Evolucion de La Etica
Evolucion de La Etica
Evolucion de La Etica
Ética en el pasado
Ética en el presente
Ética en el futuro
Si hacemos caso omiso al establecimiento de los valores éticos a los que nos hemos
referido, vislumbramos un caos político, social y económico, que no conducirá a nada,
más que a la propia autodestrucción e imperio de la ley del más fuerte o más poderoso,
falta de valores o principios, pero vacío e intranquilo en cuanto a su seguridad humana.
(Torres Z. , 2014)
En efecto, mezclados aspectos del Derecho, la moral y aún, la arbitrariedad, temas
destacados magistralmente el profesor Juan Manuel Terán en su obra, conducirían a un
caos social.
Siendo optimistas y desde otro punto de vista, está en la juventud de abogados que
actualmente se forjan en nuestras aulas de clase, el que tomen conciencia del
resquebrajamiento social, falta de valores y principios; una vez que perciban a conciencia
el problema, estará en sus manos el resolver la problemática que se les presente, en aras
de una vida tranquila y con recato. Aún está a tiempo el estudiante de leyes, por recobrar
o reforzar esos valores derivados de la virtud ética, que lo conducirá a una vida
profesional más armoniosa, con mínimos problemas sociales y con una mejor calidad de
vida y desarrollo personal.
CONCLUSION
La ética ha sido abordada desde diferentes posiciones, desde éticas humanitarias a éticas
aplicadas. Las aproximaciones siempre han sufrido las críticas de aquellos que apoyan la
relatividad y la personalidad de los valores.
La disciplina misma puede también entenderse como una invitación a reflexionar sobre la
imperiosa necesidad de crear comunidad en diseño. En esa tarea, la ética es un pilar que
conllevará al pensarse racionalmente a sí mismo y su actuación e impacto en la sociedad
Evolución histórica de la ética. Su carácter universal
Desde que los hombres viven en comunidad, la regulación moral de la conducta ha sido
necesaria para el bienestar colectivo. Aunque los distintos sistemas morales se
establecían sobre pautas arbitrarias de conducta, evolucionaron a veces de forma
irracional, a partir de que se violaran los tabúes religiosos o de conductas que primero
fueron hábito y luego costumbre, o asimismo de leyes impuestas por líderes para prevenir
desequilibrios en el seno de la tribu. Incluso las grandes civilizaciones clásicas egipcia y
sumeria desarrollaron éticas no sistematizadas, cuyas máximas y preceptos eran
impuestos por líderes seculares como Ptahhotep, y estaban mezclados con una religión
estricta que afectaba a la conducta de cada egipcio o cada sumerio. En la China clásica
las máximas de Confucio fueron aceptadas como código moral. Los filósofos griegos,
desde el siglo VI a.C. en adelante, teorizaron mucho sobre la conducta moral, lo que llevó
al posterior desarrollo de la ética como una filosofía.
4.12. Autores más representativos en el contexto del estudio de la ética
A continuación se relaciona un conjunto de autores significativos sobre el tema, en orden
cronológico, con las principales características de su obra o pensamiento de manera
excesivamente resumida, pero necesaria, dado el objetivo de este curso, apoyado en los
trabajos realizados por Chacón Arteaga y otros, de este mismo género.
4.12.1. Platón
Para Platón (Grecia 427-347 AC) el mundo es una copia efímera de lo real, el mundo es
el de las ideas. De este último proviene el hombre y su objetivo es regresar a él para
utilizar su logros, su conocimiento, la razón. Lo moral es darse cuenta a través de la razón
de que el mundo real es el ideal. La razón lleva junto al bien, lo bello y lo justo. Aunque no
alcancemos el mundo ideal no importa, la intención es valiosa en sí misma.
Afirma que el hombre actúa de manera irracional, porque lo hace en este mundo que no
es el verdadero. La ética de Platón es idealista y se aleja de las soluciones reales a los
problemas humanos.
4.12.2. Aristóteles
Fundador (Grecia 384-322 AC) de la ética como disciplina filosófica. Reconocido como el
padre de la ética, por haber escrito el primer tratado sobre el tema que conoció la
humanidad. El dedicó este tratado a su hijo y lo denominó Moral a Niccómaco en el cual
argumenta las categorías fundamentales de la ética y a su vez explicaba qué debía hacer
y de qué debía abstenerse el ser humano para ser un hombre virtuoso.
Con ello definió unos de los rasgos característicos del saber ético y el más tradicional que
ha llegado hasta nuestros días, el carácter normativo o ética de las virtudes.
El sistema ético de Aristóteles se conforma de cinco partes, a saber:
1. La felicidad, fin supremo.
2. El bien, fin de todas las acciones.
3. Las virtudes, que pueden ser: intelectuales o de la razón y morales o de la voluntad.
4. Las virtudes morales o de la voluntad.
5. Las virtudes intelectuales o de la razón.
A su pensamiento debemos la enunciación de la mayoría de los problemas éticos.
