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AULA 4 - 3 Série

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CLASE 4

Comp. Curricular: Espanhol / Profaª. Juliani Berlezi

Don Quijote sale en busca de aventuras y es armado caballero.


(Miguel de Cervantes Saavedra)

En un lugar de La Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no hace


mucho tiempo que vivía un hidalgo de escudo antiguo, rocín flaco y galgo corredor.
Llevaba una vida acomodada, aunque sin grandes lujos, y en su casa nunca faltó
comida, ni ropa con la que vestirse en los días de fiesta.
Vivían con él un ama, que tenía más de cuarenta años, y una sobrina, que
no llegaba a los veinte. Había también un criado, que lo mismo ensillaba el rocín que
podaba las viñas.
Don Alonso Quijano, que así se llamaba el hidalgo, tenía casi cincuenta años.
Era fuerte pero flaco, de pocas carnes y cara delgada, gran madrugador y amigo de
la caza. Como vivía de rentas, es decir, sin trabajar, tenía mucho tiempo libre, y lo
empleaba en leer libros de caballerías, con tanta afición que olvidó la caza y hasta la
administración de su casa, e incluso llegó a vender muchas de sus tierras para
comprar todos los libros que pudo. Su obsesión llegó al punto de hacerle perder el juicio a don Alonso,
en su afán por comprender el sentido de semejantes lecturas, que – por cierto – le gustaba compartir
con el cura de su aldea, un hombre culto con quien discutía sobre cuál había sido el mejor caballero:
Palmerín de Inglaterra o Amadís de Gaula.
Leía tanto y dormía tan poco, que se le secó el cerebro y se volvió loco. Cuando perdió la razón
por completo, discurrió el mayor disparate que jamás se le haya ocurrido a nadie: convertirse en
caballero andante e irse por todo el mundo para hacer frente a los más difíciles peligros y así lograr fama
eterna.
Para llevar a cabo su plan, necesitaba, en primer lugar, unas armas, de manera que limpió y
reparó las que habían sido de sus bisabuelos. Fue luego a ver a su caballo – que, aunque estaba muy
flaco, le parecía que ni el Babieca del Cid se podía comparar con él –, y, después de mucho pensarlo,
decidió llamarlo Rocinante, nombre sonoro y significativo de lo que había sido antes, cuando fue rocín,
porque ahora era el primero e todos los rocines del mundo.
Cuando puso nombre a su caballo, quiso ponérselo a sí mismo. En ello estuvo cavilando ocho
días, hasta que decidió llamarse don Quijote. Pero recordó que Amadís había añadido a su nombre el
de su tierra, y se lo conocía por Amadís de Gaula. Como buen caballero, él hizo lo mismo, y se llamó
don Quijote de La Mancha.
Le faltaba buscar una dama de quien enamorarse, porque un caballero andante sin amores es
como un árbol sin hojas y sin fruto. No tardó en encontrarla: Aldonza Lorenzo, una moza labradora de
muy buen ver de la que había estado enamorado – aunque ella jamás se había enterado –, a la que su
imaginación transformó en princesa y gran señora, merecedora de un nombre como Dulcinea, Dulcinea
del Toboso (pues había nacido en este pueblo).
Acabados estos preparativos, no quiso esperar más tiempo para echarse a los caminos. Así, sin
decir nada a nadie, una calurosa mañana del mes de julio cogió su escudo y sus armas, subió sobre
Rocinante y salió al campo, muy contento de hacer realidad sus deseos. Sin embargo, en seguida cayó
en la cuenta de que había olvidado un último detalle: según la ley de la caballería, debía ser armado
caballero para poder utilizar las armas en combate. Estos pensamientos le hicieron dudar un poco, pero
pudo más su locura que otra razón y decidió que al primero que encontrase le pediría que lo armase
caballero, tal como había leído en sus libros.
Caminó todo el día y no sucedió nada, por lo que él se desilusionaba, pues deseaba demostrar
su valor y la fuerza de su brazo. Al anochecer, su rocín y él se encontraban cansados y muertos de
hambre. Iba mirando a todas partes, buscando algún castillo o alguna cabaña de pastores donde
alojarse, cuando descubrió una venta o posada, a la que se dirigió rápidamente. Estaban en la puerta
dos mujeres mozas, de esas que llaman de mala vida, que iban a Sevilla. Como don Quijote se
imaginaba que todo lo que veía era igual que en los libros de caballerías, la venta le pareció un castillo,
y las mujeres, dos hermosas doncellas. Las mozas, al ver venir a un hombre armado de esa forma, se
asustaron y salieron corriendo. Don Quijote intentó tranquilizarlas con estas palabras:
– No huyan vuestras mercedes, pues la ley de caballería me impide hacer mal, y menos aún a tan
hermosas doncellas.
Cuando las mozas oyeron que las llamaba doncellas, no pudieron
contener la risa. En esto, apareció el ventero, quien ayudó a don Quijote a
bajar del caballo y le ofreció algo para cenar, un bacalao mal cocido y un pan
negro como el alma del demonio, que don Quijote comió con prisa,
preocupado por la idea de ser armado caballero cuanto antes. Ansioso, se
encerró con el ventero en la cuadra, se puso de rodillas y le dijo:
– No me levantaré jamás del suelo, noble señor, hasta que me concedáis
el don que quiero pediros: que me arméis caballero. Esta noche, en la
capilla de vuestro castillo, me quedaré despierto velando las armas y
mañana se cumplirá lo que tanto deseo, para poder ir como se debe por
las cuatro partes del mundo y socorrer a los necesitados.
El ventero en seguida se dio cuenta de que estaba loco y, para
divertirse, le siguió la broma. Le dijo que en su castillo no había capilla donde velar las armas, pero que
podía hacerlo en el patio, y que ya por la mañana se celebrarían las debidas ceremonias.
Así que don Quijote salió a un patio grande que había en la venta, se quitó la armadura, la dejó
en un abrevadero y, muy serio, empezó a pasearse alrededor. Uno de los arrieros que allí había quiso
dar agua a sus animales, por lo que tuvo que quitar las armas que don Quijote había colocado en el
pilón. Este, al verlo llegar, le advirtió:
– Pero ¿qué haces, canalla? No toques las armas del más valeroso caballero andante si no quieres
perder la vida por tu atrevimiento.
El arriero no hizo caso de estas razones y las tiró tan lejos como pudo, pensando que eran
trastos viejos. Entonces, don Quijote levantó la lanza y le dio un golpe tan grande en la cabeza que lo
derribó al suelo y lo dejó malherido. Luego, recogió sus armas y volvió a pasearse como antes.
Los demás arrieros, cuando vieron lo sucedido, comenzaron a tirarle piedras a don Quijote –
quien, escondido tras su escudo, amenazaba con castigar tal ofensa –, hasta que el ventero logró
detenerlos diciéndoles que se trataba de un loco.
Finalmente, el ventero se acercó a él y le propuso armarlo caballero allí mismo, en mitad del
campo. Sacó el libro donde anotaba los gastos de sus clientes y, acompañado por un muchacho y las
dos conocidas doncellas, comenzó la disparatada ceremonia. Mandó ponerse de rodillas a don Quijote,
fingió que leía una oración, levantó la mano, le dio un buen golpe en el cuello y después otro con su
misma espada, siempre hablando entre dientes, como si rezara.
Al terminar, don Quijote preparó a Rocinante, abrazó al ventero y le pidió que le abriera las
puertas de su castillo, pues debía partir cuanto antes para ayudar a las viudas y los huérfanos.
– Primero tendréis que pagarme la cena y la paja de vuestro caballo – le advirtió el posadero.
– No puedo pagaros – respondió don Quijote –; nunca he leído que los caballeros andantes lleven
dinero encima.
– Los libros no lo dicen porque está claro como el agua – explicó el ventero –, pero los caballeros
llevan siempre dinero y camisas limpias. Y sus escuderos cargan con vendas y pomadas por si
acaso han de curar las heridas de su señor.
Don Quijote prometió seguir los consejos del que creía amo del castillo, y, contento de verse
armado caballero, salió de allí al amanecer.

