Comentarios A La Casación 2832-2018 (Paul Cajacuri)
Comentarios A La Casación 2832-2018 (Paul Cajacuri)
Comentarios A La Casación 2832-2018 (Paul Cajacuri)
Sumario:
Marco normativo:
Como punto de partida, nos enfocaremos en explicar los detalles del caso judicial que ha
dado lugar al pronunciamiento objeto de comentario. En este proceso, los Demandantes1
solicitaron que se les otorgue una indemnización por haber sido excluidos del uso de la
totalidad de los bienes de los cuales son copropietarios (al haberlos heredado de su fallecido
1
* Abogado por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Maestrando en Derecho Civil y Comercial
por la misma casa de estudios. Abogado Asociado del Estudio Rodríguez Angobaldo Abogados.
Señores Ángel Custodio y Juan Bautista Hernández Alarcón.
1
hermano), requiriendo a la otra copropietaria, una suma de dinero indemnizatoria calculada
en función de la alícuota de la que son titulares.
Es así que, mediante la Resolución N° 04, el Juzgado de primera instancia declaró fundada
en parte la excepción de prescripción extintiva de la acción, respecto de la pretendida
indemnización por las rentas no percibidas desde setiembre de 2011 hasta julio de 2015.
Contra esta decisión, los Demandantes interpusieron recurso de apelación, que fue resuelto
por la Sala Civil de Cusco, mediante el Auto de Vista de fecha 14 de mayo de 2018
(Resolución N° 09), que declaró nulo todo lo actuado en el proceso e improcedentes todas
las pretensiones.
Los fundamentos concretos de tan extrema decisión de la Sala Superior, fueron los
siguientes:
2
Señora Antonieta Hernández Alarcón.
3
[Artículo 2001 del Código Civil]
“Prescriben, salvo disposición diversa de la ley:
4. A los dos años, la acción de anulabilidad, la acción revocatoria, la acción indemnizatoria por
responsabilidad extracontractual y la que corresponda contra los representantes de incapaces derivadas del
ejercicio del cargo.”
2
lógica, la demanda debe ser declarada improcedente en aplicación del numeral 4 del
artículo 427 del Código Procesal Civil.
b) Lejos de desarrollar con base al derecho contenido en el artículo 975 del Código
Civil, acervo probatorio y fundamentos expuestos como agravios, el Ad quem
declara la nulidad de todo lo actuado y la improcedencia de la demanda, sin realizar
un análisis exhaustivo respecto del asunto que fue materia de apelación.
3
II. Cuestiones procesales
Para ello, debemos por comenzar por referirnos al recurso de apelación, también llamado
de alzada, que es el medio impugnatorio por el cual la parte afectada con el
pronunciamiento de la primera instancia judicial, recurre a una segunda instancia en aras de
que, con un mejor estudio del caso, se revierta el error que le genera agravio. Así, también
se ha dicho que:
La apelación es, pues, aquel recurso ordinario y vertical o de alzada formulado por
quien se considera agraviado con una resolución judicial (auto o sentencia) que
adolece de vicio o error, y encaminado a lograr que el órgano jurisdiccional superior
en grado al que la emitió la revise y proceda a anularla o revocarla, ya sea total o
parcialmente, dictando otra en su lugar u ordenando al Juez a quo que expida una
nueva resolución de acuerdo a los considerandos de la decisión emanada del órgano
revisor. (Hinostroza, 2013, p. 37)
Teniendo clara la finalidad del recurso de apelación, en el caso concreto, podemos verificar
que en la Casación, considerando Décimo, la Sala Suprema hace una distinción entre los
alcances del recurso de apelación; esto es, al tramitarse este recurso, si el Ad quem podrá
revisar todo lo que en su oportunidad correspondía al A quo, o solamente el Ad quem tiene
el poder de conocer sobre aquella parte concreta de lo decidido por el A quo y que fue
apelado por la parte agraviada.
4
La distinción que hace la Sala Suprema en tal extremo, se refiere a los alcances, limitados o
amplios, que tendrá el superior en grado al momento de analizar y pronunciarse sobre un
recurso de apelación. Esto se entiende más claramente si nos remitimos a otro
pronunciamiento de la Corte Suprema, contenido en la Casación N° 2781-2005 4, donde se
explica lo siguiente:
Quiere decir entonces que en nuestro sistema legal, los alcances de la segunda instancia
para conocer el caso materia de apelación, resultan limitados a una revisión de lo resuelto
por la primera instancia. En armonía con esto, se encuentra vinculado también el principio
de congruencia procesal, por el cual el Juez debe emitir sus decisiones en función de lo que
fue peticionado por las partes.
