Cómo Controlar Las Emociones
Cómo Controlar Las Emociones
Cómo Controlar Las Emociones
Ya dijo Nietzsche que los pensamientos vienen cuando ellos quieren, y no cuando
nosotros desearíamos.
¿Alguna vez te has preguntado porque alguien es capaz de hablar en público sin
aparentar nervios mientras que otra persona se viene abajo? ¿Por qué hay gente
que en una discusión sucumbe a la ira mientras otros mantienen la calma?
Si bien tiene sentido que te sientas triste cuando te dan malas noticias, eso no
significa que tu única opción sea quedarte llorando en un rincón (esa actitud
probablemente te mantenga afligido durante más tiempo). Reconocer que estás
triste a la vez que te fuerzas a ti mismo a hacer algo productivo te ayudará a
sentirte mejor antes.
En este artículo voy a intentar desmitificar varias falsas creencias sobre la gestión
de las emociones y darte las técnicas que se han demostrado realmente útiles
para conseguirlo. Permanece atento porque alguna probablemente te sorprenda.
¿Decides tú cómo
controlar las emociones?
Hay muchas teorías al respecto. Algunos psicólogos creen que tenemos el control
total sobre nuestras emociones y otros creen que no existe ninguna posibilidad de
controlarlas.
Por otro lado, alguien que interprete esos mismos nervios como excitación y
ganas de hacerlo bien probablemente tenga más éxito en su conferencia.
Piensa en ello. En la mayoría de las ocasiones en que te has enfadado mucho, por
ejemplo, estabas tranquilo antes de volverte irascible. Probablemente tenías un
buen día hasta que alguien te lo ha chafado, ¿me equivoco?
Con esto no quiero decir que emplear habitualmente técnicas de relajación sea
malo. De hecho meditar es bastante útil (lo verás más abajo). Pero intentar
relajarse una vez te han invadido las emociones es ir a tratar el síntoma y no la
causa.
Sin embargo, buscar la parte positiva de cada situación sí que puede evitar que
sigas auto-saboteándote. Si en lugar de pensar “No voy a poder con
esto” empiezas a creer “Está complicado, pero lo puedo manejar” evitarás que tus
emociones negativas se agraven.
Lo que sí funciona
La verdadera inteligencia emocional requiere que identifiques y entiendas tus
propios estados de ánimo. Implica reconocer cuando y porqué estás enfadado,
nervioso o triste, y actuar sobre las causas y no sólo los síntomas.
La próxima vez que sientas que pierdes el control sobre tus emociones, recuérdate
a ti mismo aquellas cosas de las que te enorgulleces en tu vida.
Como sabrás, una forma muy efectiva para calmar a un niño pequeño que no deja
de llorar es desviar su atención. “¿Has visto el muñeco?” o “¿Qué tengo en la
mano?” suelen disminuir su nivel de excitación si mantenemos su atención durante
el tiempo suficiente.
La técnica de la distracción consiste en desvincularte de la emoción negativa
centrando tu atención en pensamientos neutrales. De esta forma evitarás que la
emoción coja demasiada intensidad.
4. Medita habitualmente
La meditación ha demostrado científicamente su eficacia para prevenir los
pensamientos negativos repetitivos y no sólo mientras meditas, sino también a
largo plazo: es capaz de diminuir el nivel de activación de la amígdala de
forma duradera.
Mantener una especie de diario emocional sobre lo que has sentido en algunas
situaciones te ayudará a reducir la recurrencia de pensamientos negativos.
Piensa en ello como hacer un sprint. Tras la carrera estás exhausto y necesitas
tiempo para poder recuperarte antes de volver a correr. De la misma manera, si
logras dominar tus emociones, evita volver a exponerte de nuevo a una situación
tensa o será más probable que sucumbas.
Lo más sorprendente es que se ha demostrado que mantener el control
consume glucosa, como si literalmente estuvieras haciendo ejercicio. Por lo tanto,
para recuperar tu autocontrol tienes dos estrategias:
La clave está en identificar cuándo tus niveles de autocontrol están bajos y evitar
más situaciones emocionales mientas te recuperas.
Varios estudios han demostrado que cuando te ves a ti mismo reflejado eres capaz
de observarte desde una perspectiva más objetiva y por lo tanto separarte
durante unos instantes de tu emocionalidad.
Lo importante es ser honesto contigo mismo sobre el por qué. No hagas como la
mayoría e intentes engañarte. A menudo nos mentimos haciéndonos creer que
estamos enfadados con alguien por su comportamiento y no porque le han dado el
ascenso al que aspirábamos y eso ha afectado nuestra autoestima.
¿La conclusión?
Si quieres aprender realmente cómo controlar tus emociones debes saber que
no hay una solución única. Encontrar la estrategia más adecuada para regular los
sentimientos negativos así cómo entender su origen para tratar la causa es la
única forma de evitar que tomen el control de nuestra mente.
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