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INTRODUCCION

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INTRODUCCION:

En el presente ensayo se tratara básicamente el tema Gestión para Resultados en el


Desarrollo en Gobiernos Subnacionales. Este ensayo objeta presentar un marco
conceptual acerca de la gestión para resultados en el desarrollo (GpRD) y, al mismo
tiempo, exponer algunas características que la gestión pública tiene en América Latina y
el Caribe (ALC).

Se habla también de la época de la colonia; se habla de algunos gobiernos que tienen


origen en esta época , por tanto, tienen más de cuatro siglos de existencia, otros nacieron
recientemente al calor de los procesos de descentralización que América Latina
experimentó en las últimas tres décadas.

El ensayo está estructurado en tres unidades que buscan precisar lo que se entiende por
la GpRD en el marco de la gestión pública y exponen los desafíos que tienen los países
de ALC para lograr un gobierno más efectivo.

QUISPE ALANIA, Yuliana Flora


DESARROLLO:

Unidad 1. Gobiernos subnacionales, descentralización y gestión para resultados1


Objetivos del aprendizaje
• Reconocer las características de los gobiernos subnacionales de ALC.
• Identificar el aporte de la GpRD a los procesos de descentralización de los países de ALC.
• Conocer elementos que definen la génesis de la GpRD.

1.1. Los gobiernos subnacionales en ALC


El universo de los GSN en América Latina está compuesto por más de 16 mil gobiernos locales,
doscientas cincuenta regiones o departamentos y cien estados o provincias, estos últimos
pertenecientes a los cuatro países federales que existen en la Región (Rosales y Valencia, 2008).
Estos gobiernos varían enormemente en cuanto a la extensión de su territorio y al número de
habitantes: mientras algunos municipios de las áreas metropolitanas de ciudades como México,
Sao Paulo, Buenos Aires y Bogotá cuentan con varios millones de habitantes, existen
departamentos de Bolivia y Paraguay que no suman 50 mil. De la misma forma, el estado de
Minas Gerais en Brasil tiene una extensión mayor que la de todos los países de América Central
y el Caribe juntos.
Los GSN también varían en cuanto a su fecha de constitución. Mientras algunos gobiernos de
las ciudades capitales se originaron durante la época de la Colonia y, por tanto, tienen más de
cuatro siglos de existencia, otros nacieron recientemente al calor de los procesos de
descentralización que América Latina experimentó en las últimas tres décadas.
En efecto, uno de cada cinco de los 16 mil municipios nació en la década de los noventa
(Carrión, 2002).
El quehacer de los GSN también es diverso: va desde las funciones que tradicionalmente se
asignaban a los municipios, como la provisión de servicios básicos (agua potable, alcantarillado,
alumbrado) hasta la planificación y/o ejecución de políticas sectoriales (salud, educación,
vivienda), en el caso de algunos gobiernos estatales o regionales.
En los países federales existen tres niveles de gobierno: el nacional, el estadual o provincial y el
municipal. Sin embargo, el rol que desempeñan los distintos niveles en la provisión de bienes y
servicios no es el mismo en todos los países; en algunos, la prestación de servicios de
educación, por ejemplo, es responsabilidad del gobierno municipal, mientras que en otros, es
parte de las funciones del gobierno estatal. Por otro lado, en los países unitarios se distinguen
dos grupos:
1) aquellos que tienen un gobierno intermedio entre el nacional y el municipal con autoridades
electas similares a los gobiernos estaduales / provinciales de los países federales.
2) aquellos países que no tienen gobiernos intermedios encabezados por autoridades elegidas
por el voto popular. En este último grupo pueden o no haber gobiernos intermedios con
autoridades designadas por el Ejecutivo Nacional.

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Los gobiernos municipales también son heterogéneos pues la problemática que atienden, la
dotación de recursos financieros y humanos que disponen y las funciones que cumplen son
distintas.

Estos gobiernos pueden clasificarse en cuatro tipos:


