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aprender, para informarse, para hacer, para averiguar un dato, para compartir con otros lo
leído, para confrontar datos, por goce estético) de distintos textos presentes en diversos
portadores, en variados escenarios y circuitos de lectura (bibliotecas de aula, escolares y
populares; ferias del libro, entre otros). Esto requiere poner en juego, con la colaboración del
docente, estrategias de lectura adecuadas a la clase de texto y al propósito de la lectura (con-
sultar algunos elementos del paratexto; reconocer la intencionalidad del texto; relacionar los
datos del texto con sus conocimientos; realizar inferencias; detectar la información relevante;
establecer relaciones entre el texto, las ilustraciones y/o los esquemas que puedan acompa-
ñarlo; inferir el significado de las palabras desconocidas a través de las pistas que el propio
texto brinda –por ejemplo, campos semánticos o familias de palabras– y la consulta del diccio-
nario, determinando la acepción correspondiente); reconocer procedimientos propios del texto
leído y emplear diversas estrategias para recuperar posteriormente la información relevante de
manera resumida según el propósito. Reformular el texto utilizando expresiones más generales
y conectando adecuadamente las ideas. Monitorear los propios procesos de comprensión,
recuperando lo que se entiende e identificando y buscando mejorar la comprensión de lo que
no se ha entendido, a través de preguntas al docente y la relectura. Leer con fluidez frente a
un auditorio en situaciones que le den sentido a esta práctica.
EJE
Serie
Cuadernos para el aula
Lectura
y producción escrita
Si todavía se lee, si todavía existen consumos culturales tan esotéricos como los
libros, es precisamente porque en los libros se busca además del placer, algo
del orden del saber: saber cómo se imagina el mundo, cuáles son los deseos
que pueden registrarse, qué esperanzas se sostienen y qué causas se pierden.
Daniel Link, El juego de los cautos.1
1
Las citas completas de todos los textos mencionados en este Eje se encuentran en la
“Bibliografía”, al final de este Cuaderno.
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nes para identificar y resolver las dificultades que se les presentan (consultar a
EJE
Lectura y
producción escrita
sus pares, el diccionario, el fichero de palabras, etc.). Además, el docente propo-
ne el abordaje de géneros ya conocidos por los chicos, focalizando la atención
en aspectos nuevos e incorpora, además, otros que no han sido trabajados
durante los años anteriores.
En todas estas situaciones, el docente acompaña y orienta a los alumnos de
manera constante para que descubran cómo la lectura estimula su curiosidad –y
por ende, su interés por el conocimiento–, amplía su universo cultural y genera
experiencias de pensamiento cada vez más ricas y complejas; para que compartan
lo aprendido con sus pares y con los adultos; para que la escritura los lleve a enta-
blar un diálogo con otros y con sus propios mundos imaginarios... En fin, para que
lean y escriban en la escuela tal como se lee y escribe en la vida.
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Cuadernos para el aula
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Por otra parte, pensar en la formación de lectores y escritores del siglo XXI impo-
ne la necesidad de tener en cuenta los avances tecnológicos que han determina-
do variaciones en los modos de organizar, modificar y enviar textos así como de
acceder y disponer de la información. La escuela no puede permanecer ajena a
estos cambios y, en la medida de lo posible, debe propiciar que todos los chicos
entren en contacto con esos nuevos modos de leer y escribir que constantemen-
te se van modificando, ampliando, y que –como docentes– tenemos la suerte de
ir descubriendo junto con nuestros alumnos.
EJE
Lectura y
producción escrita
Biblioteca Nacional de Maestros
Biblioteca Nacional de Maestros.
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EJE
Lectura y
producción escrita
administra nuestro cerebro) con la memoria vegetal (aquella que nos permite
guardar información en un papel), Umberto Eco define a la biblioteca como “un
templo de la memoria vegetal”. Sin duda, docentes e investigadores sabemos de
la importancia de conservar los saberes y conocimientos, de preservar y mejorar
las condiciones y posibilidades de acceso a esos saberes. También, muchos alum-
nos conocen el valor de las bibliotecas, visitan o consultan libros tanto en las
bibliotecas escolares como en las barriales. Ahora bien, ¿cuándo comenzaron a
construirse? ¿Siempre fue posible conservar los libros a lo largo de la histo-
ria? ¿Se perdieron muchos libros? ¿Cómo se guardaban?
Preguntas similares a estas pueden servir para abrir este apasionante tema,
para despertar en los chicos nuevas preguntas e incentivar la formulación de otras
inquietudes que, con la lectura de artículos de enciclopedia, la búsqueda de
información y la visita a bibliotecas puedan ir respondiéndose. Luego de realizar
ese comentario en forma grupal, pueden comenzar con la lectura en voz alta y
para todo el grupo de un artículo enciclopédico vinculado al tema.
Para eso, les proponemos leer “La biblioteca de Alejandría”. Se trata de un
texto de divulgación, que relata la historia de la famosa biblioteca, sus pormeno-
res y avatares. Teniendo en cuenta los conocimientos previos de los alumnos y
para permitirles ubicarse en el contexto tanto temporal como espacial, sería con-
veniente introducirlos al tema a través de la ubicación geográfica de la ciudad de
Alejandría en un mapa, así como también comentar el marco histórico que rodeó
su fundación. Brevemente, puede presentarse a Alejandro Magno, quien fundó la
ciudad y de quien proviene nada menos que su nombre, y a la civilización griega
que, durante su gobierno, conoció una época próspera.
A continuación, veremos algunas actividades y sugerencias para trabajar dis-
tintas estrategias de lectura que se pondrán en juego, tales como el reconoci-
miento de la intencionalidad del texto, de la información relevante de cada uno de
sus apartados, el uso de título y subtítulos, la relación que el texto central mantie-
ne con la información adicional que aparece en los recuadros o plaquetas latera-
les, así como también entre el texto y la imagen.
2
En este sitio se puede consultar la versión completa del artículo, que incluye
información sobre los sabios que se reunieron en la famosa biblioteca y posee
vínculos con la actual biblioteca de Alejandría (http://www.bibalex.org).
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Cuadernos para el aula
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Comentar el texto
Del mismo modo que los textos ficcionales, los artículos de enciclopedia, los
libros de textos y las notas de divulgación pueden transmitir información inte-
resante y rica, que valga la pena comentar con los alumnos. En este sentido,
no es conveniente que los intercambios a propósito de lo leído se circunscri-
ban exclusivamente a los textos literarios. Algunas preguntas del docente pue-
den incentivar los comentarios de los alumnos sobre la información que les
sorprendió de un texto, sobre aquellos datos que les resultaron de interés. Los
interrogantes que los alumnos tienen son similares a los que el texto nos pro-
voca a todos los lectores.
¿Cuál será el tamaño de un lugar destinado a guardar 700.000 volúme-
nes? ¿Cuánto tardarían los copistas que trabajaban con Calímaco para copiar
un libro? ¿Por qué Marco Antonio le habrá regalado 200.000 libros a
Cleopatra? ¿Estaría enamorado de ella? ¿Por qué Ptolomeo II prefirió perder
el depósito de dinero pero quedarse con los originales? ¿Qué valor pueden
tener los originales? Las preguntas pueden ser diversas; incluso, a veces, ines-
peradas. Pero siempre son aperturas a nuevos mundos, a otros saberes y a nue-
vas lecturas.
