A Century of Retaining Wall, Traducido
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Introducción
El método de los elementos finitos es una herramienta muy general que permite
identificar una solución numérica a cualquier problema que pueda describirse
mediante un conjunto de ecuaciones en derivadas parciales sobre un dominio finito.
Diversas extensiones del método sirven además para tener en cuenta
discontinuidades espaciales o temporales en las soluciones objetivo, dominios de
extensión infinita, etc. Este método ofrece la posibilidad de incorporar modelos de
comportamiento muy sofisticados, más realistas que los incluidos en los métodos
más convencionales, por lo que es normal que el método de los elementos finitos
haya suscitado un gran interés tanto por parte de los ingenieros geotécnicos como
de los ingenieros civiles.
Una de las explicaciones de las limitadas aplicaciones prácticas del método es que
los métodos de cálculo más convencionales métodos de cálculo más
convencionales han dado durante mucho tiempo resultados satisfactorios, al menos
para para verificar el diseño estructural con respecto a los estados límite últimos de
una estructura. Por el contrario, estos métodos suelen aportar poca información
sobre los desplazamientos y deformaciones de las estructuras, lo que puede resultar
perjudicial en determinados contextos (en una zona urbana, por ejemplo, es útil
poder útil predecir el impacto en los edificios adyacentes cuando se realiza una
excavación para albergar un aparcamiento subterráneo. un aparcamiento
subterráneo; en este caso, los métodos de cálculo convencionales resultan no son
adecuados).
Otra razón tiene que ver con las especificidades de los problemas geotécnicos, que
sirven para aumentar el coste de la modelización: en la mayoría de los casos, las
estructuras implican el uso de materiales naturales cuyo comportamiento es más
difícil de identificar que el de los materiales artificiales industrializados, y además el
sistema sistema objetivo evoluciona con el tiempo. Todo el proceso de construcción
presupone en esencia la aportación y retirada de materiales, lo que corresponde a
una secuencia de pasos a menudo complejos.
• las interacciones del muro con otros componentes estructurales sólo pueden
tenerse en cuenta mediante un torsor de tensiones aplicable al muro, que no
permite reconocer formas de interacción complejas como las debidas a las
estructuras vecinas; la modelización de un muro de contención en las
proximidades de una cimentación túnel u otro muro de contención resulta así
inaccesible para los métodos convencionales. Del mismo modo, la
interacción del muro de contención con otros componentes estructurales, por
ejemplo, los muros de contención, sigue siendo un ejercicio intrincado.
Suelo
Esta observación lleva a favorecer las leyes de comportamiento para las que el
comportamiento no lineal del suelo está bien representado. Así, el modelo elaborado
por Duncan y Chang [1970] ha sido considerado durante mucho tiempo una de las
leyes de comportamiento del suelo más populares para los cálculos estructurales
de los muros de contención. Más recientemente, las relaciones de tipo "S",
tradicionalmente empleadas para modelar el comportamiento dinámico del suelo,
han para modelar el comportamiento cuasi-estático de los suelos [Simpson, 1992]:
mientras las deformaciones permanecen pequeñas, el módulo es alto; en cambio,
a partir de un determinado umbral de deformación el módulo desciende
rápidamente.}
De manera más general, los modelos de comportamiento del suelo que ahora se
defienden para la modelización estructural
de los muros de contención asocian una fase elástica no lineal que tiene en cuenta
la presión media, la deformación
y la dirección de la carga (es decir, carga/descarga) con un umbral plástico que
puede
endurecimiento por deformación [véase, por ejemplo, Jardine et al., 1991].
Además, debe prestarse especial atención a la calibración de la ley de
comportamiento seleccionada en términos de tensión
de la trayectoria. Los ensayos utilizados para calibrar los parámetros de
comportamiento son, en la mayoría de los casos, ensayos de carga a lo largo de
la dirección correspondiente a la vertical del suelo, es decir: ensayos triaxiales y
ensayos odométricos.
Ilustración 3. Isovalores de desplazamiento en las proximidades de una excavación (cálculo en elasticidad, para un
desplazamiento máximo del soporte igual al 0,2% de la altura del muro) [Simpson et al., 1979].
