Alees Modulo 1 Clase 4
Alees Modulo 1 Clase 4
Alees Modulo 1 Clase 4
Presentación
Bienvenidos/as a la última clase del módulo. Esperamos que se encuentren pensando y armando el
trabajo final. Las cuestiones y ejemplos de aula que abordaremos en esta clase se proponen
también como un aporte para seguir desarrollando la situación de enseñanza que hayan elegido.
Esto se debe a que consideramos que el tema de esta clase, la evaluación de las prácticas de
lectura, escritura y oralidad en contextos de estudio, es parte del proceso de enseñanza.
Como planteamos desde la clase 1 del módulo, a estudiar se enseña y la evaluación es una parte
inherente a la enseñanza. Entonces, es ineludible la pregunta sobre para qué, qué y cómo evaluar
qué hacen nuestros estudiantes cuando leen, escriben y producen oralmente para estudiar.
Es muy frecuente calificar a las y los estudiantes a través de las prácticas de estudio: a través de la
realización de resúmenes, exposición de información, fichajes, cuadros, etcétera. Es menos habitual
el trabajo sistemático y reflexivo con estas prácticas: se pide, por ejemplo, que las y los estudiantes
expongan un tema y ,en menor medida, se enseña a exponer.
En esta clase, haremos hincapié en que la evaluación de las prácticas del lenguaje en cualquier
ámbito, pero especialmente en contextos de estudio, tienen que ponerse en relación con la
reflexión sobre lo hecho y la necesidad de mirar hacia atrás y guardar memoria para poder seguir
avanzando.
En este sentido, en el primer momento de la clase, presentaremos una estrategia didáctica, que
tiene mucho impacto en las prácticas de estudio y en la construcción del conocimiento en general:
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la recapitulación de lo hecho y aprendido. Luego, retomaremos ejemplos de situaciones de
enseñanza de las clases anteriores, con el objetivo de presentar y analizar los propósitos,
contenidos, criterios e instrumentos de evaluación que se pueden poner en juego en esas
situaciones de enseñanza. Y, finalmente, retomaremos propuestas para desarrollar prácticas de
retroalimentación formativa con el fin de pensar modos de devolución que favorezcan el avance de
nuestros estudiantes como lectores, escritores y hablantes.
Las y los invitamos a ver la entrevista a Rebecca Anijovich en 2021 y a preguntarse por
qué la autora señala que para cambiar la evaluación hay que cambiar la enseñanza.
Anijovich, R, (2021) “Pensar la evaluación.” Entrevista en CONEXIONES. Realizada por el
equipo de Ciencias Sociales en el Aula.
Tengan a mano la Bitácora de enseñanza y sus notas de las clases anteriores para poder
revisarlas cuando se soliciten en cada parte de esta clase.
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Recapitular para aprender
En esta primera parte de la clase, nos adentraremos en la recapitulación como una estrategia
didáctica clave para desarrollar en contextos de estudio. Con este objetivo, definiremos qué
entendemos por recapitular; analizaremos para qué se recapitula y qué hace el o la docente;
presentaremos un modo de desarrollar la recapitulación con fines de estudio y, finalmente, les
propondremos como actividad optativa, volver a mirar sus bitácoras y poner en juego la
recapitulación para profundizar y reflexionar sobre lo hecho en el curso.
Entendemos la recapitulación como una situación de enseñanza que tiene como propósito
instalar un trabajo reflexivo en torno a las sesiones de lectura, escritura, comentario, etc.,
propuestas.
En el marco de las prácticas de estudio, se recapitula con diversos motivos que hacen que la
recapitulación sea una situación muy potente para la formación de estudiantes. Se recapitula para:
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¿Qué hace el o la docente en las situaciones de recapitulación?
En la recapitulación, interviene el o la docente, pero no es quien tiene a su cargo la recapitulación,
sino quien genera condiciones y acciona para que sean las y los estudiantes quienes vuelvan
sobre lo hecho y lo resignifiquen.