1) municipios urbanos
2) municipios rurales
3) municipios de ciudades capitales de gobierno intermedio (estado / provincia)
4) municipios de ciudades capitales de un país.
Estos últimos tienen características especiales por constituir sedes del gobierno central y
mostrar características propias que las diferencian de otros GSN, aunque el nivel de autonomía
que poseen varía entre los países. Algunas de estas ciudades tienen un estatus especial como
distritos federales (México, Brasilia) o como municipios metropolitanos (Lima, Quito).
Otras diferencias de importancia entre los GSN constituyen el origen de sus recursos financieros
y el margen de libertad que tienen para decidir su uso. Los recursos financieros pueden provenir
básicamente de dos fuentes: las transferencias de otro nivel de gobierno o las recaudaciones
propias. Un mayor grado de descentralización y autonomía se traduce, por lo general, en
mayores facultades para recaudar recursos propios y también en un amplio margen para decidir
en qué gastar los ingresos, provengan de recaudaciones propias o de transferencias de los
niveles superiores de gobierno.
Así, por ejemplo, las autoridades de los gobiernos estaduales de Brasil son elegidas por los
ciudadanos y gozan de una amplia autonomía para captar e invertir recursos. En contraste, las
autoridades de las provincias de Costa Rica son nombradas por el Ejecutivo y la gran mayoría
de sus recursos provienen de las transferencias del gobierno central.
A pesar de todas las diferencias mencionadas, los estados subnacionales de ALC también se
asemejan en varios aspectos. El movimiento descentralizador fue un denominador común en
todos los países durante los ochenta e impulsó, entre otras cosas, la elección de las autoridades
municipales mediante el sufragio universal, al punto que actualmente los 16 mil municipios que
existen en la región eligen democráticamente a sus autoridades. Buenos Aires (1996) y Ciudad
de México (1997) fueron las últimas ciudades capitales en sumarse a esa ola. Además, en toda
la región ha crecido la importancia de los GSN en los ámbitos económico y político. En la
esfera económica, se aprecia un crecimiento de la proporción del gasto público que esos
gobiernos ejecutan: el promedio simple del gasto descentralizado subió del 11.6% en el año
1980, al 18.8% entre 2002 y 2005 (Rosales y Valencia, 2008). E
Esto significa que los GSN de hoy proveen más bienes y servicios a sus ciudadanos que los de
antaño.
En el ámbito político, algunos GSN, especialmente los de las ciudades capitales, han cobrado
tanta visibilidad e importancia que han permitido catapultar a sus autoridades hacia la
Presidencia de la República, tal es el caso, entre otros, de Tabaré Vásquez que fue intendente de
Montevideo, Jamil Mahuad Alcalde de Quito, Andrés Pastrana Alcalde de Bogotá y Fernando
de la Rua Jefe de Gobierno de Buenos Aires.

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En síntesis, los GSN de la región conforman un conjunto bastante heterogéneo en los ámbitos
geográfico, demográfico, histórico, político, institucional y económico. No obstante, todos los
países han emprendido en procesos de descentralización que paulatinamente han generado
mayor autonomía a dichos gobiernos, con el consecuente encargo de funciones más complejas y
la transferencia de recursos económicos considerables.

Debido a ello, los GSN enfrentan considerables desafíos de gestión pública: recursos escasos
para demandas ciudadanas crecientes, diseño de políticas públicas que consideren el punto de
vista de diversos actores, asignación eficiente de los recursos financieros, mejoramiento de la
calidad de los servicios públicos, seguimiento y evaluación de la gestión institucional, rendición
de cuentas a la ciudadanía, entre otros.
1.2 La descentralización y la gestión para resultados
La descentralización en ALC empezó a desarrollarse como consecuencia de factores políticos,
económicos y administrativos. El paso de regímenes dictatoriales a democráticos durante las
décadas de los ochenta y noventa conllevó el nacimiento de cientos de municipios bajo el
postulado de que la profundización de la democracia pasaba por la participación de los
ciudadanos en niveles de gobierno más cercanos a ellos. Por otro lado, la crisis de los ochenta
condujo al achicamiento del Estado; las autoridades vieron en la privatización y en la
descentralización maneras complementarias de reducir las competencias de un Estado central
que había crecido descontroladamente.
Asimismo, las reformas del Estado, que buscaban mayor eficiencia y eficacia en la gestión,
estimularon el fortalecimiento de los gobiernos locales argumentando que su mayor cercanía a
la población le daba ventajas respecto al gobierno central. El telón de fondo de estos cambios
fue el agotamiento del modelo de sustitución de importaciones que tenía como gran protagonista
al Estado centralizado que dominó la escena política de América Latina desde la década de los
cincuenta hasta fines de los setenta.
Según Rosales y Valencia (2008), en América Latina se pueden distinguir dos ciclos
descentralizadores; uno más orientado por preocupaciones económicas y el otro con énfasis en
aspectos políticos y sociales. El primero se desarrolla a partir de los ochenta, en el contexto de
la crisis de la deuda y el consecuente ajuste estructural, y busca reducir el tamaño del Estado,
eliminar el déficit fiscal y potenciar el mercado.
Los gobiernos centrales privatizan la prestación de algunos servicios y transfieren otros a los
GSN. El segundo ciclo se inicia a fines de la década de los noventa, en el contexto de la crítica a
las políticas neoliberales, e integra estrategias orientadas a la redistribución del ingreso, a la
participación ciudadana y la profundización de la democracia.
Para Carrión (2002), en cambio, la descentralización en América Latina pude clasificarse en tres
etapas. La primera es la vía municipalista de fortalecimiento de lo local que se realizó mediante
la transferencia de recursos y competencias a los municipios y la ampliación de su base social
de sustentación a través de la participación de los ciudadanos en la elección de sus autoridades.
Según el autor, la vía municipalista generó una marcada bipolarización entre lo local y lo central
lo que produjo, entre otros efectos nocivos, el debilitamiento de la visión nacional y la pérdida
de importancia del orden territorial intermedio. La segunda etapa se caracteriza por fijar su
atención en el orden intermedio de gobierno (estados, regiones, provincias, departamentos) y
surgió como consecuencia del excesivo peso que tuvo lo municipal en la primera etapa. La
tercera etapa, que está en curso actualmente, se caracteriza por el reflujo del proceso de

