Segunda República
Segunda República
Segunda República
Después de siete años como dictador, Primo de Rivera deja su puesto en 1930. Éste fue sustituido por el General Berenguer, quien,
tras la negativa de los partidos políticos de participar en las elecciones legislativas convocadas en 1931, este dimite y el almirante
Aznar pasa a ser presidente de un Gobierno de concentración. En las elecciones municipales en 1931, cuyos resultados arrojaron más
concejales monárquicos que republicanos, ganó finalmente la Coalición Republicano-Socialista, ya que triunfo en las grandes
ciudades, considerando que los distritos rurales eran “feudos del caciquismo”. El conde de Romanones buscaba una salida pactada
con el comité revolucionario, que exigió la salida del rey del territorio nacional. Así, el 14 de abril de 1931 se proclama la segunda
República y el rey Alfonso XIII parte hacia el exilio.
La instauración de la segunda República española puede explicarse en función al contexto español de la Restauración y
de la Europa de entreguerras:
• Había graves problemas sociales, económicos y políticos que no se solucionaron: movimiento obrero,
desigualdades sociales, nacionalismo, la relaciones con el ejército y la Iglesia, etc.
• La adhesión a la idea republicana de la burguesía intelectual.
• La coyuntura internacional no es favorable a la República: económicamente, se dan los primeros efectos de la
crisis del 29; y políticamente, en Europa comienzan a avanzar regímenes autoritarios: el comunismo (URSS
estalinista) y el fascismo (Italia Portugal).
EL GOBIERNO PROVISIONAL
Después de que el gobierno de Aznar aceptara las condiciones del comité republicano surgido en el Pacto de San Sebastián, éste
asumió el poder del gobierno provisional. Los conservadores estuvieron representados por Alcalá Zamora, designado presidente del
gobierno, los progresistas por Manuel Azaña, y además se contó con la participación de ministros socialistas, radicales, republicanos
y nacionalistas, quedando fuera anarquistas y monárquicos.
En Cataluña, Francesc Maciá proclamó unilateralmente la República catalana, y más tarde, se acordó la constitución de una
Generalitat que preparara un Estatuto de Autonomía para Cataluña.
El gobierno provisional convocó Cortes Constituyentes para junio, en las que triunfaron las candidaturas de izquierda y centro. Se
creó una comisión para elaborar una nueva Constitución. Una vez aprobada en diciembre de este año, Alcalá Zamora fue elegido
presidente de la República y Manuel Azaña formó gobierno.
CONSTITUCIÓN DE 1931
Según esta, España se había convertido en una república democrática, progresista, descentralizada y laica:
1) Soberanía nacional mediante sufragio universal abriendo paréntesis incluyendo el voto femenino).
2) Se estableció la separación de la Iglesia y el Estado.
3) Se declaró un “Estado integral “, compatible con las autonomías regionales.
4) Se reconocieron libertades políticas, derechos sociales y económicos: matrimonio civil y divorcio, igualdad entre los
ciudadanos ante la educación y el trabajo, etc.
5) Se prohibió el abandono de España de la Sociedad de Naciones y se creó el Tribunal de Garantías para controlar el
cumplimiento de los preceptos constitucionales.
6) Consagraba el unicamerismo y el predominio de las Cortes sobre el poder ejecutivo. El presidente de la República era
designado durante seis años y tenía poderes limitados.
Manuel Azaña, constituyó un Gobierno con republicanos de izquierda, socialistas e independientes, y emprendió un amplio
programa de reformas cuyo objetivo era la modernización de las estructuras del país.
La oposición llegó desde la Iglesia, el ejército y los grandes propietarios, hasta los sectores de la izquierda más radicales.
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MARÍA CAMACHO ZARZA
1. La reforma militar: el objetivo principal era acabar con el excesivo número de jefes y oficiales para hacer el ejército mucho
más efectivo. Para ello se redactó la “Ley del retiro de la oficialidad“ por lo cual, los militares debían prometer su adhesión
al régimen o no podían pasar a la reserva. Además, se clausuró la Academia Militar de Zaragoza, se anularon los ascensos
y se creó la Guardia de Asalto, más leal a la República. Sin embargo, el malestar por el debate del estatuto de autonomía
catalán llevó al fracaso golpe de Estado derechista de 1932, dirigido por el general Sanjurjo.
2. La cuestión religiosa: se buscó asentar la aconfesionalidad del Estado mediante la autorización de divorcio, la libertad de
culto, la secularización de los cementerios o la disolución de los jesuitas. La Ley de Congregaciones Religiosas nacionalizaba
parte del patrimonio eclesiástico y cerraba centros de enseñanza, lo que provocó el aglutinamiento de la derecha.
3. La reforma agraria: con el objetivo de aumentar la producción, modernizar las estructuras agrarias y lograr una clase media
defensora de la República, se aprueba en 1932 la Ley de Bases para la reforma agraria. Llevada a cabo por el Instituto de
Reforma Agraria (IRA), esta permitía expropiar los latifundios y redistribuir tierras sin indemnización, mejorando así la
situación de los campesinos. El proceso fue retrasado por la resistencia de propietarios, los conflictos sociales y la falta de
presupuesto.