Ello determina que lo resuelto por la segunda instancia no debe alejarse de lo que el
recurrente cuestionó. En general, lo resuelto en apelación debe responder a lo cuestionado
4
Publicada en el Diario Oficial El Peruano con fecha 3 de octubre de 2006.
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por los apelantes en relación a lo alegado ante la primera instancia y lo que fue resuelto por
esta. No cabe plantearse en alzada cuestiones que no fueron discutidas anteriormente, pues
están resultarían extemporáneas al proceso.
Sobre el particular, el Auto de Vista (Resolución N° 09), emitido por la Sala Civil de
Cusco, se alejó de los alcances concretos de los extremos cuestionados a través de los
recursos de apelación y centró su estudio en el petitorio de la demandada, que trata de un
pedido de indemnización por la exclusión del uso de bienes en copropiedad; uno de los
extremos de los fundamentos de la demanda, que se refiere al perjuicio que se habría
generado a los Demandantes por el uso excluyente de los bienes en copropiedad; y,
finalmente, lo señalado en el recurso de apelación por los Demandantes, donde hicieron
mención expresa a que con base al artículo 975 del Código Civil, el uso excluyente de los
bienes en copropiedad, hace que nazca en favor de los propietarios excluidos, la obligación
crediticia de indemnizarles.
Así las cosas, la Sala Superior, sin que haya sido materia de cuestionamiento, observación y
análisis por parte de la primera instancia una supuesta improcedencia de las pretensiones de
la demanda por falta de conexión lógica entre el petitorio y los fundamentos respectivos, se
pronuncia sobre este extremo y concluye que se configura dicha falta de conexión lógica,
indicando que, si a juicio de los Demandantes la indemnización es un crédito, y lo que se
pretende es exigirlo, no correspondía plantear una indemnización, sino una obligación de
dar suma de dinero.
Al igual que la Sala Suprema, consideramos que el proceder de la Sala Civil en ese
extremo, resultó atentatorio contra el principio de congruencia. Incidiendo incluso en el
6
derecho a la doble instancia, reconocido en el inciso 6 del artículo 139 de la Constitución
Política y artículo X del Título Preliminar del Código Civil, puesto que ante la abrupta
improcedencia de la demanda, se dejó a los interesados solamente con la alternativa de
valerse del recurso de casación, que, como sabemos, no da lugar al trámite ante segunda
instancia, sino que es un recurso especial y extraordinario.
Por otro lado, en cuanto al tema sustancial, se pone en evidencia el error en el que incurre la
Sala Superior al parcializar las alternativas entre las que supuestamente debía optar la parte
demandante para la tutela de su derecho, esto es, elegir entre interponer una demanda de
indemnización o una demanda de obligación de dar suma de dinero. Esto resulta criticable,
porque como se explicará más adelante, para el supuesto de hecho concreto, si se parte de la
premisa de exigir una compensación en razón del uso excluyente de un bien en
copropiedad, sí sería acertado que se haya interpuesto una demanda de indemnización, pues
así lo prevé el artículo 975 de nuestro Código Civil, lo cual, de ser amparado, dará lugar a
la respectiva compensación económica, que es distinto a considerar que nos encontramos
en el marco de la tutela resarcitoria y, por ende, que sea necesario hacer un juicio de
responsabilidad civil, como parece haber malentendido la Sala Civil de Cusco.
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la que se ha generado la duda de cómo debe entenderse el derecho de indemnización que
regula.
Antes de analizar el artículo 975 del Código Civil, es necesario referimos primero a la
distinción entre las categorías de indemnización y resarcimiento, para un debido
entendimiento de la norma.
En nuestro país, es una realidad que en gran parte de la práctica jurídica, las categorías de
indemnización y resarcimiento son utilizadas como sinónimos, sin diferenciación. Más
precisamente, de nuestra experiencia, podemos decir que, en la mayoría de casos, se
equipara la categoría de indemnización a lo que viene a ser el resarcimiento, esto implica
que se denomine indemnización a supuestos que sí pertenecen a esta categoría, pero
también a otros supuestos que, en realidad, constituyen un resarcimiento.
