Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Cartas Paulinas

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 5

Cartas paulinas (epístolas paulinas)

Introducción

Las Cartas de Pablo son escritos circunstanciales. Fueron enviadas para suplir la ausencia del
Apóstol y están dirigidas a una comunidad o a una persona determinada. Sólamente dos de ellas –
las Cartas a los Romanos y a los Efesios– intentan presentar de manera más sistemática una
síntesis doctrinal. Si bien son verdaderas cartas, pocas veces tienen un caracter íntimo y familiar,
porque generalmente tratan asuntos de interés común y se dirigen a toda la comunidad o a
personas constituidas en autoridad. La breve nota que Pablo envía a su amigo Filemón presenta
características algo diversas y constituye una excepción a esa regla general.

Estas Cartas no contienen toda la enseñanza de Pablo. Detrás de ellas, está su palabra viviente: el
«kerygma», o sea, el primer anuncio del Evangelio destinado a suscitar la fe en Cristo, y la
siguiente catequesis oral del Apóstol.

Las Cartas paulinas tienen el valor de un testimonio inmediato sobre la vida, las dificultades y el
crecimiento de las comunidades cristianas en el mundo pagano. En ellas se encuentra vívidamente
reflejada la excepcional personalidad de Pablo: su fe ardiente, su rica sensibilidad, su
temperamento apasionado y combativo, su voluntad siempre tensa, aunque sujeta a desalientos
pasajeros y, especialmente, su condición de Apóstol, con toda la fuerza que el lenguaje cristiano
ha conferido a esta palabra. Ellas atestiguan también la progresión de su pensamiento, que no
alcanzó de inmediato su forma definitiva, sino que se fue desarrollando gradualmente bajo el
impulso del Espíritu.

A pesar del carácter ocasional de sus escritos, Pablo arroja en cada página una nueva luz sobre el
misterio de Cristo y de la Iglesia. De este modo, él creó las fórmulas clásicas de la fe cristiana,
asegurando con ello la definitiva autonomía de la Iglesia con respecto al judaísmo.

Orden cronológico de las 13 cartas paulinas y mención de la carta a los hebreos.

1.- Primera Carta a los Tesalonicenses, epístola del año 51, una fecha que la convertiría en el texto
probablemente más antiguo de todo el Canon del Nuevo Testamento, honor que podría disputar
con el Evangelio de Marcos. Se habría escrito durante la estancia de Pablo en Corinto. Las
enseñanzas de Pablo en esta epístola se centran principalmente en la segunda venida de Jesucristo
e incluyen las dificultades que enfrentarán sus seguidores antes de Su regreso (1 Ts 3,3), la
resurrección de los cristianos en la Segunda Venida (1 Ts 4,13–14) y el momento de la segunda
venida de Cristo (1 Ts 5,1–2).

2.- Segunda Carta a los Tesalonicenses, mismo año 51, naturalmente algo posterior, remitida
también desde Corinto. Pablo escribió palabras de consejo y de aclaración a los miembros de la
Iglesia que habían malentendido ciertos aspectos de la segunda venida de Jesucristo ya que la
posibilidad de un retorno inmediato del Señor causó que surgiera un entusiasmo malsano. Pablo
también profetizó acerca de la Gran Apostasía y enseñó que la Iglesia sufriría una “caída” del
Evangelio previamente a la segunda venida del Señor (apostasía).

3.- Carta a los Filipenses, escrita hacia finales del año 56, escrita en Éfeso. Pablo dio aliento a los
hermanos de Filipo y los exhortó a permanecer firmes en la unidad y a trabajar juntos para
defender la fe. Quizá uno de los principios más importantes que Pablo enseñó a los filipenses es
que orar a Dios y confiar en Él brinda “la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento”. Uno de
los propósitos de Pablo al escribir esa carta fue expresar gratitud por el afecto y el apoyo
económico que los hermanos de Filipo le habían dado durante su segundo viaje misional y su
encarcelamiento en Roma. Pablo también elogió a los miembros de Filipo por su fe en Jesucristo, y
les dio consejo basado en la información que había recibido sobre ellos de un discípulo filipense
llamado Epafrodito. A medida que el lector se esfuerce por seguir a Cristo, también podrá adquirir
confianza y, como Pablo, declarar: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”

