Artículos de TFYR
Artículos de TFYR
Artículos de TFYR
E-ISSN: 1029-3019
comite.medisan@infomed.sld.cu
Centro Provincial de Información de
Ciencias Médicas de Camagüey
Cuba
Del Río Caballero, Germán; Turro Caro, Eloy; Mesa Valiente, Lucía D.; Mesa Valiente,
Rita M.; Lorente, José Arturo de Dios
Protocolos y fases de la rehabilitación cardíaca. Orientaciones actuales
MEDISAN, vol. 9, núm. 1, 2005
Centro Provincial de Información de Ciencias Médicas de Camagüey
Santiago de Cuba, Cuba
ARTÍCULO DE REVISIÓN
A pesar de los grandes avances que se han experimentado en cardiología, las enfermedades
cardiovasculares siguen siendo la principal causa de muerte y morbilidad en las sociedades
industriales y países en vías de desarrollo. 1- 5
Los programas de rehabilitación cardíaca integral (RCI) comenzaron a desarrollarse con más
fuerza en la década de los 50; al respecto se citan como punto de partida de la RCI moderna luego de
un infarto miocárdico, el informe nr 270 de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otro
documento similar de un grupo de trabajo europeo. 6
Si bien se han propuesto numerosos programas de rehabilitación 7-10 con métodos, protocolos y
recursos de muy diversa índole, existe consenso en que para obtener los mejores resultados deben
incluir además del ejercicio físico, la orientación nutricional y la actuación “agresiva” contra factores
de riesgo aterosclerótico, entre ellos: lípidos, hipertensión arterial, sobrepeso, diabetes mellitas y
tabaquismo, así como los consejos psicosocial y vocacional.
El propósito de la presente revisión es actualizar a los profesionales que se dedican a esta línea
temática, en cuanto a los criterios para prescribir la actividad física y su conducción en las diferentes
fases de la rehabilitación cardíaca integral (RCI), e igualmente revisar los protocolos de educación,
consejo y prevención secundaria que completan el programa integral. Los datos al respecto se ob-
tuvieron de una búsqueda bibliográfica exhaustiva en documentos convencionales, bases de datos
(INFOMED, BIREME, LILACS, Medline), páginas web, tesis y otros, a fin de contribuir a la
sustentación teórica que estimule la aplicación de la RCI como complemento de la medicina de
excelencia que propugna el Sistema Nacional de Salud cubano.
Desarrollo
Para conseguir los resultados esperados de la rehabilitación cardíaca deben estar presentes en este
proceso los siguientes protocolos:
Inicialmente, la rehabilitación cardíaca fue designada para cardiópatas con bajo riesgo; pero ahora
que la eficacia y seguridad del ejercicio han sido documentadas en pacientes con alto riesgo, sus
indicaciones y el consiguiente beneficio del entrenamiento físico se han extendido a las siguientes
condiciones.
• Pontaje aortocoronario
• Cirugía valvular
• Angioplastia coronaria
• Transplante cardiaco
• Angina
• Insuficiencia cardíaca compensada
• Cardiopatías congénitas
• Individuo de edad avanzada o con 3 ó más factores de riesgo
En tales pacientes debe efectuarse un ingente esfuerzo para corregir estas anormalidades
mediante la optimización del tratamiento médico, la revascularización por angioplastia o cirugía, la
farmacoterapia eficaz o el uso de equipos como marcapasos o desfibriladores implantables.
Posteriormente los enfermos deben ser reevaluados con pruebas de esfuerzo para prescribirles los
ejercicios físicos.
Existen 2 formas para efectuar las pruebas de esfuerzo:
• Pruebas de ejercicios submáximas, que permiten alcanzar al menos 70 % de la frecuencia
cardíaca calculada para la edad del paciente.
• Pruebas limitadas por síntomas, que son la variante más comúnmente adoptada en la actualidad.
Protocolos y fases de la rehabilitación cardíaca. Orientaciones actuales
Las primeras suelen realizarse antes del egreso del paciente y las segundas entre 6-8 semanas
más tarde, cuando el enfermo puede alcanzar hasta 90 % de la frecuencia cardiaca máxima para su
edad.
En algunos centros se utilizan estas pruebas en intervalos de 7-21 días luego de un infarto agudo
del miocardio no complicado, 3-10 días posteriores a una angioplastia y 14-28 días después de una
cirugía para derivación. Las pruebas submáximas no son necesariamente tan seguras como las
limitadas por síntomas, debido a las siguientes desventajas:
• Fallas para descubrir factores importantes en el pronóstico, tales como: isquemia, disfunción del VI
par y arritmias.
• Limitaciones inapropiadas para las actividades rutinarias y el ejercicio en los pacientes.
