DIA 9 Viernes Dolorosos
DIA 9 Viernes Dolorosos
DIA 9 Viernes Dolorosos
OFRENDA DE LA MAÑANA
“Señor Jesucristo, en unión con esa intención divina con la que en la tierra ofreciste a Dios Tus alabanzas
a través de Tu Sacratísimo Corazón, y ahora las ofreces en el Sacramento de la Eucaristía en todas
partes de la tierra, incluso hasta el fin de los tiempos, Te ofrezco gustosamente durante todo este día,
todos mis pensamientos e intenciones, todos mis afectos y deseos, todas mis palabras y hechos, a
imitación del Sacratísimo Corazón de la bendita y siempre Virgen María Inmaculada. Amén."
¿Qué cosa es santiguar? - Hacer una cruz con los dos dedos de la mano derecha, desde la frente hasta el
pecho y desde el hombro izquierdo hasta el derecho, invocando a la Santísima Trinidad.
Mostrad cómo. - En el nombre del Padre y del Hijo y del Espiritu-Santo. Amén.
Después de habernos signado, haciendo tres cruces sobre aquellas tres partes de nuestro cuerpo en que
el alma ejerce principalmente sus operaciones, y armado con ellas para defendernos del mundo, del
demonio y de la carne, nos santiguamos, haciendo desde la frente hasta el pecho y desde el hombro
izquierdo hasta el derecho, una cruz grande que las abraza todas; y con ellas como que nos acabamos de
armar para hacer las peleas de nuestra salvación bajo la protección de la Santísima Trinidad, en cuyo
nombre nos santiguamos.
Conviene hacer esta señal con mucha reverencia y pronunciando bien las palabras, porque en ellas se
contiene la confesión de los principales misterios de nuestra santa fé: tales son el de la Santísima Trinidad
y los de la Encarnación y Redención.
En el misterio de la Santísima Trinidad confesamos un solo Dios y tres personas distintas. Lo primero se
significa por la palabra -en el nombre pues se dice en singular y no en plural, y por nombre se entiende el
Poder, la Majestad, la Esencia, la cual es una en las tres divinas personas. Al decir, del Padre, etc.,
significamos la Trinidad de las personas, que son Padre, Hijo y Espíritu Santo. Más, nombramos al Padre
al signarnos en la frente, porque el Padre es la primera persona y no procede de otra, descendiendo hacia
abajo nombramos al Hijo, el cual es engendrado del Padre desde toda la eternidad, llevando la mano de
un hombro al otro nombramos al Espíritu Santo, que es el amor del Padre y del Hijo, y procede del uno y
del otro, como vínculo y nudo de ambas Personas.
El mismo modo de hacer la cruz nos manifiesta el Misterio de la Encarnación del Verbo, el cual. existiendo
desde toda la eternidad en el seno del Padre descendió en el tiempo al seno purísimo de María Santísima
y se hizo hombre por amor a nosotros, lo cual fue obra del Espíritu Santo. En cuanto a la Redención, se
indica bastantemente por la forma de cruz, pues en ella se obró este misterio.
¿Cuándo habeis de usar de esta señal? – Siempre que comenzáremos alguna buena obra, o nos
viéremos en alguna necesidad, tentación o peligro, principalmente al levanter de la cama, al salir de casa,
al entrar en la Iglesia, al comer y al dormir.
El cristiano debe andar armado siempre con la señal de la cruz, porque camina siempre entre enemigos.
El labrador, el artesano, el mercader, el letrado… todos debemos dar principio a nuestras ocupaciones
con la señal de la Cruz, poniendo al frente de todas esta cristiana divisa, pero especialmente debemos
usar de la señal de la Cruz, al levanter de la cama, para dar principio con ella a las obras del nuevo día; al
salir de casa, para andar defendidos con ella entre los peligros del mundo; al entrar en la Iglesia, para
prepararnos con ella a los actos de religión; al comer, para que con ella nos conceda el Señor templanza
en la comida y la bebida; y al dormir para descansar a la sombra de este prodigioso árbol, y pasar la
noche bajo de su celestial y saludable influjo.
¿Porqué tantas veces? - Porque en todo tiempo y lugar nuestros enemigos nos combaten y persiguen.
Nuestros enemigos nunca duermen, nunca se cansan, nunca dejan de perseguirnos. Nos tientan en todos
tiempos y en todas partes, en el día y en la noche, en la compañía y en la soledad, en casa y en la calle, y
tal vez hasta en el templo, porque nada respetan.
Para defendernos de estos contínuos, empeñados e incansables enemigos, necesitamos usar muchas
veces la señal de la cruz.
La profecía de la hermana Lucía, vidente de Fátima, de que la batalla final entre Dios y Satanás será
sobre el matrimonio y la familia se está cumpliendo hoy, dijo un cardenal hablando en una conferencia
católica en Roma.