4.- Primera Carta a los Corintios, hacia la Pascua del año 57, remitida como la anterior desde
Éfeso. Los miembros de la Iglesia primitiva que vivían en Corinto luchaban con muchos problemas
que existen en el mundo hoy en día, tales como la falta de unidad, las falsas enseñanzas y la
inmoralidad. Pablo enseñó el cómo promover la unidad en la Iglesia, cómo aprender las cosas de
Dios, la función del cuerpo físico como templo del Espíritu Santo, la naturaleza de los dones
espirituales, la importancia de tomar la Sagrada Eucaristía dignamente y la realidad de la
Resurrección. Pablo les escribió a los miembros de la Iglesia de Corinto para ayudarles con sus
preguntas y problemas y para fortalecer a los conversos que luchaban por abandonar sus
creencias y prácticas del pasado.

5.- Segunda Carta a los Corintios, también del año 57 hacia el final, probablemente remitida desde
Éfeso. Se destaca por sus temas de consuelo en medio de la aflicción, de fortaleza en medio de la
debilidad (tal como lo ejemplificó Pablo mismo), y discernimiento entre maestros verdaderos y
falsos. Sus intenciones eran: Expresar agradecimiento y fortalecer a los que habían recibido bien
su carta anterior. Advertir sobre los falsos maestros que corrompían las doctrinas puras de Cristo.
Defender su carácter personal y la autoridad que tenía como apóstol de Jesucristo (2 Corintios
10,13). Alentar a los hermanos de Corinto a dar una generosa ofrenda económica para los pobres
de Jerusalén.

6.- Carta a los Gálatas, también a finales del 57 o a principios del 58, o poco antes de la Segunda a
los Corintios o poco después. Se escribió para los cristianos judíos que se estaban desviando del
Señor, al apoyarse nuevamente en las obras de la ley de Moisés. El apóstol Pablo procuró corregir
ese problema al recalcar la diferencia entre el gravoso “yugo” de la ley de Moisés, que conducía al
cautiverio espiritual, y el evangelio de Jesucristo, que conduce a la libertad espiritual. Las razones
de esta carta fueron: Defenderse a sí mismo de las acusaciones de los falsos maestros que se
oponían a él. Enseñar que todas las personas, ya fueran judías o gentiles, son redimidos por la
expiación de Jesucristo al poner su fe en Jesucristo en vez de confiar en las obras de la ley de
Moisés. Aclarar el papel de la ley de Moisés en el plan de Dios. Distinguir entre la antigua alianza
que Dios hizo mediante Moisés y la nueva alianza en Cristo. Exhortar a los santos a vivir por el
espíritu.

7.- Carta a los Romanos, en el mismo invierno del 57-58, poco después de la dirigida a los Gálatas,
también desde Éfeso. Al escribir esta epístola, Pablo empleó la ayuda de un escriba, Tercio, el cual
escribió su propio saludo a los santos romanos cerca del final de la epístola. Es la más larga de las
epístolas de Pablo, y muchas personas la consideran la más importante. Contiene su explicación
más completa de la doctrina de la justificación por la fe en Jesucristo.

tres razones principales por las que Pablo envió la epístola a los romanos:
Para preparar su futura llegada a Roma. Durante años, Pablo había querido predicar el Evangelio
en Roma (Hch 19,21; Rm 1,15; 15,23). También tenía la esperanza de que la Iglesia en Roma le
sirviera como base desde la cual pudiera servir una misión en España (Rm 15,22–24, 28).

Para aclarar y defender sus enseñanzas. Pablo hizo frente a la constante oposición de personas
que no comprendían o distorsionaban sus enseñanzas sobre la ley de Moisés y la fe en Cristo (Hch
13,45; 15,1–2; 21,27–28; Rm 3,8). Evidentemente, Pablo tenía razones para sospechar que tales
conceptos erróneos habían llegado a los miembros de la Iglesia en Roma, por lo que escribió para
aliviar cualquier inquietud antes de su llegada.

