La Geografia en El Sistema Educativo
La Geografia en El Sistema Educativo
La Geografia en El Sistema Educativo
INTRODUCCIÓN
La sociedad actual en la que vivimos, dinámica y cambiante, debido principalmente, a los avances
de la tecnología y a la forma de organizar la producción y distribución de bienes y servicios, ha
generado, en todo el mundo, formas diferentes de organizar la convivencia, las relaciones, la
estructura familiar, el modo de disfrutar del ocio, el sistema educativo, en general y el sujeto de
aprendizaje, en particular, generando un modo de vida diferente, y nuevas formas de enfrentar el
proceso educativo.
El texto digital, el sonido, el video, las fotografías digitales, la imagen satelital, las fotografías
aéreas, los sistemas cartográficos, los GPS, los SIG y la multimodalidad, suponen nuevos modos
de leer e interpretar el espacio natural, las relaciones humanas, las costumbres, los modos de vida
y las formas de organización espacial.
El sistema educativo prevé un conjunto de conocimientos culturales que define como “currículo” en
el que se articulan los objetivos, contenidos, capacidades, orientaciones metodológicas,
estrategias, tipos y modos de evaluación, que permiten orientar la planificación y el desarrollo del
proceso de enseñanza aprendizaje en el aula.
A través del currículo, los docentes de geografía, tienen que desarrollar, la sensibilidad necesaria
para comprender los fenómenos y procesos que configuran la forma de vida actual, de manera tal,
que ayudemos a los estudiantes a comprender la sociedad en la que viven y abordar los retos que
se le van a presentar en su vida.
Para lograr estos objetivos, el docente de geografía, entre otras actuaciones, transmite información
sobre determinados aspectos de nuestra cultura, pero la información por sí misma no significa que
se transforme en conocimiento.
Por tal motivo, la enseñanza de la Geografía no puede desentenderse de los múltiples y variados
aportes de los diferentes ámbitos de producción científica y cultural, ni del análisis y discusión de
nuevos marcos interpretativos y de herramientas conceptuales que permitan comprender y explicar
las transformaciones del mundo en que vivimos. Estas perspectivas exigen del docente de
geografía, no solo la selección de contenidos significativos, sino también de una organización
metodológica que le permita a los estudiantes una explicación racional y científica de los
acontecimientos estudiados, para su mejor entendimiento.
La construcción del conocimiento escolar requiere de una serie de mediaciones pedagógicas que
transformen los saberes disciplinares geográficos en contenidos posibles de ser enseñados,
aprendidos y evaluados. En este proceso, la problematización de saberes, la selección de
marcos teóricos específicos, su contextualización espacio-temporal, y el conocimiento o no
que los estudiantes tengan de él, se perfila como uno de los caminos para dar significatividad,
relevancia y potencialidad pedagógica a los contenidos socio-territoriales seleccionados.
Desde esta perspectiva, la Geografía como disciplina de las Ciencias Sociales. en el campo
educativo, debe ofrecer a los estudiantes una educación integral a través de la cual se articulen
conocimientos culturales básicos (contenidos conceptuales), técnicos, instrumentales (contenidos
procedimentales) como así también, el desarrollo de actitudes y valores (contenidos actitudinales).
La solidaridad, las habilidades comunicativas, los valores éticos y los procesos de consolidación
de la identidad, no se construyen por la vía convencional de lecciones horarias, sino tomando
conciencia de la función del docente geógrafo, como profesional responsable, en el proceso de
formación de personas, de ciudadanos, y no como meros “insumos” de la homogeneización de
procesos académicos, indicadores de logros y resultados que minimizan el pleno sentido de la
labor educativa.