Se trata de intervenir para poner en relación lo que se quiere enseñar con la mirada que tienen las y
los estudiantes sobre estos contenidos y, en nuestro caso, también sobre su propio proceso como
estudiantes.
● propone la relectura de los textos leídos o las notas producidas para organizarlos y ponerlos
en relación;
● favorece acuerdos sobre los conocimientos alcanzados y sobre los modos de conocer que se
pusieron en juego para lograrlos;
● plantea distintas maneras de registrar lo aprendido, recuperando especialmente los modos
de registro que se produjeron en la secuencia de estudio;
● interroga sobre lo que las y los estudiantes piensan que han aprendido para poder escuchar
sus propias ideas y elaboraciones personales;
● promueve la producción de argumentos y valida las elaboraciones que se hacen;
● aprecia los avances hechos por las y los distintos estudiantes en este camino de adquisición,
los registra y comparte con el grupo;
● muestra los aciertos y orienta en la resolución de cuestiones que, aunque se tuvieron en
cuenta, revisaron y reflexionaron más de una vez, siguen necesitando revisión o mayor grado
de conceptualización;
● rememora momentos que les resultaron claves en la construcción de esos aciertos (“Cuando
resumieron el segundo texto lo hicieron de una manera mucho más precisa, esto pasó
porque antes hicieron otras cosas…”);
● registra errores o cuestiones que es necesario aclarar o ampliar para retomar en futuras
situaciones de enseñanza.
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¿Cuándo y cómo se podría recapitular en una secuencia de estudio?
La recapitulación no tiene por qué ocurrir al final de una secuencia de trabajo solamente, pueden
hacerse recapitulaciones parciales, como las que les hemos propuesto a lo largo del curso. Para
apoyar este proceso de reflexión y revisión de lo hecho y aprendido, es importante contar con algún
tipo de registro escrito, oral o en video, de este modo se podrá asentar el análisis y retomarlo en
otra situación. Existen muchos esquemas para proponerles a las y los estudiantes para recapitular.
Un protocolo sencillo, que comparten Rebeca Anijovich y Graciela Cappelletti (2017: 98) y que
podríamos adaptar a esta clase, es el protocolo S.E.R.: consiste en registrar en una ficha o en un
cuadro qué se debería seguir haciendo en términos de prácticas de estudio porque fue productivo
para avanzar en los conocimientos y en la práctica misma, qué se debería empezar a hacer porque
se evidenció que podría favorecer al estudiante o fue provechoso para algunos miembros del grupo
y qué se debería reformular respecto del modo en que se llevaron a cabo alguna práctica de
lectura, escritura u oralidad. Por ejemplo, es común que, en estos momentos de recapitulación, las
y los estudiantes reconozcan que deberían haber releído más los textos fuente, ya que con una
lectura no fue suficiente para apropiarse del tema o los conceptos involucrados. Esto puede ser
discutido en la clase y formar parte de lo que podrían empezar a hacer para crecer como lectores en
contextos de estudio.
Actividad optativa
Les proponemos volver hacia atrás en su Bitácora de enseñanza y analizar las prácticas de
lectura y escritura que pusieron en juego para la elaboración de los conocimientos del
curso.
Es una actividad optativa, pero consideramos que puede serles útil para recuperar
conocimientos en vistas al trabajo final.
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1. Enumeren en los grupos todo lo que consideran que hicieron y enuncien las
prácticas de lectura y escritura involucradas.
2. Expliquen en las discusiones del grupo qué valor les otorgan a esas prácticas en la
transformación de la información del curso en conocimientos alcanzados por
ustedes, por ejemplo: un concepto didáctico del cual comprenden el alcance y
pueden aportar ejemplos y pensar posibles modos de ponerlo en juego en sus
aulas. Un concepto central del curso fue el de las condiciones didácticas para
generar situaciones en las que se lea, escriba y tome la palabra para estudiar. ¿Qué
otros conceptos centrales como este identifican en el curso?