Para fomentar la unidad entre los miembros de la Iglesia judíos y gentiles. Poco antes de que Pablo
escribiera esta epístola, los cristianos judíos que el emperador Claudio había sido expulsado de
Roma (Hch 18,2) comenzaron a regresar a Roma, principalmente congregaciones de cristianos
gentiles.

8.- Carta a los Efesios: Pablo declaró que estaba prisionero durante el tiempo en el que escribió la
Epístola a los Efesios. Pudo haberse escrito durante el primer encarcelamiento de Pablo en Roma,
cerca de los años 60–62 d. C. Durante ese tiempo, Pablo estuvo bajo arresto domiciliario, pero
tenía la libertad de recibir visitas y enseñar el Evangelio. la Epístola a los Efesios está dirigida a los
santos “que están en Éfeso”. En esta carta, Pablo se dirigió a los miembros gentiles de la Iglesia (Ef
2,11) quienes posiblemente eran conversos recientes (Ef 1,15). Escribió para ayudar a cultivar la
espiritualidad y el testimonio de aquellos que ya eran miembros. Los propósitos principales eran
ayudar a esos conversos a progresar en su conocimiento espiritual de Dios y de la Iglesia (Ef 1,15–
18; 3,14–19); promover unidad, particularmente entre los santos gentiles y judíos (Ef 2,11–22;
4,1–16; 5,9); y alentar a los santos a resistir los poderes del mal.

9.- Cartas a los Colosenses, entre los años 61 y 63, con Pablo en Roma, remitida desde la capital
del Imperio. Pablo escribió su Epístola a los Colosenses debido a que recibió un informe de que
estos estaban cayendo en grave error. Parte del valor de esta epístola radica en la manera en que
determina y expone las falsedades al mismo tiempo que hace hincapié en la divinidad y obra
salvadora de Jesucristo. Los Colosenses pensaban que eran mejores que otras personas debido a
que observaban concienzudamente ciertas ordenanzas externas [Col 2,16], se negaban ciertos
deseos físicos y adoraban a los ángeles [Col 2,18]. Dichas prácticas llevaron a los colosenses a
pensar que se estaban santificando y también que comprendían los misterios del universo mejor
que otros miembros de la Iglesia. En su carta, Pablo los corrigió, enseñándoles que la redención
solo se puede lograr por medio de Cristo y que debemos ser sabios y servirle a Él”

10.- Carta a Filemón, Pablo preparó la epístola a Filemón durante el primer encarcelamiento del
apóstol en Roma, alrededor de 60–62 d. C. Contiene consejo personal de Pablo acerca de una
situación con el esclavo de Filemón, Onésimo. Al estudiar esta epístola, aprendemos que cuando
las personas se unen a la Iglesia de Jesucristo, llegan a ser hermanos y hermanas en el Evangelio
(Fil 1,16). También llegar a sentir la importancia del deber que tienen los discípulos de Jesucristo
de extender misericordia y perdón a otras personas. Pablo escribió a Filemón para alentarle a que
recibiera a Onésimo de vuelta como un hermano en el Evangelio, sin los castigos severos que
normalmente se imponían a los esclavos que escapaban (Fil 1,17). Pablo incluso ofreció restituir
cualquier pérdida financiera que Onésimo le hubiese causado a Filemón.
11.- Primera Carta a Timoteo, en el año 65 desde Macedonia. Pablo le aconsejó a Timoteo, un
líder de la Iglesia de Éfeso, que asegurara que se enseñara sana doctrina y no permitiera que
falsedades populares distrajeran de las enseñanzas del Evangelio. Le enseñó a Timoteo acerca de
los oficios de obispo y diácono y habló sobre los requisitos que deben reunir aquellos que sirvan
en esos puestos. Pablo también escribió sobre su profunda gratitud por la misericordia que había
recibido de Jesucristo cuando se convirtió. Pablo escribió su epístola a Timoteo para ayudar al
joven líder de la Iglesia a entender mejor sus deberes.

