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PTD Residencia 2022

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE MAR DEL PLATA


FACULTAD DE PSICOLOGÍA

PLANIFICACIÓN GLOBAL DEL REQUISITO CURRICULAR


AMBITO DE RESIDENCIA PSICOLOGIA CLINICA

AÑO: 2022

UNIDAD ACADÉMICA: Facultad de Psicología.

AREA: Ámbitos de Trabajo Psicológico

REQUISITO CURRICULAR: Residencia del Ámbito clínico

DOCENTES: Lic. Favio A. Di Sabatto

CARGO: Profesor Adjunto

DEDICACION: parcial
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DOCENCIA

a.- Datos del curso:

1.- Nombre del curso: Residencia Ámbito Psicología Clínica


2.- Curso: Obligatorio
3.- Área curricular a la que pertenece: Ámbitos del Trabajo Psicológico (Psicología Clínica)
4.- Carga horaria total del área curricular en el plan de estudios: 1050 hs.
5.- Año del plan de estudios: 2010
6.- Carrera: Licenciatura en Psicología
7.- Ciclo o año de ubicación del curso: 5º año
8.- Carga horaria total asignada en el Plan de Estudios: 200 hs.

8.1.-Carga horaria semanal -presencial de los alumnos-: 8.2.-Distribución de la carga horaria


presencial de los alumnos:

Prácticas Teórico – práctica

8 a 10 hs. en institución
sede 3 hs. semanales en la
Unidad Académica.

9.- Relación docente - alumnos:

Cantidad estimada de
Cantidad de docentes Cantidad de comisiones
alumnos inscriptos:
Profesores Auxiliares
60 anuales, distribuidos en 2 1 1
cohortes de 30 (1ero. y 2do.
Cuatrimestre
respectivamente)

b.- Composición del equipo docente:


Nombre Títulos Cargo Carácter Dedicaci Horas
ón semanales:
Doc Inv Ext Gest

Di Sabatto, Favio Lic. Psicología Profesor adjunto Regular Parcial 10 10


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PLAN DE TRABAJO DEL EQUIPO DOCENTE

1.- Propósitos de formación.

1.a.- Objetivo general


En consonancia con el objetivo general del Área Ámbitos de trabajo psicológico (OCS 143/89) pero en
función del ámbito clínico específicamente, la residencia tiene como objetivo general el de:

- Proveer al alumno una capacitación que le permita desempeñarse en los distintos campos de la
Psicología Clínica, en concordancia con lo estatuido por la legislación vigente y apto para rever
críticamente los mismos.

Objetivo en relación al área:


Garantizar una formación profesional que capacite al alumno para:

- Realizar acciones de orientación y asesoramiento psicológico tendiente a la promoción,


prevención y restauración de la salud psíquica, de acuerdo con diferentes modelos teóricos.

UBICACIÓN DE LA MATERIA

La residencia se encuentra integrada al Área Ámbitos de Trabajo Psicológicos, teniendo como


correlativa directa a la asignatura Psicología Clínica por lo cual el alumno deberá tener aprobada dicha
asignatura para poder acceder a la residencia. Por ende sus propósitos pueden formularse en virtud de
dicha área y su contenido estará en sintonía con el PTD de la asignatura correspondiente, aunque
conservando su plena autonomía.
Por su ubicación en el plan de estudios, los alumnos cuentan, al iniciar la residencia, con los
conocimientos específicos que les han aportado las materias pertenecientes a su formación general y
en particular habrán adquirido los conocimientos aportados por el área de “Sistemas Psicológicos” en
las asignaturas Sistemas Psicológicos Contemporáneos I y II, Psicología Cognitiva, Introducción a la
Teoría Psicoanalítica y Desarrollos del Psicoanálisis, que representan dos grandes conjuntos
discursivos de la actualidad representados en la currícula. Asimismo los alumnos ya han cursado
Psicopatología, materia en la que habrán obtenido los conocimientos referidos a los modelos
psicopatológicos, sus clasificaciones y la descripción de los cuadros clínicos, así como a los problemas
actuales que suelen presentarse en la aplicación de estos modelos en la práctica profesional.
Cuentan además con los conocimientos específicos que fueron aportados por la Asignatura Psicología
Clínica donde pudieron adquirir las herramientas conceptuales para realizar intervenciones
terapéuticas en contextos y dispositivos diversos, efectuar psicodagnósticos como así también dirigir
una cura en diferentes ámbitos,
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De lo antedicho se desprende que la formulación del Plan global debería estar en articulación
recíproca con los desarrollos de la Asignatura Psicología Clínica, en el sentido de poder constituir una
vinculación dinámica entre los contenidos que imparte la cátedra por un lado y por el otro los
problemas clínicos que plantea la práctica en el ámbito de la Residencia como reflejo de las demandas
actuales en el campo de la Salud Mental. La estrecha vinculación entre ambas permitiría una
actualización constante de los contenidos a impartir tanto en la asignatura como en la
residencia, en virtud de las demandas actuales de la comunidad.

El aporte específico a la formación profesional de la residencia reside en completar la formación del


futuro profesional psicólogo a partir de su inserción en un lugar de práctica supervisada.