Por otra parte, sabemos que la lectura de textos no ficcionales requiere del
desarrollo de una serie de estrategias que, en principio, precisan ser trabajadas
con la colaboración del docente. Luego de los primeros comentarios sobre el
artículo leído, les sugerimos algunas preguntas a modo de guía para comenzar
a trabajar esas estrategias:
Si se trata del primer artículo que trabajan con los alumnos, quizás estas pregun-
tas puedan resolverse en forma colectiva. Luego, reunidos en grupos reducidos y
una vez releído el texto, puedan responderlas por escrito y, a partir de ellas, escri-
bir un pequeño párrafo que permita presentar el texto a otros lectores. A medida
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que los alumnos vayan adquiriendo un manejo más fluido y espontáneo de esas
EJE
Lectura y
producción escrita
estrategias, el docente puede profundizar en algunas y, según la complejidad del
texto elegido, detenerse a analizarlas. Así, por ejemplo, en este caso:
Resumir y ampliar
Una vez realizadas estas actividades, o algunas de ellas, los alumnos pueden
elaborar un resumen del texto. Se trata, sin duda, de una actividad habitual en el
área de Lengua y que también requiere del desarrollo de una serie de estrate-
gias. Permite, a su vez, que tanto el docente como los chicos puedan tomar con-
ciencia acerca de si se ha comprendido el texto, si hay zonas que pueden haber
resultado más difíciles y requieren una relectura, entre otras cuestiones.
Pero también es una actividad que necesita ser contextualizada, esto es, que
se presente de manera tal que los chicos puedan darle un sentido a la elabora-
ción de un resumen. En ocasiones, se trata de hacer resúmenes o tomar notas
que, luego, permitan estudiar. Esta es una práctica imprescindible que puede
combinarse con otras: elaborar resúmenes para organizar una futura exposición
oral; o para iniciar un trabajo de investigación, que requiere leer una serie de tex-
tos e ir recopilando la información obtenida, por ejemplo.
En este sentido, y para continuar indagando en el tema de las bibliotecas y
vincularlo, tal como mencionamos al inicio, con la búsqueda y consulta de
materiales en la biblioteca, el artículo “La biblioteca de Alejandría” presenta
información que puede guiar algunas actividades; sobre todo en relación con la
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Entrevistando a un bibliotecario
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Lectura y
producción escrita
Los bibliotecarios asesoran y orientan a los lectores en el uso de los catálogos y ficheros.
También sugieren obras de consulta.
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Cuadernos para el aula
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para, luego, hacer una puesta en común con la información obtenida. Si toma-
mos como ejemplo “La biblioteca de Alejandría”, y siguiendo la misma pro-
puesta de bibliotecas, los alumnos pueden investigar sobre la biblioteca de
Pérgamo. A continuación, desarrollamos esta propuesta para trabajar la escri-
tura de textos no ficcionales y, en particular, detenernos en las comparaciones
que aparecen en los textos.
También, y como suele sucedernos a los adultos, la lectura de este texto puede
significar la apertura a otros temas, como por ejemplo, las siete maravillas del
mundo, entre las que se menciona el Faro de Alejandría. Además, pueden indagar
en la vida de algunos personajes históricos mencionados, tales como Ptolomeo I,
Ptolomeo II, Calímaco, Alejandro Magno, Julio César, Marco Antonio o Cleopatra.
Esta última investigación nos conducirá, además, a otro de los géneros seleccio-
nados para trabajar la escritura de textos no ficcionales: la biografía.
Por último, no está de más aclarar que las propuestas hasta aquí presentadas
(en relación con la colaboración del docente para el desarrollo de estrategias
lectoras; la formulación de preguntas; la escritura de resúmenes o el diseño de
una entrevista, entre otras) si bien se basan en una lectura puntual (el artículo
“La biblioteca de Alejandría”), se ponen en práctica en diversas instancias duran-
te el año (tales como las biografías, por ejemplo).
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Con la información de ambos textos, los alumnos pueden escribir una exposición
EJE
Lectura y
producción escrita
sobre las dos bibliotecas más famosas de la antigüedad. Para eso, es necesaria
la relectura de los textos, la selección de la información teniendo en cuenta el
nuevo texto que van a escribir y la comparación de los datos que se reiteran
en ambos textos.
Luego, reunidos en grupos pueden discutir:
3
Para obtener más información sobre el tema bibliotecas, pueden consultar:
- Svend Dahl (1996), Historia del libro, Madrid, Alianza Universidad.
- http://www.luventicus.org/articulos/02Tr001/index.html
- http://redescolar.ilce.edu.mx/redescolar/act_permanentes/conciencia/fisica/medicion/
bibalejandria.htm
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Cuadernos para el aula
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Sin duda, las biografías posibles para leer en el aula son numerosas, por eso
se sugiere seleccionar aquellas que narren la vida de personas vinculadas con
algún tema que se esté trabajando, de manera que su lectura resulte significa-
tiva. Por ejemplo, si se deseara ampliar alguno de los artículos presentados en
la propuesta anterior, los alumnos podrían investigar la vida de Cleopatra, Julio
César, Marco Antonio o los reyes Ptolomeo I y Ptolomeo II.
En este sentido, también se recomienda la lectura de biografías de algunos
escritores, cuyas novelas, cuentos y poesías los chicos hayan leído, pues les per-
mitirá conocer otros textos escritos por ese autor y también internarse en aspec-
tos de sus vidas que puedan resultar curiosos, conmovedores, graciosos, etc.
Esto no implica necesariamente que los alumnos deban leer todas las biografí-
as de escritores, sino elegir aquellas que, por los hechos que relatan por el modo
en que están escritas, resultan particularmente interesantes.
Muchas biografías, por otra parte, aparecen en las solapas de algunos libros.
En ese caso, su lectura puede realizarse en forma previa, como un modo de
explorar el paratexto del libro, que estimule su interés, pueda despertar inquie-
tudes, a la vez que contribuya al desarrollo de hábitos de lectura.
A continuación les presentamos una biografía del escritor norteamericano Mark
Twain, autor de novelas de aventuras, uno de los géneros literarios sugerido en el
Eje “Literatura”. En este sentido, las actividades mencionadas a continuación pue-
den realizarse en forma previa a la lectura de alguna de las novelas del autor.
Mark Twain
Mark Twain nació en Florida, Estados Unidos,
el 30 de noviembre de 1835 (el año que pasó
el cometa Halley). Fue bautizado como Samuel
Langhorne Clemens. A los cuatro años, se
trasladó con su familia a Hannibal, un pequeño
pueblo costero en el río Mississippi. En 1847,
después de la muerte de su padre, abandonó
los estudios y trabajó como aprendiz en una
imprenta. Más adelante, se ofreció como piloto
de un barco de vapor y, en 1861, se alistó por
un breve tiempo como voluntario del ejército.
Ese mismo año, con su hermano, trabajó como
minero en Nevada, y a partir de 1862 como periodista. Fue entonces
cuando comenzó a firmar sus artículos con el seudónimo “Mark Twain”,
una expresión utilizada en el río Mississippi que significa “dos brazas de
profundidad” (es decir, el calado mínimo necesario para navegar).
En 1864, publicó un cuento, “La famosa rana saltarina del condado de
las Calaveras”, a partir de una historia que había oído contar en las minas.
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producción escrita
En 1870 se casó y, algunos años después, publicó la novela que lo
lanzaría a la fama, Las aventuras de Tom Sawyer (1876). Luego, siguieron
Un vagabundo en el extranjero (1880), Príncipe y mendigo (1882) y Vida
en el Mississippi (1883).
El mismo año que publicó Las aventuras de Huckleberry Finn, 1884, fundó
una editorial, Charles L. Webster and Company, en la que publicó numero-
sos libros, suyos y de otros autores. Pero diez años después, a causa de
una mala inversión, se endeudó. Inició entonces una gira de conferencias
por todo el mundo para obtener dinero y salvar su empresa. A su regreso
publicó Viajes alrededor del mundo siguiendo el ecuador (1897), Un yanqui
en la corte del Rey Arturo (1889) y Wilson (1894), entre otras obras.
Murió el 21 de abril de 1910, en Nueva York, el año en que el mismo
cometa volvió a pasar.
Una vez leído el texto en forma grupal, pueden organizar una ronda de
comentarios sobre aquellos hechos de la vida del escritor que les hayan
resultado de interés, por ejemplo, la variedad de oficios a los que se dedicó, el
seudónimo que eligió para firmar sus textos y por el cual es conocido, la coin-
cidencia entre los años de nacimiento y muerte y el cometa Halley.
