Proyecto Final GDD Grupo F
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ACTIVIDAD DE APRENDIZAJE II
Derechos Humanos
EQUIPO F– INTEGRANTES:
Andrade Chac Adriana Danahe
Ayala Bermúdez María Fernanda
Borges Antuña Samantha
Chuil Pacheco Manuel Jesús
Molina Soberano Angela Denire
Link de la presentación:
https://drive.google.com/file/d/1sBXWsf6tS3AXVo9NzO3l1PAetjIQGlKY/view?usp=shar
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FECHA DE ENTREGA:
03 de diciembre del 2021
INTRODUCCIÓN
El ser humano como parte de su proceso evolutivo ha generado el sistema de
trabajo-recompensa que hoy en día es el que rige en la mayor parte de los países,
diversos empleos para diversas personas y un salario diferente que corresponde a
la preparación y desempeño del empleado en la labor que se le ha asignado, un
modelo capitalista que todo México utiliza (Rojas, 2016). Sin embargo, este sistema
no ha sido justo desde un inicio con todas las personas, pues hasta hace unas
décadas, muchos de los empleos no consideraban la participación de la mujer, tales
como doctores, investigadores, profesores, corredores de bolsa o incluso escritores;
si bien es cierto que es una situación que se ha intentado remediar permitiendo la
inclusión de las mujeres en el mundo laboral, aún existen sesgos que demuestran
claros signos de desigualdad de condiciones, tal es el caso de la Unión Europea, en
donde un estimado del 43% de mujeres ocupan los puestos de trabajo, sin embargo,
se sabe que las condiciones laborales son peores que las de los hombres (Eurostat,
2002).
La desigualdad de género en el ámbito laboral desde décadas atrás ha sido
ocasionada por creencias infundadas dentro de un sistema machista que ha
menospreciado las capacidades de la mujer, algunas de estas creencias indican
que las mujeres ofrecen menos capital humano a las organizaciones, que estas no
dirigen tan bien como un hombre podría hacerlo, que se encuentran menos
capacitadas o bien que sus “responsabilidades” que asumen en el hogar les impide
a las empresas su movilidad (García, 2006).
Yucatán es uno de los estados que resulta tener una brecha más grande de
desigualdad de género dentro del país, esto probablemente ocasionado debido a
que la población yucateca presenta una visión conservadora e inequitativa frente a
estos temas, sin embargo, durante los últimos años en Yucatán se ha notado un
crecimiento en el porcentaje de mujeres que han sido empleadas en diversos
sectores laborales, de alguna forma permitiendo notar cierta mejoría en
comparación con décadas pasadas, pues para el año 2014 se logró registrar un tasa
de actividad femenina de 48.03%, un 2.58% más que en años pasados, aunque
muy a pesar de esto, sigue existiendo una preocupante cantidad de mujeres que se
encuentran inactivas en el mercado laboral (Asián-Chavez, 2016).
Objetivo general:
Exponer la desigualdad de género en el ámbito laboral en el estado de Yucatán.
PRESENTACIÓN DEL PROBLEMA. DESIGUALDAD DE GÉNERO EN EL
ÁMBITO LABORAL EN YUCATÁN
La participación en la fuerza de trabajo es fundamental para el empoderamiento
social y económico de las personas y de sus comunidades ya que les ofrece más
opciones y recursos, así como una mayor autonomía para realizar la vida que
desean. Ahora bien, pese al incremento de la participación de las mujeres durante
las tres últimas décadas, las disparidades de género siguen siendo considerables.
Si bien se estima que las mujeres representan más del 40% de la población activa,
siguen tropezando con barreras invisibles en cuanto al acceso a puestos directivos,
y es muy probable que estén excesivamente representadas en los sectores
económicos de baja productividad y/o en la economía informal.
El Índice de Desigualdad de Género (IDG) es una medida compuesta que permite
capturar la pérdida de logros dentro de un país debido a la desigualdad de género.
Durante 2012, el IDG del estado de Yucatán fue de 0.387, cifra menor que el índice
nacional de 0.393, lo cual indica que en Yucatán la desigualdad entre mujeres y
hombres fue menor que la registrada a nivel nacional; por lo que Yucatán ocupó la
posición 13 como la entidad con menor desigualdad de género. Sin embargo, en
Yucatán, a pesar de que no contrastaba con la desigualdad de otros estados, de
2008 al 2012, hubo un incremento en la desigualdad entre mujeres y hombres, lo
que significa que realmente es un problema que siguió, y hasta la fecha,
incrementando.
Para 2019, la tasa de participación económica de las mujeres es de 48.3% lo cual
ubica al estado en el lugar 10 entre las entidades con mayor participación de las
mujeres en el mercado laboral. No obstante, en comparación con la tasa de
participación de los hombres, la participación de las mujeres en las actividades
económicas en los últimos 14 años se ha mantenido sin cambios significativos, con
una diferencia de alrededor de 30 puntos porcentuales respecto a la tasa observada
para los hombres.
Estos datos señalan que las mujeres tienen poca participación en actividades
económicas dentro de sectores como el industrial que es mejor remunerado,
presuntamente como consecuencia de la baja matrícula de mujeres en campos de
tecnología, ingeniería y matemáticas, que son requeridas.
Sin embargo, las mujeres se emplean en mayor proporción en el sector de comercio
y servicios, siendo este el que genera menores ingresos, así como el que presenta
mayores niveles de informalidad, lo cual representa una brecha en el acceso a
recursos económicos.