LA GEOGRAFIA, EN EL CAMPO DISCIPLINAR
La renovación de la geografía escolar tiene como fin otorgar a los estudiantes las herramientas
intelectuales y tecnológicas necesarias para analizar e interpretar críticamente al mundo actual y
promover un posicionamiento autónomo, responsable y solidario frente a los problemas de las
sociedades y los territorios contemporáneos. El desafío consiste en traducir pedagógicamente las
nuevas formas de comprensión del espacio, no sólo para aproximar a los estudiantes a un
discurso que incorpore los últimos avances teóricos de la Geografía y de las corrientes
pedagógicas de aprendizaje, sino también, para construir “una relación pedagógicamente potente
entre el saber académico, las necesidades formativas y los intereses de los alumnos” (Fernandez
Caso, 2009)
Cada sociedad construye su cultura a partir de los diferentes modos de relacionarse con el
ambiente y del aprovechamiento que haga de los recursos que él mismo le ofrece. Esa sociedad
va cambiando su relación con la naturaleza a lo largo de la historia y puede dar respuestas
diferentes a iguales necesidades la gente. Conocer el pasado, valorar los avances de la sociedad,
percibir sus contradicciones y retrocesos, ayuda a comprender el presente desde una óptica
humanística para afrontar con un espíritu más lúcido la sociedad del futuro. Así es, como el
espacio geográfico es transformado en espacio social por la acción de hombres y mujeres a través
de sus prácticas cotidianas. Esto se fundamenta en que “toda acción humana está referenciada a
la superficie terrestre” (Sassone, S. 1993) y vinculada a ella por una red de interacciones
complejas, no solo de índole espacial sino también social.
Para Fernandez Caso, M.V. (2009), “los nuevos planteos consisten en el remplazo de los
argumentos clásicos ambientalistas y geopolíticos como principios explicativos de la geografía por
abordajes que ponen el acento en las estructuras socioeconómicas y en la problematización de la
pluralidad de actores sociales implicados en los procesos de organización territorial. Las líneas
académicas que se reconocen…corresponden a la Geografía crítica, vertiente que toma distancia
de los viejos enfoques regionales y geopolíticos, al proponerse interpretar al territorio como
resultado de un proceso socio histórico y comprender la organización espacial de las sociedades”
En el caso de la geografía crítica, al decir de Jorge Blanco (2009), los conceptos de espacio y
espacialidad, ocupan una posición central. Desde esta corriente, el espacio está ligado a la
organización y el funcionamiento de la sociedad, en particular a los procesos de producción y
reproducción social. Desde esta ideología, el concepto de territorio, también ha cobrado un lugar
central en todas las corrientes de pensamiento. Lleva implícitas las nociones de apropiación,
ejercicio del dominio y control de una porción de la superficie terrestre, pero también contiene las
ideas de pertenencia de proyectos que una sociedad desarrolla en un espacio dado. El territorio
puede entenderse así como la manifestación concreta, empírica e histórica de todas las
consideraciones que en un plano conceptual se hacen en torno del espacio.
La idea de enseñar una geografía renovada debe tener presente otorgar a los estudiantes las
herramientas intelectuales necesarias para analizar, explicar e interpretar críticamente el mundo
actual y suscitar un posicionamiento autónomo, responsable y solidario frente a los problemas
socio-territoriales. El desafío consiste en traducir pedagógicamente las nuevas formas de
comprensión del espacio para que los estudiantes incorporen los últimos avances teóricos de la
Geografía. Enseñar una geografía crítica es construir una relación, pedagógicamente potente,
entre el saber académico, las necesidades formativas y los intereses de los estudiantes. Por todo
lo dicho, es necesario resaltar que para una enseñanza crítica es sumamente importante la
selección de contenidos significativos que permitan explicar y comprender los problemas socio-
territoriales recientes en función de su pertinencia, su oportunidad y valor estratégico para ser
enseñados
El aporte de las ideas de Jean Piaget 1896-1980) y de Lev Semionivich Vigotsky (1896-1934) han
sido fundamentales en la elaboración de un pensamiento acerca de la construcción de
conocimientos en el ámbito educativo.
Piaget aportó la idea que “la inteligencia atraviesa fases cualitativamente distintas”, es decir
diferentes estadios cognitivos según la edad de los niños (estadio pre-operatorio: 2 a 7 años;
estadio de las operaciones concretas: 7 a 12 años y estadio de las operaciones formales: a partir
de los 12 años). De acuerdo con esto, cuando se pasa de un estadio a otro se adquieren
esquemas y estructuras nuevas de conocimiento, por lo tanto, esta concepción es fundamental
para entender el desarrollo intelectual de las personas y su relación con el aprendizaje.
