el año 2007 se efectúa la II Jornada Nacional de Bioética organizada por la


Comisión

Nacional para el desarrollo de Bioética.

 Se funda el 3 de abril de 2007 ante Escribano Público la Asociación de Estudios


Bioéticos

(AEB) cuyos objetivos son los siguientes: Fomentar el respeto a la dignidad de la


persona

y promover la defensa de la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural.

Promover la formación en Bioética, no solo de sus miembros, sino extenderla a todos


los

interesados, programando jornadas, seminarios, congresos, cursos de pre y post grado

universitarios. La enumeración no es taxativa ni limitativa ya que la asociación podrá

dedicarse a toda otra actividad lícita y sin finalidades de lucro.

 El 16 de Noviembre del año 2010 se realiza el II Encuentro de Bioética y Cuestiones

Sociales: “La Sociedad que deseamos o la sociedad que construimos?” Organizado por

19
el

Centro Paraguayo de Bioética.

 En el año 2011, miembros del Comité de Bioética del Hospital de Clínicas participan

activamente con temas presentados al VII Congreso Latinoamericano y del Caribe de

Bioética en Santiago de Chile.

 En el año 2011 se realiza el “XVI Congreso Internacional de Ciencia y Vida”


organizado

por la Asociación de Estudios Bioéticos y por la Universidad Libre Internacional de las

Américas con disertantes de España y de países Latinoamericanos. Hubo amplia

participación de la ciudadanía.

 La Asociación de Estudios Bioéticos (AEB) participa en Cursos, Conferencias,


Talleres, en diversos Congresos de Medicina Interna, Tisiología, Pediatría,
Gerontología, Medicina Familiar, Nefrología, Medicina Paliativa, SOCIEM (Estudiantes
de Medicina), Congreso de Derecho Médico, Congreso SEAVI, FEDAVIFA y otros.

 Actualmente hay docencia de bioética en forma curricular en la Facultad de Medicina


y Enfermería de la Universidad Nacional de Asunción, Universidad Católica de
Asunción

(UCA), Universidad Pacifico (UP), en facultades de Coronel Oviedo, de Concepción y la

Universidad Católica de Ciudad de Este (UC).

 En el año 2013 y 2014 varios miembros de los diversos Comités de Bioética están

enfrascados en aportes para los anteproyectos de leyes de la creación de la Comisión

Nacional de Bioética, de la Voluntad Anticipada y de los Cuidados Paliativos


presentados

en la Cámara de Diputados.

 Del 2 al 5 de Junio de 2014 varios miembros de la Asociación de Estudios Bioéticos y

alumnos de Post Grado de Bioética participan de la “44º Asamblea de la OEA”


celebrada

en Luque, Paraguay (6).

El perfil de los integrantes de la Comisión Nacional de Bioética deberá ser de


profesionales e investigadores en áreas científicas, de las ciencias sociales o

20
humanidades, ciencias exactas, expertos en bioética, ética global, ética hospitalaria,
ética de la investigación y miembros de la sociedad civil que representen diversos
campos del pensamiento y las moralidades así como la diversidad cultural.

21
III.CONCLUSIONES

La historia de la medicina ha desarrollado líneas de investigación, iniciando en los años


70 del siglo XX formalizando los principios bioéticos principales: no maleficencia,
beneficencia, autonomía y justicia que acompañan a la medicina y a su práctica
médica.
La historia de la medicina debe abonar al estudio nuevas líneas historiográficas donde
las preguntas del método histórico sirvan para construir investigaciones históricas que
reflexionen y sean comprensibles para la sociedad, temáticas como la historia de la
dignidad humana, la historia del acto médico, la historia de los comités de bioética, la
historia del final de la vida o la historia de la experimentación en animales y humanos.
Por tanto, la bioética fue considerada como un intermedio entre la ética propiamente y
las ciencias biológicas, actualmente un campo de practica amplio.
Hottois la considera como un conjunto de investigaciones, de discursos y prácticas,
generalmente pluridisciplinarias y pluralistas que tienen como objeto aclarar y, si es
posible, resolver preguntas de tipo ético, suscitadas por la investigación y el desarrollo
biomédicos y biotecnológicos en sociedades individualistas, multiculturales y evolutivas.
También es considerada como un movimiento de ideas, una metodología de
confrontación interdisciplinaria entre ciencias biomédicas y ciencias humanas, una
articulación de la filosofía moral o una disciplina autónoma con una función propia no
normativa, aunque conectada con otras disciplinas y sustentos teóricos éticos y
filosóficos, entre los cuales están principialismo, la ética kantiana y la teoría de los
derechos humanos.
La bioética está dotada de un amplio catálogo de principios: respeto a la autonomía, no
maleficencia, beneficencia, justicia, dignidad humana y derechos humanos, beneficios y
no efectos nocivos, autonomía y responsabilidad individual; consentimiento, protección
para personas carentes de la capacidad de dar su consentimiento, respeto de la
vulnerabilidad humana e Integridad personal, privacidad y confidencialidad; igualdad,
justicia y equidad, no discriminación y no estigmatización; respeto de la diversidad
cultural y del pluralismo; solidaridad y cooperación; responsabilidad social y salud,
aprovechamiento compartido de los beneficios; protección de las generaciones futuras
y protección del medioambiente, la biosfera y la biodiversidad; prevalencia,
indivisibilidad y la inviolabilidad de los derechos humanos y de las garantías
fundamentales; valoración de la dignidad de la persona humana y el respeto por el
pluralismo étnico, religioso, de género y cultural; búsqueda de la erradicación de la
pobreza y de la marginación así como la reducción de las desigualdades sociales y
regionales; promoción del bien general, sin perjuicios de origen, raza, sexo, género,
color, credo y edad.
Todos los principios de la bioética son guías de acción u orientaciones, para tomar
decisiones frente a las situaciones dilemáticas relacionadas con la vida, en todas sus
manifestaciones y planos: la naturaleza, las personas y los ámbitos social, político,