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descentralización: en varios países se observa el fortalecimiento del protagonismo del gobierno
central en detrimento de los GSN.
En todo caso, estos ciclos y fases no se presentan de manera uniforme en todos los países, pues
cada uno ha forjado su propio camino hacia la descentralización en función de sus
particularidades administrativas, políticas y económicas. Lo que sí parece constituir un factor
común son los objetivos que actualmente animan a los países a transferir competencias y
recursos del nivel central al local, a saber: una democracia más vigorosa, el desarrollo
socioeconómico y una gestión pública eficaz y eficiente.
En efecto, para Finot (2003) la descentralización es una forma de organización adecuada para
implementar un nuevo paradigma de políticas públicas que se base en la complementariedad
entre los sectores público y privado. Esta nueva forma de organización debe dar cuenta de tres
¿Qué es la GpRD?
Es una estrategia de gestión que orienta la acción de los actores públicos del desarrollo hacia la
generación del mayor valor público posible a través del uso de instrumentos de gestión que, en
forma colectiva, coordinada y complementaria, deben implementar las instituciones públicas
subnacionales para generar mejoras sostenibles en la calidad de vida de la población (García
López y García Moreno, 2010: 7).
¿Qué tipo de gobiernos nacionales pueden implementar la GpRD?
Para que un gobierno subnacional pueda implementar la GpRD debe tener las siguientes
condiciones institucionales y financieras que le permitan actuar con legitimidad y autonomía:
1. La autoridad política ejecutiva debe ser elegida por el voto popular.
2. Debe administrar y ejecutar un presupuesto para la prestación de algún servicio público a los
ciudadanos.
3. Debe disponer de por lo menos un 10% de flexibilidad presupuestaria, es decir, que al menos
ese porcentaje del gasto pueda ser asignado autónomamente por las autoridades locales,
independientemente del origen de los recursos (transferencias o recursos propios).
1.3. La génesis de la GpRD
La nueva gestión pública (NGP) es una corriente gestada en la década de los setenta por los
países desarrollados que promueve la incorporación de una perspectiva gerencial en la
administración del Estado. Propone reemplazar el modelo tradicional de organización y entrega
de servicios públicos, basado en los principios de la jerarquía burocrática, la planificación, la
centralización y el control directo, por una gerencia pública basada en una racionalidad
económica que busca eficiencia y eficacia. En otras palabras, promueve ir.
La gestión para resultados (GpR) nace en los países desarrollados para enfrentar las crisis
fiscales y financieras y mantener el nivel de desarrollo ya alcanzado. En cambio, en los países
en desarrollo el objetivo es acelerar el paso para alcanzar un nivel de desarrollo mayor, por lo
que se habla de gestión para resultados en el desarrollo.
Aunque inspirado en las transformaciones de las empresas, el enfoque de la GpRD recoge
características específicas del sector público, como los procedimientos del régimen democrático
para la toma de decisiones, la rendición de cuentas, y el interés público como centro de atención
de la gestión. Efectivamente, en el centro del concepto de GpRD se encuentra el término valor
público, que se refiere a los cambios sociales —observables y susceptibles de medición— que el
Estado realiza como respuesta a las necesidades o demandas sociales establecidas mediante un

