Amarillo Cuaderno: 1 Un Cuento
Amarillo Cuaderno: 1 Un Cuento
Amarillo Cuaderno: 1 Un Cuento
Estándar: Literatura
El cuaderno
1 Un cuento
amarillo
Una mujer falta de amor conoce a un hombre bastante más joven que ella,
más joven tal vez en experiencia emocional que en años, o acaso por la pro-
fundidad de esa experiencia emocional. Ella se deja engañar sobre el carác-
ter del hombre, mientras que para él se trata de una aventura amorosa más.
2 Un cuento
Un hombre habla con un lenguaje adulto, el lenguaje de las personas que han
madurado emocionalmente. Su fin es atraerse a una mujer. Poco a poco ella
va comprendiendo que ese lenguaje proviene de un esquema mental que lleva
en la cabeza y que no tiene nada que ver con sus emociones. Lo cierto es que,
emocionalmente, no ha pasado de la adolescencia. Sin embargo, aunque lo
sabe, no puede resistir la emoción y la atracción del lenguaje.
4 Un cuento
Una mujer saludable y enamorada de un hombre se encuentra casi enferma, con
síntomas que nunca en su vida había tenido. Poco a poco, comprende que aque-
lla enfermedad no es la suya, sino que es el hombre quien está enfermo. Com-
prende la índole de la enfermedad no por él, ni por cómo se comporta o por lo
que dice, sino por el modo como se refleja su enfermedad en ella misma.
5 Un cuento
Una mujer se enamora contra su voluntad. Es feliz. Y, no obstante, se despierta en
medio de la noche: él se sobresalta, como si corriera un peligro, y exclama: “¡No, no,
no!”. Luego se controla y vuelve a acostarse en silencio. Ella quiere preguntarle: “¿Por
qué dices no?” Pues la verdad es que siente mucho miedo. Sin embargo, no le pregun-
ta nada. Se hunde otra vez en el sueño y llora dormida. Cuando se despierta, él toda-
vía permanece en vela. Ella dice, llena de ansiedad: “¿Es tu corazón el que late?” Y él,
hosco, le responde: “No, es el tuyo”.
8 Un cuento
Una mujer artista, pintora o escritora, no importa qué, vive sola. Pero toda la vida está
orientada alrededor de un hombre ausente al que espera. Su piso es demasiado grande y
su mente está llena de las formas del hombre que va a entrar en su vida. Mientras tanto,
deja de pintar o escribir. Sin embargo, en su mente todavía es “un artista”. Por fin, el hom-
bre entra en su vida. Es un artista, alguien que aún no ha acabado de cristalizar como tal.
La personalidad “artista” de ella entra en la de él, de forma que él se nutre de ella. Trabaja a
partir de ella como si fuera una dínamo que la abasteciera de energía. Por fin emerge su per-
sonalidad artística. En el momento en que ella ya no es artista, él la deja, pues necesita a una
mujer con esta cualidad a fin de seguir creando.
Doris Lessing
Tomado de El cuaderno dorado, Lima, Punto de lectura, 2007.
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