“Lo que la hermana Lucía dijo en aquellos días, se está cumpliendo en los nuestros” dijo el Cardenal Carlo
Cafarra, uno de los firmantes de la Dubia, quien es el arzobispo emérito de Bologona y miembro fundador
del Pontificio Consejo para la Familia, durante la sesión de preguntas y respuestas luego de su
presentación.
Cafarra hizo sus comentarios durante el cuarto foro anual por la Vida en Roma.
EL Cardenal Cafarra, quien es el presidente fundador del Pontificio Instituto Juan Pablo II para
Estudios sobre el Matrimonio y la Familia, hizo sus comentarios sobre la “batalla final” en referencia a
la carta que escribió a la hermana Lucía a principios de la década de 1980, para pedirle oración mientras
se llevaba a cabo el proceso fundacional del instituto, de la que él nunca esperó respuesta.
Para su sorpresa, Cafarra recibió una larga carta firmada por Sor Lucía en la que le hablaba sobre la
“batalla final” que tendría lugar al final de los tiempos.
La vidente de Fátima escribió que la “batalla final entre el Señor y el reino de Satanás será sobre el
matrimonio y la familia.” No tengáis miedo (ella añadió), porque todos los que trabajan por la santidad del
matrimonio y de la familia siempre serán combatidos y encontrarán oposición en todos los sentidos,
porque este es el asunto decisivo”. Luego concluyó: Sin embargo, Nuestra Señora ya le ha aplastado
su cabeza.”
Esta carta está ahora en el Pontificio Instituto Juan Pablo II para Estudios sobre el Matrimonio y la Familia.
La batalla
Cafarra dijo en su presentación que hay una gran batalla entre dos fuerzas que se oponen. Una es la de el
“Corazón herido del Crucificado y Resucitado” que llama a todos los hombres a sí mismo. La otra es el
“poder de Satanás, que no quiere ser expulsado de su reino”.
El Cardenal dijo que el lugar donde esta batalla esta teniendo lugar es el corazón humano.
“Jesús, la Revelación del Padre, ejerce una fuerte atracción hacía si mismo. Satán trabaja contra esto
para neutralizar el poder de atracción del Crucificado y Resucitado. La fuerza de la verdad que nos hace
libres, actúa en el corazón del hombre. Son las fuerzas satánicas las que con mentiras, nos esclavizan”.
Estas dos fuerzas de atracción, dan origen a dos culturas, una cultura de la verdad y otra de la mentira.
Cafarra explica:
“Hay un libro en las Sagradas Escrituras, el último, el Apocalipsis, el cual describe la confrontación final
entre dos reinos. En este libro, la atracción de Cristo toma la forma de triunfo sobre los poderes del
enemigo comandados por Satán. Es un triunfo que llega después de un largo combate. Los primeros
frutos de la victoria son los mártires.”
Cafarra dijo que la legalización del aborto, es parte de la “cultura de la mentira”, donde el “crimen” de
asesinar seres humanos, es visto como una cosa “buena”. El aborto es un “acto sacrílego”, “profundísima
negación de la verdad humana”.
“La razón por la que el hombre no debería derramar la sangre de otro hombre, es por que este es imagen
de Dios. A través del hombre, Dios habita en Su creación. Esta Creación, es templo de Nuestro Señor
porque el hombre la habita. Violar la Intangibilidad de la persona humana es un acto sacrílego contra la
santidad de Dios. Es el intento satánico de generar la ‘anti-creación’. Al exaltar el asesinato de humanos,
Satán ha establecido las bases de su ‘creación’: al remover de esta a la imagen de Dios, obscurece su
presencia en ella”.
El Cardenal dijo además que el “Matrimonio” homosexual, también proviene de la “cultura de la mentira”
pues esta “niega completamente la verdad del matrimonio como esta nos es manifestada desde la mente
de Dios, el Creador”.
“La Revelación Divina nos ha dicho lo que Dios piensa sobre el matrimonio: la unión legal entre un hombre
y una mujer, la fuente de la vida. En la mente de Dios, el matrimonio tiene una estructura permanente,
basada en la dualidad del ser humano: Masculinidad y femineidad. No dos polos opuestos”.
“La unión entre un hombre y una mujer, quienes se convierten en una sola carne, es la cooperación
humana en el acto creativo de Dios. Satán está empujando las mentiras del aborto y de la
homosexualidad. Está intentando destruir los dos pilares más importantes de la creación; la persona
humana, creada a imagen de Dios y la unión conyugal entre hombre y mujer”.
“La elevación axiológica del aborto a un plano subjetivo es la demolición del primer pilar. La exaltación de
las relaciones homosexuales cuando se las pretende igualar al matrimonio, es la destrucción del segundo
pilar.”
