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Trastornos de La Conducta Alimentaria.

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Los Trastornos de Conducta Alimentaria (TCA) son trastornos psicológicos graves que

conllevan alteraciones de la conducta alimentaria. La persona afectada muestra una fuerte


preocupación en relación con el peso, la imagen corporal y la alimentación, entre otros. Esta
enfermedad crónica es más frecuente en adolescentes y mujeres jóvenes, en consecuencia,
a ella se produce la malnutrición por déficit, lo cual afectará a todo el organismo y al
funcionamiento cerebral, lo que conlleva el trastorno mental. Los TCA comprenden a:

Anorexia nerviosa (AN):

• 1% de prevalencia.
• Grupo etario: adolescentes o juventud, poco probable en la infancia y después de los
40 años.
• Aumento en los prepúberes y varones de riesgo.

Bulimia nerviosa (BN):

• 2 – 4% de prevalencia.
• Su comienzo es más tardío que la AN.

Este trastorno es multifactorial por lo cual se deben tratar todos los factores que estén
afectado al paciente.

Factores biológicos:

Genéticos:

• Mayor probabilidad de desarrollo en el sexo femenino.


• Vulnerabilidad familiar.
• Explica entre el 60 – 70% de la vulnerabilidad en el caso de AN.

Neurotransmisores:

• Se presentan alteraciones en la percepción del hambre y saciedad.


• Alteraciones en los neurotransmisores que participan activamente en la regulación de la
homeostasis energética (serotonina, dopamina, noradrenalina).
• Alteraciones en los péptidos implicados en el control de la ingesta.

Factores individuales, familiares y culturales:

Sexo:

• Mayor prevalencia de padecer TCA en el sexo femenino.

Edad:

• Adolescencia principalmente.
Presión social y cultura de la delgadez:

• Delgadez extrema, relacionada con la belleza, el éxito o la aceptación social.


• Medios de comunicación y publicidad.
• Moda de vestir.
• Miedo a la obesidad.
• Productos adelgazantes.

Características personales:

• Pérdida de control de los impulsos.


• Perfeccionismo.
• Baja autoestima.
• Depresión.
• Ansiedad.
• Obsesividad con el verse delgada.
• Dificultad con manejo de emociones.

Características familiares:

• Familias conflictivas.
• Separaciones.
• Crisis no normativas.
• Antecedentes de obesidad en la madre.
• Sobreprotección en la primera infancia.
• Falla de establecimientos de límites.

Insatisfacción de la imagen:

• El estilo de vida forma parte del proceso de alimentación y de las emociones son las que
moldean la conducta alimentaria.

Criterios para diagnosticar TCA:

CRITERIOS SEGÚN CIE-10:

Anorexia nerviosa (F50.0):

Para diagnosticar debe considerar los siguientes criterios:

• Pérdida de peso significativo, un IMC de < 17.5 kg/m2.


• Evita el consumo de “alimentos que engordan”. (generalmente hacen referencia a CHO)
• En mujeres amenorrea y varones pérdida del interés y de la potencia sexual.
• Distorsión visible de la imagen corporal.

Bulimia nerviosa (F50.2):

Se diagnóstica si están presentes los siguientes criterios:

• Preocupación por la comida.


• Deseos irresistibles de comer.
• Al consumir grandes cantidades de comida en cortos periodos de tiempo presenta polifagia.
• Vómitos autoinducidos.
• Usos y abuso de laxantes.
• Ayuno.
• Consumo de supresores del apetito, extractos tiroideos o diuréticos.
• Miedo morboso de engordar.

CRITERIOS SEGÚN DSM-IV-TR:

Anorexia nerviosa (307):

• Tipo restrictivo: No existen atracones o purgas de alimentación.


• Tipo compulsivo/purgativo: Si existen atracones o purgas de alimentación, al igual recurre
a vómito autoinducido, abuso de laxantes y uso de diuréticos o enemas).

Bulimia nerviosa (307.51):

• Tipo purgativo: Se autoinduce el vómito y usa y/o hay consumo de laxantes, diuréticos o
enemas en exceso.
• Tipo no purgativo: Prácticas de ayuno, ejercicios intensos, no se autoinduce el vómito de
manera frecuente, no hay un abuso de consumo de laxantes, ni usa diuréticos o enemas en
exceso.

Evolución y pronóstico:

Para obtener un pronóstico más efectivo se recomienda el tratamiento de manera precoz. Se puede
decir que un tercio de los pacientes tiene mejoría parcial indicando una gran fragilidad o recaídas
más o menos graves. También un tercio de los pacientes tiene un mal pronóstico.

Complicaciones agudas de los TCA:

• Metabólicas: Hipotermia, deshidratación, hipomagnesemia, hipocalemia, hipoglicemia, etc.