4. Las reformas educativas y laborales: el socialista Largo Caballero, como ministro de trabajo, aprobó una serie de medidas
favorables a los trabajadores: jurados mixtos, negociación colectiva, etc. En cuanto a la enseñanza, se adoptó un modelo
de escuela mixta, laica, obligatoria y gratuita, que pretendía acabar con el analfabetismo mediante la formación del
profesorado y la creación de nuevas escuelas. Fueron muy importantes las Misiones Pedagógicas y las bibliotecas
ambulantes.
5. Los estatutos regionales: el Estatuto de Autonomía catalán (Estatuto de Nuria) fue aprobado por las cortes españolas con
algunas modificaciones en 1932 y Francesc Marcia fue proclamado presidente de la Generalitat. En el País Vasco (Estatuto
de Estella), Galicia y Andalucía, se elaboraron proyectos de estatutos que fueron paralizados por el cambio político.
6. La cuestión social: la Constitución buscaba la mejora de la clase obrera, pero los numerosos problemas social hicieron
resurgir a los anarquistas, quienes optaron por la huelga y la violencia. Los choques más trágicos con la Guardia Civil fueron
en Castiblanco y, especialmente en Casas Viejas (Cádiz), donde se fusilaron a campesinos, se quemaron casas y se ametralló
al líder anarquista (Francisco Cruz).
El gobierno de Azaña, cada vez más desgastado, fue perdiendo el apoyo entre la clase media y los trabajadores. Azaña presentó su
dimisión, la derecha se reorganizó y Alcalá Zamora convocó elecciones para noviembre de 1933.
Estuvo regido por el centro (Partido Radical de Lerroux) y la unificación de la derecha (Confederación Española de Derechos
Autónomas, CEDA, Gil Robles), ganadores de las elecciones de 1933 por diferentes motivos, la abstención o el desgaste del gobierno
reformista. Los monárquicos habían fundado Renovación Español, José Antonio Primo de Rivera la Falange Española inspirada en
el fascismo y algunos intelectuales formaron Acción Española.
Alcalá Zamora nombró a Lerroux como presidente del Gobierno cuyo principal objetivo era paralizar las reformas comenzada por
Azaña. De este modo, se mejoraron las relaciones con la Iglesia y con el ejército, pero aumentan las tensiones regionalistas (Cataluña,
PV), así como el paro y el descontento de los campesinos al frenar la reforma agraria.
Las protestas llevaron a la dimisión de Lerroux, sustituido por el radical Diego Martínez Barrios. Éste tuvo que hacer frente a la
creciente tensión que culminó con la entrada de tres ministros de la CEDA en el gobierno, interpretado por la izquierda como el
triunfo inminente del fascismo. Así, la izquierda cada vez más radical proclamó la Huelga General de octubre de 1934. En Cataluña
una gran rebelión por Companys, pero fue sofocada; en Asturias fue una revolución social organizada por UGT y CNT y finalmente
reprimida por Franco. Todo ello dio lugar a más de 2000 heridos y 5000 detenidos (ejemplo: Azaña, Largo Caballero).
La dura represión que siguió a los sucesos de octubre de 1934, lleva a una creciente impopularidad del gobierno. Se paralizó el
Estatuto de Autonomía vasco y se nombró a Franco como jefe de Estado Mayor del Ejército. La tensión entre los radicales de Lerroux
y la CEDA eran cada vez más fuertes, sin embargo el Escándalo de Estraperlo llevó a la dimisión de Lerroux y a la convocatoria de
unas elecciones anticipadas para 1936.
A pesar de que la derecha, la CEDA y el Bloque Nacional formaron una gran coalición, las elecciones, aunque por pocos votos, fueron
ganadas por el Frente Popular, es decir, la izquierda organizada por candidaturas únicas.
Manuel Azaña formó un gobierno moderado de izquierdas, sin socialistas, que destituyó a Alcalá Zamora como presidente de la
República. Éste fue sustituido por Azaña, quien designó a Santiago Casares Quiroga (líder de la ORGA) como presidente del gobierno.
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MARÍA CAMACHO ZARZA
Algunas de las medidas más importantes fueron el permiso de amnistía, obligar a los empresarios a readmitir a los despedidos en
octubre de 1934, el establecimiento del Estatuto de Cataluña y la Generalitat, así como la restauración del programa del Bienio
Reformista. Sin embargo, la CNT exigió subidas salariales y otros derechos, los anarquistas comenzaron huelgas, incendios de iglesias
y la violencia entre falangistas y obreros y anarquistas se fue extendiendo.
Poco a poco, se fue preparando una conspiración militar derechista, coordinada por el general Emilio Mola, cuyo objetivo era frenar
las reformas e imponer un Estado centralista. Todo ello se precipitó cuando el izquierdista teniente Castillo fue asesinado (de lo que
se culpó a Falange) y como represalia asesinaron a José Calvo Sotelo (derecha) en el que intervino la policía, aumentando así el clima
de tensión.
El 17 de julio de 1936 el ejército de Marruecos iniciaba la rebelión contra el gobierno de la República. El triunfo parcial del golpe
desencadenó la guerra civil, conflicto que durará hasta 1939 inicio de la dictadura Franquista.