Luego sería conveniente analizar la organización temporal de los hechos narra-
dos, indicada a través de la mención de fechas, el uso de conectores temporales
(después de, más tarde, más adelante) o frases que sirven para indicar el lapso de
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tiempo transcurrido entre dos acontecimientos (a los cuatro años, a su regreso), así
como las relaciones causales (viajó por el mundo para dar una serie de conferen-
cias porque se había endeudado). El uso de los tiempos verbales más frecuentes,
el pretérito indefinido, por ejemplo, y su distinción con el pretérito pluscuamperfecto
es otro de los procedimientos a través de los cuales el texto organiza los hechos (En
1864, publicó un cuento, “La famosa rana saltarina del condado de las Calaveras”,
a partir de una historia que había oído contar en las minas).
Una vez analizados los saberes y procedimientos propios de las biografías, pue-
den proponerse actividades de escritura en las que los alumnos deban ponerlos en
juego. Una posibilidad es reescribir la biografía anterior, reorganizando los hechos a
partir de algún criterio. Por ejemplo, Contar la vida de Mark Twain a partir de:
• la publicación de la novela que lo hizo famoso;
• la publicación de la novela que los alumnos hayan leído;
• su muerte.
En este caso, el relato de la vida del autor alterará el orden temporal de los
hechos, de manera que los alumnos deberán prestar especial atención al uso de
los recursos antes analizados.
Otra consigna posible es partir de una cronología y reescribirla como una
biografía. Para eso, será necesario comparar ambos géneros y analizar sus dife-
rencias (uso de tiempos verbales, por ejemplo). En la cronología, que menciona
los hechos a la manera de un listado, se eliminan los encadenamientos propios
de las frases, los conectores que hilvanan los hechos, los giros y locuciones que
van formando el entramado de las biografías. De ahí que sea particularmente
importante detenerse en esos encadenamientos, en las distintas maneras posi-
bles de ir reponiendo esos enlaces en la escritura.
Por otra parte, los alumnos pueden seleccionar los hechos a incluir en la bio-
grafía y reservar algunos, por ejemplo el listado de obras publicadas, como infor-
mación que acompañe la biografía en un recuadro lateral.
A continuación, a modo de ejemplo, les proponemos la lectura de una crono-
logía del escritor escocés Robert Louis Stevenson.
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Lectura y
producción escrita
1875 Termina su carrera de Derecho.
1876 Su salud empeora. Viaja nuevamente a
Francia y conoce a la norteamericana
Fanny Osbourne de la que se enamora.
1879 Se casa con Fanny Osbourne. Por su
salud, se trasladan a los Alpes suizos.
1883 Publica La isla del tesoro. Nuevamente
su salud lo obliga a buscar un clima
más cálido. Viaja a Hyeres. Publica
La flecha negra.
1885 Luego de una pesadilla provocada por
una enfermedad, comienza a escribir
El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde.
1886 Publica El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde.
1887 Muere su padre. Viaja a Escocia, a Nueva York. Publica Markheim.
1888 Publica La flecha negra.
1889 Viaja a Honolulú. Luego, a las Islas Samoa, donde compra un
terreno y construye una casa a la que le da el nombre de Vailima.
1890 Se instala definitivamente en Vailima. Entre los nativos de la islas,
lo conocen con el nombre de “Tusitala” (el que cuenta cuentos).
1892 Publica El náufrago.
1893 Publica El diablo en la botella y otros cuentos.
1894 Muere el 3 de noviembre. Los nativos escriben en su lápida,
en samoano: “Esta es la tumba de Tusitala”.
La reescritura de esta cronología como biografía requiere que los alumnos utili-
cen una serie de estrategias y de procedimientos, por lo que quizás convenga
sugerir su escritura respetando el orden cronológico de los hechos.
El trabajo con las cronologías y las biografías puede ser útil para el desarrollo de
otras estrategias de escritura. Por ejemplo, a partir de la lectura de una biogra-
fía publicada en una enciclopedia u otro libro de consulta, se puede pedir a los
alumnos que escriban una cronología como un modo de tomar notas. Las carac-
terísticas de las mismas cronologías suponen una forma de registrar información
resumida y ordenada por fechas. A la inversa, la reescritura de cronologías en
forma de biografías requiere el uso de estrategias de ampliación de un texto y
de conexión entre ideas.
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Cuadernos para el aula
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Biografías apócrifas
También, para profundizar los conocimientos del género biografías, otra pro-
puesta es la escritura de biografías apócrifas, es decir, relatos basados en la
vida de un personaje real, que entremezclan datos ficcionales, expanden deta-
lles o acontecimientos de manera exagerada (por ejemplo, la biografía de un via-
jero que cuenta su vida en el barco, extremando esa característica al punto que
nunca pisa tierra cuando la nave recala en algún puerto) o bien combinando
datos reales con características de un personaje ficcional (relatar la vida de
Daniel Defoe, mezclando hechos narrados en su novela Robinson Crusoe).
En estos casos, los textos producidos propician el juego y la imaginación a la
vez que respetan las convenciones del género. De ahí que resulten una ocasión
para discutir y recuperar características propias de las biografías (su organiza-
ción narrativa, la sucesión cronológica de hechos, el uso de los tiempos verba-
les), en el marco de una actividad vinculada al disfrute. Compartir esas lecturas
puede ser motivo para que el resto de los compañeros, lectores atentos al segui-
miento de la vida de una persona, descubran qué elementos ficcionales se han
incorporado en cada relato de vida.4
C. Las lenguas
Una forma posible de comenzar a trabajar sobre este tema es comentar frente
a los chicos algunas expresiones acerca de las lenguas para que las discutan en
clase. Proponemos las siguientes:
• Algunas lenguas son mejores que otras.
• En América Latina solo se habla español. Son muy pocos los hablantes
de otras lenguas.
• La lengua que se habla más en el mundo es el inglés.
4
Para aquellos docentes interesados en continuar leyendo sobre el género biografía,
les recomendamos:
- Maite Alvarado y Jacobo Setton (2000), Vidas posibles, Buenos Aires, Eudeba.
- Leon Edel (1990), Vidas ajenas, México, FCE.
- Marcel Schwob (1980), Vidas imaginarias, Buenos Aires, CEAL.
Varias colecciones de novelas y relatos se acompañan de biografías interesantes para leer:
tal la colección de relatos Los grandes para los chicos, editada por Página/12, que incluye
cuentos como “El billete de un millón de libras esterlinas”, de Mark Twain, entre otros.
También resulta muy interesante el libro Vidas de cuento, de Graciela Cabal, que incluye relatos
sobre algunos momentos de la vida de autores de clásicos juveniles junto con sus biografías
más convencionales.
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EJE
Lectura y
producción escrita
notas en el pizarrón de las afirmaciones y de las preguntas que los chicos van enun-
ciando. Luego, conviene que pasen en limpio estas notas para que las puedan revi-
sar al finalizar el itinerario de lectura y escritura, para corroborar y ampliar, tachar y
corregir, verificar si fue posible responder a algunas preguntas y enunciar vías alter-
nativas para encontrar respuestas a otras que hayan quedado sin resolver.
Por supuesto, también será interesante detenerse en los paratextos del cua-
dernillo “Las lenguas”: título, índice, agradecimientos. En cuanto a estos últimos,
será posible conversar acerca de a qué textos del cuadernillo (cuyos títulos figu-
ran en el índice) hacen referencia los distintos agradecimientos.
Luego será el momento de analizar el índice con más detenimiento.
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En este análisis se pueden tener en cuenta las jerarquías de los títulos, que en
parte dan cuenta de un itinerario temporal y también de una suerte de organiza-
ción espacial. Otros temas, como la torre de Babel o la Misión Voyager, son textos
relacionados en general con toda la temática del cuadernillo. Si bien es probable
que muchos títulos no sean transparentes para los chicos, siempre es productivo
detenerse algunos momentos para conversar sobre lo que estos les sugieren y
también alentarlos a estar atentos para ir buscando información relacionada con
los diversos temas. También puede resultar productivo hacerlos indagar en sus
hogares y en su barrio si hay hablantes de distintas lenguas, conversar con ellos
acerca de cómo las aprendieron, para qué las usan actualmente, y averiguar un
poco “cómo se dicen” algunas cosas que ellos quieran saber, entre otras cuestio-
nes que puedan hacer que cada uno se comprometa con el tema de acuerdo con
sus intereses.