2.- Fundamentación del objeto de estudio del curso:


La presente planificación debe contar necesariamente con dos ejes. Uno referido al plan pedagógico
propiamente dicho, que incluye tanto los aspectos de la práctica como su teorización. Llamaré a dicho
Eje: Clínico Pedagógico. El segundo de los ejes, que denomina Clínico Institucional, se refiere al
vínculo entre la unidad académica y las instituciones, y tiene como objetivos principales, la gestión de
espacios adecuados para la práctica del residente; la selección de supervisores institucionales idóneos
que estén dispuestos a alojar y acompañar al residente durante su recorrido de práctica; y el
fortalecimiento de vínculos de reciprocidad a partir de la transferencia de trabajo entre la unidad
académica y las instituciones que conforman el campo de la salud mental.

A tales efectos se desarrollará primero el Eje Clínico Pedagógico, para luego abordar el Eje Clínico
Institucional.
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EJE I: CLINICO PEDAGOGICO

Entendiendo que el alumno ya cuenta al momento de ingresar a la residencia con los conceptos
fundamentales que hacen a la práctica clínica, el objeto de estudio en esta ocasión se cernirá
principalmente sobre el dispositivo psicoterapéutico y la transferencia como su elemento basal,
entendiendo que todo acto terapéutico no es sin transferencia. Se trata de que el residente pueda
recortar lo específico del rol del psicólogo delimitando su campo de intervención en un contexto
plagado de factores que condicionan su práctica.
Es a partir de la instalación del dispositivo terapéutico y en virtud de la transferencia que puede
ordenarse cualquier intervención o tratamiento posible, lo que permitirá a su vez dilucidar los demás
elementos que componen la clínica: modalidad de la demanda, diagnóstico, síntoma, construcción
fantasmática, etc.
Por otra parte resulta de suma importancia que el futuro profesional cuente con herramientas
conceptuales que le permitan, entre otras cosas, revisar el caso, -a los efectos de calibrar la dirección
de la cura- como así también poder formalizar su práctica en una escritura posible de transmisión. La
construcción del caso como dispositivo cumple con ambas funciones, siendo además un recurso
valioso para el docente a cargo de la residencia, en tanto su uso permite anudar la experiencia del
residente en la institución con los conceptos teóricos en el contexto académico.

La especificidad del psicólogo en el campo de la salud mental. El dispositivo psicoterapéutico.


La complejidad de las demandas actuales en Salud Mental convocan al profesional psicólogo a
desplegar su práctica en ámbitos múltiples y diversos, circunstancias éstas que hacen desfavorable la
instalación del dispositivo clásico de atención, refiriéndonos con esto a la relación terapéutica que
puede establecerse entre un consultante que demanda al psicólogo el tratamiento de su padecimiento.
Tamaña complejidad en el campo de la Salud Mental se debe, entre otras cosas, a dos factores que se
encuentran en íntima relación. Por un lado lo que podríamos llamar, siguiendo a Eric Laurent (2000), la
“pluralización de la clínica” como efecto de “un real que modifica todas las clasificaciones” (p.27). Por
el otro, a la multiplicación de dispositivos de abordajes que surgen precisamente ante la urgencia de
un real que desborda los aparatos simbólicos. (Foucault, 1990)
Respecto del primero de los factores debemos señalar la proliferación de padecimientos que conviven
con los así llamados psiconeuróticos (neurosis obsesiva, fobias, histerias) y las psicosis. Me refiero
con ello al aumento de trastornos narcisistas como así también a las presentaciones que tienen como
rasgo distintivo las impulsiones como vía para la resolución de la angustia: tal es el caso del consumo
problemático de sustancias, las autolesiones (entre ellos el cutting en adolescentes), los trastornos de
la alimentación, depresión, ataques de pánico, la agresividad en sus diversas formas (violencia de
género, maltrato infantil, etc.), los intentos de suicidio, trastornos generalizados del desarrollo (autismo,
asperger), por citar las consultas más frecuentes en los servicios de salud.
El abanico de presentaciones clínicas trae como corolario la adaptación o invención de nuevos
dispositivos como forma de abordar el malestar actual. Es así como junto al dispositivo de atención
individual vemos florecer un conjunto de dispositivos emplazados muchos de ellos en instituciones de
salud o en centros creados a tales fines. Entre ellos podemos mencionar a la internación (psiquiátrica y
comunidades terapéuticas), admisión, grupos terapéuticos, grupos de apoyo para las familias,
interconsulta, talleres, guardia, hospital de día y/o centro de día, centros de atención monosintomáticos
(consumo problemático, adicción al juego, trastornos de la alimentación, etc.), etc. De hecho, la Ley de
Salud Mental Nro. 26.657, en su artículo 11, promueve el desarrollo de dispositivos tales como:
6

consultas ambulatorias, servicios de inclusión social y laboral para personas después del alta
institucional; atención domiciliaria supervisada y apoyo a las personas y grupos familiares y
comunitarios; servicios para la promoción y prevención en salud mental, así como otras
prestaciones tales como casas de convivencia, hospitales de día, cooperativas de trabajo,
centros de capacitación sociolaboral, emprendimientos sociales, hogares y familias sustitutas.