En Yucatán, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) en el
segundo trimestre del 2019, en Yucatán, del total de mujeres ocupadas en el estado,
1.52% se encuentra en el sector primario, en comparación con el 15.67% de los
hombres, cabe mencionar que este sector se compone por la agricultura, ganadería,
silvicultura, caza y pesca.
En el sector secundario, se ocupan 21.63% de las mujeres comparado con el
30.56% de los hombres; es importante mencionar que en este sector se encuentran
la industria manufacturera, industria extractiva y de la electricidad, y la construcción.
Las mujeres tienen mayor porcentaje de ocupación en la industria manufacturera
(20.40%), y menor participación en la industria de la construcción (1.18%), en
comparación con los hombres (14.98% y 14.78%, respectivamente).
En cuanto al sector terciario, las mujeres tienen un alto porcentaje de ocupación, el
cual representa el 74.46% del total de mujeres, en contraste con el 53.44% de los
hombres, en este sector se contempla la actividad del comercio y se encuentran
ocupadas el 23.25% de las mujeres.
La situación anteriormente mencionada responde a la división en razón de sexo del
trabajo y los roles de género; bajo este sistema sexo/género, a las mujeres se les
sitúa mayoritariamente en labores de servicio y atención, y en menor grado en
tareas activas de creación, construcción y producción. Desde los inicios de la
educación y formación laboral se orienta a las mujeres a enfocarse en tareas que
replican las habilidades que se forman en el ámbito familiar, lo que limita el
desarrollo de las habilidades necesarias para incursionar en los espacios
considerados para hombres, como lo son la pesca, la caza y la ganadería.
Como respuestas en el ámbito legal, se crean planeaciones en materia de igualdad,
en 2006 se publicó la Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres, como
norma reglamentaria del artículo 4° de nuestra Constitución Federal, teniendo como
objetivos principales promover la igualdad entre géneros y contribuir a la
erradicación de todo tipo de discriminación; contribuir al adelanto de las mujeres;
coadyuvar a la modificación de estereotipos que discriminen y promuevan la
violencia de género e impulsar el desarrollo de programas que fomenten todo lo
antes mencionado.
En el ámbito estatal, la Secretaría de las Mujeres (Semujeres) según el artículo 47
quinquies del Código de la Administración Pública de Yucatán, tiene a su cargo la
atribución de Coordinar la elaboración y aplicación de las políticas públicas,
programas y acciones para la igualdad entre mujeres y hombres y el acceso de las
mujeres a una vida libre de violencia, así como proponer a las dependencias y
entidades de la Administración Pública estatal políticas, programas y acciones en la
materia; y coadyuvar en su aplicación.
Es relevante destacar que la Secretaría de las Mujeres, según dispone el artículo
47 Fracción II.- Coordinar la elaboración y aplicación de las políticas públicas,
programas y acciones para la igualdad entre mujeres y hombres y el acceso de las
mujeres a una vida libre de violencia, así como proponer a las dependencias y
entidades de la Administración Pública estatal políticas, programas y acciones en la
materia; y coadyuvar en su aplicación; y lo que dispone el 47, fracción XII del Código
de la Administración Pública de Yucatán, Semujeres es la responsable de Integrar,
en coordinación con las autoridades competentes, los instrumentos de planeación
estatales, para asegurar la igualdad entre mujeres y hombres; en este sentido, el
artículo 26 de la Ley para la Igualdad entre los Hombres y las Mujeres del Estado
de Yucatán, establece que la política estatal en materia de igualdad entre mujeres
y hombres deberá establecer las acciones conducentes para lograr la igualdad
sustantiva en el ámbito, laboral, económico, político, social y cultural.
Como se mencionó antes, nuestro objetivo con este trabajo es la exposición de este
problema, pues, al investigar e informarnos sobre los datos reales que acompañan
a esta situación, es evidente que la desigualdad laboral es un hecho innegable que
no solo se ha mantenido presente en nuestras vidas, sino que va en aumento. Es
importante educarnos y educar a las generaciones que vienen sobre esta cuestión
para que no sigamos arrastrándolo como hasta ahora y lograr una sociedad en
donde no haya lugar para estos conflictos.
Árbol de problemas
Desigualdad de género en el
ámbito laboral en el Estado de
Yucatán.
Estereotipos y Machismo
los “roles de género”
CONCLUSIÓN
Como se menciona, en México, así como en los demás países de Latinoamérica
existe una brecha de género que se encuentra gravemente marcada, la cual se ve
claramente reflejada en el ámbito laboral. Existen multitud de factores que influyen
en la existencia y permanencia de esta desigualdad; la educación en casa, en el
colegio, la exposición en los medios de comunicación, creencias e ideologías
personales, sociales, etc. Sin embargo, es necesario concluir que para encontrar un
cambio que permita cerrar estas brechas no se trata de encontrar un culpable para
la problemática, ni de recriminar o resentir sino de actuar con enfoque futuro. Este
cambio se percibe más lejano de lo que podría parecer, pero que mediante la
implementación de medidas preventivas como los talleres propuestos se podrían
lograr pequeños pasos hacia una sociedad laboral más justa. De igual forma, es
importante recalcar que es necesario que el ser humano sea capaz de identificar
críticamente y de manera eficiente aquellas situaciones de desigualdad en todos los
ámbitos (no sólo delimitar el ámbito laboral) para que las políticas empresariales
sean cada vez más inclusivas con el respeto de los derechos de trabajadores por
igual sin importar su género.
Para finalizar, es importante hacer un especial hincapié en aquellos proyectos que
apelen a la empatía y sensibilidad de las personas pues de esa forma una sociedad
puede empezar a respetarse entre sí.
REFERENCIAS