En el origen...
Bajo este subtítulo se presentan dos textos: un mito guaranítico sobre el origen del
lenguaje, en versión de Eduardo Galeano, y un fragmento de un texto ensayístico
del escritor Anthony Burguess. Ambos textos merecen ser leídos lentamente, en
voz alta, deteniéndonos en las palabras, releyendo los textos completos y también
por partes. Ambos son bastante complejos, fundamentalmente por la
presencia de vocabulario y expresiones poco comunes y de un alto
nivel de abstracción. Proponer el desafío de leer textos comple-
jos, no escritos para chicos, puede parecer una tarea desme-
dida. Conviene que tengamos en cuenta, sin embargo, que
no es necesario siempre que todo esté totalmente claro, sino
que los textos difíciles pueden ser un puntapié para nue-
vas lecturas y para que comiencen a sentir que de
a poco estarán en condiciones de leer “tex-
tos para grandes”.
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La versión estilizada por Galeano del mito guaranítico es un texto narrativo con
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Lectura y
producción escrita
abundantes reiteraciones (de palabras y estructuras sintácticas). Es interesante
entonces, recuperar colectivamente la historia relatada (puede ser complejo com-
prender la relación entre el Padre Primero y “las divinidades”, así como las causas
de la creación de los hombres y las mujeres). También, desde el punto de vista de
cómo está escrito el texto, es fundamental conversar sobre cómo las reiteracio-
nes conllevan nuevos sentidos a medida que las expresiones y formas se repiten.
Varias palabras importantes para comprender el texto pueden presentar com-
plejidad de interpretación: “irguió”, “encomendó”, “redimió”. Es necesario, por lo
tanto, conversar sobre sus significados e incluso solicitar a los chicos que las bus-
quen en el diccionario; en esta búsqueda se encontrarán con que el verbo “irguir”
(que suele ser la regularización que los chicos proponen) no existe, sino que se
trata del irregular “erguir”. Si bien puede no resultar el momento para detenerse en
ello, es posible explicar que hay muchos verbos cuya raíz cambia según los modos
y tiempos, incluso verbos tan comunes como “decir”, “poder” y “deber”.
El fragmento del texto de Burguess es una explicación sobre el origen del len-
guaje, ya no en clave narrativa, sino de cierto tenor ensayístico: se asienta sobre
datos pero al mismo tiempo hay una fuerte presencia de opiniones y una bús-
queda particular en relación con el lenguaje.
Luego de una lectura completa del texto y del comentario de ciertas expre-
siones y palabras complejas (“sistema de signos audibles”, “mímicas parciales”,
“profiriendo”, “bronca melodía”, “balbuceo”, entre otras), vale la pena detenerse
con los chicos en cada uno de los párrafos por separado, a partir, por ejemplo,
de la pregunta: ¿Por qué el texto está dividido en dos párrafos?, que incita a
analizar que en cada uno se desarrolla un tema y una idea fuerza.
Con respecto al primero, se puede ir a la nota al pie para conversar un poco
más acerca de a cuál de las tesis sobre lo que diferencia a los hombres de los
animales adscribe el autor.
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La tarea consiste en comparar los dos textos leídos. Para ello, es necesario
indicar qué es cada uno (un mito, un texto de opinión) y por qué, reseñar el
contenido de cada uno y finalizar con un pequeño párrafo que contenga las
palabras “lenguaje” y “soledad” (ambos textos hablan de cómo el lenguaje
sirve para sentirse menos solo).
Algunas expresiones que les pueden resultar útiles:
• mientras el texto “El lenguaje”.... el texto “El animal que habla”...
• se trata de una historia sobre... que relata....
• el autor sostiene que / postula que / considera que
• ambos / los dos textos
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Lectura y
producción escrita
Este texto expositivo atiende a información de orden muy general sobre el tema
que está sintetizado en su título. Antes de leerlo, podría preguntársele a los chi-
cos, a manera de juego, cuántas lenguas les parece que puede haber en el
mundo, anotar en el pizarrón las cantidades que ellos postulen y luego contras-
tarlas con la información que figura al comienzo del texto.
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Claro que para esta tarea será importante considerar cuestiones matemá-
ticas, ya que los gráficos de barras requieren realizar aproximaciones a “gran-
des números”.
Luego, resulta pertinente detenerse en los epígrafes, que permiten comprender
las diferencias entre ambos gráficos. Allí aparecen dos términos especializados,
señalados en negrita y cuyas definiciones figuran debajo. Será importante releer-
las varias veces y poner en común su sentido por medio de ejemplos particulares
de personas que conozcan y que hablen más de una lengua, para luego conversar
acerca de por qué los gráficos presentan cantidades diferentes. En esta conversa-
ción, se puede ayudar a los chicos a tener en cuenta que la gente puede hablar
más de una lengua (de allí las cantidades mayores en el segundo gráfico).
Por otro lado, conviene ayudarlos a que adviertan que algunas lenguas sue-
len funcionar como modo de comunicación entre los hablantes de distintas len-
guas (esto es, “lenguas francas” o “lenguas generales”), y que se enseñan en
países que hablan otras lenguas, como es el caso del inglés en nuestro país. En
este sentido, será interesante hacerles comparar las lenguas una a una y ver
cuál o cuáles presentan mayores diferencias en ambos gráficos; esas desigual-
dades se calculan mediante porcentajes que surgen de calcular la diferencia
entre la cantidad de hablantes que figuran en ambos gráficos. Apelando enton-
ces a sus saberes matemáticos,5 los chicos podrán concluir que la lengua que
tiene mayor diferencia entre ambos gráficos es el inglés, dato a partir del cual la
conversación puede tomar nuevos rumbos.
5
Véase el destacado que figura en la página 154 del Cuaderno para el aula: Matemática 5,
Eje: “Número y operaciones”.
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Lectura y
producción escrita
Las familias de lenguas en el mundo
En esta página se presenta un mapa con las lenguas del mundo, agrupadas en
familias. Cabe señalar que será importante revisar previamente con los chicos
los nombres de los continentes y de los océanos, y también contar con un mapa
político, para que puedan ubicar en paralelo los nombres de los países.
Leer un mapa como este merece bastante detenimiento y, fundamentalmente,
conviene acercarse a él por medio de preguntas; de lo contrario, solo serán un
conjunto de datos sin interés. Será interesante plantear entonces algunos pro-
blemas que se resuelven por medio de la lectura del mapa y sus referencias,
pero también apelando a otros saberes. Las siguientes son algunos ejemplos (se
presentan en orden creciente de complejidad):
• ¿Por qué habrá zonas en color gris claro al extremo norte del mapa?
• En nuestro país se hablan otras lenguas (ver mapa de la página XXIX),
¿por qué no figurarán en este mapa? Para responder a esta pregunta
se puede recurrir a la noción de “escala” como proceso de selección de
los datos que se incluyen en determinado mapa, según la superficie real
del terreno que se está representando.
• ¿Qué familias de lenguas se repiten en Europa y en América?
¿Por qué será?
• ¿Por qué en América Latina las familias de lenguas amerindias se
encuentran, en general, rodeadas por lenguas romances? Este problema
puede trabajarse en paralelo con la lectura del texto: “Para comprender
la situación de las lenguas en América: la Conquista”.
• El español y el portugués son las lenguas romances dominantes de
América Latina, España y Portugal. Comparen la cantidad de hablantes que
suman estas dos lenguas (figuran en el gráfico de barras de la página VI)
con el territorio que ocupan. Luego comparen la cantidad de hablantes del
chino mandarín que figurar en el gráfico de barras de la página VII con el
territorio ocupado por las lenguas chinas. ¿A qué conclusión pueden llegar?