Pero además, el avance en materia de derechos, como es el caso de la Ley de identidad de Género
(Ley 26.743) o la interrupción Legal del embarazo (ILE) produjo la apertura de nuevos campos de
acción en donde el psicólogo se inserta en dispositivos de orientación o acompañamiento trabajando
en conjunto con profesionales de otras disciplinas.

La descripción realizada del campo de la salud mental deja en evidencia la necesidad de aportar al
futuro profesional herramientas conceptuales que le permitan recortar su especificidad y situar su
posición en un ámbito caracterizado por tensiones discursivas sin que resulte de ello quedar
encriptado como agente institucional, -lo que Foucault (1976/2002) llamó “función psi”- ni quedar
confinado en un lugar marginal o extraterritorial respecto del campo de la salud. (Lacan 1966/1986).
El futuro profesional debe reencontrar en cada caso su posición y desde allí poder pensar y diseñar
estrategias de intervención en el marco de la interdisciplina; para ello debe contar con una actitud y un
bagaje teórico que le permita no sólo intervenir allí donde su accionar es pertinente sino también poder
dialogar e interactuar con los representantes de otros discursos y llegado el caso abstenerse cuando la
situación reclama el ejercicio de otras disciplinas. (Fernandez, E. 2005)

La transferencia como base del dispositivo psicoterapéutico


Para no extraviarse en un contexto plagado de demandas de todo tipo (sanitarias, sociales, políticas,
etc.) y quedar reducido a un agente más de la institución resulta necesario que el psicólogo clínico
pueda orientarse en función de la demanda del sujeto en relación a su padecimiento, demanda que
podrá articularse como demanda de saber en el plano de la transferencia.
En efecto, sea cual fuere el ámbito en donde el psicólogo despliegue su práctica e incluso la teoría que
sustente, su acto podrá contar con chances de producir un efecto terapéutico si el mismo está en
articulación con la transferencia. Su palabra sólo será significativa para el sujeto si el analista es
convocado a ocupar el lugar del Otro en tanto sujeto supuesto saber. Al decir de Adriana Rubinstein, el
acto analítico, a diferencia del encuadre, “implica en su punto de partida poner en juego el deseo del
analista, y ofrecerse para recibir la investidura de la transferencia a fin de convertirse en la causa de un
decir que conducirá al sujeto hacia lo real que lo causa” (Rubinstein, p. 11).
Para eso dependerá no sólo de las investiduras que el sujeto le dirija al profesional sino de los
movimientos que éste realice para que se despliegue sobre su persona el halo transferencial y hacer
de ello el motor (aunque también el obstáculo) de la cura. Lacan en consonancia con Freud llamó a
dicho movimiento Manejo de la transferencia.
La transferencia es el elemento fundamental del dispositivo terapéutico. De lograrse tal relación entre
el sujeto y el psicólogo podremos afirmar que estaremos en presencia de la instalación del dispositivo
terapéutico, independientemente del contexto en que dicha práctica se realice. Desde esta perspectiva
el dispositivo pensado no como una suerte de procedimiento standard sino más bien como un
dispositivo particular y único que se establece por la vía de la transferencia con un sujeto en particular
7

puede convivir en el seno de una institución aunque con las particularidades que esta le confiere. De
lograrlo, habremos hecho posible el anhelo de Freud preanunciado en Nuevos Caminos de la terapia
psicoanalítica (1918/1979): haber llevado el psicoanálisis a una masa importante de personas
generando para ello un dispositivo que mezcla el cobre de la sugestión con el oro del psicoanálisis.

La construcción del caso como dispositivo de investigación clínica y de escritura


La construcción del caso es el modelo de escritura y transmisión más utilizado en psicoanálisis, ya que
permite entre otras cosas dar cuenta del trabajo realizado por el practicante a través de cierto recorte
que hará en función de la finalidad de la construcción: investigar, demostrar, supervisar, publicar, etc.
La construcción del caso puede ser considerado como una elucubración de saber, en tanto intenta
aprehender un real a partir de categorías simbólicas, real que por otra parte es inaprensible, pues
siempre encuentra una coartada por donde escabullirse.
Eric Berenguer (2018) considera a la construcción como un relato teórico que el analista elabora a
partir de elementos discrecionales que provienen de la biografía del paciente, relato que debe “incluir
el elemento de transferencia como revelador, (…) de algo nuevo en el síntoma que de una forma
paradójica va a dar la posibilidad de una emergencia de lo más real que está en juego.” (p. 26 )
La inclusión de la transferencia en la construcción del caso nos aleja de la práctica médica, que con
sus categorías diagnóstica obnubila lo más singular del sujeto ofreciendo en su reemplazo versiones
típicas del síntoma (Freud, 1916/1996). En efecto, las respuestas que el sujeto ofrece al Otro por la vía
transferencial es la materia que nos permitirá ubicar lo singular del sujeto independientemente de la
estructura.

