Articulo de Opinion Borrador
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distinta a la suya. Animar al aprendiz para que escuche su propia voz interior, es fomentar
el que adquiera sus propios puntos de vista.
Un genuino liderazgo educativo es sin duda un concepto que tiene muchas definiciones y
caminos, a pesar de ello hay un punto en común que tiene como objetivo la capacidad de
liderar, y es la de crear capacidades, pulir facultades y lograr objetivos.
Mientras los países buscan adaptar sus sistemas educativos a las necesidades de la sociedad
contemporánea, las expectativas para las escuelas y para los líderes escolares están
cambiando. Muchos países han avanzado hacia la descentralización, haciendo que las
escuelas sean más autónomas en su toma de decisiones y otorgándoles mayor
responsabilidad por los resultados, los cuales deben responder a su vez a las necesidades
actuales. Al mismo tiempo, los requisitos para mejorar el desempeño general de los
alumnos mientras se atiende a poblaciones estudiantiles más diversas, ejercen presión sobre
las escuelas para que apliquen prácticas docentes más fundamentadas.
Se puede decir que el liderazgo se mueve desde un nivel personal, que se ve reflejado en las
tareas y funciones concretas desempeñadas dependiendo el cargo o posición que se tenga.
De esta forma un líder transmite su personalidad en el aula, en el caso del docente, así
como también es partícipe a nivel institucional de las decisiones y del funcionamiento de un
centro educativo determinado. De igual manera en otros niveles de organización se debe
dar este intercambio y este aporte para que un sistema educativo se mueva hacia fines bien
definidos y alcanzables.
El liderazgo en los principales actores y directores del proceso educativo constituye sin
duda un aspecto esencial y que debe estar presente en todos los niveles de las estructuras
organizaciones, garantizando así un óptimo funcionamiento y por lógica resultados más
significativos. Su presencia permite que puedan desarrollarse y concretarse eficazmente
todas las actividades, programas y planificaciones en cada escala o instancia
organizacional.
El liderazgo es una de las variables más importantes que influyen en los resultados
escolares y sin duda el ejercido por el docente juega un papel importante en los procesos
educativos y según Garza (2005) se sustenta en tres pilares: relacionados estrechamente
con los valores, estos son:
El constructivismo postula, que los alumnos asimilan de manera más significativa las
experiencias concretas. También aprenden de los ejemplos del entorno que los rodea, si un
docente es una persona empática, capaz de ponerse en el lugar de sus estudiantes, escuchar
a sus alumnos, conocerlos de manera íntima, escuchando sus inquietudes y valorando sus
progresos, mostrar una personalidad íntegra y responsable, es más fácilmente que impacte
de manera positiva en los modelos de individuo que pueden seguir los estudiantes.
En el ámbito de los centros educativos, conviene contar con una definición clara sobre
liderazgo que oriente, alinee y enfoque los trabajos en ejercicio de la labor docente y
directiva.
En un centro educativo tanto los puestos de dirección como de docente deben ser capaces
de tomar decisiones y acciones concretas frente al medio y de generar cambios positivos en
él. En este sentido es importante también la gestión como otro aspecto importante que
acompaña la actitud y la voluntad institucional.
Estas prácticas de liderazgo, sin embargo, no se asociarían de manera “directa” con los
aprendizajes de los estudiantes, sino más bien “indirecta” ya que estarían intermediadas por
el efecto que producen en el trabajo de los profesores. En otras palabras, las prácticas de
liderazgo afectan de manera directa en la motivación, habilidades y condiciones de trabajo
(a nivel de escuela y de aula) de los profesores, lo que se traduce en un mejor o peor
desempeño docente, el cual a su vez afecta la calidad del aprendizaje de los estudiantes
(Leithwood et al. (2006), estas prácticas básicas y comunes de un liderazgo eficaz se
agrupan en cuatro grandes dimensiones:
Cualquier aprendizaje supone una ordenación de los datos y una coherencia entre ellos. La
visión del mundo del aprendiz se ensancha con cada nuevo aprendizaje, desde la lectura, la
escritura, la geometría o una segunda lengua. Cada nuevo aprendizaje opera una especie de
cambio de paradigma. Hay aprendizajes que podemos denominar como mera instrucción,
que son un conjunto de habilidades teóricas y técnicas que dotan al individuo de las
herramientas básicas para desempeñarse en la vida competitiva, y otros aprendizajes que
podemos denominar cultura, que hacen crecer la conciencia y esculpir integralmente al ser
humano.
El líder o lidereza pedagógico/a, no puede enseñar a sus alumnos a formarse culturalmente
de la misma manera en que le podría enseñar a alguien a rellenar un formulario. Con un
simple discurso o sermón, rara vez convence a alguien para que cambie sus paradigmas. La
destreza de este tipo de líder pedagógico, reside en la capacidad de convencer a las y los
educandos a que realicen la experiencia por sí mismos, convirtiéndose en ejemplo viviente
de libertad y energía, de compromiso y responsabilidad, de guía y modelo para elevarse por
encima de niveles mediocres hasta grandes alturas mentales y espirituales.
En una sociedad cada vez más cambiante, la educación tiene la imperiosa necesidad de
encontrar sus raíces espirituales, el sentido de su destino y la dirección verdaderamente h El
verdadero líder educativo incentiva el poder de la vocación en sus estudiantes,
provocándoles una sensación grupal de destino, en el cual sus acciones, según sus
capacidades, siempre son significativas e importantes en la consecución de un mismo
propósito.
El auténtico líder docente debe estar muy dispuesto a reconocer sus equivocaciones y a
permitir que sus alumnos tengan otra realidad distinta a la suya. Animar al aprendiz para
que escuche su propia voz interior, es fomentar el que adquiera sus propios puntos de vista.
Un genuino liderazgo educativo es sin duda un concepto que tiene muchas definiciones y
caminos, a pesar de ello hay un punto en común que tiene como objetivo la capacidad de
liderar, y es la de crear capacidades, pulir facultades y lograr objetivos.