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Trayectoria Poética de Miguel Hernández

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Trayectoria poética de Miguel Hernández.

La evolución de su poesía

TRAYECTORIA POÉTICA DE MIGUEL HERNÁNDEZ: LA EVOLUCIÓN DE SU POESÍA

La obra de Miguel Hernández. Introducción

La producción literaria de Miguel Hernández, poeta y dramaturgo, se sitúa desde el 1929 hasta

el 1941. En la poesía de los felices años 20, el autor muestra sus preocupaciones humanas y las

vanguardias contrarrestan con el Modernismo. Durante los años 30, surge una posición

comprometida del artista, que convierte sus vivencias en poesía y se rehumanizan los

contenidos poéticos.

Es una figura romántica, porque lucha a favor del amor, de la justicia y de la libertad y defensa

al hombre y a su pueblo.

Naturaleza, Hermetismo, Plegaria (1929-1934)

Prehistoria literaria

Los primeros poemas de Hernández son en su mayoría de arte menor. Los versos son

combinados libremente o siguen las formas tradicionales de la poesía popular. Los temas son

muy variados pero casi siempre están relacionados con la vida campestre.

Se observa una gran capacidad para la percepción del mundo bucólico pastoril y para expresar

las sensaciones que le provoca el paisaje de su tierra. Sin embargo, un cierto desenfado le lleva

a la creación léxica. Esta habilidad le conducirá al gongorismo. También influyen poetas del

Siglo de Oro, del Romancero, de Rubén Darío y de Juan Ramón Jiménez. En ellos, descubre el

gusto por la Naturaleza, el bucolismo y la exaltación vital.

Son muy abundantes las escenas mitológicas, los ambientes orientales, el amor y el sexo.

Perito en lunas

En esta obra destaca la influencia gongorina, poesía pura y reduccionismo al modo cubista.

Aparecen adivinanzas poéticas, dominan las formas culteranas y se observa un

desbordamiento de la imaginación.
Perito en lunas es el libro más complejo y en él, el neogongorismo aparece como vía de una

poesía renovadora. Miguel Hernández aprende a transformar la realidad en palabra poética a

través del cultivo de la metáfora gongorina y busca darse a conocer.

En los primeros años, pasó desapercibido por la crítica y se le consideró como una

autosuperación juvenil; no obstante, en esta obra se muestra que es un experto manejando la

metáfora y las imágenes y que sabe establecer relaciones entre la realidad y la palabra.

El momento de inflexión: Los Silbos (1933-1935)

En esta época, se abre un amplio bloque de composiciones que se puede dividir en varias

etapas:

 Primer Silbo vulnerado: un conceptismo cristiano

La obra es influida por la religión y por Ramón Sijé. Miguel Hernández cambia en esta etapa la

figura de Góngora por la de Quevedo.

 Segundo Silbo vulnerado: hacia la “poesía impura”

Hernández comienza el camino de la “poesía impura” que se “rehumaniza”.

 Tercer Silbo vulnerado o Imagen de tu huella: antesala de El rayo que no cesa

Miguel Hernández accede a la imaginería taurina y es influenciado por Pablo Neruda y Vicente

Aleixandre.

En 1935, los poetas del 27 y Hernández con ellos, comenzarán el camino de la

“rehumanización”, con lo que se alejan de la “poesía pura”.

La “poesía

impura” de Neruda, tuvo una gran repercusión i marcó un nuevo camino para él y con Vicente

Aleixandre, Hernández madurarà definitivamente su voz poética adentrandose de una forma

novedosa en el amor.

Amor, Amistad, Poesía impura (1934-1936)

Miguel Hernández se adentra en el descubrimiento del amor.


Existía un distanciamiento con su esposa Josefina Manresa y el autor dedica muchos poemas

amorosos a María Cegarra, la primera de las mujeres que le afectó. Este se trató de un amor

no correspondido, pues ella no se interesó por el poeta.

Con la pintora Maruja Mallo sí tuvo una relación carnal pero a causa de las infidelidades

mostradas por la misma, Miguel reanudó su relación con su esposa.

La mayoría de poemas del rayo que no cesa, tenían como fondo sus experiencias con Maruja

Mallo y su amor no correspondido hacia María Cegarra y solamente tres van dedicados a

Josefina Manresa, a modo de reproche.

El rayo que no cesa

Son poemas de amor y desamor en tono trágico o dolorido. Para el autor, el amor humano es

visto como un destino trágico y presiente la muerte como algo inmediato.

Como fuentes literarias inspiradoras, destacan Lope de Vega, Garcilaso, Gongora, Quevedo y el

surrealismo de Aleixandre y Neruda.

Poesía de Propaganda y combate: El choque con la historia (1936-1938)

Viento del pueblo

Los poemas de esta obra fueron naciendo a causa de los acontecimientos bélicos de la época.

El autor, suele ponerse como testimonio social y intenta ser una voz de una conci

encia colectiva buscando una poesía útil que llegue al corazón del pueblo llano.

En Viento del Pueblo, hay pasión desbordada, esperanza, optimismo, cantos épicos, arengas y

poesía de combate, directa y mediatizada por la realidad que vive el poeta y su pueblo. Son

poemas de guerra escritos en las trincheras y en el campo.

Una poesía de urgencias y de circunstancias donde aparecen sentimientos colectivos y

solidarios, que el autor canta desde dentro.

El hombre acecha

Estos poemas están escritos en un tono pesimista porque la guerra está a punto de perderse

por el bando republicano y tienen un acento doloroso por el comportamiento de los hombres
que es cruel e injusto, aunque al fin, hay un impulso de solidaridad. Miguel Hernandez

reflexiona sobre la brutalidad de la guerra entre hermanos.

Teatro de urgencia y compromiso: al servicio de la causa republicana

Poesía Íntima y Carcelaria (1938-1941)

Cancionero y romancero de ausencias

Los primeros poemas empezó a escribirlos cuando estaba escribiendo El hombre acecha,

motivados por el nacimiento de su primer hijo y su posterior fallecimiento.

En esta obra, se observa la capacidad de sufrimiento del autor y una inclinación por la muerte.

La guerra está perdida y la muerte de su hijo destruye la esperanza en el hombre y su felicidad.

Más tarde, cuando su segundo hijo nace, el poeta vuelve a ser feliz y aparece una

rehumanización definitiva donde Miguel Hernandez exalta el amor, la libertad de su hijo y la

dignidad humana.

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