3. De manera individual, comparen la respuesta que dieron a la pregunta A estudiar,
¿se enseña?, planteada en el comienzo de la clase 1 con lo que dirían ahora.
¿Aprecian avances en esta idea? ¿Cuáles?
Cierren la Bitácora con una reflexión sobre el proceso de usar un dispositivo de lectura y
escritura como este para formar lectores, escritores y hablantes en contextos de estudio
en la secundaria.
En la segunda parte de esta clase, avanzaremos sobre algunas respuestas a las preguntas centrales
de la evaluación formativa relacionada con para qué, qué y cómo se evalúa a partir de dos ejemplos
que nos permitirán analizar el modo en que se podrían evaluar algunas situaciones de enseñanza
planteadas en las clases anteriores, específicamente en las clases 1 y 3.
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El propósito de esta segunda parte de la clase es mostrar cómo se relacionan estos componentes de
la evaluación y cuál es su especificidad cuando se trata de evaluar las prácticas de lectura y escritura
en contextos de estudio. En este sentido, cabe una aclaración:
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Dib, Jimena y Carolina Seoane (2022). Clase Nro.1: A estudiar ¿se enseña? Leer, escribir y
hablar para estudiar y aprender en la escuela secundaria. Actualización académica en
enseñanza de la lectura y la escritura en la escuela secundaria. Buenos Aires: Ministerio
de Educación de la Nación. (p.15)
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La evaluación de inicio se plantea en el marco del proyecto o secuencia que se va a trabajar, como
una primera producción que aporta información sobre prácticas de lectura y escritura en contextos
de estudio centrales en esa propuesta.
No se trata de “repasar” los contenidos que se suponen enseñados en el año anterior y tomar luego
“la prueba diagnóstica”, sino plantear situaciones de lectura y escritura en el marco de la propuesta
que se comienza a transitar en el aula, a través de las cuales sea posible aproximarse a las
posibilidades de aprendizaje de cada estudiante en un marco significativo.
Por ejemplo:
En la clase 1, se identificaron estas tres situaciones de lectura y escritura en contextos de estudio:
● Explorar textos y otros materiales de consulta como los que se van a utilizar en el año.
● Leer a través del o de la docente un texto de información sobre algún tema del programa
mientras las y los estudiantes siguen la lectura con el texto a la vista.
● Volver a los textos leídos y escribir notas o fichas de lectura de los temas enseñados.
Estas tres situaciones de lectura y escritura, podrían articularse en un proyecto o secuencia de
literatura y formarían parte de los primeros momentos de esa secuencia, por ejemplo: de
seguimiento de cuentos de un/a autor/a o de lectura de novelas y escritura de reseñas literarias.
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práctica. Se trata de una definición clara y precisa de lo que se espera que puedan hacer
en un dominio determinado de las prácticas del lenguaje.
Las y los invitamos a analizar los indicadores que se proponen en la clase 1 para estas
situaciones, identificar cuál es la práctica del lenguaje principal que se pone en juego y
cuáles son subsidiarios y qué criterios de evaluación subyacen.
Situación de enseñanza Explorar textos y otros materiales de consulta como los que se van a
utilizar en el año.
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-Comentar las selecciones, tenga sentido, los docentes tendrían que
fundamentarlas en plantear previamente a los estudiantes los
contenido del texto y temas y propósitos del año.
escuchar las ideas de las y
- Si reconocen que en distintos textos o
los otras/os.
Estructura del imágenes se puede abordar un mismo tema:
-Leer y releer el paratexto texto: paratexto e por ejemplo, se puede consultar sobre un
para identificar el tema y imágenes. período histórico en mapas, relatos de
definir su relevancia o no viajeros, artículos de revistas o Internet, en el
para los fines de estudio. libro escolar, etcétera.
Como se muestra en la presentación, los criterios de evaluación se derivan de los contenidos del
área: las prácticas de lectura y escritura en contextos de estudio. A partir de identificar contenidos y
pensar criterios de evaluación, se trata de contar con una serie de indicadores que den cuenta de
los aprendizajes de las y los estudiantes como lectores/as y escritores/as en este ámbito de uso.