La construcción del caso no es solo un dispositivo de demostración, sino también un método de


investigación en tanto que permite en el hecho mismo de su construcción iluminar zonas oscuras y
producir nuevas vías de análisis. En consonancia con Freud, una buena construcción no será aquella
que ofrezca un relato compacto y cerrado produciendo con ello una obturación en cuanto a la
producción de saber, sino más bien aquella que produzca nuevas vías de significación (Freud, S,
1937/1980).
Adriana Rubinstein sugiere algunas coordenadas que pueden orientarnos a la hora de la construcción
de un caso. Sin profundizar en detalle, podemos al menos mencionar estos parámetros señalando lo
principal de ellos:
1. La construcción del caso y su legitimidad. La orientación por lo real. En este punto retoma los
planteos de Berenguer al afirmar que la construcción del caso encuentra su legitimidad en tanto
las neurosis como las psicosis y la perversión son construcciones del sujeto. Desde este punto
de vista, “Se trata de construir el caso siguiendo las construcciones propias del sujeto,
buscando el modo en que cada uno ha construido sus respuesta frente a lo real” (Rubinstein, p.
40), modo singular que hay que leer en los dichos, síntomas y construcciones fantasmáticas
con las que el sujeto ha respondido en su encuentro con lo real.
2. El recorte y los objetivos. Toda construcción de un caso implica un recorte que se hará en
función de lo que se quiera mostrar y los objetivos que persiga. Así la construcción del caso
tomará un sesgo diferencial según las intenciones que el analista tenga en su elaboración:
supervisión, enseñanza, demostración, publicación, ateneo clínico, etc.
3. La teoría y su empleo. Es la teoría y sus conceptos lo que ordena el relato del caso, intentando
cernir las soluciones del sujeto frente al encuentro con lo real. Según la autora, lo que hacemos
con la construcción es “poner palabras que nombra algo de este real, sabiendo que siempre va
a haber un agujero entre lo simbólico y lo real que nombra.” (Rubinstein, p. 43)
4. Lo universal, lo particular y lo singular. La construcción debe soporta la tensión que implica
ubicar el caso en coordenadas universales, en las regularidades de la estructura pero
8

señalando a su vez la singularidad del caso, mostrando las soluciones particulares y singulares
del sujeto.
5. El caso en transferencia: objetividad y subjetividad. A diferencia del modelo científico, la
construcción del caso apela a observables subjetivos en tanto se refiere a las respuestas del
sujeto por y en transferencia, ya que el analista forma parte del mismo campo. Desde esta
perspectiva, “el recorte del caso (…) dará cuenta de cómo los dichos del sujeto, están en
relación a lo que ha sido la posición del analista, y sus intervenciones.” (p.45).
6. Los datos y su empleo. El relato del caso debe permitir al lector ubicar el núcleo del caso
teniendo en cuenta lo que el analista quiere demostrar. Debe poder transmitirse lo más vívido
del caso sin caer en la anécdota, en la acumulación de datos o en un conjunto de datos
inconexos.

3.- Objetivos del curso:


 Estimular en el alumno una actitud ética en el ejercicio de su profesión que combine la
rigurosidad teórica y el interés por la conceptualización de su práctica, con una posición responsable
ante el sujeto que consulta y ante la peculiaridad de su demanda, a fin de discernir, desde allí, los
límites y las posibilidades de acción.
 Favorecer en el alumno el desempeño profesional en el marco del trabajo interdisciplinario,
conservando la especificidad propia de la Psicología Clínica.
 Brindar al alumno herramientas conceptuales que le permitan un abordaje crítico y reflexivo de
la realidad e intervenir en diferentes situaciones, contextos o dispositivos.
 Estimular, además de la actividad profesional, la científica, de investigación, así como la
permanente actualización del conocimiento.

4.- Contenidos y Bibliografía


Los contenidos y la bibliografía correspondiente se estructuran sobre dos unidades que se irán
trabajando a partir de los emergentes de la práctica. Sin perjuicio de incorporar otros materiales
bibliográficos (de asignaturas anteriores, por ejemplo) cuando el caso lo amerite.

Unidad 1. Dispositivos clínicos en el campo de la salud mental.


El lugar del psicólogo y su especificidad en los dispositivos institucionales. La especificidad del
dispositivo clínico. Vicisitudes del dispositivo clínico en los dispositivos institucionales. El psicólogo y
las intervenciones posibles según los dispositivos y las presentaciones clínicas.

Dispositivos en el campo de la Salud Mental: Atención individual (consultorio privado o institucional),


consultorio externo, guardia, internación, interconsulta, centro de día, hospital de día, evaluación
diagnóstica, dispositivos territoriales, grupos terapéuticos, grupos de familia, dispositivos de atención
para niños y adolescentes. Ateneos clínicos.
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Presentaciones clínicas y sus abordajes en los dispositivos: neurosis, psicosis, neurosis de angustia,
clínica de las impulsiones (acting out, pasaje al acto adicción, trastorno de la alimentación),
discapacidad, duelo, violencia de género, niños con dificultades graves en la estructuración subjetiva,
trastornos de conducta y de aprendizaje, etc.

