Próstata y Vejiga
Próstata y Vejiga
Próstata y Vejiga
Métodos de Diagnóstico
Tacto rectal: Consiste en un examen del recto mediante el cual el médico inserta un dedo dentro de un
guante lubricado en el recto y palpa la próstata a través de la pared rectal en busca de nódulos o áreas
anormales.
Determinación de los niveles en sangre de PSA: Prueba de laboratorio que mide las concentraciones de
este marcador en sangre. Es una sustancia producida específicamente por la próstata que se puede
encontrar en mayor cantidad en la sangre de los hombres que tienen cáncer de la próstata. Sin embargo,
hay que tener en cuenta que los niveles de PSA también se puede elevar en una infección o una inflamación
de la próstata como la hiperplasia prostática benigna (aumento de tamaño de la próstata de origen no
canceroso).
Biopsia prostática guiada por ecografía transrectal (EcoTR): La EcoTR es un procedimiento que consiste
en insertar en el recto una sonda que tiene aproximadamente el tamaño de un dedo para examinar la
próstata. La sonda emite ondas sonoras en el recto que rebotan en la próstata y crean ecos que son captados
por la sonda.
RNM pélvica multiparamétrica: Procedimiento en que se utiliza un imán, ondas de radio y una
computadora para crear una serie de fotografías detalladas de zonas internas del cuerpo. Puede ser útil
para localizar el tumor primario y valorar la extensión locorregional (afectación extracapsular e invasión
de las vesículas seminales). También se utilizará en los pacientes que precisen segunda biopsia por
elevación persistente de PSA.
Estadios
Estadio I
El tumor está limitado únicamente a la próstata. No puede palparse durante un tacto rectal y no es visible
mediante un examen por imagen. Suele encontrarse de manera accidental durante una cirugía programada por
otras razones, como la hiperplasia prostática benigna. La puntuación de Gleason es baja.
T1aN0M0.
Estadio II
El tumor está más avanzado que en el estadio I, pero aún no se ha extendido más allá de la próstata. El Gleason
puede variar en un amplio rango (de 2-10).
T1bT1cT2N0M0
Estadio III
El tumor se ha extendido más allá de la capa externa de la próstata hacia los tejidos vecinos. Puede afectar a
las vesículas seminales. El Gleason puede variar de 2-10.
T3N0M0
Estadio IV
El tumor se ha extendido a los ganglios linfáticos cercanos y lejanos a la próstata, a otras partes del cuerpo
como la vejiga, el recto, los huesos o los pulmones. El cáncer de próstata tiene alta afinidad por los huesos.
El Gleason puede variar en un amplio rango de 2-10.
T4N0M0 o bien cualquier T N1(afectación ganglios regionales) o M1(metástasis a distancia).
Niveles de PSA en sangre
La mayoría de los varones diagnosticados de un cáncer de próstata presentan cifras elevadas de PSA en sangre.
El nivel de PSA en el momento del diagnóstico proporciona importante información sobre la probabilidad de
que el tumor esté limitado a la próstata. Pacientes con PSA < 10 ng/ml tienen 70-80% de probabilidad de que
la enfermedad esté localizada, si los niveles de PSA oscilan entre 10-50 ng/ml el 50% estarán localizados, si
el PSA es > 50 ng/ml tan sólo un 25% estarán localizados.
La probabilidad de recaída de la enfermedad después del tratamiento también es mayor cuanto mayores sean
los niveles de PSA.
Biopsia prostática
Normalmente se realiza guiada por ecografía a través del recto. Cuando existe sospecha de cáncer, es necesario
extraer una pequeña cantidad de tejido prostático para examinarla al microscopio. Esta prueba permitirá
confirmar el diagnóstico de cáncer y nos dará idea del volumen tumoral y el grado de agresividad (puntuación
Gleason).
Gleason 2-4 - tumores de bajo grado
Gleason 5-7 - tumores de grado intermedio
Gleason 8-10 - tumores indiferenciados
Recientemente se ha incorporado la RNM para guiar la biopsia con mayor rendimiento, especialmente en los
casos con biopsia previa negativa.