Estos indicadores se elaboran de manera que retomen o puedan ser usados en otras
situaciones similares y habiliten a una evaluación de progreso: puedan servir para
evaluar cómo avanzan las y los estudiantes como lectores/as y escritores/as al poder
comparar la misma práctica en distintos momentos del año. Por ejemplo, si en otra
situación de lectura exploratoria, pueden vincular de manera más precisa y adecuada el
tipo de material de lectura con el tema y el propósito de estudio. En este caso decimos
que los indicadores de evaluación se convierten en indicadores de avance.
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Una vez definido el para qué y el qué de la evaluación, resta identificar cuál es el instrumento de
evaluación más adecuado para evaluar esta tarea. En el caso de los ejemplos de la clase 1, se
propone servirse de las observaciones y registros, por ejemplo: de listas de cotejo para poder
registrar el comportamiento lector de las y los estudiantes en la situación de lectura exploratoria.
Un aspecto central de la toma de decisiones que supone la evaluación es seleccionar qué se enseña
y pensar el alcance de lo que se espera que los y las estudiantes aprendan de esos contenidos.
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En el caso de la escritura de textos, parece estar instalado que una tarea ineludible del docente es la
corrección de esos textos y que este acto sería la base de la evaluación de la escritura. Cuando se
esta tarea de corrección, se suelen priorizar aspectos superficiales del texto o conocimientos
genéricos o textuales que no se relacionan con prácticas de escritura.
● Consultar con otros/as mientras se escribe y/o leerles o pedirles que lean lo que se ha
escrito.
● Anticipar, mientras se está escribiendo, decisiones que habrá que tomar o problemas que
pueden presentarse.
● Revisar las distintas versiones de lo que se está redactando hasta alcanzar un texto que se
considere bien escrito.
● Asegurarse de que la espacialización del texto tome en cuenta los requerimientos del género
y facilite las anticipaciones por parte del lector.
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Vuelvan a leer los textos que se presentaron en la clase 3 en el marco de la situación de
escritura de resúmenes para una contratapa.
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una increíble peculiaridad.
Una madre gastadora compulsiva, un padre estafador, un hermano molesto y Matilda,
con una inteligencia impresionante. Una familia realmente extraordinaria.
¿Qué pistas de los aprendizajes de las y los estudiantes como escritores/as podemos relevar en
sus textos?
Como se señala en la clase 3, las categorías de escritura pueden presentarse como una red de
conceptos y criterios compartidos para:
Las categorías de escritura pueden acompañar el trabajo de producción textual en los distintos
momentos del proceso de escritura. A medida que se va focalizando en algún aspecto, se acompaña
con la evaluación y devolución docente sobre ese o esos aspectos de la escritura.
Si consideramos que la evaluación es parte del proceso de enseñanza, es fundamental que las y los
estudiantes sepan qué saben, y que también que el/la docente puedan orientar los contenidos que
tienen que aprender. Para realizar esta orientación, hay un momento fundamental que es el de
“mostrar cómo se hace”: qué se sabe, qué se tiene que aprender y cómo.
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A continuación, incluimos un ejemplo de rúbrica para evaluar dos categorías de escritura centrales
para orientar la producción de resúmenes para la situación de enseñanza planteada en la clase 3: la
adecuación al género y al propósito, y el contenido de lo que se resume:
Se puede observar que la rúbrica da cuenta de distintos tipos de desempeño para las categorías de
los criterios seleccionados. Decíamos en la clase 3 que es clave evaluar estas categorías
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acompañando el proceso de escritura en el momento de la planificación y de la primera versión.
Pues se trata de orientar y encauzar los aprendizajes y no identificar errores cuando ya no se
pueden resolver.