Bibliografía de base
Agamben, G. (2011). Qué es un dispositivo. Revista Sociológica. Nro. 73. Mayo-Agosto 2011.
Recuperado de http://www.scielo.org.mx/pdf/soc/v26n73/v26n73a10.pdf
Bertrán, G. comp. (2018) Lo real, límites y creatividad en la clínica. Bs. As. Letra Viva
Bleichman, Silvia y otros (2005). Intervención en crisis: encuadre o dispositivo analítico. Editorial
Brujas.
Bourdieu, P. (2013). Entrevista a Pierre Bourdieu. La lógica de los campos: habitus y capital.
Disponible en:
Entrevista a Pierre Bourdieu – La lógica de los campos: habitus y capital | Mbixii
Braunstein, Nestor (2013): Clasificar en Psiquiatría. DSM. Siglo XXI editores.
Di Sabatto, F. (2018) “Dispositivos institucionales y posición del analista”. Ficha de cátedra.
Domb, Benjamín (1997): Tratamiento de las psicosis y el hospital de día. En Psicoanálisis y el Hospital.
Las Psicosis. 11 Invierno.

Fernandez, Elida (2005). Práctica del psicoanálisis en las instituciones hospitalarias. En Algo es
posible. Clínica psicoanalítica de locuras y psicosis. Letra Viva.
Foucault, Michel (1977): El juego de Michel Foucault. En Revista Ornicar Nro. 10.
Freud, S. (1986d). Nuevos caminos de la terapia psicoanalítica. En Sigmund Freud. Obras Completas.
(Vol. 17, pp. 151-164). Argentina, Bs As. Amorrortu editores. (Trabajo original publicado en 1919).
Greiser, Irene (2012). Psicoanálisis sin diván. Los fundamentos de la práctica analítica en los
dispositivos jurídicos-asistenciales. Paidós Editorial.
Lacan, Jacques (1966/1986): Psicoanálisis y Medicina en Intervenciones y textos 1. Manantial.
Laurent, Eric (2000). Psicoanálisis y Salud Mental. Tres Haches.
Levy Yeyati, E. (2006) “Sobre el manejo de la urgencia” en La urgencia generalizada, Bs. As. Grama.
Ley de Salud Mental Nro. 26657 (2011). Ministerio Salud Argentina.
Manzotti, M. y otros (2008): Clínica del autismo infantil. El dispositivo soporte. Grama Ediciones.
Miller, Jacques-Alain (2001): Psicoanálisis Puro, psicoanálisis aplicado y psicoterapia. En: La
orientación lacaniana III, 3, El lugar y el vínculo”.
Peusner, Pablo (2010).El dispositivo de presencia de padres y parientes en la clínica psicoanalítica
lacaniana con niños. Letra Viva; etc.
Sotelo, Inés (2015). DATUS: Dispositivos Analíticos para el tratamiento de las urgencias Subjetivas.
Grama Ediciones.
10

Unidad 2. La construcción del caso


La construcción del caso como relato de la clínica. La construcción del caso según su finalidad. Cómo
recortar y ordenar el material clínico. El caso no es el paciente. Orientación hacia lo real. Lo universal,
lo particular y lo singular en la construcción. La importancia de la supervisión. La escritura como forma
de transmisión.

Bibliografía de base:
Berenguer, E. (2006). ¿Cómo se construye un caso?. En Capitón, Seminarios Clínicos, Venezuela,
CID-LM, 2007. Disponible también en: https://es.scribd.com/document/401660519/Enric-Berenguer-
Como-se-construye-un-caso-Extracto-pdf
Freud, S. (1916/1996). Conferencia XVII: El sentido de los síntomas. Amorrortu editores.
Freud, S. (1937/1980). Construcciones en análisis. En Obras Completas Sigmund Freud. Tomo XXIII.
Editorial Amorrortu
Frydman, A. (2012). Acerca de la construcción del caso. En La terapéutica psicoanalítica: efectos y
terminaciones. JCE Ediciones.
Lacan, J. (1958/1985). La dirección de la cura y los principios de su poder. Siglo XXI editores.
Rubinstein, Adriana (2012). La construcción del caso: psicoanálisis e investigación. En La terapéutica
psicoanalítica: efectos y terminaciones. JCE Ediciones.
Sinatra, E. (2012). Una cuestión preliminar a la construcción del caso: el empleo de las citas. En La
terapéutica psicoanalítica: efectos y terminaciones. JCE Ediciones.

5.- Descripción de Actividades de aprendizaje:


La residencia cuenta con dos espacios diferenciados para el aprendizaje: el ámbito de práctica y el
ámbito académico, donde teoriza sobre los aspectos y efectos de su práctica.
- Ambito de práctica: el residente cuenta con el apoyo y acompañamiento de un supervisor
institucional durante el trayecto de su práctica. Dicho supervisor estará en vinculación
permanente con el docente a cargo de la residencia.
- Ambito académico: es el espacio donde el residente, junto con sus pares y el docente podrá
teorizar su práctica y formalizarla en un escrito.