“El objetivo final de Satán, es el de construir una “anti-creción” una ‘creación alternativa’, en donde Dios y
cada trazo de su belleza y bondad, hayan sido borrados complemente.
El ser un seguidor fiel de Cristo en estos tiempos, significa “dar testimonio de manera abierta y
públicamente”, de la verdad de la creación de Dios con respecto a la dignidad de la persona humana y el
matrimonio.
Aquellos que no den testimonio de esta manera, serán como el soldado que huye en el momento decisivo
de la batalla. Dejamos de ser testigos parta convertirnos en desertores sino hablamos abierta y
públicamente”.
Cafarra elogió las marchas por la vida del pasado mes de Marzo que tienen lugar alrededor de todo
el mundo, considerándolos un “gran testimonio” de la verdad.
El cardenal comparó a los cristianos que se enfrentan al pecado con los médicos que combaten la
enfermedad, diciéndole a su audiencia que, igual que con la enfermedad, no puede haber términos de
paz, lo mismo sucede con el pecado.
“Sería un doctor terrible que adoptó una actitud irénica (dirigida a la paz) hacia la enfermedad”, dijo. El
significado del dicho de Agustín: “Ama al pecador, persigue el pecado”, agregó, significa “cazar el
pecado”. Descubrirlo en los lugares ocultos de sus mentiras y condenarlo, sacando a la luz su
insustancialidad”.
1 Padre Nuestro
Padre nuestro,
que estás en el cielo.
Santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tú reino.
Hágase tú voluntad en la tierra
como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdónanos nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.
Amén.
3 Ave Marías
Gloria
1 Padre Nuestro,
10 Ave Marías,
Gloria.
1 Padre Nuestro,
10 Ave Marías,
Gloria.
1 Padre Nuestro,
10 Ave Marías,
Gloria.
Cuarto Misterio Doloroso
1 Padre Nuestro,
10 Ave Marías,
Gloria.
1 Padre Nuestro,
10 Ave Marías,
Gloria.
La Salve
MARIA, MADRE DE DIOS, MADRE NUESTRA Y DE NUESTROS HIJOS, RUEGA POR NOSOTROS,
AMEN
ADORACIÓN E INVOCACIÓN
¡SANTÍSIMO y Divino Corazón de Jesús! convencido de mi indignidad, me postro ante Ti para rendirte
homenaje, adorarte, amarte y alabarte tanto como esté en mi poder. ¡Oh Jesús, mi más sincero Amigo! Te
expongo todas mis necesidades, Te descubro todas mis miserias, mi debilidad, mi tibieza y pereza, en una
palabra, todas las heridas de mi alma, y te suplico fervientemente que te dejes conmover por ellas y que
vengas en mi ayuda según la magnitud de tu misericordia.
(Examine su conciencia).
ACTO DE CONTRICIÓN
¡Oh SAGRADO CORAZÓN de mi Jesús! Por ese amor ardiente que te consumió en la Cruz, Víctima del
amor y del sufrimiento, y que te indujo a continuar este sacrificio en nuestros altares hasta el fin de los
tiempos, Yo, Tu miserable y pecador(a) hijo(a), te suplico que me concedas el perdón por todos los
pecados y ultrajes que cometí contra Ti, por toda ingratitud e infidelidad de las que fui culpable, y por mi
olvido de Ti. Perdona todos los pecados de mi vida. Los aborrezco, porque tú los aborreces. Los detesto,
porque tú los detestas. Por amor a Ti, me arrepiento de haberlos cometido, y debería sentir el mayor
remordimiento por ellos, aunque no haya cielo ni infierno, solo porque te ofendieron a Ti que eres infinita
bondad y digno de ser amado sobre todas las cosas. Preferiría morir mil veces antes que volver a
ofenderte, a quien amo por encima de mi vida.
¡Oh Amabilísimo Corazón de Jesús! Permíteme, mi familia, parientes y amigos, y todos los que se han
encomendado a mis oraciones, y por quienes estoy obligado a orar, experimentar Tu más poderosa
ayuda. Asístelos individualmente en sus necesidades. ¡Oh Corazón lleno de misericordia! Convierte todos
los corazones endurecidos, consuela a las Almas del Purgatorio, sé refugio de los moribundos, consuelo
de todos los afligidos y los que sufren. Sobre todo, sé el refugio de mi alma en la hora de la muerte, y
recíbela en el seno de tu misericordia.
ORACIÓN
¡Sacratísimo Corazón! Te selecciono como mi lugar de descanso, para que seas mi fuerza en el combate,
mi apoyo en la debilidad, mi luz y guía en las tinieblas, la expiación de mis faltas y la santificación de mis
intenciones y acciones, que uno a las tuyas. Amén.