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Cuadernos para el aula
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Para comparar
Este cuadro, como indica su epígrafe, permite ver cómo son algunas palabras en
distintas lenguas indoeuropeas. Así como se planteó una lectura del mapa que
atendiera a preguntas, la lectura de este cuadro solo será interesante si se lo
indaga en determinadas claves de lectura.
Nap
Lengua 6
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EJE
Lectura y
producción escrita
brimiento y formulación de similitudes y diferencias. Así, puede solicitarse a los chi-
cos que realicen afirmaciones a partir del cuadro, para, entre todos, corroborarlas
y reconstruir la pregunta que guió dicha conclusión. Por ejemplo: la palabra “mes”
es mucho más diferente en rumano que entre el resto de las lenguas indoeuro-
peas; las palabras del cuadro se parecen más entre el español y el italiano que
entre el español y el islandés, una de las mayores similitudes entre las palabras
de las distintas lenguas es la letra inicial, entre tantas otras posibilidades.
Si se cuenta con diccionarios bilingües o con conexión a Internet, es posible
realizar búsquedas de otras palabras cuya traducción a otras lenguas les inte-
rese conocer a los chicos. Y si alguno habla otra lengua o es posible pedirle a
algún hablante de otra lengua que participe de una entrevista en el aula, será
sumamente interesante no solo preguntar “cómo se dice”, sino también enterar-
se de cómo las aprendieron y qué usos le dan a cada lengua que hablan.6
Este texto expositivo sobre el origen del lenguaje parte de la pregunta por la
cantidad y la diversidad de las lenguas. En las dos primeras páginas, luego de
una introducción, se formulan dos hipótesis, presentadas en dos grandes blo-
ques de párrafos; la primera comienza por “Algunos científicos opinan que...” y la
segunda por “Otros científicos...”. En la tercera página, se aborda el problema de
la similitud de las lenguas y las hipótesis que permiten justificarla.
Una primera lectura del texto, entonces, supone conversar acerca de lo leído,
de manera que los chicos expresen lo que piensan sobre los temas del texto. En
la medida en que se trata de un texto que trata varios temas y presenta distintas
perspectivas, es probable que esa conversación apunte más a los detalles que les
resultan más curiosos (por ejemplo, que en el cerebro tenemos un órgano del len-
guaje, o que el lenguaje sirve para contarnos historias) que a los “grandes temas”
del texto. Está muy bien que así sea, dado que de esta manera los chicos asumen
una perspectiva personal con respecto a un tema complejo y se les da espacio
para que, simplemente, expresen sus sorpresas, confusiones y hallazgos.
6
Para consultar en línea diccionarios bilingües mapuche-español, quechua-español, aymara-
español, español-tehuelche, en el CD Nº 9 de la Colección educ.ar, “Educación intercultural
bilingüe: Debates, experiencias y recursos”, se propone visitar la página http://www.aborigenar-
gentino.com.ar/modules.php?name=Encyclopedia.
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Cuadernos para el aula
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EJE
Lectura y
producción escrita
Para comprender la situación de las lenguas americanas: la Conquista
7
Recomendamos la lectura de la propuesta “Leer de un vistazo”, en: Propuestas para el aula
EGB2, Segunda serie, Ministerio de Educación de la Nación, 2001.
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Cuadernos para el aula
98
Por supuesto, como todo texto a su vez despierta nuevas preguntas, será una
interesante oportunidad para que las planteen, y por tanto se planifiquen algu-
nas sesiones de trabajo para encontrar respuestas en obras de referencia (enci-
clopedias y diccionarios enciclopédicos en formato papel o digital, si se cuenta
con conexión a Internet) sobre el tema, lo que supone buscar y consultar mate-
riales en la biblioteca.
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EJE
Lectura y
producción escrita
El español de América I y II
En este caso, dos textos, uno expositivo con abundantes ejemplos y uno narra-
tivo, con un resaltado que brinda también una lista de ejemplos, permiten con-
versar acerca de cómo una lengua no permanece estable en el tiempo, sino que
va cambiando por diferentes motivos, uno de los cuales es el contacto con otras
culturas (aquí podría recordarse lo leído en el texto “¿Por qué hay tantas?”, en el
que también se trata el tema del contacto con grupos que utilizan otras formas
de habla, aunque en términos más generales e hipotéticos).
Sería interesante detenerse en las
palabras que aparecen enumeradas
en ambos textos, para que los chicos
recuperen sus significados y formu-
len hipótesis sobre sus formas (por
ejemplo, muchas de las palabras de
origen náhuatl terminan en -ate por-
que en lengua náhuatl terminaban en
-atl y los españoles cambiaron esa
terminación para introducir esas pala-
bras en su lengua).
Una tarea interesante es proponer-
les que, a partir de los pequeños voca-
bularios de palabras del español que
tienen su origen en palabras de distin-
tas lenguas americanas, formulen hipó-
tesis acerca de las características del
lugar donde vivía o vive la gente que uti-
lizaba o utiliza esas lenguas y luego contrasten lo que imaginaron con información
sobre los pueblos que puedan recabar (una aclaración: el taíno es una lengua que
se hablaba a la llegada de Colón en las Antillas Mayores: actuales Puerto Rico,
República Dominicana, Haití y Cuba).
Con respecto a los marinerismos,
cuya lista figura en el destacado de la
página XX, resulta posible plantearles
una tarea de escritura de invención
grupal o individual.
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Cuadernos para el aula
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En primer lugar, cada grupo o cada chico selecciona una palabra o expre-
sión de la lista de marinerismos. Luego, se les propone que la busquen
en el diccionario –si seleccionaron una expresión deberán realizar esa
búsqueda y ampliarla por medio de un diccionario de usos (como el
Diccionario de uso del español de María Moliner) o frases hechas o bien
solicitar colaboración para ajustar su sentido–. A continuación, pueden
dividir una hoja en dos partes: una destinada al “mar”, otra a la “tierra”,
para que anoten todas las palabras e ideas asociadas a la palabra en
cuestión para cada uno de esos ámbitos. A partir de esas notas, se les
propone inventar una historia en la que algún personaje use esa palabra
cuando está en un barco y cuando llega a tierra.
Estas y otras preguntas que surgen a partir de una lectura del texto pueden ser
el punto de partida de pequeñas investigaciones. Seguramente, de acuerdo con
la realidad lingüística de la comunidad escolar, podrán surgir otras.
8
Para esta cuestión se puede trabajar con el CD Nº 9: Educación intercultural bilingüe:
debates, experiencias y recursos, producido por Educar y el MECyT, de distribución gratuita.
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EJE
Lectura y
producción escrita
“Llevar un objeto en tzeltal” y “A cuatro voces”
En relación con los textos de “A cuatro voces”, sería posible conversar con los
chicos acerca de la pertinencia del título y luego leerles los siguientes frag-
mentos que abren el libro Los hilos que nos tejen, del que fueron extraídas las
dos páginas que se ofrecen en el cuadernillo:
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Cuadernos para el aula
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En este libro las palabras juegan y las imágenes brincan. Si lo lees, ya estás
caminando; si lo miras, ya estás viajando.
Al mirar una imagen verás que dice más de lo que puedes ver, y al leer un
texto notarás que las letras saltan a la foto que tienen enfrente. Imágenes y
textos se van juntando, enredando para hacer hilos. Los hilos parecen cami-
nos y por esos caminos tú puedes viajar y conocer gente que trabaja, juega,
ríe, se pregunta y te pregunta cosas. Si sabés díidxzaá (zapoteco), saan savi
(mixteco) o mè’phàà (tlapaneco), podrás recorrer más caminos, pues disfru-
tarás viendo cómo fueron traducidos los juegos de palabras a tu lengua.
Y si además comparás los tres idiomas con tu lengua, podrás apreciar más
cosas: tendrás muchos hilos en tus manos.
