Abrilgosho
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VIVIR EL GOSHO
La práctica de Nam-myoho-renge-kyo expuesta por Nichiren Daishonin nos permite
resolver nuestros problemas cotidianos y consolidar bases fuertes para nuestra vida.
Podemos cultivar un firme núcleo interior y un acervo inagotable de buena fortuna.
Nam-myoho-renge-kyo es sólo una frase, pero contiene la esencia del sutra entero. Usted
me preguntó si uno podía alcanzar la Budeidad con sólo invocar Nam-myoho-renge-kyo, y
ésta es la pregunta más importante de todas. Es el corazón de todo el sutra y la sustancia
de sus ocho volúmenes.
La estatura de una persona varía entre un metro cincuenta y un metro ochenta, pero su alma
se refleja en el rostro, de apenas treinta centímetros. Y el espíritu dentro del rostro, se expresa tan
sólo en los ojos, que son mucho más pequeños. […] Del mismo modo, en el título, Nam-myoho-
renge-kyo, se encuentra incluido, sin excepción, todo el sutra, que consta de ocho volúmenes,
veintiocho capítulos y 69.384 caracteres.
Fondo de escena
Nichiren Daishonin envió esta carta desde Minobu, en el séptimo mes de 1278, a la monja laica Myo-
ho, que vivía en la aldea de Okamiya, provincia de Suruga. Fue una discípula de quien se sabe muy
poco. Aquí, Nichiren Daishonin responde a una carta que ella le había enviado preguntándole si era
posible lograr la iluminación tan sólo recitando Nam-myoho-renge-kyo.
Así como los ojos expresan la vida de un ser humano en su totalidad, del mismo modo, la sola frase Nam-myoho-renge-
kyo encierra la clave para abrir una ilimitada energía vital oculta en cada persona. A su vez, el Gohonzon de Nam-myoho-
renge-kyo contiene toda la sabiduría del budismo de Nichiren y del Sutra del loto.
Al tomar un ejemplo moderno, hoy en día, cuanto más avanza la tecnología, más fáciles de operar son las má-
quinas. El segundo presidente de la Soka Gakkai, Josei Toda, a veces, decía con criterio didáctico que el Gohonzon
era como una “máquina generadora de felicidad”. Y el botón que ponía en marcha esa máquina de felicidad (el
Gohonzon) era la práctica de invocar daimoku por la felicidad de uno y de los demás. Podría decirse que Nichiren
Daishonin refinó y destiló el budismo hasta tal grado que llegó a una esencia de simplicidad irreductible, en bien
de las personas.
Cuando se inventó la televisión por ejemplo, las personas vivían sorprendiéndose de lo extremadamente simple y
conveniente que era. El espacio que nos rodea está colmado de ondas de radio, de las más diversas frecuencias. Estas
ondas son invisibles, pero un televisor, de distintas maneras, consigue captarlas y convertirlas en imágenes visuales. La
práctica de invocar daimoku al Gohonzon sincroniza el ritmo de nuestra vida con el estado de vida de la Budeidad
que impregna el universo. “Calibra” nuestra vida, por así decirlo, para que ella pueda desplegar la fuerza del Buda
que lleva en forma inherente.
Nichiren Daishonin indica, en este gosho, que Nam-myoho-renge-kyo es el corazón de todo el Sutra del loto, y es
en realidad los “ojos”, la médula espinal del budismo. Por ende, la filosofía que proviene del Sutra del loto es una
compilación universal de sabiduría, para ayudar a las personas a que sean felices.Y su esencia es el daimoku del Sutra
del loto, es decir, Nam-myoho-renge-kyo.
Por lo tanto, todo pasa a ser motivo de crecimiento, todo se convierte en un elemento de valor, todo cobra vida,
cuando nos basamos en el daimoku. Poseemos la sabiduría esencial para revolucionar nuestro interior y desplegar un
enorme estado de vida. Por lo tanto, somos personas de la mayor sabiduría y riqueza.
La clave es la fe
En este mismo escrito el Daishonin afirma que la luz de una sola vela es capaz de encender un lugar que ha estado
sumido en la oscuridad absoluta durante miles de millones de años. Del mismo modo, en el instante en que oramos
basados en el daimoku, la oscuridad de nuestra vida se desvanece instantáneamente. Este es el principio de la simul-
taneidad entre causa y efecto. En ese preciso instante, la oración queda respondida y esa respuesta se graba en lo más
profundo de nuestro ser.
Por eso, es sumamente importante que las oraciones tengan total convicción. Las fuerzas del Buda y de la Ley se
activan en proporción directa a la fortaleza de nuestra fe y nuestra práctica. La fe es como los voltios de una bombilla
eléctrica; cuando hay fe arrolladora, en la vida de uno se enciende una luz destellante.
Por otro lado, la oración es invisible, pero si uno ora con toda tenacidad y convicción, sin falta se manifestará
un claro resultado en la vida y en el entorno que nos rodea. En todo caso, la fe debe ser convicción en este ámbito
invisible. Las personas que se basan siempre en la oración son realmente fuertes y sinceras.
Para la persona de fe firme, los sufrimientos son un estímulo que lo lleva a uno a ser feliz. La práctica de la fe
es una lucha por concretar nuestros deseos, y la base de esa práctica es la oración. El daimoku firme convierte la
esperanza en rotunda convicción.Y este espíritu de convicción, que se despliega de tres mil formas posibles, apunta
a concretar cada uno de esos anhelos que nos llevaron a invocar. Por lo tanto, no hay necesidad de rendirse a mitad
de camino. Nuestros sufrimientos actuales, por muy oscuros que sean, no durarán eternamente. Al basarnos en la
Ley Mística, manifestamos la convicción de jamás entregarnos a la derrota. La clave está en orar concretamente y en
actuar hasta que se produzcan los resultados.
La oración basada en la Ley Mística nunca debe ser abstracta, pues genera una realidad concreta en el nivel de la
vida. Orar es iniciar un diálogo, un intercambio, con el mismísimo universo. Cuando oramos, nuestro ichinen (de-
terminación) está abarcando el universo entero. La oración es una lucha denodada por expandir nuestra vida, una
convicción potente, rotunda e incondicional. La cual se manifiesta en acciones concretas. Para decirlo de otro modo,
cuando la oración es seria y sincera, sin falta se traduce en acciones. Es decir que la oración se expresa por medio
de acciones, y las acciones se apoyan en la oración. Como indica Nichiren Daishonin al final de esta carta, cuando
escribe “no dude de esto en absoluto”, es necesario tener gran convicción y vivir con esperanza. El Daishonin
presenta un alegato a toda la humanidad; “¡Vivamos con esperanza! Nuestra postura de fe se convierte instantánea-
mente en la causa, el efecto y la fuerza de la felicidad eterna.
Actualmente, cuando la humanidad se debate ante una crisis sin precedentes a raíz de la pandemia del Coro-
navirus la práctica del budismo de Nichiren Daishonin basada en la entonación de Nam-myoho-renge-kyo, posee la
misión de transmitir sabiduría para crear valor y transformar en medicina lo que se presenta como un veneno. Es
una enseñanza capaz de empoderar y alentar a la gente, y unir el corazón del pueblo hacia la resolución de los pro-
blemas que nos aquejan. Por ello, queridos lectores del Humanismo Soka, con la plena convicción de que la oración
es capaz de abarcar todo el universo y transformar el veneno en remedio, hagamos un daimoku capaz de construir
una sociedad de paz, coexistencia armoniosa, seguridad y protección para todas las personas.
(Basado en el libro Aprendamos del Gosho, vol. 1- disertación del maestro Ikeda sobre La única frase esencial)