Actividad 1 - Investigacion
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ECONOMÍA
ACTIVIDAD
1
Reporte de Investigación 15%
EL COMUNISMO Y CORPORATIVISMO POR LOS QUE HA
TRANSCURRIDO LA SOCIEDAD Y COMPARARLOS CON LA
SITUACIÓN ACTUAL
GRUPO: 4-
A
CARRERA: INGENIERÍA EN FECHA: , FEBRERO DEL 2022
ADMINISTRACIÓN
¿Qué es el comunismo?
El comunismo surge como una crítica al sistema capitalista que promovía la acumulación del capital
como mecanismo para generar riqueza, la propiedad privada de los medios de producción y la utilización
del mercado como mecanismo de asignación de los recursos. De acuerdo al comunismo, el capitalismo
es el responsable de la desigualdad e injusticia social. Esto provoca que se genere una gran brecha
entre las clases sociales. De esta forma, propone la propiedad conjunta de los recursos productivos de
modo tal que no exista una división entre ricos y pobres.
Las bases del comunismo fueron desarrolladas por Karl Max y Friedrich Engels a fines del siglo XIX.
Karl Max fue un filósofo y economista alemán que desarrolló la idea de que el capitalismo
generaba una opresión que derivaría en una guerra de clases sociales y una posterior
revolución. Sus principales obras relacionadas con el comunismo son: Manifiesto del Partido
Comunista (en coautoría con Engels) y El Capital.
Friedrich Engels fue un filósofo, dirigente político y revolucionario alemán quien mantuvo una
larga amistad y colaboración con Karl Max. Compartían la crítica al sistema capitalista y
desarrollaron en conjunto la obra “El Capital”.
El comunismo de Platón. Una de las primeras descripciones del proto-comunismo se encuentra
en un diálogo de La República de Platón. Lo que se llamó el comunismo platónico supone si no
la supresión por lo menos la limitación drástica de la familia con la educación colectiva de los
niños, así como la sumisión de toda propiedad privada a la propiedad de la ciudad. El error de
Platón, según Aristóteles, es querer unificar al exceso la ciudad, suprimiendo todo lo que separa
a los individuos para acabar en una unión de fusión, como el que desean los amantes en el
discurso de Aristófanes. Esto sería desconocer que la enemistad se funda sobre una irreductible
alteridad. Platón piensa teóricamente el comunismo esencialmente para la clase dirigente de la
sociedad, esto sería con el fin de terminar con la corrupción que era acostumbrada en todo
gobierno. En resumen, Platón buscaba acabar con toda corrupción en el estado a través de su
ideología.
La historia del comunismo está sumamente unida al pensamiento que los filósofos alemanes
Karl Marx y Friedrich Engels desarrollaron en el siglo XIX. Estos vieron al comunismo como el
estado óptimo, la Socialización de los medios de producción. Para Marx, sólo después de que
la humanidad fuese capaz de producir en exceso, la propiedad privada se desarrollaría de
forma masiva y permanente. Sin embargo, en Occidente, el comunismo era una idea de una
sociedad basada en la propiedad común, idea que se remonta incluso desde la Antigüedad
clásica.
Su forma moderna como un movimiento político de masas surgió en Europa con el movimiento
de los trabajadores durante la Revolución industrial. En el siglo XIX el ascenso del comunismo
como una idea política fue expresada por Marx, que desarrolló el Marxismo, y Friedrich Engels,
que desarrolló la concepción moderna de comunismo como el resultado de una revolucionaria
lucha de clases entre el proletariado y la burguesía. La primera vez en donde un Partido
Comunista logró obtener el poder fue en la Revolución rusa de 1917. El marxismo-leninismo
surgió como la bandera principal del comunismo en la política mundial, de la mano de Lenin.
Posteriormente surgieron otras corrientes comunistas como el Maoísmo, que acentúa el papel
de la clase campesina como los agentes de revolución.
El viejo debate sobre el comunismo revivió con más fuerza en parte por las protestas realizadas en
Colombia contra la reforma tributaria del presidente Iván Duque, en las que se le exigía al Estado que
otorgara mejores condiciones económicas, sociales y de salud en un país con una tasa de desempleo
del 14,4 %, según el más reciente informe del Departamento Administrativo Nacional de Estadística
(Dane).
Las posteriores protestas contra el Gobierno de Miguel Díaz-Canel en Cuba, considerado uno de los
últimos fortines del comunismo en el mundo, avivaron aún más la discusión y las críticas hacia este
modelo.
La nación de hoy en día dista mucho de la que alguna vez Mao Zedong dirigió hace 71 años, cuando
implementó políticas marxistas centradas en el sector campesino. El Estado chino de hoy cuenta con uno
de los sectores bancarios más fuertes y prósperos del mundo y con un sector industrial que exporta e
importa a un nivel igual o mayor que el de Estados Unidos, principal referente del capitalismo mundial.