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“El concepto de indemnización, por su uso asentado en la conciencia jurídica
peruana, debiera considerarse sinónimo al concepto de resarcimiento. Sin embargo,
sobre la base del dato actual que brota del diverso articulado del Código Civil
peruano de 1984, es perfectamente posible afirmar el uso del vocablo indemnización
con un carácter general y polisémico”. (Fernández, 2015, pp. 402-403)
De este modo, dado que la tutela resarcitoria busca reparar los efectos de un daño, en
atención al hecho generador de este, sea por inejecución de obligaciones o contravenciones
a la ley, nos encontraremos en los supuestos de responsabilidad civil contractual o
extracontractual, respectivamente.
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Al respecto, Rómulo (citando a Cesare Salvi) enfatiza en las características de la
indemnización, señalando lo siguiente:
En los casos mencionados, dado que no nos encontrarnos ante supuestos de resarcimiento
sino de indemnización, naturalmente se concluye que no será necesario un juicio de
responsabilidad civil como presupuesto necesario para hacer exigible una obligación de
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resarcir, ya que, en estos casos, la ley reconoce el derecho del sujeto perjudicado a ser
compensado por el perjuicio que afronta.
Nótese que, por más que en la norma se hace mención expresa a una “indemnización”, no
se refiere a la tutela resarcitoria, que implica un juicio de responsabilidad civil, sino
simplemente a un compensación prevista para suplir el perjuicio.
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tesis5, donde explica los criterios para la distinción entre indemnización y resarcimiento,
que resumimos, de modo muy concreto, en lo siguiente:
Sin duda resultan ilustrativos y didácticos los criterios de distinción antes detallados.
Finalmente, a modo de conclusión, suscribimos lo señalado por el profesor Morales cuando
refiere claramente que “la indemnización no corrige sino compensa o restablece un
desequilibrio económico producido. El resarcimiento resarce, previene o castiga
dependiendo de las funciones de la responsabilidad civil que se aplique a cada caso
concreto”. (2011, p. 51)
5
Tesis para obtener el grado de abogado, denominada “La Responsabilidad Civil del solicitante de una
medida cautelar por los daños que ocasione su actuación sobre la situación jurídica del afectado en el contexto
del proceso civil peruano”. Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú, Facultad de Derecho (sustentada
en abril de 2012).
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La copropiedad se configura cuando más de un sujeto es propietario de un mismo bien por
cuotas ideales, de manera indivisa. En nuestro Código Civil, este derecho se encuentra
regulado en el Capítulo Quinto, desde el artículo 969 hasta el 993.
De acuerdo a lo previsto en el artículo 974 del Código Civil, cada copropietario tiene
derecho a servirse del bien común, siempre que no altere su destino ni perjudique el interés
de los demás.
Artículo 975.-
El Copropietario que usa el bien parcial o totalmente con exclusión de los demás, debe
indemnizarles en las proporciones que les correspondan, salvo lo dispuesto en el artículo
731.
Según se aprecia, lo que regula la norma es el supuesto en el cual uno o más copropietarios
quedan excluidos del uso del bien común, mientras otro copropietario permanecerá
haciendo uso exclusivo del bien, por lo cual este debe indemnizar a aquellos que fueron
excluidos, en proporción de las alícuotas que les corresponde.
Como bien ha señalado Arata al comentar el artículo 975 del Código Civil, en general, los
bienes tienen un valor de uso, un valor de cambio y un valor de garantía. Al respecto, en la
norma materia de análisis, se reconoce el valor de uso del bien, que al estar en el marco de
una situación de copropiedad, debe beneficiar a todos los copropietarios.
Ahora bien, lo que nos interesa concretamente en este caso, es referirnos a la naturaleza del
derecho de “indemnización” que reconoce el artículo 975 del Código Civil en favor del
copropietario que no hace uso del bien, pues es sobre ello que la Sala Civil de Cusco ha
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incurrido en confusión, y por su parte, en la Casación, la Corte Suprema no ha brindado
mayor detalle al respecto, debido a que el Auto de Vista fue declarado nulo por una
cuestión procesal formal.
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Compartimos las opiniones citadas en el sentido de que la indemnización prevista en el
artículo 975 del Código Civil no se trata de un supuesto de responsabilidad civil
(resarcimiento), y que, por consecuencia, no es viable el análisis de los daños, la culpa, el
dolo o nexo causal.