22
jurídico y económico; la bioética, por lo tanto, estudia esos problemas y elabora, si no
respuestas, por lo menos procedimientos, para aportar soluciones.
En un sentido más amplio la bioética puede considerarse como un conjunto de
prácticas, saberes y epistemologías que tienen como objetivo aclarar y resolver dilemas
bioéticos, construir una ética civil y por ende un mundo donde haya sociedades justas,
democráticas, respetuosas de la diversidad y el pluralismo cultural.
Es claro que como reflexión, discurso o práctica, ha sobrepasado la relación médico
paciente y hoy participa del debate ético sobre todos los problemas relacionados con la
vida y no solo de los seres humanos, sino de los animales y el medioambiente.
La bioética, como conjunto de cuestiones con una dimensión ética, cumple un papel
decisivo en un mundo con una cada vez mayor intervención tecnocientífica en los más
variados ámbitos de la vida. Procura un mundo mejor, un mundo donde son inevitables
las sociedades pluralistas que exigen no solo discursos, sino prácticas que respeten la
diversidad y, sobre todo, los proyectos individuales de felicidad. Su finalidad es
contribuir al estudio y reflexión de problemas morales ligados con biomedicina, la vida y
el medioambiente y dar lineamientos éticos fundados en los valores de la persona y la
dignidad reconocida en los derechos humanos.
En síntesis, la bioética, como práctica multidisciplinaria e interdisciplinaria, tiene la
vocación de aclarar, de manera multilateral, los problemas bioéticos en sociedades
individualistas, pluralistas, multiculturales y con los más diversos intereses; investiga y
reflexiona problemas éticos originados por la tecnología y procesos biomédicos;
procura perfeccionar reglas, principios, procedimientos, métodos e instituciones para
ayudar a explicar, resolver problemas y recomendar para la toma de decisiones;
promueve consensos prácticos en los asuntos de difícil acuerdo y formula consensos
que respeten la libertad de pensamiento y la diversidad de creencias y, lo más
importante, pone en el centro de sus preocupaciones a la persona humana y a sus más
preciados derechos: vida, individualidad, libertad, autonomía y dignidad.
La utilidad de los Comités de Bioética, radica en el apoyo al ejercicio de la medicina
científica de hoy bajo parámetros éticos caracterizados por la autonomía del paciente y
el respeto a los valores morales individuales y sociales que puedan ser afectados.
Finalmente se reitera que hoy en día el comité de bioética debe ser parte fundamental
de la prestación de servicios de salud de alta tecnología, a fin de garantizar el
componente ético para con los pacientes, los profesionales y la sociedad.

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Bibliografía

1. Casillas González, Eduardo. (2017). Por una historia de la Bioética. Revista


Médica Electrónica, 39(5), 1171-1179. Recuperado en 28 de noviembre de 2021,
de http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1684-
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2. Sánchez-Rosales G y col. • Historia, medicina y bioética: los retos historiográfi
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3. Universidad El Bosque • Revista Colombiana de Bioética. Vol. 8 No 2 • Julio-
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4. https://www.hospitalitaliano.org.ar/multimedia/archivos/noticias_attachs/3841.pdf
5. https://www.conacyt.gov.py/La-Comision-Nacional-Bioetica-del-Paraguay-llevo-
cabo-su-primera-reunion-ano
6. De Mestral E et al. • Historia de la Bioética en Paraguay. An. Fac. Cienc. Méd.
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7. https://www.ip.gov.py/ip/ministerio-de-salud-crea-comision-nacional-de-bioetica/
8. The Nuremberg Code, 1949. Available
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9. Council for International Organizations of Medical Sciences. International Ethical
Guidelines for Biomedical Research Involving Human Subjects. Geneva.
CIOMS/WHO, 2002. Available at: www.cioms.ch.
10. Marques J, Marques Mejías M. Funcionamiento de los comités de ética en
investigación en Venezuela 2007-2010 ¿Hemos avanzado algo? Gac Méd
Caracas, 2011; 119 (1):63-69.        [ Links ]

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