Este libro puedes leerlo despacio, y luego rápido. Te toca a ti encontrar lo
que se esconde en cada texto. Léelo en voz baja, luego en voz alta o a los
gritos, y descubrirás mejor los juegos escondidos.
Puedes mirar y descubrir que también las fotos juegan. Juegan ellas solas
y también juegan con los textos. Mira la foto y lee otra vez el texto, y luego
vuelve a mirar la foto: descubrirás los hilos que hay entre los dos. Si no
sabes ningún idioma originario de México, comienza a conocerlos y a lla-
marlos por su nombre.
Gabriel Quiroz tomó las fotografías y pensó y escribió mirando las fotos.
A él le gusta trabajar de muchas maneras las imágenes. Este libro es una
muestra de ello. […]
En México no solo se habla el español. Se hablan muchos otros idiomas:
63 según la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas
(CDI). En este libro encontrarás tres de esos idiomas: el maya, el tzeltal y el
tzoltzil. Así como México es un país con una diversidad biológica muy gran-
de, tiene también una gran diversidad de lenguas. México es el tercer país
con lenguas vivas en el mundo.
Gabriel Quiroz, Los hilos que nos tejen.
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EJE
Lectura y
producción escrita
Proponemos una lectura en voz alta de los textos en español que figuran en
el cuadernillo, y, a quien se anime, la lectura de sus traducciones. En relación
con el primero, sería posible rastrear el verbo “llevar” en la traducción en tzeltal (con
la ubicación de la palabra en el verso y la ayuda del texto “Llevar un objeto en
tzeltal” la tarea se hará posible, aunque es necesario inferir que hay que buscar
una forma de “llevar” que se parezca en su significado a “por aquí y por allí”). Lo
cierto es que los chicos se encontrarán con que el verbo que aparece en el
poema no es “bal”, como figura en el cuadro, sino “beibal”. Será el momento,
entonces, de discutir por qué (¿será porque el verbo en el cuadro está en infi-
nitivo y aquí conjugado?). Claro que no se llegará a una conclusión fehaciente,
pero un diálogo como este (y otros que se puedan dar intentando buscar algu-
nas correspondencias entre los textos) será sumamente interesante y resultará
una profunda reflexión sobre el lenguaje.
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Cuadernos para el aula
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Gabriel Quiróz, Los hilos que nos tejen, México, Libros del rincón-SEP, 2004.
En cuanto al otro texto, de profundo contenido lírico, se puede proponer a los
chicos buscar la expresión que a cada uno le parezca más bella, y compartir
sus valoraciones y asociaciones con sus propias experiencias.
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EJE
Lectura y
producción escrita
Las lenguas que se hablan en la Argentina
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Cuadernos para el aula
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Jerigonzas
El mito de Babel merece ser visitado como tema para ir concluyendo este itine-
rario sobre las lenguas. Seguramente, la lectura del pasaje bíblico generará más
de un comentario y hará ingresar la palabra “Babel”, de amplio uso.
La referencia al esperanto (palabra que, se puede aclarar, proviene del seu-
dónimo que utilizó el creador de esa lengua: Doktoro Esperanto, es decir, Doctor
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EJE
Lectura y
producción escrita
Esperanzado) resulta una vía posible para hablar de las distintas formas de
“resolver” la intercomprensión entre los hablantes de distintas lenguas, proble-
ma al que, obviamente, se puede atender con otras alternativas que los chicos
propongan.
En relación con la página del Curso práctico de la lengua internacional, será
divertido intentar una lectura compartida del texto. En esa lectura es importante
detenerse en algunas pistas que permitirán comprenderlo: las reiteraciones de
palabras, las palabras que pueden resultar ciertamente transparentes (en, estas,
kato, elefante, libro, papero, entre otras) y, por supuesto, la organización de las ora-
ciones, además de la indagación permanente de la ilustración.
Para realizar esta tarea, se puede comenzar por una lectura total del texto, para
luego concentrarse en la oración: Sur la tablo estas libro, papero, plumo kaj floro,
porque la enumeración de objetos al leerse de forma paralela al dibujo puede ayu-
dar a descubrir el significado global de la oración, y en particular el de las palabras
tablo (mesa), sur (sobre) y kaj (y). A partir de ella, es posible leer las dos siguien-
tes: Sur la segoˆ estas kato. La kato dormas. Si kato es gato... entonces no será
tan complejo descubrir el significado de sego (silla). Y a partir de estas lecturas, se
podrá hipotetizar sobre el significado de los dos primeros párrafos.
Si se desea, se puede avanzar con otras oraciones, para las que vale la pena
aclarar que en muchas lenguas no se distinguen los verbos “ser” y “estar”, sino
que son uno solo (por ejemplo, en inglés “ser” y “estar” son un solo verbo: “to
be”). Así será más fácil intentar una traducción de: Tablo estas meblo. Sego ˆ
ankau estas meblo. ¿Meblo será “mueble”?
Y luego se puede seguir con el párrafo siguiente. De ser necesario, se les
puede recordar que en el texto de Anthony Burgess leyeron la palabra “bestia”
para hacer referencia a “animal”. Con todas estas ayudas, entonces, se podrán
aproximar al sentido de: Kato ne estas meblo. Kio estas kato? Kato estas
besto. Cuˆ elefanto estas besto? Jes, elefanto ankau estas besto.
Y si se animan, podrán seguir leyendo...
Esta tarea, al igual que otras planteadas en este itinerario supone un alto
grado de reflexión sobre el lenguaje que, guiado por la curiosidad, ayudará a
refrescar algunos conceptos del último Eje de este Cuaderno.
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9
http://voyager.jpl.nasa.gov/spacecraft/index.html.
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todas representadas (como ellos muy bien sabrán luego de leer el cuadernillo),
EJE
Lectura y
producción escrita
sino que se realizó una selección a partir de las lenguas oficiales de todos los
países del mundo.
Y luego, sugerimos leer el siguiente fragmento del libro:
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Cuadernos para el aula
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Por supuesto, luego de comentar los mensajes que figuran transcriptos en este
fragmento, la tarea está planteada: Si tuvieras la oportunidad de enviar un salu-
do a otro ser sensible que viviese en un mundo diferente, ¿qué transmitirías
en los breves segundos que te darían para hablar? Grabar los mensajes de los
chicos o escribirlos resultará una interesante forma de que cada uno elija qué
decir y cómo hacerlo.
Hasta aquí hemos tratado de ilustrar un tipo de trabajo posible para la orga-
nización de secuencias de trabajo de la lectura y escritura de textos no ficcio-
nales cuyo contenido sea culturalmente valioso; claro está, este trabajo puede
variar según los temas, los textos seleccionados y los saberes de los chicos,
entre otros aspectos. Recorriendo los NAP del Eje, hemos propuesto una
secuencia de actividades para que participen en situaciones de lectura con
propósitos diversos, en el aula y en la biblioteca; para que ganen autonomía
como lectores; para que relacionen, con ayuda del docente, la información que
brindan los textos con sus conocimientos, detecten la información relevante,
realicen inferencias, recuperen y organicen la información, empleen y profun-
dicen lo que saben sobre las características de los textos; establezcan relacio-
nes entre los textos y las imágenes que los acompañan, entre otros saberes.
Asimismo, propusimos actividades para que los chicos, con ayuda de sus
docentes, escriban nuevos textos en los que pongan en juego lo aprendido e
imaginen nuevas alternativas. En este sentido, propusimos variadas activida-
des en las que los chicos puedan participar, junto con su docente, sus pares y
de manera individual, en el proceso de composición de los textos; lo que supo-
ne la planificación, redacción y revisión de distintos aspectos. Asimismo, en
todos los casos, intentamos mostrar el lugar central que tiene la conversación
en el aula como posibilidad de intercambio de saberes, de ideas, de interpreta-
ciones y de sentidos.