Si hay estudiantes que consideran que resumir es casi copiar el texto fuente, podríamos conversar
sobre la diferencia entre resumir y copiar. Pues, al resumir, se hace abstracción del relato, es decir,
del modo en que el narrador cuenta la historia, para centrarse en qué es lo que cuenta. Es
importante que las y los jóvenes en el momento de emprender esta tarea de escritura comprendan
esta diferencia. Por ejemplo, se podrían dar ejemplos de resúmenes que siguen los parámetros de
esta rúbrica para que ellos y ellas mismos/as adviertan en qué espectro de la resolución se
encuentran.
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Una resolución adecuada de la rúbrica incluye, además de resumir de manera completa y adecuada
al texto fuente, debe tener en cuenta al destinatario del texto, es decir, escribir pensando en el o la
lector/a. Este es otro parámetro de escritura que las y los escritores inexpertos no suelen tener en
cuenta. A veces, tener que sopesar varias cuestiones simultáneamente mientras se escribe puede
resultar complejo. Una estrategia didáctica para sortear este inconveniente consiste en dividirlas las
cuestiones que se deben revisar y tenerlas en cuenta en sucesivas revisiones. En este caso, se
podría trabajar con algunos/as estudiantes y solicitarles que expandan y mejoren el resumen y,
luego, que vuelvan a leer contratapas y recuperen algunos recursos para revisar esos resúmenes
pensando en el público lector.
Los portfolios
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Esto permitirá al o la estudiante y al o la docente volver sobre las producciones,
comentar los logros y dificultades y analizar la capacidad para, por ejemplo, elaborar una
planificación, escribir el texto de acuerdo con lo planificado y mejorar diferentes
aspectos de los sucesivos borradores. En definitiva, posibilitará valorar cada trabajo en
estrecho vínculo con los anteriores y con el punto de partida.
Las y los invitamos a revisar la propuesta de evaluación del resumen sobre “Rebelión en la
granja” que hicieron en la clase 3, retomando ideas, criterios e instrumentos presentados en
esta clase.
La retroalimentación formativa es una noción clave en el paradigma de evaluar para aprender que
seguimos en este curso y en esta clase. La propuesta de hacer devoluciones claras, oportunas y
precisas para motivar y promover la mejora de los aprendizajes es un componente central en un
proyecto de formación de estudiantes a través de las prácticas de lectura, escritura y oralidad.
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La retroalimentación como intervención docente dialogada y progresiva
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comprenden cabalmente qué es lo que se espera de ellos y por qué obtuvieron una
nota baja. Esto es así porque los desempeños a alcanzar y los criterios de valoración
no suelen estar explícitos. Pero, además, porque los docentes no suelen establecer
verdaderos procesos de devolución dirigidos a que los estudiantes reflexionen
sobre su propia tarea, comparen lo que hicieron con lo que se les solicitó y analicen
sus logros y carencias, por sí mismos o en conjunto con otros estudiantes.
(Ravela, Leymonié, Viñas y Haretche, 2014: 23-24.)
¿Cómo se podrían diversificar los tipos de devolución para que no sean solo individuales y con la
forma de comentario a los textos?
● Elaborar guías para la autoevaluación o la revisión entre pares: listas de cotejo, grillas de
autorevisión, guía de preguntas orientadoras.
● Construir rúbricas con ejemplos de textos que den cuenta de ese tipo de desempeño en esa
categoría y proponerles a las y los estudiantes que valoren en qué lugar de la rúbrica les
parece que está su texto.
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● Ofrecer preguntas para guiar la vuelta al texto y poder focalizar en los aspectos del texto que
habría que revisar.
● Poner de relieve los logros del texto en relación con las categorías de escritura.
● Aportar sugerencias para seguir trabajando o para revisar ese mismo texto.
● Recordar el contexto de circulación del texto y sopesar lo que se comunica en función de los
saberes que se prevén en el o la destinatario/a del texto.
Porque no se trata solo de que como docentes podamos analizar los textos, sino también de poder
hacer observable a los alumnos sus logros y aspectos para revisar.