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proceso de legitimación democrática y, por lo tanto, con sentido para la ciudadanía. Esos
cambios constituyen los resultados que el sector público busca alcanzar.
“La gestión basada en resultados se centra en una clara noción de la causalidad. La teoría es
que diversos insumos y actividades conducen lógicamente a órdenes mayores de resultados
(productos, efectos e impacto). Estos cambios generalmente se muestran en una ‘cadena de
resultados’ o ‘marco de resultados’ que ilustra claramente las relaciones de causa y efecto. Los
resultados de desarrollo por lo general se comprenden como secuenciales y restringidos por el
tiempo, y los cambios se vinculan a una serie de pasos de gestión dentro del ciclo de
programación de cualquier iniciativa de desarrollo (proyecto o programa).
La gestión basada en resultados les pide a los gerentes que analicen de forma regular el grado en
que sus actividades de implementación y resultados tienen una probabilidad razonable de lograr
los resultados deseados y hacer ajustes continuos según sea necesario para asegurar el logro de
los resultados”.
1.4. Síntesis de la unidad
Si bien la GpRD es principalmente una estrategia gerencial y, como tal, son las autoridades
públicas y los directivos los responsables primarios de implantarla, los resultados institucionales
no son posibles sin el concurso de los encargados de la provisión de los servicios públicos, sean
estos médicos, maestros, recepcionistas u obreros. Es por ello que en el ámbito de la
administración de los servicios, la GpRD promueve un enfoque de abajo hacia arriba, en el que
prime la consideración de las demandas de los usuarios
Para finalizar con esta breve descripción de las principales características de la GpRD, es
necesario destacar, además, que permite analizar el sector público de manera comprehensiva e
integrada, pues toma en cuenta todo el ciclo de gestión y la interacción de los distintos
elementos que contribuyen a generar valor público.
Así, la GpRD centra su interés en la manera en que el conjunto de sistemas nacionales de
gestión pública se alinea para obtener los resultados que el gobierno se ha planteado, evitando
un abordaje aislacionista y sesgado que, como ya quedó expuesto en esta introducción, ha
estado presente en las experiencias de reforma del Estado en ALC.

Unidad 2. Conceptos y metodología usados en el análisis.


Objetivos del aprendizaje
• Identificar los principales conceptos y la metodología usados en el análisis de los sistemas de
gestión pública.
• Reconocer algunos elementos del ciclo de gestión que crea valor público, objetivo principal de
la GpRD.

2.1. Antecedentes del modelo conceptual


El modelo conceptual de la GpRD que se presenta aquí reconoce como antecedente un primer
trabajo Modelo abierto de gestión para resultados en el sector público, elaborado conjuntamente
por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Centro Latinoamericano de
Administración para el Desarrollo (CLAD) (BID y CLAD, 2007).

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2.2 Elementos del ciclo de gestión pública.

El gráfico 1.2 presenta los elementos del ciclo de gestión pública necesarios para la obtención
de resultados. Además, en el gráfico se distinguen cuatro áreas principales: 1) planificación, 2)
presupuesto y financiamiento, 3) diseño y ejecución de programas y proyectos y 4) monitoreo y
evaluación. Estas áreas deben ser parte de un sistema coherentemente articulado y no
compartimentos estancos, como sucede la mayoría de las veces.

2.3. El sistema de evaluación del PRODEV.

Con base en el modelo conceptual enunciado y con el propósito de analizar la capacidad


institucional de los países de la región para implementar una gestión pública basada en
resultados, se diseñó el sistema de evaluación PRODEV (SEP)2. El SEP es un instrumento
estandarizado de diagnóstico de la capacidad institucional de un país o de un GSN para avanzar
en la implementación de la GpRD. El SEP divide el ciclo de gestión en cinco pilares: 1)
planificación para resultados, 2) presupuesto por resultados (PpR), 3) gestión financiera,
auditoría y adquisiciones, 4) gestión de programas y proyectos y 5) monitoreo y evaluación. El
gráfico 1.3 ilustra los pilares considerados en el SEP.

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2.4. Pasos para implementar la GpRD en los gobiernos subnacionales.

¿Cuál es la secuencia de pasos que se debe seguir para implementar una GpRD en los GSN?,
¿por dónde empezar?

Todas las administraciones de GSN tienen sistemas de gestión estructurados, por lo cual el
punto de partida varia según la madurez de dichos sistemas.En unos casos, pueden ser muy
avanzados y consolidados o, en el otro extremo, pueden ser muy débiles. Por esto, el primer
paso radica en realizar un diagnóstico para identificar las fortalezas y las debilidades de los
principales sistemas de gestión. Concluida esta primera etapa, la próxima tarea es realizar un
plan de acción que, a partir de las lagunas o falencias identificadas en el diagnóstico, defina las
intervenciones que se requieren realizar en cada área de gestión. El siguiente paso es la
implementación o ejecución del plan de acción en forma gradual y de acuerdo con las
posibilidades y limitaciones financieras y de recursos humanos disponibles. Se debe ser realista
en esta etapa ya que un buen plan puede generar grandes frustraciones, si en su implementación
no se asumen supuestos realistas.

2.5. Síntesis de la unidad

Esta unidad examina los componentes del ciclo de gestión pública necesarios para la obtención
de resultados, a saber: 1) la planificación, 2) el presupuesto, 3) el diseño y la ejecución de
programas y proyectos y 4) el monitoreo y evaluación. Presenta, asimismo, los distintos
instrumentos que la GpRD utiliza en cada componente para que la administración pública esté
alineada con el logro de las metas y los objetivos formulados en el plan de gobierno.

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