La estrategia a desarrollar para arribar a los objetivos pedagógicos se basa principalmente en la


Construcción del Caso aunque adaptado en función de las necesidades de la residencia. La elección
de este dispositivo como estrategia pedagógica se debe a que le permite a quien dirige una cura,
recortar indicadores clínicos, formular hipótesis diagnósticas, identificar obstáculos en el proceso
terapéutico, como así también formalizar la praxis en una escritura pasible de transmitir, entre otras
cosas.
11

8.- Procesos de intervención pedagógica:

Modalidades
1.Clase magistral X
3. Seminario
4. Trabajo de Laboratorio/ Taller
5. Taller- Grupo operativo X
6. Trabajo de campo X
7. Pasantías
8.Trabajo de investigación
9. Estudio de casos X
10. Sesiones de aprendizaje individual x
11. Tutorías X
12. Otras: Ateneos clínicos virtuales x

- Clases teóricas: se prevé el desarrollo de dos clases que serán introductorias, en tanto se
refieren a explicitar la función general de la residencia y los requisitos a cumplir, la
organización del sistema de salud, las particularidades de las instituciones y dispositivos donde
llevarán a cabo las prácticas y la formulación de observables institucionales y clínicos.

- Supervisión individual: cada residente contará al menos con dos supervisiones a cargo del
docente para trabajar sobre los casos. Las mismas se orientarán sobre todo a favorecer las
hipótesis que haga el alumno a partir de su escucha, evitando obturar con su propio saber la
construcción del residente.

- Discusión en grupo: Se conformarán grupos de 4 o 5 alumnos como máximo para que cada
residente pueda someter a discusión el caso que debe construir.

- Grupo para la Reflexión sobre la práctica institucional: consiste en una reunión quincenal
que tiene como fin: a) la elección de la institución sede en los inicios de la residencia; b) relatar
y reflexionar cuestiones relativas a la práctica institucional; d) monitorear cuestiones relativas al
ámbito institucional a los efectos de realizar los ajustes necesarios (por parte del docente).

- Ateneos clínicos virtuales: los ateneos forman parte de la práctica institucional. Como saldo
positivo de la enseñanza en tiempos de la pandemia se implementarán presentaciones clínicas
a través de plataforma virtual (zoom). Dichas presentaciones estará a cargo de profesionales
del campo de la salud mental de distintas instituciones de la ciudad y del resto del país quienes
comentarán un caso a los efectos de que los residentes puedan conocer diferentes
modalidades de abordaje.
12

9. EVALUACIÓN
9.a. Requisitos de aprobación
Para dar cumplimiento con la residencia el alumno deberá cumplimentar:
- 80 % de asistencia al espacio académico e institucional.
- Aprobación de tres informes (a las 100 hs, 200 hs, y una vez finalizada la residencia). Cada uno
de los informes tendrá una oportunidad de corrección a sugerencia del docente si el desarrollo
del mismo no alcanza los objetivos esperables.
- Haber cumplimentado el Plan de Trabajo estipulado por el psicólogo institucional.
- Aprobar la evaluación del desempeño institucional.

9.b. Respecto al contenido de los informes:


En la instancia académica : Se prevé tres instancias evaluativas, que consistirán en la presentación de
tres informes que el residente:
1. Primer Informe al cumplimiento de las primeras cien horas de residencia. La entrega se
hará con un plazo máximo a diez días de finalizado dicho período. El informe deberá contener
observables institucionales y clínicos y un análisis de los mismos. Respecto del primero se trata de una
descripción de la institución, del tipo de abordaje que realiza, las demandas que recibe, modalidad de
registros (historia clínica, libro de admisiones, etc.), conformación del equipo, etc. y un análisis acerca
de la posición del psicólogo y su especificidad en el trabajo interdisciplinario. En cuanto a los
observables clínicos se espera que el residente pueda describir las intervenciones que pudo
presenciar y los primeros esbozos de su teorización en forma de interrogantes.

2. Segundo informe a las doscientas horas de transcurrida la residencia. La entrega se


hará con un plazo máximo de cinco días de finalizado dicho período. El informe consiste en la
presentación de al menos 3 casos según lo trabajado en el dispositivo Construcción de casos.

3. Tercer informe al concluir la residencia. La entrega se hará con un plazo máximo de


cinco días de finalizado dicho período: donde el estudiante hará una conclusión de su paso por la
residencia intentando articular cuestiones relativas a la implementación del dispositivo terapeútico y la
posición del psicólogo en el ámbito institucional.

Tanto el segundo informe como el tercero se entregan en el mismo momento, lo que lo diferencia es su
contenido, pues el segundo informe se refiere exclusivamente a la presentación de casos mientras que
el tercero se refiere a una conclusión general de la residencia.
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En el plano institucional: haber aprobado el Plan de Trabajo y la evaluación del desempeño


institucional a cargo del Supervisor Institucional.