ACTIVIDAD – COMPREESIÓN LECTORA


Sobre la obra:
1- ¿Quién es Miguel de Cervantes?
2- ¿Cuál es la fecha de publicación? ¿Cuántos años han pasado desde su publicación?
3- ¿Dónde escribió Miguel de Cervantes la obra Don Quijote?
Interpretación y comprensión lectora:

1- ¿Quién es don Quijote de la Mancha? ¿Cuál es su nombre real?


2- ¿Por qué el personaje elige añadir a su nombre “de la Mancha”?
3- ¿Cómo se llama el personaje que lo acompaña?
4- ¿Cómo se llama la dama de Don Quijote? ¿Cuáles son las
características de este personaje?
5- ¿Por qué se vuelve loco el personaje y en qué consiste su locura?
Justifica con elementos del texto.
6- ¿Quiénes eran los hidalgos
7- ¿Qué es un caballero andante?
8- ¿Qué elementos definen a un caballero? ¿Y qué necesitaba Alonso
para poder ser un caballero?
9- ¿Dónde es armado caballero don Quijote y por quién?
10- ¿Qué pretendía don Alonso Quijano cuando se hizo caballero
andante? ¿Cuál es su intención principal? ¿Crees que su intención era
buena? ¿Por qué? Justifica tu respuesta.
11- ¿Qué le sucede a don Quijote esa noche mientras vela las armas?
12- ¿Conozcamos al hidalgo Alonso Quijano. Reescribe los datos:
Edad:
Lugar en el que reside:
Clase social:
Descripciones Físicas:
Descripción del personaje (modo de vida):
Aficiones:
Con quién vive
13- ¿Conocías esta obra? ¿Qué te sorprendió de la historia de don
Quixote?

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