Condiciones hidrogeológicas
Para los problemas en los que parece que hay que incorporar el acoplamiento
hidromecánico, la teoría de la consolidación desarrollada a partir de los trabajos de
Terzaghi [1925] y Biot [1941] ha permitido sustituir por el enfoque convencional de
modelización tanto del comportamiento aparente del suelo a corto plazo como del
comportamiento efectivo a largo plazo, una aproximación global al equilibrio
hidromecánico y su evolución en el tiempo. Esta teoría constituye una aportación
innegable en cuanto a la comprensión y representación de los fenómenos
implicados; sin embargo, se había limitado al problema de consolidación 1D hasta
que el cálculo por elementos finitos permitió aprovechar plenamente este avance
teórico al ofrecer la posibilidad de incorporar geometrías más complejas y, en
particular, de
Ilustración 5. Long-term equilibrium diagrams of the flow around a retaining wall for various geotechnical configurations
[Kaiser and Hewitt, 1982]
Ilustración 6. Exceso de presión negativo al final de la excavación (macizo elástico soportado por una pared
impermeable) y disipación en el tiempo; pi denota la presión existente en el instante actual en el punto i, y p0i la presión
inicial; todos los valores de presión se expresan en psi [Osaimi y Clough, 1979].
Además, desde el punto de vista mecánico, la elección entre los dos enfoques de
modelización influye, ya que ninguno de ellos representa de la misma manera las
tensiones tangenciales aplicadas por el suelo sobre el muro: el uso de elementos
de viga sirve para reducir los momentos de flexión en la estructura a sólo aquellos
momentos derivados de las componentes normales de las tensiones aplicadas por
el suelo. Al introducir elementos sólidos, estos momentos de flexión se verían
incrementados por los momentos debidos a las componentes tangenciales de las
tensiones aplicadas por el suelo (ver Fig. 10).
Otra distinción importante entre los dos enfoques se refiere a la modelización de las
fuerzas aplicadas en la base del muro. La transmisión de fuerzas normales y
tangenciales en la base del muro es más sencilla de entender e interpretar con
elementos sólidos (aunque el nivel de precisión depende en gran medida de la malla
específica empleada).
Comportamiento mecánico
Ilustración 9. Muro plano equivalente a un muro compuesto por pilotes soldados y un muro de tala: Conservación de la
rigidez de flexión [Tsui y Clough, 1974]
Ilustración 10. Influencia del modelo adoptado para el muro: a) y b) Equilibrio de los muros con los respectivos espesores
no nulo y cero espesores c) Resultados obtenidos por Day y Potts [1993]
Hata et al. [1985; Fig. 12] incorporaron, dentro del modelo de comportamiento del
muro pantalla, la aparición de grietas una vez alcanzado un determinado índice de
flexión. El modelo utilizado parte de un modelo de viga cuyo comportamiento a
flexión presenta dos pendientes distintas, correspondiendo la segunda pendiente a
la flexibilidad engendrada en la viga agrietada.
Transmisión hidráulica
El enfoque de modelización hidromecánica del comportamiento de un suelo
saturado por un acuífero requiere desarrollar valores de transmisividad de la pared.
En el caso general, esta transmisividad se establece igual a cero. Sin embargo,
pueden adoptarse valores no nulos [por ejemplo, Chew et al., 1997]. Los valores de
transmisividad medidos in situ en tablestacas han sido propuestos por Sellmeijer et
al. [1995].
Ilustración 12. Comportamiento a la flexión de una estructura de hormigón armado [Hata et al., 1985]
Enfoque de modelado utilizado para los soportes
Apoyos
Whittle et al. [1993] indicaron, además, que las variaciones de temperatura pueden
servir, una vez más, para modificar significativamente modificar la rigidez aparente
del forjado.
Tirantes de anclaje perforados y empotrados
La solución que tiende a adoptarse, que había sido propuesta inicialmente para el
modelado de discontinuidades
dentro de macizos rocosos, fue desarrollada por Goodman et al. [1968] y consiste
en modelar estas discontinuidades por medio de elementos de espesor cero para
los que dos nodos pueden al principio superponerse
y posteriormente presentar desplazamientos diferentes. En el caso del plano, un
elemento de este tipo sólo puede estar sometido a fuerzas de compresión normales
a su plano o a fuerzas de corte en su plano. El comportamiento del modelo
comportamiento del modelo se basa en dos constantes de rigidez, la primera relativa
a las fuerzas de compresión y la segunda a las fuerzas de cizallamiento.
Por lo tanto, la inicialización de las tensiones para tales configuraciones sólo puede
obtenerse mediante simulación.
