Oracion Segun Buda
Oracion Segun Buda
Oracion Segun Buda
La oración es un aspecto medular del budismo de Nichiren. Con frecuencia, los miembros de la SGI
comentan que han “orado seriamente”, “orado desde el fondo del corazón” o que sus oraciones fueron
“contestadas”. ¿Qué significan tales declaraciones?
El Tercer Diccionario Internacional Webster define la oración como “un solemne y humilde
acercamiento a la divinidad en palabras o pensamientos, que normalmente implica la súplica, la
petición, la confesión, la alabanza o la acción de gracias”. (1) ¿En qué aspectos concuerda la noción
budista con esta definición y en cuáles difiere de ella?
Orar es una acción que lleva a cabo todo ser humano. Está comprobado que los individuos expresaban
sus plegarias de diversas formas, desde los tiempos más remotos. Cuando el ser humano percibió su
impotencia ante las fuerzas de la naturaleza, su mortalidad y lo efímero de su vida, empezó a expresar
sus sentimientos más profundos dirigiendo preces a las divinidades, alabándolas y agradeciéndoles.
El presidente de la SGI, Daisaku Ikeda, observó que la religión se desarrolló a partir de la oración, y
que el deseo y el acto fundamental de orar surgieron antes de que se establecieran las diferentes
tradiciones religiosas. En el budismo, el rezo es una expresión de los sentimientos de anhelo,
compromiso y gratitud. Sin embargo, dado que uno de los principios preponderantes de esta doctrina es
que lo divino se encuentra en el interior de la vida de cada persona, la oración de los creyentes, en lugar
de invocar a fuerzas externas, tiene por objetivo despertar aptitudes innatas como la fortaleza, el valor y
la sabiduría.
Como otras religiones orientales, el budismo tiene una modalidad específica de oración. En el budismo
de Nichiren, esta consiste en la recitación de fragmentos del Sutra del loto y en la entonación repetida
de la frase Nam-myoho-renge-kyo. Esta última, que fue establecida por Nichiren a partir del título del
Sutra del loto, es la denominación de la Ley Mística inherente a todo tipo de vida. En el budismo
expuesto por Nichiren se entona la oración con la voz, pues se considera que el rezo no debe limitarse a
la meditación, sino que debe consistir en un acto que extraiga las cualidades interiores de la persona
para afrontar el mundo real.
A los miembros de la SGI se les recomienda que su oración sea específica y que la enfoquen en asuntos
concretos como, por ejemplo, sus problemas, aspiraciones o preocupaciones. El budismo de Nichiren
expone que “los deseos mundanos” y la iluminación son inseparables. Él aseveró que, a través de la
oración, “[q]uemamos la leña de los deseos mundanos y contemplamos ante nuestros ojos el fuego de
la sabiduría iluminada". (2) La oración budista es el proceso gracias al cual el ferviente deseo y el
sufrimiento se transforman en amor compasivo y en sabiduría. Dicho proceso implica invariablemente
la reflexión y, en ocasiones, la dolorosa experiencia de enfrentar nuestras más arraigadas tendencias
destructivas. Nichiren dijo: “A menos que perciba la verdadera naturaleza de su vida, practicar las
enseñanzas budistas no lo aliviará de los sufrimientos del nacimiento y la muerte”. (3)
Para los miembros de la SGI, orar forma parte de la vida cotidiana; no obstante, la oración solo puede
ser genuina cuando va acompañada de la acción. Para triunfar en la vida, es necesario tener
determinación, orar, esforzarse y ser creativo.
Mediante la oración, se manifiesta la “naturaleza de buda”, el estado de vida más excelso de cada
persona, el potencial que poseen todos los seres humanos, la fuerza vital y misericordiosa del cosmos.
Al orar, la vida individual (el yo inferior, con todos sus impulsos y deseos) se fusiona con el ritmo vital
del cosmos (el yo superior). Entonces, liberamos la energía inherente a nuestra vida, que nos permite
conocernos, perseverar en nuestros esfuerzos y gozar de ilimitada sabiduría y vitalidad. La filosofía
budista sostiene que no existe separación entre el mundo interior de los seres humanos y su entorno;
por eso, los cambios que ocurren en lo profundo de la vida de las personas se ven reflejados en sus
circunstancias externas. Por lo tanto, la “respuesta” a la oración es el resultado de ese proceso.