Para explicar mejor esto, aunque pueden darse otros supuestos, reflexionemos en el caso de
dos copropietarios de un departamento, de los cuales uno de ellos hace uso exclusivo del
bien, mientras que el otro, con una familia nuclear constituida, no necesita ni tiene interés
en usar el departamento, pues vive en otra casa. Como puede notarse, no podría calificarse
la conducta del copropietario que está haciendo uso del bien como ilícita y/o irregular,
menos que se encuentre incumpliendo una obligación, por el contrario, solamente está
ejerciendo el derecho al que está facultado por ser el titular del bien; no obstante, esta sola
situación de hecho, de gozar exclusivamente del inmueble sin la intervención del otro
copropietario, hace que se genere a favor de este último, el derecho a ser compensado o
retribuido en proporción a la alícuota de la que es titular. En este caso, no hay daño como
tal ni hecho ilícito alguno y, pese a ello, se cumple con el supuesto de la norma para que
proceda la “indemnización”, lo que confirma que no nos encontramos ante un
resarcimiento.
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Pero incluso si en el mismo ejemplo, el copropietario que hace uso del bien hubiese
adoptado una actitud hostil que impida que el otro copropietario haga uso efectivo del bien,
tampoco ello determina que nos encontremos en el marco de un resarcimiento a raíz de que
la causa de tal situación es la actitud dolosa del copropietario, puesto que el derecho de
indemnización previsto en la norma, solamente tiene como fin que se reconozca una
compensación o retribución patrimonial al configurarse el supuesto de hecho de exclusión
en el uso.
Esto nos recuerda a los criterios estructural y consecuencial al que se refiere el profesor
Campos, puesto que para conceder la indemnización prevista en la norma, en ambos
ejemplos brindados, independientemente de la actitud del copropietario que hace uso
exclusivo del bien, solo será necesaria la verificación del supuesto de hecho: uso exclusivo.
Distinto sería el caso si estuviéramos frente a un supuesto de resarcimiento, donde se
tendría que evaluar el daño causado para que, en función de este, se otorgue la suma
resarcitoria.
Como bien refiere Arata, “en todo caso, si además del uso exclusivo se incurre en una
conducta ilícita, lo que diremos es que, junto con la retribución o compensación por el uso
exclusivo, el propietario estará obligado a pagar por los daños y perjuicios que pudiera
haber causado” (2010, p. 359), pero esta posibilidad implica, pues, un supuesto distinto al
regulado en la norma en comentario, para lo cual deberá ejercerse la acción
correspondiente.
Referente a ello, veamos primero a la Casación 2477-2013 - Lima, mediante la cual la Sala
Civil Transitoria de la Corte Suprema, más allá de discrepar con el término
“indemnización” y considerar que es equivocado, reconoció que “la exclusión practicada
por el co-propietario no presupone la existencia de daños y perjuicios (…)”. Veamos:
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SÉTIMO.- Que, la existencia de co-propiedad acarrea como consecuencia que el co-
propietario que haga uso exclusivo del bien común deba retribuir a los demás co-
propietarios, pues dicho uso les concierne a éstos y afecta su derecho. Sin embargo, el
término “indemnizarles” a que alude la norma mencionada resulta equívoco, pues la
exclusión practicada por el co-propietario no presupone la existencia de daños y perjuicios,
razón por la que en vez de indemnización debió consignarse retribución.
Por otro lado, mediante la Casación N° 1850-96, a la que hace mención Arata en sus
comentarios a la norma, se indicó:
De la cita, puede notarse el criterio subjetivo que se aplica, incluso poniendo énfasis en que
la actora habría estado de viaje y no se preocupó por el bien común, lo cual es cuestionable,
ya que para la procedencia de la pretensión indemnizatoria debe ser suficiente estar en el
supuesto de no haber realizado el uso del bien mientras que el otro copropietario sí lo hacía
(total o parcialmente) de modo exclusivo.
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a) El A quo, mediante la Resolución N° 04, indebidamente asumió que nos
encontrábamos en el supuesto de la responsabilidad civil extracontractual y que, por
ende, era aplicable el plazo de prescripción de dos (2) años.
Finalmente, conviene precisar que, si bien nuestro análisis se ha centrado en el artículo 975
del Código Civil, puede desprenderse del caso que los Demandantes también se
encontrarían reclamando un derecho compensatorio por el disfrute exclusivo de los bienes
comunes, y no solo por su uso, lo cual nos lleva al supuesto previsto en el artículo 976 del
Código Civil. Sin embargo, dado que la controversia se ha generado respecto del artículo
975 del Código, y no tenemos a la vista los términos exactos de la demanda, es que hemos
enfocado nuestro estudió exclusivamente en esta última norma.