Modelos predictivos
Utilizan el PSA, la puntuación de Gleason y el estadio T para predecir la probabilidad de que el paciente esté
libre de enfermedad tras el tratamiento local de manera que los pacientes pueden incluirse dentro de 3 grupos
pronósticos:
Bajo riesgo: T1-T2a, Gleason <6 y PSA < 10 ng/ml. Más del 85% de los pacientes están libres de
enfermedad a los 5 años del tratamiento con cirugía o radioterapia.
Riesgo intermedio: T2b y/o Gleason=7 y/o PSA 10-20. El 50-70% estarán libres a los 5 años.
Alto riesgo: T2c o superior o Gleason 8-10 o PSA > 20. Tan solo el 33% permanecerán libres de
enfermedad tras el tratamiento local.
Existen tres estrategias consideradas estándar para el manejo del cáncer de próstata localizado:
Cirugía
Radioterapia con/sin hormonoterapia
Observación vigilada o vigilancia activa
La elección del tratamiento depende de varios factores:
La probabilidad de que el tumor esté limitado a la glándula prostática y por lo tanto sea potencialmente
curable.
El tamaño tumoral y el grado histológico (grado de agresividad del tumor).
Edad del paciente y estado general, así como enfermedades asociadas.
Potenciales efectos secundarios de las diferentes formas de tratamiento.
Radioterapia
Cirugía: Prostatectomía radical (PR)
Consiste en extraer completamente la glándula prostática, existen varias maneras de realizarla por cirugía abierta:
por vía perineal o vía retropúbica. Esta última es mejor si hay que extirpar los ganglios linfáticos pélvicos antes
de resecar el tejido prostático (no necesario en tumores de bajo grado). Pacientes seleccionados con cáncer
localizado de bajo grado tienen 80-85% de probabilidad de permanecer libres de enfermedad a los 15 años de la
cirugía.
En los últimos años se ha desarrollado este tipo de cirugía por vía laparoscópica. Se puede realizar con distintas
técnicas por un equipo experimentado en su uso:
Laparotomía suprapúbica
Laparoscopia convencional
Laparoscopia asistida por robot
Complicaciones más frecuentes de la PR:
Incontinencia urinaria
Disfunción eréctil o impotencia
En la mayoría de los casos aparecen inmediatamente después de la cirugía y mejoran transcurrido algún tiempo.
La probabilidad de que aparezcan es más alta a mayor edad.
En los últimos años son menos frecuentes las complicaciones, sin embargo no siempre es posible realizar una
cirugía que preserve o respete los nervios responsables de la función urinaria y sexual. En general, no se
recomienda este tipo de cirugía en tumores grandes, con alto Gleason o elevados niveles de PSA.
Radioterapia (RT)
Se utilizan dos formas de RT para tratar el cáncer de próstata:
Radioterapia externa
Braquiterapia o RT de implantación intersticial
Radioterapia externa: Utiliza una máquina denominada acelerador lineal que se mueve alrededor del paciente
dirigiendo la radiación a la pelvis. Se administra a diario (5 días a la semana) durante 4 a 7 semanas (depende de
si se utiliza sola o en combinación con braquiterapia). No requiere hospitalización.
No existe acuerdo sobre si los resultados entre cirugía y radioterapia son los mismos por varias razones:
los pacientes jóvenes, sin enfermedades concomitantes se tratan de entrada con cirugía.
Durante el acto quirúrgico de la prostatectomía, los ganglios linfáticos pélvicos y los tejidos vecinos
pueden ser directamente evaluados para ver si hay extensión tumoral, lo que no es posible con la RT, así
que los enfermos tratados con RT presentan en general estadios más avanzados de lo que se supone en la
evaluación previa.