Relación entre la vida teórica y la práctica, la ética social y la ética individual y otros. Para
Aristóteles nadie quiere el mal, y si lo escoge, es porque lo confunde con el bien.
El ser humano se esfuerza hacia la felicidad, el bien supremo. El instrumento para lograrlo
es la razón. Por el camino de la razón se llega a todas las virtudes, entre ellas la más
importante, la justicia1. Las virtudes se conforman en el hábito, es decir, en la práctica.
La ética de Aristóteles es realista, establece que la virtud es el justo medio entre dos
extremos, el hombre virtuoso se opone al mediocre2.
Dentro de sus principales ideas se destacan:
– Es importante contraer hábitos desde la más temprana infancia.
– Objeta la teoría de la libertad acerca de que la virtud y el vicio son voluntarios, considera
que no son un efecto solo natural, resultan del hábito, y por lo tanto, nos toca regirlos para
no caer en el mal.
– Su pensamiento posee una influencia sobre la educación moral, la formación de los
hábitos virtuosos y el carácter, en las ideas sicológicas de la moral heterónoma3 y en los
métodos asociados al conductismo4 cuyo fundamento es la concepción sicológica de
Skinner5.
Dentro de los interesantes aportes de Aristóteles a la Ética se encuentran:
– El carácter normativo de la Ética.
– La unidad de la idea y la actuación humana.
– Considera a la Ética como reflexión y pensamiento, mientras que a la moral como
expresión de la voluntad humana.
– Enfatiza en la necesidad de educar las virtudes, las que no son espontáneas o
puramente neutrales.
– La existencia de una dinámica en los valores morales (concepción triádica).
– La libertad tiene que pasar por la racionalidad ética y moral.
1 Las virtudes éticas o intelectuales tienen como expresión suprema a la sabiduría propia
de la ciencia.
2 Otros autores interpretan lo planteado como la contradicción de los dos extremos
viciosos, por exceso y por defecto.
3 Noma: acción de pacer o devorar. Pacer: comer la hierba del campo para alimentarse.
4 Conductismo, variante del pragmatismo filosófico y del funcionalismo psicológico de
principios del siglo XX en los EEUU. Declaró como objeto de estudio la conducta, único
fenómeno observable y, por lo tanto, que se puede medir de la psiquis humana. Se basa
en el principio de la caja negra.
5 Burruhs Skinner, profesor de la Universidad de Harvard en 1954, centra su interés en la
creación de una tecnología de la instrucción similar al concepto de producción, por lo que
es dirigida básicamente a los medios y métodos y no al contenido. Los objetivos son el
elemento curricular básico. Siguió como vía para el aprendizaje, el ensayo y error.
4.12.3. San Agustín (354-430 Cartago, África) y Tomás de Aquino (Italia 1224-1274)
El idealismo, objetivo del pensamiento aristotélico, como base de su ética, fue retomado
en la época medieval por San Agustín y Tomás de Aquino, los que desarrollaron un
pensamiento ético en función de la concepción religiosa del mundo que predominó en esa
época. Las normas y juicios morales se subordinaron a la religión, como manifestación de
la fe en Dios y en la revelación de la voluntad divina, por lo que la Ética fue considerada
una doctrina oficial de la Iglesia Católica. Esta fue también una vía para la moralización de
los individuos que se educaban en la dogmática y escolástica1 concepción ético religiosa.
En la actualidad esta concepción ética sobre la moral tiene su expresión en el
neotomismo2 con el desarrollo del humanismo cristiano y de una Ética religiosa en la que
la moral se concibe como un fundamento esencial de la doctrina y la actitud religiosa.
El origen de la Ética religiosa en la época medieval está en la religión Cristiana, a la que
se subordinó la Filosofía con un carácter religioso, la misma es una arista importante del
idealismo objetivo desarrollado desde Platón, Aristóteles, Cicerón, hasta llegar a San
Agustín como máximo representante de la Patriótica (período de elaboración doctrinal de
los Padres de la Iglesia, creada principalmente por San Agustín).
La Filosofía Cristiana, aceptada como la doctrina oficial del régimen feudal, tenía la
función de llevar al hombre la verdad revelada por Cristo, lo cual debía hacerse por la
misión de un mecías o predicador. El fin era el de investigar ¿Cómo el hombre encuentra
los caminos que lo conducen a Cristo y puede llegar a comprender y hacer suya la
revelación cristiana?. La iglesia fue un poder paralelo al Estado y era considerada la única
fuente del saber en la época.
Para San Agustín, el alma tiene una suprema expresión en Dios, la investigación en la
reflexión filosófica debe llevar a reconocer la identidad del Alma-Dios en su propia
naturaleza espiritual cuyo camino está en confesarse.
La verdad es Dios, que es interior y trascendente; estas dos ideas son los principios de la
teología agustiniana. El desarrollo de su concepción ética se expresa en las polémicas
que tiene en las posiciones que asume:
a) En contra del Maniqueísmo3.
b) En contra del Donatismo4.
c) En contra del Pelagianismo5.