II
ÍNDICE
EN EL ORIGEN IV
El lenguaje IV
El animal que habla V
EN LA ACTUALIDAD VI
Las lenguas del mundo VI
Las familias de lenguas en el mundo VIII
Para comparar X
VOLVEMOS AL ORIGEN XI
¿Por qué hay tantas? XI
MUCHOS AÑOS DESPUÉS... XIV
Para comprender la situación de las lenguas americanas: la Conquista XIV
Las lenguas durante la Conquista española XV
Los intérpretes o lenguaraces XV
Malintzin (1502-1529) XVI
Los misioneros XVII
El español de América I XVIII
El español de América II XIX
Broma XIX
LAS LENGUAS AMERICANAS EN LA ACTUALIDAD XXI
Llevar un objeto en tzeltal XXIII
A cuatro voces XXIV
LAS LENGUAS QUE SE HABLAN EN LA ARGENTINA XXVIII
Lenguas no vernáculas XXVIII
Lenguas vernáculas XXIX
Una leyenda a dos voces XXX
Palabras dibujadas XXXI
Jerigonzas XXXII
OTRAS LENGUAS, OTROS MUNDOS POSIBLES XXXIII
La torre de Babel XXXIII
Un intento por remediar Babel: el esperanto XXXIV
Mensaje para otros mundos: Misión Voyager XXXV
CURIOSIDADES SOBRE LA COMUNICACIÓN ANIMAL XXXVI
Cosa de elefantes XXXVI
El baile de las abejas XXXVI
¿Diálogos delfinescos? XXXVI
Voces de los animales XXXVII
¿Y nosotros? XXXVII
¿Los animales hablan? XXXVIII
EPÍLOGO XXXIX
IV
EN EL ORIGEN
El lenguaje
1
Hay muchas interpretaciones sobre cuáles son los factores que diferencian a las sociedades
humanas de los animales: las destrezas para modificar la naturaleza, el trabajo cooperativo,
la capacidad intelectual, la formación de agrupamientos más o menos permanentes, el lenguaje.
Este último es un elemento fundamental para todas las interpretaciones; en particular, por las
capacidades asociadas a él de incrementar los conocimientos sobre el mundo y de transmitir
experiencias y aprendizajes a las nuevas generaciones.
VI
EN LA ACTUALIDAD
CUADRO I
2
Los datos numéricos de este cuadernillo fueron reconstruidos a partir de diversas fuentes,
entre ellas: The Ethnologue: Languages of the world (http://www.ethnologue.com),
World Almanac (http://www.worldalmanac.com) y Wikipedia (http://es.wikipedia.org).
EN LA ACTUALIDAD VII
CUADRO II
Lengua materna: es la primera lengua que adquiere una persona, porque es la que
hablan en su hogar. Si a un bebé se le habla en dos lenguas o más, puede tener más
de una lengua materna.
Segunda lengua: es cualquier idioma que una persona aprende luego de que adquirió
su lengua materna. Hay gente que aprende la segunda lengua porque ha migrado a un
lugar donde se la habla. También se puede aprender en la escuela o con alguien que se
dedica a enseñarla.
VIII
Para comparar
VOLVEMOS AL ORIGEN
Los científicos no están de acuerdo sobre los motivos de que haya tantas
lenguas.2 Lo que se sabe con certeza es que las lenguas actuales provie-
nen de otras, más antiguas, que ya nadie habla. Por ejemplo, sabemos que
el español derivó del latín y este último del indoeuropeo. Lo que no está
claro aún es si los primeros seres que hablaron de manera parecida a la
nuestra usaron una sola lengua o más de una.
2
Es muy difícil obtener y sistematizar información sobre un tema tan complejo como este, porque las
investigaciones se realizan generalmente sobre restos materiales (vasijas, “cementerios”,
herramientas, etc.) a partir de los cuales se formulan hipótesis sobre las creencias, los conocimientos
y el lenguaje de grupos humanos que existieron hace muchos miles de años.
XII
Otros científicos dicen que los homo sapiens sapiens de distintas comuni-
dades inventaron el lenguaje al mismo tiempo (o más o menos al mismo
tiempo), sin conocerse. Cada uno de esos grupos utilizaba formas diferen-
tes de nombrar a las cosas. Y lo mismo que antes, esos grupos se separa-
ron y fueron poniendo nombres distintos a las cosas. Esto explicaría por
qué hay tantas lenguas diferentes.
VOLVEMOS AL ORIGEN... XIII
Malintzin (1502-1529)
Los misioneros
Los sacerdotes españoles llegaron junto con los conquistadores para cum-
plir la tarea de convertir al catolicismo a los “infieles” americanos.
Como la misión de estos sacerdotes era evangelizar a los aborígenes,
necesitaban aprender sus lenguas para poder comunicarse con ellos. Pero
como esas lenguas eran muchas, los misioneros eligieron las que esas
comunidades entendían por mantener relaciones con los grandes imperios
azteca e inca y con otros pueblos muy numerosos.
Las lenguas elegidas fueron el náhuatl, el quechua, el chibcha y el guara-
ní. Así, curiosamente, esas lenguas que habían estado reducidas a algunos
territorios se extendieron durante la Conquista a grandes áreas de América.
De todos modos, muchos sacerdotes misioneros se abocaron a estudiar
otras lenguas de América. Y fue así que durante la conquista y colonización
los misioneros jesuitas, franciscanos y jerónimos (entre otros) escribieron
importantes gramáticas y diccionarios que les permitían comunicarse con
otros pueblos aborígenes en sus propias lenguas.
Lamentablemente, muchas de esas obras cayeron en el olvido, nunca
fueron impresas y algunas fueron quemadas, porque el gobierno de la
Península consideraba que los americanos debían aprender el castellano.
XVIII
El español de América I
La palabra “chocolate” es
de origen náhuatl, como la
bebida preparada a base
de semillas de cacao que
están tomando estos
personajes del cuadro.
MUCHOS AÑOS DESPUES... XIX
El español de América II
Broma
El viento hinchaba las velas, el mar estaba tranquilo, las bodegas de la nave
estaban vacías y, sin embargo, el barco avanzaba despacio, despacio.
El capitán, el timonel y el contramaestre no entendían qué pasaba. Al
final, el capitán mandaba al timonel que corrigiera el rumbo del barco. El
contramaestre dirigía a los marineros en la maniobra y… nada. El barco
seguía avanzando lento y pesado, como si el viento no soplase y las
bodegas estuviesen llenas hasta el tope.
–Es la broma, capitán, es la broma –decía un viejo marinero.
Nadie se reía.
Detenían entonces la nave. Un marinero se ataba la soga y bajaba por
uno de los costados del barco. Cuando llegaba a la superficie del agua,
observaba la madera del casco. Después rascaba el casco con un
cuchillo y desprendía unos caracolitos chiquitos, oscuros, que estaban
pegados a la madera. Miraba a través del agua transparente y veía que
todo el casco estaba cubierto por los mismos caracolitos.
–La broma es, truenos y centellas –decía.
Tampoco el marinero se reía.
Pero… ¿qué era la broma?
La broma era y es un molusco lamelibranquio.
Y claro. De un molusco lamelibranquio, ¿quién va a reírse?
Nadie. Y menos que nadie la tripulación del barco. El molusco lameli-
branquio los tenía embromados.
Yo, a ustedes, ¿también los embromé con el lamelibranquio?
Bueno, solo un poco, no se ofendan. Era solo para que entendieran
mejor la palabra “broma”. Ahora sigo contando.
La broma era un caracolito chico (molusco lamelibranquio es su nombre
científico) que se pegaba en grandes cantidades al casco y la quilla de los
barcos. El barco se volvía pesado (¡también, con centenares de lameli-
branquios abajo!), no se deslizaba bien por el agua y avanzaba muy poco.
Por eso los marineros no se reían de la broma. Querían volver pronto a
sus casas.
Sucedió que, con el tiempo, esa palabra, “broma”, empezó a usarse para
decir que algo era pesado o molesto. Cuando alguien encontraba un
sapo en un zapato, o un vacío donde debía estar una silla, o le hablaban
un rato de unos lamelibranquios que no conocía ni por las tapas, decía:
–¿Qué broma, eh? Vaya, qué broma.