Mientras Piaget, sostiene que lo que puede aprender un niño está determinado por su nivel de
desarrollo cognitivo, Vigostky, piensa que éste, está condicionado por el aprendizaje en general y
el aprendizaje escolar en particular, demostrado, numerosas investigaciones, la importancia de la
interacción social en el proceso de aprendizaje.
Por su parte, autores tales como Ausubel, Novak, Henesian, Perkins, Gardner y Bruner, también
han realizado importantes aportes a la concepción sobre la construcción de los aprendizajes,
sosteniendo que el aprendizaje debe ser una actividad significativa para la persona que aprende
y dicha significatividad está directamente ligada con la existencia de relaciones entre el
conocimiento nuevo y el que ya posee el alumno/a aunque no sea del todo correcto. Para estos
autores aprender es sinónimo de comprender, porque sólo lo que se comprende es lo que se
aprende y lo que luego se recordará mejor, por quedar integrado a la estructura de conocimientos.
Esta concepción implica una visión del aprendizaje basada en los procesos internos de los
estudiantes (elaboración de conceptos a partir de la consideración de los errores) y no sólo en las
respuestas externas (Carretero,M.2009).
En síntesis, para lograr una adecuada construcción de los aprendizajes es necesario tener
presente: el estadio cognitivo en el que se encuentran los estudiantes que aprenden; la selección
de contenidos significativos, es decir, de actualidad y relevantes, no solo para la disciplina sino
también, para los intereses y contexto del grupo que aprende; tener en cuenta siempre los
conocimientos previos de los estudiantes y su nivel de comprensión; generar conflictos
cognitivos, a manera motivacional, para su resolución a partir de actividades y/o metodologías
significativas que permitan trabajar los nuevos conocimientos, no sólo para comprenderlos
sino también para internalizarlos, a partir de la utilización del lenguaje escrito, oral y simbólico,
como medio de comunicación. Por todo esto, la socialización de los aprendizajes es de gran
relevancia en el momento de demostrar los nuevos conceptos aprendidos, comparándolos o
diferenciándolos, con otros a diferentes escalas espaciales, mostrándolos a través de cartografía
temática y/o satelital y finalmente valorándolos o criticándolos desde la emisión de juicios de
opinión fundamentados.
Construir contenidos o construir un aprendizaje significativo es todo lo contrario a transmitir o exigir
al estudiante conceptos y definiciones acabadas, per sé, datos sin sentido, es decir sin
comparación con otros datos o hechos de relevancia similares o diferentes; analizar un hecho o
acontecimiento sin su contextualización, sin identificar los actores sociales intervinientes, sus
funciones y las repercusiones de su acciones; no lograr una conclusión u opinión del mismo y no
guiarlos en su aprehensión a través de mecanismos de comprensión (actividades, estrategias,
recursos), utilizando sólo la repetición o memorización.
Trabajar los aciertos socio-territoriales, las potencialidades de las acciones humanas y las
repercusiones de la intervención social en la construcción y/o modificación de los ambientes, como
también, analizar los problemas ambientales y socio-territoriales resultantes, harán posible una
mejor construcción de los contenidos geográficos, desde la perspectiva de la geografía y la
pedagogía crítica.
La problematización de los temas de enseñanza, no debe tener sólo una finalidad motivadora, sino
debe ser considerada como una propuesta o estrategia pedagógica integrada, que posibilita el
desarrollo de múltiples competencias y habilidades comprometidas con la formulación de
hipótesis, de interrogantes y del pensamiento complejo. El trabajo con problemas invita a la
búsqueda de causalidades, a la identificación de consecuencias, al debate argumentado, a la toma
de posición y al pensamiento crítico, totalmente diferente al abordaje tradicional, centrado en la
repetición, la descripción, el detalle y la enumeración.
Los criterios que orientan la selección de contenidos-problemas, según Fernadez Caso, M.V, son:
PROPUESTAS
A nivel institucional:
A nivel disciplinar
Bibliografía:
Sánchez Iniesta, Tomás 2005 “Educar personas hoy”, en “Convivir, aprender y enseñar en
el aula”. Santa Fé. Argentina. HomoSapiens.
Sanjurjo, Lilian (2005). “Recuperar la enseñanza y el espacio del aula como tiempo
pedagógico” en “Convivir, aprender y enseñar en el aula”. HomoSapiens. Santa Fé.
Argentina.