9. b. Criterios de evaluación

Para la evaluación de los informes se tendrá en cuenta:


- Coherencia y claridad en la escritura.
- Articulación de los conceptos con la práctica.
- Capacidad de elaborar hipótesis diagnóstica.
- Habilidad para el desarrollo de argumentaciones que den cuenta de un aprendizaje
significativo.
- Respeto por la reserva de información.
- Cumplir con los requisitos formales de redacción según normas APA.
Cada uno de los informes tendrá una instancia de recuperación en caso de que necesite alguna
corrección. La misma tendrá como fecha límite de entrega 5 días luego de la devolución a cargo del
docente.

Para el desempeño institucional, se tendrá en cuenta:


- El respeto por el cumplimiento de las pautas institucionales
- La adecuada vinculación con el supervisor y demás integrantes del equipo
- La empatía con los usuarios o pacientes del servicio.

10. Cronograma. Trayectoria de la residencia

Ingresan 60 alumnos aproximadamente separados en dos cortes. La primera de ellas comienza en


marzo, la segunda en julio. Se estima una duración aproximada de 20 semanas, siendo la misma
variable en función de las dinámicas institucionales o el surgimiento de imponderables.
El siguiente cuadro muestra de manera tentativa el recorrido y las instancias que deberá afrontar el
residente para dar cumplimiento con el programa.

El cronograma es ajustable en función de las condiciones de las instituciones donde los residentes
llevan a cabo su práctica.
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Número de semana Horas Horas


ACTIVIDAD semanales acumuladas
15

1 Clase introductoria 3 3
2 Clase Dispositivos y presentación de las instituciones 3 6
3 GPRP. Elección de institución sede. 3 9
4 Inicio de las prácticas 8 17
5 GPRP/práctica institucional 11 28
6 Practica institucional 8 36
7 GPRP/práctica institucional 11 47
8 Práctica institucional 8 55
9 GPRP/práctica institucional 11 66
10 Practica institucional supervisión 11 77
11 Práctica institucional supervisión 11 88
12 Práctica institucional supervisión 11 99
13 Práctica institucional Supervisión Elaboración y 16 115
entrega de informe
14 Práctica institucional Discusión en grupo 11 126
15 Práctica institucional Supervisión 11 137
16 Práctica institucional Discusión en grupo 11 148
17 Práctica institucional Supervisión 11 159
18 Práctica institucional Discusión en grupo 11 170
19 Cierre de la Práctica institucional 8 178
20 Elaboración y entrega de Clase de cierre. Análisis de la 22 200
informes. trayectoria.
16

EJE II: CLINICO INSTITUCIONAL

El sistema de salud del Partido de General Pueyrredón y su zona de influencia, al igual que el resto del
País, presenta una gran fragmentación y superposición de efectores sanitarios, lo que lo hace un
campo sumamente complejo. En efecto, conviven en él tres sistemas de coberturas distintos: el de la
seguridad social (obras sociales y mutuales), la cobertura universal (el que garantiza el Estado a través
de la Salud Pública) y prestadores privados (prepagas). A su vez hay que agregar las diferencias y/o
divisiones dentro de cada una de ellas.
A nivel de Salud Pública, por ejemplo, el sistema sanitario del Partido se encuentra bajo la órbita de
Zona Sanitaria VIII, y agrupa diferentes niveles y sectores: Municipales (Centro de Atención Primaria
de la Salud CAPS, que se ocupan del primer nivel de atención), Provinciales (Hospital Interzonal
Especializado Materno Infantil, Hospital Interzonal General de Agudos y el Centro de Prevención a las
Adicciones, CPA) y Nacionales (Instituto Nacional de Rehabilitación Psicomotor y la Sedronar con sus
dispositivos de atención a las adicciones).
El campo se complejiza aún más si consideramos todos los programas o servicios que dependiendo
de otra cartera ofertan dispositivos de abordajes relacionados a la salud mental, tales como Centros de
Protección de los Derechos del niño, Programa para personas en situación de calle, Programas para la
atención de las víctimas del maltrato, Programas de Inclusión Adolescente (como es el caso de
Envión), etc.
Podríamos agregar al listado un importante número de organizaciones no gubernamentales y/o centros
de atención privados y aquellos profesionales que practican su profesión de manera liberal, atendiendo
en consultorio privado.

Es en este campo de complejidad que el residente, en tanto futuro profesional, deberá insertarse como
un actor más de la basta red, atendiendo el desafío de circunscribir la especificidad de su práctica en
un contexto de múltiples demandas y dispositivos de abordajes. Atendiendo el desafío de poder
soportar la tensión inevitable que se genera entre la demanda del sujeto y las demandas
institucionales (comunitarias, sociales, etc.).

Los espacios institucionales no son sólo espacios de práctica clínica. No se trata sólo de observar o
realizar una práctica supervisada, porque dicha práctica se hace en un contexto determinado que va a
condicionar cualquier intervención terapéutica. La descripción hecha más arriba da cuenta de la
necesidad por parte del futuro profesional psicólogo de contar con herramientas conceptuales que lo
habilite a la apropiación de un espacio en el campo de la salud mental para poder desde allí producir
su acto. Para poder generar las condiciones que le permitan implementar un dispositivo terapéutico en
circunstancias que no siempre resultan favorables. El trayecto de la residencia es una oportunidad
invalorable para la adquisición de una mirada que incluya a la clínica también en su relación con lo
contextual.