La continuidad de la polémica en torno al bien y el mal y el libre albedrío, se expresó en el
pensamiento de Tomás de Aquino, que fundamentó una moral cuya fuente es Dios como
supremo bien. El hombre hecho a imagen y semejanza de Dios debe cultivar la virtud
religiosa como expresión de su comunión con Dios. El libre albedrío de los hombres se da
en la elección entre el bien y el mal; si esto fuera así, realmente no tuviera libertad. La
causa del mal radica en el libre albedrío y en ausencia del bien y de la voluntad, expresión
del pecado original, con lo que coincide, con sus matices, con la idea agustiniana.
Ante ello Tomás de Aquino dice:
«Dios mueve todas las cosas en el modo que es propio a cada una de ellas. Así en el
mundo natural, mueve de determinada manera los cuerpos pesados, a causa de su
diferente naturaleza. Por lo mismo, inclina el hombre hacia la justicia según la condición
propia de la naturaleza humana. Por su propia naturaleza humana el hombre tiene el libre
albedrío. Y, por tener libre albedrío, el movimiento hacia la justicia no lo produce Dios
independiente del libre albedrío: Dios infunde el don de la gracia justificante de manera
que incita al libre albedrío a aceptar el don de la gracia».
El sistema de virtudes morales de la Ética de Tomás de Aquino retoma o tiene puntos de
contacto con los propuestos por Aristóteles, cuya diferencia la marcan su significado y
contenido religioso. Estas virtudes las agrupa en dos grupos:
• Virtudes intelectuales y morales:
– Justicia.
– Templaza.
– Prudencia.
– Fortaleza.
• Virtudes teologales:
– Fe.
– Esperanza.
– Caridad.
Fundamenta su Ética a partir de las cinco pruebas de la causa de la existencia de Dios,
que expone en Summa contra gentiles y en Summa Theológica.
Como puede apreciarse en esta concepción, la causa del mal en el mundo está en el
Libre albedrío del hombre. Esta última idea marca la diferencia entre Aquino y Agustín,
aunque fuera su seguidor.
Esta concepción ético-religiosa mantiene el carácter formativo iniciado por la Ética
aristotélica, pues en la misma se cumple con la función de orientar el comportamiento
moral de los creyentes a partir de la fe divina o comunión con Dios y en espera de la
recompensa por las buenas acciones y la evitación del castigo por las malas conductas
como expresión de los pecados.
1 Escolástica: Enseñanza religiosa basada en los preceptos de Aristóteles. Otros
representantes fueron, además, Escoto, San Anselmo, Abelardo, Alberto Magno, etc.
2 Doctrina teológica que el Papa León XIII (1897) recomendó como punto de partida para
llevar a cabo la renovación intelectual de la iglesia católica.
3 El hombre es creado a imagen y semejanza de Dios.
4 Intransigencia de la Iglesia frente al Estado, universalidad de la Iglesia ante los civiles.
5 Capacidad del hombre de obrar bien, antes y después de Adán.
Otro aspecto justificativo de su carácter universal está dado por su base empírica1 sin la
cual sería imposible la comprensión de este fenómeno tan complejo. Sería innecesario
recordar que todos poseemos unas condiciones evolutivas y neurocognitivas que nos
hacen aptos para obrar según la ética, que si bien son necesarias no suficientes en la
comprensión de la misma.
Hemos de ser conscientes de que los hombres compartimos el mismo planeta, somos una
única especie y nuestro cerebro no distingue entre razas y naciones en su funcionamiento
básico.
Muchas creencias y valores morales tienen un origen biológico vinculado al cerebro. Los
conceptos del bien y el mal responden a la adaptación al medio y la supervivencia. El
cerebro necesita principios químicos pero también ideas y emociones que producen
sustancias tan importantes como las endorfinas. Si alguna vez una época desprovista de
valores hubiera durado bastante, la humanidad ya habría dejado de existir.
La neurofisiología cerebral es la misma para todos los grupos nacionales y étnicos. La
especie humana está biológicamente capacitada para compartir procesos de evaluación,
entre ellos los éticos. Las diferencias proceden del entorno cultural. Tenemos algo en
común que debemos aprovechar como especie necesitada de una ética intercultural,
tenemos la base biológica, el cerebro.
En otro orden, la nueva psicología cognitiva se basa en modelos de la informática y la
inteligencia artificial. A pesar de este enfoque tecnológico, es una psicología social y
humanista. Información, conexión e integración son sus arquetipos.
La neurosicología destaca que nuestro cerebro es una sola e integrada unidad
neurológica. Se desprende entonces una conclusión central, en beneficio de la ética, que
no puede separar el mundo de los principios del mundo de los hechos. Una ética
intercultural es posible por la disposición neurocognitiva del ser humano. Esta ética estará
abierta a todos los lenguajes de la inteligencia humana.