• Prolongado retardo en la reincorporación de los enfermos al trabajo.
Los protocolos que generalmente se emplean, son los de Bruce o Naughton o sus modificaciones.
Según Singh, 2 en algunos informes se ha cuestionado la ejecución temprana de ejercicios
después de un infarto del miocardio agudo (IMA) anterior, así como sugerido que esto puede producir
una cicatrización anormal; sin embargo, la evidencia es más fuerte en relación con el hecho de que el
ejercicio físico moderado no está asociado a un empeoramiento de la función ventricular izquierda
luego de un IMA previo.
El uso de técnicas ecocardiográficas de avanzada, tales como el ecoestrés, los estudios
isotópicos, la resonancia magnética nuclear u otras tecnologías de punta complementan la evaluación
del paciente.
Convencionalmente, los programas de rehabilitación cardíaca se han dividido en 3 ó 4 fases:
Varios autores 2 señalan una fase 1.5 (después del alta) durante 2 - 6 semanas desde que el
paciente retorna a su domicilio hasta que se incorpora a un programa ambulatorio supervisado. Otros
grupos consideran que la fase II es el período de convalecencia; la fase III, cuando el paciente se
incorpora al programa supervisado de desarrollo y mantenimiento durante 4 - 6 meses; y la fase IV,
establecida por ellos, la actividad física permanente y no supervisada del programa de rehabilitación
cardíaca.
Fase I
Se inicia desde el primer día en los pacientes con IMA no complicado o cuando las condiciones
clínicas y hemodinámicas se estabilizan. Esta fase se destina a contrarrestar los efectos del reposo
prolongado (falta de condicionamiento físico, hipotensión ortostática, tromboembolismo pulmonar y
otros) y constituye a la vez el momento ideal para iniciar las actividades de prevención secundaria,
pues se educa al paciente acerca de su enfermedad, la dieta, los factores de riesgo y su modificación,
así como se le orienta respecto a sus medicamentos, los cuidados que ha de tener en casa, la
actividad física permitida y los signos de alarma para solicitar ayuda.
Desde el punto de vista físico, la actividad debe ser isotónica de 1-2 METS, que viene a
corresponder a una actividad como el aseo del paciente. Se impone controlar la frecuencia cardíaca
en esa movilización precoz para que no exceda de 120 lat/min o rebase los 20 latidos de la frecuencia
basal del paciente; pero si está consumiendo betabloqueadores no debe presentar manifestaciones
de angina de pecho, disnea, palpitaciones o cansancio, así como alteraciones del segmento ST, ni
Protocolos y fases de la rehabilitación cardíaca. Orientaciones actuales
reducir la presión arterial más de 10-15 mm de Hg. Puede utilizarse la escala de Borg con una in-
tensidad por debajo de 14.
La tensión arterial y frecuencia cardíaca se tomarán al paciente a los 5 minutos del calentamiento
o estiramiento en posición de pie.
Algunos investigadores 6 recomiendan comenzar el entrenamiento físico a las 48 horas luego del
IMA o inmediatamente después de la intervención quirúrgica y estiman que no tiene que estar muy
“protocolizado”, pues la finalidad que se perseguía en los años 60 y 70 de evitar episodios
tromboembólicos, se cumple actualmente con la trombólisis y otras medidas terapéuticas.
Esta fase, que incluye la visita de un miembro del equipo de rehabilitación, se dirige a animar al
enfermo y comprometer a un miembro de la familia en el grupo. Algunos pacientes más viejos
pueden servir como voluntarios y compartir sus experiencias acerca de cómo aprender a vivir con la
afección cardiaca.
Los integrantes del equipo de rehabilitación cardíaca integral son: enfermeros, fisiatras,
cardiólogos, dietistas, trabajadores sociales, psicólogos y terapeutas ocupacionales.
En la unidad de cuidados coronarios, a los pacientes con bajo riesgo se les insta a sentarse al lado
de la cama y efectuar su autocuidado; pero una vez transferidos a la siguiente sala de hospitalización,
se sientan y ponen de pie solos, caminan asistidos dentro de la habitación y pasillos hasta 2 veces al
día, comienzan por 5-10 minutos hasta media hora. En esta fase conviene estratificar el riesgo, pues
ello determina el protocolo a seguir en la fase II.