• Cardiovasculares: Hipotensión, bradicardia, arritmia insuficiencia cardiaca congestiva, etc.
• Neurológicas: Atrofia cerebral, convulsiones, actividad autónoma alterada, etc.
• Hematológicas: Anemia normocrómica o ferropénica, leucopenia, esofagitis, RGE, etc.
• Renales: Azoemia prerenal, insuficiencia renal crónica o aguda.
• Endocrinológicas: Retraso del crecimiento y desarrollo puberal, disminución de
gonadotropinas, estrógenos y testosterona, aumento cortisol, etc.
• Músculo esqueléticas: Calambres, debilidad muscular, fractura por estrés, etc.
• Gastroenterológicas: Hinchazón de glándulas salivales, caries dentales, retraso en el
vaciamiento gástrico, estreñimiento agudo, RGE, etc.
• Inmunológicas: Infección bacteriana.
• Dermatológicas: Acrocianosis, pelo y uñas quebradizas, pérdida de pelo, lanugo, signo de
Russell.

Objetivos de la evaluación nutricional:


• Cuantificar la repercusión de conductas anormales de alimentación y de la malnutrición
que acompaña a algunos pacientes.
• Identificar los pacientes con riesgo de sufrir complicaciones por los trastornos
nutricionales.
• Valorar la necesidad de hospitalización cuando la desnutrición se convierte en un
peligro inminente para el paciente.
• Seleccionar la mejor forma de intervención nutricional de acuerdo con el tipo de grado
de malnutrición.
• Determinación del grado de salud desde la nutrición por lo cual se debe hacer una
valoración nutricional completa.

Valoración nutricional:

• Historia clínica:
o Cambios de peso máximo y mínimo, dimensión de rechazo al incremento del peso,
deseo obsesivo de perder peso, distorsión de la imagen corporal, etc.
o Ingesta alimentaria (cuali-cuantitativos), horarios de alimentación, hábitos de
alimentación, etc.
o Encuesta alimentaria: anamnesis de 3 días (análisis de ingesta de nutrientes,
identificar deficiencias, horarios de comida, consumo de agua, etc.)
o Episodios bulímicos.
o Existencia de vómitos, abusos de fármacos, atracones o purgas de alimentación.
o Historia menstrual: menarquía, ciclos, episodios de amenorrea, etc. Valoración de
la función sexual y reproductora, consumo de anticonceptivos.
o Área de la emoción, alteraciones o pensamiento alterados.
• Análisis de ingesta:
o Comportamiento de la ingesta (actitudes, comportamiento, hábitos y patrón de
ingesta).
• Examen físico:
o Aspecto triste y/o demacrado.
o Resaltes óseos marcados.
o Atrofia muscular.
o Piel agrietada, seca, pigmentada.
o Palmas y plantas amarillentas.
o Lanugo.
o Alteraciones dentarias.
o Bradicardia, arritmia, hipotensión.
o Entre otras.
• Medidas antropométricas:
o Pérdida superior al 10% en 6 meses o 5% en un mes.
o Perímetro braquial para valorar la composición de masa grasa y muscular.
o Pliegues cutáneos para valorar la composición grasa y conocimiento actual del
estado nutricional, valoración de fluctuaciones de peso.
Requerimientos energéticos:

Formula de Schofield peso y talla:

• Se coincide en iniciar la nutrición artificial con no más del 70% del GER estimado.
Para un IMC el gasto energético seria de 1.000 Kcal.
• Se recomiendan de 30 – 40 kcal/kg/día.
• Calcular el eso ajustado o peso real, NUNCA el ideal.
• En presencia de desnutrición grave se debe recurrir a calorimetría indirecta
(ecuaciones con corrección del estado hipometabólico) o 25 kcal/kg/día.
• Como objetivo es a ganancia de peso de 1 – 1,5 kg por semana y luego 200 a 400g
por semana hasta llegar al peso mínimo saludable.
• Para la ganancia de peso son necesario entre 70 – 100 kcal/kg/día.
• En mantenimiento de peso y para mantener un crecimiento y desarrollo adecuado
aportes de 40 – 60 kcal/kg/día.
• Proteínas entre 1 – 1,5g por kilo (12 – 20% de las calorías totales).
• Hidratos de carbono 50% de las calorías totales.
• Lípidos entre 1 – 1,5 g/kg/día.
• Un aporte de glucosa en la nutrición enteral que no exceda los 4 – 5 mg/kg/minuto.

Educación nutricional:

Esta educación va a desempeñar un rol fundamental al contribuir a que el paciente


modifique sus actitudes frente a la comida, pierda sus miedos y recupere su patrón de
alimentación normal favoreciendo a su recuperación nutricional. Sus objetivos son los
siguientes:

• Mejorar la actitud y comportamiento frente a la comida.


• Alcanzar un número de comidas adecuado.
• Mejorar la ingesta de macro y micronutrientes.
• Lograr una mejoría en el estado nutricional.
• Mejorar el patrón alimentario cumpliendo con la ingesta recomendada de grupos de
alimentos.
• Disminuir prácticas de medidas compensatorias: autoinducción del vómito,
atracones, consumo de fármacos, etc.
• Aclarar sobre mitos y errores que condicionan o limitan a la alimentación por miedo.

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