12.- Carta a Tito, en el mismo año y desde el mismo lugar. Contiene consejo temporal del apóstol
Pablo, a quien se refirió como “verdadero hijo en la común fe”. Pablo escribió que “la esperanza
de la vida eterna” la “prometió [Dios] desde antes del principio de los tiempos” en la vida
preterrenal (Tito 1,2). Él enseñó que los cristianos debían tener la mira puesta en la “esperanza
bienaventurada” de la exaltación y la Segunda Venida (Tito 2,13). Pablo también escribió a Tito en
cuanto al “lavamiento de la regeneración y la renovación por el Espíritu Santo”, haciendo alusión a
Pablo alentó a Timoteo y le brindó fortaleza para ayudarle a seguir después de la muerte
inminente de Pablo. Pablo sabía que no le quedaba mucho tiempo, y deseaba ver a Timoteo, a
quien Pablo llamaba figurativamente “amado hijo”preparatorios a ser “hechos herederos según la
esperanza de la vida eterna” Pablo escribió a Tito para fortalecerlo en su asignación de dirigir y
cuidar la rama de la Iglesia en Creta a pesar de la oposición.

13.- Carta a los Hebreos*, hacia el año 67, remitida probablemente desde Roma. Esta carta fue
escrita desde Roma, tal vez hacia el año 66, cuando se anunciaba la guerra en la que iba a ser
destruida Jerusalén. Eran también los últimos meses de la vida de Pablo; él estaba prisionero en
Roma por segunda vez. Esta carta no es extraña al pensamiento de Pablo, pero él no la escribió. Es
muy posible que su autor haya sido Apolo, mencionado en Hechos 18,24-28, «hombre muy
versado en las Escrituras y que demostraba por las Escrituras que Jesús es el Mesías».

El libro de hebreos testifica de la superioridad de Jesucristo. Él es mayor que los ángeles y tiene un
nombre más excelente y un llamamiento superior. Los ángeles son siervos de Dios, pero Jesucristo
es Su Hijo. Este libro también enseña que Jesús es mayor que Moisés y que Su ministerio trajo un
nuevo convenio superior al antiguo convenio bajo la ley de Moisés. Como el Gran Sumo Sacerdote
del Sacerdocio de Melquisedec, Su sacerdocio es mayor que el de los sumos sacerdotes bajo la ley
de Moisés. pone hincapié en la obra continua del Redentor en la vida de todos aquellos que se
vuelven a Él en obediencia y fe.

14.- Segunda Carta a Timoteo, también desde Roma y en el 67, inmediatamente antes de ser
decapitado. La segunda epístola de Pablo a Timoteo hace hincapié en el poder que resulta por
tener un testimonio de Jesucristo (2 Tm 1,7–8). También contiene una profecía de los “tiempos
peligrosos” que existirían en los días de Pablo y Timoteo, así como en los últimos días (2 Tm 3,1–
7). Para ayudar a Timoteo con las dificultades a las que se enfrentaba, Pablo lo alentó a confiar en
las Escrituras y en los líderes de la Iglesia (véase 2 Tm 3,14–17), y a apoyarse en la doctrina
verdadera. Pablo alentó a Timoteo y le brindó fortaleza para ayudarle a seguir después de la
muerte inminente de Pablo. Pablo sabía que no le quedaba mucho tiempo, y deseaba ver a
Timoteo, a quien Pablo llamaba figurativamente “amado hijo”.
Bibliografía:

Biblia latinoamericana.

Sagradas escrituras: https://www.vatican.va/archive/bible/index_sp.htm

Cartas paulinas, recuperado de internete el 23-05-2022 https://www.sanpablo.es/libro-pueblo-de-


dios/la-biblia/nuevo-testamento/cartas-paulinas

Del orden cronológico de las epístolas de San Pablo. Tabla cronológica de la Biblia de Jerusalén.
Recuperado de internet el 23-05-2022 https://www.religionenlibertad.com/blog/26253/del-
orden-cronologico-las-epistolas-san-pablo.html

También podría gustarte