Los espacios institucionales para el desarrollo de las prácticas de residencia resultan de vital
importancia, pues constituyen el suelo donde el estudiante hará su encuentro con lo real de la clínica.
De allí la importancia de contar con espacios propicios y supervisores institucionales que puedan
alojar y acompañar al residente durante todo el trayecto.
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A diferencia del aula, que se caracteriza por ser un espacio cerrado y controlado en donde el docente
elabora diferentes estrategias pedagógicas para la transmisión de los conceptos , el ámbito de práctica
constituye en cambio un campo dinámico, abierto y siempre en tensión debido al entrecruzamiento de
discursos y actores que luchan por una cuota de poder (Bordieu, 2013)
Como dijimos más arriba, no podemos dejar de lado los efectos de la institución sobre el residente y
circunscribir nuestra mirada sólo a su encuentro con la situación terapéutica ya que la misma se
encuentra condicionada por lógicas institucionales diversas y a veces hasta contradictorias.
Es necesario estar advertido del encuentro del residente con lo real de toda institución e incluirlo como
unidad de análisis a la hora de teorizar su práctica. No se trata de que el futuro profesional este ajeno
o permanezca en una suerte de archipiélago dentro de la institución, sino que cuente con herramientas
conceptuales que le permitan hacer una operación de lectura sobre las variables institucionales que
interfieren sobre la experiencia clínica a los fines de reducir sus efectos.
En este sentido es importante tanto la gestión de ámbitos institucionales propicios para la inclusión del
residente, como así también la elección del supervisor que si bien no es un docente en términos
formales, debe estar causado para alojar, acompañar, compartir y transmitir su experiencia al futuro
profesional.

Estructura institucional actual


En la actualidad la residencia cuenta con diversos espacios y supervisores que se han ido
consolidando en el transcurso de los años. Cabe agregar no obstante que no son espacios estancos,
sino que son dinámicos y se encuentran sometidos a variables tanto extrínsecas, -en tanto están en
contacto directo con las problemáticas y demandas de la comunidad- como intrínsecas, tales como los
recortes presupuestarios, renuncias o jubilaciones, reorganización de servicios, cambios en los cargos
de gestión (directores, jefaturas, etc.), falta de infraestructura, licencias, etc.

De ello resulta que se hace necesario un acompañamiento constante de los supervisores


institucionales como así también la gestión de nuevos espacios de práctica que permitan salvar los
imponderables que se presenten como así también ampliar la oferta de dispositivos para la inserción
de más practicantes.
Considero de gran importancia generar acciones tendientes a mantener vínculos recíprocos e
integrados entre la unidad académica y los supervisores que sin mediar reconocimiento económico
alguno alojan desde su deseo de transmisión, al futuro profesional.

A tales efectos se prevé una serie de acciones por parte del docente a cargo de la residencia tendiente
a la gestión y seguimiento de los espacios institucionales como así también para el acompañamiento
de los supervisores institucionales. Reuniones con los supervisores y las autoridades
correspondientes, evaluaciones constantes, y espacios para el trabajo conjunto. Al respecto se prevé
la implementación de un proyecto de extensión que verse sobre la experiencia clínica y sus
dificultades.
Al momento, la residencia cuenta con diversos espacios institucionales con sus respectivos
supervisores, tanto del sector público como privado, que ofrecen en su conjunto una variedad de
dispositivos de abordaje:
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1. Departamento de Salud Mental MGP:


i. Centros de Atención Primaria de la Salud (CAPS): Belgrano, IREMI, Alto Camet,
Faro Norte, La Peregrina. (admisión. consultorios externos. Grupos, talleres y
programas de prevención)
ii. Servicio Municipal de Atención a las Adicción (SeMdA) (admisión, grupos,
talleres)
iii. Centro de Salud Mental Comunitaria Dorrego (segundo nivel de atención).
(admisión, talleres artísticos, grupos terapéuticos interdisciplinarios)
2. Instituto Nacional de Rehabilitación Psicofísica del Sur (INAREPS)
3. Hospital Interzonal General de Agudos “Dr. Oscar Alende” (Guardia e internación)
4. Clínica Neuropsiquiatrica “José Ingenieros” de Necochea (Guardia e internación)
5. Clínica Psicopatológica del Mar. (Hospital de día e internación)
6. Centro de promoción Social (AIPE) (Centro de día)
7. Hospital Neuropsiquiátrico Taraboreli Necochea (guardia e internación).
8. Hospital Municipal de Balcarce (consultorios externos)
9. Hospital Municipal Ramon Santamarina de Tandil
10. Casa Abierta. Hospital de Día.
11. Hospital Municipal de Tandil Santamarina.
12. Hospital Municipal de Castelli
13. SEDRONAR. DIAT.
14. Clínica 25 de Mayo.

Otro lugar institucional de importancia lo constituye la Mesa Intersectorial de Salud Mental Comunitaria
como lugar propicio para el trabajo interinstitucional e intersectorial como así también para bregar por
la plena implementación de la Ley de Salud Mental.

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