Una vez que el paciente retorna a su domicilio (fase 1.5 ó después del alta), los miembros del
equipo médico y sus familiares continuarán chequeando su estado de salud y recuperación, así como
ofreciéndole recursos para su fortalecimiento. Esta fase incluye ejercicios de bajo nivel y pequeñas
labores hogareñas con un nivel de 2-3 METS. Los ejercicios deben contemplar la participación de
brazos, piernas y tronco; caminar pausadamente distancias cada vez mayores para el acondi-
cionamiento muscular y lograr una paulatina reinserción social y familiar. Se trasmiten al paciente
instrucciones precisas para llevar un estilo de vida satisfactorio y se le insiste en la importancia de
controlar los factores de riesgo.
3ro. Intensidad del entrenamiento: De acuerdo con el pulso de entrenamiento, 60-80 % del V02
máximo, umbral anaeróbico y frecuencia cardíaca umbral, puede utilizarse la escala de Borg. 4 -7
5to. Progresión del entrenamiento: Depende del nivel de acondicionamiento inicial, antecedente
previo de actividad física, estado de salud, edad, preferencia personal del paciente y otros
factores.
Se incrementa cada vez 5-10 % del pulso de entrenamiento, que puede llegar -- según Ehsani -- 16
hasta 90 % del VO2 máximo, lo cual corresponde a 75-90 % de la frecuencia cardíaca máxima
calculada en la prueba ergométrica previa. Luego de 8-12 semanas pueden incorporarse al trabajo
con pesas hasta de 2 kg, sobre todo en ancianos, o cuando existe gran deterioro muscular, revir-
tiendo así el grado de invalidez y dependencia.
En pacientes con isquemia miocárdica debe mantenerse el pulso de entrenamiento en 10 lat/min,
por debajo del umbral de isquemia.
A través de un plan de entrenamientos individualizados pueden obtenerse los beneficios inducidos
por el ejercicio físico.
Se plantea que actividades de una intensidad equivalente a 1400 kcal / semana mejoran la
capacidad cardiorrespiratoria y cargas de 1 500 kcal / semana detienen la progresión de las lesiones
ateroescleróticas coronarias. En pacientes que consumen un promedio de 2 200 kcal / semana en la
actividad física durante el tiempo de ocio, equivalente a 5-6 horas/semana de ejercicio físico regular,
retornan las lesiones coronarias.
En esta fase II, además del entrenamiento físico, se aplican medidas de apoyo psicológico y social
sobre la base de la valoración realizada previamente sobre los niveles de depresión, ansiedad,
pautas de conducta y colaboración, acontecimientos estresantes, así como situación laboral y social.
Las sesiones educativas se llevan a cabo en grupos o individuales y van dirigidas a los pacientes y
sus familiares.
Por otra parte, se interviene fuertemente para controlar factores de riesgo cardiovasculares como
mal hábito de fumar, dislipidemia, diabetes mellitus, obesidad e hipertensión arterial.
• Protocolo psicológico
Persigue garantizar el bienestar psicológico de los pacientes para mejorar su calidad de vida,
eliminando la ansiedad, los estados depresivos u otros trastornos conductuales. En algunos casos
hay que solicitar el apoyo de un especialista en psiquiatría. 17
Generalmente se realizan tests psicológicos para valorar la personalidad, los niveles de ansiedad
y el grado de depresión, así como se efectúan sesiones de terapia de grupo y ejercicios de
autorrelajación. 18
Protocolos y fases de la rehabilitación cardíaca. Orientaciones actuales
Conclusiones
Convencionalmente, los programas de rehabilitación cardíaca se han dividido en 3 ó 4 fases, cada
una de las cuales con metas y objetivos definidos a lograr en los pacientes. El ejercicio físico, como
cualquier otra medida terapéutica, es prescrito y dosificado siguiendo los lineamientos básicos de la
indicación, de modo que a través de un plan de entrenamiento individualizado es factible obtener sus
grandes beneficios.
Adicionalmente, con sesiones de terapia grupales, ejercicios de autorrelajación, orientación
vocacional y participación de los familiares más cercanos y otras acciones educativas, pueden
minimizarse las recurrencias de la enfermedad.
Referencias bibliográficas
1. Griffith D, Hamilton K, Norrie J, Isler C. Early and late mortality after myocardial infarction in men
and women: Prospective observational study. Heart 2005; 91:305-7.
2. Vibhuti VS. Cardiac rehabilitation,. 2005 [biblioteca virtual en línea] <http://www.emedicine.com>
[consulta: 5 mar 2005].
3. Consulta Cuba Sí [biblioteca virtual en línea]<http://www.consultas.Cubasí.com> [consulta: 5 mar
2005].
4. León SA, Franklin BA, Costa F, Balady JG, Berra KA, Stewart JN, et al. Cardiac rehabilitation and
secondary prevention of coronary heart disease. Circulation 2005; 111:369-76.