Después, las bromas dejaron de ser pesadas. Se volvieron alegres y diverti-
das. Ya con las bromas podían reírse todos: el embromado y los bromistas.
La gente decía, riéndose:
–¡Qué broma divertida! Es bastante lógico, ¿no? O acaso iban a decir:
–¡Qué lamelibranquio más divertido!
Gloria Pampillo, en: Avestruces y piratas,
Buenos Aires, Libros del Quirquincho, 1988.
La palabra “broma” es un marinerismo, es decir, una palabra de origen marinero que comen-
zó a usarse para hablar de algo que no es propio del mar. El español de América tiene
muchos marinerismos, entre otros: “balde”, “bandearse”, “jalar”, “rancho”, “rebenque”, “rumbo”,
“virar”, “zafar”, “chusma”, “boyar”, “calma chicha” y “viento en popa”.
XXI
Hoy en día, las lenguas dominantes en América son tres: español, portugués
e inglés, es decir, las lenguas de los conquistadores. Estas son las que habla
la mayoría de los americanos, como lengua materna o como segunda lengua.
El uso de las lenguas americanas no solo no se fomentó en los distintos
países hasta hace muy poco (y solo en algunos), sino que en muchos se
prohibió hablarlas, y hasta se lo castigó. Hasta hace poco, incluso, la
escuela fue un espacio donde se intentó imponer como única lengua al
español. En los últimos tiempos, esto ha comenzado a modificarse al incor-
porar la enseñanza bilingüe en muchas escuelas.
Las lenguas de los pueblos originarios que sobrevivieron a la conquista
y posterior acción de los países independizados son 600, que son habladas
por 18 millones de personas. Solo 17 de esas 600 lenguas tienen más de
100.000 hablantes. El resto de las lenguas es hablado por menos del 10%
de la gente que habla lenguas americanas.
De todas las lenguas vernáculas de América, la que tiene más hablantes
en nuestros días es el quechua, hablado por 14.000.000 de personas
(Perú, Bolivia, Ecuador, norte de la Argentina, y algunas zonas del Brasil
y Bolivia). En segundo lugar se encuentra el guaraní, con 8.000.000 de
hablantes (Paraguay, varias regiones de la Argentina y enclaves del Brasil
y Bolivia). Alrededor de 1.600.000 personas hablan el aymara, sobre todo
en Perú y Bolivia. En México y en El Salvador hay 1.600.000 de personas que
hablan náhuatl. Y el quiché tiene en Guatemala 14.000.000 de hablantes.3
3
Las cifras soon aproximadas.
XXII
Entre otras lenguas, en América Latina se hablan las siguientes: arawá, mai-
pureano, maipúre, aruák, arutani, sapé, aymara, jaqaru, jebero, chaima, cuma-
nagoto, caribe, tamanaco, matipuhy, yukpa, itene, oro win, torá, arhuaco, kogui,
damana, tunebo, chimila, barí, kuna, embera, wounan, tehuelche, guajibo, gua-
yabero, iguanito, macaguán, amarakaeri, huachipaeri, hibito, cholón, achwar-
shiwar, jaguaruna, lule-vilela, borôro, kaingang, chiquitano, krenak, cacua,
nukak, hupda, yuhup, nadëb, düw, toba-maskoy, sanapaná, lengua, pirahã,
nambikwará, sabanês, kaxararí, isconahua, matsés, sharanaua, nocamán, ara-
ona, tacana, cavineña, yagua, yameo, piaroa, maco, sáliba, tucano, guanano,
arapaso, desano, cubeo, siona, uru, chipaya, bora, münüka, murui, ocaina,
nononota, yanomámi, sanumá, ayoreo, zamacoco, andoa, arabela, iquito, zápa-
ro, abishira, tzeltzal, agavotaguerra, amikoana, andoque, canichana, kaimbé.
Y con esta lista… ¡solo llegamos a nombrar 100!
Es muy común que las personas hablen más de una lengua. Hay mucha
gente que utiliza una con su familia y comunidad, otra para comunicarse con
otras comunidades e incluso otra u otras para realizar actividades como traba-
jar o comerciar. En realidad, en el mundo, lo más habitual es que la gente utili-
ce varias lenguas, de acuerdo con las distintas situaciones de comunicación.
Todas las lenguas permiten que hablemos de todo lo que queramos. En algunos casos,
podemos buscar algunas correspondencias exactas entre las palabras de distintos idio-
mas. Por ejemplo, “zorro” se dice aguara en guaraní, nouguayaga en toba y yonish en
chulupí. Pero también hay veces que en una lengua existen vocablos para los que en
otras lenguas hace falta decir varias palabras, como vemos en este ejemplo del tzeltzal,
lengua mexicana de la gran familia de lenguas mayas.
XXIV
A cuatro voces
LAS LENGUAS AMERICANAS EN LA ACTUALIDAD XXV
Fuente: Gabriel Quiroz, Los hilos que nos tejen, México, Libros del Rincón-SEP, 2004.
XXVI
LAS LENGUAS AMERICANAS EN LA ACTUALIDAD XXVII
Fuente: Gabriel Quiroz, Los hilos que nos tejen, México, Libros del Rincón-SEP, 2004.
XXVIII
Las lenguas
que se hablan en la Argentina
Lenguas no vernáculas
Los inmigrantes
trajeron sus historias,
sus lenguas,
sus comidas, sus
fiestas y su música.
LAS LENGUAS QUE SE HABLAN EN LA ARGENTINA XXIX
Lenguas vernáculas
Mapa de las lenguas indígenas de la Argentina actual. En: Educación intercultural bilingüe: debates,
experiencias y recursos (adaptación), Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología-educ.ar, 2005.
XXX
Hop Chánhu
iche phante hop tres noftsas tha lhaphunwas,
iche hop wuala thá ihoyhey tañhi tha koylhihen,
ichi el tha ni chotu hop chuwej, wet hop nofwaj
tick shakhampho, hop nofwaj el iwuat lho lhachta
tha inheyhat pho tha ihiehuwej tich yhaka lhi,
fwithaj itsock hop lhakuey hop nofwaj nhi chotey,
wit el thanhisej mat hip tres ihaphunwas ihi tres
wualas tha phaj lhaywuelten tha hop chanhú.
Ilustración de un niño
de la Comunidad
wichí Kilómetro 1,
provincia de Salta.
LAS LENGUAS QUE SE HABLAN EN LA ARGENTINA XXXI
Palabras dibujadas
Chicos de la comunidad
La Bolsa, Salta.
aborígenes salteños, Buenos Aires, MECyT, 2005.
Te contamos de nosotros. Narraciones de niños
XXXII
Jerigonzas
Jerigonza del PA
Upunapa ipimapagenpe vapalepe máspa quepe
milpi papalapabraspas.
Otras lenguas,
otros mundos posibles
La torre de Babel
Fotografía del
disco adosado
a las naves
Voyager I y II.
CURIOSIDADES SOBRE
LA COMUNICACION ANIMAL
Cosas de elefantes
Los científicos han descubierto que los elefantes emiten hasta 30 sonidos
diferentes, algunos tan agudos como el canto de una soprano, otros tan
graves que ningún oído humano los puede percibir.
Esos bufidos, gruñidos y bramidos están cargados de sentidos y se
acompañan con movimientos. Por ejemplo, si un elefante abanica lenta-
mente sus orejas mientras gruñe, está diciendo algo así como “vamos”. Si
está enojado, levanta la cabeza, empina las orejas y barrita.
Se ha descubierto que los elefantes también “escuchan” a través de sus
patas. Cuando un elefante quiere alertar a otros sobre la presencia de un
peligro, envía un “mensaje” que viaja por la tierra hasta la increíble distancia
de 12 km que sus congéneres perciben a través del suelo.
¿Diálogos delfinescos?
a.stafiniak
¿Y nosotros?
UNESCO/Cécile Nirrengarten
XXXIX
EPÍLOGO