# AHIRA - 00. Presentación

LD.
Literatura Dibujada
Lucas Berone
Los tres números de la revista-libro LD (Literatura Dibujada) –cuyo subtítulo

rezaba: “Serie de Documentación de la Historieta Mundial”– fueron lujosamente
editados por Summa / Nueva Visión, en Buenos Aires, entre fines de 1968 y principios
de 1969. En verdad, la publicación nació a impulsos de la Primera Bienal Mundial de la
Historieta, realizada hacia octubre de 1968 y coorganizada por la Escuela
Panamericana de Arte y el Instituto Di Tella (sede de la experimentación estética y
vanguardista durante la segunda mitad de los años sesenta en Argentina). El principal
hacedor de LD fue el semiólogo Oscar Masotta (1930-1979), quien llega a los comics a
partir de su trabajo y sus reflexiones sobre el arte pop, los happenings y las
experiencias más renovadoras de las vanguardias contemporáneas (cf. Masotta, 2004).
En este contexto, enmarcado en “una actitud de reflexión militante sobre la
historieta” (según las palabras del propio semiólogo), el proyecto de Literatura
Dibujada pretende articular la presentación de las novedades más interesantes de la
historieta de ese entonces, surgidas en los países europeos y concebidas en general
para un público adulto (las creaciones de Guido Crepax, Jean-Claude Forest, Guy
Peellaert), con la recuperación de las producciones más valiosas provenientes de la
tradición del comic norteamericano (el Flash Gordon, de Alex Raymond; Dick Tracy, de
Chester Gould; El Rey Petiso, de Otto Soglow; Little Nemo, de W. Mc Cay). Es decir,
según la “Presentación” del primer número de la revista: “El objetivo básico consistirá
en proponer un cambio en la relación del público con las historietas: lo que antes era
un consumo irreflexivo deberá ser ahora, y cada vez más, el motivo de una apropiación
lúcida e inteligente”.
Como citar: Berone, Lucas, “Presentación de LD. Literatura Dibujada”, Ahira. Archivo
Histórico de Revistas Argentinas, https://ahira.com.ar/revistas/ld-literatura-dibujada/, 1
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, mayo de 2022. ISSN 2618-3439.
Cabe destacar aquí dos hitos fundamentales en la breve historia del proyecto:
1°- la valoración polémica que propone Masotta de la serie Dick Tracy, en el segundo
número de la publicación, en contra de la crítica condenatoria que habían construido
algunos intelectuales y estudiosos de la comunicación claves de esos años, como
Umberto Eco; 2°- la inclusión, en el tercer número, de la serie argentina Mort Cinder,
de Héctor Oesterheld y Alberto Breccia (el episodio de la “Batalla de las Termópilas”);
acompañada del diálogo que el propio Masotta mantuvo con el dibujante, en línea con
las entrevistas que había realizado con diversos artistas plásticos de nuestro país
(incluidas en su libro El arte pop, de 1967).
La aparición de la revista –y su correlato más célebre, la Bienal de 1968–
produjo reacciones dispares. Desde el campo de la historieta, fue recibida como un
gesto erudito de recuperación casi arqueológica del pasado, snob y sofisticado;
síntoma de la decadencia o el declive que la producción de comics venía sufriendo en
nuestro país desde comienzos de la década del sesenta (el reconocido guionista y
editor, Héctor Oesterheld, puso este hecho en evidencia, al señalar que los trabajos
más recientes incluidos en la Bienal databan de, por lo menos, cinco años atrás). Sin
embargo, al mismo tiempo, L-D preanunció de alguna manera las transformaciones
que sufriría la historieta en sus relaciones con el público lector adulto, a partir de los
años setenta (verificables, en Argentina, en las publicaciones de Editorial Record), y la
sucesiva emergencia de propuestas editoriales que no dejarían de incorporar y
asignarle un espacio creciente a la reflexión crítica y la investigación sobre el género
(cf. la primera época de El Péndulo; los únicos tres números de las Tiras de Cuero,
dirigidos por Oscar Steimberg; el proyecto más perdurable de la revista Fierro, en los
años ochenta).
En todo caso, se trata de una apuesta editorial que habilitó o alimentó la
formulación de una serie de cuestiones fundamentales, a saber: la discusión acerca del
valor estético, en el seno de los mensajes de la cultura de masas; el análisis ideológico
de las imágenes mediáticas; la reflexión sobre los lenguajes visuales, su estructura, su
mutua influencia en las sociedades modernas; el develamiento de la materialidad de
los signos de la escritura, vía la noción de “literatura dibujada”, y en línea con las
proposiciones contemporáneas de Barthes y Derrida.
El cierre de Literatura Dibujada acaso fue prematuro: el director derivó hacia el
psicoanálisis lacaniano y luego al exilio en Europa; mientras que el interés teórico por
la historieta se diversificó en una multiplicidad de aproximaciones, atravesadas por los
vaivenes de la historia política y social de Argentina en los años setenta (cf. Berone,
2011). Sin embargo, pervive la lucidez del gesto crítico y la audacia de reivindicar el
interés estético e ideológico de un objeto cultural menospreciado hasta ese momento.
Bibliografía:
Berone, Lucas, La fundación del discurso sobre la historieta en Argentina: de la
“operación Masotta” a un campo en dispersión, Córdoba, Escuela de Ciencias
de la Información, UNC, 2011.
Masotta, Oscar, Revolución en el arte, Buenos Aries, Edhasa, 2004. Introducción de Ana
Longoni.

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