5. Zhang H, Alexander JA, Luttrell J, O´Connors GT, Daley J, Paris M. Data feedback and clinical
process improvement in acute myocardial infarction. Am Heart J 2005 [biblioteca virtual en línea]
< http//www.infomed.sld.cu > [consulta: 5 mayo 2005].
6. Sosa V, Rey Blas JR. Rehabilitación cardíaca y prevención secundaria de la cardiopatía
isquémica. En: Delcan JL Cardiopatía isquémica. Madrid: Cardigam Multimedia 1999:1079-1110
[biblioteca virtual en línea] < http:// www.cardigam.es>[consulta 9 de mayo 2004].
7. Barengo NC, Gan HU,Lakka AT, Heikki P, Aulikki T. Low physical activity as apredictor for total
cardiovascular disease mortality in middle–age men and women in Finland. Eur J Cardiovasc Prev
Rehab.2004;6 (11):529-30.
8. Dalal H, Evans PK, Campbell JL. Recent developments in secondary prevention and
cardiac rehabilitation after myocardial infarction .BMJ 2004;328:693 - 7.
9. Jobin J. Long-term effects of cardiac rehabilitation and the paradigms of cardiac rehabilitation. J
Cardiopulm Rehabil 2005;25 (2):103-6 .
Protocolos y fases de la rehabilitación cardíaca. Orientaciones actuales
10. Fujiwara M, Asakuma S, Iwasaki T. Long-term effects of non-supervised home exercise therapy
on quality of life in patients with myocardial infarction. J Cardiol 2000;38(4):213-9.
11. De Velasco JA,Cosin J, Oya M de, Teresa E de. En nombre del grupo de investigadores del
estudio PRESENTE (prevención secundaria temprana). Rev Esp Cardiol 2004;57 (2):146-54
12. Ades PA. Cardiac rehabilitation and secondary prevention of coronary heart disease. N Engl J
Med 2001;345:892-902.
13. Giannuzzi P, Sanes H, Bjornstad M, Fioretti P, Mendes M, Cohen-Solm A, et al. Secondary
prevention through cardiac rehabilitation and exercise physiology of the European Society of
Cardiology. Eur Heart J 2003;24:1273-8
14. Kavanagh T, Mertens PJ, Hamm LF, Beyene J, Kennedy J, Corey P, Shepphard M. Prediction of
long-term prognosis in 12 169 men referred for cardiac rehabilitation. Circulation 2002;106:666-
71.
15. Espinosa CS, Bravo JC, Gómez-Dobles JJ, Collantes RR, González JB, Martínez LM, Teresa GE
de. Rehabilitación cardíaca postinfarto de miocardio en enfermos de bajo riesgo. Resultados de
un programa de coordinación entre cardiología y atención primaria. Rev Esp Cardiol
2004;57(1):53-9.
16. Ehsani AA. Mechanisms responsible for enhanced stroke volume after exercese training in
coronary heart disease. Eur Heart J 1987;8(Suppl B):9-14
17. Berkman LF, Blumenthal J, Burg M, Carney RM, catellier D, Cowan MJ, et al. Enhancing
revovery in coronary heart disease patients investigators (ENRICHD). Effects of treating
depression and low perceived social support on clinical events after myocardial infarction: the
enhancing recovery in coronary heart disease patients (ENRICHD) randomized trial. JAMA
2003;289:3106-16.
18. Franklin BA. Psychosocial considerations in heart disease. J Hong Kong Coll Cardiol 2001;9:16-
22.
19. Reid RD, Dafoe WA, Morrin L BS, Mayhem A MS, Papadallis S, Beaton L, Oldridge NB, Coyle D
MA, Well GA . Impact of program duration and contact frecuency on efficacy and cost of cardiac
rehabilitation : Results of a randomized trial. Am Heart J 2005;149 (5) < http://www.infomed.sld.cu
> [consulta 15 mayo 2005].
Dr. Germán Del Río Caballero. Edificio 12 plantas, piso 10, apartamento O, entre Trocha y Plácido,
Santiago de Cuba
1
Especialista de I Grado en Cardiología. Profesor Asistente
2
Especialista de I Grado en Medicina General Integral y Geriatría – Gerontología. Instructor
3
Especialista de I Grado en Microbiología Instructora
4
Especialista de II Grado en Medicina Interna. Doctor en Ciencias Médicas. Profesor Auxiliar
Río Caballero G del, Turro Caro E, Mesa Valiente LD, Mesa Valiente RM, Dios Lorente JA de.
Protocolos y fases de la rehabilitación cardíaca. Orientaciones actuales [artículo en línea]. MEDISAN
2005;9 (1). <http://bvs.sld.cu/revistas/san/vol9_1_05/san14105.htm> [consulta: fecha de acceso].