Sin embargo, en líneas generales podemos decir que en tumores localizados de bajo grado, los resultados
obtenidos con cirugía y con RT externa son equivalentes, con tasas de control de enfermedad a los 5 años
del 80%. Estudios con seguimiento a largo plazo demuestran que tanto en tumores de bajo como de alto riesgo,
los resultados son equivalentes sólo cuando se utilizan altas dosis de RT ( 72 Gy o >
Con objeto de reducir los efectos secundarios de la radioterapia externa clásica, se han ido mejorando las técnicas
de irradiación y existen hoy en día nuevas formas de administrar la radiación que no están disponibles en todos
los centros:
1. RT conformada o tridimensional (RTC-3D): Se ha convertido en tratamiento estándar tras la
publicación de numerosos estudios clínicos. Permite administrar dosis más altas en la próstata, respetando
los tejidos que están alrededor, por lo tanto disminuye la tasa de efectos secundarios, sobre todo los
problemas intestinales.
2. RT de intensidad modulada (IMRT): Permite variar (escalar) la dosis de RT y la intensidad durante la
terapia. Reduce los efectos secundarios y facilita el tratamiento cuando hay que incluir los ganglios
linfáticos pélvicos en el campo. Permite administrar dosis muy elevadas (81 Gy) con poca toxicidad
intestinal. Esta técnica no está disponible en todos los centros por su coste elevado.
3. Braquiterapia o RT de implantación intersticial: Consiste en administrar una fuente radiactiva dentro
de la próstata guiada por ecografía. Ventajas: se realiza en un tiempo y precisa corta estancia hospitalaria.
No hay estudios comparativos directos de resultados entre RT externa y braquiterapia en el cáncer de
próstata localizado. Las series publicadas parecen indicar que es un tratamiento óptimo sólo para pacientes
con tumores de bajo riesgo. En tumores de riesgo intermedio y alto los resultados hasta la fecha son
mejores con RT externa sola que con braquiterapia sola, sin embargo, la aplicación de radioterapia externa
y una sobredosis adicional de braquiterapia está siendo evaluada en estudios con resultados prometedores
para tumores de alto riesgo. La braquiterapia tampoco es una técnica disponible en todos los centros.
Complicaciones de la braquiterapia: Ocasiona un síndrome urinario agudo (de corta duración)
provocado por la inflamación de la próstata que incluso puede provocar retención aguda de orina. Provoca
menos incontinencia que la RT externa, menos problemas a nivel del recto. El riesgo de impotencia e
similar al de los otros tratamientos.
4. Radioterapia guiada por la imagen (IGRT): Permite también la administración de dosis más altas de
radioterapia externa (incluso llegar hasta 90Gy) mediante la utilización de técnicas de imagen avanzada
como la resonancia magnética con espectroscopia, es una técnica novedosa que se está desarrollando en
algunos centros de momento.
Tratamiento del cáncer de próstata localmente avanzado (T3, T4)
Las opciones de tratamiento recomendadas incluyen:
RT externa con o sin braquiterapia
Resección transuretral (RTU) de la próstata
Prostatectomía radical
Terapia hormonal basada en supresión androgénica: normalmente en combinación con cirugía y RT
Cáncer de próstata metastásico
Una parte de los pacientes con cáncer de próstata recaen en forma de enfermedad diseminada después del
tratamiento local (radioterapia o prostatectomía radical) y por otra parte, existe una minoría de pacientes (4-7%)
que presentan enfermedad diseminada o extendida ya desde el diagnóstico.
Tratamiento inicial de supresión androgénica
Cuando el cáncer se ha extendido más allá de la glándula prostática ocasionando una enfermedad diseminada, la
supresión androgénica (disminuir o eliminar los niveles de andrógenos) es la estrategia de tratamiento
recomendada y constituye el paso indispensable para toda la planificación terapéutica.