Aunque existe la propiedad privada y una sociedad de consumo similar a la de los Estados capitalistas,
el PCCh mantiene un control que va más allá de lo político y se extiende a lo económico. El partido
controla las entidades bancarias, las industrias más importantes de la nación, el Internet y el sistema
educativo. Pocos son los sectores que escapan al control del poderoso partido político.
Basset destaca que China ha cambiado totalmente de proyecto político desde la época de Deng
Xiaoping, quien impulsó una reforma económica conocida como ‘Reforma y apertura’. Tiene un sistema
que, pese a ser controlado verticalmente, no corresponde para nada a lo que fue el comunismo de la
época de Mao Zedong.
“De hecho, ni siquiera hay mucha referencia al comunismo como tal en el discurso oficial chino por más
que el partido se siga llamado Partido Comunista y más bien hay un discurso nacionalista más que
comunista”, destaca el experto.
En lo referente a ‘exportar su modelo’, Jaramillo señala que Pekín no tiene la intención de meterse en la
política de terceros Estados. Resalta que tanto China como Rusia han defendido el principio de la no
injerencia y no condicionan ayudas a cambios en la política interna de terceros países.
En medio de la jornada de paro nacional en Colombia contra la reforma tributaria del Gobierno de Duque
se hicieron más fuertes las voces de quienes exigían reformas a la educación, la salud y una forma más
equitativa de redistribuir los beneficios económicos para beneficiar a los sectores más pobres del país.
Pero estas exigencias fueron catalogadas por muchos, en especial por los sectores más conservadores
de la nación sudamericana, como un ‘grito de advertencia y peligro’ sobre el advenimiento del
comunismo a la nación. Mencionaron como ejemplos a Venezuela y a Cuba, y cómo este modelo había
destruido sus economías y privado a sus habitantes de las libertades.
Para Basset, este tipo de asimilaciones son abusivas. Catalogar cualquier tipo de reformas o intervención
del Estado como comunismo o socialismo es un exceso completo. Garantizar derechos sociales a través
de la intervención del Estado y por medio de programas de redistribución no necesariamente significa
comunismo. Es confundir totalmente las cosas, explica.
Sobre Cuba, Jaramillo destaca que, aunque el sistema político y económico de la isla es comunista y
está inspirado en la URSS, este comunismo ha cambiado y se ha adaptado a las nuevas demandas de la
sociedad en medio de reivindicaciones de grupos como la población LGTBI, de las nuevas generaciones
que piden mayor apertura, y obviamente de las nuevas exigencias de los sectores más emblemáticos de
la revolución como profesores, entrenadores y médicos.
“En sentido estricto, el modelo soviético se acabó cuando el socialismo real se derrumbó en la entonces
Checoslovaquia, Polonia, Hungría, etc. Queda el comunismo en sentido general, pero entre las otras
corrientes de izquierda (socialismo, progresismo, socialdemocracia) es hoy minoritaria y muy resistida”,
explica el académico.
Sobre Venezuela, ambos expertos coinciden en que no se trata de un país comunista, pues sigue
existiendo la economía de mercado y la alternación de partidos. Pese a la existencia de algunas
similitudes de Venezuela con Cuba, hay diferencias fundamentales. Entre otras, el hecho de que en
Venezuela el ‘chavismo’ se impuso por la vía electoral, que no fue el caso en Cuba, y la existencia de
una oposición política.
Para Basset, el miedo al comunismo se entrelaza con el miedo a cualquier cambio en sociedades muy
desiguales, cambios que significarían pérdidas para algunos sectores. Pero también hay miedo a
situaciones reales, las cuales podrían derivar de reformas económicas mal estructuradas y aplicadas que
podrían desestabilizar profundamente la economía de ciertos países y que podrían desencadenar en
sistemas totalitarios, como sucedió con el 'chavismo' en Venezuela.
“La verdad yo no veo ningún Estado que pueda llamarse comunista. Es curioso ver cómo Pedro Castillo
en Perú, por ejemplo, reivindicó el comunismo como tal, pero pues el compilado de su discurso es una
mezcla muy rara de temáticas conservadoras, nacionalistas y efectivamente socialistas, un poco de todo.
Es una amalgama curiosa que viene tanto de movimientos de izquierda como de movimientos que se
oponen a la izquierda”, señala Basset.
Por su parte, Jaramillo destaca que el miedo a este modelo se da debido al recorte de libertades en
algunos Estados comunistas como sucedió en el pasado en Europa central y oriental, en China o en
Cuba.
En América Latina, explica Jaramillo, EEUU ha utilizado la precariedad en Cuba para advertir a terceros
Estados sobre los "riesgos" del comunismo. Cuando la gente observa las enormes dificultades que
atraviesa Cuba, es normal que teman que sus países pasen por lo mismo.
“Se trata de una narrativa muy fuerte y que ha tenido efectos aún más visibles con la degradación de la
crisis venezolana. Esto ha hecho que varios partidos de derecha promuevan la idea infundada del
'castrochavismo', una suerte de corriente incompatible con la democracia, pero que en la práctica no
existe, pues Cuba y Venezuela tienen modelos muy distintos”, concluye el experto.