En el ejemplo de la clase 3 que analizamos en la parte anterior de la clase, la docente aporta las
siguientes devoluciones al texto, en las que retoma algunas de las intervenciones planteadas:
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“L. recuperaste de manera adecuada aspectos centrales del libro. ¿Qué más podrías contar y explicar
de los temas centrales que mencionás? Tal vez lxs lectores necesiten algún ejemplo para entenderte
mejor. Acordate que es un resumen que va en una contratapa del libro, cómo engancharías a los
lectores, te dejo dos ejemplos de contratapas que te puede servir para pensar frases o modos de
decir…”
Como señala Rebecca Anijovich en la entrevista que les compartimos, un paso crucial en el cambio
hacia este modo de pensar la evaluación es involucrar a las y los estudiantes tanto en la
construcción de criterios como en la tarea de ofrecer y recibir retroalimentaciones. Uno de los
objetivos del trabajo con las retroalimentaciones formativas y por lo que resulta muy adecuado para
la formación de estudiantes es que favorece la visibilización de los modos de aprender y apunta al
desarrollo de estudiantes autónomos/as. Pues, en lugar de recibir una nota o una valoración
positiva o negativa, los y las estudiantes tienen un curso de acción que las y los hace pensar en lo
que hicieron y cómo mejorarlo, entrar en un diálogo, con el o la docente, con sus pares, con sus
propias prácticas de lectura, escritura y oralidad, y con el conocimiento que están construyendo en
este proceso.
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Cierre de la clase
La evaluación de la lectura y la escritura en contextos de estudio forma parte de la toma de
decisiones sobre los procesos de enseñanza y aprendizaje a partir de los propósitos formativos
compartidos por el colectivo docente dadas determinadas condiciones de enseñanza, en diálogo
con lo que efectivamente pueden hacer las y los estudiantes y con criterios claros y previamente
debatidos con todos y todas. Como señala Rebecca Anijovich (2021) en la entrevista: “Ocultar los
criterios de evaluación es una forma de retener el poder y develarlos es una forma de
democratizarlo”.
Mientras este curso está llegando a su fin, las y los invitamos a recorrer su Bitácora de Enseñanza y
aprovechar sus lecturas, registros y reflexiones para completar y revisar el trabajo final. Esperamos
que ese cuaderno les sirva como puntapié para desarrollar prácticas de lectura, escritura y oralidad
en contextos de estudio, en sus aulas y escuelas.
Se animan a desarrollar en sus clases sus propias Bitácoras de estudiantes? ¿Cómo se las
imaginan?
Actividades
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● Luego de transitada esta última clase, esperamos que estén en
condiciones de realizar el último paso del trabajo final, que consiste en
estas dos opciones:
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Material de lectura y videos
Anijovich, R, (2021) “Pensar la evaluación.” Entrevista en CONEXIONES. Realizada por el equipo de
Ciencias Sociales en el Aula. Disponible en Youtube en: https://youtu.be/W1vMeUlPtsU
Bibliografía de referencia
Anijovich, R, y G. Cappelletti (2017) La evaluación como oportunidad. Buenos Aires: Paidós.
Dib, Jimena (Comp.) (2016) Escribir en la escuela. Una propuesta de enseñanza y evaluación de la
escritura. Buenos Aires: Paidós.
Ravela P. (2018) “El A,B,C y D de la evaluación formativa.” Entrevista completa. Panorama, OEI.
Disponible en Internet en:
http://panorama.oei.org.ar/16-minutos-para-pensar-la-evaluacion-formativa/.
Ravela, P.; J. Leymonié ; J. Viñas y C. Haretche (2014) “La evaluación en las aulas de secundaria
básica en cuatro países de América Latina.” En Propuesta Educativa Número 41 – Año 23 – Jun. 2014
– Vol 1 – Págs 20 a 45.
Créditos
Dib, Jimena y Carolina Seoane (2022). Clase Nro.4: “La evaluación en la formación de estudiantes”.
Leer, escribir y hablar para estudiar y aprender en la escuela secundaria.. Buenos Aires: Ministerio
de Educación de la Nación.
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