Daisaku Ikeda asevera que la máxima forma de oración es la promesa: la promesa de contribuir a la
felicidad de los demás y al desarrollo de la sociedad.
Al asumir esa promesa como un verdadero compromiso, la vida de la persona armoniza con la del vasto
cosmos, y se pone de manifiesto lo más noble y elevado que yace en el interior del ser humano.
Notas:
(1) Nota del editor: Entre las acepciones de la palabra “oración” que ofrece la vigésima segunda
edición del Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia Española figuran “súplica,
deprecación, ruego que se hace a Dios o a los santos” y “elevación de la mente a Dios para alabarlo o
pedirle mercedes”. Entre las acepciones de la palabra “plegaria” figura “deprecación o súplica humilde
y ferviente para pedir algo”.
(2) NICHIREN, Nichiren Daishonin Gosho Zenshu (Escritos completos de Nichiren Daishonin), Soka
Gakkai, Tokio, 1952, pág. 710.
(3) NICHIREN, The Writings of Nichiren Daishonin (Los escritos de Nichiren Daishonin), Soka
Gakkai, Tokio, 1999, vol. 1, pág. 3.
¿Qué es la depresión?
¿Qué síntomas genera la depresión?
¿Qué genera la depresión?
¿Qué es la depresión?
La depresión es un trastorno del estado de animo, las personas la padecen la describen como un
sentimiento de tristeza o enojo que les impide desenvolverse en sus actividades cotidianas con
normalidad, pero la depresión puede traer consigo una variedad de síntomas distintos a la tristeza.
¿Qué síntomas genera la depresión?
Los síntomas de la depresión se presentan en hombres, mujeres, niños y pueden ser los siguientes:
Estado de ánimo: ira, agresividad, irritabilidad, ansiedad, inquietud.
Emocional: sentirse vacío, triste, sin esperanza.
Comportamiento: pérdida de interés, ya que no encuentra placer en sus actividades favoritas, se
siente cansado fácilmente, piensa en suicidarse, bebe en exceso, usa drogas, participa en actividades de
alto riesgo.
Sexual: deseo sexual reducido, falta de rendimiento.
Cognitivo: incapacidad para concentrarse, dificultad para completar tareas, respuestas tardías
durante las conversaciones.
Sueño: insomnio, sueño inquieto, somnolencia excesiva.
Físico: fatiga, dolores, dolor de cabeza, problemas digestivos.
¿Qué genera la depresión?
Las causas de la depresión pueden ser diversas ya sean, biológicas o circunstanciales, las causas más
comunes pueden ser:
Historia Familiar: si tu familia presenta antecedentes de depresión o trastornos del estado de
ánimo, existe la probabilidad que puedas sufrir de depresión.
Trauma en la primera infancia: pueden suceder eventos que afectan la forma en el que el cuerpo
reacciona ante situaciones de miedo y estrés.
Estructura en el cerebro: hay una menor probabilidad de que sufras de depresión si tu lóbulo
frontal del cerebro está menos activo, sin embargo, los científicos no saben si esto sucede antes o
después de que el paciente sea diagnosticado con depresión.
Condiciones médicas: enfermedades como insomnio, dolor crónico y déficit de atención pueden
generar un alto riesgo de padecer depresión.
Consumo de drogas: un constante uso de drogas o alcohol pueden aumentar el riesgo.
También existe la posibilidad de padecer depresión a causa de la perdida de un ser querido, baja
autoestima, autocrítica o cierto tipo de medicamentos.
Actualmente es un trastorno bastante común, se estima que el 8.1% de las personas mayores de 20
años en Estados Unidos presentaron un período de depresión de dos semanas como mínimo.
Es importante darse cuenta de que sentirse triste a veces es parte normal de la vida, pero cuando este
sentimiento crece y comienzas a tener sentimientos y pensamientos perturbadores de manera constante
debes acudir a tu médico para que este le de un correcto tratamiento a tu depresión, las personas a
menudo ven mejoras en los síntomas en solo unas pocas semanas mejorando así sus relaciones
interpersonales y su productividad laboral.