Tratamientos añadidos a la supresión androgénica
En este escenario clínico son varios los tratamientos validados:
a. Quimioterapia con Docetaxel
b. Acetato de Abiraterona
c. Enzulatamida
d. Apalutamida
e. RT sobre el tumor primario
Un estudio aleatorizado ha demostrado beneficio en supervivencia global de la radioterapia sobre el tumor
primario en pacientes seleccionados con bajo volumen tumoral metastásico si se combina con la terapia de
privación androgénica frente al tratamiento hormonal exclusivo. En general, se podría recomendar esta estrategia
en pacientes con baja carga de metástasis óseas, definida como cuatro o menos lesiones óseas y sin metástasis
viscerales. De momento, continúa en investigación la combinación de esta estrategia con los nuevos tratamientos
sistémicos añadidos a la supresión androgénica.
f. Terapia dirigida a las metástasis (SBRT) en pacientes oligometastásicos
La SBRT o radiación estereotáctica corporal es una modalidad de radioterapia que utiliza imágenes
tridimensionales para localizar el tumor de forma más precisa, lo que permite obtener una eficacia mayor con
menos efectos secundarios.
Cáncer de Vejiga
El cáncer de vejiga es un tipo frecuente de cáncer que comienza en las células de la vejiga. La vejiga es un
órgano muscular hueco en la parte inferior del abdomen que almacena la orina.
El cáncer de vejiga comienza con más frecuencia en las células (células
uroteliales) que recubren el interior de la vejiga. Las células uroteliales
también se encuentran en los riñones y en los tubos (uréteres) que conectan
los riñones con la vejiga. El cáncer urotelial puede ocurrir en los riñones y
los uréteres también, pero es mucho más común en la vejiga.
La mayoría de los cánceres de vejiga se diagnostican en etapa inicial,
cuando el cáncer es altamente tratable. Pero incluso los cánceres de vejiga
de etapa inicial pueden volver después de un tratamiento exitoso. Por esta
razón, las personas con cáncer de vejiga suelen necesitar pruebas de
seguimiento durante años
después del tratamiento para
detectar la reaparición de un
cáncer de vejiga.
Causas
El cáncer de vejiga comienza cuando las células de la vejiga
desarrollan cambios (mutaciones) en su ADN. El ADN de una
célula contiene instrucciones que le dicen a la célula qué hacer. Los
cambios le dicen a la célula que se multiplique rápidamente y que
siga viviendo cuando las células sanas morirían. Las células
anormales forman un tumor que puede invadir y destruir el tejido
corporal normal. Con el tiempo, las células anormales pueden
desprenderse y propagarse (metástasis) por el cuerpo.
Tipos de cáncer de
vejiga
Hay diferentes tipos de
células en la vejiga que pueden volverse cancerosas. El tipo de célula de
la vejiga en la que comienza el cáncer determina el tipo de cáncer de
vejiga. Los médicos utilizan esta información para determinar qué
tratamientos pueden funcionar mejor para ti.
Los tipos de cáncer de vejiga comprenden:
Carcinoma urotelial. El carcinoma urotelial, antes llamado carcinoma de células de transición, se
produce en las células que recubren el interior de la vejiga. Las células uroteliales se expanden cuando la
vejiga está llena y se contraen cuando la vejiga está vacía. Estas mismas células recubren el interior de los
uréteres y la uretra, y en esos lugares también se pueden formar cánceres. El carcinoma urotelial es el tipo
de cáncer de vejiga más común en los Estados Unidos.
Carcinoma de células escamosas. El carcinoma de células escamosas se asocia con la irritación crónica
de la vejiga, por ejemplo, por una infección o por el uso prolongado de un catéter urinario. El cáncer de
vejiga de células de células escamosas es poco frecuente en Estados Unidos. Es más común en partes del
mundo donde una cierta infección parasitaria (esquistosomiasis) es una causa común de infecciones de la
vejiga.
Adenocarcinoma. El adenocarcinoma comienza en las células que componen las glándulas secretoras de
mucosidad en la vejiga. El adenocarcinoma de vejiga es muy raro.
Algunos tipos de cáncer de vejiga implican más de un tipo de célula.