Otro de los temas vinculados que surge de la poca claridad (o falta de consenso) sobre la
“indemnización” en los términos del artículo 975 del Código Civil, gira en torno al plazo de
prescripción aplicable. Al respecto, dos son los principales planteamientos.
Una primera postura gira en torno a que la naturaleza del artículo en comentario es propia
del sistema de responsabilidad civil, por lo que se debe de aplicar el plazo de prescripción
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(por analogía) correspondiente al de indemnización por responsabilidad civil
extracontractual, es decir, a los dos años.
(…)
Mientras que la otra postura resalta que el supuesto comprendido en el artículo 975 del
Código Civil no tiene una regulación sobre prescripción, por lo que no sería aplicable
ningún plazo previsto en el artículo 2001 del Código Civil. Ello, en tanto el artículo 2000
de la citada normativa indica que solo la Ley puede fijar los plazos de prescripción en
concordancia por el artículo IV del Título Preliminar del Código Civil.
Frente a ello, La Comisión de Actos Preparatorios del Pleno Jurisdiccional Nacional Civil y
Procesal Civil, decidió recoger ambas posturas, en el Tema N° 3 del Acuerdo Plenario
realizado recientemente, el 15 de octubre de 2021, pues su finalidad era responder a la
siguiente interrogante: ¿qué plazo de prescripción extintiva se aplica a los supuestos de las
indemnizaciones con carácter de obligación legal reconocidos por el Código Civil?
Al respecto, los diez (10) grupos de trabajo conformados para brindar respuesta a esta
pregunta, no llegaron a un acuerdo por unanimidad. Es decir, por mayoría, los magistrados
no optaron por ninguna de las dos posturas descritas anteriormente. En tal sentido,
acordaron la redacción de una tercera ponencia, el cual debería anunciar lo siguiente:
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Con lo anterior, queda claro que el tema de la prescripción de la acción prevista en el
artículo 975 del Código Civil, es una cuestión aún por definir entre las decisiones
judiciales.
Por otra parte, otra cuestión vinculada que consideramos importante, es el momento inicial,
derivado de una actividad o circunstancia, a partir del cual debe considerarse que, en
adelante, el copropietario que no está haciendo uso del bien, puede pretender una
compensación y/o retribución del copropietario que se encuentra en uso del bien.
Al respecto, desde un plano más práctico que teórico, en muchos casos sucederá que el
copropietario no se encuentra en uso del bien por su propia voluntad (ya sea porque
tiene otras propiedades o simplemente no le interesa hacer uso del bien). En esta
situación ejemplificativa, en la actualidad, desde que sea ha configurado el supuesto
objetivo, el copropietario que sí se encuentra haciendo uso exclusivo del bien estará
obligado a compensar y/o retribuir todo por todo el tiempo de uso exclusivo al
propietario que, en principio, no había manifestadoó antes intención alguna de recibir
una compensación o retribución.
Frente a ello, creemos que esto no debe ser así, es decir, no debería operar en
automático el inicio de la obligación del propietario que hace uso exclusivo de bien, de
compensar al que no lo hace, sino que en el algún punto debe mediar una petición y/o
solicitud del copropietario excluido, si así lo requiriese, de ser compensado dado que él
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no viene usando el bien. Es desde ese punto (momento) al cual hacemos referencia, que en
adelante, el copropietario interesado podrá pedir se le reconozca una compensación.
Conviene precisar que lo brevemente anotado en este apartado, involucra un estudio más
amplio y profundo de los temas planteados, que en algún momento procuraremos efectuar.
V. Conclusiones
El supuesto de indemnización regulado en el artículo 975 del Código Civil tiene una
naturaleza compensatoria y retributiva, lo que se diferencia de la categoría del
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resarcimiento, donde para resarcir un daño se precisa de un juicio de responsabilidad
civil.
Debido a que el supuesto regulado en el artículo 975 del Código Civil no constituye
una categoría de resarcimiento, sino de indemnización de naturaleza compensatoria, no
nos encontramos en el marco de la responsabilidad civil contractual ni extracontractual,
por lo tanto, no le son aplicables los plazos de prescripción previstos para estos casos.
Bibliografía
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Campos, H. La responsabilidad civil del solicitante de una medida cautelar por los daños
que ocasione su actuación sobre la situación jurídica del afectado en el contexto del
proceso civil peruano. Tesis para obtener el grado de Abogado. Lima: Pontificia
Universidad Católica del Perú, Facultad de Derecho.
De la Rúa, F. (1991). Teoría General del Proceso. Buenos Aires: Ediciones Depalma.
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