Partiendo de una situación inicial para la que el estado de tensiones puede
determinarse de forma sencilla
las transformaciones primarias que han conducido a la situación actual.
simular. Sin embargo, esta simulación no siempre es factible, sobre todo cuando se
trata de fenómenos geológicos complejos.
fenómenos geológicos complejos. De hecho, no siempre se conocen las distintas
transformaciones que ha sufrido el yacimiento
y su modelización puede resultar una tarea complicada. Además, la realización de
una simulación
simulación puede requerir el despliegue de considerables recursos
computacionales.
Esta inicialización de las tensiones en los rellenos sigue siendo objeto de debate,
habida cuenta de los distintos procedimientos de de rellenos y de compactación que
se suelen abordar. Los procesos de simulación numérica más complejos destinados
específicamente a abarcar las tensiones relacionadas con la compactación en el
terraplén, pueden desarrollarse [véase, en particular, Seed y Duncan, 1986].
Este método ha sido criticado debido a su incapacidad para garantizar que las
tensiones se reduzcan realmente a cero en el borde libre, ya que el cálculo de
elementos finitos no permite determinar con precisión los valores de las tensiones
en los límites de los elementos. Por ello, en configuraciones geométricamente
complejas (por ejemplo, una excavación en ángulo), el borde libre permanece
sometido a cargas que a menudo no son del todo
despreciables.
Ilustración 20. Gg
Esta formulación también puede emplearse para analizar la modificación de la
geometría que proporciona la instalación de rellenos [Ghaboussi y Pecknold, 1984].
En este caso, la matriz de rigidez integra la rigidez de de los nuevos elementos
activos, y el desequilibrio de carga emana de entre la carga externa que externa de
los nuevos elementos activos y la carga interna que no tiene en cuenta la carga
interna de estos mismos elementos. que no tiene en cuenta la carga interna de esos
mismos elementos.
• para las estructuras muy largas, tal hipótesis es más típicamente aceptable,
al menos para las secciones estructurales para las secciones estructurales
suficientemente alejadas de las eventuales singularidades; en cambio, para
las estructuras más cortas, esta hipótesis no se admite en para estructuras
más cortas, esta hipótesis no se admite en la mayoría de los casos (véase la
Fig. 22).
• las distintas etapas del proceso de construcción no se aplican
simultáneamente a todas las secciones estructurales, sino que proceden de
manera "progresiva", generalmente en la dirección longitudinal de la
estructura. de la estructura. Este es el caso, en particular, de la instalación
de los muros de contención (muros pantalla o tablestacas), así como del
movimiento de tierras y la colocación de los pilotes. pilotes), así como con el
movimiento de tierras y la colocación de los apoyos. En consecuencia, todos
los tirantes de un determinado conjunto de anclajes no se pretensan
simultáneamente, sino uno tras otro, de acuerdo con un programa de con un
programa de fases vinculado a la organización de la obra. Por lo tanto, la
aplicación de las cargas no es estrictamente bidimensional.
• ciertos componentes estructurales no son planos, sino que tienden más bien
a elementos distribuidos de manera de manera discreta: los soportes
estructurales en su conjunto, y los tirantes y tirantes, además de los
elementos de cimentación adyacentes a la estructura.
Conclusión
La revisión bibliográfica presentada sirve para poner de relieve la gran amplitud de
respuestas que se aportan hoy en día, utilizando el método de los elementos finitos,
a la diversidad de cuestiones que plantea el modelado de las estructuras de
contención. Por otra parte, este trabajo ha reflejado también las grandes debilidades
inherentes de los métodos convencionales de cálculo de tales estructuras, que
finalmente sólo pueden pretender que, al final, sólo pueden pretender dar cuenta de
un pequeño número de aspectos dentro de tales problemas.
Como conclusión, nos parece posible distinguir dos aspectos de este enfoque de
modelización de las estructuras de retención, para los que el método de los
elementos finitos arroja una luz totalmente nueva en comparación con métodos más
convencionales: 1) el comportamiento estructural, a menudo tridimensional, y 2) los
fenómenos de consolidación de los fenómenos de consolidación relacionados con
las excavaciones.
En cuanto a las dificultades que aún se encuentran durante la aplicación del método
de los elementos finitos para el modelado de estructuras de contención, hay un
aspecto que aparentemente aún no se ha resuelto adecuadamente. Las soluciones
de que permiten representar en un mismo modelo una estructura plana o
volumétrica (suelo, muro) junto con una estructura lineal (tirantes) no han alcanzado
un nivel muy satisfactorio y la modelización de las estructuras de contención
ancladas debe, por tanto, progresar aún más.